Escrituras

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Escrituras

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Diyani Felipe Aguirre Laura Candil Sofía Salamanca

Ilustración de portada: Laura Murcia 1


El Taller de Escritura del Preparatorio en Artes Plásticas y Visuales está enfocado en acercar al estudiante a una reflexión del arte desde la lectura y la escritura, busca promover el análisis crítico, la creación desde el ámbito teórico y propende por las relaciones entre la palabra y la plástica. Periódicamente publica textos realizados por los estudiantes, un abre bocas de las disquisiciones que formulan en este periodo inicial de sus procesos formativos. En esta oportunidad, el Taller de Apreciación visual acompañó el proceso de creación, así que esta edición, la tercera de la serie Escrituras, se presenta como un trabajo conjunto entre áreas. Este número reúne textos de Diyani Aguirre, Laura Candil y Sofía Salamanca. La ciudad como escenario de la moderna liquidez es el objeto de las relaciones entre los humanos y el consumo, vínculo desigual si se toman en cuenta las pérdidas que la rapidez, la instantaneidad, la inmediatez y el vértigo ejercen en la incapacidad de la consolidación de la memoria personal y colectiva. Los pequeños eventos que pueblan nuestros 1


días son ignorados en pro de los grandilocuentes, proporcionalmente llamativos y efímeros. Un instante es suficiente, aparecer y desaparecer funcionan al unísono, el tiempo impone su ritmo, imparable, pertinaz, y la memoria se diluye, le es imposible permanecer. De este modo Diyani Felipe Aguirre presenta su reflexión sobre la cultura visual y la memoria en tiempos de hiperconsumo. Parte de una mirada atenta y sutil a las conexiones entre los espacios-ciudad y las personas-memoria que desde su punto de vista se han desconectado, impidiéndoles una construcción de identidad. Laura Aguirre propone un ejercicio espacial en el que las palabras juegan, se escuchan, se deslizan por la superficie generando silencios y gritos, estados de reposo, de expectación, de angustia. Similares fenómenos analiza en obras recientes del arte latinoamericano en las que subyace una idea física en cuanto a la quietud, la inmovilidad y los nexos entre los cuerpos y el espacio. A través de esta exploración en la que se alternan metáforas de las imágenes que toma como base, analiza las obras en tanto que 2


estados de la materia en torno a la representación del cuerpo-muerte, cuerpo-plantas, cuerpo-fibras, cuerpo-objetos. Oposición de los estados, contradicciones, eventos reales que escapan al ojo y que en su ejercicio escritural equivalen a una microbiología del tiempo y la mirada. Un ejercicio retórico en el que la palabra se hace concepto. Sofía Salamanca propone una reflexión en cuanto a la disociación del hombre y su entorno, ya que, dicho desencuentro nos lleva a límites insospechados de desapego emocional y personal, tanto así, burbujas impermeables a punto del colapso, carentes de la idea de un conjunto que nos aglomere. Funciona como un Manifiesto por la movilidad, por la mirada minuciosa, por la acción, un llamado a sentir lo que nos rodea, a promover la igualdad en tanto seres de derecho, y en tanto la necesidad del otro. Su discurso compara el cómo todos los seres estamos conectados, nos afectamos, coexistimos de modo indistinto en la vida y en el arte. Su mirada sensible a los pequeños gestos de la naturaleza y los grandes cambios que estos generan nos aproxima a la comprensión de 3


comunidad, de especie, así como a la interpretación del arte desde la física y la mística.

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Diyani Felipe Aguirre 360 km/h Tal vez lo siguiente: el hombre encorvado encima de su moto no puede concentrarse sino en el instante presente de su vuelo; se aferra a un fragmento de tiempo desgajado del pasado y del porvenir; ha sido arrancado a la continuidad del tiempo; está fuera del tiempo; dicho de otra manera, está en estado de éxtasis; en este estado, no sabe nada de su edad, nada de su mujer, nada de sus hijos, nada de sus preocupaciones y, por lo tanto, no tiene miedo, porque la fuente del miedo está en el porvenir, y el que se libera del porvenir no tiene nada que temer. Milan Kundera

Espacio: derretimiento Poco a poco nos han robado nuestro espacio y de paso la memoria gracias al modelo de urbanización implantado en la modernidad. Desde este contexto podemos ver cómo este estilo de vida citadina nos lleva en un carro a alta velocidad por una de sus grandes avenidas que están vacías. La gentrificación y el pensamiento colonizador que está tomando las ciudades es un atentado contra 5


nuestra memoria desde lo físico y lo mental. La idea de progreso con todos sus preceptos que poco a poco se nos ha implantado viene de la industrialización estadounidense, un estilo de vida que configura una ciudad y un modo de habitarla que paulatinamente nos ha robado el territorio para entregarlo a empresas privadas (práctica elemental del neoliberalismo). Con esto las ciudades como territorio de una sociedad son cada vez más un centro comercial dónde las calles son sus vitrinas con mausoleos de la memoria;ahora el ocio y nuestra manera de comprender la ciudad es a través del consumo frenético. La ciudad ya no es un espacio para reposar, observar y contemplar, es un espacio que está condenado al olvido y a la velocidad, por eso los monumentos están en vía de extinción, y con esto no me refiero a los monumentos tradicionales que buscan homenajear un evento o persona memorable, quiero en cambio, llamar la atención sobre los monumentos que se construyen a partir de una memoria colectiva, un restaurante tradicional, un taller artesanal que lleva muchos años o una librería que 6


sea muy significativa dentro de un grupo de personas. Estos sitios también son monumentos que son derrumbados bajo la lógica del hiperconsumo. En la obra Monumento Mínimo (2005) de la artista Nele Azevedo, sobre unas escaleras, posan esculturas de humanos en hielo que se derriten dentro de un periodo corto, haciendo referencia a la liquidez y al olvido, condición contemporánea de la memoria. Por lo general, los monumentos se hacen para perdurar, mientras que aquí, se propone una exploración de la relación entre memoria y monumento en tiempos contemporáneos desde su materialidad y tiempo, una contradicción entre lo perdurable y lo efímero, un llamado de atención sobre nuestro comportamiento actual, ligero e insustancial. Para concluir este apartado quisiera mencionar algo importante, la memoria a diferencia de la historia es un concepto meramente subjetivo, la memoria es singular, subjetiva, un mundo lleno de interpretaciones que cambian con el tiempo, con el presente. Por otro lado la historia es pragmática, ceñida a los hechos, es objetiva o al menos así no la han 7


querido vender, pero ¿qué tipo de memoria existe ahora en tiempos de gentrificación y globalización? La memoria de hoy es historicista gracias a la instrumentalización que está sufriendo la ciudad y por ende nosotros. Las causas de esta homogeneización de la memoria es la manera pasiva de asumir la realidad que tenemos. Una ciudad que nos obliga a consumir en exceso cada que salimos de nuestra casa limita la interpretación de la realidad, y así es como cada vez más se pierde la riqueza de la memoria, cada vez más supeditada por eventos mediáticos sin importancia y por un afán de consumir satisfacción. Tiempo: reposo El tiempo para nosotros, es una de las maneras de construcción de la memoria y desde este punto podemos ver que el sistema y modelo laboral va en detrimento de la memoria a través del uso del tiempo y la manera de asfixiar al asalariado. Son ocho horas al día que se convierten casi en diez u once, que desgasta física y mentalmente, pero con el confort de que comemos, dormimos y subsistimos. 8


Este modelo vive de explotar a una mayoría para sostener una sociedad que invierte su tiempo en lo que llama Walter Benjamin, La experiencia vivida, que está directamente relacionada con la idea de la vida citadina y con la industrialización, esta vivencia que es individual, frágil, volátil y efímera. Al parecer solo tenemos tiempo para producir. La memoria, el tiempo y el reposo van de la mano y el afán de la ciudad creó nuevas temporalidades a través del trabajo. Gracias a esto tenemos menos tiempo para interiorizar, hacer introspecciones o reflexionar sobre nosotros y nuestra memoria, al parecer existe una tensión y un miedo de enfrentarnos a nosotros mismos, pues no tenemos el hábito de reposar de una manera significativa, queremos que el tiempo se vaya volando para estar en el trabajo o descansando del mismo pero no pensando en nuestra misma existencia. Esto crea una inconsciencia contra la memoria individual y por lo tanto colectiva, pues no se vive nada significativo en nuestra vida, solo experiencias que no hacen más que alienarnos con un sistema que nos quita la memoria y lo hace robándonos a la vez lo que 9


necesitamos para crearla: tiempo, reposo y espacio. Con artefactos como el reloj, nuestra temporalidad cambió, y con ello nuestro estilo de vida, una vida más productiva que tiene los frenos dañados, el tiempo desde ese momento fue algo controlable, mucho menos abstracto pues todos estamos coordinados independientemente del lugar. Sin embargo, no solo el tiempo como lo conocemos cambió nuestra temporalidad, también la manera en cómo las distancias se acortaron, las grandes avenidas, el ferrocarril, los aviones y el internet, la capacidad de enviar un mensaje o una información fue cada vez más corta, con esto se crea una jaula en el presente que solo nos deja ver el pasado de una manera más pop o de marketing, y un futuro cuya única función es llevarnos a pensar en alguna expectación casi que inmediata. Cultura visual: cántaros La cultura visual en tiempos contemporáneos plantea una pregunta, ¿estamos llenos o vacíos de información? Una pregunta que puede 10


tener una respuesta obvia dado que el internet nos da una accesibilidad que antes no teníamos en cuestión de rapidez y facilidad; más el problema es el uso que le damos. Con tanto flujo estamos conduciendo un carro a alta velocidad, la cual no nos importa porque no la sentimos, avanzamos ciegamente en la carretera. Nosotros como consumidores permanentes de imágenes hemos perdido el horizonte, sentimos una llenura en la que como Estanislao Zuleta(1) dice, “EI verdadero problema es hacer salir a alguien de una ‘indigestión’ para que pueda tener apetito, porque lo que impide el acceso al saber, lo que Platón llama la ignorancia, no es una carencia, sino por el contrario, un exceso de opiniones en las que tenemos una confianza loca”. Zuleta en unas líneas explica lo que es la infoxicación, un fenómeno que surge a raíz de la hiperconsumo de información y que tiene como consecuencia la poca profundización; esto nos ha hecho perder la facultad Conferencia del Profesor Estanislao Zuleta. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad Libre. Bogotá. 21 y 22 de noviembre de 1978. Publicada en Revista de la Facultad de Artes y Humanidades. Segunda época, No 1 – Segundo semestre de 1990.

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contemplativa/reposo respecto a la visualidad que ayudó a construir una memoria y un reconocimiento del espacio y el tiempo. En la obra Nómadas (2014) Miler Lagos nos plantea el archivo y la memoria como un árbol que está construido a partir de periódicos, queriendo conectar ese organismo tan importante para la vida como lo es el árbol con la memoria, que es igual de importante para la vida en un sentido más metafísico. Los árboles, tal como lo explica Lagos, son nómadas que se mueven no en el espacio, pero si en el tiempo, si trazamos una línea del tiempo los árboles son testigos de un ecosistema teniendo en cuenta su relación con otras especies, las plantas, los animales, los ríos. El árbol se mantiene férreo, en estado de reposo, contemplativo, pero no pasivo, una antítesis de lo que es la ciudad. El cómo utilizamos la información nos ha hecho ser amantes del alto kilometraje, en las vacías pero anchas autopistas de la urbanización moderna, cambiamos de carril, así como cambiamos de imagen a imagen. Tenemos el tanque de gasolina lleno, necesitamos vaciarlo. En esta gran 12


cadena de la memoria instrumental o historicista vemos cómo todo funciona como un círculo vicioso; vamos a 360 km/h, una velocidad alta, que recorremos en un línea de 360 grados. El círculo vicioso.

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Laura Aguirre Candil

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a inmovilidad no existe

Comúnmente denominada como la falta de capacidad para moverse, pero QUIÉN dijo que esto existe. ¡Claro! Los objetos no se mueven por sí mismos pero están hechos de

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que se mantienen en continuo movimiento, además también se desplazan cuando hay mudanzas o compras; entonces no se puede decir que los objetos son totalmente inmóviles. Teniendo esto en cuenta, entonces las plantas son ¿Inmóviles? Pero por supuesto…. Q U E N O Los átomos que poseen, realizan procesos químicos al igual que los seres humanos, los animales, los hongos y las bacterias. Aunque las

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rocas no son consideradas como seres vivos realmente también hacen uso de dichos procesos, por esto existen diversos tipos de roca.

¿Y, lo que está

Muerto? La Lo muerto también se mueve. ¿No es esto escalofriante? investigadora de la Universidad Central de Queensland, Alyson Wilson

realizó una investigación sobre cadáveres humanos durante

17 meses. Mientras el proceso, el que se catalogaba cada 30

minutos mediante el uso de fotografías, el movimiento de los cuerpos, fue más que evidente; además de los Espasmos Post mortem Hay un proceso extra que hace que un cuerpo sin vida, sin ‘’movimiento’’ por así decirlo; pueda moverse con total tranquilidad y es la DeScoMpoSiciÓn Por lo general cuando se encuentran cadáveres de épocas antiguas se cree que murió justo en la posición en la cual se encuentra pero la verdad es que durante el proceso de descomposición y el gran banquete de los gusanos, el cuerpo se va moviendo, cambiando ASÍ su posición final. En la obra de Alfonso Quijano – La cosecha de los violentos (1968) se hace referencia a la muerte de manera continua, cada vida nutre al gran árbol central como si de abono se tratara. ¡Esto es muy interesante! La naturaleza toma poder de recursos,

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dirán ¿pero de que estás hablando?... Sencillo. La descomposición de la carne humana se vuelve alimento, lo cual no deja que nada a su alrededor este inmóvil ¿Por qué? Verán se crea una relación de dar y tomar, los muertos dan vida y la naturaleza se aprovecha de ella. Aunque diversas obras como Ciclorama de Janaina Mello (2010), Caucho de Alberto Baraya (2006) o Sin Título de Guillermo Kuitca (1992); en ningún momento son realizadas con el objetivo de abarcar el concepto de inmovilidad; cada una de ellas sale corriendo y se topa con él. Los artistas toman objetos visuales cotidianos y los traen a la vida de la movilidad. Janaina Melo busca representar la conexión de

individualidades

en algún punto del tiempo, esta búsqueda se niega por completo a la inmovilidad, dándole paso a trayectos que persisten en trasladarse de un lado a otro. Alberto Baraya se desplaza por la naturaleza plástica ofreciendo partes de ramas o árboles, y a pesar de que sus obras son representación de vida, visualmente se ven quietas, pero no es más que un

estado

de reposo para el ojo humano, ya que dentro de ella yacen miles de alteraciones, las cuales la convierten en una obra de arte que permanece en un juego entre

la calma

y

la acción.

Guillermo Kuitca nos ofrece una visualidad con estímulos , ya que utiliza colchones con aspecto de piedra… El espectador dirá

¡Uy, qué dolor!,

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son casi imposibles de mover. Pero no es así. ¡En serio! Sí, ya dije que en las piedras hay movimiento y aunque no logremos captar la real suavidad de esta obra, TODO se mueve.

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Sofía Salamanca Vargas El punto ciego de la inmovilidad

Introducción Hemos perdido la noción de nuestra existencia, de nuestro compromiso individual y social. En la época actual, estamos más pendientes de los dispositivos electrónicos, la información que encontramos en internet y las redes sociales ―sin contemplar que, como especie humana, también estamos saturados de problemas que nos afectan como sociedad―. El hambre, la desigualdad, la pobreza extrema dentro de la población y el enriquecimiento exponencial e individual, y el cambio climático, son solo algunas de las preocupaciones que nos aquejan. Vivimos en un modelo que nos separa del mundo, alejados de la naturaleza y los animales, desconociendo la existencia del otro, de lo otro, desconocemos que este planeta no es solo nuestro y que está vivo. Ignoramos los análisis de Sócrates acerca del mundo de las ideas, de 18


Platón y su caverna, el autoconocimiento de Nietzsche, o el de José Ramón Torregrosa “Sobre la identidad personal como identidad social”, y el de muchos otros que abordan el comportamiento social y la forma de pensar. Estudios que nos convertirían en una mejor especie, tanto para nosotros como para los demás seres que viven en este mundo. Seguimos luchando por ser razonables, moralmente correctos ―dentro de lo que cabe―, comportamientos que, como sociedad, deberíamos manejar mejor para así prevenir muchos de los problemas que nos aquejan, siquiera, para entendernos como partes de un todo. La artista Janaina Mello en su obra Ciclotramas (2010) nos cuenta cómo organismos individuales dependen y se conectan entre ellos en pro de la constitución de un sistema mayor al cual, también son dependientes. Un patrón que se evidencia en las células que conforman nuestro cuerpo, la cadena alimenticia de los animales, la conexión entre ríos, mares y océanos, los ecosistemas en el planeta. ¿Cómo podemos tener una dimensión de la causa y efecto que provocamos como especie en nuestro entorno si no podemos dimensionar la 19


que provocamos como seres individuales dentro de nuestra sociedad? ¿Qué nos aleja del mundo? Estamos tan encerrados en el sistema que construimos para nosotros que hemos olvidado el mundo de afuera. Las sociedades indígenas tenían ese conocimiento y se consideraban a ellos mismos como parte de un ser mayor, la Pachamama, “conocimientos ancestrales” perdidos hoy. Si ignorábamos a Sócrates, a estas herencias espirituales los hemos matado y enterrado en lo más profundo en algún lugar de la tierra. Vivimos en constante movimiento, somos despistados y en ocasiones se nos olvida que tenemos cinco sentidos que nos relacionan con nuestro entorno. Muy pocos tomamos el tiempo de detenernos y escuchar, sentir, oler, probar y ver a detalle las cosas. En la obra Sin título de Juan Fernando Herrán (1994-2017) se evidencia ese estado de desligamiento, esta se trata de una instalación de varillas metálicas que producen una energía, una alteración en el espacio de exposición, que perfectamente podría ser pasada por alto si no se tuviese, como espectador, un diálogo sensorial con 20


el entorno y una aproximación a la obra. Acaso ¿algo es inmóvil porque carece de movimiento físico? incluso detenerse, parar o dejar de moverse no es inmovilidad, un árbol no es inmóvil, está en constante movimiento. No vemos lo suficiente, no sentimos lo suficiente como para darnos cuenta de esto. En la obra Baitogogo (2013) de Henrique Oliveira podemos ver una estructura que parece ser invadida por el tronco y las ramas de un árbol, una transformación del espacio, la invasión por parte de un ser “inmóvil”. Sin embargo, al introducirnos en la instalación se alcanza a percibir movimiento, un cambio físico que no hemos querido conocer y aprender de él. La tierra se mueve, las ciudades se mueven, los animales se mueven, los objetos se mueven; una piedra se mueve. Entonces ¿Qué es inmovilidad? ¿Qué es estar inmóvil? Si todo está en constante movimiento ¿qué no lo está? ¿Existe la inmovilidad? La inmovilidad se siente, se percibe y está oculta a la vista, y no estamos preparados para verla, o no queremos hacerlo —un árbol, de hecho, no es inmóvil, la sociedad sí, pero no estamos preparados para esta conversación—. 21


Nos desconectamos tanto de ese mundo natural, del que aun hacemos parte y al que seguimos afectando, aunque lo ignoremos, que olvidamos mirar y sentir las cosas, además de solo ver. No percibimos lo suficiente. Existen movimientos que no podemos ver, como el continuo crecimiento de un árbol. ¿Qué tan quieta puede estar una piedra? Abriremos nuestra mente. Desenterraremos, lo que hemos enterrado. Dejaremos de ignorar, aquí y ahora. Nos volveremos a conectar con ese sentir, con la energía que nos rodea. Con la percepción inherente que supera nuestros cuerpos móviles y constantemente cambiantes. Lo que no se mueve De manera superficial entendemos por inmovilidad aquello que no vemos moverse desde nuestro punto de contemplación, como si tuviéramos el mismo estado físico y biológico que un árbol o una piedra, esperando que a estos les salgan dos piernas y que caminen igual que nosotros. Lastimosamente para algunos, cada ser es y se expresa de manera diferente. Esta afirmación, hoy, debemos 22


aplicarla fuera de nuestro sistema social y entendernos como una unidad y no aplicarla como seres individuales, — ¡sí! sé que es difícil, si no imposible, sin embargo, para entender lo que diré a continuación es necesario dejar nuestros debates sociales en un tercer plano y esforzarnos para vernos unos a otros como iguales— y de esta forma, podremos tener una dimensión de nuestro papel como especie y como afectamos el mundo que nos rodea. Algo que pone en evidencia esta diferencia, son los patrones de dispersión o de distribución de las especies. Según la demografía (1) se puede dar de tres maneras: uniforme, aleatoria y agrupada. La primera, se da cuando los individuos de una población se encuentran esparcidos de manera regular —dentro de lo que cabe— como algunos tipos de plantas, que secretan toxinas que les impiden el crecimiento a otras en sus cercanías. La segunda, cuando se 1. Estudio estadístico de las poblaciones humanas (o de cualquier otro tipo de población) según su estado y distribución en un momento determinado o según su evolución histórica, según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua.

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distribuyen al azar, como las semillas de la flor Diente de león. Y la tercera, cuando se generan grupos dentro de esa dispersión, como se dio en nuestro caso. Si entendemos a un árbol como un ser inmóvil, porque carece de un desplazamiento de posición, nos estaríamos limitando ante los infinitos cambios que puede tener. Desde las ciencias naturales, más específicamente en la física, el trabajo es el producto de una fuerza paralela al desplazamiento y dicha fuerza es producida por una energía. “La energía es la capacidad que tiene cualquier cuerpo para moverse, realizar un trabajo, transformarse, en definitiva, cambiar” (2). Si comprendemos el movimiento como un cambio de estado, una transformación en la materia y no únicamente como el desplazamiento de un punto B a un punto A, abrimos nuestro panorama. Volviendo con el árbol, este se encontraría en constante movimiento, pues como es sabido, no para de 2. Serie cuadernos para el aula. La energía, cambios y movimientos: cuadernos para el aula. - 1a ed. Buenos Aires: Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación, 2007, Pág. 1.

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crecer hasta llegar a su punto máximo, los más rápidos crecen en promedio un metro por año (3) , como por ejemplo los eucaliptos. Incluso continúa cambiando después de haber culminado su crecimiento, ya que pasarían a un estado de descomposición. En la obra Baitogogo, cuando vemos ese árbol crecer dentro de una arquitectura, espacio que “no le pertenece”, fusionándose con él, somos testigos de tres movimientos. El primero es propiamente dado por el crecimiento sugerido que tienen las ramas y el tronco, teniendo en cuenta que aquello que nos presenta el artista es un ser vegetal. El segundo por la sensación de movimiento que produce el entramado, y el tercero, por el cambio de espacio. La invasión que hace lo orgánico en la galería, así como Vito Acconci en su primera exposición en la Grail Ground Gallery de Nueva York, llevaba su casa a la galería. En este último punto lo que sucede es un cambio del entorno, www.fronda.com. Fronda, Árboles de crecimiento rápido. Recuperado de: https://www.fronda.com/arboles-de-crecimiento-rapido #:~:text=Los%20%C3%A1rboles%20de%20crecimiento%20r%C 3%A1pido,r%C3%A1pida%2C%20son%20una%20gran%20elecci% C3%B3n. (Consultado el 6 de mayo de 2020).

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trasladar lo natural a lo urbano, llevar la selva brasileña a la ciudad de París. Energía “El artista describe la relación entre los cuerpos que ocupan el espacio y la manera en que esa distribución física establece una disciplina sobre la vida, el tiempo y las energías de los individuos”(4). La energía puede ser mecánica, cuando los cuerpos son desplazados de su posición, cinética, asociada a un movimiento continuo y potencial, si se encuentra a determinada altura sobre el suelo. Pero también hay energías que nos rodean, silenciosas, que ocupan el espacio. La radiación electromagnética, por ejemplo, es la energía de los rayos solares, un movimiento de ondas que no podemos ver, pero sí sentir a través de la piel, aquel órgano que nos permite relacionarnos con el mundo exterior. Ese mismo movimiento, se puede percibir en la obra de Juan Fernando 4. Nicolás Gómez Echeverri, Ministerio de Cultura, 2011 EN MATERIA, 1°. Juan Fernando Herrán. Colección de Artistas Colombianos. Pag.101.

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Herrán (Sin título 1990-2017) pues se trataba de una instalación de pelo humano sobre varilla, una combinación de materiales que dan como resultado energía estática, una energía que, al igual que la radiación electromagnética, se percibe en el ambiente. Esta obra, como muchas otras de Herrán, le daba al espectador la posibilidad de transitar a través de ella. Un tipo de relación entre la obra y el espectador que es muy contemporánea. Y es que a veces, sencillamente no es que tú puedas visualizar la obra en su totalidad, sino que puedes transitar por ella o percibirla realmente con todo tu cuerpo (..) tener una actitud más activa que no está definida únicamente por el nivel de la mirada (…) sino que tienes que actuar de una manera, un poco más cercana, a la cotidianidad. (Georges Perec)(5).

El efecto era al mismo que se da cuando frotamos un globo o una bomba en nuestro cabello y al separarlo los pelos parecen ignorar a la gravedad, siendo poseídos por una energía que produce un trabajo, una fuerza 5.El escritor Georges Perec, hace un análisis de su día a día y de lo que rodea, viendo lo extraordinario en lo cotidiano. Un punto de vista que vale la pena leer y estudiar en textos como Especies de espacios (1999), Lo infraordinario (1989) o La vida. Instrucciones de uso (1978).

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contraria a la que los hala hacia abajo. “Con el pelo encontré la manera de conectar los materiales naturales con el hombre” (6). Lo que Existe y No se Ve …El agua es absorbida —por las raíces. Sube —por los troncos y tallos. Y al final… —hidrata hasta la última hoja. Los movimientos que he mencionado no podemos verlos a simple vista, e incluso llegan a ser tan microscópicos que pasan desapercibidos. La forma como las plantas se hidratan, el bombeo de sangre que hace el corazón y el viaje de esta por las venas a través del cuerpo, el trabajo de las neuronas en el cerebro, son solo algunos ejemplos. 6. Nicolás Gómez Echeverri, Ministerio de Cultura, 2011, palabras de Juan Fernando Herrán. EN MATERIA, 1°. Juan Fernando Herrán. Colección de Artistas Colombianos. Pag.278

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Lo anterior sirve de antesala para conectar con los Ciclotramas de la artista brasilera Janaina Mello Landini, una serie de tejidos de cuerda y soga, los cuales se podrían leer como un todo que se divide, una y otra vez, o como finas acciones que se entrelazan unas a otras en pro de ese todo. “Utiliza un elemento cotidiano como la soga, para disolverla en pequeños hilos a través de bifurcaciones continuas que conforman figuras orgánicas, donde el objeto termina por alcanzar un estado indivisible”(7). Se trata de fractales que, como nos lo presenta la artista, se pueden encontrar en diversos ámbitos. Si nos aferramos a esto, podemos creer y no de forma errónea, que estas pequeñas estructuras la podemos encontrar en la naturaleza de manera colosal, un ejemplo sería el agua que viaja a través de ríos para fusionarse con los océanos, o como se relaciona la cantidad de ramificaciones que puede tener un 7. Soledad Gherardi (2018) Ciclotramas: las formas orgánicas de Janaina Mello Landini. Sistemas de hilos interconectados. Experimenta – Revista de Diseño. Gráfico, Arquitectura, Industrial y Tecnología. 24 de septiembre.

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árbol, con el número y el tamaño de árboles que se pueden encontrar en el bosque al cual pertenece. En 1997 James H. Brown y Brian J. Enquist, anunciaron su controvertida teoría, donde alegan que, los fractales albergan la clave, a la misteriosa relación entre la masa y la energía utilizada por los animales, estos curiosos investigadores hicieron un experimento, en 120.000 hectáreas de área de conservación de selva tropical en Guanacaste Costa Rica, para comprobar la hipótesis de la ramificación y de esta manera, al conocer la estructura fractal y la absorción total de CO2 de un solo árbol, determinar la capacidad de toda la selva (8). ¿Acaso nos afecta? Primero yo, Segundo yo y termina en yo. Michael Schwarz y Bill Jersey (2008) Hunting the Hidden Dimension. https://www.youtube.com/watch?v=FKttSB4pzug

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¿Eres consciente de que el mundo en el que vives no es el propio entorno natural dispuesto en el planeta, cuando vas en el bus, cuando llegas a tu casa y prendes el computador, antes de dormir, y al despertar al día siguiente? Puede que en algún momento de la semana recordemos que el envase del café tardará alrededor de 200 años en descomponerse, la tapa de plástico sobrepasa los 150 y el cartón puede tardar hasta 30 años en degradarse. O de lo insoportable que es respirar el aire en los urbanismos. O que simplemente le debemos todo lo que tenemos a ese mundo primitivo que nos dio permiso de habitarlo. Aunque hoy, somos mucho más conscientes de este tipo de cosas, teniendo en cuenta que hubo una época en la que esto era desconocido, aún no hemos podido equilibrar lo natural con lo industrial —no a gran escala— como Baitogogo, columnas y al mismo tiempo árbol. Seguimos en este sistema saturado y excluyente, ¿es acaso nuestra naturaleza, el excluir a otros y auto excluirnos? Nietzsche escribió que el humano posee dos tipos de pensamiento que están en constante conflicto, uno 31


racional y otro sentimental y que para la toma de decisiones deberíamos inhabilitar el segundo para así ser racionalmente acertados. Pero, ante esto debemos saber que, estos dos, son parte de nuestra naturaleza humana, no podemos prescindir de una o la otra, ya que esa racionalidad no existiría sin la segunda —me refiero a la moral y el inconsciente— algo así como… la representación, de cierto símbolo oriental, negro y blanco. Algo que también sucede con “la identidad personal” y la “identidad social” pues al ser seres sociales, no puede existir una sin la otra, si pretendemos vivir en sociedad (9). Para nuestra desgracia, muchos conocimientos del mundo natural se han perdido en la historia, por lo menos en América estos conocimientos ancestrales de los mayas, los muiscas o los incas —por mencionar algunos, pues de los sobrevivientes quedan 522 comunidades indígenas, en América Latina (10) — son, después de 528 9. Véase/léase Torregrosa Peris, José Ramón (1983) Sobre la identidad personal como identidad social. In Perspectivas y contextos de la psicología social. Hispano Europea, Barcelona, pp. 217-240. 10. Según es atlas sociolingüístico de pueblos indígenas en América Latina [www.unisef.es ] 32


años, desconocidos, un mito. Sabemos que estaban interesados por el comportamiento de los astros (mayas principalmente), que tenían un alto conocimiento en cuanto a la agricultura (muiscas) y además eran conscientes de su pertenencia a una entidad mayor a ellos, a los ríos, las montañas, los animales (a estos los consideraban dioses o seres sagrados) La Pachamama, Machi, Madre Tierra o como la conozcas. Conclusiones Si retomamos la idea de los fractales y que todo está en constante movimiento, llegamos, al Efecto Mariposa (11). Aunque hubiésemos creado un mundo exclusivamente para nosotros, encerrándonos en una burbuja y excluyéndonos del mundo natural, seguimos dependiendo de él y afectándolo, algo que, según el 11. Según este concepto vinculado a la Teoría del Caos, el aleteo de un insecto en Hong Kong puede desatar una tempestad en Nueva York. (…) En un sistema no determinista, pequeños cambios pueden conducir a consecuencias totalmente divergentes. Una pequeña perturbación inicial, mediante un proceso de amplificación, puede generar un efecto considerable a medio y corto plazo. (www.nationalgeografic.es/ciencia/8 de noviembre de 2017)

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efecto, terminaría afectándonos como especie. —KARMA—. Un árbol está en constante movimiento y según lo presentado, podríamos afirmar que todo se mueve, producto del trabajo que se da por una energía, un cambio, una transformación, un desplazamiento de su punto inicial; al pasar de mano en mano, cambiar su estado físico, alterar su sentido con el avance social e histórico y al producir un cambio en el lector, podemos afirmar, que un libro se mueve. Y que la transformación, deriva de cambios físicos, sociales, mentales, colosales y microscópicos. Todo se conecta, Ciclotrama. —Un árbol, de hecho, no está inmóvil, este crece, transforma su entorno, cambia, evoluciona. La sociedad sí, porque afirmo que estamos estancados, no avanzamos, es inmóvil porque nos movemos dentro del sistema, para nosotros mismos, ignorando lo que pueda producir en el mundo que nos rodea. Percibimos la energía. Si bien pueden existir energías con un carácter más místico, no las hemos estudiado lo suficiente o simplemente no nos interesan, pues, aun así, 34


seguimos en la burbuja; la metafísica se está encargando, en parte, de buscar una explicación científica, psicológica, social y de lo que se puedan agarrar, a estas cuestiones “místicas”. Entonces ¿una piedra se mueve? ¿Qué tuvo que pasar un diamante para llegar a serlo? ¿Y la lava? ¿Y la información antropológica que se puede extraer de ellas? ¿Qué pasa con las pinturas rupestres?... Si la intención de todo esto es que abramos nuestras mentes, dejaré que esta cuestión la termine de contestar, usted querido lector… Sí, se mueve, y más de lo que creemos, su materia se transforma, pueden ir de un punto A a un punto B, esconden secretos antropológicos, cuentan historias, e incluso, según algunos(12), emanan energía propia. Entonces… ¿Una piedra se mueve?

Bárbara de Lellis (2004) La magia de las piedras y los cristales.

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