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Estado de alarma
Estado de alarma es un proyecto autobiográfico en el que, durante el confinamiento estricto en Madrid, documentaba lo que veía, lo que sentía y las poquitas cosas que ocurrían a mi alrededor. Así, cada día dibujaba, como una manera de documentar lo que acontecía, y lo subía a las redes sociales con el fin de compartir y generar conversaciones sobre estas experiencias. Terminé haciendo 41 dibujos que están realizados sin boceto previo y tienen un formato adaptado a Instagram (IG). Esta fue una elección consciente, ya que IG se transformó en una de las ventanitas desde las que muchxs de nosotrxs observábamos el mundo.
Este proyecto es una catarsis personal, pero principalmente surge del deseo de documentar y de compartir. El hecho de tener un perro me permitía salir a caminar y observar escenas que otras personas no podían ver, me pareció importante registrarlas mediante el dibujo y compartirlas con quienes estaban completamente encerradas. Al ser un documento autobiográfico también aparecen momentos de crisis personal, cuestionamientos y detalles de mi vida privada que me sirven para preservar mi humanidad en momentos de crisis emocional y existencial.
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Al observar estas páginas, me doy cuenta que en cada dibujo hay multitud de detalles y también resulta obvia esa sensación de miedo, de sorpresa, de confusión, de intimidación. Al releer cada uno de ellos, me doy cuenta de todos los cambios que acontecieron durante la pandemia y me trasladan al momento exacto en los que vi esos “pequeños grandes” cambios en nuestra vida diaria.
La profusión de la digitalización de nuestras relaciones a través de las redes sociales nos hace perder el contacto con la materialidad. Hacer estos dibujos, a lápiz, sobre el papel, me obligaba a trabajar mi sentido del tacto. Por eso mi deseo es compartir este pequeño archivo personal también en papel, para que volvamos a sentir el roce de la materia en nuestra piel.