E STUDIO SOBRE LA
“PARTICIPACIÓN DE LAS PERSONAS INMIGRANTES/REFUGIADAS EN EL VOLUNTARIADO DEL MUNICIPIO DE MADRID”
Coordinadora del Estudio: Estrella Galán Pérez Autores: Marta Pagola de Frutos Cristina Oter Quintana Jose Antonio Rubio García Carlos Moral Cruz Estrella Galán Pérez
INDICE
Agradecimientos
4
1. INTRODUCCIÓN
5
2. LA PARTICIPACIÓN DE LAS PERSONAS INMIGRANTES Y/O REFUGIADAS EN EL VOLUNTARIADO COMO OBJETO DE ESTUDIO: OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN
7
2.1. Transformación social y acción voluntaria
7
2.2. Delimitando el objeto: el voluntariado inmigrante y/o refugiado como nueva forma de voluntariado emergente
14
2.3. Objetivos de la investigación
17
3. METODOLOGÍA Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
19
3.1. Fundamentación metodológica
19
3.2. El diseño de la investigación
20
4. CONTEXTO NORMATIVO E INSTITUCIONAL
24
5. MARCO TEÓRICO
34
6. VOLUNTARIADO MIGRANTE Y ORGANIZACIONES SOCIALES MADRILEÑAS
43
6.1. Historia de la incorporación del voluntariado de origen extranjero en las entidades
46
6.2. Acceso de las personas de origen extranjero a las entidades y su participación en las mismas
51
6.3. Perfil, intereses y expectativas de los voluntarios migrantes
59
6.4. El voluntariado migrante en las entidades y su nivel de participación
68
6.5. Expectativas respecto a los voluntarios de origen extranjero y valoración de las entidades
74
7. PERFIL DEL VOLUNTARIADO INMIGRANTE Y/O REFUGIADO EN MADRID Y ANÁLISIS DE SU TRAYECTORIA VOLUNTARIA
79
2
7.1. Análisis de los cuestionarios realizados y variables exploradas: La metodología utilizada
79
7.1.1. Participación del voluntariado migrante en entidades según su área de actuación
81
7.1.2. Grado de participación de la población migrante en el voluntariado
84
7.1.3. Voluntariado migrante y distribución por sexos
85
7.1.4. Voluntariado migrante y edad
87
7.1.5. Voluntarido migrante y países de origen
88
7.1.6. Voluntariado migrante y situación social: tiempo de estancia situación administrativa
91
7.1.7.
92
Voluntariado migrante y nivel de estudios
7.1.8. Voluntariado migrante y situación laboral
93
7.1.9. Voluntariado migrante y desarrollo de la actividad voluntaria: tiempo de dedicación, requisitos exigidos al voluntario migrante para su incorporación, puestos que ocupan en las entidades.
94
7.2. Conclusiones del análisis de los cuestionarios
100
7.3. Hipótesis sobre la labor voluntaria de las personas migrantes obtenidas a través de las entrevistas realizadas
103
7.3.1. Metodología utilizada para las entrevistas
103
7.3.2.
Trayectoria de la persona en el mundo del voluntariado
107
7.3.3.
La incorporación a la entidad voluntaria
114
7.3.4.
La formación y la tarea
118
7.3.5.
Tiempo y compromiso
122
7.3.6.
La participación en el marco de la entidad
126
7.3.7. Motivaciones y expectativas
134
7.4. Especificidades del Voluntario Refugiado
139
8. CATÁLOGO DE RECOMENDACIONES PARA LA GESTIÓN DE UN VOLUNTARIADO INTERCULTURAL
147
9. ANEXOS
156
3
Agradecimientos
Queremos mostrar nuestro agradecimiento a las siguientes entidades sociales por su valiosa colaboración con la investigación de la cual es fruto el presente informe y sin las cuales habría sido imposible su realización: AEOMC, Fundación Manantiales, ASPAD, Psiquiatría y Vida, ASPAFADES, ADEMADRID, F. FANS, AMEB, AFADE, Proyecto Hombre, ACCIS, ADDEM, ASPAYM, FAD, COAMFICOA, Fundación Retina Madrid, Zumbido Social, Fundación ECCA, Asociación Caminar, Asociación Marillac, Fundación EMAUS, HSDJ, Amis-Aurrera, La Rueca, Con un Pie Fuera, Fundación RAIS, MENIÑOS, Ciudad Joven, Fundación ANAR, Caritas Madrid, Federación de Mujeres Progresistas, Ayuda en Acción, Helsinki-España Dimensión Humana, Pueblos Hermanos, Entre Culturas, APDHE, World Vision España, AAPS, CONGDE, SOS Racismo, AFESIP, La Torre de Hortaleza, Coordinadora Juvenil de Vallekas, Asoc. Juvenil ATZ, Asociación Crecer, AFAIJ, Fundación Yehudi Menuhim, Centro Hispano-Bulgaro, ACULCO, Fundación ADSIS, Iniciativas Solidarias, ACOBE, MITA, CEAR, La Merced, MPDL. Así mismo queremos dar las gracias a las personas voluntarias que nos han prestado su experiencia a través de las entrevistas realizadas, porque realmente ellos han sido la fuente de nuestra inspiración: Ana, Javier, Darío, Gueri, Uría y Mª Eugenia. A todos ellos y ellas muchísimas gracias.
4
1. INTRODUCCIÓN
La inmigración se ha convertido en uno de los temas más destacados de la política internacional. Según los últimos datos de la ONU, más de 191 millones de personas de todo el mundo han abandonado sus países con el fin de encontrar un nuevo hogar y empezar una nueva vida (Comisión Global de Inmigración Internacional, GCIM, 2005). Esto se debe a múltiples razones, entre las que se incluyen la pobreza, la persecución política, un entorno amenazador, la guerra y los conflictos, la reunificación familiar y de la comunidad, la consecución de una vida más próspera o para encontrar la dignidad y la libertad. Durante los últimos años, ha ido aumentando el interés por la participación de las personas migrantes en el voluntariado, sobre todo en aquellos países con una arraigada tradición de sociedad civil y una sólida concienciación del papel clave que desempeña el voluntariado en el tejido social y la cohesión de la sociedad. El reconocimiento de que la participación civil y la actividad voluntaria son pilares esenciales en una democracia próspera nos hace preguntarnos si las comunidades de inmigrantes forman parte de estos pilares y, de no ser así, qué se debe hacer para promover acciones civiles en estas comunidades.
5
Así mismo existen investigaciones1 que reconocen la actividad voluntaria como un recurso ideal para alcanzar el deseado proceso bidireccional que supone la integración, el cual no goza aún de pleno reconocimiento (en el sentido de plena ciudadanía). El presente documento, fruto de un estudio exploratorio, pretende contribuir a la reflexión, al debate y al conocimiento del papel de los voluntarios/as de origen extranjero como sujetos sociales activos partiendo de la premisa de valorar la acción voluntaria como recurso para la integración y ejercicio activo de participación ciudadana.
1
INVOLVE. Participación de nacionales de terceros países en el voluntariado como medio para mejorar la integración. Ed. Centro Europeo de Voluntariado. 2006
6
2. LA PARTICIPACIÓN DE LAS PERSONAS INMIGRANTES Y/O REFUGIADAS EN EL VOLUNTARIADO COMO OBJETO DE ESTUDIO: OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN
2.1.
Transformación social y acción voluntaria
Ante la llamada crisis del Estado de Bienestar, se han ido ampliando los actores sociales que participan activamente para el mantenimiento de los sistemas de protección y defensa de los derechos fundamentales. La existencia y pervivencia de la exclusión social, que deja fuera del ámbito del Estado de Bienestar a grupos humanos cada vez más amplios, entre los que pueden encontrarse en muchos aspectos las personas inmigrantes y refugiadas, supone una llamada imperiosa a la participación social. En esta línea, el Estado es parte del problema y difícilmente es parte de la solución; más bien se siente “la mano izquierda del Estado”, que dispensa beneficios a aquellos que “la mano derecha del Estado” produce como víctimas2. En España, desde la década de los noventa, se ha producido un incremento espectacular de la participación en organizaciones sociales o voluntarias, estando el grado de asociacionismo
2
en torno al cuarenta por
Bourdieu, Pierre (1999): Cortafuegos. Reflexiones para servir a la resistencia contra la invasión neoliberal. Ed.
Anagrama. Barcelona
7
ciento3. Según datos extraídos del Diagnóstico de Situación del Voluntariado en España, donde se realiza una compilación de datos estadísticos obtenidos de diversos estudios realizados sobre el Tercer Sector, en 1999 había 1.357.320 personas implicadas en entidades de Acción Social, de las cuales un 79% eran voluntarias. Los altos niveles de participación activa existentes indican que algo está cambiando en la sociedad española (entendiendo como miembros de la sociedad española a todos los ciudadanos, sea cual sea su origen), pudiéndose deducir que estamos pasando de una sociedad donde ha primado la competitividad y el individualismo a una sociedad algo más solidaria donde los ciudadanos consideran que pueden satisfacer mejor algunas de sus necesidades estando asociados a organizaciones voluntarias y siendo solidarios4, es decir, ejerciendo la participación social. Este incremento de la solidaridad se puede entender analizando los siguientes factores5: Factores estructurales: Aumento del tiempo libre entre la población Percepción de un aumento de necesidades sociales debido a la crisis del Estado de Bienestar 3
Alberich, Tomás (1994): “Aspectos cuantitativos del asociacionismo en España” en Mundo Asociativo. Documentación Social nº 94. Madrid
4
Navajo, Pablo (2004). La participación www.iniciativasocial.net/participacion.htm 5
Ciudadana.
Iniciativa
Social
y
estado
de
Bienestar.
De Felipe, Ana y Rodríguez de Rivas, Lilo (1995): “Guía de la Solidaridad”. Temas de Hoy. Madrid
8
Crisis de valores que hace que se busquen nuevos valores que los sustituyan Desencanto con la actuación de partidos políticos y sindicatos Aumento de la confianza de la sociedad en organizaciones y asociaciones no lucrativas. Factores coyunturales: Desarrollo de determinados hechos que despierta la solidaridad de la población ante situaciones extremas (catástrofes naturales, guerras, pobreza, etc...) A estos factores, les podemos sumar en el caso de las personas refugiadas e inmigrantes, la imposibilidad de participar activamente y de una manera integral en la sociedad que les acoge debido a impedimentos legales. Históricamente hemos visto una evolución que debemos tener en cuenta. Inicialmente, y desde una perspectiva conservadora la configuración de valores materialistas se centraba en la necesidad básica de seguridad, tanto física como material. Posteriormente, desde una perspectiva progresista, la política de emancipación se basó en la lucha de clases y la consecución de la igualdad, teniendo como referente a la clase trabajadora. Pero los valores posmaterialistas
enfatizaron
necesidades
secundarias
como
la
autorrealización, la autoestima y la pertenencia reclamando valores que habían estado desatendidos como los basados en los Derechos Humanos entre otros, constatando así como la cultura toma el lugar de lo social. En este sentido vemos como las personas inmigrantes y refugiadas, excluidas de la
9
participación política, pueden cubrir de una forma alternativa sus necesidades de participación a través de acciones voluntarias en organizaciones sociales. Paralelamente el imaginario actual del fenómeno del voluntariado responde a tres ejes fundamentales6: el retorno de la beneficencia en versión neoliberal; el voluntariado compensatorio y corporativo que recoge la tradición social del Estado de bienestar; y el voluntariado ligado a lo alternativo y al liberacionismo. El tercer eje está en la línea de entender el voluntariado como una forma de participación social con visión macro, con carácter participativo y con capacidad para transformar la realidad. La hipótesis que manejamos para la realización de esta investigación es que son precisamente estos aspectos a los que se acogen las personas inmigrantes y refugiadas para, de una forma alternativa, canalizar su participación social y/o política en la sociedad de acogida. Los diferentes estudios existentes entorno al fenómeno del voluntariado y la participación, analizan estas formas de acción social desde diferentes perspectivas, subrayando su carácter positivo, unos, y su carácter negativo otros.
6
Mota, Rosalía y Vidal, Fernando (2003) : Solidaridad y Morfología de los voluntariados madrileños. Ed. Dirección
General de Inmigración, Cooperación al Desarrollo y Voluntariado de la Comunidad de Madrid. (p.22)
10
Algunos autores como Ariel Jerez7 y Luis Enrique Alonso, adoptan un punto de vista crítico, considerando que el voluntariado realiza servicios públicos en un régimen indebido o improcedente y porta una ideología que favorece el neoliberalismo. Sin embargo habría que ponderar las críticas hacia la función neoliberal del voluntariado desde esa diversidad y desde un paradigma de cambio social. En la misma línea, Ana Mª Rivas8 considera que las organizaciones que se nutren del voluntariado pueden estar legitimando el sistema neoliberal, consiguiendo una desmovilización política de las sociedades desarrolladas y desactivando políticamente a las sociedades a las que “dicen” ayudar. La crisis que el Estado de Bienestar está viviendo desde la década de los setenta del siglo pasado, ha posibilitado la ofensiva de sectores conservadores y liberales contra la intervención estatal en la economía y en la sociedad. Estos sectores están impulsando la desregulación de los mercados y la privatización de los servicios públicos como ejes centrales de su “agenda neoliberal”, transformando la naturaleza del Estado de Bienestar y traspasando los sistemas de protección social a la empresa privada y a las organizaciones del Tercer Sector. En esta estrategia de “privatización” adquiere un papel relevante el discurso acerca del creciente protagonismo que la sociedad civil debe asumir en la gestión de la economía y la sociedad, incluyéndose en esta categoría de 7
Jerez, Ariel (1997) : ¿Trabajo voluntario o participación ?. Elementos para una sociología del Tercer Sector. Ed. Tecnos. Madrid
8
Rivas, Ana María (2002): Voluntariado, Sociedad Civil y Militancia. Un análisis crítico del voluntariado y las organizaciones no gubenamentales. Ed. Acción Cultural Cristiana. Salamanca (P.41)
11
sociedad civil al sector empresarial y al sector integrado por asociaciones y ONG. Sector que se nutre en gran medida del trabajo voluntario. Sin embargo, la creciente identificación entre sociedad civil, Tercer Sector y ONG es percibida con temor por sus efectos “despolitizadores”. Desde los poderes públicos y los medios de comunicación se transmite y promueve una imagen asistencialista, bonachona y acrítica de las ONG que desvirtúa el potencial que posee la sociedad civil como agente de transformación social. Algunos agentes sociales e investigadores de lo social, señalan la existencia de una estrategia tendente a aislar y neutralizar a los movimientos sociales, “los cuales fueron sometidos primero a un proceso de oenegenización y luego de terciarización, ambos destinados a su domesticación. Mientras los movimientos sociales son vistos hoy como contenciosos y disrruptivos, el Tercer Sector, por el contrario, aparece como un socio o colaborador de los gobiernos dentro de los marcos establecidos por las políticas neoliberales9”. Lo cierto es que existe un amplío abanico de posicionamientos acerca del papel que debe jugar el Tercer Sector, pudiendo hablarse de cuatro modelos vinculados a diferentes planteamientos ideológicos. Un primer planteamiento, el conservador, que defiende, por encima de cualquier otra cosa, a la familia como la principal fuente de bienestar y que siempre consideró que era función de la propia sociedad, y no del Estado, crear instituciones asistenciales para ayudar a los más desfavorecidos. Un segundo modelo, el neoliberal, que desconfía de las capacidades del Estado para gestionar la sociedad y que 9
Roitter, Mario (2004): “El Tercer Sector como representación topográfica de sociedad civil”. En Daniel Mato (coord), Políticas de ciudadanía y sociedad civil en tiempos de globalización. Caracas: FACES, Universidad Central de Venezuela, 2004 (Pág. 27)
12
apuesta por desmantelar el sistema de protección social transfiriendo al mercado y a las organizaciones sociales la prestación de servicios sociales. Un tercer discurso se correspondería con el socialdemócrata, que mantiene que las organizaciones del tercer sector son suplentes de la acción del Estado sólo en aquellos casos de necesidades sociales que no sean cubiertas desde las administraciones públicas, debiendo intervenir el Tercer Sector allá donde no llega el Estado. Un último modelo se derivaría de los posicionamientos de ciertos sectores de la sociedad civil, que consideran necesaria la existencia de una pluralidad de actores que presten servicios de bienestar ante las limitaciones del Estado, la creciente complejidad y diversificación de las demandas y necesidades sociales que atender, y el mayor protagonismo que se cree debe tener la sociedad civil en la gestión de los asuntos públicos públicos10. Desde la experiencia de las organizaciones sociales que han participado en la presente investigación podemos constatar que existe un amplío número de organizaciones que apuestan por modelos de transformación social a través de la participación social y la incidencia política movilizando a amplios sectores de la ciudadanía. Una de las principales formas de vehicular la participación social es el voluntariado. Y será a través del voluntariado que se posibilite la participación activa de muchas personas que por su condición
10
García Roca (2001): “El voluntariado en la sociedad del bienestar”, en Repensar el voluntariado, Documentación
Social Enero-Marzo 2001.
13
jurídica como refugiados o inmigrantes tienen limitado su derecho de participación y ciudadanía.
2.2.
Delimitando el objeto: el voluntariado inmigrante y/o refugiado como nueva forma de voluntariado emergente
El voluntariado es un nuevo paradigma de solidaridad social que está brotando con fuerza en los últimos años en España. Uno de los hechos más visibles alrededor de “lo voluntario” del siglo XX ha sido la remodelación del voluntariado en el imaginario de las sociedades occidentales. Esto se ha visto acompañado del surgimiento de organizaciones sociales que han reformulado una parte significativa de la participación social en términos de voluntariado, facilitando que la sociedad civil pueda trabajar a favor de la transformación social. En este sentido es necesario analizar el nivel de participación en estas acciones de las personas inmigrantes y refugiadas, teniendo en cuenta que en la ciudad de Madrid suponen un 16,9% de la población total, lo que supone un potencial importante de cara a su incorporación a la vida solidaria de nuestra ciudad. Las instituciones públicas, organizaciones sociales y reconocidos expertos reconocen la necesidad de promover la participación social de las personas inmigrantes como vía efectiva para lograr la integración y la cohesión social, así como facilitar la convivencia intercultural. En el caso del Ayuntamiento de Madrid se puede recurrir como ejemplo a su “Plan Madrid de Convivencia Social e Intercultural”. En este sentido, el voluntariado, como una modalidad 14
de participación ciudadana, es una herramienta fundamental para el desarrollo de esa estrategia. La persona inmigrante, en su calidad de ciudadano puede desarrollar su participación social a diferentes niveles: 1. Un primer nivel, ligado a su rol de ciudadano, aspectos
relacionado con los
generales de la vida pública y social. Esta dimensión se
desarrollará en los ámbitos comunes que comparten autóctonos e inmigrantes, como usuarios de servicios públicos, como vecinos, como trabajadores, como contribuyentes, como voluntarios,… Estos roles deben encontrar vías de participación a través de asociaciones, ONGs, instituciones, etc… al igual que el resto de ciudadanos. 2. Un segundo nivel
ligado a otros aspectos más relacionados con su
condición de persona inmigrante o refugiada que actuará sobre aquellos aspectos relacionados exclusivamente con su condición de inmigrante
o
refugiado,
tales
como
los
procesos
migratorios
internacionales, la legislación sobre extranjería o asilo, las políticas públicas sobre inmigración y refugio, los programas y proyectos de integración social de los inmigrantes, etcétera. Las vías de participación de esta segunda dimensión, entre otras, suelen materializarse en la constitución de asociaciones de inmigrantes o en la participación conjunta de autóctonos e inmigrantes en las ONG de apoyo a la inmigración. 3. Se puede establecer un tercer nivel de participación para cualquier persona, independientemente de su procedencia, estrechamente 15
vinculada con el hecho de ser ciudadanos del planeta tierra y con la necesidad de construir una sociedad civil transnacional que genere una conciencia común y una opinión pública mundial. A escala planetaria, la participación transnacional consiste en facilitar la convivencia de una humanidad encorsetada en un mundo cada vez más pequeño e infinitamente
diverso.
Un
sistema-mundo
tan
interconectado
e
interrelacionado que cualquier acción o problema radicado a miles de kilómetros de distancia puede afectar a nuestra vida cotidiana. No en vano, los flujos migratorios internacionales tienen que ver con esta realidad y con las desigualdades Norte-Sur. Es en el marco de los flujos migratorios internacionales donde se está gestando un nuevo ámbito, específico, de participación de las personas migrantes y que se vincula estrechamente con los proyectos de codesarrollo. Proyectos de cooperación internacional al desarrollo que conectan estrechamente a las sociedades de acogida con las sociedades de origen de las personas migrantes,
cobrando un especial protagonismo los migrantes en la
implementación de los citados proyectos. La gran diversidad de formas de concebir la participación social y los diferentes planteamientos sobre el papel de la sociedad civil y el Tercer Sector, así como los distintos niveles de participación de las personas migrantes, obliga a establecer criterios nítidos y precisos a la hora de delimitar nuestro objeto de estudio. Tal es así, que para el desarrollo del estudio del que es resultante el presente informe, centramos nuestro atención en aquellas personas de origen extranjero que participan en organizaciones de voluntariado de Madrid, y 16
viceversa; en organizaciones de voluntariado que acogen a personas de origen extranjero como voluntarias. Pretendidamente hemos huido de utilizar el término “inmigrante”, dado que es un concepto muy subjetivo que depende del imaginario que el entrevistado posea de la migración. A nadie se le escapa que un norteamericano no recibe la misma consideración de “inmigrante” que una persona que proviene del África negra o de ciertos lugares de América Latina, con todo el imaginario que rodea al migrante originario de países empobrecidos. Por ello, hemos optado por un término mucho más neutral y objetivo como es “persona de origen extranjero”. Al fin y al cabo, se trata de conocer como se está integrando la diversidad social y cultural en la vida de las organizaciones de voluntariado, independientemente de las procedencias y las condiciones socioeconómicas de partida. Lo interesante consistirá en comprobar si existen matizaciones al respecto.
2.3.
Objetivos de la investigación
Los objetivos de la presente investigación han sido los siguientes: 1. Conocer la incidencia del colectivo inmigrante/refugiado en el voluntariado a través de las entidades Sociales del Municipio de Madrid. 2. Conocer la caracterización que define a la persona voluntaria inmigrante/refugiada en el Municipio de Madrid. a. Conocer el perfil del voluntario inmigrante/refugiado según los siguientes ítems: edad, sexo, formación, situación laboral, tiempo de estancia en España, nacionalidad y situación administrativa. 17
b. Analizar
las
motivaciones
que
vinculan
a
la
persona
inmigrante/refugiada en la acción voluntaria. 3. Conocer la forma de participación como voluntarias de las personas inmigrantes/refugiadas en las entidades sociales de Madrid. a. Analizar los procesos de selección de personas voluntarias puestos en marcha por las entidades sociales y en qué medida influyen en la incorporación del colectivo inmigrante. b. Conocer los roles que desempeñan las personas voluntarias inmigrantes/refugiadas en las entidades sociales. 4. Identificar prácticas interculturales puestas en marcha, para la gestión de voluntariado, en las entidades sociales del Municipio de Madrid. 5. Conocer la imagen que tienen las entidades sociales madrileñas sobre las posibles aportaciones del voluntario migrante a diferencia de otros voluntarios 6. Desarrollar propuestas y líneas de actuación para la elaboración de un decálogo y/o diferentes herramientas interculturales para la gestión del voluntariado emergente intercultural.
18
3. METODOLOGÍA Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
3.1. Fundamentación El voluntariado es una fuerza emergente en el municipio de Madrid. Como todo movimiento social sufre cambios importantes a lo largo del tiempo. Madrid, como ejemplo de ciudad intercultural, donde conviven colectivos de personas muy diferentes, nos facilita el marco ideal para aproximarnos a realidades cambiantes dentro del voluntariado que configuran una nueva forma de participación activa y contribuyen a la transformación de la ciudad. Por otro lado, durante los últimos años, la inmigración se ha convertido en uno de los temas más destacados de las políticas internacionales, estatales, autonómicas, municipales y locales. A pesar del “aparente” creciente interés por la diversidad cultural, la experiencia voluntaria de los inmigrantesrefugiados, no parece haber recibido la atención suficiente ni parece haberse incorporado todavía al discurso del voluntariado. Sin embargo, este ritmo creciente de flujos migratorios que llegan a España repercute en el voluntariado perfilándose así otros tipos de voluntariados emergentes que requieren ser estudiados. A través de los resultados del presente estudio se pretende facilitar elementos que nos ayuden a entender mejor la complejidad social en que vivimos y a las formas que van configurando nuestro voluntariado dentro de esta realidad basada en la pluralidad y en el encuentro de culturas. De hecho consideramos que el voluntariado, como fuerza mediadora, es un medio 19
interesante
para
apostar
por
un
futuro
común
que
represente
la
interculturalidad que se da en Madrid.
3.2. Metodología: el diseño de la investigación La descripción del estado y tendencias de futuro de los voluntarios inmigrantes- refugiados madrileños requiere de un diseño de investigación, es decir, de un plan o estrategia que se desarrolla para obtener la información que se precisa en una investigación. Una vez definido nuestro objeto de estudio, nos planteamos la manera práctica y concreta de responder a las preguntas de investigación que nos habíamos planteado y cubrir así los objetivos fijados. Vimos la necesidad de plantear un doble enfoque
que aplicado al
contexto particular de nuestro estudio, nos daría la información que deseábamos. En un primer momento, nos planteamos una aproximación cuantitativa; el uso de datos con base en la medición numérica y el análisis estadístico para establecer patrones de comportamiento. Ésta aproximación nos permite conocer la incidencia del colectivo inmigrante-refugiado en el voluntariado dentro del municipio de Madrid así como el perfil de éste en las entidades sociales. La primera forma cuantitativa de recolección de datos al comienzo de nuestra investigación consistió en la consecución de datos secundarios, recolectados por otros investigadores. Implica la identificación y revisión de
20
documentos, registros públicos, archivos, estudios,… La recolección de datos secundarios, son básicos en el comienzo de cualquier investigación. Posteriormente, para la recolección directa de datos se cuestionario
como
herramienta
o
instrumento
de
eligió el
investigación.
Este
instrumento es utilizado preferentemente en el campo de las ciencias sociales. Su diseño, aplicación y análisis poseen un alto grado de rigor científico y objetividad. La importancia del tema de investigación se expuso clara y cuidadosamente en una carta de presentación que acompañaba al cuestionario. Éste fue validado antes de su aplicación a la muestra, experimentándolo en un grupo reducido de características semejantes a las personas destinatarias de nuestra encuesta. Esta aplicación previa tuvo por objeto detectar preguntas e instrucciones ambiguas que pudieran restar validez al instrumento de investigación elegido. Mientras se elaboraba el cuestionario, se diseñó la forma en que iba a ser tabulado e interpretado posteriormente. Los cuestionarios se proporcionaran directamente a las personas responsables de voluntariado de las entidades sociales seleccionadas, quienes serían los
encargados
de contestarlos. Éste
método
se denominada
“autoadministrado”, sin intermediarios, siendo cumplimentado por los propios encuestados. Se realizó mediante envío por correo electrónico, recibiendo los correos cumplimentados por este mismo medio. Una vez recolectados los datos, éstos fueron codificados para su posterior análisis. Las respuestas se transformaron en valores numéricos, así los datos se reunieron, codificaron y prepararon para el análisis. Una vez hecho 21
esto, los datos se transfirieron a una matriz. El programa informático seleccionado para realizar el análisis se denomina Paquete Estadístico para las Ciencias Sociales (SPSS), programa desarrollado en la Universidad de Chicago y uno de los más difundidos para el análisis de datos. En un segundo momento, la aproximación a nuestro objeto de estudio consistió
en
un
metodológicamente
abordaje hablando,
cualitativo. de
Es
conocer
la las
forma
adecuada,
características
y
las
motivaciones de los voluntarios inmigrantes-refugiados en el municipio de Madrid, de conocer sus diferentes formas de participación y los roles que desempeñan en las entidades sociales en las que participan. También nos pareció el método más adecuado para conocer la percepción que tienen las entidades sociales sobre sus voluntarios migrantes y refugiados, y qué les están aportando. La recolección de información desde el enfoque cualitativo busca conocer directamente de las personas, con sus propias “formas de expresión”, las situaciones y contextos que rodean a sus comunidades y realidades sociales. Al tratarse de seres humanos, los datos que interesan son conceptos, percepciones, imágenes mentales, creencias, emociones, interacciones, pensamientos, experiencias, procesos y vivencias manifestadas en el lenguaje propio de los participantes. Se recolectan con la finalidad de analizarlos y comprenderlos, para responder a las preguntas de investigación y generar conocimiento. La información así obtenida, resulta muy útil para comprender los
motivos
subyacentes,
los
significados
y
las
razones
internas
del
comportamiento humano. 22
La herramienta cualitativa elegida fue la entrevista en su versión semiestructurada. Instrumento más íntimo, flexible y abierto que el instrumento cuantitativo utilizado hasta ahora, el cuestionario. Con la entrevista, a través de las preguntas y respuestas, se logra una comunicación fluida entre entrevistado y entrevistador, posibilitando la generación de un caudal discursivo a través del cuál, el entrevistado, construye significantes respecto del objeto de estudio. Las entrevistas semiestructuradas se basan en una guía de asuntos o preguntas donde el entrevistador tiene libertad para introducir preguntas adicionales para precisar conceptos u obtener mayor información. Por tanto, no se trata de un guión cerrado ni de preguntas predeterminadas. Todas las entrevistas fueron grabadas para facilitar el “análisis del discurso” posterior. En definitiva, la articulación entre los tres niveles de recolección y análisis de la información, fuentes secundarias, datos estadísticos y discursos de los entrevistados, nos ha posibilitado dar respuesta a nuestros interrogantes de partida y elaborar el presente informe.
23
4. CONTEXTO NORMATIVO E INSTITUCIONAL
En este capítulo se pretende realizar un breve recorrido por las políticas públicas que influyen en la regulación del voluntariado y en la articulación de medidas de promoción del mismo, prestando especial atención a aquellas disposiciones y medidas relacionadas con el voluntariado migrante. El recorrido propuesto resulta necesario para establecer el alcance social del fenómeno del voluntariado y la concepción hegemónica prevaleciente en el seno de la sociedad y de las instituciones sobre qué es el voluntariado. Dos son las dimensiones fundamentales desde las que los poderes públicos intervienen sobre el hecho social del voluntariado: a nivel normativo y a nivel de coordinación de políticas y de concertación de actores sociales. La primera dimensión es la relativa a las
disposiciones legales, de diverso
carácter, internacional, estatal, autonómico y local, que regulan el mundo del voluntariado. La segunda dimensión se refiere a las políticas públicas puestas en marcha desde los ámbitos nacional, autonómico y local. Existe una tendencia generalizada a implementar planes de voluntariado con la finalidad de coordinar las políticas públicas de promoción del voluntariado y de articular las
diversas
acciones
desarrolladas
por
los
diversos
actores
sociales
pertenecientes al ámbito del voluntariado. La realidad del voluntariado es muy diversa, siendo la normativa que lo regula igualmente diversa. Tanto por los instrumentos que desarrollan las normas, leyes, reglamentos, decisiones, convenios, dictámenes o resoluciones; 24
como por la naturaleza y ámbito competencial del órgano legislador, Naciones Unidas, Organismos Europeos, Estado Español o Comunidades Autónomas. Iniciando nuestro recorrido desde del contexto internacional hacia el local, centraremos nuestra primera atención en las iniciativas surgidas en el seno de las Naciones Unidas. Diversas disposiciones aprobadas por la ONU han resaltado la importancia de los voluntarios en el desarrollo de los países, instando a los Estados a promover el voluntariado y a apoyar a las organizaciones que canalizan el movimiento social voluntario. Dos iniciativas evidencian la relevancia otorgada al voluntariado: la primera, la declaración de la Asamblea General de las Naciones Unidas que establece el 5 de diciembre como Día Internacional de los Voluntarios para el Desarrollo Económico y Social (resolución de 17 de diciembre de 1985); la segunda, declarar 2001 como Año Internacional de los Voluntarios (A/RES/52/17). La Unión Europea también pone de manifiesto la importancia de la acción voluntaria en toda su diversidad y heterogeneidad, siendo numerosas las recomendaciones, resoluciones, declaraciones y documentos oficiales que han insistido en el relevante papel que cumplen las asociaciones y organizaciones ciudadanas en la Construcción de la Unión Europea. Las instituciones europeas han puesto en marcha programas en ámbitos como la cooperación y el desarrollo, la protección civil o el bienestar social, mostrando especial interés en el voluntariado juvenil.
25
En España las primeras disposiciones legales sobre voluntariado no surgen hasta la década de los noventa, sin embargo, no se debe obviar la importancia que el nuevo marco constitucional de 1978 tuvo para promover la participación y facilitar la expansión del voluntariado. La Constitución regula la participación como derecho fundamental e insta a los poderes públicos, en su artículo 9.2, a “promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integran sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social”. Este marco jurídico contribuirá al desarrollo del voluntariado, que recibirá un impulso decisivo a partir de los años ochenta como consecuencia de tres elementos nuevos que modelarían un contexto aún más favorable: las declaraciones internacionales sobre el tema, las leyes autonómicas sobre servicios sociales y las políticas de promoción desarrolladas desde los sucesivos Ministerios de Asuntos Sociales. En los años 90 el voluntariado será objeto de regulación específica desde el ámbito autonómico y estatal con la aprobación de leyes de voluntariado. Las leyes de voluntariado, en términos generales, definen el concepto de voluntariado, la tipología de organizaciones donde se puede desarrollar la acción voluntaria, y la naturaleza de las relaciones entre las organizaciones y sus voluntarios; regulan las condiciones que deben proveer las organizaciones para garantizar el ejercicio del derecho al voluntariado; y asignan una serie de competencias a los poderes públicos en materia de voluntariado.
26
A nivel estatal existen tres disposiciones específicas de voluntariado en vigor, siendo la más importante la Ley 6/1996, de 15 de enero, del Voluntariado. Las otras dos disposiciones se refieren a la actividad del voluntariado en Centros Públicos de Enseñanza (orden 11 de octubre de 1994) y al voluntariado cultural (orden 9 de octubre de 1995). Además de estas tres disposiciones, existe una amplía normativa de ámbito estatal que sin ser específica del voluntariado, incorpora muchos aspectos relacionados con él. Leyes y reales decretos de desarrollo que establecen el marco legal que regula entidades sociales susceptibles de incorporar voluntarios en su actividad, como la Ley de Asociaciones o la Ley de Fundaciones, o que impulsan la creación de organismos nacionales de fomento del voluntariado, como el Consejo Estatal e ONG de Acción Social. En otros casos, se trata de medidas de fomento del voluntariado en determinados ámbitos de la acción voluntaria tales como la cooperación internacional. En cuanto a la normativa autonómica, prácticamente todas las Comunidades autónomas cuentan con Leyes de Voluntariado con la excepción de Cantabria. Las primeras leyes de voluntariado que se promulgaron fueron las de Cataluña, en 1991, Aragón, en 1992, y la de Madrid, en 1994. La promulgación de las leyes autonómicas se ha desarrollado en una amplia horquilla de años que van desde 1991 a 2004, resultando una diferenciación clara entre las leyes gestadas con anterioridad a la ley estatal de voluntariado y las gestadas posteriormente. Las leyes anteriores a la normativa de rango estatal, se limitan, por lo general, a regular el voluntariado social, mientras que las leyes posteriores, tomando como referencia la Ley de 27
Voluntariado de 1996, amplían su ámbito material de actuación incluyendo otros tipos de voluntariado como el cultural, el medioambiental, el deportivo o el científico. Las definiciones legales de voluntariado delimitan claramente qué se entiende por voluntario jurídica e institucionalmente, influyendo notablemente en la concepción hegemónica que del voluntariado reina entre la sociedad. Las disposiciones legales no sólo regulan las relaciones que se establecen entre los voluntarios y las entidades sociales (ONG principalmente), si no que influyen en la percepción que tiene la sociedad de los voluntarios. Por tanto, es conveniente plasmar en una breve panorámica las diferentes definiciones aportadas por las leyes y por las instituciones respecto del voluntariado. Las primeras definiciones legales de voluntariado que surgieron en nuestro país, se correspondieron con las recogidas en leyes autonómicas. Leyes que se limitaban a regular el voluntariado social, como es el caso de la ley de voluntariado social de 1992 de la Comunidad Autónoma de Aragón o la ley de voluntariado social de 1994 de la Comunidad de Madrid. Con la Ley del Voluntariado de 1996 de ámbito estatal, la concepción de voluntario se amplía a otros ámbitos, más allá del voluntariado social. Tomado como referencia por las leyes autonómicas posteriores a 1996, incorporarán nuevos ámbitos tales como el voluntariado educativo, el cultural, el medioambiental, el deportivo o el científico. Independientemente de los ámbitos de voluntariado que incorpore cada ley autonómica y de sus propias especificidades, existen una serie de rasgos comunes sobre la naturaleza del voluntariado emanadas y compartidas 28
con la ley estatal. Si se atiende a lo dispuesto en la Ley de Voluntariado de 1996, el concepto que se establece de voluntariado es el siguiente: “se entiende por voluntariado el conjunto de actividades de interés general, desarrolladas por personas físicas, siempre que las mismas no se realicen en virtud de una relación laboral, funcionarial, mercantil”, debiendo ser actividades de “carácter altruista y solidario”, por libre elección de la persona, sin contraprestación económica, y ser desarrolladas a través de organizaciones públicas o privadas sin ánimo de lucro. Quedando excluidas de esta definición, “las actuaciones voluntarias aisladas, esporádicas o prestadas al margen de organizaciones públicas y privadas sin ánimo de lucro, ejecutadas por razones familiares, de amistad y buena vecindad”. Las
actividades de interés general contempladas en la ley y que
delimitan los ámbitos de actuación del voluntariado, son las siguientes: “asistenciales, de servicios sociales, cívicas, educativas, culturales, científicas, deportivas, sanitarias, de cooperación al desarrollo, de defensa del medio ambiente, de defensa de la economía o de la investigación, de desarrollo de la vida asociativa, de promoción del voluntariado, o cualesquiera otras de naturaleza análoga”. La normativa autonómica no difiere sustancialmente de esa concepción del voluntariado, mostrándose alguna diferencia menor en cuanto al nivel de concreción de las actividades consideradas de interés general. Baste citar como ejemplo la Ley castellano-manchega que incorpora áreas de intervención del voluntariado tales como los derechos humanos o la inserción socio-laboral. 29
En algunos casos son los Planes Regionales o Autonómicos los que amplían los ámbitos de actuación del voluntariado. Tal es el caso del Plan Regional de Voluntariado de la Comunidad de Madrid, superando lo dispuesto por la Ley Regional de 1995, centrada en el voluntariado social y anterior a la ley estatal, al recoger otros ámbitos de la acción voluntaria ya contemplados por
normativas específicas de protección civil, de medio ambiente, de
cooperación al desarrollo, de juventud, de drogodependencias o de servicios sociales. O el caso del Primer Plan Vasco de Voluntariado, que menciona ámbitos no enunciados en la Ley Vasca como el de la educación, la salud, el ocio, la protección civil, el deporte o la religión. A veces, los planes de voluntariado innovan sobre aspectos emergentes que en el momento de la elaboración de las Leyes no formaban parte del fenómeno social del voluntariado o incluso sobre la noción misma de voluntario. El II Plan de Voluntariado de Castilla-La Mancha enriquece su concepción de voluntariado con la definición adoptada por la Plataforma del Voluntariado en España respecto de qué es ser voluntario: "Voluntario o voluntaria es quien además de sus propios deberes profesionales y de estatus, de modo continuo, desinteresado y responsable, dedica parte de su tiempo a actividades no en favor de sí mismo ni de los asociados (a diferencia del asociacionismo), sino en favor de los demás o de intereses sociales colectivos, según un proyecto que no se agota en la intervención misma (a diferencia de la beneficencia), sino que tiende a erradicar o modificar la causas de la necesidad o marginación social."
30
Definición que pone el énfasis en la finalidad última de la acción voluntaria, con su apuesta por la transformación social dirigida a la erradicación de las causas generadoras de necesidad o marginación social. Esta concepción marca una clara línea divisoria frente a la intervención social sustentada en la beneficencia y frente a las asociaciones de personas constituidas con el propósito de defender intereses particulares. Esa definición, por tanto, introduce una serie de aspectos diferenciadores respecto de otras formas de participación como el asociacionismo vinculado a la defensa de intereses propios
de determinados
colectivos o grupos, del
donante
económico o del colaborador esporádico. Esa búsqueda de diferenciación con otras formas de participación queda también reflejada en el Plan Regional de Voluntariado de la Comunidad de Madrid, Claves para una nueva ciudadanía. Sin embargo, ningún plan contempla medidas específicas destinadas al voluntariado inmigrante. Se resaltan los desafíos derivados del fenómeno migratorio y del papel de las Entidades de voluntariado y los voluntarios en pos de una sociedad abierta, tolerante e integradora, pero no se asigna ninguna medida concreta a la promoción del voluntariado inmigrante. Las menciones al voluntariado inmigrante se realizan dentro del marco referido a la emergencia de nuevos sectores sociales susceptibles de formar parte del movimiento voluntario, como jubilados, internautas o beneficiarios de recursos asistenciales, lugar al que se suele relegar a los potenciales voluntarios migrantes. En este sentido, el Plan Regional de Voluntariado de Madrid, en su Área estratégica primera, denominada Voluntariado y Administraciones 31
Públicas, en su programa destinado a la convocatoria de subvenciones, prioriza criterios de valoración tales como “la promoción de voluntarios inmigrantes, jóvenes, personas mayores, discapacitados y otros colectivos destinatarios habituales de la acción voluntaria”. Si atendemos a otras normativas que influyen en la promoción y desarrollo del voluntariado a un nivel más local, como la Ley de Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid o el Reglamento-Marco de Voluntariado Local promovido por la Federación Española de Municipios y Provincias, se observa una similar ausencia de referencias al voluntariado inmigrante. De igual forma las políticas del Ayuntamiento de Madrid relacionadas con el fomento del voluntariado carecen de medidas específicas orientadas hacia el voluntariado inmigrante, salvo para lo dispuesto en el
Reglamento de
Organización y Funcionamiento del Foro Madrid de Diálogo y Convivencia y de las Mesas de Diálogo y Convivencia Distritales. Éstos órganos de participación ciudadana, al igual que otros consejos sectoriales contemplados en el Reglamento de Participación Ciudadana, poseen funciones de fomento del Asociacionismo y del Voluntariado en las materias que les son propias, siendo propias de su ámbito el fomento de la participación de la población inmigrante. A modo de síntesis se puede concluir que el voluntariado inmigrante no es objeto de atención específica en la legislación vigente y en las políticas públicas puestas en marcha desde los planes de voluntariado. Esta realidad enmarca el contexto en el cual se desarrolla la acción voluntaria de la persona extranjera, un contexto que a nivel normativo no discrimina al voluntario según 32
su estatus nacional o extranjero, y que tampoco considera necesario la implementación de medidas específicas para su promoción. Un contexto que, cómo se comprobará en el capítulo destinado a analizar el voluntariado inmigrante
en
las
organizaciones
de
voluntariado,
tiende
hacia
la
normalización de todos los aspectos relacionados con el ejercicio de la acción voluntaria por parte de personas de origen extranjero.
33
5. MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL.
Las nuevas formas de participación social, sometidas a las grandes transformaciones y convulsiones que cada tiempo protagoniza, han nacido al rescoldo de unos procesos históricos y unos cambios culturales que se despliegan en prácticas sociales, organizaciones solidarias y
movimientos
ciudadanos. En el umbral del siglo XXI asistimos a la emergencia de un nuevo paradigma que se sostiene sobre el predominio de la responsabilidad personal y la prevalencia de los intereses colectivos, que se traducen en asociaciones ciudadanas y organizaciones sociales. En este nuevo marco emergente de participación social se considera que el voluntariado ha sustituido en la actualidad a otras formas de participación anteriores, encarnadas en figuras como son la militancia o el asociacionismo convencional. De este modo, el papel cada vez más relevante del voluntariado, con un espectacular reconocimiento internacional, le convierte en el primer fenómeno civil globalizado junto con el movimiento alternativo antiglobalización, que con la revolución de la información favorece la creación de una nueva sociedad civil mundial. Existen diferentes motivos para que se haya dado este fenómeno. Uno de los más importantes motivos, de carácter estructural, y que se ha descrito en un capítulo anterior, es el crecimiento de la curva de demandas 34
sociales a un ritmo que la respuesta económica del Estado no crece y al que se está respondiendo con un soporte comunitario o cívico. A esto se suma que en la sociedad existe un reconocimiento de la participación social, y en concreto del voluntariado social, considerándolo auténtico e inmediato frente a los discursos políticos que han provocado el desencanto en muchos ciudadanos. En esa línea, también hay que tener en cuenta que el voluntariado, como forma de participación social, es una práctica comunitaria con una cultura no identificada con un perfil político concreto, lo cual ha facilitado su asunción desde diferentes ideologías. Parte del éxito también se debe a que se ha alcanzado un consenso en la reformulación pública de una antigua práctica como era la ayuda social espontánea, que ha sido recuperada, normalizada y profesionalizada bajo el nombre de voluntariado, y que depende en qué contextos, se ha convertido en una nueva forma de participar a nivel social e incluso político. Como se ha descrito a lo largo del documento, es fácil detectar como ha ido surgiendo un acercamiento al voluntariado, como una nueva forma de participación, por parte de
muchas personas que, como ciudadanos, no
tienen reconocidos algunos derechos de ciudadanía básicos, como es el derecho al voto, impidiéndoles así participar políticamente en la sociedad de la que forman parte. Se trata de personas refugiadas e inmigrantes que, en muchos de los casos, tienen a sus espaldas un activo recorrido sociopolítico y de participación activa en su país de origen. Muchos de ellos viven en nuestra ciudad en una situación de aislamiento, desarraigo o incluso dependencia 35
institucional durante mucho tiempo,
provocándoles una sensación de
inseguridad y de anulación personal grave. Javier, refugiado político, nos ilustra con su testimonio cómo la acción voluntaria le fue útil para reencontrar un espacio de participación tras su llegada a España: “Lo que me hizo tomar la decisión de participar como voluntario en (entidad X) fue descubrir el compromiso de los profesionales y sentirme identificado con lo que se hacía por un colectivo de personas que sufrían la misma situación que la mía.(...) Esta participación como voluntario me brindó otros elementos muy importantes: la recuperación de mi autoestima, hacerme sentir bien conmigo mismo y sentir que todavía tenía valía, porque los comienzos en España fueron para mí muy traumáticos.(...) Sentía la necesidad de participar en algo, ya que participar es una necesidad del ser humano.(...) En la medida que se te permite participar, se te tiene en cuenta y se te escucha, si no, se te invisibiliza. (...) Además el voluntariado aquí me permitía una posibilidad de desarrollo personal y profesional, que me permitía retomar las experiencias personales que desarrollaba en mi país de origen, y de reciclarme profesionalmente, saliendo del ámbito del trabajo no cualificado que me tocó hacer.” Los datos del número de personas voluntarias existentes son difíciles de obtener. Tomás Alberich, experto en asociacionismo y voluntariado, calcula la existencia de dos millones de voluntarios en España11. En cuanto a la Comunidad de Madrid, según la autora Helena Béjar, un diez por ciento de la 11
Alberich, Tomás (1996): Asociacionismo y/o voluntariado. Cuadernos de la Red Cims, nº4. Madrid
36
población madrileña pertenece a alguna organización de voluntariado, dedicando una media de cinco horas semanales a trabajar gratuitamente por los demás12. La propia Comunidad de Madrid ha publicado recientemente un estudio denominado "Encuentro y Alternativa: Situación y tendencias del voluntariado en la Comunidad de Madrid"13, del cual se puede extraer que la Comunidad
de
Madrid
cuenta
aproximadamente
con
unos
140.000
voluntarios, siendo gran parte de los mismos participantes de entidades propias del Municipio de Madrid, lo cual significaría que aproximadamente un 4% de la población madrileña según los últimos datos publicados del Padrón. Tendería a pensarse que la mayoría de voluntarios son de origen autóctono, sin embargo, en numerosas organizaciones sociales se puede ir apreciando una interesante presencia de voluntarios de origen extranjero. Paralelamente, se percibe que muchos de los voluntarios de origen autóctono, identifican la procedencia de sus padres como un factor importante de motivación a la acción voluntaria, siendo ellos procedentes de familias de españoles que fueron emigrantes en otros tiempos. Así mismo hay numerosas organizaciones sociales con una gran base de voluntarios, que presentan un hecho significativo: un importante número de personas de origen extranjero que deciden participar como voluntarias en una entidad han sido usuarias previamente de esa organización o asociación, pasando a formar parte activa de la entidad. La participación tiene en su interior dos facetas: la del ser, por la que se 12 Bejar, Helena (2001): El mal samaritano. El altruismo en tiempos del escepticismo. Ed. Anagrama. Madrid 13
Vidal, Mota y Zurdo (2007): Encuentro y alternativa. Situción y tendencias del Voluntariado en la Comunidad de Madrid. Ed. Comunidad de Madrid
37
forma parte de una identidad colectiva con la conciencia de pertenencias múltiples, lo que nos liga a una comunidad y a una cultura de la que formamos parte (ser parte); y la de la acción, por la que se construye la singularidad personal en interacción con otros, que alude a responsabilidades libremente asumidas, por las cuales elegimos nuestras pertenencias y conformamos nuestra singularidad personal (tomar parte). La primera connota una realidad sustantiva, que es previa a la voluntad y otorga pertenencia; la segunda se refiere a la incorporación activa mediante decisiones voluntarias. La simbiosis de ambas dimensiones conforma la identidad personal y colectiva. Javier, uno de los voluntarios entrevistados, nos comenta en esta línea lo siguiente: “Participar como voluntario en (entidad X) me permitió proyectarme a esta nueva sociedad (...) y encontré un espacio social y de relación.” Estos dos aspectos de la participación reflejan la polaridad entre la participación instrumental (medio) en el ámbito de una colectividad de la que se forma parte, y la participación expresiva (fin) de esta pertenencia, que constituye un fin en sí mismo. Esta distinción constituye un tema tópico y básico en la teoría social y política sobre la participación. De hecho el PNUD reconoce la participación como un medio y un fin. La participación como fin significa que no sólo constituye un medio para conseguir otros objetivos, sino un valor en sí, una virtud cívica que expresa la identidad. Pero la participación como tal puede adoptar diferentes formas: social, política y económica. Todas las formas de participación se han hecho cada vez más complejas, y no pueden reconducirse a un único determinante. Para identificarlas hay que acudir a variables estructurales y de contexto (macro), a 38
variables de preferencia y de motivaciones (micro), a variables organizativas e institucionales (meso). Las tres perspectivas coinciden en advertir la profunda complejidad y diferenciación del mundo de la participación. Identificando con más detalle las tres grandes matrices de la participación14 encontramos lo siguiente: Participación económica: es un nivel esencial de la participación que incorpora la producción, distribución y consumo de bienes y servicios. Participación política: se realiza en el ámbito de un sistema de relaciones basado en la autoridad, la influencia y el poder15. La participación política está orientada a influir y controlar las decisiones del gobierno mediante la elección de los representantes y la presión sobre los líderes políticos. Tradicionalmente se ha asociado al ejercicio del voto, pero la participación política se sostiene en tres pilares fundamentales que amplían esta visión: la democracia, el principio del individuo como sujeto de voluntad racional, y la idea de soberanía popular. Participación social: Más que comportamientos individuales alude a formas de acción conjunta que se realizan a través de sujetos colectivos: asociaciones, movimientos, partidos políticos, organizaciones sociales..., hasta el punto de que se ha llegado a afirmar que "las organizaciones son los efectivos ciudadanos de las democracias actuales" 16 .
14
15
García Roca, Joaquín (2004): Políticas y Programas de Participación Social. Ed. Síntesis. Madrid Dahl, R.A. (1963): Modern Political Análisis. Prentice Hall, Englewood Cliffs (NJ).
16
Schmitter, P.C. (2000): How to Democratize the European Union – and why Bother?. Rowman & Littlefield, Lanham (Md.). p.57
39
Teniendo en cuenta estas tres facetas de la participación, vemos como el colectivo de personas inmigrantes y refugiadas en general, queda exento de una
de
ellas,
la
participación
política,
dado
que
los
extranjeros
extracomunitarios están excluidos del derecho al voto, máxima expresión del concepto de ciudadanía y con ello de participación. Javier, en su experiencia nos cuenta lo siguiente: “Después de seis años aquí, todavía me encuentro en un proceso de reconstrucción interna. Tras más de veinte años de lucha política y social por las libertades, que me llevaron a tener que salir de mi país, te das cuenta de los escasos espacios de participación política y social que se te permiten en el país de acogida. Uno trae la expectativa de que esos derechos se van a contemplar, y de pronto, te encuentras los espacios cerrados, y que no hay mecanismos políticos y sociales para participar, y es un choque que llega a ser traumático y que te anula totalmente. Uno piensa que en un país como España, con una democracia consolidada, los espacios de participación van a ser reales, pero uno se encuentra que no, y poco a poco, uno se enfrenta a una profunda decepción que finalmente acaba anulando esa esperanza de lucha y de hacer cosas”. Con todo esto, debemos ser conscientes del surgimiento de nuevas formas de relación entre los gobiernos y los ciudadanos. Es destacable que el número de voluntarios supera ya el número de afiliados a partidos políticos y a
centrales sindicales, lo que revela que el
fenómeno del voluntariado puede constituirse como una forma alternativa de participación para muchos ciudadanos, cualquiera que sea su origen. La ciudadanía activa se ha desbordado en la mayoría de los países 40
democráticos y ha roto los canales tradicionales en los que se sustentaba – sindicatos y partidos-. En la actualidad se está generando un extenso movimiento
de
acciones
colectivas
y
organizaciones,
formadas
fundamentalmente por voluntarios, en pro de los intereses públicos y de las políticas de la vida cotidiana. En esta línea, tenemos constancia de que muchos
de
estos
movimientos
están
siendo
generados,
apoyados
y
propulsados por personas de origen extranjero. Los estudios y clasificaciones sobre necesidades humanas incluyen cada vez más la necesidad de participación. Max Neef considera la participación como una de las nueve necesidades básicas del ser humano. Así se contempla en la conceptualización del Desarrollo Humano, tanto en sus teóricos principales, como en los textos oficiales de PNUD que ya hemos citado anteriormente. En la misma línea, el profesor Carlos Giménez17 considera que participar es incidir, influir y responsabilizarse, siendo un proceso que enlaza a los sujetos y los grupos, y ser participante implica ser coagente, copartícipe y corresponsable. Este autor considera la participación como un derecho, fundamentado dentro de los derechos civiles y políticos, por lo que bajo esta descripción, vemos como se vulneran los derechos de las personas inmigrantes o refugiadas a las que no se les reconoce esta posibilidad. Javier de nuevo nos ilustra con su experiencia en este sentido: “Como mis
17
Giménez, Carlos (2002): “Dinamización comunitaria en el ámbito de la inmigración” en Rubio, M. José y Monteros, Silvina: La exclusión social. Teoría y Práctica de la intervención. Ed. CCS. Madrid (P.102)
41
espacios de participación política no están reconocidos, me he visto en la obligación de recurrir a espacios de participación social para satisfacer de una forma alternativa esta necesidad, así como de sentirme parte de la sociedad en la que estoy inmerso, tiene que ver también con un sentido de pertenencia. Soy parte de la sociedad en la que estoy en la medida que se me reconoce lo que puedo hacer, y esto lo encuentro en (entidad X), donde se me permite ser parte de, siendo partícipe”.
42
6. VOLUNTARIADO MIGRANTE Y ORGANIZACIONES SOCIALES MADRILEÑAS 6.1. 6.2. 6.3. 6.4. 6.5.
El
voluntariado,
Historia de la incorporación del voluntariado de origen extranjero en las entidades Acceso de las personas de origen extranjero a las entidades y su participación en las mismas Perfil, intereses y expectativas de los voluntarios migrantes El voluntariado migrante en las entidades y su nivel de participación Expectativas respecto a los voluntarios de origen extranjero y valoración de las entidades
independientemente
de
las
muchas
y
variadas
motivaciones que llevan a él, se canaliza a través de organizaciones sociales, formando parte del llamado tercer sector que se identifica con la sociedad civil, y que está ubicado en el espacio de la participación ciudadana. En cuanto a la identificación del voluntariado como Tercer Sector, ha tenido amplia vigencia en la Europa continental, en el contexto de crisis del Estado de Bienestar.
Así se domicilia el voluntariado en el escenario de lo
social, fundamentado en valores como la lealtad, la solidaridad y la reciprocidad. Tocqueville18 consideraba que el asociacionismo como un elemento central en el éxito de la democracia, observando que son las asociaciones el único medio para la acción a la hora de perseguir y conseguir intereses colectivos. Son las organizaciones sociales las que actúan como recursos de la participación política, agencias de socialización donde se interiorizan los
18
Zurdo Alaguero, Angel (2003): “La ambivalencia social del Nuevo Voluntariado: Estudio cualitativo del voluntariado social joven en Madrid” (p.209)
43
ideales políticos y civiles que sostiene el compromiso cívico y la acción política19. Desgajando la participación, como forma de acción colectiva podemos ver que se despliega en los siguientes contenidos: el voluntariado, el asociacionismo, los movimientos sociales, y las organizaciones sociales o entidades sin fin de lucro. Estas últimas se sustentan sobre tres principios básicos de la participación social: el pluralismo, la autodependencia y autonomía y la intersección real de la democracia política con la participación social. Estas organizaciones pueden configurarse desde dos puntos de vista opuestos: como expresión de la sociedad civil o como estrategia de control social. En el primer caso, son indicadores del cambio social y expresan principalmente la iniciativa de los individuos y de los grupos como producto de la evolución de la estructura social. En el segundo caso, son una prolongación de los poderes institucionales, que regulan y favorecen su acción con el fin de facilitar la adaptación e integración de los individuos en la sociedad20. Ante ambas configuraciones podemos establecer que las personas de origen extranjero
que
participan
voluntariamente
en
organizaciones
sociales
responden a varios de los indicadores citados: iniciativas individuales fruto de la evolución de la estructura social, adaptación e integración social, etc... De hecho el informe del proyecto INVOLVE21 que ha investigado sobre el papel que juega el voluntariado para la integración, inclusión y participación de las
19
Brady, H.E.; Verba, S.E. y Schlozman, K.L. (1995): “Beyond SES: a Resource Model of political participation”, Americam Political Science Review, 2, (p. 285) 20
Barthelemy, M. (2000): Associations: un nouvel age de la participation? Presses de Science. París. (p.77)
21
INVOLVE. Participación de nacionales de terceros países en el voluntariado como medio para mejorar la integración. Ed. Centro Europeo de Voluntariado. 2006
44
personas migrantes, destaca el voluntariado como una herramienta para la integración y un indicador de ello. Así mismo, este informe destaca cómo la actividad voluntaria de las personas extranjeras supone para la sociedad de acogida una mejor forma de afrontar la diversidad y la adaptación al cambio que implica la incorporación de las personas migrantes la nueva realidad. En
este
sentido,
las
organizaciones
sociales
tienen
una
gran
responsabilidad social, como canales de participación activa para toda la ciudadanía, teniendo en cuenta la oportunidad de participación que pueden brindar a aquellas personas de origen extranjero que tienen excluidos parte de sus derechos fundamentales. En el presente capítulo se realizará un recorrido por las percepciones que poseen diversas organizaciones de voluntariado respecto de sus voluntarios de origen extranjero. Para ello se realizaron varias entrevistas a responsables y coordinadores de voluntariado de diferentes organizaciones. Con el objeto de poseer una visión los más amplía posible de la realidad del voluntariado extranjero,
se
primó
la
variedad
de
ámbitos
de
actuación
de
las
organizaciones a estudiar por encima de otros posibles criterios. De las diversas dimensiones en las que puede desarrollarse la acción voluntaria, se optó por el siguiente abanico de tipologías de entidades: asociaciones de migrantes, de defensa de los derechos humanos, de asistencia a enfermos, discapacitados y drogodependientes, de integración social, de asilo, de apoyo a la migración, de promoción de la mujer y de cooperación al desarrollo. En cuanto a los aspectos a analizar relativos a la percepción que las organizaciones tienen de sus voluntarios extranjeros, estos son los siguientes: 45
Historia de la incorporación y evolución del voluntariado de origen extranjero en la entidad.
Acceso a la entidad de los voluntarios y su participación en la misma.
Perfiles, intereses y expectativas de los voluntarios de origen extranjero.
El voluntariado en la entidad y su nivel de participación.
Expectativas de las entidades respecto del voluntariado migrante y valoración del mismo.
6.1. Historia de la incorporación del Voluntariado de origen extranjero en las Entidades. Una de las características más significativas de la incorporación del voluntariado de origen extranjero en la mayoría de las organizaciones estudiadas radica en su espontaneidad, en la falta de una estrategia predeterminada por parte las organizaciones para su captación. Sólo una de ellas, por su propia naturaleza de organización que trabaja en el ámbito del asilo y refugio, mostró interés desde sus inicios por contar con voluntariado de origen extranjero, esencialmente refugiados y solicitantes de asilo. Si bien este interés no puede catalogarse como estrategia concreta de captación de este colectivo, sino más bien como un vínculo natural entre sus “usuarios” y la propia entidad siempre abierta a los refugiados. Por el contrario, en la mayoría de organizaciones es un fenómeno no buscado, no del todo previsible y sí aceptado de forma natural cuando este tuvo lugar.
46
Se podrían establecer dos momentos diferentes de la incorporación del voluntariado extranjero según el tipo de entidades que lo acogieron. Encontramos un primer tipo de entidades que desde sus orígenes, vinculadas a la llegada de la democracia a España y a la firma de nuestro Estado de convenciones internacionales de derechos humanos, han contado con voluntarios de origen extranjero, las organizaciones de derechos humanos y de asilo. Un segundo tipo de entidades, surgidas con posterioridad, vinculadas al “boom” de las ONG de acción social y cooperación al desarrollo de los años 90 del siglo pasado y que comenzaron a recibir voluntarios extranjeros en torno al año 2000. El primer tipo de entidades, las organizaciones de defensa de los derechos humanos y del derecho de asilo, comienzan a recibir voluntarios de origen extranjero a finales de la década de los setenta y comienzo de los años ochenta del siglo pasado. La llegada a nuestro país de personas que huyen de las dictaduras del cono sur de América Latina, entre otras, con motivo de la instauración
de
la
democracia
en
España,
la
firma
de
convenios
internacionales de protección de los derechos humanos y la conversión en “tierra de asilo” de nuestro país, se encuentran en el trasfondo de la incorporación de voluntarios extranjeros en este tipo de entidades. Muchos de estos primeros voluntarios fueron personas que solicitaron ayuda a estas organizaciones, quedándose en ellas y participando activamente de su evolución posterior. Si fijamos nuestra atención en una entidad especializada en la defensa del derecho de asilo, comprenderemos la naturaleza de esta incorporación y 47
la evolución posterior del voluntariado extranjero en la organización. Desde su origen la entidad incorpora a refugiados y solicitantes de asilo, nutriéndose principalmente de originarios de Argentina y Chile que huyen de la persecución desatada por los regímenes dictatoriales de sus países. Estas personas se incorporan muy activamente a la entidad, inculcando nuevas formas de hacer y de pensar. Esta circunstancia se convierte en un rasgo distintivo de la entidad y con el paso del tiempo se institucionaliza el voluntariado, creándose un Área específica, y la presencia de personas de las más diversas procedencias en la organización, ya sea remunerada o voluntariamente. Tal y como relata su Responsable de Voluntariado: “a lo largo del tiempo, siempre ha habido esa voluntad, que haya refugiados, inmigrantes, extranjeros, en el colectivo de voluntarios de la entidad”. Cuando la organización
extiende su ámbito de actuación a la defensa de los derechos de las personas migrantes y la integración social de las mismas, en torno al año 2000, la presencia de personas extranjeras voluntarias no es ninguna novedad, mientras sí comienza a serlo para otras organizaciones. Para el segundo tipo de organizaciones que hemos catalogado de acción social y de cooperación al desarrollo, la presencia significativa de voluntarios de origen extranjero comienza a manifestarse con posterioridad al año 2000, si bien los primeros voluntarios son próximos a esa fecha. La frontera del año 2000 supone esa fecha simbólica, además de real en cuanto a las estadísticas, en que se constata que España es un país de recepción de migraciones internacionales. A partir de esa fecha y especialmente desde 2001, la migración se convierte en un fenómeno social en nuestro país por su 48
inclusión en la agenda política y la presencia creciente en los medios de comunicación. La multiculturalidad creciente de nuestras ciudades y las problemáticas asociadas a la integración de las personas de origen extranjero, orientan a muchas organizaciones de acción social hacia la atención de este nuevo colectivo. Ambos serán factores determinantes de la emergencia del voluntariado extranjero en este tipo de entidades, sobre todo en las de acción social: la presencia en nuestro país de migrantes y la atención a los mismos, pues en elevado grado, la mayoría de voluntarios extranjeros fueron antes usuarios o beneficiarios de sus programas de atención. “En torno al año 2000, cuando comienza a crecer la organización, es cuando se comienza a percibir la llegada de voluntariado extranjero. Principalmente son latinoaméricanos y llegan a la par profesionales (de Colombia, Argentina…) con estudios, y personas sin estudios (Venezuela, Ecuador…) trabajando en el servicio doméstico,
de
cuidadores…”,
recuerda
una
de
nuestras
entrevistadas
perteneciente a una organización eminentemente de voluntarios dedicados al acompañamiento enfermos, discapacitados y personas mayores. Algo posteriores son las fechas aportadas por otras entidades, como la ofrecida por una entidad especializada en la atención a drogodependientes: “desde hace unos 5 años nos están llegando personas no europeas, sobre todo América”.
Esas organizaciones no se caracterizan por tener entre sus principales colectivos de atención a los migrantes, de lo cual cabe deducir que se han beneficiado de la presencia significativa de los mismos en nuestro país y del interés mostrado por algunas de estas personas de participar socialmente a través del ejercicio del voluntariado. Otras organizaciones, sin embargo, han 49
incorporado a personas de origen extranjero a través de sus programas de atención a colectivos migrantes, siendo mayoritariamente antiguos usuarios sus actuales voluntarios extranjeros. Así es señalado por el Responsable de Voluntariado de una organización de lucha contra la exclusión social que tiene por uno de sus colectivos prioritarios de atención a personas migrantes: “los voluntarios extranjeros no llegan por los cauces que llegan los otros voluntarios, han empezado a llegar porque han participado en alguna cosa [programa o servicio] y les apetece continuar”.
Otra cuestión es la referida a las organizaciones de migrantes, relativamente recientes, y donde la participación de personas extranjeras se ve sustentada en la identificación de las mismas con la organización por tratarse de un espacio de encuentro con sus paisanos y de reivindicación de su identidad. Se podría afirmar que su participación en estas organizaciones tiene más en común con la figura del socio de las asociaciones tradicionales, como pudieran ser las de vecinos, y no tanto con la figura del voluntario de la acción social o de las organizaciones de cooperación. Su consideración como voluntarios ha venido más impuesta desde fuera, motivada por la aplicación de la normativa que regula el ejercicio de la acción voluntaria y la “presión” creada en el mundo de las ONG por mejorar la gestión del voluntariado en las entidades con proyectos de acción social. Cada vez más asociaciones de migrantes desarrollan y gestionan proyectos de intervención social, viéndose obligadas o motivándose, según el caso, a implementar estructuras más eficaces de gestión de las personas que participan voluntariamente en ellas.
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6.2. Acceso de las personas voluntarias de origen extranjero a las entidades y participación en las mismas. De igual forma que no existe una estrategia diferenciada para captar personas
migrantes
como
voluntarias,
tampoco
existe
una
política
diferenciada de gestión del voluntariado para las personas de origen extranjero. En todas parece presidir el principio de normalización, tal y como es defendido en sus discursos sobre la integración de migrantes y en sus proyectos de intervención social, reproduciéndose en la vida interna de la organización. De tal suerte que no se hacen diferenciaciones en la captación, la acogida, los itinerarios o la asignación de tareas entre personas autóctonas y alóctonas. Sólo en algunos casos concretos, referidos a personas concretas, se debe realizar alguna adaptación de los procedimientos establecidos para la gestión del voluntariado, pero son sólo eso adaptaciones. Un hecho significativo es la claridad de ideas respecto a esta cuestión por parte de la totalidad de entrevistados, “igualdad total”, manifestaba uno, “no existe diferenciación con los voluntarios de origen extranjero, cuando uno llega a [la organización] se incorpora como un voluntario más”, declaraba otro.
Una reflexión bien interesante sobre la igualdad en los procedimientos de incorporación y gestión del voluntariado extranjero y autóctono, es la siguiente: “la experiencia de todos estos años, lo que nos ha venido a decir es que la normalización de los procesos ha funcionado, es decir, independientemente que seas de cuenca, de Barcelona o de Argelia, cada persona es medida, tratada,
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seleccionada por lo que es, por lo que tiene, por su trayectoria, por su conexión a esa motivación. No ha habido un tratamiento específico por ser un colectivo especial o en exclusión, es la normalización en la línea de lo que [la entidad] viene trabajando en muchos ámbitos”.
Sin embargo, esta normalización no implica que no se tengan en cuenta las características propias de las personas y de las situaciones que muchas veces rodean a la condición de migrante: “Es verdad que hay ciertos análisis que hacer cuando se trata de personas que vienen de otros países, el hecho del desarraigo, de determinados factores personales, pero son analizadas en prisma de trayectoria personal. Esa trayectoria es individual, no tiene que ver con colectivos grandes”, para el caso que nos ocupa la pertenencia al colectivo de personas extranjeras. Lo que realmente importa es si “fue maestro, sindicalista, su edad, etcétera, pero no su procedencia”, concluye nuestra entrevistada perteneciente
a una entidad de asilo y migraciones. Dependiendo de las situaciones individuales y las condiciones de vida del voluntario o potencial voluntario de origen extranjero, este podrá requerir un mayor acompañamiento por parte del responsable de voluntariado. Se ha señalado por varios entrevistados como las circunstancias personales, tener un empleo o una vivienda, su situación administrativa, “tener o no tener papeles”, o la carencia de redes sociales, influye sobre manera en la estabilidad y permanencia de los voluntarios en la entidad, así como en el tipo de atención que debe dispensarse por parte del responsable de voluntariado. “Su busca que sea compatible su voluntariado en [la entidad] con otros ámbitos de su vida, para ello es necesario que sea capaz de darle continuidad a su acción voluntaria. Si hay cuestiones no resueltas, se le anima a que busque trabajo o una vivienda primero,
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y una vez estabilizada su situación a que se incorpore como voluntario. Sin que se demore mucho, suelen ser personas que sienten necesidad de participar”. Tal es el
proceder en la entidad de asilo antes referida. Otro aspecto fundamental de la participación de los migrantes en las organizaciones de voluntariado deriva del papel de éstas como vehículo de integración social. Continuando con la reflexión iniciada en el párrafo anterior por nuestra entrevistada, ésta destaca como “un aspecto muy bueno que ofrece el voluntariado es que es la única forma de participar activamente en la sociedad, social y políticamente. Participar en organizaciones de voluntariado es una necesidad para muchas personas porque es su forma de participar activamente en la sociedad, les aporta autoestima, es una recompensa emocional, pero no se debe olvidar que son personas que carecen de redes sociales y que deben ser trabajadas. Desde el Área de Voluntariado se debe mimar al voluntario, promoviendo la inserción en redes sociales y el equilibrio con la búsqueda de un trabajo, de una familia, etc”.
Esta cuestión del voluntariado como una vía más de integración social ha sido resaltada por otros responsables de voluntariado. Desde una de las entidades además se ha señalado como ésta dimensión de integración del voluntariado, en ocasiones, ha debido ser reforzada con ciertos apoyos sociales por parte de la organización hacia sus voluntarios: “con los voluntarios extranjeros realizamos una labor de ayuda que no realizamos con los autóctonos, es decir, no sólo nos ayudan a nosotros. Nos solicitan ayuda para convalidar estudios, para presentar certificados para regularizar su situación, que les ayudemos a comprar un billete para hacer algún viaje… todo eso no nos pasa con los nacionales. Hacemos a veces labores con los voluntarios extranjeros como si fueran usuarios”. [Resp. de
Voluntariado de una entidad de apoyo a drogodependientes]. 53
La mayor dedicación del responsable de voluntariado hacia los voluntarios migrantes se concreta en que “el acompañamiento con los voluntarios extranjeros es más cercano que con los autóctonos”. A su vez suponen una “mayor
inversión económica”: cursos de castellano, búsqueda de alojamiento, pago del transporte… A este respecto se debe señalar que este “esfuerzo económico” es repartido entre “migrantes económicos” y jóvenes voluntarios pertenecientes al Programa de Voluntariado Europeo. Programa del que hacen parte un buen número de organizaciones de voluntariado. En no pocas ocasiones cuando se apela al voluntariado “migrante” se piensa en aquellas personas provenientes de países empobrecidos en busca de una vida mejor y en situación de vulnerabilidad social, obviándose que otros ciudadanos europeos y norteamericanos también son inmigrantes. Cuando estas personas se integran en una organización de voluntariado también requieren de un esfuerzo adicional, sobre todo cuando son jóvenes adscritos a los programas internacionales de intercambio. Sin embargo, la cuestión de la adaptación de los procedimientos es mínima, atendiendo como ya se ha indicado a las circunstancias personales y no a una necesidad generalizada para todas las personas migrantes. Quizá el aspecto más relevante en la adaptación de los itinerarios formativos consiste en la necesidad de solventar el desconocimiento del idioma por algunos voluntarios, siendo necesario programar cursos de castellano. No obstante, siendo un hecho generalizado para los voluntarios vinculados a programas europeos, es algo anecdótico para una mayoría de voluntarios extranjeros, pues estos, salvo excepciones, suelen decidirse a ser voluntarios cuando han 54
resuelto buena parte de sus necesidades básicas y pueden desenvolverse con el castellano. Retomando la idea del voluntariado como elemento de integración social, se debe reparar en un aspecto que favorece el voluntariado: la convivencia intercultural. “El voluntariado nos une a todos, a través del compromiso común se están uniendo y dialogando personas que a lo mejor fuera, en la calle, habrían tenido prejuicios mutuos o no se hubieran acercado el uno al otro”,
reflexiona la responsable de una organización que no centra su trabajo en la integración de los migrantes y por tanto, puede deducirse que muchos de sus voluntarios no tienen por qué estar especialmente sensibilizados con la construcción de una sociedad intercultural. En relación a la asignación de tareas, se puede afirmar que existen diferencias con respecto al resto de voluntarios. Estableciéndose criterios basados en el nivel formativo, los conocimientos profesionales, las inquietudes manifestadas por el voluntario y las necesidades de la organización. En base a esto, la práctica totalidad de organizaciones ubican a los voluntarios en unas determinadas tareas fruto del acuerdo entre voluntario y entidad. El único elemento de diferenciación en la asignación de tareas parece derivar del dominio del castellano, de tal suerte que habrá tareas, como la atención o acompañamiento a usuarios, que no podrán realizar hasta que no tengan un mejor dominio del idioma. En algunas entidades sí parece haber una selección en base a la cualificación del voluntario que actúa como elemento discriminador y restringe el acceso al ejercicio de la acción voluntaria dentro de esa entidad, 55
si bien este criterio es general a todos los voluntarios independientemente de su procedencia. Especialmente así ocurre en una organización de defensa de derechos humanos, donde los criterios de selección se centran en perfiles profesionales tales como abogados, sociólogos, psicólogos o politólogos. Este hecho se repite en muchas entidades dependiendo del puesto a cubrir, si bien aquellas con un importante componente de acompañamiento a enfermos, discapacitados, drogodependientes o enfermos, así cómo aquellas otras que ofrecen espacios de implicación en campañas de sensibilización e incidencia, están mejor capacitadas para acoger una mayor diversidad perfiles de voluntarios, con cualificación o sin ella. Respecto del tipo de compromiso que los voluntarios de origen extranjero adquieren con la entidad, salvo para el específico establecido para los voluntarios pertenecientes al Programa de Voluntariado Europeo, es idéntico al del resto de voluntarios. El párrafo que a continuación se reproduce, extraído de una de las entrevistas, es extensible en su esencia al conjunto de entidades estudiadas. El compromiso contraído por los voluntarios extranjeros es “como todos los demás voluntarios, un compromiso semanal de 2 horas o quincenal de 4 horas, asistir a la formación, trabajar en los equipos y respetar la intimidad de los usuarios, a no recibir contraprestación económica, a tomar todas las decisiones en el marco del equipo. Si alguien debe dejar la entidad es por alguno de estos motivos”. [Responsable de voluntariado de una entidad de acción
social]. Un aspecto destacado por la práctica totalidad de los entrevistados es el compromiso de continuidad, el cual variará de una entidad a otra en 56
cuanto a su duración. “Para todos los voluntarios en general se pide un compromiso mínimo de un año. Realmente cualquier persona puede irse cuando le de la gana, pero se pide una reflexión previa al voluntario de cual será su compromiso y continuidad en la entidad. Es así, porque a la organización le obliga a poner en marcha todo un mecanismo de formación, diseño de itinerarios, organización del trabajo de las áreas, etcétera, que requiere un mínimo de continuidad. Una vez superado el primer año, quién se queda suele estar una media de tres o cuatro años […], aunque hay gente que está muchos años más”.
Muchas entidades han establecido un procedimiento de formalización por escrito del compromiso adquirido por el voluntario con la entidad y ésta con el voluntario, que se concreta en una carta de derecho y deberes. Otras no tienen este tipo de compromiso por escrito, aunque si los voluntarios “se comprometen a una actividad y dejan de realizarla durante un tiempo determinado, dejan de ser voluntarios en [la entidad]”, nos relata el responsable de voluntariado
de una entidad de asistencia a drogodependientes. En realidad, como acertadamente señala una de las entrevistadas, existen dos tipos de compromisos, el formal y el real. El compromiso con la organización “se plasma en una carta de compromiso […] que recoge los derechos y deberes, sería la parte más formal, pero la parte más real es que luego son las personas que en las acciones más comprometidas de la organización, como movilizaciones… Quiénes suelen ir son éstas personas”. Mostrando, en estos casos,
un nivel de implicación y compromiso superior al de compañeros remunerados. Por último, y para cerrar este apartado, se debe hacer referencia a un aspecto que contribuye a facilitar la incorporación de nuevos voluntarios extranjeros en las entidades. Ya se ha mencionado con anterioridad como las 57
condiciones laborales de los migrantes, especialmente los que se encuentran en una situación de mayor precariedad, influyen en la disponibilidad y posibilidades que poseen para participar como voluntarios. Un elemento que mejora esta cuestión, posibilitando un mejor encaje entre los horarios de este perfil de voluntarios, es la diversificación de espacios de intervención y la flexibilización horarios para la práctica del voluntariado. Respecto de si existe una tipología de tareas específicas asignadas a ese tipo de migrante con mayores dificultades para participar como voluntario, uno de los responsables entrevistados resaltaba lo siguiente: “no hay un perfil concreto [de tareas], lo que ocurre, es que en la medida en que estamos diversificando las acciones estamos posibilitando incorporaciones de esos perfiles, en la medida que no somos tan rígidos con nuestros horarios, en la medida que abrimos otros ámbitos de participación, o que acercamos la realidad a los parques u otros espacios, estamos ampliando posibilidades a que personas, en el mundo de la inmigración que trabajan de sol a sol, puedan reunirse para transformar. La clave ahí la tenemos nosotros [las entidades]”. [Organización de asilo y migraciones]
Itinerario de un voluntario. Fases y características de la incorporación del voluntario extranjero en relación con el voluntario autóctono.
En este recuadro hemos querido establecer una comparación entre la evolución que viven los voluntarios de origen extranjero y los autóctonos a propósito del estudio de un caso concreto: las fases por las que pasa, en el periodo de un año, un voluntario dentro de una entidad de asilo y migraciones.
Primera fase: durante los primeros dos-tres meses. En esta fase todos los voluntarios se encuentran muy motivados y con su propia idea respecto de qué significa ser voluntario. En esta fase es fundamental el acompañamiento de la figura del responsable del voluntariado.
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Reciben mucha formación. En esta primera fase se adapta mejor la persona extranjera, pues tiene mayor experiencia en adaptación a situaciones nuevas. Especialmente en lo referente a perfiles de personas refugiadas, quiénes suelen arrastrar una dilatada experiencia de participación social. También en los autóctonos se adapta mejor aquel que poseía experiencia previa de participación en otras organizaciones.
Segunda fase: de unos 6 meses, donde la motivación individual del voluntario se va nutriendo de la visión de sus compañeros. Comienza a interiorizarse una concepción más colectiva de su acción voluntaria, se integra en el trabajo de equipo, se haya plenamente incorporado a la tarea, e integrado en la dinámica de la organización. Es en este momento cuando se comienza a hablar en plural, de un “nosotros”.
Tercera fase: de los nueve a los 12 meses. Es el momento decisivo, cuando se toma la decisión de quedarse como voluntario o irse. Si se queda, entra en una fase de adhesión con los objetivos y la causa de la entidad, lo que implica que los que se quedan son muy participativos y activos dentro de la organización. Aunque este hecho es general a todos los voluntarios, los refugiados y migrados se muestran más activos e implicados.
6.3. Perfil, intereses y expectativas de los voluntarios migrantes. La principal conclusión del análisis de la información aquí recogida, es que la procedencia de los voluntarios extranjeros es de lo más diversa al igual que su nivel formativo, y que la inmensa mayoría de los voluntarios se encuentran en edad activa, al oscilar su edad entre los veintitantos años y los cincuenta y tantos. Si atendemos a la naturaleza de la organización, encontraremos algunas diferencias aunque no demasiado significativas. Las diferencias más marcadas son relativas al tipo de motivación de los voluntarios, estando este hecho estrechamente relacionado con la finalidad de organización.
59
En las entidades de acción social se constata que conviven dos tipos de voluntarios de origen extranjero, los vinculados a los programas internacionales de intercambio, principalmente jóvenes estudiantes de países enriquecidos, y voluntarios provenientes de países en desarrollo y empobrecidos. Respecto de estos segundos es mayoritaria la presencia de personas con un nivel formativo inferior al de los voluntarios autóctonos. Son minoría los que cursaron estudios universitarios. Principalmente son personas originarias de Latinoamérica y en menor medida de países del este de Europa. En aquellas organizaciones que trabajan con migrantes marroquíes, encontramos una fuerte presencia de los mismos. Si bien en éstas últimas, hay más mujeres voluntarias que hombres, en el resto tiende a nivelarse la relación hombres-mujeres. En las organizaciones de asistencia social a discapacitados, enfermos, personas mayores y drogodependientes, los voluntarios extranjeros de estas entidades no fueron usuarios de las mismas ni beneficiarios de sus programas. Mientras que en las organizaciones que poseen programas de atención a colectivos migrantes, la mayoría de sus voluntarios fueron antiguos usuarios. Es conveniente, sin embargo, señalar que este tipo de voluntarios no se corresponde con aquellos que han precisado de una intervención prolongada en el tiempo, sino que principalmente se corresponde con “el perfil de aquellos que han precisado de un apoyo puntual, que les ha gustado la entidad y se han quedado” [Organización de acción social con programas de integración de
migrantes]. Son muy pocos los voluntarios de este tipo de entidades los que poseen experiencia previa de participación social en organizaciones o movimientos 60
sociales en sus países de origen, así como, en su mayoría, carecen de experiencia anterior como voluntarios aquí en España. En cuanto a sus motivaciones, difieren entre sí dependiendo de la organización. Si bien se señala la existencia de casos de personas que buscaban
empleo
a
través
del
voluntariado,
especialmente
en
las
organizaciones centradas en la atención y acompañamiento a enfermos, personas mayores, discapacitados o drogodependientes, no es la norma. “Han hecho voluntariado trabajando a la vez, lo digo, porque a veces existe la percepción de que vienen buscando trabajo”, reflexiona una de responsable de voluntariado
perteneciente a este tipo de entidades. Las principales motivaciones de los voluntarios pertenecientes a estas organizaciones se centran en ayudar a los demás y en algunos casos “devolver a este país lo que ha hecho por nosotros”. Respecto de las motivaciones de los voluntarios integrados en programas internacionales de intercambio, como el Programa de Voluntariado Europeo, encontramos las siguientes, “conocer España, aprender español, mejorar su currículum y además colaborar en una ONG”, tal como es percibido por un
responsable
de
voluntariado
de
una
organización
de
atención
a
drogodependientes. En las organizaciones con programas dirigidos a la integración de personas migrantes se produce un vínculo entre éstas y sus voluntarios, quiénes se identifican con las acciones destinadas a mejorar las condiciones de vida de sus compatriotas. El haber recibido ayuda puede encontrarse tras la necesidad de participar como voluntario, pues “cuando te han ayudado te motiva ayudar”.
61
En las organizaciones de mujeres también se produce el fenómeno de contar con antiguas usuarias como voluntarias, en un efecto similar al anteriormente descrito. Buscan ayudar a otras mujeres, “aquí muchas han descubierto la igualdad y han tomado conciencia de género”, trabajando por dar
a conocer los derechos de igualdad, por hacerlos efectivos y combatiendo la violencia de género. Por razones obvias, son en su casi totalidad mujeres. Eso no quiere decir que no haya voluntarios varones en este tipo de organizaciones, sino que la entidad que ha sido objeto de nuestro estudio no posee voluntarios de origen extranjero de sexo masculino. Las voluntarias son principalmente latinoamericanas, con estudios universitarios y entre los 28 y 34 años. El alto nivel de estudios puede deberse al trabajo tan especializado que realiza la organización y que requiere de cierta cualificación. Respecto del ámbito de la cooperación al desarrollo la presencia de voluntariado extranjero no es especialmente relevante. La procedencia de los voluntarios es principalmente europea y latinoamericana, siendo en su totalidad mujeres. Casi todas fueron voluntarias en sus países de origen y se encuentran aquí estudiando o trabajando. Se podría afirmar que son de clase media y carecen de cualquier problema de integración social. Sus motivaciones se corresponden a grandes rasgos con las de sus compañeras y compañeros autóctonos, acercándose a entidades de cooperación al desarrollo gracias a poseer una inquietud social, “bien porque hayan estado en otras ONG, porque hayan leído, hayan visto, o algo les ha movido a tomar parte por equilibrar la balanza de la situación […] Aportar su pequeño granito de arena”.
62
Por último, las organizaciones de defensa de derechos humanos y del derecho de asilo son las que más antiguamente se han nutrido de voluntarios de diversas procedencias. Respecto de la organización de derechos humanos estudiada, en sus orígenes se hacían voluntarias las personas extranjeras que habían sido ayudadas por la entidad a su llegada a España tras huir de persecuciones en sus países de origen. En la actualidad, se nutren de personas que provienen del ámbito universitario tras la realización de cursos y másters de derechos humanos, estar interesados en las temáticas relativas a la jurisdicción universal o en cuestiones similares. La motivación que empuja a este perfil de voluntarios se fundamenta en “tener mucha sensibilidad personal hacia los problemas que existen en el mundo, si no la gente no se acerca”. Desde que existen
organizaciones especializadas en asilo y refugio y asociaciones de inmigrantes y apoyo a la inmigración se acercan menos personas de origen extranjero a la misma,
salvo
por
los
perfiles
altamente
cualificados
mencionados
anteriormente. Respecto de la entidad de asilo y migraciones que abordamos a continuación, el perfil mayoritario de sus voluntarios extranjeros se corresponde con solicitantes de asilo y refugiados. Estas personas poseen una formación académica de lo más variada, teniendo en un gran porcentaje titulación universitaria. En cuanto la trayectoria previa de participación social en sus países de origen, prácticamente todos desarrollaron una activa vida política y social habiendo sido sindicalistas, políticos, líderes de movimientos sociales o integrantes de organizaciones de defensa de los derechos. La causa de que sufrieran persecución y debieran abandonar su país buscando protección 63
internacional en países como España. En cuanto a sus motivaciones para continuar siendo activistas en la sociedad de acogida a través de organizaciones de asilo y derechos humanos, se sustentan en el conocimiento directo de lo que supone sufrir persecución y violación de derechos humanos, así como influir desde aquí en cambiar la situación de sus países de origen. Al menos desde una labor de información y la sensibilización de nuestra sociedad. La motivación en general de los voluntarios extranjeros, ya sean refugiados o migrantes, y autóctonos para implicarse como voluntarios en organizaciones de asilo, reside en un “compromiso total con la causa de los refugiados. Nunca es una única motivación, pero la más destacada es que sienten que la causa de los refugiados es la causa por la que merece la pena transformar el mundo, destinar unas horas […]”. Completando su perfil se puede afirmar que son
personas muy informadas sobre la realidad del mundo, que conocen las problemáticas de otros países, y que no pueden comprender que aún haya injusticias en el mundo. Son personas motivadas que participan en otros espacios de defensa de los derechos humanos y de lucha por la justicia social. Llegado este punto, es conveniente realizar un ejercicio de distinción, si es posible, entre los perfiles del “migrante forzado” por causas de persecución, el refugiado, y el “migrante por causas económicas”, no menos forzado por el injusto sistema económico mundial (al menos en una mayoría de casos). Para tal fin aprovecharemos la reflexión realizada al respecto por la responsable de una organización de asilo y migraciones, quién posee ambas perspectivas de análisis. La primera diferencia estriba en la conexión y compromiso total con la 64
defensa de los derechos humanos, que implica una concepción diferente de su vida respecto de otros migrantes. La segunda diferencia radica en que el inmigrante puede decidir volver o no volver a su país, mientras que el refugiado no posee esa libertad. “Siempre le preguntarás y siempre tendrá intención de volver a cambiar su país. Porque salió obligado por causas ajenas, no decidió nunca salir”.
Más allá de las motivaciones, es conveniente evaluar la satisfacción de los voluntarios desde la percepción de los responsables de voluntariado. Siguiendo con los refugiados, las expectativas de los mismos consisten en continuar con su activismo en la sociedad de acogida, si bien no se debe olvidar que su finalidad última es regresar a sus países de origen y desarrollar su activismo allí. Respecto de las expectativas que han depositado en la organización de asilo en la que ejercen su voluntariado, los voluntarios asilados aspiran a abrir nuevos espacios de participación que podrían desbordar el actual marco de representación de los voluntarios en la entidad. A participar, de alguna forma, del ámbito cercano a la toma de decisiones. La percepción que poseen los responsables de voluntariado sobre la satisfacción de las expectativas de sus voluntarios suele referirse a aspectos relacionados con la canalización de sus motivaciones y su realización personal a través de ellas, el grado de satisfacción con la tarea desempeñada o la gratificación emocional y personal que recibe el voluntario al comprobar el bienestar que contribuye a generar en los demás, los usuarios o beneficiarios de los programas de acción social. “Yo creo que sí, colaborar en [la entidad] es muy satisfactorio a muchos niveles, como experiencia vivida, como proceso
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educativo, como capacidad de aprendizaje y de relación con otros voluntarios y drogodependientes. Yo creo que sus expectativas son cubiertas con demasía, más de lo que ellos piensan”. A su vez, la constatación de que su dedicación voluntaria
produce efectos positivos en los beneficiarios de su acción, alimenta la satisfacción del voluntario: “Los usuarios de [la entidad] están muy satisfechos con la labor que realizan los voluntarios y esto contribuye a que los voluntarios se sientan a gusto”, tal y cómo es descrito por un responsable de voluntariado.
Un buen indicador para evaluar el grado de satisfacción de los voluntarios consiste en observar el tiempo medio de permanencia en la entidad. Será su continuidad con respecto a la tarea asignada el barómetro que registrará si las expectativas de los voluntarios se están satisfaciendo. La frustración de las expectativas del voluntario motivará casi con toda seguridad el abandono de su acción voluntaria. Sin embargo, el tiempo de permanencia de los voluntarios de origen extranjero varía de unas entidades a otras y resulta bien significativo como influye su estabilidad laboral y residencial. Ésta gran “movilidad” laboral y espacial incide directamente en su continuidad como voluntarios, siendo ésta la causa de que la permanencia de los voluntarios extranjeros sea menor a la de sus compañeros autóctonos. Ilustrativas son las siguientes palabras al respecto, “no sé en cuanto estará la media, en torno a 1-2 años. Pienso que si se están ubicando debe de ser más complicado […] No han llegado
al
grado
de
permanencia
que
tenemos
con
nuestros
voluntarios
(autóctonos)”. [Organización de asistencia a enfermos, discapacitados y
mayores].
66
Si se observa cada caso, se encontrarán ciertas diferencias entre uno y otro. Mientras que para unas organizaciones la media está entre uno y dos años de permanencia, como la anteriormente citada, en otras la continuidad del voluntario es menor, incluso intermitente: “influye el tema laboral y los cambios de casa, pero sí que suelen estar bastante tiempo, de seis meses a un año. Hay algunos (voluntarios) que llevan mucho tiempo y otros que son intermitentes”
[entidad
de
integración
social].
Independientemente
del
tiempo
de
permanencia, se repite la influencia que en el voluntariado extranjero ejerce su situación laboral y estabilidad residencial. En algunos casos, la actividad voluntaria se desarrolla como sustitutiva de la actividad laboral, ante la carencia de la misma: “creo que se acercan a [la entidad] cuando están en una etapa más de paro o de trabajo muy precario, y cuando encuentran un trabajo más formal, más estructurado dejan de colaborar y eso hace que se desvinculen”, nos relata el responsable de voluntariado de una
entidad de atención a drogodependientes. En cualquier caso, parece ser una constante en una mayoría de organizaciones, “el compromiso medio suele ser de un año o dos. No podría decirte de gente extranjera que lleve más tiempo, no la hay”.
La diferencia la marcan de nuevo las organizaciones de defensa de los derechos humanos y de asilo, donde se dan casos de voluntarios extranjeros con muchos años de vinculación activa con la entidad. Hasta veinte años. Mayoritariamente este perfil se corresponde con personas refugiadas y exiladas. Por último, y para cerrar el presente apartado, detendremos nuestra atención en un aspecto de suma importancia para las personas migrantes: su 67
situación administrativa. Es decir, tener regularizada su situación, “tener papeles”, o encontrarse en situación de irregularidad, “sin papeles”. Ésta cuestión, nada baladí para la persona migrante, contrasta con el nulo interés que posee para las organizaciones que han participado de este estudio. Resulta significativo como se desconoce en gran medida si los voluntarios de origen extranjero están en situación administrativa regular o irregular. Ninguna entidad tiene esto en cuenta a la hora de aceptar a un voluntario de origen extranjero, y eso se constata a la hora de ofrecer estadísticas al respecto: no tienen.
6.4. El voluntariado en las entidades y su nivel de participación. Se pueden establecer distintos niveles de participación de los voluntarios en las organizaciones estudiadas. Nuevamente se impone el principio de normalización, lo que implica que en este aspecto tampoco se pueden establecer diferencias según las procedencias nacionales de los voluntarios. De tal suerte, que la participación de los voluntarios extranjeros dependerá exclusivamente de la cultura y del modelo participativo de cada entidad. En este sentido, la forma jurídica de la entidad, ser asociación o ser fundación, influirá notablemente. Las primeras ofrecen la posibilidad al voluntario de ser socio de la organización, implicando su incorporación a los mecanismos de toma de decisiones. Las segundas, las fundaciones, en principio no poseen un modelo tan abierto a la incorporación de los voluntarios a la toma de decisiones.
68
Sin embargo, la realidad muestra como esa división no es tan nítida y se dan situaciones de lo más diversas. Siendo así que los voluntarios que son socios disfrutan de los mismos derechos que otros socios a participar plenamente de la vida asociativa de sus entidades, incluso a participar de la toma de decisiones según los mecanismos establecidos en los estatutos de la organización. Mientras que para los voluntarios no socios, la participación variará dependiendo de las organizaciones. Desde aquellas que otorgan representatividad en sus órganos de gobierno a los voluntarios a través de representantes elegidos por los mismos, hasta las que no contemplan esta posibilidad. Esta última cuestión es independiente de la naturaleza de la entidad, ya sea asociación o fundación. Otra cuestión es la referida al acceso a cargos de responsabilidad “política”, es decir, a los órganos de gobierno de la entidad. Sólo en dos organizaciones hay representación en sus Juntas Directivas de personas de origen extranjero, siendo una de ellas una organización de migrantes. Independientemente del acceso a la toma de decisiones de la organización, lo cierto es que la mayoría de las organizaciones canaliza la participación de sus voluntarios extranjeros a través de los equipos de trabajo en los que se integra el
voluntario o a través de espacios creados para tal
fin,
concediéndosele una creciente importancia a la participación de los voluntarios en la vida social de la entidad y en el diseño y planificación de actividades y proyectos. La variedad de los mecanismos y espacios de participación existentes en las organizaciones estudiadas,
responde a la
propia evolución de cada entidad. Si bien parece existir cierta tendencia 69
común a otorgar un creciente protagonismo a los voluntarios en los más diversos aspectos de la vida de las organizaciones. Ayuda a comprender el modelo de participación que caracteriza a cada entidad si se atiende a la filosofía del voluntariado que poseen. Sobre todo a la hora de realizar un análisis de la evolución de la participación de los voluntarios dentro de la organización. En algunas organizaciones se puede constatar como al apostar por una línea de incidencia política y social, por coherencia se ven impelidas a incorporar al voluntario como actor protagonista de esta estrategia. En otras organizaciones, la opción por un modelo de “empowerment” ha orientado sus acciones de captación de voluntarios hacia los propios usuarios y a integrarles en el diseño, planificación, ejecución y evaluación de los programas dirigidos a los colectivos de atención, constituyendo una estrategia de “empoderamiento” de los mismos. En cualquier caso, independientemente de los ejemplos mostrados, la tendencia es a implicar a los voluntarios desde el diseño de las actividades hasta su evaluación. Otra tendencia es la apuesta por crear espacios de reflexión que fomenten el análisis de las causas que se hallan tras la situación social que se pretende transformar. En relación a la filosofía de voluntariado que las organizaciones poseen, la mayoría manifiesta que se trata de una forma de participación ciudadana orientada hacia la transformación social. Unas organizaciones tienen más estructurado el fundamento teórico de esta afirmación y otras organizaciones menos, apelando a “lugares comunes” y tópicos sobre el voluntariado. Lo
70
cierto es que será el modelo de voluntariado aplicado en cada caso el que visibilice ante qué concepción del voluntariado nos encontramos. Es interesante la visión aportada por una de las organizaciones participantes del estudio, entidad que ha realizado un importante ejercicio de reflexión sobre el modelo de voluntariado por el que apuesta y de sistematización del mismo. Para esta entidad, centrada en la exclusión social, el voluntariado consta de dos elementos: la acción voluntaria y la actitud hacia el cambio. La acción voluntaria se concreta en la tarea asignada al voluntario. Sin embargo, “la acción voluntaria por sí sola corre el riesgo de convertirse en beneficencia o asistencialismo si no combate las causas que producen la exclusión social”. La manera de superar ese riesgo consiste en fomentar la
reflexión sobre las causas de la exclusión social y orientar la acción voluntaria hacia la promoción del cambio social. El conocimiento de las causas y la inquietud por transformar las situaciones de injusticia social es lo que denominan actitud hacia el cambio. Desde esa perspectiva se apuesta claramente por un modelo de incidencia política y social para provocar los cambios sociales perseguidos. Se trata de llevar al mundo de la exclusión social lo que otros movimientos como el ecologista o de defensa de los derechos humanos han logrado, “crear un movimiento ciudadano que luche contra la exclusión social”. Este modelo encierra
una concepción del voluntariado que se puede sintetizar en la siguiente frase: “el voluntariado es una grandísima fórmula de participación ciudadana, donde el ciudadano conoce de primera mano los problemas de la exclusión social y ante ese conocimiento quiere cambiar la sociedad”. Y esta inquietud por transformar la
71
realidad
se
concreta
en
las
siguientes
acciones,
estrechamente
interrelacionadas entre sí: sensibilización social, reivindicación y denuncia. La apuesta por la incidencia como estrategia de cambio social define el modelo
de
voluntariado
y
está
estrechamente
relacionada
con
organizaciones feministas, ecologistas, de solidaridad internacional y de derechos humanos. Así es concebido el voluntariado en una organización feminista, “que sea (un voluntariado) eminentemente transformador, [la entidad] hace mucha incidencia política […] lo que implica que nuestro voluntariado tiene que ser de denuncia, un voluntariado de transformación, comprometido, formado en la perspectiva de género y centrado en la prevención de situaciones de exclusión social”. Ésta apuesta por la incidencia requiere de voluntarios formados,
comprometidos y activos, lo que conlleva para la organización una mayor inversión en aspectos formativos que van más allá de la capacitación para la tarea a desempeñar por el voluntario y en coherencia con esta filosofía, e incluso por exigencia de los mismos voluntarios, implementar una cultura participativa. Resulta de interés observar la aplicación de este modelo en la organización de lucha contra la exclusión anteriormente referida. Sí lo que se persigue es convertir la acción voluntaria en un movimiento ciudadano, debe darse el salto de la acción individual del voluntario, centrada en su tarea, hacia la emergencia de una experiencia colectiva. Esta experiencia se concreta en la asamblea de voluntarios, que es el espacio de formación continua y reflexión-acción creado para tal fin. Espacio que persigue “crear estructuras dentro de [la entidad], estructuras participativas donde sean los voluntarios
72
los que vayan concretando cómo hacer propuestas de transformación social”. Este
espacio ha posibilitado a los voluntarios participar del diseño de las estrategias de incidencia a desarrollar, del mensaje a transmitir a la sociedad y de las acciones a emprender. En ésta lógica, se han articulado nuevos espacios de participación a través de comisiones de trabajo conjuntas entre voluntarios, técnicos y responsables de la entidad. De este proceso participativo se ha concluido la necesidad de vincular el voluntariado a la toma de decisiones. Para ello, además del protagonismo otorgado a los voluntarios en el diseño de la estrategia organizativa, se ha propuesto la creación de la figura del representante de los voluntarios en el patronato de la organización. La fórmula del representante de los voluntarios en los órganos de gobierno de la organización también es aplicada por otras entidades, bien a través de la incorporación al patronato o bien a través de su integración en la asamblea de la entidad. Aunque se debe concluir que este hecho es minoritario dentro de las organizaciones de voluntariado estudiadas. Fuera del marco de la toma de decisiones y como norma generalizada, se busca que los voluntarios se integren plenamente en equipos mixtos de trabajo. Al mismo nivel que el personal remunerado en cuanto a la capacidad de realizar aportaciones para la mejora de los servicios que prestan las organizaciones y a la participación en las fases de implementación de las actividades y proyectos a desarrollar. “Los equipos de la entidad son mixtos en cuanto a voluntarios y remunerados, en cuanto al grado de responsabilidad, de participación, de formación, buscamos que estén equilibrados”, tal como es
73
descrito por la responsable de voluntariado de una organización de asilo y migraciones. Sólo uno de los entrevistados describe una escasa, casi nula, participación de los voluntarios en la entidad: “responsabilidades más allá de su tarea, no […] no somos una ONG donde el voluntario tenga una vida asociativa muy grande, quizá porque su estructura está muy configurada y conformada por el personal contratado, el voluntariado no tiene una participación muy activa en la vida asociativa de la entidad”. Una cuestión polémica, al menos para nuestro
entrevistado: “Me parece que es un error, es una opinión personal mía, pero es así”. Otros canales de participación y comunicación entre la entidad y sus voluntarios son los buzones de sugerencias, grupos de discusión, talleres, chats y blogs en Internet, los correos electrónicos y las listas de distribución, boletines digitales, etc.
6.5. Expectativas respecto a los voluntarios de origen extranjero y valoración de las entidades.
De nuevo lo significativo es la generalización respecto de las expectativas que tienen las organizaciones, sin hacer distinción sobre la procedencia de los voluntarios. Las expectativas parecen incidir más sobre el perfil de voluntarios deseados, en cuanto a compromiso e identificación con los valores de la entidad que a su origen. E incluso con un deseado relevo generacional, o mejor dicho, la incorporación de voluntarios jóvenes a las organizaciones, tal como fuera manifestado por una entidad de defensa de los derechos humanos con más de treinta años de historia. 74
Continuando con organizaciones de defensa de los derechos humanos, en este caso una de asilo y migraciones, las expectativas respecto del voluntariado migrante, especialmente los refugiados, se concreta en “seguir normalizando su incorporación, abrir nuevos espacios de participación y acción, y aprovechar mejor las potencialidades de los voluntarios. Los refugiados son líderes y hay que saber aprovecharlo”. Tres expectativas parecen repetirse más entre los entrevistados, las relacionadas con como conseguir aumentar el número de voluntarios, con cómo conseguir su fidelización y un compromiso claro con la misión de la entidad, y las relativas a fomentar la participación de los voluntarios dentro de la entidad. Más allá de los mecanismos para ampliar los espacios de participación de los voluntarios analizados en el apartado anterior, la cuestión clave en este momento es como conseguir “activar a aquellos que han reducido su voluntariado a su tarea y no participan de la formación y los encuentros”. En algunos casos, esta “activación” pasa por lograr que las líneas de acción de los proyectos de integración de personas extranjeras sean mayoritariamente “diseñadas por los voluntarios migrantes”, como le gustaría al responsable de una entidad de acción social. Relacionado con las expectativas se encuentra la preocupación por mejorar la calidad en la gestión del voluntariado y de los servicios que se prestan a los usuarios. También en lo relativo a que esa gestión de calidad esté en consonancia con la misión social de la organización y de cómo dotarse de las herramientas necesarias para realizar un seguimiento y evaluación adecuados. 75
La valoración sobre los voluntarios de origen extranjero realizada por los responsables de voluntariado entrevistados, es mayoritariamente favorable y positiva respecto del papel que desempeñan en la organización. Esta valoración positiva se concreta en los nuevos elementos que aportan a las organizaciones en las que desarrollan su acción voluntaria. Elementos referidos al enriquecimiento de la organización gracias a la incorporación de otras visiones de la realidad, de otras formas organizativas, experiencias y habilidades, o la conexión con nuevas organizaciones y redes internacionales. La frase que mejor sintetiza esta realidad, es la expresada por la coordinadora de voluntariado de una organización de asilo y migraciones: los voluntarios de origen extranjero “hacen repensar la entidad”. Tal es así, que el amplío abanico de aspectos que enriquecen a organizaciones como la mencionada gracias a la presencia de personas de diversas procedencias en ellas, se concretan de la siguiente forma: “suelen aportar conocimientos, han tenido cargos de activistas políticos que enriquecen a la organización. Normalmente muchos de ellos se han vinculado a [la entidad] a través de redes internacionales […] abriendo en muchos casos las puertas a la organización en estas redes. Aportan prácticas distintas de organización, de grupos, de resolución de conflictos, de trabajo… Es difícil no moverte a una manifestación cuando tienes al lado a un compañero que no lo duda, es un revulsivo para la misma organización”.
Estos perfiles de voluntarios, que se corresponden con personas refugiadas, suelen ser bastante críticos y constructivos con dinámicas internas y prácticas de la organización.
76
¿Y con los voluntarios que no son refugiados, sino voluntarios de origen extranjero? Se puede afirmar que aportan aspectos que no difieren en exceso de los aportados por los voluntarios refugiados. Aportan elementos tales como el “contacto con otros países, relación con ONG de otros países, apertura a otras culturas y formas de pensar y ver el mundo, idiomas, frescura, posibilita relacionarse con redes internacionales de voluntariado”, una serie de relaciones que a algunos
tipos de organizaciones, especialmente las de acción social, no les resulta fácil establecer. La cuestión de las diversas visiones que ayudan a enriquecer la organización y de las relaciones con otras ONG extranjeras, son dos de los aspectos más destacados por todas las organizaciones. Ya hemos visto como así es para las organizaciones de derechos humanos y de acción social, no resultando diferente para las entidades de cooperación internacional: “otra perspectiva de ver las cosas que incorporan al grupo, su experiencia respecto de ONGs de sus países, gran capacidad de innovación y motivación, aportan mucha creatividad a los grupos. Tiene un papel activo en los grupos, con la realización de numerosas propuestas”. Sin embargo, debe apreciarse que existe cierta
diferencia entre el nivel de aportación realizado por refugiados y voluntarios vinculados a programas de voluntariado internacional y el voluntario que podría considerarse como migrante económico. Éste último perfil carece, en un elevado porcentaje de casos, de experiencia previa de voluntariado en organizaciones extranjeras, derivándose de esta circunstancia un menor capital relacional y organizacional acumulado que aportar a la organización en la que desarrollan su acción voluntaria. 77
Un último aspecto a destacar, en línea con lo descrito hasta el momento, se deriva de las diversas perspectivas sobre la realidad que poseen, pero especialmente del conocimiento vivencial que portan como migrantes en nuestra sociedad. Así es entendido por el responsable de voluntariado perteneciente a una organización que trabaja por la integración social de las personas migrantes: “yo creo que nos sitúan. Están cambiando los perfiles [de usuarios migrantes], y nos muestran su realidad. No todos son vulnerables como tendemos a percibirlos desde lo social. Nos muestran otras tipologías de migrantes, de otros servicios que poner en marcha. Los proyectos responden a las necesidades de la gente porque ellos participan mejorándolos”.
De ese efecto de “situar” a las organizaciones en el contexto adecuado frente a una realidad vertiginosamente cambiante, no sólo se benefician las entidades que trabajan en el ámbito de la integración social. Para las organizaciones que desarrollan su labor en el ámbito del asilo y los derechos humanos, tan atentas a la realidad internacional, los voluntarios extranjeros, especialmente los refugiados, “abren nuevas vías de conocimiento de la situación mundial, están muy informados y aportan contactos y análisis que de otra forma sería imposible realizar ni aunque hicieras un seguimiento exhaustivo de toda la actualidad internacional”.
78
7. PERFIL DEL VOLUNTARIADO INMIGRANTE Y/O REFUGIADO EN MADRID Y ANÁLISIS DE SU TRAYECTORIA VOLUNTARIA 7.1. Análisis de los cuestionarios realizados y variables exploradas: 7.1.1. Participación del voluntariado migrante en entidades según su área de actuación 7.1.2. Grado de participación en el voluntariado de la población migrante. 7.1.3. Voluntariado migrante y distribución por sexo 7.1.4. Voluntariado migrante y distribución por edad 7.1.5. Voluntariado migrante y países de origen 7.1.6. Voluntariado migrante y situación social: tiempo de estancia, situación administrativa 7.1.7. Voluntariado migrante y nivel de estudio 7.1.8. Voluntariado migrante y situación labora. 7.1.9. Voluntariado migrante y desarrollo de la actividad: tiempo de permanencia en la actividad voluntaria, tiempo de dedicación, requisitos exigidos al voluntario migrante para su incorporación, puestos que ocupan en las entidades. 7.2. Conclusiones del análisis del cuestionario
7.3. Hipótesis sobre la labor voluntaria de las personas migrantes obtenidas a través de las entrevistas realizadas 7.3.1. 7.3.2. 7.3.3. 7.3.4. 7.3.5. 7.3.6.
7.4.
Trayectoria La incorporación a la entidad voluntaria La formación y la tarea Tiempo y compromiso La participación en el marco de la entidad Motivación y expectativas
Personas refugiadas y voluntariado
7.1. Análisis de los cuestionarios Como se ha explicado en el apartado que describe la metodología del estudio, durante los meses de septiembre-diciembre de 2007 se envió por correo electrónico a las entidades sociales un cuestionario previamente elaborado por el equipo de investigación y validado. Conformado por un total de 20 cuestiones de carácter semiestructurado, se intentaron compilar con el mismo aquellos datos que se habían considerado relevantes para una 79
aproximación de carácter descriptivo al objeto del estudio aquí presentado. El envío vía electrónica del cuestionario se produjo tras la obtención de un listado de las entidades sociales con presencia de voluntariado existente en el municipio de Madrid. Se contabilizaron un total de 339 entidades, todas las cuales se incluyeron en este primer envío. Tras éste el índice de respuesta obtenida fue del 4,42% decidiéndose entonces realizar un segundo reenvío. Dado que el porcentaje de entidades que respondieron a este nuevo requerimiento no superaba en conjunto el 8,25% del total, y considerando que éste no satisfacía las necesidades mínimas que el equipo investigación había establecido como necesarias para obtener una respuesta que permitiera una aproximación significativa a la realidad social a estudio, se tomó la decisión de establecer contacto telefónico con las entidades de las cuales no habíamos obtenido respuesta, con objeto de solicitar a éstas la cumplimentación del cuestionario. En esta llamada se les informaba acerca de los objetivos de la investigación iniciada y de la necesidad de contar con su colaboración. Para evitar mensajes diferentes en este contacto, se realizó un guión que homogeneizaba la información dada a las entidades sociales y que era leído por los miembros del equipo de investigación encargados de llevar a cabo dicho contacto telefónico. Tras el mismo, se volvió a reenviar el cuestionario en formato electrónico a las entidades, dado que algunas de ellas ya no disponía de éste,
actualizando la base de datos disponible y contactando
directamente
con
los
responsables de
organizaciones que respondieron tras este
voluntariado.
El
número de
tercer envío fue de 32 siendo
finalmente el total de contestaciones obtenidas de 60, dándose por válidos un 80
total de 54 cuestionarios, lo que suponía un 15,9% sobre el conjunto de entidades
tomadas
únicamente
aquellos
en
consideración
cuestionarios
que
inicialmente. se
reenviaron
Se al
descartaron equipo
de
investigación sin haberse contestado, estaban incompletos o no disponían en el momento actual de área de voluntariado. En las líneas siguientes pasamos a exponer brevemente las conclusiones principales que pueden ser extraídas a partir de los datos aportados por las entidades sociales que llevan a cabo actividades de voluntariado en el marco del municipio de Madrid.
7.1.1. Participación del voluntariado migrante en entidades según su área de actuación Uno de los puntos que se consideraron relevantes en esta investigación era el área de actuación en la que se inscribían las entidades sociales del municipio de Madrid. Se establecieron un total 17 categorías cerradas, tomando como base la clasificación establecida por el servicio de voluntariado del Ayuntamiento de Madrid. Se añadió una última categoría abierta que permitía a las entidades especificar su área de actuación en caso de que ésta no se incluyera en las anteriores. La mayoría de las entidades se inscribieron en más de una de las categorías de señaladas. El porcentaje más elevado de entidades que dieron respuesta al cuestionario (ver tabla 1) se inscribían dentro del área de juventud (44,4%), seguido por aquellas que tenían como objetivo el trabajo en exclusión social
(40,7%) y en educación,
formación y/o cultura (40,7%). Infancia (37%) y ocio y tiempo libre (31,5%) se situaban en cuarto y quinto lugar, siendo las áreas de actuación menos 81
representadas en nuestra muestra aquellas correspondientes a emergencias, con un porcentaje del 1,9% y ecología y medio ambiente (3,7%). 2 entidades señalaron áreas de actuación diferentes (otras áreas) a aquellas categorías previamente establecidas, siendo éstas Reclusos/Exreclusos y Atención Psicológica/Asesoría jurídica. Una representación gráfica de esta distribución puede observarse en el gráfico 1. Área de actuación Juventud Exclusión social Educación, formación y/o cultura Infancia Ocio y tiempo libre Inmigración y asilo Mujer Cooperación al desarrollo Derechos humanos Participación ciudadana/asociacionismo Discapacidad Minorías étnicas Dependencias Salud y enfermedad Mayores Ecología y medio ambiente Otras áreas Emergencias
Porcentaje 44,4% 40,7% 40,7% 37% 31,5 29,6% 27,8% 27,8% 16,7% 14,8% 14,8% 13% 13% 9,3% 5,6% 3,7% 3,7% 1,9%
Tabla 1. Área de actuación de las entidades sociales del municipio de Madrid
82
Juventud Exclusión social Educación, formación y/o cultura Infancia Ocio y tiempo libre Inmigración y asilo Mujer Cooperación al desarrollo Derechos humanos Participación ciudadana/ asociacionismo Discapacidad Minorías étnicas Dependencias Salud y enfermedad Mayores Ecología y medio ambiente Otras áreas Emergencias
Gráfico 1. Representación gráfica de las áreas de actuación de las entidades sociales en el municipio de Madrid.
83
7.1.2. Grado de participación en el voluntariado de la población migrante Otro dato que solicitamos a las entidades sociales fue el total de personas voluntarias con las que contaban en el momento actual, siendo éste 9615. El número de voluntarios en las diferentes entidades se repartía de manera dispar, oscilando la cuantía de éstos desde 2 a 6712 voluntarios, siendo la moda de la distribución de frecuencias 30. Un 50% de las organizaciones tienen 30 o menos voluntarios inmigrantes incorporados y sólo el 10% de las entidades presentan más de 100. De las 54 entidades sociales que respondieron a nuestro cuestionario, el 57,4%
de
las
mismas
incorporaban
en
la
actualidad
voluntarios
inmigrantes/refugiados dentro de su organización en el municipio de Madrid, siendo un 42,6% el porcentaje de éstas que no disponían de voluntariado inmigrante/refugiado. En total se contabilizaron 338 voluntarios de origen extranjero, suponiendo éstos un 3,5% sobre el conjunto de los contabilizados en el marco de las entidades sociales que dieron respuesta al cuestionario. Esta representación de voluntariado inmigrante/refugiado sobre
el total de
voluntarios se sitúa muy por debajo del porcentaje que la población inmigrante representa en el conjunto de la población madrileña y que queda establecido, de acuerdo a los datos de población extranjera en la ciudad de Madrid disponibles en enero del 2008, en un 16,9% de la misma. Este dato nos indica que, a priori, la incorporación de la población extranjera al voluntariado es aún mínima, siendo preciso establecer cuáles son los factores que inciden en esta escasa presencia. 84
La
distribución
del
número
de
voluntarios
inmigrantes/refugiados
existentes en el seno de las diferentes entidades sociales presenta una elevada dispersión.
El
90%
de
éstas
presenta
15
o
menos
voluntarios
inmigrantes/refugiados incorporados. Llama la atención que el 50% de la entidades cuenta con 5 o menos de éstos, lo cual nos lleva a pensar que nos encontramos ante un voluntariado atomizado y disperso, donde las entidades agrupan a un número pequeño de voluntariado inmigrante. Por otro lado se observa una relación estadísticamente significativa (p>0,05) entre el área de actuación
inmigración
y
asilo
y
la
presencia
de
voluntarios
inmigrantes/refugiados en las entidades, asociación que también es posible establecer con aquellas organizaciones que se engloban en el área de discapacidad. Datos estos, que corroboran la información reflejada en el capítulo 6 de este informe, donde se establece una estrecha vinculación entre haber sido usuario de una entidad de asilo y de inmigración y la actividad voluntaria desarrollada posteriormente por los migrantes/refugiados en las mismas.
El vínculo entre ayuda a discapacitados y voluntarios de origen
extranjero, sin embargo, no fue tan fácil de establecer, pues respondía a una multiplicidad de posibles motivaciones por participar en organizaciones de las que no fueron usuarios.
7.1.3. Voluntariado migrante y distribución por sexo. De la totalidad de voluntarios inmigrantes/refugiados, la distribución por sexos respondía al porcentaje 71,04% de mujeres frente al 28,96% de varones, lo que supone que por cada voluntario inmigrante/refugiado varón existen 2,45 85
mujeres
voluntarias
inmigrantes/refugiadas
en
las
entidades
sociales
estudiadas, lo que nos indica una aparente feminización del voluntariado inmigrante, fenómeno éste que guarda concordancia con la mayor presencia de mujeres en el voluntariado genérico. Asistimos, por tanto, a una sobrerrepresentación consideración
que
del la
colectivo
femenino,
distribución
por
máxime si sexos
de
tomamos la
en
población
inmigrante/refugiada empadronada en el municipio de Madrid arroja unos porcentajes de 50,4% para las mujeres y un 49,6% en el caso de los valores. Con relación a las entidades sociales, un 90,3% de éstas cuentan con 15 o menos mujeres inmigrantes/refugiadas como voluntarias, evidenciándose nuevamente una presencia de 5 o menos voluntarias inmigrantes/refugiadas en 21 entidades. Sólo 3 de las mismas tienen más de 15 voluntarias, lo que supone un 9,7% del total, apareciendo 2 entidades que no contaban en su voluntariado inmigrante con representación femenina. A la luz de estos datos podemos concluir, que al igual que sucede en el voluntariado en general, existe una Identidad femenina del voluntariado. Esto es
debido a la identificación tradicional de roles femeninos con la acción
social, identificándose el voluntariado con labores de cuidado y asistencia algo que persiste en el voluntariado migrante. Por su parte el 96,8% de las entidades tienen 15 o menos voluntarios varones inmigrantes/refugiados incorporados, siendo tan sólo una persona la representante del voluntariado masculino inmigrante/refugiado en el mayor número de organizaciones. Sólo una entidad supera el número de 15 voluntarios
inmigrantes/refugiados,
apareciendo
además
en
los
datos 86
obtenidos 7 entidades que no cuentan con varones inmigrantes/refugiados dentro de su voluntariado. Este dato evidencia que no sólo la presencia femenina es mayor en número, sino que ésta además aparece prácticamente en todas las entidades, algo que no ocurre en el caso de los varones.
7.1.4. Voluntariado migrante y distribución por edad Con
respecto
a
la
distribución
por
edades
en
los
voluntarios
inmigrantes/refugiados, no se observan diferencias en los grupos de edad donde se sitúa el porcentaje más elevado de varones y mujeres. En ambos casos éste corresponde al intervalo de edades entre los 18-29 años, de modo que el 29,58% de las mujeres voluntarias inmigrantes/refugiadas se sitúan en este grupo de edad, siendo el 38,7% de los varones los pertenecientes al mismo. La distribución de las mujeres en los diferentes grupos de edad guarda una cierta homogeneidad, en tanto que en el caso de los varones pareciera que éstos se concentran en edades más jóvenes, no apareciendo ningún representante en el grupo de edad de los mayores de 65 años, algo que no ocurre en el caso de las mujeres, cuya presencia en este intervalo es de 1,6% con respecto al total. Esta distribución del voluntariado inmigrante/refugiado por grupos de edad es congruente con aquella presente de forma genérica en el colectivo de personas extranjeras empadronadas en el municipio de Madrid, donde el mayor porcentaje de éstas se sitúa en las edades comprendidas entre 20-59 años.
87
7.1.5. Voluntariado migrante y países de origen En
relación
a
los
países
de
origen
del
colectivo
voluntario
inmigrante/refugiado, inicialmente se introdujeron en las categorías de esta pregunta aquellos países que contaban con una mayor presencia de nacionales en el seno del municipio de Madrid: Ecuador, Rumania, Bolivia, Perú, Colombia y Marruecos, dejando una categoría abierta donde se podían englobar voluntarios inmigrantes/refugiados de otros orígenes, solicitando a las entidades que especificaran su procedencia. En el caso de los varones, el mayor número de éstos se concentraba en aquellos que procedían de países diferentes a aquellos inicialmente explicitados, representando un 43,2% del total. Llama la atención que el porcentaje más alto dentro de esta categoría corresponde
a
voluntarios
inmigrantes/refugiados
de
origen
argentino,
representando un 31,2% del grupo otro origen y un 13,51% del total de voluntarios inmigrantes/refugiados varones, si bien en el conjunto de la población masculina extranjera empadronada en el municipio de representan tan sólo el 1,88%.
Madrid
El colectivo boliviano aparece, de manera
genérica, como el más numeroso, con un porcentaje del 17,56% sobre el total de voluntarios varones inmigrantes/refugiados, contrastando esta primera posición en el marco de este colectivo con el tercer lugar que ocupan en el conjunto de los varones de origen extranjero empadronados en el municipio de Madrid. En una distribución ficticia por continentes llama la atención que el mayor porcentaje de voluntariado inmigrante/refugiado varón, un 67,58% sobre el total sea originario de América, con una representación mayoritaria de los nacionales de países latinoamericanos, 60,1%, seguido por los 88
nacionales procedentes de África ocupando el tercer puesto los ciudadanos del continente europeo. La representación asiática se limita en exclusiva al origen afgano. Estos datos contrastan parcialmente con la distribución por continentes de los extranjeros varones empadronados en el municipio de Madrid donde si bien aquellos procedentes de América y específicamente de América Latina ocupan el primer lugar, en el segundo puesto se hayan los nacionales de países ubicados en el continente europeo, seguidos en tercer lugar por los originarios de África. Siguiendo con el análisis de la distribución por países en el caso de las mujeres, el mayor número de éstas se concentraba en la procedencia otro origen,
que
englobaba
a
voluntarias
procedente
de
numerosas
nacionalidades, destacando nuevamente el colectivo argentino, que, en cifras globales representa un 15,3% del total, si bien de manera genérica este colectivo representa un 1,8% sobre el total de la población femenina de origen extranjero empadronada en el municipio de Madrid. Las mujeres de nacionalidad boliviana siguen siendo las más numerosas en el colectivo femenino de voluntarias inmigrantes/refugiadas, cuya presencia se cuantifica en un porcentaje del 19,3%, contrastando este primer lugar que ocupan en esta distribución con el tercer puesto en el que se sitúan en el conjunto de la población femenina de origen extranjero empadronada en el municipio de Madrid. Si de nuevo agrupamos las procedencias por continentes, el colectivo más representado es el procedente del continente americano (78,6%), siendo las nacionales de Latinoamérica, con un 75,3% del total de las voluntarias inmigrantes/refugiadas
las
más
numerosas,
seguidas
de
aquellas
de 89
procedencia europea, ocupando el tercer lugar las mujeres africanas. La representación de mujeres asiáticas en el voluntariado del municipio de Madrid es mínima (1,33%). Estos datos concuerdan con las cifras globales de población extranjera femenina empadronadas en el municipio de Madrid, donde el colectivo procedente de América Latina aparece como el más numeroso, seguido de los nacionales de origen europeo y en tercer lugar aquellos originarios del continente africano. Al tiempo pareciera, a priori, existir una
tendencia
análoga
en
la
distribución
por
países
del
voluntariado/inmigrante refugiado entre ambos sexos, siendo relevante la feminización en todos los grupos a excepción de los originarios del continente africano donde los varones están sobre-representados con respecto a las mujeres, en una proporción de 3 varones por cada mujer. (Ver tabla 2 y gráfico 2)
Continente
Hombres (% sobre cifras Mujeres (% sobre cifras totales) totales) 67,58% 78,6% 9,45% 16,74% 1,35% 1,33% 21,62% 3,33%
América Europa Asia África
Tabla 2. Distribución del voluntariado inmigrante/refugiado por sexos y continentes.
90,00% 80,00% 70,00% 60,00%
Hombres (% sobre cifras totales)
50,00% 40,00%
Mujeres (% sobre cifras totales)
30,00% 20,00% 10,00% 0,00% América
Europa
Asia
África
90
Gráfico 2. Representación gráfica del voluntariado inmigrante/refugiado por sexos y continentes.
7.1.6. Voluntariado migrante y situación social: tiempo de estancia y situación administrativa. La cuestión novena incluida en nuestro cuestionario interrogaba a las entidades personas
acerca del tiempo aproximado de estancia en España de las voluntarias
inmigrantes/refugiadas
en
el
momento
de
su
incorporación a la sede del municipio de Madrid, contemplándose tres opciones posibles de respuesta, clasificadas conforme a los intervalos menor a 1 año, entre 1 y 2 años y mayor de 2 años de permanencia en nuestro país. El 52,19% del voluntariado inmigrante llevaba al menos 2 años de permanencia en España previos a la incorporación en la entidad en la cual ahora desarrollaba tareas de voluntariado. Sólo un 14,45%
había comenzado a
desarrollar su labor en la entidad cuando el tiempo de residencia era inferior a un año.
A priori cabría postular la hipótesis, en parte confirmada por las
entrevistas realizadas a responsables de voluntariado de las organizaciones, de que la entrada en el voluntariado acontece una vez que la persona inmigrante/refugiada se ha asentado en la capital madrileña, siendo interesante, no obstante, analizar el modo en cómo se articula en su trayectoria vital y, especialmente en el marco del proceso migratorio, su incorporación en el voluntariado, explorando el peso relativo que los condicionantes de índole social, cultural, política, legal y económica tienen al respecto. Otro aspecto que nos planteamos en este estudio era aproximarnos a la 91
situación administrativa en que se encontraban las personas voluntarias inmigrantes/refugiadas en el momento de la incorporación a las entidades sociales del municipio de Madrid. Llama la atención que, de acuerdo a los datos manejados, el 64,64% de los voluntarios inmigrantes/refugiados se encontraban en situación regular en el momento de su incorporación, en tanto que casi un tercio, concretamente el 35,36%, se hallaban en situación irregular, de acuerdo a los datos facilitados. Es pertinente decir que no todas las organizaciones disponían de este dato, siendo en esta pregunta el índice de respuesta del 87,01%. Este dato nos puede indicar, tal y cómo mostraron los resultados de las entrevistas a responsables de voluntariado, que no todas las organizaciones consideran necesario disponer de esta información para la incorporación de la persona inmigrante/refugiada como voluntario en la misma, si bien habría que confirmar mediante otras herramientas de investigación esta cuestión. Resulta llamativo el alto porcentaje de personas en situación irregular que desarrollan labores de voluntariado, lo cual contribuye a reafirmarnos en la tesis mantenida a lo largo de este estudio: la labor voluntaria como forma “alternativa” de participación e integración en la sociedad receptora.
7.1.7. Voluntariado migrante y nivel de estudios. Con relación al nivel de formación de las personas voluntarias inmigrantes/refugiadas en el momento de la incorporación en la entidad con sede en Madrid, el 36,1% de las entidades refirieron que su voluntariado inmigrante poseía titulación superior, en tanto que un 31,32% se englobaba en 92
la categoría titulación media. Sumando ambos porcentajes podemos concluir que un 67,42% de las personas inmigrantes/voluntarias refugiadas tienen formación universitaria, en tanto que sólo un 9,33% no dispone de estudios en el momento de su incorporación a la entidad. Esto nos lleva a concluir provisionalmente que el voluntariado inmigrante/refugiado incorporado a las entidades del municipio de Madrid que han dado respuesta a nuestro cuestionario posee un elevado nivel académico, si bien sería interesante explorar, en investigaciones futuras,
cómo se incorpora este capital a las
tareas que desarrolla el voluntariado dentro de la entidad, en qué medida forma parte de los requerimientos exigidos por las organizaciones para el desarrollo de la labor voluntaria y cómo se articula con las actividades, de orden profesional, que desempeña el propio voluntario en su vida cotidiana, postulando que la labor voluntaria puede constituir un espacio donde se pongan en juego una serie de competencias cuyo desarrollo resulta truncado por la propia sectorización del mercado laboral y la accesibilidad al mismo por parte del colectivo inmigrante/refugiado.
7.1.8. Voluntariado migrante y situación laboral La
situación
ocupacional
de
las
personas
voluntarias
inmigrantes/refugiadas en el momento de incorporación en la sede de Madrid constituye otra de las áreas de interés del estudio presentado.
Los datos
aportados por las entidades que dieron respuesta al cuestionario evidencia que un 56,41% de los voluntarios se englobaban dentro del grupo de trabajadores en activo en el momento de iniciar su actividad en la 93
organización correspondiente. Prácticamente una cuarta parte de los inmigrantes/refugiados eran estudiantes cuando se produjo su incorporación en la entidad, en tanto que un 9,85% estaban en situación de paro. Un 1,49% de los voluntarios inmigrantes/refugiados habían finalizado su período como trabajadores activos y se hallaban jubilados. Se podría postular, a priori, que la incorporación al mercado laboral previa se configura como uno de los condicionantes a la hora de desarrollar la actividad voluntaria, si bien sería necesario explorar el peso relativo que éste desempeña en la toma de decisión al respecto y en las fluctuaciones que se producen en tanto continuidad o abandono del voluntariado.
7.1.9. Voluntariado migrante y desarrollo de la actividad voluntaria. Respecto
al
tiempo
de
permanencia
de
la
persona
voluntaria
inmigrante/refugiada en labores de voluntariado en la entidad, éste se prolongaba por espacio de 1 a 3 años en el 46,28% de los casos. La continuación de la actividad de voluntario en la misma entidad más allá de los tres años se daba en el 6,98% de los casos. En el otro extremo, con un tiempo en la entidad inferior a 6 meses, se hallaban un 20,08% de las personas voluntarias/inmigrantes
refugiadas,
en
tanto
que
un
26,63%
habían
desarrollado su tarea por espacio de 6 meses a 1 año en la misma entidad. Estos datos parecen indicar una cierta fidelización a la entidad y al desempeño de la actividad voluntaria en la misma, puesto que el porcentaje de voluntarios que desarrollan su labor por encima del año supone un 53,26%. No obstante pareciera que existe un descenso notable en la actividad 94
voluntaria dentro de la misma entidad cuando éste se extiende más allá de los 3 años, si bien no podemos afirmar que el abandono de una determinada entidad se acompañe del cese en la actividad voluntaria por parte del inmigrante/refugiado. En este sentido, y en la línea argumentada en párrafos anteriores, resultará de interés analizar los condicionantes de diversa índole que pudieran entrar en juego en el marco de la discontinuidad o cese en la actividad voluntaria. Un área de interés para la investigación planteada resultaba el conocimiento del tiempo que dedica el inmigrante/refugiado a su labor como voluntario en la entidad. Un 54,16% de los voluntarios desarrolla su actividad por espacio de 2 a 6 horas semanales, siendo éste tiempo superior a 12 horas semanales en un 5,95% de los casos. Casi una cuarta parte del voluntariado, un 22,61% concretamente, dedica menos de 2 horas a la semana a esta actividad, en tanto que un 17,26% se sitúa en el rango de 7 a 12 horas semanales. Agrupando estos porcentajes, podemos afirmar que un 76,77%, es decir, más de las tres cuartas partes, desarrolla labores de voluntariado por un tiempo no superior a 6 horas semanales. Dado que no disponemos de datos relativos al grado de ocupación laboral o académica del voluntariado en el momento
de
realización
de
este
cuestionario,
circunscribiéndose
los
porcentajes señalados en párrafos anteriores al momento de incorporación de éstos a la entidad como voluntarios, resulta a priori arriesgado afirmar que el tiempo de dedicación se ve afectado por la actividad laboral o académica de la persona voluntaria inmigrante/refugiada, si bien podría considerarse como una hipótesis susceptible de ser confirmada o refutada en próximos 95
estudios. En los cuestionarios se incluyeron varias preguntas que aludían a los requisitos exigidos al voluntariado para su incorporación a la entidad. En una primera pregunta se pretendía conocer cuáles eran éstos para el voluntariado de manera genérica, en tanto que posteriormente se interrogó a las entidades con relación a la especificidad de estos requerimientos en el caso de las personas voluntarias inmigrantes/refugiadas. En la cuestión inicial se evidencia que requisitos tales como el tiempo de dedicación, la edad y el compromiso escrito son exigidos por más de un 50% de las entidades, en tanto que otros como la especialidad profesional no parecen revestir relevancia para más del 75% de las entidades. Conocimientos, formación y habilidades específicas no son requisitos exigidos para formar parte del voluntariado en el 65% de las entidades. A
continuación se interrogó acerca de la existencia de
requerimientos específicos para el voluntariado inmigrante/refugiado. En un 21,56% de los casos se pedían requisitos concretos para este voluntariado, independientemente de disponer en la entidad de personas voluntarias inmigrantes/refugiadas, en tanto que un 78,4% de las organizaciones contestaron negativamente a esta pregunta, no existiendo, a priori, diferencias en aquello que se pedía a la persona inmigrante/voluntaria con respecto a aquellas que no lo eran.
Los requisitos específicos que se solicitaban a las
personas voluntarias inmigrantes/refugiadas eran: Los requisitos específicos que se solicitaban a las personas voluntarias inmigrantes/refugiadas eran: •
Formación en economía o empresariales 96
•
Perfil adecuado a las actividades de los proyectos
•
Motivación, disponibilidad de tiempo, estudiantes universitarios
•
Lengua castellana
•
Nivel deportivo / disponibilidad para apoyo al estudio, baloncesto o a familias
•
Papeles en regla
•
Contrato voluntario
No obstante, en la búsqueda de relación entre la presencia de voluntariado inmigrante/refugiado en la entidad y la solicitud por parte de ésta de requisitos específicos para este tipo de voluntarios, se llegó a la conclusión estadística de no existencia de relación entre estas variables, lo que, a priori, nos permite afirmar que la incorporación de voluntarios inmigrantes/refugiados a las entidades no se ve afectada por la presencia en ésta de requisitos específicos para este tipo de voluntariado.
Este dato, se confirmó en las
entrevistas a responsables de voluntariado, tal y cómo se ha descrito en el capítulo 6 de este informe. Respecto a la existencia en las entidades de estrategias específicas que faciliten la incorporación de voluntariado inmigrante/refugiado, llama la atención que en un 71,2% de éstas no exista una política que contemple la incorporación de estas estrategias, en tanto que un 28,8% de las entidades sí parecen haber desarrollado estrategias concretas para facilitar la entrada de este tipo de voluntariado. Cabe mencionar como estrategias específicas señaladas por las entidades que facilitan la incorporación las siguientes: •
Motivar a antiguos residentes a participar como voluntarios
•
Talleres de Formación del voluntariado 97
•
Programa de voluntariado que establece un protocolo
•
Contacto con agencias de estudiantes extranjeros que vienen a España a aprender español e interesados en voluntariado / convenios de prácticas con universidades extranjeras
•
Voluntarios que vienen por la “Llamada Joven” que organiza la Coordinadora Infantil y Juvenil de Vallecas
•
Mediadora Intercultural
•
Debates a partir de videoforums o ponencias sobre inmigración desde una perspectiva crítica y de transformación social
•
Formativas en Derechos Humanos
•
Contacto con las autoridades de los campamentos saharauis
•
Apoyo en aprendizaje del español, en formación, encuentro con otros voluntarios
•
Persona responsable de voluntariado que se encarga de la acogida y acompañamiento al voluntario
•
Formación sobre interculturalidad a través de la metodología MUS-E y las Artes
Nuevamente se buscó la existencia de relación estadísticamente significativa entre la puesta en marcha de estas estrategias y la incorporación de voluntariado inmigrante/refugiado en el seno de dichas entidades.
Al
tiempo es interesante señalar que la existencia de estrategias específicas para la incorporación de voluntarios inmigrantes/refugiados se asocia con aquellas entidades cuya área de actuación es la inmigración y el asilo, algo que no acontece con el resto de las áreas de actividad. Respecto al puesto que ocupan los voluntarios inmigrantes/refugiados dentro de las entidades que incorporan a éstos, un 75,3% de los mismos se engloban dentro de la categoría de “personal de apoyo”, siendo un 3,6% del 98
total los que desempeñan la labor de “responsables de equipo”. Un 17,8% desarrollan funciones de “técnicos”, en tanto que en la categoría de “otras” se sitúan un 3,5% de los voluntarios, los cuales llevan a cabo tareas tales como “monitores”, entre otras. Es interesante señalar que es mínimo el porcentaje de aquellos
voluntarios
inmigrantes/refugiados
que
ocupan
puestos
que
podríamos catalogar de decisión y gestión en el organigrama de las entidades, aspecto éste que pareciera ser congruente con la posición ocupada por el voluntariado de manera genérica en el marco de las entidades sociales. Interrogadas acerca del tipo de acciones que desarrollan los voluntarios inmigrantes/refugiados, pudiendo ser éstas de carácter puntual y dirigidas a un grupo o fin concreto o bien acciones continuadas, no desarrolladas con relación a un grupo o fin concreto, varias entidades se adscribieron a ambas posibilidades, señalándose que en un 61,3% de las casos el voluntariado inmigrante lleva a cabo acciones continuadas no asociadas a un grupo o fin concreto, en tanto que en un 48,4% de las entidades las acciones en las que participan lo son de carácter puntual. Lógicamente parecía interesante completar esta información con el colectivo específico hacia el cual se dirigen las acciones que desarrolla el voluntariado inmigrante/refugiado. La respuesta a esta cuestión nos aproxima al hecho de que tan sólo un 16,1% de las mismas tienen como objeto de actuación al colectivo inmigrante/refugiado, en tanto que el 83,9%
se desarrollan en el marco de labores de voluntariado cuyo
destinatario son otros grupos. Este dato llama la atención a la luz de los resultados obtenidos en otras cuestiones planteadas en el marco de la 99
investigación, que evidenciaba la existencia de una relación estadísticamente significativa entre la presencia de voluntarios inmigrantes/refugiados y el área de actuación de la entidad cuando ésta se circunscribía al marco de la inmigración y el asilo. Sería preciso, no obstante, desarrollar una nueva aproximación que permitiera explorar con mayor detenimiento este aspecto.
7.2. Conclusiones del análisis del cuestionario De acuerdo al análisis de los datos aportados por las entidades sociales con relación a la presencia de voluntariado inmigrante/refugiado en las mismas, es posible extraer las siguientes conclusiones: 1. La presencia del colectivo inmigrante/refugiado dentro del voluntariado es muy inferior al porcentaje que sobre el conjunto de la población madrileña representan, considerándose, por tanto, que nos hallamos ante un grupo con escasa presencia en el marco de la acción voluntaria. 2. La distribución del número de voluntarios inmigrantes/refugiados existentes en el seno de las diferentes entidades sociales presenta una elevada dispersión. Su incorporación acontece especialmente en el marco de entidades cuya área de actuación se sitúa en el campo de la inmigración y asilo y la atención a la discapacidad, si bien las tareas que desarrollan en el marco de las diferentes entidades no tiene como objeto de su actuación , de manera prioritaria, al colectivo inmigrante. 3. Existe una evidente sobrerrepresentación femenina dentro del voluntariado inmigrante/refugiado,
estableciéndose
que
por
cada
voluntario 100
inmigrante/refugiado
varón
existen
2,45
mujeres
voluntarias
inmigrantes/refugiadas en las entidades sociales estudiadas. 4. Con
respecto
a
la
distribución
por
edades
en
los
voluntarios
inmigrantes/refugiados, no se observan diferencias en los grupos de edad donde se sitúa el porcentaje más elevado de varones y mujeres, correspondiendo en ambos casos al intervalo de edad comprendido entre los 18-29 años. 5. En cuanto a la distribución por origen, llama la atención que tanto para hombres
como
mujeres
el
porcentaje
mayoritario
de
voluntarios
inmigrantes/refugiados corresponda a los nacionales de Bolivia, situándose el continente americano y específicamente América Latina en primer lugar con relación al número de voluntarios inmigrantes/refugiados que aporta al conjunto de éstos. 6. Más de la mitad de los voluntarios inmigrantes/refugiados se incorporaron al voluntariado cuando su estancia en España se prolongaba por espacio de dos o más años. 7. Dos tercios de los voluntarios inmigrantes/refugiados se hallaban en situación administrativa regular en el momento de iniciar la actividad voluntaria en el marco de las entidades que dieron respuesta al cuestionario. 8. El nivel académico de las personas inmigrantes/refugiadas que desarrollan tareas de voluntariado en las entidades sociales del municipio de Madrid incluidas en este estudio podría ser catalogado como elevado, disponiendo un 67.32% de las mismas de titulación de grado medio y superior. 101
9. Un 56,41% de los voluntarios se englobaban dentro del grupo de trabajadores en activo en el momento de iniciar su actividad como voluntario en las entidades sociales. 10. Respecto
al
tiempo
de
permanencia
de
la
persona
voluntaria
inmigrante/refugiada en labores de voluntariado en la entidad, éste se prolongaba por espacio de 1 a 3 años en el 46,28% de los casos. La continuación de la actividad de voluntario en la misma entidad más allá de los tres años se daba en el 6,98% de los casos. En el otro extremo, con un tiempo en la entidad inferior a 6 meses, se hallaban un 20,08% de las personas voluntarias/inmigrantes refugiadas, en tanto que un 26,63% habían desarrollado su tarea por espacio de 6 meses a 1 año en la misma entidad. 11. Un 76,77% del total de los voluntarios inmigrantes/refugiados desarrolla labores de voluntariado por un tiempo no superior a 6 horas semanales. 12. La mayoría de las entidades sociales no exigen requisitos específicos para la incorporación del voluntario inmigrante/refugiado a la misma, situándose en un
21,56% el porcentaje de las mismas que incluye requerimientos
concretos para este voluntariado. 13. El 71,2% del total de las entidades que dieron respuesta al cuestionario no disponían en ese momento de estrategias específicas destinadas a facilitar la entrada del voluntariado inmigrante/refugiado a las mismas. 14. El porcentaje de voluntarios inmigrantes/refugiados que ocupan puestos de responsables de equipo dentro de las entidades en las cuales se hayan integrados se sitúa en el 3,5%, en tanto que un 75,3% de los mismos se engloban dentro de la categoría de personal de apoyo. 102
15. Acerca
del
tipo
de
acciones
que
desarrollan
los
voluntarios
inmigrantes/refugiados, en cuanto a su carácter puntual y dirigido a un grupo o fin concreto de éstas o, por el contrario en tanto continuadas y no dirigidas a un grupo o fin concreto, en un 61,3% de las casos el voluntariado inmigrante lleva a cabo acciones continuadas no asociadas a un grupo o fin concreto, en tanto que en un 48,4% de las entidades las acciones en las que participan lo son de carácter puntual.
7.3. Hipótesis sobre la labor voluntaria de las personas migrantes obtenidas a través de las entrevistas realizadas 7.3.1. Metodología utilizada para las entrevistas. 7.3.2. Trayectoria de la persona en el mundo del voluntariado 7.3.3. La incorporación a la entidad voluntaria 7.3.4. La formación y la tarea 7.3.5. Tiempo y compromiso 7.3.6. La participación en el marco de la entidad 7.3.7. Motivación
7.3.1. Metodología utilizada para las entrevistas Como venimos viendo a lo largo de todo el documento, el voluntariado migrante/refugiado es una fuerza emergente en el municipio de Madrid. Su caracterización a través de la encuesta nos aproxima parcialmente a la realidad de este fenómeno, siendo adecuado complementar este enfoque con el uso de prácticas de investigación cualitativa como vía de acceso privilegiada a los discursos y representaciones sociales de este colectivo. En este sentido se eligió como herramienta de investigación la realización de entrevistas en profundidad, las cuales permiten recoger el universo de representaciones de los sujetos, así como las significaciones que organizan y 103
orientan sus prácticas. Además aprehenderlas en los términos en los que los propios agentes las formulan, lo que es condición para aproximarse al modo en cómo éstas se vinculan entre sí. Los entrevistados han sido escogidos haciendo uso del criterio establecido por Patton22 de “muestro de conveniencia”, que se refiere a la selección de aquellos casos que son los de fácil acceso en determinadas condiciones. Lógicamente este tipo de estrategia presenta, según Gorden23 el riesgo de que los entrevistados más accesibles cumplan otras condiciones de selección o acaben introduciendo sesgos similares a los conocidos en los diseños experimentales, tales como la autoselección. Asumiendo estas limitaciones, se estableció en el proyecto de investigación que en el cuestionario a enviar a las diferentes entidades se añadiera una última pregunta destinada a conocer la disponibilidad de las mismas para facilitar al equipo investigador el contacto con aquellas personas voluntarias migrantes/refugiadas que colaboraran en ellas. Recibimos respuesta afirmativa a este requerimiento en un 12% de los casos. En un segundo momento se revisaron nuevamente los cuestionarios de estas entidades, a la luz de los resultados que habían sido extraídos en la primera parte de la investigación y que nos aproximaban al perfil de la persona voluntaria migrante/refugiada presente en el municipio de Madrid. Se realizó entonces una nueva selección tomando en consideración aquellos aspectos que se habían evidenciado como significativos en el análisis
22
Patton, MQ. (1990): Qualitative Evaluatión and Research Methods. (2ª ed.).Londres: Sage Gorden, R. (1969; 1975; 1987): Interviewing. Strategy, techniques and tactics, Homewood, Illinois: Dorsey Press.
23
104
cuantitativo y en base a ésta, se contactó con las entidades con objeto de facilitar el acceso a aquellos sujetos que iban a ser entrevistados por el equipo investigador. Se han llevado a cabo un total de cinco entrevistas abiertas, realizadas durante los meses de diciembre y enero de 2008. Previa a llevar a cabo las mismas, la persona responsable de su ejecución estableció contacto telefónico con cada uno de los posibles entrevistados. En esta conversación inicial se les explicaban a grandes rasgos las líneas directrices del proyecto de investigación, acordándose con los mismos el día, hora y lugar donde se llevaría
a
cabo
la
entrevista.
En
todo
momento
se
garantizó
la
confidencialidad de los datos aportados. En el momento del encuentro con cada entrevistado, se les aportó nuevamente información en torno a los objetivos de la investigación, solicitándose su permiso para la grabación de la entrevista y reiterándose el compromiso de garantizar la privacidad de la misma. Con los datos disponibles se procedió posteriormente a realizar un análisis de discurso de las que pretende una reconstrucción de la trayectoria de cada entrevistado en el voluntariado, tanto dentro como fuera del municipio de Madrid, caracterizar su acceso a las diferentes entidades,
evidenciar las
representaciones que sostienen en torno al grado de participación en las mismas y las expectativas que sustentan en torno al propio voluntariado. Cada uno de las entrevistas se inicia con una breve descripción de aquellas características sociodemográficas del entrevistado que se han considerado de interés. Esta información se complementa con el área de actuación al cual se 105
suscribe la entidad donde actualmente realiza actividad como voluntario, conforme a los datos aportados por ésta en el cuestionario llevado a cabo durante la primera parte del estudio. Con objeto de salvaguardar el anonimato de los entrevistados, se evita la consignación de todos aquellos datos que pudieran identificarlos. Asimismo se elude en todo momento la denominación de la entidad en la cual desempeña su actividad como voluntario. La transcripción y análisis de entrevistas se adjuntan a los anexos de la presente investigación describiendo con mayor detalle el desarrollo de las mismas. En el presente epígrafe hemos optado por abstraer de las entrevistas realizadas algunas hipótesis de interés que pueden darnos pistas en relación a la participación de las personas inmigrantes y refugiadas en el mundo del voluntariado. Pese a que no se ha agotado el discurso en las entrevistas realizadas, a continuación, y con el fin de facilitar la difusión de información obtenida en las cinco entrevistas,
hemos recopilado la información de las
mismas según los contenidos que a continuación se describen: 8.
Trayectoria de la persona en el mundo del voluntariado
9.
La incorporación a la entidad voluntaria
10. La formación y la tarea 11. Tiempo y compromiso 12. La participación en el marco de la entidad 13. Motivación y expectativas
106
7.3.2. Trayectoria de la persona en el mundo del voluntariado En el análisis de las entrevistas realizadas hemos rastreado la trayectoria previa de las personas entrevistadas y su relación con acciones voluntarias, encontrándonos con diversas y muy diferentes situaciones que pueden responder a diferentes variables, y según las cuales hemos obtenido varias hipótesis que pueden resultar de interés:
La cultura del país de procedencia influye en la trayectoria previa de experiencias relacionadas con el mundo del voluntariado de las personas migrantes y refugiadas. En el resultado de las entrevistas nos encontramos que, en función de la procedencia de los entrevistados, hay unas tendencias previas o no a participar en acciones de voluntariado. A continuación podemos ver el testimonio de uno de los entrevistados que nos ilustra esta hipótesis: “En mi país no hacía nada de esto… Yo me fui de Bulgaria en el 97…Allí los cambios se produjeron en el 98…Y… hasta entonces éramos un país comunista y entonces era un sistema muy diferente…simplemente no había gente tan necesitada como para existir, no había la necesidad de algunos a ayudar a otros…Es decir, todos éramos más o menos igual de pobres…Más o menos… como para estar necesitados…porque todo el mundo tenía trabajo. Aunque tuviéramos pocas cosas materiales, más o menos todo el mundo tenía comida, todo el mundo tenía ropa, todo el mundo tenía trabajo y no existía la inseguridad de “mañana voy a tener trabajo, mañana voy a tener comida…” Entonces era un sistema muy diferente en el que hay ahora en España, aquí y en mi país…también”.
Como podemos ver este entrevistado carecía de experiencia previa en el 107
voluntariado antes de llegar a España. El marco socio-político de Bulgaria aparece explicitado en su discurso articulado con una noción de “igualdad” que se inserta en los aspectos materiales considerados básicos para garantizar la supervivencia, sin que ello suponga obviar las condiciones de “pobreza” a las cuales alude. En este marco de “igualdad” y cobertura de necesidades básicas reside su “justificación” de la ausencia de iniciativas voluntarias en su país, estableciendo, al tiempo, una comparativa entre pasado y presente con la situación española y búlgara actual.
El acercamiento a la acción voluntaria se produce a través de las redes informales.
Las redes informales aparecen entre los entrevistados como la vía de contacto con las primeras experiencias de voluntariado en España.
La
aproximación a la labor de la entidad se establece mediada por este primer contacto, pareciendo la información transmitida por el boca-a-boca como un enganche suficiente para hacer a los voluntarios entrevistados interesarse por ella.
A continuación recogemos el testimonio de Elvira que ilustra esta
hipótesis: “Hace como dos años empecé a ir a clases de italiano y ahí conocí a una chica que colaboraba con una organización, una ONG, que se llama entidad C y hacen… tienen proyectos en África, en Bangladesh, en Haití… no sé donde… Entonces esa chica me comentó un poco todo lo que hacían con ellos y tal y a mí me pareció muy interesante(…).Entonces yo empecé a colaborar con ellos y ahí conocí a otra mujer
108
que daba clases de español en la entidad D…Y eran clases de español a los africanos que empezaron hace dos años a llegar en pateras… y entonces …era… esta mujer y su hijo que iban ahí y daban clases ellos…”
Otra de las entrevistadas, Zahira, nos manifiesta como ella también se acercó a la actividad voluntaria a través de las redes informales: “Y como conocí a una amiga que trabajaba en la entidad E y me contaba muchos cosas, muchos problemas, muchas cosas ¿por qué no… por qué no puedo hacer yo algo?. A ver si puedo ayudar, a ver si puedo hacer algo, por la gente…..Y…si puedo colaborar como voluntaria pues eso…con toda la gente y todo…”
Como vemos en su testimonio son las redes informales las que le proporcionan la información inicial sobre el tipo de tareas que se desarrollan en el seno de la entidad voluntaria, algo relevante en la toma de decisión que la conducirá a incorporarse a la actividad voluntaria en dicha organización. Las motivaciones de carácter altruista emergen en el discurso, explicitadas bajo la posibilidad de “ayudar” o “hacer algo”. Otra de las personas entrevistadas nos describe como su vinculación al mundo del voluntariado respondió a la invitación de una persona conocida por su entorno cercano: “La primera organización con la que tuve contacto fue la entidad A, entre otras cosas porque la presidenta de entonces era muy amiga de mi hermana, y entonces me dijo ¿Por qué no pruebas aquí? Porque estaba yo buscando un poco…(…) Entonces fui a la entidad A, me gustó mucho la idea, la verdad es que me enganché a ese mundo…y llevo 7 u 8 años…”.
Su contacto con la entidad A se sitúa temporalmente hace “7 u 8 años”, jugando un papel importante las redes informales a este respecto que dieron a 109
salida a una “búsqueda” personal de “hacer algo” que Marta pareciera haber iniciado previamente. Su aproximación inicial es sentida como “probar” y entrar en un “mundo” desconocido, que sin embargo, la “enganchó”. Este desconocimiento tiene una doble vertiente: su carencia de experiencia previa en el voluntariado y la falta de acceso, en esos momentos, a medios de comunicación electrónicos, que, a su juicio, constituyen un recurso en la actualidad para conocer las entidades donde se pueden llevar a cabo actividades voluntarias.
Las nuevas tecnologías son actualmente una importante vía de acceso al mundo del voluntariado para las personas inmigrantes y refugiadas.
Varias de las personas entrevistadas nos manifiestan como las nuevas tecnologías son una herramienta fundamental para comenzar la trayectoria voluntaria. A continuación recogemos algunas manifestaciones de personas entrevistadas que ilustran esta hipótesis: “Ahora la verdad es que te metes en la red y tienes todos los voluntariados del mundo pero yo no conocía mucho ese mundo[...]
La entrevistada, explicando su trayectoria y acceso al mundo del voluntariado hace 7 u 8 años, describe como la falta de acceso a medios de comunicación electrónicos que, a su juicio, constituyen un recurso en la actualidad para conocer las entidades donde se pueden llevar a cabo actividades voluntarias, suponía para ella una dificultad para conocer el mundo del voluntariado. Otra de las entrevistadas nos explica como las nuevas herramientas informáticas la fueron de utilidad para elegir su trayectoria en las entidades 110
donde ejercer el voluntariado: “Y luego empecé con la entidad J… lo conocí por la página www.hacesfalta.org, que necesitan voluntarios… entonces yo me apunto”
El interés por la actividad voluntaria a realizar parte en muchas ocasiones de una autoidentificación con los destinatarios de la entidad elegida.
Entre las personas entrevistadas se ha detectado una cierta tendencia a centrar su trayectoria voluntaria en acciones relacionadas con colectivos con los que se siente una cierta autoidentificación. “Entonces un día me fui a hablar con ellos, me lo estuvieron comentando que, que era… algo como muy bonito contactar con gente que viene de otro mundo muy diferente al nuestro y tal…(…) Y la idea ya no era solo organizar cosas para poder reunir dinero para desarrollar algún proyecto en algún sitio del mundo, sino que hacer algo con gente que ya esté aquí, que ellos llegan aquí sin hablar ni una palabra, sin saber cómo funciona esta sociedad, esta gente… ni donde… pues…puedes comprar cualquier cosa…Entonces claro, llegan muy perdidos (…) Yo llegué, bueno, yo que sé, como cualquier otro… perdida, no sabía ni donde estaba, no hablaba español, no conocía a nadie… era un poco como… Entonces sé que al principio puede ser muy difícil ¿no?[...](…) Entonces, yo que sé, yo viniendo de otro país europeo… y al fin y al cabo, no sé, teniendo una carrera universitaria, no viniendo del campo, como muchos de ellos que vienen del campo…Entonces, si a mí me costó … me imagino que a ellos les costará mucho más porque, claro, viniendo de sitios muy diferentes…”
Como vemos en el testimonio anterior, el interés de la persona entrevistada por la entidad donde desarrollar su actividad voluntaria se enraíza 111
en una autoidentificación parcial con los destinatarios de las prestaciones dadas por ésta, personas inmigrantes, cuyo núcleo común reside en la experiencia del propio proceso migratorio, pero con respecto al cual se sitúa en un espacio distinto, radicando esta diferencia en múltiples pertenencias que se estiman no compartidas por aquellos que proceden de “otro mundo”. Otra de las personas entrevistadas nos manifiesta su identificación con la acción a realizar: “… Y claro yo vengo del Tercer Mundo, pero lo que yo veo en Buenos Aires que se necesita yo veo que es muy diferente de lo que ella me contaba en la India[…]”
En el discurso de la entrevistada aparecen elementos autorreferenciales asociados a su lugar de nacimiento que identifica con el tercer mundo, si bien establece una clara diferencia entre los diferentes países que ella incluye bajo esta denominación.
Determinadas acciones formativas vinculadas al mundo de la acción social son motor para el acercamiento de las personas migrantes/refugiadas al mundo del voluntariado.
Nuestra entrevistada Zahira, nos explica como la realización de un curso de mediación social la incorporó al mundo del voluntariado: “Entonces una amiga mía que trabajaba en la entidad F como voluntaria me dijo que iba a hacer un curso de mediación. Y como a mí esto me parecía que eso tenía que ver con el voluntariado y me gustaba pues me apunté con ella”
Como vemos en su testimonio la enseñanza práctica asociada a la formación como mediadora le posibilita insertarse, primero en período 112
formativo y, posteriormente, como voluntaria en la entidad F. “Al principio estaba con la mediadora…y luego cuando me quedé como voluntaria… pues hacía un poco lo mismo…, un poco de todo. Tampoco noté muchos cambios”.
Otra de las entrevistadas, nos describe también como la formación especializada fue un vínculo definitivo para la realización de su acción voluntaria: “Tengo como el eso de querer ayudar a la gente ¿no? […] y… luego me meto en cooperación internacional porque una compañera de trabajo, que ahora somos amigas, me comenta que había hecho ese máster… en la Universidad (nombre de la Universidad) y me cuenta que se había ido a India a hacer proyectos, a hacer ayuda al Tercer Mundo(…) y me doy cuenta de que puedo compaginar mi formación en Dirección y Gestión de Empresas con lo que es la cooperación al desarrollo…
y
entonces por eso me meto a hacer este máster y con idea de… de dedicarme profesionalmente a ello. Y entonces ahí veo que para poder entrar en este sector hay que empezar mucho desde el voluntariado…Que esto surge del voluntariado…esta idea de que sí quiero ayudar a la gente…”
Como vemos la entrevistada considera el voluntariado como una vía de acceso formal al trabajo en el marco de entidades sociales. Las expectativas laborales quedan claramente explicitadas en su planteamiento discursivo, presentando a la actividad voluntaria como una vía de entrada necesaria para acceder al mercado laboral dentro del campo social.
113
La trayectoria de la acción voluntaria se vincula a la adquisición de conocimientos profesionales
Una de nuestras voluntarias entrevistadas sitúa el inicio de su trayectoria dentro del voluntariado en Argentina, conceptualizando como acción voluntaria un curso formativo en primeros auxilios a cargo de una organización no gubernamental de carácter internacional. La “noción de ayuda a los demás” aparece en el discurso mediado por la utilidad de la adquisición de conocimientos concretos en la rama sanitaria. “Yo empecé en un curso de primeros auxilios con ONG internacional porque me interesaba hacer… como socorrista se dice o algo así….para poder ayudar si hiciera falta…. Porque lo me motivó era el querer ayudar a la gente… “
7.3.3. La incorporación a la entidad voluntaria
Es fundamental el conocimiento de la misión, la visión y los valores de la entidad seleccionada en la incorporación de la persona migrante para realizar su acción voluntaria.
En el recibimiento que realizan las entidades a los voluntarios priman los discursos en torno a la visión, misión y valores de éstas, así como aquellos relativos a su funcionamiento interno. En el testimonio de Marta, una de nuestras entrevistadas, las expectativas referentes a lo que se “puede esperar de la entidad” aparecen explicitadas en este primer momento.
Esta información se torna relevante para ella en la
medida en que coinciden con su imaginario previo en torno al voluntariado. “En esto lo que te dan… primero una idea de lo que es la entidad, a qué aspira, de lo
114
que es, de su organigrama, de… las… de los distintos departamentos que tiene… que es lo que puedes esperar tú de la entidad A, tal y cual …”
Sin embargo, también encontramos testimonios de personas que han ido conociendo el entramado de la entidad a través de su propia experiencia dentro de la entidad habiendo pasado del rol de usuario al de voluntario: “Yo cuando empecé a jugar… cuando empecé como usuario, no sabía que tenía, como por ejemplo, apoyo familiar, apoyo escolar…Yo pensaba que solo era pues, eso, que hacía equipos de baloncesto y ya está… luego poco a poco cuando empecé ya como entrenador… pues fui ya conociendo el mundo éste, del apoyo escolar, el apoyo a las familias… pues eso, un poco lo que es más la ayuda a familias…a los que lo necesitan ¿sabes?[...]Entonces fue ahí fui conociendo un poco mejor lo que hace….además de fomentar el deporte… Y luego, a los dos o tres años, ya vas cogiendo experiencia… estás en una organización y entonces ya, es como empiezas a enterarte de cómo va… no sabía el tema administrativo ¿sabes? Ahora ya estoy un poco más enterado ¡sabes? Al principio, era, simplemente ¡ah, mira! Soy voluntario… estoy entrenando y ya está. No sabía quien… el orden, la organización y ahora estoy ya más enterado…”
Beatriz, otra de las personas entrevistadas, describe la importancia de recibir información previa relativa a la entidad para adoptar su decisión de prestar su acción voluntaria en una organización. “En la entidad J nos dieron una charla, nos ofrecieron información para leer. Como era el primer contacto que teníamos varios voluntarios nos explicaron cómo era la asociación, qué es lo que hacía, lo que teníamos que tener en cuenta. […] Luego (nombre de la directora), que es la directora se acercó y se presentó y nos dijo “yo soy la directora…”. Estuvo presente. Ya sabíamos quién era la directora. Nos indicaron
115
que había muchos voluntarios. De la persona responsable de voluntariado me dieron el teléfono y me dieron un correo donde me pasaron el correo de todas las personas y los horarios por si algo quería. Entonces daba una buena sensación, como que todo estaba coordinado”.
Como vemos en este testimonio, el acceso de esta entrevistada a la entidad está mediado por información relativa a la asociación, en tanto funcionamiento y
tareas que se desarrollan en el seno de la misma, que
acontece tanto de forma verbal como escrita. Desde un primer momento refiere haber tenido contacto con el equipo directivo, partícipe en esta presentación inicial y haber accedido a información relativa al grupo de personas que formaban parte de la misma, transmitiendo, para Beatriz, una impresión de coordinación que es positivamente valorada.
En ocasiones el paso de usuario a voluntario se repite en el perfil de los voluntarios inmigrantes y refugiados.
A través de las entrevistas realizadas hemos podido constatar como es usual entre los voluntarios inmigrantes y refugiados haber sido usuarios de la entidad previamente a su incorporación como voluntario. A continuación analizamos uno de los testimonios recogidos: “Empezó… a ver… más o menos al año de que llegó yo aquí a España. Yo llegué aquí, a España con 14 años. ¿Vale? 13 o 14 más o menos. Y llegué al barrio X (barrio en el centro de Madrid) y ya nada, me pilló, una señora por ahí, bueno, los típicos contacto de madre… que conoce a tal y tal… Bueno y me dijo ¿oye no te gustaría
116
jugar al baloncesto?[...]Bueno, nunca había jugado en mi vida, pero dije, pues sí, si hay que jugar se juega” “Fue un día que estaba yo… jugaba ¿vale […] y había chavales entrenando y tal y… y un amigo mío, que estaba allí entrenando… me dijo “Oye, ponte aquí un momento con los chavales, que me tengo que ir”. Y dije “¡joder!, pues me voy a poner yo aquí y les miro yo solo”… Luego, me gustó esto, pues, de correr y poco y tal …y, vamos, y me ficharon, quien dice, las jefas, que es (nombre de la jefa) y otra coordinadora que estaba en ese momento… Y al día siguiente pues me dijeron, “Oye, muy bien… ¿te apetece entrenar y tal? Y dije “sí, sí, me gusta entrenar ¿sabes? Y, bueno, así empezó. Fue un poco de causalidad….Yo no me había planteado en mi casa, venga, voy a ser voluntario… entrenador.”
Como vemos el relato de su acercamiento a la organización adopta un tinte “casual”, donde no se verbaliza explícitamente un interés previo por desarrollar esta actividad deportiva ni por llevar a cabo las tareas de voluntariado que pasará a ejecutar un año después. En la transición de la figura de “jugador” a la de “voluntario-entrenador”
se solapan el
reconocimiento favorable por parte de representantes de la entidad a un desempeño “casual” de actividades propias del voluntariado y su valoración positiva al respecto, verbalizada en tanto “gusto” por la tarea. Llama la atención la utilización del término “fichar” para referirse a su incorporación a la entidad voluntaria, en tanto símil de la propia práctica deportiva. Así mismo el entrevistado recoge como un valor añadido el hecho de haber sido previamente usuario a voluntario, por considerar que puede tener un mayor nivel de conexión con las personas atendidas en su acción voluntaria: 117
“La verdad es que me ha ayudado mucho el ser entrenador y el jugar… y ser jugador… porque ¿sabes? ves las dos partes… ves la parte de usuario y la parte de entrenador, de monitor, de ser…. Del que ayuda, del voluntario…. Entonces yo creo que ellos son conscientes de eso…”
7.3.4. La formación y la tarea
El proceso de formación previo es valorado positivamente por las personas voluntarias migrantes y refugiadas para el desempeño de su tarea voluntaria, lo que en muchos casos lleva al voluntario a seguir formándose al margen de la entidad para mejorar su actividad.
La formación adquiere un papel relevante para las personas entrevistadas sobre todo en el primer momento en que se inicia su actividad en el marco de la entidad como voluntarios. Marta, una de nuestras entrevistadas, caracteriza la formación recibida como “buena”, si bien insuficiente con relación a las actividades que desarrollará tras su incorporación, manifestando que durante el proceso de desempeño de su tarea debió autoformarse para ejecutar de forma efectiva éstas. “Te dan un…un comprimido de asilo que es, como digamos, el top de la entidad A. Vamos realmente la parte de las organizaciones que están específicamente especializadas en asilo… Y entonces te dan un poco lo que es asilo, te dan casos, te cuentan un poco los pasos a seguir, en fin… frontera, territorio… Te dan una idea bastante buena de lo que es el asilo. La formación no es mala, es buena… A lo largo del año hay distintos cursos… y ahí te van poniendo al día de menores, extranjería…(…)La entidad me formó para lo que es el asilo. Eso sí, para lo demás me
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tuve que buscar un poco la vida…viendo la legislación y yo que sé…” “Lo que pasa es que, vamos a ver, primero la formación que tienes, hay que rentabilizarla y segundo pues porque… al cabo de… de un par de meses, 3 meses… más o menos en que ven que trabajas bien,… pues, como necesitan alguien que eche una mano, te dan las responsabilidades que puedes asumir como voluntaria dentro de tu tiempo…”
Otro de los entrevistados nos describe como la formación inicial ofrecida por la entidad es fundamental para su tarea. En su descripción la formación proporcionada por la entidad parece, en un primer momento, otorgar un papel relevante a la enseñanza, no sólo de aspectos técnicos asociados a la tarea a realizar, sino fundamentalmente de habilidades sociales, auspiciando espacios y tiempos concretos para ello. “La asociación antes de iniciar el curso… pues eso, todos los entrenadores nos vamos de camping y hablamos y… y hacemos dinámicas de grupo….Dinámicas y aprendemos para llevar a un equipo, para llevar a los chavales… y habilidades sociales para saber tratar a los chavales…”
Así mismo vemos como la relevancia que adquieren las habilidades sociales en el proyecto que subyace al desarrollo de su tarea como voluntario, puede ser el motor que le impulse a la búsqueda de actividades formativas fuera de la entidad que se sitúan en esta línea. “Últimamente hice un curso, la semana pasada… Es más
hice un curso de
habilidades sociales para voluntario, que impartió el foro social de Caja Madrid, y era gratuito… entonces me informé y estuve allí. Fueron
tres días… y era de gente
voluntaria…”
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Muchas de las acciones voluntarias realizadas por las personas inmigrantes y refugiadas están relacionadas con su propia experiencia o con su perfil como inmigrante.
Zahira, de origen marroquí, nos describe como las tareas como voluntaria realizadas en la entidad E se han desarrollado en el marco de la atención a la población
inmigrante
de
origen
marroquí,
desarrollando
labores
de
acompañamiento e interpretación en el seno de este colectivo. “Lo que tenía que hacer (en la entidad E) era acompañamiento, es decir, si una mujer no sabe hablar castellano y tiene que ir al médico, yo la acompañaba para traducir lo que le dice el médico y eso… si iba a una oficina, por ejemplo, y no sabe, no entiende, pues eso…si tiene que arreglar los papeles y esas cosas, yo la acompaño también y ese tipo de cosas…y luego en la entidad pues hacía cosillas”
Como vemos su propia identificación como miembro del colectivo marroquí juega un papel esencial en este proceso mediador que desempeña en su actividad voluntaria. “Ellos tienen que preparar una fiesta, por ejemplo, la fiesta del cordero, que es típica de la comunidad marroquí, invitan a la gente… y yo como marroquí, que conozco las costumbres, aporto ideas sobre cómo decorar, cómo se pueden hacer, qué tipo de comida se puede preparar y esas cosillas”.
Otra de las personas entrevistadas, Pedro, sitúa las aportaciones de la inmigración en el voluntariado en el ámbito de la experiencia personal, recurriendo a la empatía derivada del tránsito por situaciones que comparten ciertas semejanzas y donde adquiere especial transcendencia la idea de 120
“dureza” y “abandono” en sus múltiples vertientes: afectiva, espacial, idiomática… “Yo creo que tendría que haber más inmigrantes en el voluntariado […] Yo creo que el que mejor ayuda es el que ha pasado… El que lo ha pasado… el que ha pasado… el que lo ha pasado mal…[…] Si es inmigrante que ha vivido esa dureza de dejar a tu familia, de irte a otro país desconocido donde quizás ni siquiera sepas hablar el idioma o lo que sea… puede aportar mucho, saber lo que siente la gente que ahora está en esa situación”
Otra de las entrevistadas hace autorreferencia a su historia personal, configurándose como uno de los motores fundamentales de su participación en la actividad voluntaria. El haber sido durante un tiempo de su vida “beneficiaria de ayuda” sin la cual considera, “no hubiera podido sobrevivir” le lleva a participar en una tarea que, considera, puede “marcar una diferencia” en la vida de las personas a las cuales va dirigida. La actividad voluntaria es vista como una “vocación”, que emerge de su experiencia personal y como una “devolución” a partir de la ayuda que recibió en un momento dado. Al tiempo, en su discurso, pretende distanciarse de un rol de “salvador del mundo” que en ocasiones aparece ligado a la actividad voluntaria. “Yo creo que la motivación me surge por haber sido beneficiaria de ayuda. Es que yo vengo de una familia muy pobre, somos 5 hermanos y mi padre desaparece cuando estaba embarazada de la última… Entonces, mi padre desaparece y entonces estamos 5 hermanos y mi madre que no nos podía dar de nada. Entonces estuvimos… estuvimos en un programa de la parroquia que nos daban ropa, un programa nacional que nos daban comida…que nosotros íbamos a buscar eso una vez al mes, arroz, legumbres, un montón de cosas. Entonces eso de… eso fue muy duro. Luego a
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través de una vecina, que era amiga de mi madre,… el día de navidad se presentó con una fuente de pavo o pollo, no me acuerdo muy bien de que era y pudimos celebrarlo…Entonces tú dices “y gracias a esas personas yo pude sobrevivir”. Por un lado es… la gratitud hacia esa gente y por otro lado decir ”¡Jo, qué fuerte!”. Entonces si alguna vez, con lo poco pueda yo ayudar a esas personas,
es ayuda puede
marcar la diferencia al igual que esa gente marco la diferencia en mi vida. Sí, el hecho de decir “tú puedes”. […] Yo tampoco quiero salvar al mundo ni voy a solucionar el problema del hambre en África…. Ni yo ni ninguna persona de aquí, pero todos podemos hacer algo. Entonces de ahí surge mi vocación”.
7.3.5. Tiempo y compromiso
La firma de un compromiso por escrito no es el elemento fundamental que vincula a la persona inmigrante o refugiada voluntaria con la entidad.
La mayor parte de las entidades vincula el compromiso de las personas voluntarias con la firma de un “contrato – compromiso” donde se describe formalmente el marco de la acción voluntaria que va a desempeñar la persona. Sin embargo, en las entrevistas realizadas vemos como los voluntarios de origen inmigrante o refugiados, no dan importancia alguna a dicho documento firmado, incluso no recuerdan dicho protocolo, vinculando su compromiso a su propia decisión o valores que son determinantes para incorporarse a la entidad elegida. Zahira nos describe como el primer contacto con la entidad E se realiza a través de personal de ésta, centrándose en la explicitación de las posibles 122
tareas a realizar por la voluntaria y en la firma de un contrato, cuyo contenido no es recordado por Zahira, pareciendo no revestir para ella importancia alguna. “El primer día en E me recibió la secretaria… la secretaria de… de la organización y me comentó lo que puedo hacer…o sea que era sobre todo acompañamiento de mujeres e intérprete… aunque había también interpretación con hombres… Un poco de todo. No solo con mujeres… Y firmé un contrato(…)No me acuerdo de lo que decía…”
Elvira, otra de las entrevistadas, describe como para ella no fue importante la firma o no de compromiso: “Yo cuando empecé a hacer esto no firme ningún papel (en la entidad D) en el que dije me comprometo a hacer esto…No fue así… fue como que yo tengo el deseo de participar en esto… vosotros necesitáis gente que participe aquí… No voy a pensar cuánto tiempo voy a hacer esto… No sé….Es simplemente fue un poco empiezo y ya está y … Y luego por parte de ellos, no sé, tampoco me han exigido…nada… “
La falta de tiempo no es siempre un impedimento para la realización de tareas voluntarias para los inmigrantes y refugiados que deciden realizar acciones de voluntariado.
Mientras que entre la población autóctona nos encontramos un repetido discurso de “falta de tiempo” para la realización de acciones voluntarias, entre las personas inmigrantes y refugiadas entrevistadas no hemos encontrado ese argumento como handicap para el desarrollo de estas acciones. Pese a ser 123
conscientes de que la falta de apoyos familiares, su necesaria dedicación al mundo laboral y sus necesidades de formación están presentes en su vida cotidiana. “El compromiso fue poco…. O sea fue, el compromiso era, pues eso, ir dos días a la semana a entrenar a los chavales […] Pero vamos que siempre me han, siempre me han ¿sabes? Siempre he tenido ese margen de decir: hasta aquí… O, un día no me apetece, pues me voy ¿sabes? Es decir, nunca he estado condicionado por nadie ¿sabes? Siempre ha sido pues un poco eso”
Como vemos en el testimonio de uno de nuestros entrevistados, el tiempo de dedicación inicial se va incrementado progresivamente en virtud de las diferentes tareas que va desarrollando a lo largo de su trayectoria por la entidad. Si bien en sus comienzos éstas quedaban circunscritas a la ejecución práctica de la tarea de entrenamiento, la organización y planificación de la actividad deportiva, que se suman posteriormente, requieren espacios temporales adicionales. El tiempo emerge de nuevo como límite en el desempeño de la actividad voluntaria que queda supeditada al proyecto de vida propio, a lo que “quiere ser” y a lo que se “quiere dedicar”. Su propósito de desvinculación con el mundo social en sus planes profesionales futuros no permite que el tiempo adicional que requiere en la actualidad el voluntariado emerja como un recurso en aras de su inserción en el mercado laboral. La intención de continuar en la actividad voluntaria pasa entonces por la búsqueda de nuevos espacios que permitan compatibilizar ésta con el tiempo que Pedro estima necesario para poder alcanzar sus metas profesionales futuras. 124
“[...] El primer año fui segundo entrenador…Estuve ahí… pues, eso, aprendiendo un poco[…] Luego, el segundo año, me cambiaron inmediatamente a primer entrenador […]. Pero claro, ya son más responsabilidades, o sea, ya no era sólo ir dos veces a la semana y ya está…era ir dos veces a la semana, ir a los partidos, hacer reuniones de entrenadores, hacer una planificación… hacer una hoja de quien viene, quien no viene….era un poco, ya, ¿sabes? ya más serio.” “Debido a lo que quiero ser, a lo que me quiero dedicar… a mi formación, lamentablemente el año que viene tendré que dejar este voluntariado […] Tendré que dejarlo… Pero me estoy informando… Es más la semana pasada me estuve informando de voluntariado que se hacen los fines de semana en hospitales, para niños con cáncer y tal… que son pocas horas ¿sabes?[...] y me daría mucho más tiempo” “No me gustaría dejar de ser voluntario porque el año que viene deje la asociación… A ver si encuentro algo para ser voluntario sin que me quite tiempo… porque no me quiero dedicar al mundo social ¿sabes?”
Otra de las entrevistadas nos ilustra con su propia experiencia a este respecto: “Las clases, al principio, yo empecé yendo los sábados y domingos porque no había voluntarios... Entonces estuve creo que los primeros seis meses estuve yendo todos los sábados y domingos…Y las clases duran como 3 horas…con un descanso de media hora en medio…Y luego ya, como ya tenían más gente, y la verdad es que es demasiado ir los sábados y los domingos… porque claro trabajo de lunes a viernes y me canso un montón… porque aunque es muy agradable también te cansa mucho (…) Y luego ya pues para preparar la clase pues depende. Muchas veces pues lo hago los viernes por la tarde que yo no trabajo… y llego a mi casa y me siento delante del ordenador… y empiezo a preparar cosas, ejercicios, para luego dárselos… No sé,
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no te puedo decir de forma fija las horas que dedico a la semana”
Como vemos en su testimonio las expectativas conforme a la continuidad voluntaria están mediadas por la noción de escasez vinculada al tiempo disponible para el ejercicio de la actividad. Sin embargo, junto a éste, las motivaciones expresivas se configuran como una fuerza que pretende la permanencia en el voluntariado. “Yo no lo he pensado mucho… Y es que no tengo mucho tiempo… Pero, no lo sé, mientras me sienta bien y esté a gusto con todo lo que hago y tal, pues supongo que seguiré haciéndolo… siempre y cuando tenga fuerzas para hacerlo…”
7.3.6. La participación en el marco de la entidad Cuando hablamos de participación en una organización debemos distinguir entre diversas formas de hacerlo24 : en primer lugar la participación puede traducirse simplemente en una contribución económica, dándose una forma de participación pasiva, o en una contribución en tiempo que se traduce en una participación activa, lo que definiríamos como la acción de los voluntarios. Pero el nivel de participación dentro de una organización social puede tener tres grados diferenciados25. El primer nivel de participación está relacionado con la información como requisito imprescindible. El segundo nivel de participación tiene que ver con el grado de consulta, es decir la posibilidad
24
Navajo Gómez, Pablo (1995): “Radiografía del voluntariado social en España”. ABC. Nuevo Trabajo, nº 63. 2 de julio. Madrid 25
Tschorne, P, Mas, C y Regojo, J.L. (1990): Guía para la gestión de Asociaciones. Ed. Popular. Madrid
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de opinar respecto a posturas a adoptar y posibilidad de sugerir, posibilitando que las personas consultadas se sientan mucho más implicadas en el funcionamiento de la organización y en la toma de decisiones. El tercer nivel de participación es el trabajo en común o la gestión colegiada que precisa que los niveles anteriores estén cubiertos correctamente. Éste último se da en función del grado de delegación permitida en la gestión de la organización, delegando y dando plena responsabilidad sobre actividades concretas. Siguiendo este planteamiento podemos analizar el grado de participación de un voluntario en función de diferentes variables: capacidad del voluntario para definir objetivos y estrategias de la organización en la que participa; tipo de funciones que desarrolla el voluntario en la organización en la que colabora; órganos internos en los que el voluntario está implicado; niveles de responsabilidad que desempeña dentro de la organización; interlocutores con los que interactúa; y tipo de información a la que accede. Con este análisis previo, y tras las entrevistas realizadas podemos alcanzar las siguientes hipótesis:
No se percibe una participación efectiva de los voluntarios inmigrantes y refugiados más allá de la realización de las tareas concretas.
A través de las entrevistas realizadas vemos como la capacidad del voluntariado inmigrante o refugiado, de emerger como una fuerza con 127
capacidad de decisión y participación en el marco de la entidad no se garantiza con la institucionalización de figuras de representación (que en algunas de las entidades estudiadas existen), siendo preciso dotarla de los medios necesarios para que ésta se torne efectiva. La dificultad para ejercer una participación efectiva aparece como una manifestación evidente de la disonancia entre la práctica y el discurso en torno al voluntariado que acontecen en el marco de las entidades voluntarias. Ambos argumentos se esgrimen en un discurso crítico, donde la reciprocidad aparece explícitamente reinterpretada a partir de un intercambio que, dada su imposibilidad de acontecer en términos económicos, debe buscar modos de devolución alternativos, de índole material y simbólica. En el discurso de una de las entrevistadas, Marta, son varios los factores claves señalados al respecto: “Ahora el representante del voluntariado ya no participa en nada. Es sólo de Madrid, no a nivel nacional, ya no vota y no le hacen ni pito caso. Este pobre se está planteando también… por lo menos dejar de ser representante porque no representa nada….”
La dificultad para ejercer una participación efectiva aparece como una manifestación evidente de la disonancia entre la práctica y el discurso en torno al voluntariado que acontecen en el marco de la entidad voluntaria, disonancia que es confirmada según Marta por el desinterés mostrado por la organización con relación al mantenimiento de figuras esenciales para la coordinación de la labor voluntaria. Ambos argumentos se esgrimen en un discurso crítico, donde la reciprocidad aparece explícitamente reinterpretada 128
a partir de un intercambio que, dada su imposibilidad de acontecer en términos económicos, debe buscar modos de devolución alternativos,
de
índole material y simbólica. La voluntaria continua describiendo: “Alguna vez han intentado, cuando le ha venido bien a la dirección…convocar una reunión para los voluntarios. Y a la primera fuimos todos… Salimos encantados… Buenas palabras, reconocían la labor del voluntariado… Nos sentimos gratificados… Porque vimos que éramos importantes los voluntarios… Pero cuando los hechos nos demostraron que nada, que no era cierto, pues la próxima vez que quisieron… Pues no fue nadie.”
Transmutada la reciprocidad en un intercambio unidireccional carente de reconocimiento, la desmotivación se hace presente en el discurso de Marta. Bajo este discurso la actividad voluntaria se percibe ubicada en un nivel inferior que el trabajo remunerado, por el propio altruismo inherente que se le supone, condicionando su valor en un mercado que no entiende más que el lenguaje monetario. Pero, al mismo tiempo, se sitúa en una disposición pareja en el orden de la importancia de las tareas realizadas. El agradecimiento es la moneda de cambio cuando no hay lugar para un intercambio económico. “Realmente yo no sé si volvería a hacerlo porque realmente yo lo del voluntariado… yo no sé… digo…No es apreciado porque no cuesta, porque vale poco dinero…Y es una mano de obra barata, vamos a decir, que al ser gratuita ni agradecida ni pagada. Y eso no me parece bien. Y eso es lo que yo ya últimamente vengo detectando en la entidad A… porque yo ya no, les he dicho que lo siento pero no voy a seguir”.
Otra de las entrevistadas, Zahira, participa en dos entidades como voluntaria y 129
establece una clara diferenciación en cuanto al nivel de participación entre ambas entidades. En la primera organización considera la participación como nula, a partir de la inexistencia de espacios que propiciaran el diálogo y la toma de decisiones conjunta. El clima enrarecido que, a su juicio se respiraba en la entidad, junto con una división claramente establecida entre los trabajadores y los voluntarios son otros argumentos esgrimidos en este sentido. “En la entidad E yo nunca, nunca he hablado con el director…La secretaria a veces sí, otras veces no…ellos estaban muy separados de los voluntarios…(…) Había un clima, un ambiente, un poco tenso… Un poco tenso no sé porqué pero los trabajadores no se hablaban entre sí… Entre ellos se hablaban lo mínimo que podían…Vamos yo lo note así… Con nosotros apenas hablaban y la verdad, es que no me sentía muy cómoda… Tampoco hacíamos reuniones ni nada de eso ..”
Por otro lado Zahira describe el “ambiente” existente en la otra entidad en la que colabora como favorecedor para la participación del voluntariado, existiendo marcos institucionales creados específicamente para el diálogo y el trabajo conjunto entre trabajadores y voluntarios, donde las aportaciones de unos y otros son tenidas en cuenta. La “escucha” emerge en el discurso como un motor de la participación. “En la entidad F era otro ambiente…se llevaban súper bien y conmigo todos… todos muy amables…muy acogedores..” “…(¿hacías propuestas en la entidad F?)…Sí…era miembro de ¿cómo lo llamamos? Mesa de emprendedores….O sea que, bien, cada mes se hacía una reunión y viene gente y cada uno… propone una cosa que se puede hacer… depende de las fiestas que vienen, de Marruecos, que se puede hacer…que se puede avanzar…y sí, yo proponía mucho… Y escuchaban a todo el mundo…y eso me hacía sentir bien.”
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Beatriz entiende la participación en las organizaciones desde la capacidad de aportar nuevas ideas y mejorar los aspectos organizativos de éstas, definiéndose a sí misma como una persona crítica que se cuestiona aquello que realiza. En la primera de las entidades el carácter cerrado y la eficacia probada para ella de la actividad a realizar hace que no considere la necesidad de nuevas aportaciones y que, de producirse éstas, se
circunscriban en exclusiva a la
programación de nuevas salidas de carácter cultural. No obstante, el espíritu crítico conforme al cual se define, queda ejemplificado en el cuestionamiento que realiza a alguno de los requisitos que se asocian a la tarea que realizaba. “En cuanto a la actividad en la entidad G eran actividades tan esquematizadas, tan probado en el tiempo, que tampoco yo veía la necesidad. Mira yo soy de las personas críticas, soy muy crítica, pero la crítica constructiva. Y en la entidad G me pareció que estaba todo bastante bien organizado. Yo, por ejemplo, pregunté “¿y por qué tengo que quedar con ello en la asociación?” pero me decían que era importante que tuvieran un sitio de referencia. Y la explicación me parecía bien. [… ]. De hecho yo hice propuestas y fuimos al museo ese….”
Con respecto a la segunda entidad, reseña especialmente la jerarquía piramidal de la misma como un elemento condicionante en el grado de participación del voluntario, que nuevamente circunscribe a la posibilidad de introducir cambios en la tarea. El carácter cerrado de la misma, con objetivos claros y el tiempo de dedicación a la actividad
parecen ser las razones
aludidas a la hora de considerar el poco “margen de acción” del voluntario. Por otro lado llama la atención que frente a esta escasez de capacidad de 131
acción se aluda al término libertad para caracterizar la posibilidad de toma de decisiones al respecto. “Es complicado (la participación en la entidad). En la entidad H creo que es un tema de jerarquía piramidal […]. En la entidad H lo de apoyo escolar, había normas, de hacer las fichas… cosas burocráticas necesarias… Pero luego había libertad para tomar algunas decisiones, pero, por otro lado no había mucho margen de acción. El objetivo es claro. En una hora y media que estás allí tampoco puedes aportar mucho.”
En la última organización, el grado de participación se torna nulo, a expensas de la jerarquía existente dentro de la misma y de la incapacidad real del voluntario de participar en la toma de decisiones, cuya potestad reside en exclusiva en los órganos dirigentes de la misma. “En la entidad J ahí es donde tengo yo la sensación de ser más piramidal, porque tú, por ejemplo, presentas el borrador en las jornadas que te decía… Y ya se vería si se aprobaba o no… Lo tenías que presentar y al final es el comité el que decide… Tú presentas algo pero ¿qué vas a defender…? Si está el director y la directora que son los que toman las decisiones ¿sabes?. , si de pronto te dicen “esto no”, pues ya está. Tuve esa sensación que te decía”
Resulta de interés el discurso de Pedro en torno al grado de participación en la entidad y la capacidad de toma de decisión por parte del voluntariado, especialmente por el plano en el que él mismo se sitúa. En su discurso emerge como un derecho sentido pero al tiempo mediado por su propia condición de voluntario, en función de la cual se posiciona en un lugar subordinado respecto al personal contratado, donde sus reivindicaciones y peticiones quedan teñidos por éste. Esta posición subordinada se entiende como 132
legítima, y lejos de ser objeto de crítica por parte de Pedro, se justifica a partir de su situación personal concreta, donde la falta de experiencia, la residencia actual en un barrio alejado de la sede de la entidad y su disponibilidad limitada se esgrimen como razones para que su “opinión” no sea tenida en cuenta. Al tiempo estos tres elementos se ponen a favor de otros voluntarios, cuya voz es escuchada y que parecieran situarse en un espacio diferente, con mayor peso en el ámbito participativo y decisorio dentro de la entidad. “El voluntario tiene el mismo derecho de opinar que el coordinador ¿sabes?. Lo que pasa es que muchas veces el voluntario, por el mismo hecho de ser voluntario, te sientes con menos derecho a pedir cosas…. Pues, entonces… hay voluntarios que se limitan un poco a sí mismos… por vergüenza…. a pedir cosas. Yo no me limito, yo cuando pienso algo lo digo….No es que no te escuchen… es que a lo mejor… no hay posibilidad… de que… de que tu opinión se valore tanto como la de una persona con más experiencia…. Los coordinadores son los que mandan: está claro ¿sabes?. Tú puedes dar su opinión pero luego, quizás, ¿sabes? Quizás tu opinión se guarda en un cajón… ¿sabes? [...] Es a lo mejor mi caso, porque como solo voy los fines de semana… A lo mejor otro voluntario, pues sí… ¿sabes? En mi experiencia ha habido cosas que me he intentado implicarme más pero ha habido limitaciones… quizás por poca experiencia… porque
no vivo en el barrio…porque todo eso influye
mucho también… Porque vivir en el barrio, estás al lado de todo… que si te necesitan en una reunión estás ahí ¿sabes?. Vivo en otro lado… está a una hora y puede ser que esto limite a la hora de implicarme más en… en cuestiones de la organización ¿sabes?. Pero vamos yo creo que cuando 133
alguien necesita algo, opina algo, están ahí los coordinadores para escuchar y ayudarte… para darte su opinión. Luego ya hay ciertas cosas… que se te van de las manos. […] A lo mejor ellos saben que mi prioridad no está ahí ¿sabes? Que mi prioridad está en los estudios y yo creo que ellos saben que mi prioridad no está ahí…Y quizás aquellos que están más ahí, que están más implicados… pueden darle más importancia a su opinión ¿sabes?. Hay voluntarios con más o menos peso ¿sabes? depende de lo que tú te quieras implicar….¿sabes?”
7.3.7. Motivaciones y expectativas
La mejora de la situación laboral de la persona migrante aparece como una expectativa dentro de las motivaciones para realizar voluntariado
Como es bien conocido la población migrante ocupa nichos laborales concretos que nos son demandados por la población autóctona. Estos nichos laborales conllevan condiciones laborales muy precarias. Ante esta situación, muchos inmigrantes tratan de buscar alternativas válidas que les permitan mejorar su situación profesional y laboral, encontrando en el campo de la acción social una posibilidad para ello, por lo que consideran el voluntariado como un posible vehículo de acercamiento al mismo. Fátima nos contaba su experiencia: “Me encantaría trabajar con inmigrantes, pero si no me sale, tengo que trabajar en otras cosas… porque me hace falta.”
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Las motivaciones de las personas migrantes para realizar labores de voluntariado están muy vinculadas a su situación económica y personal
Las expectativas de futuro se insertan en el marco de un conjunto de representaciones donde
se pretende que primen en el discurso las
motivaciones altruistas, si bien éstas se ubican en el plano de la experiencia previa, connotándolas de un cierto realismo producto de su trayectoria en el voluntariado. Marta nos contaba lo siguiente: “Mis amistades me decían, pero bueno ¿tú eres tonta?¿cómo vas?. Mira que pegarte esos madrugones… Pero yo decía que no, que a mí la entidad A me daba más que yo a ella… Lo que pasa es que ya llega un momento… que cuando van pasando muchas cosas seguidas es momento por lo menos para plantearte tomar un respiro… Luego ya veremos, el kit-kat será un kit-kat o no… Me gusta el trabajo, el trabajo que hemos hecho…contenta con muchas cosas que se han logrado. En fin, todo eso es muy…. Todo esto me remunera más que otra cosa…”
El voluntariado para las personas inmigrantes aparece como un factor de integración, un espacio donde ejercer las relaciones personales .
Una de las dificultades más importantes que viven las personas migrantes a la hora de incorporarse a una nueva sociedad es la soledad y el aislamiento. En este sentido la participación en entidades sociales puede surgir como una forma de socialización activa, de trampolín para las relaciones sociales 135
pudiendo así salir de ese aislamiento social que cualquier ser humano puede padecer. En uno de nuestros entrevistados, Pedro, pudimos encontrar que su motivación para ejercer la actividad como voluntario se situaba en el ámbito de las motivaciones expresivas, resaltando específicamente el “crecimiento personal” y la articulación de nuevas redes sociales. “Sentirse parte de un grupo” aparece como un elemento relevante en un discurso que hace uso de figuras retóricas que permiten equiparar esta sensación con aquella propia del “estar como en casa”. “La experiencia, amistades… cada día conoces gente nueva…no todos los días conoces gente nueva….pero cada año te vas quedando con parte de cada gente ¿sabes? Te quedas con alguien, te haces más amigo de alguien y eso… eso me aporta cosas… aunque no sea dinero pero te aporta cosas… ¿sabes,
para tu
persona, vas creciendo como persona […] Y también el sentirte parte de un grupo… ¿sabes? Sentirte parte de un grupo también te motiva […] “ “Sentirme parte de un grupo es… eso es muy importante… sentirte como en tu casa… que cuando te cabreas puedes cabrearte, que te escuchan….¿sabes? Con esa libertad de que es mi grupo y puedo decir lo que quiera, pues me escuchan…”
En la entrevista con Elvira, la motivación para ejercer el voluntariado aparece mediada por su propia experiencia personal de llegada al país, que representa como un período inicial de adaptación marcado por los sentimientos de soledad y desamparo. La posibilidad de “ofrecer” una ayuda que ella no tuvo en esos momentos se configura como un motor esencial en su aproximación al voluntariado. “Yo llegué, bueno, yo que sé, como cualquier otro… perdida, no sabía ni donde
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estaba, no hablaba español, no conocía a nadie… era un poco como… Entonces sé que al principio puede ser muy difícil ¿no?[...] (…) Yo cuando llegué a España en el año 97, cuando llegué aquí, bueno hasta hace poco no sabía ni siquiera donde… que hay ONG, que hay organizaciones que ayudan a los inmigrantes y todo lo demás… Y por un lado, por eso me sentía muy bien, podía ayudar a alguien sabiendo que a mí nadie me ayudó… porque yo ni siquiera sabía que alguien podía ayudar…Y…no sé, como que de repente me sentía útil, me sentía muy feliz por poder ayudar a otras personas…”
Las motivaciones de carácter expresivo, cubriendo sus necesidades de comunicación y compañía, de autoestima y reciprocidad, aparecen explicitadas en el discurso de Elvira. El contacto humano que se haya presente en la actividad voluntaria se contrapone a la propia dinámica social del entorno urbano y al marco laboral en el cual desarrolla su tarea profesional. La noción de pérdida de “lo humano” y de cada uno de nosotros “como personas” caracterizan estos contextos. “Yo soy ingeniera… Trabajo en una ingeniería, es un trabajo bastante estresante, es un trabajo muy bonito, si te gusta y… está muy bien… pero yo ya… llevaba tiempo como sintiendo que necesito algo más, que mi trabajo está bien… que todos los días tienes muchos retos y muchos problemas por resolver… te sientes bien… pero no deja de ser un trabajo de oficina… que no va mas allá…Yo no tengo contacto con más gente y tal. Entonces como que necesitaba hacer algo por los demás… y no solo el trabajo típico de ir a trabajar e irte a casa y ya está” “La ciudad es como bastante estresante… como bastante agobiante… y todo el mundo con prisas… Y al final un poco nos perdemos como personas y…cuando conoces a estos chicos te devuelven, como, el contacto humano”
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La reciprocidad aparece en su discurso vehiculizada por la ayuda que ella proporciona y la devolución que recibe de aquellos a los cuales va orientada su tarea voluntaria. La amistad, la gratitud y la preocupación son las monedas de cambio simbólico que tienen cabida en este proceso, donde las motivaciones expresivas se hacen claramente patente. “Son ellos…Doy algo pero ellos me dan mucho más… su amistad, su gratitud… todo…al final son ellos los que se preocupan mucho más por mí….Yo me preocupo por ellos… pero también luego son ellos los que cuando he estado enferma me han estado llamando, han venido a verme… y no sé, preguntando si necesito algo, si quería que me compraran algo… Al final ves que es algo más, no es un trabajo… No lo haces porque vas a cobrar a final de mes…”
La incidencia en la sociedad en la que interactúan y de la que forman parte es también una motivación para que los migrantes participen en el mundo del voluntariado.
El voluntariado aparece también como una forma de participación social para la transformación, sobre todo en relación al propio colectivo al que pertenecen y con el que se identifican las personas voluntarias de origen extranjero. En la entrevista realizada a Fátima vemos como propiciar el “cambio” en el colectivo de las mujeres marroquíes emerge
como una motivación
fundamental para el ejercicio del voluntariado. Su rol como mediadora aparece en el discurso en tanto vehículo para la integración de este grupo a la esfera pública. La imagen colectiva que se sostiene de la mujer marroquí aparece como una preocupación constante y un obstáculo para su 138
incorporación como ciudadanos de pleno derecho en la sociedad de acogida. “Con las mujeres marroquíes me gustaría sacarlas un poquito del mundo en que están metidas… Hay mujeres…Hay mujeres que no salen que están en sus casitas… que están, que no salen…que a lo mejor no van ni al médico…La mentalidad de esas mujeres es la que me gustaría intentar cambiar” “(…)La mujer marroquí para que sepa relacionarse con la gente… para que dé una imagen, que no sea una mujer analfabeta, que no sabe relacionarse. No. Esto se tiene que cambiar… Dar una imagen diferente para que la sociedad en general las acepte.(…) Ni ella va a saber incorporarse ni la sociedad la va a saber acoger… Es una cosa….Y yo creo que aquí las puedo ayudar… Un poco para que ellas entiendan y las entiendan”
7.4.
Especificidades del voluntario refugiado.
En la exploración que supone el presente estudio sobre la participación de las personas inmigrantes y refugiadas en el mundo del voluntariado nos hemos encontrado ciertas particularidades dentro del colectivo de personas refugiadas que consideramos es importante destacar. Como ya se conoce, existen diferencias exenciales que caracterizan los procesos de las personas inmigrantes, las cuales preparan su proyecto migratorio con una decisión individual o compartida, de iniciarse en la salida de su país buscando mejores expectativas, mientras que las personas refugiadas son aquellas que debido a fundados temores de ser perseguidos 139
por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a grupo social determinado u opciones políticas, se ven en la obligación de salir de su lugar de residencia con el fin de buscar protección fuera del país de su nacionalidad, sin contar con un proyecto migratorio previo ni partiendo de una decisión premeditada, sino movidas por la necesidad de proteger su integridad. En estos diferentes procesos se dan ciertas características que diferencian a ambos colectivos y que también se traducen en las motivaciones que empujan a unos u a otros a la práctica del voluntariado en el país de acogida. En el presente apartado vamos a profundizar en esas motivaciones que arrastran a muchas personas refugiadas en España a participar en acciones voluntarias como alternativas a carencias que se presentan en su marco sociopolítico como ciudadanos. Como ya hemos venido describiendo a lo largo del informe, el voluntariado es un ejercicio de solidaridad que conlleva ser responsable ante los más vulnerables (ciudadanía) y conlleva construir un mundo más justo (participación). Así la ciudadanía y la participación se sustancian en el ejercicio de la solidaridad. El voluntariado, como expresión de la participación social, se configura en torno a tres dinámicas: los procesos sociales, las demandas personales de los más vulnerables y los contextos ideológicos que le confieren sus oportunidades específicas y acreditación social. El voluntariado es una realidad socialmente interpretada, que despierta unas determinadas expectativas y responde a un imaginario social colectivo. 140
Se trata de una realidad multiforme, difusa, con límites inciertos y variados, en la que se entrecruzan matrices de diferente carácter (culturales, políticas, religiosas...).
Se
caracteriza
por
la
pluralidad,
la
diferenciación
y
la
heterogeneidad. Las diferentes formas de voluntariado, produce signos de fecundidad y nuevas formas de realidad en el interior de una sociedad compleja, que afecta a los modos de nombrarlo, a las tareas que se le atribuye, a la índole de las motivaciones personales y las formas jurídicas en las que se organizan. La acción voluntaria recupera el término "voluntario" para subrayar el carácter libre no coercitivo ni obligatorio de las relaciones que produce, así como el carácter gratuito del trabajo que realiza. El voluntario participa como protagonista en la vida de su comunidad y amplía los espacios participativos y esto en relación a las personas inmigrantes y refugiadas es un elemento fundamental para su
incorporación a la nueva sociedad de acogida; así
mismo la fisonomía del voluntariado es inseparable de la profundización de la democracia y de la realización de la sociedad activa. Puede haber muchas y variadas motivaciones relacionadas con este tipo de acción colectiva, pero debemos profundizar en las razones que la sostienen,
para
saber
si
el
voluntariado,
como
elemento
estructural
relacionado con un nuevo modo cívico, es una moda o una nueva forma de participación sociopolítica de una sociedad que ha estado dormida y estancada en conceptos relacionados con el liberalismo clásico más individualista. Javier nos aporta en su testimonio una reflexión muy interesante a este respecto: “Mi experiencia vital en España me ha demostrado que aquí, en 141
Occidente, el propio sistema te adormece, y la gente es poco participativa, adormecida en el bienestar que le rodea. En mi país, el sistema te anula, e incluso te elimina, pero luchas por ello, siempre guardas la esperanza del cambio (...). Pero a través del voluntariado que encontré en CEAR descubrí un espacio de participación social, y uno termina implicado, así como reconocido como persona.”
Podemos descubrir que las motivaciones que mueven a los voluntarios son diversas. No obstante se pueden identificar tres grandes matrices26: Motivaciones instrumentales: convierten la acción voluntaria en un medio para obtener otra cosa: ampliación de la experiencia profesional, búsqueda de empleo, conseguir prestigio social, entre otros. Hay autores que consideran que toda acción humana está orientada por el interés personal, el beneficio o la ganancia. Estos ideólogos se han dedicado a mostrar el carácter interesado que se esconde detrás de supuestas actividades altruistas, de modo que la donación o gratuidad son sucedáneos del interés. En esta línea, Bourdieu27 plantea que esta labor supuestamente altruista, no existe tal cual. El autor considera que no existen comportamientos desinteresados ni actos gratuitos: a su entender, toda acción se plantea, de uno u otro modo, alcanzar algún tipo de beneficio, ya sea económico o simbólico. El hecho de que existan universos sociales en los que está desaconsejado el lucro económico, como es en el ámbito del voluntariado, no excluye que los individuos puedan movilizarse en busca de beneficios de carácter simbólico.
26
27
García Roca, Joaquín (2004): Políticas y Pr9ogramas de Participación social. Ed. Síntesis. Madrid Bourdieu, Pierre(1997): Razones prácticas.Sobre la teoría de la acción. Ed.Anagrama. Barcelona (p.152-155)
142
Por su parte, el utilitarismo y sus ideólogos de la acción instrumental, sitúan el intercambio y los resultados como el móvil central y único, considerando que la donación está impregnada de utilitarismo, del resultado a conseguir y éste depende de las consecuencias inducidas. Así el voluntario intenta maximizar las ventajas y beneficios desde la lógica económica de producción. Ambas opciones cuestionan la cultura de la gratuidad y la lógica del don, sistematizado por Mauss28. La exaltación del interés y del resultado, según la cual las motivaciones altruistas esconden una intención interesada y un uso instrumental de la acción. Motivaciones expresivas: relacionadas con las necesidades expresivas y relacionales del ser humano, cubriendo así sus necesidades de comunicación y compañía, de autoestima y reciprocidad, de relaciones significativas y de reconocimiento. Este
tipo de
voluntariado
sobre
enraíza
motivaciones,
estructuras
también muestra que
antropológicas
el
profundamente
humanas como es la construcción de la identidad personal y colectiva. Motivaciones altruistas: son aquellas que giran en torno al altruismo y sus distintas expresiones, encontrando su sentido en el acto mismo. Estas voluntades solidarias se identifican con el dinamismo del don que trabajó Marcel Mauss, quién consideró que en todas las culturas hay acciones sociales que no pertenecen ni al mundo de las obligaciones ni al de los intereses; más bien nacen en el intersticio entre obligación y libertad, intereses individuales y
28
Mauss, M. (1979) : Ensayo sobre los dones : razón y forma del cambio en las sociedades primitivas. Ed. Tecnos. Madrid (p.155-263)
143
colectivos; son acciones que tienden a alejarse del intercambio mercantil y de la lógica administrada. Sin embargo la donación en la acción voluntaria es indirecta, ya que pasa por un intermediario, las organizaciones sociales. Esto contradice los fundamentos del don, considerado, por definición, un acto relacional que no contempla interposiciones y que vincula a individuos directamente. Desde nuestra experiencia podemos constatar que las motivaciones que mueven a los voluntarios persiguen diferentes intereses particulares. Sin embargo, esto no debe valorarse negativamente, y ser juzgadas como opciones no válidas, siendo conscientes de que la acción voluntaria, responde a intereses de diferente índole, que pueden ser muy lícitos. En particular, en el caso de las personas refugiadas, como característica común hemos podido detectar que la mayor parte de estas personas habían ejercido en su país de origen tareas sociales, políticas o de carácter comunitario, y debido a su exclusión legitimada institucionalmente por el ordenamiento jurídico español y europeo y paralelamente por las dificultades que encuentran para el acceso al mercado de trabajo cualificado, suplen con esta actividad sus verdaderas motivaciones políticas y/o profesionales. Como hemos venido reiterando, muchas de estas personas manifiestan un alto compromiso ideológico y político, que tampoco puede ser canalizado por las vías formales, por lo que su derecho a la ciudadanía se ve vulnerado en una parte importante. Javier, de nuevo nos aporta, a través de su experiencia, un ejemplo en esta línea: “A través de este espacio de participación social que he encontrado en CEAR 144
siento la posibilidad de llegar a otros espacios de carácter político inexistentes para mí, porque no me es posible participar en ellos. En el fondo el voluntariado es un canal que me sirve para llegar indirectamente a...”
La mayoría de estas personas han sido usuarios de los programas de CEAR, en su primer proceso de incorporación a la nueva sociedad de acogida que les ha facilitado protección. Ante esta situación el “exusuario”, que tiene puesta toda su confianza en la organización que le apoyó y acompañó en su proceso, encuentra una vía de canalización de ese componente ideológico que le configura como persona, sintiendo además que está devolviendo aquello que él recibió en el momento que más lo necesitaba, pasando de ser actores pasivos en la entidad, a actores activos. “Aquí me sentía importante –nos dice Javier-, sentía que valía y que podía aportar a otras personas que estaban pasando por lo mismo que había pasado yo”.
Así mismo, podemos encontrar otras motivaciones fundamentales para la persona refugiada que contribuyen al proceso de reconstrucción de su proyecto de vida: conocimiento de la cultura, desarrollo de habilidades para aquellos que se han visto obligados a interrumpir sus estudios al tener que huir de su país, creación de lazos sociales ante el aislamiento, aprendizaje del idioma, etc. De este modo vemos como el voluntariado supone un elemento de cohesión crucial, que contribuye a neutralizar el miedo a lo desconocido y permite establecer relaciones que generan una mayor capacidad de adaptación ante el cambio social, tanto para los propios refugiados o inmigrantes como para los autóctonos. En esta línea, los voluntarios inmigrantes y refugiados realizan un cambio positivo en la sociedad mediante su 145
compromiso, mejorando la imagen de este colectivo entre la sociedad de acogida y contribuyendo a la confianza mutua.
146
8. CATÁLOGO DE RECOMENDACIONES VOLUNTARIADO INTERCULTURAL
PARA
LA
GESTIÓN
DE
UN
Teniendo en cuenta las transformaciones sociales que ha vivido la sociedad madrileña, con una fuerte presencia de personas de origen extranjero que presentan un potencial que debe ser y es reconocido a diferentes niveles, las entidades
sociales
que
trabajan
con
voluntariado
deben
plantearse
estrategias para la gestión del voluntariado intercultural, incorporando a estos nuevos ciudadanos. Más allá de los discursos habituales de las aportaciones económicas y demográficas que hace la inmigración en nuestra sociedad debemos reconocer las posibilidades de aportaciones sociales que presenta el fenómeno de la migración, por lo que la entidades sociales no pueden obviar ese potencial que presentan las personas de origen extranjero para la participación en estas organizaciones. Pero las entidades sociales y los profesionales que en ellas trabajan no pueden gestionar el voluntariado sin tener en cuenta la diversidad cultural que la migración presente, teniendo en cuenta que esta nueva realidad exigen un cierto cambio o apertura de nuestras tendencias de captación, acogida, incorporación, formación, promoción y gestión intercultural del voluntariado. Ya
sea
por
convencimiento
–creyendo
en
la
importancia
de
la
participación de las personas de origen extranjero en las entidades sociales a través del voluntariado – o por intereses que respondan a otras motivaciones, debemos ser conscientes de que actualmente un 16,9% de la población 147
madrileña es de origen extranjero, lo cual representa un importante “filón” de personas con un perfil emprendedor, gran capacidad para el aprendizaje y sus ganas de aportar en la mejora de la actividad social madrileña. Debemos ser conscientes de que si es compleja la gestión de personas de nuestro mismo entorno cultural, es lógico que también lo sea la procedente de otros lugares, por este motivo, y a través de estas recomendaciones no queremos dar un receta mágica para la gestión del voluntariado intercultural, sino que el objetivo es hacernos reflexionar, ayudarnos a pensar y animarnos a romper con los estereotipos. En una sociedad permanentemente cambiante como la madrileña, las entidades sociales hemos tenido que ir aprendiendo y mejorando en diversos aspectos:
sistemas
de
gestión
y
profesionalización,
calidad,
planes
estratégicos, incorporación de tecnologías de la información, y sin lugar a dudas no podemos dejar a un lado el reto de la gestión de la diversidad cultural, que supone la mejor inversión para todos y cada uno de los ámbitos de la sociedad. Las propuestas que se desarrollan a continuación plantean la gestión de la diversidad cultural en términos de normalización y viabilidad del proyecto que cada entidad desarrolla, partiendo de que toda entidad, asociación u organización que trabaja con voluntariado se puede beneficiar de la entrada de personas de origen extranjero para su acción voluntaria, en la medida que gestione correctamente sus políticas de voluntariado y de diversidad cultural. Partimos también de la idea de que toda organización, asociación o entidad, independientemente de sus dimensiones, verá cada vez con mayor frecuencia 148
que la pluralidad de culturas es una característica de la sociedad madrileña de la que obtiene el potencial de sus posibles voluntarios. Por todo ello a continuación proponemos pautas para una gestión adecuada, efectiva y de calidad del voluntariado intercultural en las organizaciones sociales independientemente del ámbito al que dirijan su acción social.
CATÁLOGO DE RECOMENDACIONES PARA LA GESTIÓN DE UN VOLUNTARIADO INTERCULTURAL:
Antes de empezar recuerda que un voluntario o voluntaria de origen extranjero es ANTE TODO, un voluntario o voluntaria.
1. Integra la interculturalidad en tu organización o asociación, ubicando a la organización en la vanguardia europea. ¿CÓMO? Invierte en formación para el equipo directivo de la entidad en materia de migraciones e interculturalidad. De hecho existen recursos públicos y gratuítos en Madrid donde puedes obtener formación muy interesante al respecto Participa en los foros en los que se está gestando y trabajando el diseño de instrumentos que ayuden a las entidades sociales a gestionar la diversidad cultural. Participar en estos foros reforzará 149
las
posibilidades
de
que
los
instrumentos
resultantes
sean
aplicables al proyecto de tu entidad. En la gestión de calidad basados en normas europeas, existen procedimientos aplicados al medioambiente u otros, que a medio plazo se extenderán y marcarán pautas para evaluar el cumplimento de leyes de no discriminación o de gestión ética de recursos humanos, incluyendo el voluntariado.
2. Evita los prejuicios en materia de etnia, cultura o religión a la hora de seleccionar a los voluntarios de tu entidad. ¿CÓMO? Cuestiona la fuente de las informaciones negativas que tienes en relación a la población migrante. Existe por ejemplo la idea generalizada de que la población inmigrante carece de formación en la mayoría de los casos. Sin embargo, según datos publicados por Manpower en 2003, “tres de cada diez inmigrantes (29%) residentes en España poseen un nivel de estudios alto (diplomados y licenciados), frente al 22% de la población española. A la hora de planificar el voluntariado de tu entidad evita las generalizaciones esteriotipadas, sobre todo aquellas que tienen que ver con imágenes creadas relacionadas con personas procedentes de una misma cultura o religión. Evita las generalizaciones 150
Planifica la estructura del voluntariado de tu entidad en función de las potencialidades, formación y conocimiento de las personas, en vez de hacerlo en función de su origen étnico o nacionalidad. Recuerda que hay numerosos estudios que demuestran que los equipos humanos integrados por personas de diferentes culturas son más eficaces que los equipos culturalmente homogéneos.
3. Pon las diferencias culturales a favor de la organización y aprovecha sus ventajas. ¿CÓMO? La pluralidad de celebraciones culturales o religiosas (día del cordero, ramadán, navidad, semana santa, etc…), nos permitirá no tener que parar nuestra actividad en determinadas fiestas por falta de equipo humano, pudiendo repartir, en función de prioridades, estos días festivos. La disponibilidad horaria de las personas migrantes o refugiadas que no cuentan con familia a cargo en nuestro país, es mayor que la de personas con responsabilidades a cargo. Sin que esto signifique que lo convirtamos en un abuso, esta disponibilidad hay que considerarla como un valor añadido a la organización, que probablemente pondrá en marcha en ocasiones actividades en fines de semana o en horarios menos accesibles.
151
4. No existe grupo humano sin conflictos, lo importante es saber gestionarlos. ¿CÓMO? Antes de valorar un conflicto, o hacer un juicio de valor considerando que el conflicto pueda ser debido a las diferencias culturales, cataloga el tipo de conflicto. No todos los conflictos entre personas de origen inmigrante o refugiadas y personas autóctonas
son
conflictos
culturales.
Pueden
ser
conflictos
personales, de competencias, etc… Recuerda siempre que las personas nos caracterizamos por tres tipos de comportamientos: 1. Comportamientos culturales, comunes a las personas procedentes de un cultura determinante. 2. Comportamientos
universales,
comunes
a
todas
las
culturas. 3. Comportamientos personales, propios de cada persona. Las herramientas de gestión de la diversidad cultural solo podrán dar respuesta a los conflictos surgidos como consecuencia de las diferencias culturales. Si tras catalogar el tipo de conflicto, concluimos que es de naturaleza cultural, negocia con sensibilidad cultural. Esto no significa que debamos aceptar todo lo que proceda de culturas diferentes, pero si debemos adoptar una posición de respeto y escucha hacia el otro. 152
5. Aprender a manejar la negociación cultural no significa aceptar todas las particularidades de una cultura, pero si significa saber escuchar con una actitud de respecto hacia el otro. ¿CÓMO? Hay numerosos aspectos que siempre pueden ser negociables y que revertirá positivamente en la organización: horarios de participación, etc… Habrá aspectos innegociables que tendremos que trabajar a través de formación, talleres, etc. Aspectos que tengan que ver con
cuestiones
de
género,
igualdad,
etc…
deberán
ser
mantenidas y defendidas en caso de que sean cuestionadas por el nuevo voluntario (reticencias a la hora de aceptar a una mujer que lidere su grupo de trabajo, etc…) Diseñar estrategias específicas para formar al equipo en el respeto muto
6. No es lo mismo una organización multicultural que una organización intercultural. Una organización multicultural es un espacio en el que coinciden diferentes culturas pero sin relacionarse entre sí, con competencias y tareas diferentes. La falta de comunicación en estos espacios interculturales desemboca en posibles situaciones conflictivas. 153
Para evitarlas o solucionar estos conflictos hay que apostar por estrategias interculturales, impulsando y favoreciendo la creación de espacios de comunicación entre todos los miembros de la organización. ¿CÓMO? Diseña grupos de nacionalidades.
trabajo que rompan por los guettos por
Forma
grupos
culturalmente
mixtos
y
la
comunicación entre todos los miembros de la organización será fluída. Rompe con la división entre tareas más especialidadas o cualificadas para el voluntarios de origen autóctono y tareas no cualificadas para el voluntariado inmigrante o refugiado.
7. Ten claro el objetivo de tu organización, flexibilizando la manera de conseguirlo adecuando las estrategias de gestión de equipos a las características y personalidad de cada grupo humano. ¿CÓMO? Adapta los protocolos de trato según cada persona. Encontrará
diferentes
demandas
en
cuanto
a
los
modelos
organizativos, en función de las culturas de procedencia: o Personas que culturalmente necesitan recibir pautas directas y claras de sus responsables directos para sentir la seguridad de que su
trabajo o actividad está siendo coordinado y
supervisado o Personas que culturalmente necesitan sentirse responsables de 154
su propia parcela de responsabilidad y se sienten parte de la entidad cuando sus responsables les tratan como iguales. Lo importante es buscar un modelo de gesti贸n que logre sacar lo mejor de cada voluntario o voluntaria.
155
9. ANEXOS A) Listado de entidades que han participado en la investigación a través de cuestionarios o entrevistas. DISCAPACIDAD, SALUD, DEPENDENCIAS AEOMC F MANANTIALES ASPAD PSIQUIATRÍA Y VIDA ASPAFADES ADEMADRID F FANS AMEB AFADE PROY HOMBRE ACCIS ADDEM ASPAYM FAD COAMFICOA FUND RETINA MADRID MUJER FEDERACIÓN DE MUJERES PROGRESISTAS
FORMACION, EDUCACION, CULTURA, OCIO Y T LIBRE
EXCLUSIÓN Y MINORÍAS
ZUMBIDO SOCIAL F ECCA ASOC CAMINAR ASOC MARILLAC F EMAUS HSDJ AMIS-AURRERA LA RUECA CON UN PIE FUERA FUND RAIS MENIÑOS CIUDAD JOVEN FUND ANAR Caritas Madrid
COOPERACION Y DDHH
ECOLOGÍA Y MEDIO AMBIENTE
AYUDA EN ACCION HELSINKI ESPAÑA DIMENSIÓN HUMANA PUEBLOS HERMANOS ENTRE CULTURAS APDHE WORDL VISION ESPAÑA AAPS CONGDE SOS RACISMO AFESIP PARTICIPACION CIUDADANA
LA TORRE HORTALEZA COORD JUV VALLEKAS ASOC JVENIL ATZ ASOC CRECER COORD VALLEKAS AFAIJ Yehudi Menuhim
INMIGRACIÓN Y ASILO Centro HISPANO BULGARO ACULCO FUND ADSIS INICIATIVAS SOLIDARIAS ACOBE MITA CEAR LA MERCED MPDL 156
B) Carta de presentación enviada a entidades
Madrid, 26 de septiembre de 2007
Estimado amigo, estimada amiga,
En la ciudad de Madrid hemos vivido un proceso de transformación social y cultural que ha afectado a todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana. De hecho las organizaciones sociales que participamos activamente en la transformación de nuestra ciudad también estamos viviendo un cambio en nuestra forma de interactuar con la sociedad y con la ciudad.
La inmigración es un factor que ha favorecido positivamente a esta transformación, convirtiéndose en uno de los temas más destacados de las agendas políticas y sociales. Durante los últimos años estamos viendo como en nuestras entidades ha ido aumentando el interés de muchas personas inmigrantes y refugiadas por participar como voluntarios, despertándose en toda Europa el interés por el voluntario intercultural, sobre todo en aquellos países con una arraigada tradición de sociedad civil y una sólida concienciación del papel clave que desempeña el voluntariado en el tejido social y la cohesión de la sociedad.
Como ya conocerás, CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado) es una organización no gubernamental, de acción voluntaria, plural e independiente, creada en 1979, cuya misión es defender y promover los derechos y el desarrollo humano integral de los refugiados, solicitantes de asilo, desplazados, apátridas y personas inmigrantes en riesgo de exclusión. Teniendo en cuenta que en CEAR nos identificamos como una entidad agente de cambio y de transformación social, desde CEAR Madrid estamos elaborando una investigación, financiada por el Ayuntamiento de Madrid, para conocer la participación de las personas inmigrantes y refugiadas en las diferentes acciones y entidades de voluntariado existentes.
Para ello necesitamos contar con vuestra experiencia, por lo que hemos elaborado un cuestionario que trata de recoger el perfil y la participación de personas de origen extranjero en vuestra entidad.
Si quieres conocer algo más de esta investigación o necesitas alguna aclaración para la elaboración del cuestionario, no dudes en ponerte en contacto con nosotros a través de la siguiente dirección de correo electrónico: investigacioncearmadrid@cear.es Así mismo, te rogamos nos devuelvas el cuestionario cumplimentado a la dirección de email indicada antes de 10 de octubre.
Agradeciendo de antemano tu colaboración, recibe un cordial saludo, Estrella Pérez Galán Coordinadora Territorial CEAR Madrid
Investigadoras: Marta Pagola de Frutos y Cristina Oter Quintana. Licenciadas en Antropología Social y Cultural.
157
C) Cuestionario enviado a entidades La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) es una organización no gubernamental fundada en 1979, de acción voluntaria y humanitaria, independiente y plural. Los objetivos fundamentales de CEAR son la defensa y la protección del derecho de asilo y de los derechos de los refugiados así como de las personas inmigrantes en riesgo de exclusión o que se encuentran en nuestro país en situación de vulnerabilidad. Desde nuestra delegación de Madrid (CEAR Madrid) estamos llevando a cabo una investigación, financiada por el Ayuntamiento de Madrid, que pretende estudiar la incidencia y el perfil del colectivo inmigrante/refugiado que participa como voluntario en este municipio. Para ello solicitamos su colaboración respondiendo al cuestionario que a continuación le presentamos. En caso de no disponer de alguno de los datos solicitados, le pedimos deje el apartado correspondiente en blanco. Agradecemos el tiempo dedicado a la cumplimentación del mismo, garantizando la confidencialidad absoluta de los datos que en él se recojan. Muchas gracias. En caso de que en tu entidad no contéis con voluntarios inmigrantes por favor no dejes de responder a las preguntas nº 1, 2, 3, 15, 16 y 17 del presente cuestionario. CUESTIONARIO 1. Señale el área de actuación en la que se inscribe la entidad social a la cual usted pertenece (marque con una cruz una o varias de las opciones posibles al lado de los ítems correspondientes) a. Discapacidad b. Salud y Enfermedad c. Exclusión social d. Minorias étnicas e. Inmigración /Asilo f. Juventud g. Infancia h. Mayores i. Mujer j. Dependencias k. Cooperación al desarrollo l. Derechos Humanos m. Ecología y Medio Ambiente n. Educación, formación y/o cultura o. Ocio y Tiempo libre 158
p. Participación ciudadana /Asociacionismo q. Emergencias r. Otros especificar …………………………………………………………
2. Número total de personas voluntarias actualmente en la sede de Madrid.................................... 3. Número de personas voluntarias inmigrantes/refugiadas actualmente en la sede de Madrid................. 4. Número de voluntarias inmigrantes/refugiadas (Mujeres) actuales en la sede de Madrid…...... 5. Número de voluntarios inmigrantes/refugiados (Hombres) actuales en la sede de Madrid…............... 6. Edad de las voluntarias inmigrantes/refugiadas (Mujeres), en este momento, en la sede de Madrid : EDAD
Nº mujeres inmigrantes/refugiadas voluntarias
DE 18 A 29 AÑOS DE 30 A 40 AÑOS DE 41 A 55 AÑOS DE 55 A 65 AÑOS MAYORES DE 65 AÑOS
7. Edad de los voluntarios inmigrantes/refugiados hombres, en este momento, en la sede de Madrid: EDAD
Nº hombres inmigrantes/refugiados voluntarios
DE 18 A 29 AÑOS DE 30 A 40 AÑOS DE 41 A 55 AÑOS DE 55 A 65 AÑOS MAYORES DE 65 AÑOS
159
8. País de origen de las personas voluntarias inmigrantes/refugiados, en este momento, en la sede de Madrid: PAIS DE ORIGEN * Colombia Ecuador Perú Rumania Bolivia Marruecos Otros (especificar)
Nº Mujeres
Nº Hombres
* Esta división responde a los colectivos con mayor presencia en el Municipio de Madrid
9. ¿Podría indicar el tiempo aproximado de estancia en España, de las personas voluntarias inmigrantes/refugiados en el momento de la incorporación en su sede de Madrid?. TIEMPO DE RESIDENCIA Nº personas voluntarias inmigrantes/refugiados Menos de 1 año De 1 año a 2 años. Más de dos años.
10. Situación administrativa en la que se encontraba la persona voluntaria inmigrante/refugiada en el momento de incorporación en la sede de Madrid. SITUACIÓN ADMINISTRATIVA
Nº personas voluntarias inmigrante/refugiados
Regular Irregular
160
11. Nivel de formación de las personas voluntarias inmigrante/refugiadas en el momento de incorporación en la sede de Madrid. NIVEL DE FORMACION
Nº personas voluntarias inmigrante/refugiados
Sin estudios Con bachiller o similar Titulados medios universitarios Titulados superiores universitarios
12. Situación ocupacional de las personas voluntarias inmigrantes/refugiadas en el momento de incorporación en la sede de Madrid. SITUACION OCUPACIONAL
Nº personas voluntarias inmigrante/refugiados
Estudiantes Trabajadores en activo Trabajadores en paro Jubilados Otros
13. Tiempo de permanencia de la persona inmigrante/refugiada como voluntario , en el momento actual en la sede de Madrid: TIEMPO COMO VOLUNTARIO
Nº personas voluntarias inmigrante/refugiados
Menos de 6 meses De 6 meses a un año De un año a 3 años Más de 3 años
14. Tiempo que dedican a la labor voluntaria en la entidad la persona inmigrante/refugiada, en el momento actual, en la sede de Madrid: TIEMPO DE DEDICACION A LA LABOR VOLUNTARIA
Nº personas voluntarias inmigrante/refugiados
Menos de 2 horas semanales Entre 2-6 horas semanales De 7-12 horas semanales Más de 12 horas semanales (especificar) 161
15. Requisitos exigidos a todas las personas voluntarias para su incorporación a la sede de Madrid (Marque con una cruz una o varias de las opciones posibles al lado de los ítems correspondientes) a. Edad b. Compromiso escrito c. Conocimientos o formación específica d. Especialidad profesional e. Habilidades específicas f. Tiempo de dedicación g. Otros (especificar)……………………………………….........................
16. ¿Existen requisitos específicos para la incorporación de las personas voluntarias inmigrantes/refugiados en la sede de Madrid? (Marque con una cruz una de las opciones posibles al lado del item correspondiente) a) SI Especificar: .................................................................................... ………………….……………………………………………………… b) NO
17 ¿Dispone la entidad de estrategias específicas que faciliten la incorporación de la persona voluntaria inmigrante/refugiada en la sede de Madrid?. (Marcar con una cruz una de las opciones posibles al lado del ítem correspondiente) a.
SI Especificar: ..................................................................................................................... b. NO 18. ¿Qué puestos ocupan las personas voluntarias inmigrante/refugiada dentro de la entidad en su sede en Madrid: PUESTO DEL VOLUNTARIO INMIGRANTE Responsables equipos Técnicos Personal de apoyo Otros (especificar)
Nº personas voluntarias inmigrante/refugiados
162
19. Las tareas que desempeña la persona inmigrante/voluntaria dentro de la entidad en su sede en Madrid: (marcar con una cruz una o varias de las opciones posibles al lado del item correspondiente) a. son acciones puntuales, que se desarrollan con relación a un grupo o un fin concreto
b. son acciones continuadas, que no se desarrollan con relación a un grupo o fin concreto
20. Las acciones en las que participa la persona voluntaria inmigrante/refugiada dentro de la entidad en su sede en Madrid: (marcar con una cruz una o varias de las opciones posibles al lado del item correspondiente) a. son acciones que se dirigen exclusivamente a la población inmigrante/refugiada b. a cualquiera de las acciones que se desarrollan con relación al objeto general de actuación de la entidad, más allá de las acciones dirigidas con exclusividad a la población inmigrante/refugiada.
MUCHAS GRACIAS POR EL TIEMPO DEDICADO A ESTE CUESTIONARIO. LE ROGAMOS QUE CUANDO LO HAYA CUMPLIMENTADO NOS LOS ENVÍE A LA SIGUIENTE DIRECCIÓN DE CORREO: investigacioncearmadrid@cear.es EN FECHAS PROXIMAS ES POSIBLE QUE NOS PONGAMOS EN COMUICACIÓN CON USTED CON OBJETO DE SOLICITAR SU COLABORACIÓN PARA SOLICITAR QUE NOS FACILITE EL CONTACTO CON PERSONAS INMIGRANTES/REFUGIADAS QUE DESARROLLEN LABORES VOLUNTARIAS EN SU ENTIDAD. SI NO DESEA QUE SE LLEVE A CABO ESTE CONTACTO, POR FAVOR, INDIQUENOSLO A CONTINUACIÓN. SI……….
NO……….
SI DESEA ALGUNA ACLARACION RESPECTO A LA INVESTIGACIÓN QUE SE ESTÁ LLEVANDO A CABO, ROGAMOS SE PONGA CONTACTO CON NOSOTROS EN EL CORREO ELECTRONICO SIGUIENTE: investigacioncearmadrid@cear.es ESTAREMOS ENCANTADOS DE ATENDERLE. GRACIAS. CEAR MADRID - C/ Noviciado, 5 – Izq. - 28015 Madrid www.cear.es
163
D) Ficha de seguimiento telefónico Al llamar PREGUNTAR POR EL RESPONSABLE DE VOLUNTARIADO DE LA ENTIDAD EXPLICAR MOTIVO DE LA LLAMADA Entidad: Persona de contacto: Recibido el cuestionario:
SI (preguntar si lo han DEVUELTO cumplimentado): si * - Comentarle que comprobaremos la recepción
no
NO (Confirmar email a donde enviarlo) : ____________________________ * Tratar de comprometerles a que nos lo envíen en el plazo de una semana ¿Cuándo nos lo enviarán? _______________________ Indicar que se volverá a llamar si no se recibe en el plazo indicado. Si nos dice que no tiene voluntarios INMIGRANTES insistir en que nos lo manden respondiendo a las preguntas: 1,2,3,15, 16, 17
164
E) Guión de entrevista a entidades (Responsables de voluntariado)
Agradecimiento Breve introducción de la investigación y explicar el objetivo de esta entrevista. Solicitud para la grabación Garantía de confidencialidad
BLOQUE 1: Historia de la incorporación del Voluntariado de origen extranjero en la Entidad ¿Desde cuándo cuenta la entidad con voluntariado de origen extranjero? ¿Cómo surgió esta participación? Rastrear: si respondió a una decisión predeterminada por parte de la entidad • Rastrear cuáles fueron los motivos para tomar la decisión. • Rastrear si se puso en marcha alguna estrategia, o qué se hizo para captar voluntariado extranjero. se produjo de forma espontánea, ¿cómo fue?
BLOQUE 2: Acceso a la entidad social de los voluntarios y su participación en la misma. CAPTACIÓN ¿Cómo se produce la captación de personas voluntarias de origen extranjero? o Rastrear si hay diferencias en relación al resto de voluntarios y voluntarias ¿Qué mecanismos (explorar las vías) posee la entidad para darse a conocer entre los potenciales voluntarios? ¿Cómo se lleva a cabo el proceso de selección de las personas extranjeras que quieren ser voluntarias en vuestra entidad? o Rastrear si se buscan perfiles específicos ¿Existe algún requisito para ser voluntario de la entidad? ¿Cuáles son? ACOGIDA ¿Cómo se lleva a cabo la incorporación y acogida de las personas voluntarias de origen extranjero? ¿Cuál es el compromiso que adquieren los voluntarios con la entidad? ¿Se formaliza de algún modo? o Rastrear si es igual que con el resto de voluntarios 165
¿Existen itinerarios establecidos para la incorporación de voluntarios en la entidad? ¿Cómo son estos itinerarios? ¿Qué elementos incorporan? o Rastrear si es igual que con el resto de voluntarios
BLOQUE 3: Perfil, intereses y expectativas de los voluntarios migrantes ¿Cuál es el perfil de los voluntarios migrantes de vuestra entidad? (Estudios, género, edad, clase social, tiempo de estancia en España, con experiencia previa o no como voluntarios o profesional, etc) ¿Por qué crees que las personas de origen extranjero se hacen voluntarias de vuestra entidad? ¿Cuál es la duración media del compromiso de vuestros voluntarios migrantes? ¿Existe alguna diferencia en este sentido respecto al resto del voluntariado? ¿Crees que las expectativas originarias de los voluntarios migrantes se ven satisfechas? ¿Qué crees que aporta a los voluntarios el paso por vuestra entidad?
BLOQUE 4: El voluntariado en la entidad y su nivel de participación. ¿Qué tareas desempeñan mayoritariamente los voluntarios migrantes dentro de la entidad? o Rastrear: continuidad de la tarea, y a qué colectivo va dirigido o Rastrear si llevan a cabo tareas de responsabilidad y en qué espacios participan
¿Cómo se determina la tarea que va a desempeñar el voluntario? o Rastrear si lo decide libremente el voluntario o si lo impone la entidad y ver en función de qué criterio ¿En qué espacios de la entidad pueden participar los voluntarios migrantes? ¿Existen espacios en los que los voluntarios migrantes no podrían participar aunque quisieran? 166
¿Participan los voluntarios migrantes en la toma de decisiones de la organización y a través de qué órganos? o Rastrear si los voluntarios tienen representatividad en los órganos decisión: ¿Cuántos voluntarios migrantes hay desempeñando puestos de responsabilidad o decisión? o Explorar: si existe alguna relación entre el perfil del voluntario migrante y su posibilidad de participar en determinados aspectos de la organización • Si la respuesta es positiva: o ¿En qué tipo de decisiones de la entidad participan los voluntarios migrantes? o ¿Con qué canales cuentan los voluntarios para participar en la toma de decisiones importantes o estratégicas de la entidad? • ¿Cuántos voluntarios inmigrantes tenéis en puestos de dirección o coordinando equipos de trabajo? o Rastrear si son accesibles los puestos de decisión de la organización para las personas voluntarias migrantes ¿Cuáles son los procedimientos utilizados para dar a conocer el funcionamiento de la entidad a los voluntarios migrantes? De su organización, de sus objetivos, de sus proyectos, de sus espacios de toma de decisiones y participación... ¿Crees que la organización informa suficientemente a sus voluntarios y voluntarias sobre todo lo que ocurre en la misma?
BLOQUE 5: Expectativas de la entidad en relación a sus voluntarios. ¿Qué expectativas ha depositado la entidad en sus voluntarios migrantes? ¿Han variado las expectativas de la entidad con respecto a sus voluntarios migrantes a lo largo del tiempo? ¿Se podría mejorar el nivel de implicación y de participación de los voluntarios migrantes en la entidad? ¿Cómo?
167
BLOQUE 6: Valoración del voluntario migrante para la entidad y gestión del mismo ¿Qué crees que aporta el fenómeno de la inmigración al voluntariado de tu entidad? ¿Qué aportan en concreto los voluntarios inmigrantes que tenéis en vuestra organización? ¿Qué cambios y adaptaciones se han producido en la entidad con la incorporación de voluntarios migrantes? o Rastrear las principales características en la gestión del voluntariado de origen extranjero o Rastrear si existe alguna política de gestión de la diversidad dentro de la organización ¿Qué valoración hacéis como entidad de la participación del voluntario migrante?
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F) Gui贸n de entrevistas a voluntarios de origen extranjero.
169
G) Transcripción y Análisis de las entrevistas realizadas a personas voluntarias inmigrantes Con el fin de salvaguardar el anonimato de las personas entrevistadas los nombres que aparecen en las transcripciones de las entrevistas son ficticios.
Entrevista 1. Mujer. 59 años. País de origen: Bolivia. Estudios superiores. Viuda. Dos hijos. Nivel socioeconómico: medio. 44 años de estancia en España. Área de actuación de la entidad: Inmigración/asilo. Derechos Humanos. Nombre de la entidad: Entidad A. Nombre de la entrevistada: Marta. Marta llegó a España hace 44 años, con objeto de completar sus estudios en Derecho. Su madre había fallecido y su padre decidió enviar a ella y sus hermanos fuera del país. Durante un tiempo estuvo residiendo en un colegio mayor. Posteriormente conoció a su marido, con el que se casó y tuvo dos hijos, si bien enviudó hace 20 años. Durante su estancia en España ha trabajo por períodos de tiempo breves, ejerciendo como abogado, si bien ha mantenido una posición económica estable gracias a la pensión de viudedad. Inicialmente se planteó el regreso a su tierra pero una vez murió su padre no contempló ya esta posibilidad. Actualmente regresa por períodos cortos a Bolivia, cada 7-8 años con objeto de visitar a sus amigos, puesto que allí no tiene familia. El relato de su historia personal de llegada a España y residencia en este país es sentida por ella como “muy tranquila”, debido a la pronta legalización de su situación con la rápida adquisición de la nacionalidad española. 170
“Una historia muy tranquila, nadie me puso la más mínima pega para un papel. En un primer momento cuando vienes siempre tienes la ilusión de volver a tu tierra. Mi madre había muerto…Luego te enamoras, te casas…Me habían dado la nacionalidad por el artículo 33, porque todavía no estaba la ley ésta por la que había que optar ni nada… Yo no he jurado nada, a mi me han dado el carnet… me han dado el pasaporte…te quiero decir que si soy inmigrante pero mi situación ha sido muy tranquila”
La incorporación a la entidad voluntaria Su incorporación al voluntariado se sitúa “mucho tiempo después de llegar a España”, si bien aparece en el discurso una referencia previa a su juventud en Bolivia, momento en el cual realizó actividades que no explicita claramente en el seno de su formación religiosa. La familia
aparece como un elemento
importante, aludiéndose a ésta en cuanto a la interiorización de determinados valores que le han empujado a la actividad voluntaria y al tiempo retrasando su incorporación a éste por el cuidado de sus hijos hasta que “fueron mayores”. En su abandono temporal del voluntariado aparece nuevamente un acontecimiento familiar: el nacimiento y cuidado de su nieta, del que ella se siente responsable. “Antes de venir a España, no, hombre si, en el colegio, en Bolivia, y en el colegio tenías cosas de voluntariado y eso… que ibas un poco a catequesis, a cosas de esas… pero vamos, te quiero decir… quizás un poco has vivido en la familia, un poco el pensar en los demás ¿no?… Eso sí lo tenías de familia… pero esto no…hasta aquí no, incluso hasta mucho tiempo después de estar en 171
España… ya cuando mis hijos fueron mayores, incluso ya comencé en el voluntariado” “…Que de momento no voy a seguir (en la actividad voluntaria)… pues porque tengo una nieta maravillosa y la tengo que cuidar…Esto no quita que cuando la gorda que tengo tenga más años, vuelva a cogerlo…” Su contacto con la entidad A se sitúa temporalmente hace “7 u 8 años”, jugando un papel importante las redes informales a este respecto que dieron a salida a una “búsqueda” personal de “hacer algo” que Marta pareciera haber iniciado previamente. Su aproximación inicial es sentida como “probar” y entrar en un “mundo” desconocido, que sin embargo, la “enganchó”. Este desconocimiento tiene una doble vertiente: su carencia de experiencia previa en el voluntariado y la falta de acceso, en esos momentos, a medios de comunicación electrónicos, que, a su juicio, constituyen un recurso en la actualidad para conocer las entidades donde se pueden llevar a cabo actividades voluntarias. “La primera organización con la que tuve contacto fue la entidad A, entre otras cosas porque la presidenta de entonces era muy amiga de mi hermana, y entonces me dijo ¿Por qué no pruebas aquí? Porque estaba yo buscando un poco…Ahora la verdad es que te metes en la red y tienes todos los voluntariados del mundo pero yo no conocía mucho ese mundo[...]Entonces fui a la entidad A, me gustó mucho la idea, la verdad es que me enganché a ese mundo…y llevo 7 u 8 años…”. En este recibimiento por la entidad priman los discursos en torno a la visión y misión de ésta, así como aquellos relativos a su funcionamiento interno. Las 172
expectativas referentes a lo que se “puede esperar de la entidad” aparecen, de acuerdo al relato de Marta, explicitadas en este primer momento. Esta información se torna relevante para ella en la medida en que coinciden con su imaginario previo en torno al voluntariado. “En esto lo que te dan… primero una idea de lo que es la entidad, a que aspira, de lo que es, de su organigrama, de… las… de los distintos departamentos que tiene… que es lo que puedes esperar tú de la entidad A, tal y cual …”
La formación y la tarea La formación adquiere un papel relevante desde el primer momento en que inició su actividad en el marco de la entidad, circunscribiéndose al área de actuación de la misma y ampliándose posteriormente a razón de la tarea que va desempeñando. Marta caracteriza ésta como “buena”, si bien insuficiente con relación a las actividades que desarrollará, debiendo autoformarse a lo largo de su trayectoria para ejecutar de forma efectiva éstas. “Te dan un…un comprimido de asilo que es, como digamos, el top de la entidad A. Vamos realmente la parte de las organizaciones que están específicamente especializadas en asilo… Y entonces te dan un poco lo que es asilo, te dan casos, te cuentan un poco los pasos a seguir, en fin… frontera, territorio… Te dan una idea bastante buena de lo que es el asilo. La formación no es mala, es buena… A lo largo del año hay distintos cursos… y ahí te van poniendo al día de menores, extranjería…” “La entidad me formó para lo que es el asilo. Eso sí, para lo demás me tuve 173
que buscar un poco la vida…viendo la legislación y yo que sé…” Su capital cultural
se torna
fundamental en las tareas a las cuales se le
adscribe desde un primer momento, enmarcadas en el campo jurídico y administrativo. Esta formación, si bien es explicitada en el discurso en tanto una “renta” que te permite el desempeño de determinadas actividades, debe acompañarse de una demostración de la capacitación para su desarrollo, equiparando la actividad voluntaria a un “trabajo” que debe realizarse “bien” y ser de este modo valorado por la propia entidad, como si de un período de pruebas laboral se tratara. “Lo que pasa es que, vamos a ver, primero la formación que tienes, hay que rentabilizarla y segundo pues porque… al cabo de… de un par de meses, 3 meses… más o menos en que ven que trabajas bien,… pues, como necesitan alguien que eche una mano, te dan las responsabilidades que puedes asumir como voluntaria dentro de tu tiempo…”
Tiempo y compromiso El compromiso con la entidad se inserta inicialmente en el orden del tiempo mínimo de dedicación a la actividad voluntaria, no explicitándose ningún otro requerimiento al respecto. Marta comparte esta limitación de tiempo desde la comparación con la actividad laboral, separando discursivamente trabajo de voluntariado. No obstante, su propia práctica se distancia del compromiso adquirido inicialmente, motivada por la adscripción a determinadas tareas que para Marta requerían un seguimiento prácticamente diario. La noción de “gastar muchas horas de mi vida” aparece ahora en el discurso, evidenciando 174
una dimensión negativa del compromiso adquirido con la propia entidad, que pareciera atravesar la barrera del tiempo dedicado a su “vida personal” que en ningún caso puede quedar supeditada a la actividad voluntaria, aunque sí pueda serlo en el marco de un trabajo remunerado. “La filosofía de la entidad A es que vayas como mínimo uno o dos días…que cuando tú vas y te metes en el voluntariado te dicen que vamos, mínimo, dos días y un máximo pues también… porque no es un sustitutivo de un trabajo, que tú también tengas tu vida personal” “He gastado muchas horas de mi vida….Revisaba todas las mañanas un poquito el email por si había algún tema urgente…” El tiempo aparece también como un límite fundamental que condiciona las actividades a desempeñar: en la medida en que éstas
requieren una
dedicación diaria presencial, son asumidas por personal contratado. “Y… entonces ya estuve….de…..de…. encargada de menores de…de… Madrid… como voluntaria. […] Entonces empezamos a echar a andar el equipo de menores de Madrid…Pero hay un problema: el voluntario va dos días a la semana. Cuando echas a andar un equipo no puedes hacerlo de forma que puedas ir sólo dos días…Entonces el que se hizo cargo del equipo de Madrid, el que yo llevaba, fue otro chico que era un contratado….” Traspasar la barrera del tiempo que Marta considera debe estar asociado a la actividad de voluntariado acontece, en ciertas ocasiones, bajo la óptica de un propósito concreto: acceder a una plaza de trabajo remunerado en el seno de la entidad A. El “quedarse más tiempo” pareciera ser entonces una estrategia efectiva que puede desplegar aquel voluntario que, con mayor 175
“ambición”, persigue un desempeño laboral concreto. “Paco, que estaba de los servicios jurídicos…Ese entró conmigo… hicimos el cursillo de voluntariado juntos…y tal. Pues él tenía, supongo, que más ambición, entonces…. Es un chico joven… Empezó a quedarse más, de dos días se quedaba cuatro… Te quiero decir… pues al final pues oye… sacaron una plaza… le contrataron…”
La participación en el marco de la entidad La capacidad del voluntariado de emerger como una fuerza con capacidad de decisión y participación en el marco de la entidad no se garantiza con la institucionalización de figuras de representación, siendo preciso dotarla de los medios necesarios para que ésta se torne efectiva. En el discurso de Marta son varios los factores claves al respecto: por un lado la posibilidad de participar con voz y voto en el espacio democrático que se presupone, a la luz del discurso de la propia entidad, existe en el seno de ésta. Por otro, el establecimiento de canales de comunicación permanentes que permitan “salvar” la barrera de la separación temporal del voluntario derivada de su dedicación en horas y días concretos. Cuando ambos aspectos
quedan
reducidos a su mínima expresión, el discurso se matiza con tintes autoritarios, emergiendo un espacio de conflicto coloreado de figuras retóricas. “Ahora el representante del voluntariado ya no participa en nada. Es sólo de Madrid, no a nivel nacional, ya no vota y no le hacen ni pito caso. Este pobre se está planteando también… por lo menos dejar de ser representante porque no representa nada… No le han facilitado ni los email nuestros…Dime a mí 176
porqué…No tienen porque callarlo. Si es un señor al que hemos elegido… Nosotros le hemos facilitado nuestros emails pero ya te digo… Es un colectivo muy difícil porque normalmente cada uno coincide en días y horarios distintos, con lo cual entre nosotros apenas nos vemos, nos conocemos de oídas muchas veces, pero físicamente no nos hemos visto.” La dificultad para ejercer una participación efectiva aparece como una manifestación evidente de la disonancia entre la práctica y el discurso en torno al voluntariado que acontecen en el marco de la entidad voluntaria, disonancia que es confirmada según Marta por el desinterés mostrado por la organización con relación al mantenimiento de figuras esenciales para la coordinación de la labor voluntaria. Ambos argumentos se esgrimen en un discurso crítico, donde la reciprocidad aparece explícitamente reinterpretada a partir de un intercambio que, dada su imposibilidad de acontecer en términos económicos, debe buscar modos de devolución alternativos,
de
índole material y simbólica. “Cero patatero, aunque que digan que contamos mucho, te digo yo que cero patatero…Bueno te voy a dar una anécdota… Porque vamos a llevarlo al tema de la anécdota…Hará como cosa de un año nos quedamos sin coordinador de voluntarios, puesto por la entidad A, pero que coordina los voluntarios…Coordina si tienes algún problema, si no apareces te llama… En fin, se interesa un poco por tus tema […] Organiza todos los encuentros, todas estas historias de voluntariado…Hace año y pico dijeron que no había dinero y entonces, lo quitaron…” “Somos muchos y coincidimos poco… especialmente por espacio….porque no 177
hay ordenadores para todos… Porque, claro, había un ordenador perdido para los voluntarios… Entonces tampoco es que haya muchos medios… Ni espacios de reunión ni nada. Cero patatero. Alguna vez han intentado, cuando le ha venido bien a la dirección…convocar una reunión para los voluntarios. Y a la primera fuimos todos… Salimos encantados… Buenas palabras, reconocían la labor del voluntariado… Nos sentimos gratificados… Porque vimos que éramos importantes los voluntarios… Pero cuando los hechos nos demostraron que nada, que no era cierto, pues la próxima vez que quisieron… Pues no fue nadie.” Transmutada la reciprocidad en un intercambio unidireccional carente de reconocimiento, la desmotivación se hace presente en el discurso de Ana. La actividad voluntaria se percibe ubicada en un nivel inferior que el trabajo remunerado,
por
el
propio
altruismo
inherente
que
se
le
supone,
condicionando su valor en un mercado que no entiende más que el lenguaje monetario. Pero, al mismo tiempo, se sitúa en una disposición pareja en el orden de la importancia de las tareas realizadas. El agradecimiento es la moneda de cambio cuando no hay lugar para un intercambio económico. “Realmente yo no sé si volvería a hacerlo porque realmente yo lo del voluntariado… yo no sé… digo…No es apreciado porque no cuesta, porque vale poco dinero…Y es una mano de obra barata, vamos a decir, que al ser gratuita ni agradecida ni pagada. Y eso no me parece bien. Y eso es lo que yo ya últimamente vengo detectando en la entidad A… porque yo ya no, les he dicho que lo siento pero no voy a seguir”. La motivación instrumental emerge en su relación mutua con el mercado 178
laboral en una triple vertiente: por un lado la actividad voluntaria constituye un modo “lícito” de insertarse en una entidad concreta con el propósito último de ser contratado por ésta; por otro provee de experiencia práctica que será utilizada por el voluntario en su incorporación a una futura actividad laboral fuera de la entidad; en tercer lugar, aparece una clara limitación temporal a la propia tarea voluntaria marcada por la prioridad otorgada al trabajo en su valor asociado a la satisfacción de necesidades básicas. La continuidad en el tiempo dentro del voluntariado queda supeditada a los requerimientos del mercado laboral, siendo factible su prolongación sólo para aquellos que “tienen solucionada su vida” en una doble dimensión: estabilidad económica y situación familiar concreta. “Mucha gente va al voluntariado un poco pensando en que va a abrir también un tema laboral, que es muy lícito… Y, vamos, te quiero decir que no tiene nada de malo que la gente intente también abrirse camino allí. Mucha gente joven cuando va al voluntariado pues intenta buscar una vía laboral, tener una experiencia por lo menos y entonces obviamente en cuanto le sale el trabajo, se va. Y además es muy loable porque, oye, todos tenemos que comer. Todos tenemos que buscarnos nuestro futuro… Y entonces había como dos o tres vetustos, como yo los llamo, que como ya tienen solucionada tu vida, yo soy viuda, con dos hijos mayores y tengo una pensión […] pues esos somos los que continuamos. Hay mucha movilidad, muchísima, por esto que te digo “ “[…] Pocos somos los que perseveramos. Te digo, que una de las causas más importantes, para mi gusto, es el tema laboral…” 179
Las expectativas de futuro se insertan en el marco de un conjunto de representaciones donde
se pretende que primen en el discurso las
motivaciones altruistas, si bien éstas se ubican en el plano de la experiencia previa, connotándolas de un cierto realismo producto de su trayectoria en el voluntariado. “Mis amistades me decían, pero bueno ¿tú eres tonta?¿cómo vas?. Mira que pegarte esos madrugones… Pero yo decía que no, que a mí la entidad A me daba más que yo a ella… Lo que pasa es que ya llega un momento… que cuando van pasando muchas cosas seguidas es momento por lo menos para plantearte tomar un respiro… Luego ya veremos, el kit-kat será un kit-kat o no… Me gusta el trabajo, el trabajo que hemos hecho…contenta con muchas cosas que se han logrado. En fin, todo eso es muy…. Todo esto me remunera más que otra cosa…”
Entrevista 2. Hombre. 19 años. País de origen: Ecuador. Estudiante de Ciclo formativo. Soltero. Sin hijos. Nivel socioeconómico: medio-bajo. 5 años de estancia en España. Área de actuación de la entidad: Juventud, infancia, mujer, ocio y tiempo libre, educación y participación ciudadana. Nombre de la entidad: entidad B. Nombre del entrevistado: Pedro. Pedro llegó a España con 15 años, tras un proceso de reagrupación familiar. Mantiene un contacto regular con su país de origen, donde todavía conserva familiares y amigos. Inicialmente residió en el barrio donde se halla una de las sedes de la organización voluntaria en la que actualmente se encuentra 180
integrado. Tiempo después cambió de domicilio.
Incorporación a la entidad voluntaria Su trayectoria dentro del voluntariado comenzó en España, un año después de trasladarse a este país. Su incorporación a la entidad se realiza a través de redes informales y de la mano de la práctica del baloncesto. El relato de su acercamiento a la organización adopta un tinte “casual”, donde no se verbaliza explícitamente un interés previo por desarrollar esta actividad deportiva ni por llevar a cabo las tareas de voluntariado que pasará a ejecutar un año después. En la transición de la figura de “jugador” a la de “voluntarioentrenador”
se solapan el
reconocimiento favorable por parte de
representantes de la entidad a un desempeño “casual” de actividades propias del voluntariado y su valoración positiva al respecto, verbalizada en tanto “gusto” por la tarea. Llama la atención la utilización del término “fichar” para referirse a su incorporación a la entidad voluntaria, en tanto símil de la propia práctica deportiva. “Empezó… a ver… más o menos al año de que llegó yo aquí a España. Yo llegué aquí, a España con 14 años. ¿Vale? 13 o 14 más o menos. Y llegué al barrio X (barrio en el centro de Madrid) y ya nada, me pilló, una señora por ahí, bueno, los típicos contacto de madre… que conoce a tal y tal… Bueno y me dijo ¿oye no te gustaría jugar al baloncesto?[...]Bueno, nunca había jugado en mi vida, pero dije, pues sí, si hay que jugar se juega” “Fue un día que estaba yo… jugaba ¿vale […] y había chavales entrenando y tal y… y un amigo mío, que estaba allí entrenando… me dijo “Oye, ponte aquí 181
un momento con los chavales, que me tengo que ir”. Y dije “¡joder!, pues me voy a poner yo aquí y les miro yo solo”… Luego, me gustó esto, pues, de correr y poco y tal …y, vamos, y me ficharon, quien dice, las jefas, que es (nombre de la jefa) y otra coordinadora que estaba en ese momento… Y al día siguiente pues me dijeron, “Oye, muy bien… ¿te apetece entrenar y tal? Y dije “sí, sí, me gusta entrenar ¿sabes? Y, bueno, así empezó. Fue un poco de causalidad….Yo no me había planteado en mi casa, venga, voy a ser voluntario… entrenador.” Su paso de “usuario” a “voluntario-entrenador” no se acompaña de un mayor conocimiento por parte de Pedro de la propia entidad, en cuanto a su visión, misión, organigrama y actividades que realiza. A pesar de ocupar un lugar ahora diferenciado, éste es similar a aquel que existía previamente, quedando circunscrito en exclusiva a la actividad deportiva a la cual se incorpora como voluntario. El proceso de apropiación de esta información aparece en el discurso como progresivo y autoguiado, ligado a la experiencia, sin un sustento externo evidente, y sin una urgencia, al menos manifiesta, del mismo. “Yo cuando empecé a jugar… cuando empecé como usuario, no sabía que tenía, como por ejemplo, apoyo familiar, apoyo escolar…Yo pensaba que solo era pues, eso, que hacía equipos de baloncesto y ya está… luego poco a poco cuando empecé ya como entrenador… pues fui ya conociendo el mundo éste, del apoyo escolar, el apoyo a las familias… pues eso, un poco lo que es más la ayuda a familias…a los que lo necesitan ¿sabes?[...]Entonces fue ahí fui conociendo un poco mejor lo que hace….además de fomentar el deporte… Y luego, a los dos o tres años, ya vas cogiendo experiencia… estás en una organización y entonces ya, es como empiezas a enterarte de cómo 182
va… no sabía el tema administrativo ¿sabes? Ahora ya estoy un poco más enterado ¡sabes? Al principio, era, simplemente ¡ah, mira! Soy voluntario… estoy entrenando y ya está. No sabía quien… el orden, la organización y ahora estoy ya más enterado…
Tiempo y compromiso El compromiso inicial se circunscribe en exclusiva a un tiempo de dedicación a la labor de entrenamiento. No obstante se trata, a priori, de una relación reversible en cualquier momento, sin condiciones por parte de la entidad. “El compromiso fue poco…. O sea fue, el compromiso era, pues eso, ir dos días a la semana a entrenar a los chavales […] Pero vamos que siempre me han, siempre me han ¿sabes? Siempre he tenido ese margen de decir: hasta aquí… O, un día no me apetece, pues me voy ¿sabes? Es decir, nunca he estado condicionado por nadie ¿sabes? Siempre ha sido pues un poco eso” El tiempo de dedicación inicial se va incrementado progresivamente en virtud de las diferentes tareas que va desarrollando a lo largo de su trayectoria por la entidad. Si bien en sus comienzos éstas quedaban circunscritas a la ejecución práctica de la tarea de entrenamiento, la organización y planificación de la actividad deportiva, que se suman posteriormente, requieren espacios temporales adicionales. El tiempo emerge de nuevo como límite en el desempeño de la actividad voluntaria que queda supeditada al proyecto de vida propio, a lo que “quiere ser” y a lo que se “quiere dedicar”. Su propósito de desvinculación con el mundo social en sus planes profesionales futuros no permite que el tiempo adicional que requiere en la actualidad el voluntariado 183
emerja como un recurso en aras de su inserción en el mercado laboral. La intención de continuar en la actividad voluntaria pasa entonces por la búsqueda de nuevos espacios que permitan compatibilizar ésta con el tiempo que Pedro estima necesario para poder alcanzar sus metas profesionales futuras. “[...] El primer año fui segundo entrenador…Estuve ahí… pues, eso, aprendiendo
un
inmediatamente
poco[…] a
primer
Luego,
el
entrenador
segundo […].
Pero
año,
me
claro,
ya
cambiaron son
más
responsabilidades, o sea, ya no era sólo ir dos veces a la semana y ya está…era ir dos veces a la semana, ir a los partidos, hacer reuniones de entrenadores, hacer una planificación… hacer una hoja de quien viene, quien no viene….era un poco, ya, ¿sabes? ya más serio. “Debido a lo que quiero ser, a lo que me quiero dedicar… a mi formación, lamentablemente el año que viene tendré que dejar este voluntariado […] Tendré que dejarlo… Pero me estoy informando… Es más la semana pasada me estuve informando de voluntariado que se hacen los fines de semana en hospitales, para niños con cáncer y tal… que son pocas horas ¿sabes?[...] y me daría mucho más tiempo” “No me gustaría dejar de ser voluntario porque el año que viene deje la asociación… A ver si encuentro algo para ser voluntario sin que me quite tiempo… porque no me quiero dedicar al mundo social ¿sabes?”
La Formación y la Tarea La tarea de entrenar es reinterpretada por Pedro desde su propia 184
representación del deporte como un recurso clave en la adquisición de valores y comportamientos que, implícitos en la práctica deportiva, son instrumentalizados en un proyecto más amplio: enseñar a ser personas. “Enseñar a ser personas” es su verdadero compromiso y donde reside la base de su responsabilidad. Responsabilidad que pasa por la puesta en práctica de una serie de estrategias destinadas a la incorporación en los “chavales” de principios básicos para la convivencia. El equipo de baloncesto se asemeja al cuerpo social, donde los diferentes miembros deben desarrollar tareas orientadas a un fin común, asumiendo una serie de normas y responsabilidades y haciendo gala de una serie de habilidades sociales y valores que él entiende como básicos para la consecución de dicho fin. “[…] aparte de entrenar… o sea… aparte de…de enseñarles cosas deportivas, les estás enseñando a ser chavales, a ser personas ¿sabes? No sólo vas a ahí… venga, a correr un poco y tirar a canasta… le estás enseñando pues… educación ¿sabes?.” ”Para los chavales lo más importante es, pues, no sé… por ejemplo, al principio pones unas normas ¿sabes? Que sean conscientes de esas normas y luego, pues, que respeten esas normas… les explicas, ¿sabes? Tienes una reunión con ellos previa…o con ellas… tienes una reunión previa y les explicas…. Pues, venga, vamos a ver… lo fundamental es el respeto, la escucha, el… el llevarse bien con tus compañeros… y, yo que sé. […] Que son un equipo y que el equipo pues si está bien, está bien, y si está mal, pues está mal todo el equipo ¿sabes? … Y como una persona puede afectar al equipo… Es como una persona grande el equipo y entonces tienen todos que aportar para que esa 185
persona crezca…” Su experiencia previa como “jugador” desempeña un papel protagonista en la génesis de esta representación en torno a la práctica deportiva. “Sí, el deporte es algo muy importante, y hacer deporte es hacer grupo y cuando se hace grupo, pues es mejor, pues hay más comunicación, los chavales asumen responsabilidades…Yo cuando era jugador lo sentí así … Y ser jugador y ahora entrenador es… Esa combinación está muy bien… pues te das cuenta de lo que puede afectar a los chavales y…eso ayuda más a la hora de ser entrenador….” La formación proporcionada por la entidad parece, en un primer momento, otorgar un papel relevante a la enseñanza, no sólo de aspectos técnicos asociados a la tarea a realizar, sino fundamentalmente de habilidades sociales, auspiciando espacios y tiempos concretos para ello. “La asociación antes de iniciar el curso… pues eso, todos los entrenadores nos vamos
de
camping
y
hablamos
y…
y
hacemos
dinámicas
de
grupo….Dinámicas y aprendemos para llevar a un equipo, para llevar a los chavales… y habilidades sociales para saber tratar a los chavales…” La relevancia que adquieren las habilidades sociales en el proyecto que subyace al desarrollo de su tarea como voluntario, puede ser el motor que le impulse a la búsqueda de actividades formativas fuera de la entidad que se sitúan en esta línea. “Últimamente hice un curso, la semana pasada… Es más hice un curso de habilidades sociales para voluntario, que impartió el foro social de Caja Madrid, y era gratuito… entonces me informé y estuve allí. Fueron tres días… y 186
era de gente voluntaria…” Más allá del aspecto formal de la enseñanza, la experiencia diaria propia y ajena se convierte en un recurso esencial para el aprendizaje. El feed-back en torno a la tarea con los coordinadores y el bagaje con los “chavales” se entiende como parte central de este proceso formativo. “Vivir el día a día, aprendes de las cosas, de los errores…A lo mejor, pues eso, tenía mi coordinador que yo, yo a lo mejor… hacía algo mal en un entrenamiento o…o… a lo mejor mi manera de decirlo no era correcta… y mi coordinador, pues me decía, luego, me cogía aparte y me iba diciendo “Oye, tal y tal” y así se va aprendiendo ¿sabes?. [...] Los cursos ayudan, porque te quedas con cosillas, pero donde más se aprende es, pues eso, estando con los chavales…entonces decir, pues sí, es verdad, me estoy equivocando… ahí es donde más se aprende… el día a día con ellos…. El discurso en torno al grado de participación en la entidad y la capacidad de toma de decisión por parte del voluntariado emerge en el discurso de Pedro como un derecho sentido pero al tiempo mediado por su propia condición de voluntario, en función de la cual se posiciona en un lugar subordinado respecto al personal contratado, donde sus reivindicaciones y peticiones quedan teñidos por éste. Esta posición subordinada se entiende como legítima, y lejos de ser objeto de crítica por parte de Pedro, se justifica a partir de su situación personal concreta, donde la falta experiencia, la residencia actual en un barrio alejado de la sede de la entidad y su disponibilidad limitada se esgrimen como razones para que su “opinión” no sea tenida en cuenta. Al tiempo estos tres elementos se ponen a favor de otros voluntarios, 187
cuya voz es escuchada y que parecieran situarse en un espacio diferente, con mayor peso en el ámbito participativo y decisorio dentro de la entidad. “El voluntario tiene el mismo derecho de opinar que el coordinador ¿sabes?. Lo que pasa es que muchas veces el voluntario, por el mismo hecho de ser voluntario, te sientes con menos derecho a pedir cosas…. Pues, entonces… hay voluntarios que se limitan un poco a sí mismos… por vergüenza…. a pedir cosas. Yo no me limito, yo cuando pienso algo lo digo….No es que no te escuchen… es que a lo mejor… no hay posibilidad… de que… de que tu opinión se valore tanto como la de una persona con más experiencia…. Los coordinadores son los que mandan: está claro ¿sabes?. Tú puedes dar su opinión pero luego, quizás, ¿sabes? Quizás tu opinión se guarda en un cajón… ¿sabes? [...] Es a lo mejor mi caso, porque como solo voy los fines de semana… A lo mejor otro voluntario, pues sí… ¿sabes? En mi experiencia ha habido cosas que me he intentado implicarme más pero ha habido limitaciones… quizás por poca experiencia… porque
no vivo en el barrio…porque todo eso influye
mucho también… Porque vivir en el barrio, estás al lado de todo… que si te necesitan en una reunión estás ahí ¿sabes?. Vivo en otro lado… está a una hora y puede ser que esto limite a la hora de implicarme más en… en cuestiones de la organización ¿sabes?. Pero vamos yo creo que cuando alguien necesita algo, opina algo, están ahí los coordinadores para escuchar y ayudarte… para darte su opinión. Luego ya hay ciertas cosas… que se te van de las manos. […] A lo mejor ellos saben que mi prioridad no está ahí ¿sabes? Que mi prioridad está en los estudios y yo creo que ellos saben que mi prioridad no está ahí…Y quizás aquellos que están más ahí, que están más 188
implicados… pueden darle más importancia a su opinión ¿sabes?. Hay voluntarios con más o menos peso ¿sabes? depende de lo que tú te quieras implicar….¿sabes?” “La verdad es que me ha ayudado mucho el ser entrenador y el jugar… y ser jugador… porque ¿sabes? ves las dos partes… ves la parte de usuario y la parte de entrenador, de monitor, de ser…. Del que ayuda, del voluntario…. Entonces yo creo que ello son conscientes de eso y entonces al principio de temporada, pues no se dan cuenta y ya al final de temporada… como que dicen… Pues dicen, mira, pues sí, que hemos aportado… y cada uno se siente protagonista del equipo… porque cada uno tiene su función, su rol….A lo mejor hay uno que es el que más curra… hay uno que es el que más escucha. Y se les dice para que sean consciente de ellos… y luego en casa ¿sabes?”
Motivación La motivación para ejercer su actividad como voluntario se sitúa en Pedro en el ámbito de las motivaciones expresivas, resaltando el específicamente el “crecimiento personal” y la articulación de nuevas redes sociales. “Sentirse parte de un grupo” aparece como un elemento relevante en un discurso que hace uso de figuras retóricas que permiten equiparar esta sensación con aquella propia del “estar como en casa”. Esta motivación presenta, al tiempo, una dimensión de “ayuda” cuyo destinatario son los “chavales” a los cuales entrena. “La experiencia, amistades… cada día conoces gente nueva…no todos los días conoces gente nueva….pero cada año te vas quedando con parte de 189
cada gente ¿sabes? Te quedas con alguien, te haces más amigo de alguien y eso… eso me aporta cosas… aunque no sea dinero pero te aporta cosas… ¿sabes,
para tu persona, vas creciendo como persona […] Y también el
sentirte parte de un grupo… ¿sabes? Sentirte parte de un grupo también te motiva […] Lo más bonito que me ha pasado es ver a un chaval que mete a una canasta y te mira como si hubiera metido la mejor canasta del mundo…. Te mira. Estás ayudando a una persona…. Y te mira a ti… Eso es lo más bonito […] Eso es lo que me aporta, sentirme bien” “Sentirme parte de un grupo es… eso es muy importante… sentirte como en tu casa… que cuando te cabreas puedes cabrearte, que te escuchan….¿sabes? Con esa libertad de que es mi grupo y puedo decir lo que quiera, pues me escuchan…” Pedro sitúa las aportaciones de la inmigración en el voluntariado en el ámbito de la experiencia personal, recurriendo a la empatía derivada del tránsito por situaciones que comparten ciertas semejanzas y donde adquiere especial transcendencia la idea de “dureza” y “abandono” en sus múltiples vertientes: afectiva, espacial, idiomática… “Yo creo que tendría que haber más inmigrantes en el voluntariado […] Yo creo que el que mejor ayuda es el que ha pasado… El que lo ha pasado… el que ha pasado… el que lo ha pasado mal…[…] Si es inmigrante que ha vivido esa dureza de dejar a tu familia, de irte a otro país desconocido donde quizás ni siquiera sepas hablar el idioma o lo que sea… puede aportar mucho, saber lo que siente la gente que ahora está en esa situación”
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Entrevista 3. Mujer. 37 años. País de origen: Bulgaria. Estudios superiores. Trabajadora en activo. Soltera. Sin hijos. Nivel socioeconómico: medio. 11 años de estancia en España. Área de la actuación de la entidad 1: Cooperación al desarrollo. Área de actuación de la entidad 2: Minorías étnicas. Inmigración y asilo. Juventud. Cooperación al desarrollo. Nombre de la entidad 1: entidad C. Nombre de la entidad 2: entidad D. Nombre del entrevistado: Elvira.
Elvira llegó a España hace 11 años, con objeto de cumplir sus expectativas laborales e incrementar su nivel formativo. Vino a España sola, sin familia ni amigos, así como sin tener contactos previos españoles. En la actualidad trabaja como ingeniera en una empresa privada con contrato estable. Actualmente regresa por períodos cortos a Bulgaria, manteniendo contacto continuo con familiares y amigos.
Trayectoria Carecía de experiencia previa en el voluntariado antes de llegar a España. El marco socio-político de Bulgaria aparece explicitado en su discurso articulado con una noción de “igualdad” que se inserta en los aspectos materiales considerados básicos para garantizar la supervivencia, sin que ello suponga obviar las condiciones de “pobreza” a las cuales alude. En este marco de “igualdad” y cobertura de necesidades básicas reside su “justificación” de la ausencia de iniciativas voluntarias en su país, estableciendo, al tiempo, una comparativa entre pasado y presente con la situación española y búlgara 191
actual. “En mi país no hacía nada de esto… Yo me fui de Bulgaria en el 97…Allí los cambios se produjeron en el 98…Y… hasta entonces éramos un país comunista y entonces era un sistema muy diferente…simplemente no había gente tan necesitada como para existir, no había la necesidad de algunos ayudar a otros…Es decir, todos éramos más o menos igual de pobres…Más o menos… como para estar necesitados…porque todo el mundo tenía trabajo. Aunque tuviéramos pocas cosas materiales, más o menos todo el mundo tenía comida, todo el mundo tenía ropa, todo el mundo tenía trabajo y no existía la inseguridad de “mañana voy a tener trabajo, mañana voy a tener comida…” Entonces era un sistema muy diferente en el que hay ahora en España, aquí y en mi país…también”. Las redes informales proveen el contacto con la primera de las entidades donde va a desempeñar actividades de voluntariado a partir de finales del año 2006. La aproximación a la labor de la entidad se establece mediada por este primer contacto, pareciendo la información transmitida boca-a-boca suficiente para hacerle interesarse por ella. “Hace como dos años empecé a ir a clases de italiano y ahí conocí a una chica que colaboraba con una organización, una ONG, que se llama entidad C y hacen… tienen proyectos en África, en Bangladesh, en Haití… no sé donde… Entonces esa chica me comentó un poco todo lo que hacían con ellos y tal y a mí me pareció muy interesante…” Es en el marco de esta primera entidad donde acontece el contacto con la segunda, denominada entidad D, que también se establece a través de redes 192
informales. “Entonces yo empecé a colaborar con ellos y ahí conocí a otra mujer que daba clases de español en la entidad D…Y eran clases de español a los africanos que empezaron hace dos años a llegar en pateras… y entonces …era… esta mujer y su hijo que iban ahí y daban clases ellos…” Su interés por esta segunda entidad se enraíza en una autoidentificación parcial con los destinatarios de las prestaciones dadas por ésta, personas inmigrantes, cuyo núcleo común reside en la experiencia del propio proceso migratorio, pero con respecto al cual se sitúa en un espacio distinto, radicando esta diferencia en múltiples pertenencias que se estiman no compartidas por aquellos que proceden de “otro mundo”. La relación directa que pareciera tener cabida en el seno de su desempeño en esta segunda entidad es comparada con el carácter indirecto de la actividad desarrollada en la primera, donde los aspectos materiales priman sobre la interacción cara-a-cara a la que ella otorga especial relevancia en el marco de su acción voluntaria. “Entonces un día me fui a hablar con ellos, me lo estuvieron comentando que, que era… algo como muy bonito contactar con gente que viene de otro mundo muy diferente al nuestro y tal…(…) Y la idea ya no era solo organizar cosas para poder reunir dinero para desarrollar algún proyecto en algún sitio del mundo, sino que hacer algo con gente que ya esté aquí, que ellos llegan aquí sin hablar ni una palabra, sin saber cómo funciona esta sociedad, esta gente… ni donde… pues…puedes comprar cualquier cosa…Entonces claro, llegan muy perdidos.” 193
“Yo llegué, bueno, yo que sé, como cualquier otro… perdida, no sabía ni donde estaba, no hablaba español, no conocía a nadie… era un poco como… Entonces sé que al principio puede ser muy difícil ¿no?[...](…) Entonces, yo que sé, yo viniendo de otro país europeo… y al fin y al cabo, no sé, teniendo una carrera universitaria, no viniendo del campo, como muchos de ellos que vienen del campo…Entonces, si a mí me costó … me imagino que a ellos les costará mucho más porque, claro, viniendo de sitios muy diferentes…”
Tiempo y compromiso El compromiso adquirido con la entidad C aparece explicitado en el discurso en el ámbito de la tarea, siendo éste de carácter puntual y no pareciendo revestir, a priori, las condiciones que la vinculan con la segunda de las organizaciones, donde éste se sitúa en el ámbito del “deseo” presente por ejercer la tarea, si bien no existe una planificación previa de la actividad circunscrita a un proyecto de futuro concreto que contemple el tiempo durante el cual se prolongará en esta entidad la acción voluntaria. El compromiso aparece en el discurso articulado a partir de una “necesidad” que se entiende como mutua: Elvira desea participar en el proyecto y la entidad necesita voluntarios. “Ahí participo bastante menos (entidad C), ahí lo poco que puedo hacer es si se organiza algo pues yo…pues estar ahí…” “Yo cuando empecé a hacer esto no firme ningún papel (en la entidad D) en el que dije me comprometo a hacer esto…No fui así… fue como que yo tengo 194
el deseo de participar en esto… vosotros necesitáis gente que participe aquí… No voy a pensar cuánto tiempo voy a hacer esto… No sé….Es simplemente fue un poco empiezo y ya está y … Y luego por parte de ellos, no sé, tampoco me han exigido…nada… Que, no sé…” Esta necesidad, mediada en el discurso de Elvira por la carencia de voluntarios, juega un papel importante en el tiempo que inicialmente dedicará a la actividad voluntaria. Éste se verá reducido meses después por nuevas incorporaciones al voluntariado. Las actividades de preparación de la tarea a desarrollar en la entidad, aparecen sumándose a la presencialidad que supone la ejecución de ésta y al trabajo remunerado que desempeña Elvira, emergiendo entonces una disyunción que enmarca, por un lado, el “coste”, en términos de cansancio,
asociado a la tarea voluntaria y
el carácter
“agradable” con que se representa la misma. “Las clases, al principio, yo empecé yendo los sábados y domingos porque no había voluntarios.. Entonces estuve creo que los primeros seis meses estuve yendo todos los sábados y domingos…Y las clases duran como 3 horas…con un descanso de media hora en medio…Y luego ya, como ya tenían más gente, y la verdad es que es demasiado ir los sábados y los domingos… porque claro trabajo de lunes a viernes y me canso un montón… porque aunque es muy agradable también te cansa mucho (…) Y luego ya pues para preparar la clase pues depende. Muchas veces pues lo hago los viernes por la tarde que yo no trabajo… y llego a mi casa y me siento delante del ordenador… y empiezo a preparar cosas, ejercicios, para luego dárselos… No sé, no te puedo decir de forma fija las horas que dedico a la semana” 195
La formación y la tarea Elvira no reseña ningún tipo de formación en el marco de la entidad C, residiendo la capacitación para el desempeño de la tarea en exclusiva en el bagaje previo personal y profesional de propio voluntario, que le sitúan en una posición más o menos apta para la realización de la actividad en función de las características propias de ésta. “No me han dado formación específica (en la entidad C)…Si para desarrollar alguno de los proyectos pues… si….yo por ejemplo yo aporto… si yo puedo participar en un proyecto que es … que es por ejemplo, para un centro médico… pues yo no tengo tantos conocimientos y tal, pero hay gente que son farmacéuticos, y entonces ellos pueden participar más. En la última reunión se habló de un proyecto, por ejemplo, de electrificar una zona de un pueblo de Haití y ahí pues sí podía aportar mis conocimientos profesionales…” En la entidad D la formación se circunscribe al ámbito de la tarea, proveyendo de metodologías prácticas para poder desarrollar la actividad. El “hacer” aparece entonces como el núcleo fundamental que orienta la enseñanza que se considera pertinente para el ejercicio voluntario. “Luego también, va… varias veces nos dieron algunas charlas para explicarnos un poco…y darnos un poco una orientación y enseñarnos un poco lo que tenemos que hacer…Porque claro, yo, clases de español, pues, sinceramente, no había dado nunca… Y más que nada por tener una metodología…de enseñar, de explicar…” Junto a ello se auspician espacios y tiempos concretos donde la puesta en 196
común se configura como un elemento relevante, en aras del intercambio de experiencias dirigidas a la organización y mejora en la ejecución de la tarea voluntaria. “Por un lado hacíamos reuniones y charlas… las dos cosas un poco a la vez…Entonces, por un lado, intentábamos comentar entre todos y… no sé ver cada uno lo que piensa y como organizar mejor las clases… en el sentido de que, por ejemplo,
el horario que viene mejor… o que temas habría que
hacer…”
Las actividades La actividad que pareciera circunscribirse en la entidad D a la impartición de clases de español, es reintepretada en una tarea que trasciende el aspecto puramente teórico de ésta para sumergirse en un espacio de mayor complejidad: la mediación. Elvira se presenta como agente dispuesta a traducir los valores, ideas y creencias de una sociedad a la que se siente próxima, pero de la que no se considera integrante, a aquellos que ubica en un mundo aún más distanciado que el suyo propio. “Comprender” se configura como un propósito esencial, una comprensión que está mediada por la explicación de quien se sitúa en una posición intermedia entre “ambos mundos”. “Y lo que hacemos siempre en las clases no es solo las clases… como leer, escribir, hablar sobre un texto o lo que sea, sino también.. un poco… si ellos tienen una dificultad me
las cuentan… hablamos… y si hay algo que no
comprenden de este mundo yo intento explicarlo… luego le cuentas lo que 197
hay en este mundo, como veis vosotros las cosas… intento hacer… como un intercambio de ideas y conocimiento… yo creo que es más importante eso que hablar perfectamente español… Que a lo mejor no lo van a hacer perfectamente nunca… pero es más importante que sepan comunicarse con la gente de aquí, que sepan hacerlo de una forma… no sé… que no sea demasiado chocante… porque diferencias las ahí….
Porque entre mi forma
de ver el mundo, mi forma de expresarme, mi forma de pensar… y las que tenéis vosotros, los españoles, hay diferencias… que no puedo evitar… Y hay situaciones en las que no se puede evitar simplemente una falta de entendimiento… ¿sabes? Ya no es por el idioma es por… porque yo por ejemplo hablo español perfectamente y aún así me encuentro con situaciones en las que parece que hablamos idiomas diferentes… Yo sé que a ellos les pasa
mucho
más
porque
vienen
de
un
mundo
mucho
más
diferente…Entonces, pues eso, es compartir las experiencias….” La mediación aparece como una tarea que se enmarca en las necesidades que estima cronológicamente cambiantes durante el desarrollo progresivo de la actividad. Circunscrita inicialmente ésta al aspecto puramente formal de la enseñanza del idioma, la intermediación va teniendo cada vez más cabida cuando se estima que se alcanzado un nivel mínimo de competencia en el idioma. “Yo empecé en octubre de 2006…pero ellos habían empezado en el año 2005… . Fue cuando la mayoría de los barcos que llegaban… de la gente que… Entonces todo ha ido cambiando… porque al principio había muchísima gente que llegaba y no sabía nada porque eran recién llegados… 198
Al principio todas las clases eran… “Hola, yo soy Carmen….””Esto es blanco, esto es negro….” Y ahora mismo hay menos gente así y que no sepa nada de nada… Entonces ahora he ido cambiando… Está claro que yo les enseño, les ayudo, les enseño muchas cosas… pero sobre todo les enseño a que entiendan un mundo que para ellos es muy diferente, les ayudo a comprender lo que no entienden…así que hablamos más, intercambiamos experiencias… eso me parece ahora fundamental pues todos saben más o menos defenderse en español. Me voy adaptando un poco a sus necesidades ¿sabes?”
La participación en el marco de la entidad La participación en el marco de la entidad D se interpreta desde el hacer conjunto y la apariencia de la falta de jerarquía, vinculada, esencialmente, al ámbito decisorio, donde el diálogo parece primar y la colaboración se conforma como un valor esencial en el día a día de la tarea a realizar en el seno de la organización. La separación entre “nosotros” (voluntarios) y “ellos” queda explícitamente abolida en el discurso que mantiene Elvira, si bien llama la atención el
uso de formas pronominales dicotómicas a las que
continuamente hace referencia en la elaboración de su discurso. “Todo esto se hace entre todos… entre la entidad D y nosotros… No hay una separación entre nosotros y la entidad D… Es como una colaboración entre ellos, entre todos…Creo que está bien…” “Todo se habla entre todos….Está claro que ellos pueden tener unas ideas… pero es que luego las proponen y se hablan entre todos…Y del mismo modo, los voluntarios pueden tener unas ideas y se hablan… y se toman decisiones 199
entre todos” La metáfora de “familia” aparece como una figura retórica que evidencia las representaciones que sostiene Elvira en torno a la relación que mantienen voluntarios y organización. “Al
final
es
como
una
gran
familia,
donde
están
ellos,
estamos
nosotros…estamos todos y… ya está” El discurso que sostiene en torno al nivel de participación en la entidad D contrasta con el referente a la otra organización en la que desarrolla actividades de voluntaria, siendo en esta segundo la organización la que propone la tarea a realizar, limitándose Elvira a la mera ejecución de la misma. Cabría interrogarse si este grado de participación está mediado por el compromiso que sostiene la voluntaria con la misma y que, conforme a su discurso, reviste un carácter puntual, aunque continuado en el tiempo. “La verdad es que tampoco participo mucho en la entidad D. Ellos me dicen lo que tienen previsto hacer y yo lo hago… No es que tampoco se hable mucho de lo que hay que hacer y eso…Yo, ya te digo, si hay un proyecto y creo que puedo aportar algo, pues participo en ello, pero poco más…Tampoco es que se hable mucho de las cosas y eso”
La Motivación La motivación para ejercer el voluntariado aparece mediada por su propia experiencia personal de llegada al país, que representa como un período inicial de adaptación marcado por los sentimientos de soledad y desamparo. La posibilidad de “ofrecer” una ayuda que ella no tuvo en esos momentos se 200
configura como un motor esencial en su aproximación al voluntariado. “Yo llegué, bueno, yo que sé, como cualquier otro… perdida, no sabía ni donde estaba, no hablaba español, no conocía a nadie… era un poco como… Entonces sé que al principio puede ser muy difícil ¿no?[...] (…) Yo cuando llegué a España en el año 97, cuando llegué aquí, bueno hasta hace poco no sabía ni siquiera donde… que hay ONG, que hay organizaciones que ayudan a los inmigrantes y todo lo demás… Y por un lado, por eso me sentía muy bien, podía ayudar a alguien sabiendo que a mí nadie me ayudó… porque yo ni siquiera sabía que alguien podía ayudar…Y…no sé, como que de repente me sentía útil, me sentía muy feliz por poder ayudar a otras personas…” Las motivaciones de carácter expresivo, cubriendo sus necesidades de comunicación y compañía, de autoestima y reciprocidad, aparecen explicitadas en el discurso de Elvira. El contacto humano que se haya presente en la actividad voluntaria se contrapone a la propia dinámica social del entorno urbano y al marco laboral en el cual desarrolla su tarea profesional. La noción de pérdida de “lo humano” y de cada uno de nosotros “como personas” caracterizan estos contextos. “Yo soy ingeniero… Trabajo en una ingeniería, es un trabajo bastante estresante, es un trabajo muy bonito, si te gusta y… está muy bien… pero yo ya… llevaba tiempo como sintiendo que necesito algo más, que mi trabajo está bien… que todos los días tienes muchos retos y muchos problemas por resolver… te sientes bien… pero no deja de ser un trabajo de oficina… que no va mas allá…Yo no tengo contacto con más gente y tal. Entonces como que 201
necesitaba hacer algo por los demás… y no solo el trabajo típico de ir a trabajar e irte a casa y ya está” “La ciudad es como bastante estresante… como bastante agobiante… y todo el mundo con prisas… Y al final un poco nos perdemos como personas y…cuando conoces a estos chicos te devuelven, como, el contacto humano” La reciprocidad aparece en su discurso vehiculizada por la ayuda que ella proporciona y la devolución que recibe de aquellos a los cuales va orientada su tarea voluntaria. La amistad, la gratitud y la preocupación son las monedas de cambio simbólico que tienen cabida en este proceso, donde las motivaciones expresivas se hacen claramente patente. “Son ellos…Doy algo pero ellos me dan mucho más… su amistad, su gratitud… todo…al final son ellos los que se preocupan mucho más por mí….Yo me preocupo por ellos… pero también luego son ellos los que cuando he estado enferma me han estado llamando, han venido a verme… y no sé, preguntando si necesito algo, si quería que me compraran algo… Al final ves que es algo más, no es un trabajo… No lo haces porque vas a cobrar a final de mes…”
Tiempo y compromiso Las expectativas conforme a la continuidad voluntaria están mediadas por la noción de escasez vinculada al tiempo disponible para el ejercicio de la actividad. Junto a éste, las motivaciones expresivas se configuran como una fuerza que pretende la permanencia en el voluntariado. “Yo no lo he pensado mucho… Y es que no tengo mucho tiempo… Pero, no lo 202
sé, mientras me sienta bien y este a gusto con todo lo que hago y tal pues supongo que seguiré haciéndolo… siempre y cuando tenga fuerzas para hacerlo…”” A lo mejor, si tuviera tiempo, si surgiera a lo mejor algo diferente… pues a lo mejor me dedicaría a otra cosa… no lo sé… pero físicamente no se puede estar en muchos sitios y todo eso exige energía y no se puede estar en todos los sitios.”
Entrevista 4 Mujer. 31 años. País de origen: Marruecos. Estudios medios. Trabajadora en activo. Casada y con tres hijos. Nivel socioeconómico: medio. 10 años de estancia en España. Área de actuación de las entidades: Minorías étnicas. Inmigración y asilo. Juventud. Infancia. Mujer.
Nombre de las entidades:
entidad E y entidad F. Nombre del entrevistado: Zahira. Zahira llegó a España hace 10 años acompañando a su marido actual. En Marruecos cursaba estudios universitarios que abandonó en el marco del proceso migratorio que la condujo a España. En la actualidad, trabaja en el sector servicios desde hace 3 meses,
con contrato eventual. Regresa por
períodos cortos a su país de origen, manteniendo contacto continuo con los familiares y amigos que residen en Marruecos.
Trayectoria Zahira se incorporó a la actividad voluntaria tras un período de permanencia de España de alrededor de 5 años. Anteriormente en su país natal, nunca 203
había desempeñado labores de voluntariado. Su ocupación académica aparece como prioritaria en su desarrollo personal, negando la posibilidad de plantearse la acción voluntaria. “En Marruecos nunca me lo planteé, porque como estaba estudiando y eso era lo más importante para mí… (…) Ahí no he hecho nunca lo del voluntariado” Su acercamiento a la primera entidad en la que desarrollará actividades de voluntariado, se produce mediado por redes informales, que le proporcionan la información inicial sobre el tipo de tareas que se desarrollan en el seno de la entidad E, apareciendo ésta como relevante en la toma de decisión que la conducirá a incorporarse a la actividad voluntaria en dicha organización. Las motivaciones de carácter altruista emergen en el discurso, explicitadas bajo la posibilidad de “ayudar” o “hacer algo”. “Y como conocí a una amiga que trabajaba en la entidad E y me contaba muchos cosas, muchos problemas, muchas cosas ¿por qué no… por qué no puedo hacer yo algo?. A ver si puedo ayudar, a ver si puedo hacer algo, por la gente…..Y…si puedo colaborar como voluntaria pues eso…con toda la gente y todo…” El tiempo y las cargas familiares se esgrimen como razones que condicionan el abandono de la actividad voluntaria, en tanto se consideran incompatibles con la misma, pero, del mismo modo, entran en juego en el sentido contrario, mediando un nuevo acercamiento al voluntariado que en el caso de Zahira se vehiculiza a partir de la realización de un curso de mediación, cuya temática interpreta como unida a la acción voluntaria. 204
“Y ahí estuve como 5 o 6 meses y luego lo tuve que dejar por cuidar a los niños…y no me daba tiempo con ellos a hacer nada…” “Cuando los niños fueron más mayores y eso y tenía más tiempo… pues quise otra vez empezar con el voluntariado…” “Entonces una amiga mía que trabajaba en la entidad F como voluntaria me dijo que iba a hacer un curso de mediación. Y como a mí esto me parecía que eso tenía que ver con el voluntariado y me gustaba pues me apunté con ella” La enseñanza práctica asociada a la formación como mediadora le posibilita insertarse, primero en período formativo y, posteriormente, como voluntaria en la entidad F. El tránsito de un espacio a otro resulta sencillo para Zahira y no aparece en el discurso una ruptura o contraposición clara entre ambas posiciones. “Al principio estaba con la mediadora…y luego cuando me quedé como voluntaria… pues hacía un poco lo mismo…, un poco de todo. Tampoco noté muchos cambios”. Tras un período de desarrollo de la actividad voluntaria por espacio de 5 o 6 meses nuevamente, se produce el abandono de ésta, derivado de la incorporación de Zahira al mercado laboral. El tiempo juega, nuevamente, un papel clave en la posición que mantiene con respecto al voluntariado, esgrimiéndose la escasez de éste como justificación de su marcha de la entidad. “Pero cuando llevaba más tiempo… cogí el ritmo de todo, entonces lo tuve que dejar para trabajar…Con el trabajo ya no tengo tiempo para ir…así que lo he dejado” 205
Zahira se incorporó a la actividad voluntaria tras un período de permanencia de España de alrededor de 5 años. Anteriormente en su país natal, nunca había desempeñado labores de voluntariado. Su ocupación académica aparece como prioritaria en su desarrollo personal, negando la posibilidad de plantearse la acción voluntaria. “En Marruecos nunca me lo planteé, porque como estaba estudiando y eso era lo más importante para mí… (…) Ahí no he hecho nunca lo del voluntariado” Su acercamiento a la primera entidad en la que desarrollará actividades de voluntariado, se produce mediado por redes informales, que le proporcionan la información inicial sobre el tipo de tareas que se desarrollan en el seno de la entidad E, apareciendo ésta como relevante en la toma de decisión que la conducirá a incorporarse a la actividad voluntaria en dicha organización. Las motivaciones de carácter altruista emergen en el discurso, explicitadas bajo la posibilidad de “ayudar” o “hacer algo”. “Y como conocí a una amiga que trabajaba en la entidad E y me contaba muchos cosas, muchos problemas, muchas cosas ¿por qué no… por qué no puedo hacer yo algo?. A ver si puedo ayudar, a ver si puedo hacer algo, por la gente…..Y…si puedo colaborar como voluntaria pues eso…con toda la gente y todo…” El tiempo y las cargas familiares se esgrimen como razones que condicionan el abandono de la actividad voluntaria, en tanto se consideran incompatibles con la misma, pero, del mismo modo, entran en juego en el sentido contrario, 206
mediando un nuevo acercamiento al voluntariado que en el caso de Zahira se vehiculiza a partir de la realización de un curso de mediación, cuya temática interpreta como unida a la acción voluntaria. “Y ahí estuve como 5 o 6 meses y luego lo tuve que dejar por cuidar a los niños…y no me daba tiempo con ellos a hacer nada…” “Cuando los niños fueron más mayores y eso y tenía más tiempo… pues quise otra vez empezar con el voluntariado…” “Entonces una amiga mía que trabajaba en la entidad F como voluntaria me dijo que iba a hacer un curso de mediación. Y como a mí esto me parecía que eso tenía que ver con el voluntariado y me gustaba pues me apunté con ella” La enseñanza práctica asociada a la formación como mediadora le posibilita insertarse, primero en período formativo y, posteriormente, como voluntaria en la entidad F. El tránsito de un espacio a otro resulta sencillo para Zahira y no aparece en el discurso una ruptura o contraposición clara entre ambas posiciones. “Al principio estaba con la mediadora…y luego cuando me quedé como voluntaria… pues hacía un poco lo mismo…, un poco de todo. Tampoco noté muchos cambios”. Tras un período de desarrollo de la actividad voluntaria por espacio de 5 o 6 meses nuevamente, se produce el abandono de ésta, derivado de la incorporación de Zahira al mercado laboral. El tiempo juega, nuevamente, un papel clave en la posición que mantiene con respecto al voluntariado, esgrimiéndose la escasez de éste como justificación de su marcha de la entidad 207
“Pero cuando llevaba más tiempo… cogí el ritmo de todo, entonces lo tuve que dejar para trabajar…Con el trabajo ya no tengo tiempo para ir…así que lo he dejado”
Acceso y compromiso Tras la información inicial recibida a través de las redes informales, el primer contacto con la entidad E se realiza a través de personal de ésta, centrándose en la explicitación de las posibles tareas a realizar por la voluntaria y en la firma de un contrato, cuyo contenido no es recordado por Zahira, pareciendo no revestir para ella importancia alguna. “El primer día en E me recibió la secretaria… la secretaria de… de la organización y me comentó lo que puedo hacer…o sea que era sobre todo acompañamiento
de
mujeres
e
intérprete…
aunque
había
también
interpretación con hombres… Un poco de todo. No solo con mujeres… Y firmé un contrato” (¿y qué ponía en el contrato?). “Lo tengo por aquí, no sé donde…No me acuerdo de lo que decía…” En la entidad F el acceso está mediado por la cumplimentación de la parte práctica que acompaña al curso de mediación realizado. La mediadora de la organización es la encarga de llevar a cabo
la recepción, si bien no se
explicitan claramente en el discurso de Zahira los términos en los cuales aconteció tal encuentro. “En E me recibió la mediadora porque, como yo estaba en el curso de la mediación, y me mandaron para que fuera a las prácticas…y eso” Una vez finalizado el período formativo, la incorporación a la organización 208
como voluntaria no reviste un carácter formal, limitándose a un compromiso que se establece de forma oral y sobre cuya base continúa la acción voluntaria. “Cuando terminé lo de la mediación pues les dije que me quería quedar un día… Y ellos bueno, me dijeron que sí…Y así hasta que lo he tenido que dejar”.
Formación Zahira refiere no haber recibido formación alguna en la primera de las entidades en la cual ejerce su actividad voluntaria. “No… No me dieron ningún curso en la entidad E…” Será la acción formativa iniciada por voluntad propia la que le posibilitará el acceso a la segunda entidad. En este caso tampoco parece haber recibido cursos de formación adicionales durante su desempeño como voluntaria. “En la entidad F tampoco me dieron curso… yo llegué con las prácticas y eso y luego me quedé”
Actividades Las tareas como voluntaria realizadas por Zahira
en la entidad E se han
desarrollado en el marco de la atención a la población inmigrante de origen marroquí, desarrollando labores de acompañamiento e interpretación en el seno de este colectivo. “Lo que tenía que hacer (en la entidad E) era acompañamiento, es decir, si una mujer no sabe hablar castellano y tiene que ir al médico, yo la acompañaba para traducir lo que le dice el médico y eso… si iba a una 209
oficina, por ejemplo, y no sabe, no entiende, pues eso…si tiene que arreglar los papeles y esas cosas, yo la acompaño también y ese tipo de cosas…y luego en la entidad pues hacía cosillas” La labor de acompañamiento e interpretación que se desarrollan en el marco de la entidad E dan paso en la segunda de las organizaciones al desempeño de tareas de mediación. Su propia identificación como miembro del colectivo marroquí juega un papel esencial en este proceso mediador. “Ellos tienen que preparar una fiesta, por ejemplo, la fiesta del cordero, que es típica de la comunidad marroquí, invitan a la gente… y yo como marroquí, que conozco las costumbres,
aporto ideas sobre cómo decorar, cómo se
pueden hacer, qué tipo de comida se puede preparar y esas cosillas”.
Participación en la entidad Zahira establece una clara diferenciación en cuanto al nivel de participación entre ambas entidades. En la primera organización considera ésta como nula, a partir de la inexistencia de espacios que propiciaran el diálogo y la toma de decisiones conjunta. El clima enrarecido que, a su juicio se respiraba en la entidad, junto con una división claramente establecida entre los trabajadores y los voluntarios son otros argumentos esgrimidos en este sentido. “En la entidad E yo nunca, nunca he hablado con el director…La secretaria a veces sí, otras veces no…ellos estaban muy separados de los voluntarios…(…) Había un clima, un ambiente, un poco tenso… Un poco tenso no sé porqué pero los trabajadores no se hablaban entre sí… Entre ellos se hablaban lo mínimo que podían…Vamos yo lo note así… Con nosotros apenas hablaban y 210
la verdad, es que no me sentía muy cómoda… Tampoco hacíamos reuniones ni nada de eso ..” Zahira describe el “ambiente” existente en la entidad F como favorecedor para la participación del voluntariado, existiendo marcos institucionales creados específicamente para el diálogo y el trabajo conjunto entre trabajadores y voluntarios, donde las aportaciones de unos y otros son tenidas en cuenta. La “escucha” emerge en el discurso como un motor de la participación. “En la entidad F era otro ambiente…se llevaban súper bien y conmigo todos… todos muy amables…muy acogedores..” “…(¿hacías propuestas en la entidad F?)…Sí…era miembro de ¿cómo lo llamamos? Mesa de emprendedores….O sea que, bien, cada mes se hacía una reunión y viene gente y cada uno… propone una cosa que se puede hacer… depende de las fiestas que vienen, de Marruecos, que se puede hacer…que se puede avanzar…y sí, yo proponía mucho… Y escuchaban a todo el mundo…y eso me hacía sentir bien.”
Motivación La religión aparece como uno de los motores fundamentales de la acción voluntaria a partir de los valores que se proclaman en el marco de una creencia determinada. En el discurso de Zahira la práctica de la religión islámica no se acompaña necesariamente de la obligación de llevar actividades voluntarias, circunscritas nuevamente a la noción de ayuda, si bien dejar entrever que la “ayuda a los necesitados” se configura como uno de los 211
postulados básicos de dicha creencia. “Yo soy musulmana… de religión musulmana… Es Islam no es que nos exige, pero ayudar a los demás, a los necesitados es una cosa fundamental en el Islam… Yo soy practicante, creyente y ayudar es para mí importante”. Las motivaciones instrumentales se configuran como un elemento importante en la participación en la actividad voluntaria. La posibilidad de incorporación a una actividad laboral en el marco de la mediación actúa como un motor no sólo para la formación en este terreno sino también para la continuidad con la labor del voluntariado una vez finalizada ésta. “El curso de mediación me dio la idea una amiga que lo hizo… Y yo me apunté… No cogían gente del voluntariado… pero luego sobraron plazas y me cogieron… Me gustó mucho el curso. Mi intención era poder de trabajar de ello donde las hice las prácticas y luego he estado como voluntaria, pero al final no he podido trabajar allí…” “Me encantaría trabajar con inmigrantes, pero si no me sale, tengo que trabajar en otras cosas… porque me hace falta.” Propiciar el “cambio” en el colectivo de las mujeres marroquíes emerge como una motivación fundamental para el ejercicio del voluntariado. Su rol como mediadora aparece en el discurso en tanto vehículo para la integración de este grupo a la esfera pública. La imagen colectiva que se sostiene de la mujer marroquí aparece como una preocupación constante y un obstáculo para su incorporación como ciudadanos de pleno derecho en la sociedad de acogida. “Con las mujeres marroquíes me gustaría sacarlas un poquito del mundo en 212
que están metidas… Hay mujeres…Hay mujeres que no salen que están en sus casitas… que están, que no salen…que a lo mejor no van ni al médico…La mentalidad de esas mujeres es la que me gustaría intentar cambiar” “(…)La mujer marroquí para que sepa relacionarse con la gente… para que dé una imagen, que no sea una mujer analfabeta, que no sabe relacionarse. No. Esto se tiene que cambiar… Dar una imagen diferente para que la sociedad en general las acepte.(…) Ni ella va a saber incorporarse ni la sociedad la va a saber acoger… Es una cosa….Y yo creo que aquí las puedo ayudar… Un poco para que ellas entiendan y las entiendan”
Expectativas Las expectativas de Zahira con respecto al voluntariado vienen marcadas por las motivaciones de carácter altruista e instrumental anteriormente señaladas, dentro de un marco temporal que, se estima en estos momentos, insuficiente para la dedicación a la actividad voluntaria derivado de su incorporación reciente al mercado laboral. “Me gustaría (continuar en algún tipo de voluntariado)…te he dicho al principio que a mí me encantaba el ayudar…a los inmigrantes,… bueno, en general…pero bueno, es que es una comunidad que necesita ayuda…pero este año yo no puedo porque como tengo el trabajo…Me encantaría trabajar con los inmigrantes, pero si no me sale, tengo que trabajar en otras cosas.”
213
Entrevista 5. Mujer. 34 años. País de origen: Argentina. Estudios superiores. Trabajadora en activo. Soltera. Sin hijos. Nivel socioeconómico: medio. 5 años de estancia en España. Nombre de la entidad 1: entidad G. Área de actuación de la entidad: Exclusión social. Nombre de la entidad 2: entidad H. Área de actuación: Inmigración y asilo. Cooperación al desarrollo.
Nombre de la entidad 3:
entidad J. Área de actuación: Inmigración y asilo. Cooperación al desarrollo. Nombre del entrevistado: Beatriz. Beatriz llegó a España hace 5 años con objeto de desarrollar su carrera profesional. En el país residían familiares próximos, que se convirtieron en su primer contacto en el mismo. Actualmente conserva familia en Argentina y en los próximos meses cambiará su residencia a otra ciudad española al contraer matrimonio.
Trayectoria Ella sitúa el inicio de su trayectoria dentro del voluntariado en Argentina, conceptualizando como acción voluntaria un curso formativo en primeros auxilios a cargo de una organización no gubernamental de carácter internacional. La “noción de ayuda a los demás” aparece en el discurso mediado por la utilidad de la adquisición de conocimientos concretos en la rama sanitaria. “Yo empecé en un curso de primeros auxilios con ONG internacional porque me interesaba hacer… como socorrista se dice o algo así….para poder ayudar 214
si hiciera falta…. Porque lo me motivó era el querer ayudar a la gente… “ A los pocos meses de llegar a España tomó parte como voluntaria en un acontecimiento religioso de carácter internacional que tuvo lugar en Europa. Este proyecto existía previamente a su viaje a nuestro país, habiéndose gestionado la participación en el mismo haciendo uso de la red informática. En su discurso aparece nuevamente la idea de ayuda, que la lleva a embarcarse en un proyecto individual acorde con sus inquietudes religiosas. “Cuando llegue en septiembre a España yo ya tenía pensado
irme a
Colonia… Antes de venir me apunté como voluntaria en la Jornada mundial de la juventud de cuando fue el Papa a Colonia. Me animé como cristiana. (…)Entonces estábamos allí …para recibir a los voluntarios de las diferentes nacionalidades… entonces era darles las cosas… Fueron 15 días de estar durmiendo en sitios… en el pabellón de deportes…en un saco de dormir, en el suelo…con tres duchas al día… y éramos como 500 personas…o sea que… y súper interesante…Fui con una ONG, entonces tu escribías en la página web en inglés (…) Me fui sola, sin amigos y sin nada, que hay gente que se fue con amigos…Yo dije “yo me voy. Quiero ayudar” “ Su contacto con organizaciones religiosas está presente de forma relevante en su trayectoria dentro del voluntariado, acercándole a las entidades en las cuales llevará a cabo éste. La actividad que desarrollará como voluntaria vendrá determinada no por sus preferencias personales sino por la adecuación que la entidad G decide del perfil de Beatriz. Llama la atención la aparición en su discurso del término “trabajar” para hacer referencia a la actividad voluntaria. 215
“Luego veo un anuncio en la parroquia que necesitan ayuda para apoyo escolar… me puse en contacto con una gente del Opus Dei aquí…y les convenía más por mi perfil que estuviera en una asociación que se llama G para… hacer… actividades de ocio y tiempo libre con drogodependientes… y había también como acogidos a inmigrantes africanos…que para ello les venía bien para el idioma…Entonces ahí empecé a trabajar en esta asociación “ El cambio en su propia situación personal juega un papel fundamental en el abandono de esta actividad voluntaria. No obstante, en otro momento de la entrevista, a esta primera razón argumentada se une otra justificación que reviste un cariz bastante distinto, circunscribiéndose a la esfera legal. La actividad que desarrollaba en este momento como voluntaria, a la que se refiere en el discurso con el término “trabajo de voluntario” le reportaba unos mínimos ingresos, una cantidad “simbólica” a la que debe renunciar tras firmar una cláusula de exclusividad en su contrato laboral. Es relevante que el intercambio económico asociado a esta actividad no impida la catalogación de ésta en tanto tarea voluntaria. “Luego lo que pasa es que por incompatibilidad de horarios se me complicó…porque fui cuando conocí al que va a ser mi futuro esposo, que es valenciano y tenía que viajar fines de semana, así… Y entonces ahí como que fue más complicado” “Y luego ahí me pagaron algo simbólico pero era por tema seguro también, que es también
otro motivo por el cual tuve que dejarlo al empezar a
trabajar. Fue porque yo estaba en la compañía donde trabajaba como 216
suplente. Cuando me pasan a la plantilla firmo un contrato de exclusividad. Y les pregunte si no podía hacer un trabajo de voluntariado. “Es que no me pagan, me dan una cosa simbólica”, les dije y me dijeron que no” No obstante su interés por continuar desarrollando actividades de voluntariado le llevo a incorporarse en las semanas posteriores a actividades de apoyo escolar y catequesis dentro de la entidad H. De nuevo la parroquia aparece como el marco en el que acontece el contacto con esta nueva organización, también de cariz religioso. El tiempo que debe dedicar a la tarea se considera ahora compatible con los cambios experimentados en su vida personal. El abandono de esta nueva tarea voluntaria se justifica ahora desde la búsqueda de espacios de ocio y tiempo libre que ella considera necesarios. Llama la atención que en su discurso el término “trabajo” con el que definía la actividad voluntaria desempeñada en la entidad anterior sea ahora sustituido por la noción de “hacer voluntariado”. Cabría preguntarse si el intercambio económico que mediaba en su tarea en la organización anterior y que no se haya presente en ésta subyace a la conceptualización diferencial de ambas actividades. “Entonces empecé a hacer voluntariado de apoyo escolar en mi parroquia, que es un día por semana, y daba catequesis… pero lo tuve que dejar porque se me juntó con otra actividad que tenía, de teatro y ya no podía…Entonces dije “también un poco de ocio es importante”” Tras el abandono de esta última actividad voluntaria, su inquietud por “seguir ayudando” le lleva a cursar un máster en cooperación internacional, que considera compatible con su formación universitaria previa y, al tiempo, como 217
una vía de acceso formal al trabajo en el marco de entidades sociales. Las expectativas laborales quedan claramente explicitadas en su planteamiento discursivo, presentando a la actividad voluntaria como una vía de entrada necesaria para acceder al mercado laboral dentro del campo social. En su discurso aparecen elementos autorreferenciales asociados a su lugar de nacimiento que identifica con el tercer mundo, si bien establece una clara diferencia entre los diferentes países que ella incluye bajo esta denominación. “Tengo como el eso de querer ayudar a la gente ¿no? […] y… luego me meto en cooperación internacional porque una compañera de trabajo, que ahora somos amigas, me comenta que había hecho ese máster… en la Universidad (nombre de la Universidad) y me cuenta que se había ido a India a hacer proyectos, a hacer ayuda al Tercer Mundo… Y claro yo vengo del Tercer Mundo, pero lo que yo veo en Buenos Aires que se necesita yo veo que es muy diferente de lo que ella me contaba en la India [….] y me doy cuenta de que puedo compaginar mi formación en Dirección y Gestión de Empresas con lo que es la cooperación al desarrollo… y entonces por eso me meto a hacer este máster y con idea de… de dedicarme profesionalmente a ello. Y entonces ahí veo que para poder entrar en este sector hay que empezar mucho desde el voluntariado…Que esto surge del voluntariado…esta idea de que sí quiero ayudar a la gente…” La intención de dedicarse profesionalmente al
trabajo en el marco de
entidades cuya área de actuación es la cooperación internacional, se modifica en la medida en que
las condiciones salariales ofertadas no le
permiten la satisfacción de aquellas necesidades que estima básicas en este 218
momento, si bien no descarta la posibilidad de dedicarse profesionalmente a ello en un futuro. Esta razón le conduce a reincorporarse de nuevo a la actividad voluntaria dentro de una organización que trabaja en el ámbito de la inmigración y la cooperación al desarrollo. Si bien hasta este momento el acercamiento a las entidades se había establecido a través de la parroquia a la que solía acudir, en esta ocasión la red informática es su vía de aproximación a la entidad. “Mi primera opción era meterme profesionalmente en el trabajo de cooperación pero con lo que se paga no me alcanzaba a mí para poder cubrir mis necesidades, viviendo en Madrid. Entonces digo “mientras esté aquí en Madrid puedo ingresar, meterme en este mundo pero como voluntaria”” “Y
luego
empecé
con
la
entidad
J…
lo
conocí
por
la
página
www.hacesfalta.org, que necesitan voluntarios… entonces yo me apunto” Su marcha próxima a otro lugar de residencia fuera de Madrid, junto con su nueva situación laboral, como trabajadora en paro, emergen en tanto razones que le condicionan para el abandono de la actividad voluntaria. Si bien parece existir un propósito de continuidad con la entidad J, dada la presencia de una sede de ésta en la ciudad donde residirá, no está dispuesta por el momento a adquirir un compromiso explícito con la misma. La profesionalidad y la seriedad aparecen como cualidades propias que condicionan la verbalización de su deseo de prolongar la actividad voluntaria en la nueva ciudad. La emergencia en el discurso de términos tales como “buena profesional” parece evidenciar que su intención de dedicarse laboralmente al ámbito social subyacen en todo momento asociados a la actividad voluntaria. 219
“Luego… están… te digo están, porque ahora me voy a Valencia….y cuando resuelva y me vaya Valencia… (¿tienes intención de continuar en Valencia?) En principio sí, pero tengo primero que asentarme porque voy a ir sin trabajo. Yo soy una persona súper seria en lo que hace, muy buena profesional y tampoco quiero crear falsas expectativas que luego no pueda cumplir…”
Acceso a las entidades. Compromiso En la primera de las entidades el contacto inicial se realiza en el seno de la organización, recibiendo información en torno a las tareas que se llevan a cabo en la misma. Las expectativas en torno a lo que se esperaba del voluntariado aparecen explicitadas en este primer encuentro. Las tareas a las cuales se adscribirá Beatriz distan de ser aquellas por las que inicialmente se había interesado, a partir de la adecuación de su “perfil” al desarrollo de un tipo de actividad particular dentro de la organización. No existe, según aparece en su discurso, ningún tipo de compromiso escrito al respecto. “Luego veo un anuncio en la parroquia que necesitan ayuda para apoyo escolar… me puse en contacto con una gente del Opus Dei aquí…y les convenía más por mi perfil que estuviera en una asociación que se llama G para… hacer… actividades de ocio y tiempo libre con drogodependientes…” “Nos dieron el teléfono de una persona que nos estaba esperando. Primero quedamos un día, fui a la asociación, para ver lo que hacían…y me explicaron lo que hacían y que también había talleres… de informática… de lenguaje también y de un montón de cosas…y qué iba a ser lo que se esperaba de 220
nosotros…En este caso fue la responsable de… de lo de…lo diré…de esto de actividades de ocio y tiempo libre…” En la segunda de las entidades no aparece explicitada claramente las circunstancias en las cuales aconteció el acceso a la organización, si bien queda patente que no existió en este caso tampoco compromiso escrito con relación a la misma. “Entonces empecé a hacer voluntariado de apoyo escolar en mi parroquia, que es un día por semana, y daba catequesis…” En la última de las entidades en la que desarrolla la actividad voluntaria, el acceso está mediado por información relativa a la asociación, en tanto funcionamiento y
tareas que se desarrollan en el seno de la misma, que
acontece tanto de forma verbal como escrita. Desde un primer momento refiere haber tenido contacto con el equipo directivo, partícipe en esta presentación inicial y haber accedido a información relativa al grupo de personas que formaban parte de la misma, transmitiendo, para Beatriz, una impresión de coordinación que es positivamente valorada. “En la entidad J nos dieron una charla, nos ofrecieron información para leer. Como era el primer contacto que teníamos varios voluntarios nos explicaron cómo era la asociación, qué es lo que hacía, lo que teníamos que tener en cuenta. […] Luego (nombre de la directora), que es la directora se acercó y se presentó y nos dijo “yo soy la directora…”. Estuvo presente. Ya sabíamos quién era la directora. Nos indicaron que había muchos voluntarios. De la persona responsable de voluntariado me dieron el teléfono y me dieron un correo donde me pasaron el correo de todas las personas y los horarios por si algo 221
quería. Entonces daba una buena sensación, como que todo estaba coordinado”. El compromiso se formaliza en este primer encuentro por escrito, a través de un “contrato” cuyo contenido no recuerda, si bien fue firmado. “Compromiso escrito solo fue en la entidad J en ese día … (¿en qué consistió?). Fue en realidad como un contrato… no sé si era para un contrato. Y me dieron un par de papeles que no sé bien lo que tenían.”
Actividades En la primera de las entidades, Beatriz interpreta una labor que formalmente consistía en la programación de actividades de ocio y tiempo libre, en una tarea de apoyo emocional y seguimiento del proceso de rehabilitación y reinserción de jóvenes drogodependientes. “Compartir” y “dialogar” emergen como la base de su actividad, buscando propiciar espacios en los cuales ello fuera posible. La noción de trabajo aparece en exclusiva vinculada a la programación de salidas culturales, pero no así a la hora de narrar la tarea de apoyo emocional que pareciera ella considera prioritaria. “En la entidad G iba los domingos por la mañana… iba tempranito. Yo abría la asociación. Les preparaba café para que tuviéramos el momento de poder compartir. Claro, los drogodependientes tenían el apoyo de toda la semana en Centros de Salud y todas esas cosas pero el problema era el sábado o a lo sumo el domingo por la mañana si iban algún sitio por ahí, por la noche el día anterior, si salían por las recaídas. […] Que tengan un motivo por el que levantarse temprano para ir a la asociación. A veces nos quedábamos en la 222
asociación charlando, de sus logros […] Y entonces era eso, de reunirse ahí. A veces algunos días quedarnos en la asociación y tomar café, unas pastitas. El trabajo que inicialmente me dijeron era ir programando actividades culturales. Fuimos a visitar el museo de Ciencias Naturales, cosas culturales,… Pero yo siempre buscaba luego el momento de poder charlar, que me contaran si habían tenido alguna cosa durante la semana […]” En la segunda de las organizaciones, su labor se circunscribe inicialmente al apoyo escolar. No obstante tarea se ve ampliada, auspiciada por los requerimientos de la organización, en una actividad que combina la enseñanza de contenidos académicos con la detección de necesidades en el colectivo inmigrante con el cual desarrolla su actividad voluntaria. “En la entidad H primero hacía solo apoyo escolar. Luego hubo una reunión y ahí lo que se vió mucho son temas de inmigración. Entonces también el objetivo de esto no era la tarea, que sean buenos alumnos, sino ver que es lo que ellos necesitan,
por qué tienen fracaso escolar, por qué necesitan
atención. Digamos ayuda social. Y nosotros podríamos ser detectores de esas necesidades. Eso es también lo que se nos pedía.” En la entidad J las tareas se circunscriben fundamentalmente a la organización y participación de eventos auspiciados por la entidad. El primero de ellos tiene lugar a los pocos días de haberse incorporado a la entidad. En el segundo de los acontecimientos, su labor se ciñe a la organización del mismo, actividad pareja a aquella que desarrolla de manera habitual en su ámbito laboral. Este paralelismo le provee de un cierto conocimiento de la complejidad de la labor asignada, que nuevamente aparece matizada con términos propios de una 223
tarea retribuida y se configura como uno de las justificaciones, junto con el tiempo requerido para la realización de la misma y los cambios en su vida personal, que le conduce a su abandono. “En la entidad J hice esto de la feria de Madrid a los pocos días de entrar y empecé, aunque muy poquito, en la organización de un congreso nacional, de un congreso de educación e inmigración. El objetivo era… estaba todavía pendiente de ver… Por un lado íbamos a analizar el contexto español, cuál es la realidad de la inmigración, intentando ver lo que son los problemas que están teniendo los niños en la educación. Yo tenía que trabajar en la organización de todo, en coordinar a la gente que iba a venir y eso. He estado trabajando durante estos años en la organización de eventos por mi trabajo, traslados, autocares…No me parecía raro por mi trabajo. Sé lo que es y es muy complicado. […] Eso era un poco lo que tenía que hacer en la entidad J…y eso lleva mucho tiempo.[…] Y yo les dije: lo siento, no puedo hacerlo porque es un trabajo muy complejo, se necesita mucho tiempo y además me voy a ir a vivir a Valencia en breve, por lo que es imposible que pueda terminarlo”.
Participación en las entidades Beatriz entiende la participación en las organizaciones desde la capacidad de aportar nuevas ideas y mejorar los aspectos organizativos de éstas, definiéndose a sí misma como una persona crítica que se cuestiona aquello que realiza. En la primera de las entidades el carácter cerrado y la eficacia probada para ella de la actividad a realizar hace que no considere la necesidad de nuevas 224
aportaciones y que, de producirse éstas, se
circunscriban en exclusiva a la
programación de nuevas salidas de carácter cultural. No obstante, el espíritu crítico conforme al cual se define, queda ejemplificado en el cuestionamiento que realiza a alguno de los requisitos que se asocian a la tarea que realizaba. “En cuanto a la actividad en la entidad G eran actividades tan esquematizadas, tan probado en el tiempo, que tampoco yo veía la necesidad. Mira yo soy de las personas críticas, soy muy crítica, pero la crítica constructiva. Y en la entidad G me pareció que estaba todo bastante bien organizado. Yo, por ejemplo, pregunté “¿y por qué tengo que quedar con ello en la asociación?” pero me decían que era importante que tuvieran un sitio de referencia. Y la explicación me parecía bien. [… ]. De hecho yo hice propuestas y fuimos al museo ese….” Con respecto a la segunda entidad, reseña especialmente la jerarquía piramidal de la misma como un elemento condicionante en el grado de participación del voluntario, que nuevamente circunscribe a la posibilidad de introducir cambios en la tarea. El carácter cerrado de la misma, con objetivos claros y el tiempo de dedicación a la actividad
parecen ser las razones
aludidas a la hora de considerar el poco “margen de acción” del voluntario. Por otro lado llama la atención que frente a esta escasez de capacidad de acción se aluda al término libertad para caracterizar la posibilidad de toma de decisiones al respecto. “Es complicado (la participación en la entidad). En la entidad H creo que es un tema de jerarquía piramidal […]. En la entidad H lo de apoyo escolar, había normas, de hacer las fichas… cosas burocráticas necesarias… Pero luego 225
había libertad para tomar algunas decisiones, pero, por otro lado no había mucho margen de acción. El objetivo es claro. En una hora y media que estás allí tampoco puedes aportar mucho.” En la última organización, el grado de participación se torna nulo, a expensas de la jerarquía existente dentro de la misma y de la incapacidad real del voluntario de participar en la toma de decisiones, cuya potestad reside en exclusiva en los órganos dirigentes de la misma. “En la entidad J ahí es donde tengo yo la sensación de ser más piramidal, porque tú, por ejemplo, presentas el borrador en las jornadas que te decía… Y ya se vería si se aprobaba o no… Lo tenías que presentar y al final es el comité el que decide… Tú presentas algo pero ¿qué vas a defender…? Si está el director y la directora que son los que toman las decisiones ¿sabes?. , si de pronto te dicen “esto no”, pues ya está. Tuve esa sensación que te decía”
Motivaciones La autorreferencia a su historia personal se configura como uno de los motores fundamentales de su participación en la actividad voluntaria. El haber sido durante un tiempo de su vida “beneficiaria de ayuda” sin la cual considera, “no hubiera podido sobrevivir” le lleva a participar en una tarea que, considera, puede “marcar una diferencia” en la vida de las personas a las cuales va dirigida. La actividad voluntaria es vista como una “vocación”, que emerge de su experiencia personal y como una “devolución” a partir de la ayuda que recibió en un momento dado. Al tiempo, en su discurso, pretende distanciarse de un rol de “salvador del mundo” que en ocasiones aparece 226
ligado a la actividad voluntaria. “Yo creo que la motivación me surge por haber sido beneficiaria de ayuda. Es que yo vengo de una familia muy pobre, somos 5 hermanos y mi padre desaparece cuando estaba embarazada de la última… Entonces, mi padre desaparece y entonces estamos 5 hermanos y mi madre que no nos podía dar de nada. Entonces estuvimos… estuvimos en un programa de la parroquia que nos daban ropa, un programa nacional que nos daban comida…que nosotros íbamos a buscar eso una vez al mes, arroz, legumbres, un montón de cosas. Entonces eso de… eso fue muy duro. Luego a través de una vecina, que era amiga de mi madre,… el día de navidad se presentó con una fuente de pavo o pollo, no me acuerdo muy bien de que era y pudimos celebrarlo…Entonces tú dices “y gracias a esas personas yo pude sobrevivir”. Por un lado es… la gratitud hacia esa gente y por otro lado decir ”¡Jo, qué fuerte!”. Entonces si alguna vez, con lo poco pueda yo ayudar a esas personas, es ayuda puede marcar la diferencia al igual que esa gente marco la diferencia en mi vida. Sí, el hecho de decir “tú puedes”. […] Yo tampoco quiero salvar al mundo ni voy a solucionar el problema del hambre en África…. Ni yo ni ninguna persona de aquí, pero todos podemos hacer algo. Entonces de ahí surge mi vocación”. Junto a estas motivaciones, aparecen aquellas que pudieran consideradas en tanto instrumentales, considerando el voluntariado como la puerta de entrada a la actividad laboral en el sector social, al que hace referencia en varias ocasiones a lo largo de toda la entrevista. “Me parece súper gratificante (la actividad voluntaria), si bien quiero dedicarme a esto profesionalmente y poder percibir profesionalmente algo de 227
sueldo, dedicar mi tiempo y obtener dinero” De manera transversal sus creencias religiosas parecen atravesar su trayectoria dentro del voluntariado, ya sea en la ejecución de tareas concretas o acercándose a entidades de este cariz.
Expectativas Si bien existe un propósito de continuar con la actividad voluntaria, éste queda supeditado a su situación personal y laboral actual. Junto a esta inquietud existe un motor fundamental en el ejercicio del voluntariado relativo a la posibilidad futura de incorporación laboral al mundo social. “Tengo idea de seguir en el voluntariado, cuando ya tenga más mi vida organizada en Valencia y encuentre un trabajo” “Me parece súper gratificante (la actividad voluntaria), si bien quiero dedicarme a esto profesionalmente y poder percibir profesionalmente algo de sueldo, dedicar mi tiempo y obtener dinero”
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H) Artículo publicado en el Boletín FRONTERA CERO
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