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Martirio Exposición Martirio por Mauricio Esquivel y Mauricio Kabistán
Exposición Martirio
por Mauricio Esquivel y Mauricio Kabistán
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Al momento de re-escribir este texto para la publicación que estamos haciendo sobre la exposición «Martirio» en la Audiencia Nacional de España es condenado el Coronel Inocente Montano por ser unos de los partícipes intelectuales de la masacre de los Mártires de la UCA en 1989.
Esta condena genera un viento de esperanza de que la justicia es posible en casos tan emblemáticos como este; pero también genera un sentimiento contradictorio e indignante sobre el hecho de que este tipo de condenas se tienen que generar fuera del país para obtener justicia restaurativa en un país; El Salvador; que ha negado este derecho a sus víctimas desde la firma de los Acuerdos de Paz de 1992.
«Martirio» es una exposición que rinde homenaje a la vida de los Mártires de la UCA a través de los archivos de fotos, videos y artículos de periódico que conforman el acervo patrimonial del CIDAI (Centro de Información, Documentación y Apoyo a la Investigación) y la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas.
La exposición recopiló todo el material relacionado a los mártires, con el objetivo de dar una mirada a la vida de los mismos a través de fotos públicas y personales que muestran el carácter humano de cada uno de ellos. Ver retratados en fotos a los jesuitas en su niñez, juventud y madurez genera una empatía e identificación con este grupo de jóvenes religiosos, llenos de energía y disposición como la de cualquier persona de su edad, que descubren un país con muchos problemas; un lugar ideal para ejercer su vocación de servicio.
El servicio a la comunidad a través de la intelectualidad es el testimonio más elocuente y veraz que tienen como legado los jesuitas asesinados; la intelectualidad como resistencia y factor humanizante en un país como el nuestro, todavía sigue siendo un “factor de peligro” para diversos sectores que no pueden asimilar los cambios naturales en una sociedad que necesita desesperadamente avanzar hacia adelante.
«Martirio» como el mismo nombre lo dice es una recopilación de los hechos que sucedieron antes y después de la masacre; gracias al trabajo del CIDAI podemos leer panfletos y recortes de periódicos que son testimonio de los hechos que sucedieron en esa época. Leer los comunicados de los Escuadro-
nes de la Muerte, amenazando reiteradamente a los jesuitas genera un sentimiento de que este tipo de estrategias extremistas solo han evolucionado de la fotocopiadora, a los memes y fake news que tanto asolan la esfera digital de nuestros días. Al visualizar el recuento de hechos a través de comunicados y notas de periódicos uno puede ser testigo de un primer borrador de la historia que nos permite entender a sus protagonistas; entender hasta cierto punto el juego desde lo político, comunicacional e intelectual desde esas esferas de poder las cuales no querían que se acabara la guerra; entender la posición de los jesuitas, y de Ellacuría en específico de que no había salida victoriosa para ninguna de las partes en el conflicto; la única salida era negociar la paz y reconocer que los hechos políticos mundiales que nos influenciaron en ese momento nos iban a rebasar si no se procedía a una salida dialogada lo más pronto posible.
Estos archivos son un testimonio del alcance de la labor que Ellacuría y sus allegados tuvieron en el país y la región (comunicados y columnas de opinión después de la masacre dan fe de ello), evidencia además cómo la impunidad fue evolucionando a medida que el caso judicial en El Salvador iba avanzando y como las conveniencias políticas lo fueron sepultando poco a poco para que no prosperaran.
«Martirio» también es un ensayo artístico que como equipo curatorial decidimos realizar a través de las obras artísticas que acompañan la exposición. Por ejemplo la obra de Norman Morales «Teoría y Práctica» es un libro que sirve como cimiento para una columna; nos recuerda la importancia del conocimiento, la investigación y el pensamiento crítico como base fundamental al que debemos aspirar como sociedad, como parte esencial de una sociedad funcional y como recuerdo de la labor de los jesuitas en el aspecto intelectual que iba de la mano con el carácter religioso que definía su humanidad. Por otro lado la obra de Rafael Ottón Solís «Seis jesuitas al amanecer» es un sentido homenaje del autor a la vida de los mártires, la instalación de gran formato con telas, cintas e hilos rojos conforman una imagen abstracta que parte la sala de exposiciones en dos, un antes y un después del suceso, una imagen que impacta por su color y envergadura, un monumento abstracto y frágil así como las vidas a las que homenajea. Respecto a la fragilidad la obra de Vladimir Renderos y Beatriz Cortez hablan del mismo tema pero desde diferentes perspectivas. En la obra de Vladimir Renderos «Disparos en la Memoria» vemos un video en el que reiteradamente son impactadas por balas una placa de arcilla sin quemar. La relación que hace el artista con la violencia de los impactos de un arma sobre un material usado por los campesinos para construir sus casas y loza utilitaria nos recuerda que la mayoría de las víctimas de la guerra pertenecían a comunidades campesinas pobres, cuyo pecado fue disentir de opinión a las fuerzas que los oprimían. Beatriz Cortez por su parte con su obra «Burned/ Quema» nos interpela la relación entre las ideas plasmadas en un objeto y las que perviven en la conciencia colectiva. El libro quemado que presenta en esta exposición se resiste a desaparecer, está en un estado de constante lucha para no colapsar; una perfecta analogía al conocimiento generado por estos seis intelectuales, cuya obra no solo vive en sus textos, si no también en el recuerdo e ideas que influenciaron a muchas personas y que hasta hoy en día nos sirven como guía. Las ideas sobreviven a las personas que las concibieron y ese es el legado de los Mártires de la UCA, además del legado material que en el caso de la obra de Reynaldo Rodríguez se encargó de retratar. En su ensayo fotográfico «Sin Título» el artista recorre los archivos y lugares que cada jesuita dejó a posteridad; libros, objetos e instituciones universitarias que fundaron como parte de su labor para generar conocimiento están ahí como testimonio material de la capacidad de estos individuos que pasaron toda su vida estudiando la realidad para discernirla y entenderla y ponerla al servicio de la sociedad y las comunidades más necesitadas. En cierto sentido la exposición es una pequeña ventana de nuestra historia que nos hace reflexionar sobre distintos as-
pectos relacionados a este capítulo de la guerra. Uno de estos aspectos es el relacionado a Elba y Celina Ramos, madre e hija representan la constante en la historia salvadoreña en donde los sectores más desfavorecidos se convierten en víctimas del juego cruzado entre los políticos. Víctimas circunstanciales de un evento que ha marcado la historia del conflicto armado, Elba y Celina son el salvadoreño de a pie, con un núcleo familiar que viene de las zonas rurales buscando un mejor futuro en la ciudad o migrando hacia Estados Unidos. Desempeñando trabajos de baja remuneración en el campo y el servicio doméstico Elba Ramos representa esa lucha constante de las familias salvadoreñas por labrarse un mejor futuro para su descendencia; pero que siempre es entorpecido por la impunidad y la corrupción. Es inevitable no sentir impotencia al revisar este legado y las razones que llevaron a matar a los jesuitas y sus colaboradoras, es inevitable no sentirse indignado ante «el descaro y la impunidad de siempre» como dijo Jon Cortina1 que todavía asola a este país y que se ensaña con sus ciudadanos más vulnerables.
En estos tiempos de pandemia y post verdades que asolan el inicio de la tercera década del siglo XXI, somos testigos que en este país todavía impera la conveniencia política para asentarse en el poder y no soltarlo, y por lo tanto aquellos que se atreven a disentir ante estos métodos son vulnerados con las nuevas herramientas que se disponen en las redes sociales y la televisión tradicional. Una vez más después de 28 años desde que terminó la Guerra Civil, todavía «pensar nos vuelve peligrosos».
Mauricio Kabistán/ Mauricio Esquivel The Fire Theory Santa Tecla/Nueva York Septiembre de 2020.
1 Ascoli, Juan Fernando. Tiempo de Guerra y tiempo de paz Organización y lucha de las comunidades del nor-oriente del Chalatenango (1974-1994), Jon de Cortina Presentación del libro, Página 5.