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La tierra quema adentro
En plena pandemia, mientras la humanidad atraviesa la peor catástrofe del siglo XXI, lxs senegalesxs salen a vender, como muchxs trabajadorxs de la economía informal. En la calle, con puestos o ambulando, lxs senegalesxs venden a sol y sombra bijouterie (bisutería), relojes, billeteras y artículos para celulares, también guantes y bufandas en invierno.
Durante el 2020, pese a la circulación de covid-19, la comunidad ocupó la calle. El riesgo no fue menor: sin permiso, la policía respondió expulsándoles y quitándoles lo que vendían, obligándoles a comenzar de cero. Los ahorros guardados para comprar comida o para enviarlos a sus familias, cambiaron su destino y se gastaron en nueva mercadería.
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Hubo organización. Existió un lazo solidario entre la comunidad y el “afuera”. Las preguntas llegaron intempestivas. ¿Quiénes son elles? ¿Quiénes nosotres? ¿De qué modos puede fundirse la vida? ¿Tolerancia, diferencia, alteridad, relativismo cultural? ¿Qué nos oprime? ¿Qué nos libera? ¿Una revolución? Así es como conocimos a Cheikh, Astou, Bamba y tantxs otrxs.
La inmediatez se fue transformando en necesidad de comprender por qué tantxs eligen Argentina y La Plata como lugar donde trabajar y vivir, tan lejos de su gente, de su tierra. ¿Cómo sobrevivir a la pandemia siendo migrantes?