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Católicos de Carolina del Norte oraron y marcharon por la vida en la capital de la nación

SUEANN HOWELL sahowell@charlottediocese.org

WASHINGTON, D.C. — Católicos de Carolina del Norte viajaron en aviones, autobuses y automóviles familiares uniéndose a decenas de miles de personas de todo el país para orar y marchar por la vida el 20 de enero en la capital de la nación

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La Marcha Nacional por la Vida se lleva a cabo cada 22 de enero, coincidiendo con el aniversario de la decisión de la Corte Suprema Roe vs Wade de 1973 que legalizó el aborto en los Estados Unidos durante 50 años. Esta fue revocada en junio pasado con la decisión de la corte en Dobbs vs Jackson Women’s Health Organization, devolviendo el poder a cada estado para crear leyes sobre el aborto.

Este año, la 50 Marcha Nacional por la Vida incluyó un mitin en el National Mall y una marcha que fue desde el National Mall, no hasta los escalones del edificio de la Corte Suprema como en años anteriores, sino hasta los escalones del edificio del Capitolio de los Estados Unidos.

También se alentó a los habitantes de Carolina del Norte a asistir a una Misa celebrada por las diócesis de Charlotte y Raleigh en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, antes de la marcha programada a la 1 de la tarde.

El Obispo de Raleigh, Luis Zarama, fue el celebrante principal de la Misa de Carolina del Norte. Monseñor Patrick Winslow, vicario general y canciller de la Diócesis de Charlotte, fue el homilista.

Durante su homilía, Monseñor Winslow dijo que, “como cristianos, nuestro objetivo nunca ha sido solo superar los obstáculos legales que nos mueven hacia una sociedad más justa. Nuestro objetivo es convertir mentes y corazones; dejar de lado toda la retórica equivocada para que cada hombre, mujer y niño vea y rechace el aborto por lo que es... un acto que perjudica a la sociedad, a los padres, a las madres y a los niños”.

Enfatizó que nuestro objetivo no es prevenir el aborto haciéndolo ilegal. Más bien, “nuestro objetivo es prevenir el aborto exponiendo esta práctica macabra y oscura para que se vuelva reprensible para todas las personas razonables de buena voluntad”.

“Hoy estamos especialmente agradecidos por las muchas y continuas bendiciones de Dios”, dijo. “Hoy damos gracias a Dios por su ayuda. Hoy pedimos más. Y lo que sea que nos espera, estamos motivados por las palabras de la Madre Teresa: ‘no estamos llamados a tener éxito, estamos llamados a ser fieles’”.

FOTOS DE CORTESÍA

El padre benedictino Elias Correa-Torres (arriba a la izquierda) y los estudiantes de Belmont Abbey College asisten a la Marcha por la Vida en Washington, D.C., el 20 de enero.

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