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Cap. 3. La agenda 21 de la cultura
LA AGENDA 21 DE LA CULTURA
La agenda 21 de la cultura es el documento que con mayor énfasis propone un marco normativo (véase esquema del capítulo anterior) para la acción pública en el ámbito de la cultura. Es un documento que pretende dar respuesta a los nuevos retos que las políticas culturales públicas han de afrontar en el siglo XXI. Este documento, propuesto en el marco del IV Foro de Autoridades Locales de Porto Alegre, buscando ciertos paralelismos con las pautas y principios metodológicos que se aplicaron para la redacción de la agenda 21 del medio ambiente (A21). Es por esta razón que presentamos algunas de las principales lecciones generadas por la experiencia de la A21 del medioambiente, que serán de gran utilidad como referente operacional para la A21 de la Cultura.
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La agenda 21 de la cultura
Una propuesta de las ciudades para el desarrollo cultural
La idea de realizar una Agenda 21 de la cultura surge para contribuir a formular respuestas a los retos del desarrollo cultural que la humanidad afronta en este siglo XXI. La idea inicial guarda muchos parecidos con el proceso que se desarrolló a finales del siglo XX respecto al medio ambiente, cuando la constatación de que los modelos de desarrollo vigentes, excesivamente depredadores de los recursos y ecosistemas naturales, movilizó a la opinión pública mundial, a los gobiernos y a las instancias internacionales. Hoy, está naciendo una concienciación similar en el campo de la cultura. Ésta asume un papel central en la globalización pero sin instancias ni instrumentos de debate público. Hoy es especialmente importante desarrollar acuerdos que defiendan la diversidad cultural, el cariz abierto de la cultura, así como la importancia de la creación y la participación cultural para todas las personas.
Estos son los fundamentos que han llevado al Foro de Autoridades Locales de Porto Alegre, mediante los ayuntamientos de Barcelona y Porto Alegre, a proponer una Agenda 21 de la cultura. Los gobiernos locales desarrollan actualmente un papel clave para poner la globalización al servicio de los ciudadanos y para potenciar la necesidad de una cultura abierta y diversa. Con la aprobación de la Agenda 21 de la cultura, las ciudades firmantes adoptan un documento que señala los aspectos críticos del desarrollo cultural en el mundo y toman el firme compromiso de hacer que la cultura sea una dimensión clave de sus políticas urbanas.
http://www.agenda21delacultura.net
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LA AGENDA 21 DE LA CULTURA
La agenda 21 de la cultura fue firmada y ratificada por diversos organismos locales en Barcelona el 8 de mayo de 2004. Se trata de un texto estructurado en tres partes: la primera es un conjunto de principios, la segunda recoge 29 compromisos que en teoría deben adoptar las entidades locales que suscriban la agenda y, finalmente, una serie de recomendaciones a distintas instituciones como son las entidades locales, los gobiernos nacionales y a los organismos internacionales. Las recomendaciones son un conjunto de acciones que permitan y profundicen en el desarrollo de los compromisos adquiridos.
El documento Agenda 21 de la cultura fue elaborándose a lo largo de diferentes borradores en diversos seminarios y redes culturales desde enero de 2003 hasta mayo de 2004. A la fecha de su aprobación el 8 de mayo de 2004, únicamente 37 ciudades españolas se habían adherido a los principios que se desprenden del documento
En nuestro contexto, para el diagnóstico de una realidad cultural local, hay que entender la Agenda 21 como un documento que dota de contenido a los objetivos finales de una política cultural local. Se trata de un documento que, a nuestro juicio, presenta un elevado grado de madurez conceptual y que va más allá de la simple declaración de buenas intenciones grandilocuentes al uso que finalmente redactan los organismos internacionales relacionados con la cultura18. Su propio mecanismo de generación ya le otorga un valor añadido, diferencial a otros documentos similares19. Como señala Mikel Etxebarria, (Etxebarria, 2005) se trata de una iniciativa que proviene estrictamente de instituciones del ámbito local y con clara voluntad municipalista. El origen de su desarrollo hay que ubicarlo en el marco del Foro de Autoridades Locales de Porto Alegre, organización que reúne a ciudades y representantes de gobiernos locales de todo el mundo, creado en el año 2001 en el marco del Foro Social Mundial. Desde el inicio su espacio de debate se circunscribe con claridad a organizaciones y redes de marcado carácter municipal como Interlocal (Red Iberoamericana de Ciudades por la Cultura) y Eurociudades entre otras, y
18. Documentos como los derivados de la conferencia intergubernamental sobre la Política Cultural en Europa celebrada en Helsinki en 1972o la Declaración Cultura y Ciudad aprobada por el Consejo de Europa en Praga en 1994 o la conferencia Mundial sobre Políticas Culturales (MONDIACULT) celebrada en Méjico en 1982 que supuso la puesta en marcha del Decenio Mundial por el Desarrollo Cultural (1988-1997) auspiciado por la UNESCO. 19. Nunca las ciudades y los gobiernos locales del mundo se habían puesto de acuerdo, en un movimiento ascendente, de abajo - arriba (bottom-up) para acordar un marco orientador de sus políticas culturales. Se podría considerar la existencia de documentos de referencia de las políticas culturales de las ciudades europeas, como la Declaración de Bremen (1983), declaración también «ascendente», es decir, pactada por delegados de ayuntamientos y ratificada por una instancia internacional, aprobada bajo el paraguas institucional del Consejo de Europa y como culminación del proyecto 5 (1978-1982) de esta organización internacional y actualizada diez años más tarde en Praga. (Pascual, J. 2005)
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