3 minute read
“América, América, Dios Derramó Su Gracia Sobre Ti” — Por Maria Balakshin
Por Maria Balakshin
Cuando celebramos el 4 de julio, pensamos en nuestro país, los Estados Unidos de América: sus cielos espaciosos, sus olas de grano color ámbar, las majestuosas montañas púrpuras y la libertad de vivir en América. Como hija de padres inmigrantes, mis padres constantemente nos enseñaron a mis hermanos y a mí el valor de vivir en un país libre y nuestra responsabilidad de mantener esa libertad, no darla por sentada ni abusar de ella.
Advertisement
El cuatro de julio siempre fue una fiesta importante en nuestra familia. Comenzaríamos el día asistiendo a Misa en nuestra parroquia local dando gracias a Dios por el privilegio de vivir en Estados Unidos que brinda oportunidades y libertad para llevar a cabo nuestra vida diaria. Mi padre, un hombre reservado y conservador, se ponía con orgullo un sombrero del 4 de julio y ondeaba la bandera estadounidense mientras veíamos el desfile del 4 de julio de nuestra ciudad y enseguida los fuegos artificiales. Terminaríamos el día cantando “God Bless America”, su canción favorita, que nos enseñó. En mi familia, Dios y la patria estaban entrelazados.
Nuestra nación fue fundada bajo Dios. El lema de nuestra nación es “In God We Trust”. ¿Qué significa esto para nosotros como católicos, para nosotros como feligreses de la Catedral del Santísimo Sacramento? El Catecismo de la Iglesia Católica nos recuerda: “El amor y el servicio a la patria se derivan del deber de la gratitud y pertenecen al orden de la caridad” (2239). Como comunidad parroquial, Dios nos llama a responder a este deber lo mejor que podamos. mientras honramos genuinamente a Dios y al prójimo. También podemos comprometernos con un patriotismo católico fortaleciendo nuestro compromiso con la formación de una conciencia cristiana enriqueciéndonos con las enseñanzas de la Iglesia.
Otro medio por el cual nosotros, como miembros de la Catedral, podemos cumplir con este deber es vivir nuestra fe católica en nuestra nación hoy, confiando en que Dios nos guiará para ser buenos ciudadanos cristianos. Entreguemos nuestro corazón para llevar a cabo esta misión de un auténtico patriotismo católico bajo Dios.
Todos podemos estar de acuerdo en que actualmente nuestra nación está luchando con muchas crisis y necesita desesperadamente la ayuda de Dios para corregir nuestros muchos males. Como dijo una vez Santa Teresa de Calcuta: “Hoy, más que nunca, necesitamos orar por la luz para conocer la voluntad de Dios, por el amor para aceptar la voluntad de Dios, por la manera de hacer la voluntad de Dios.” Dediquemos tiempo de oración pidiéndole a Jesucristo “que derrame su gracia sobre ti,” nuestros Estados Unidos.
Puesto que nuestra nación fue fundada bajo Dios, no permitamos que se pierda esta preciosa herencia, esta fuente de verdadera vida y libertad. Su preservación depende de cada uno de nosotros.
— Por Irving Berlín