LITERATURA: El Modernismo. EL MODERNISMO Y LA GENERACIÓN DEL 98. (Textos para comentar).
TEXTOS 1 Y 2: ANTONIO MACHADO
Desnuda está la tierra, y el alma aúlla al horizonte pálido como loba famélica. ¿Qué buscas, poeta en el ocaso?
Amargo caminar, porque el camino pesa en el corazón. ¡El viento helado, y la noche que llega, y la amargura de la distancia!... En el camino blanco
algunos yertos árboles negrean; en los montes lejanos hay oro y sangre... El sol murió... ¿Qué buscas, poeta, en el ocaso? (Soledades. Galerías. Otros poemas)
Allá, en las tierras altas, por donde traza el Duero su curva de ballesta en torno a Soria, entre plomizos cerros y manchas de roídos encinares, mi corazón está vagando, en sueños...
LITERATURA: El Modernismo. ¿No ves, Leonor, los álamos del río con sus ramajes yertos? mira el Moncayo azul y blanco; dame tu mano y paseemos. Por estos campos de la tierra mía, bordados de olivares polvorientos, voy caminando solo, triste, cansado, pensativo y viejo. (Campos de Castilla)
Actividades
1. En el primero de estos dos poemas de Antonio Machado (incluido en la edición de 1907 de Soledades. Galerías. Otros poemas) podemos observar algunos de los rasgos que hemos señalado como característicos de la primera etapa del autor. En relación con ello, comenta el tema del texto y explica los símbolos que aparecen. 2. Observa el léxico seleccionado por el poeta en este primer poema: ¿crees que resulta significativo?; ¿qué relación tiene con el sentido del poema? Señala otros recursos estilísticos en esta composición. 3. El segundo poema pertenece a Campos de Castilla y está escrito por Machado desde Baeza, cuando ya había muerto Leonor: ¿de qué forma se refiere, sin embargo, a su mujer en el texto? 4. Compara el paisaje que se describe en este texto con el del poema anterior. ¿Qué diferencias encuentras? ¿Qué semejanzas hay? 5. Existe una semejanza fundamental entre los dos poemas. Fíjate en concreto en los dos últimos versos del poema de Campos de Castilla y explícalos relacionándolos con las ideas más importantes que hayas comentado en el texto de Soledades. 6. La métrica de ambos textos es idéntica: analízalos desde este punto de vista.
LITERATURA: El Modernismo. TEXTO 3 PÍO BAROJA: PARÁBOLA
Porque en vano vino y a tinieblas va, con tinieblas será cubierto su nombre Eclesiastés, v. IV, c. VI
Y era en la isla de Ceylán1, en el séptimo siglo antes de la venida de Cristo, en la séptima encarnación de mi alma, en el tiempo en que Sakyamouni2 predicaba por el mundo y enseñaba la Ley, ley de gracia para todos los hombres. Y era en la isla de Ceylán. Y mi alma triste había encarnado en el texto de un paria3. En los momentos de descanso, tras de las rudas faenas, un compañero, esclavo como nosotros, leía las plegarias y los himnos santos, santos himnos que escribieron el solitario de la familia de los Sakyas y sus discípulos. Y yo oía las sentencias de Buda, pero no meditaba en el dolor, ni en la muerte, ni en la tristeza, ni en la miseria de las alegrías del hombre; meditaciones que abren al asceta las puertas de la misteriosa ciudad del Nirvana, en donde se es sin ser, y en donde se duerme el eterno sueño del aniquilamiento; lejos, muy lejos de las miserias y de las torpezas del mundo, en los dominios de la paciencia y del reposo, fuera del ingrato océano de la creación dolorosa. Y mi corazón estaba turbado por la vanidad y mis ojos no veían la luz en el camino. Porque amaba los goces de la vida, falsos como el eco de las cavernas y como las sombras reflejadas en los ríos, y quería apurar la copa del placer, que es tan solo receptáculo del dolor y de la liviandad. Y el espíritu, inspirador de los deseos y de las pasiones, me infundió el entusiasmo por la aborrecible existencia. “¿Qué necesito –pensé– para encontrar la dicha? Ser libre; la libertad basta para mi dicha”. Y fui libre, y me acosó la miseria, y viví desgraciado años y años. Y no encontré la dicha. “¡Oh! –pensé entonces–. ¡Qué engaño el mío! No basta la libertad para ser dichoso. Se necesita también la riqueza”. Un día me encontré dueño de una fortuna considerable, y vi satisfechos sin esfuerzos mis necesidades y mis deseos. Y no encontré la dicha. “¿De qué me vale la riqueza –dije después– si mis mayores ambiciones no puedo satisfacerlas? ¡Oh! Si yo fuera poderoso”. Y fui poderoso y tuve un país bajo mi dominio, y esclavos, y elefantes gigantescos, y carros de oro, y jardines colgantes, y mujeres adornadas con piedras preciosas. Y no encontré la dicha.
LITERATURA: El Modernismo. Y cuando el poderío se me hizo repulsivo, quise ser sabio, y estudié en Egipto, y en Babilonia, y en Persia, y en Caldea5, y medía la distancia de los astros, y calculé las alturas del sol. Y vi que en la mucha sabiduría hay mucha molestia y que quien añade ciencia añade dolor. Y no encontré la dicha. Y recorrí el mundo, hasta las tierras del Extremo Occidente, y vi las grandes y fastuosas ciudades del Mediterráneo, cuna de los más refinados placeres. Y no encontré la dicha. Y, resignado, volví a la isla de Ceylán, y volví a ser paria y volví a sufrir, y esperé tranquilo la hora de la muerte, la dulce hora de perder la personalidad en el crepúsculo del pasado y de fundirse en la augusta inconsciencia, como un rayo de sol en las masas azules de los mares. Hay en los libros de Zaratustra6 y en las sentencias del hebreo Jesús Ben Sirach parábolas más profundas y de más sutil enseñanza; pero de cierto os digo que a vosotros, cuyo corazón está turbado por la vanidad y cuyos ojos están cegados por el orgullo, os puede ser útil para la salud de vuestra alma la historia de esta vida, séptima encarnación de mi espíritu en el cuerpo de un esclavo, en la isla de Ceylán.
1
Ceylán: isla del océano Índico, que constituye actualmente el Estado de Sri Lanka; 2 Sakyamouni: Siddarta Gautama, de la familia de los Sakyas, más conocido por su sobrenombre de Buda, reformador religioso hindú de los siglos VI y V a.C. y fundador del budismo, doctrina religiosa enormemente extendida por el continente asiático, que cree en las sucesivas reencarnaciones del alma en un cuerpo diferente después de la muerte, de las que el hombre puede librarse llegando al éxtasis perfecto o nirvana, que puede alcanzarse a lo largo de varias vidas mediante la renuncia, la abstinencia y la contemplación; 3 paria: entre los hindúes, persona que no pertenece a ninguna de las cuatro castas que componen la sociedad; 4 Caldea: antigua región de Asia, en el sur de Babilonia (actualmente Irak); 5 asceta: persona que practica una vida austera y de renuncia a los bienes materiales; 6 Zaratustra: reformador religioso iraní de los siglos VII y VI a.C.
Actividades
1. Señala las partes que pueden distinguirse en este texto. 2. ¿Cuál es la moraleja que finalmente se deduce del relato? ¿Por qué se titula Parábola? 3. En este cuento de Baroja podemos observar algunos rasgos marcadamente modernistas, lo que es lógico si tenemos en cuenta que se incluye en la colección de relatos Vidas sombrías, publicada en 1900; pertenece, pues, al primer Baroja, y fue escrito en plena eclosión del movimiento modernista. Señala esos rasgos. 4. Repasa lo que has leído sobre la concepción barojiana del mundo y comprueba si tal idea de la vida puede advertirse en el presente texto. 5. Indica los rasgos de estilo más notables de este cuento.
LITERATURA: El Modernismo. TEXTO 4 VALLE-INCLÁN: LUCES DE BOHEMIA
Velorio en un sotabanco. MADAMA COLLET y CLAUDINITA, desgreñadas y macilentas, lloran al muerto, ya tendido en la angostura de la caja, amortajado con una sábana entre cuatro velas. Astillando una tabla, el brillo de un clavo aguza su punta sobre la sien inerme. La caja, embetunada de luto por fuera, y por dentro, de tablas de pino sin labrar ni pintar, tiene una sórdida esterilla que amarillea. Está posada sobre las baldosas, de esquina a esquina, y las dos mujeres, que lloran en los ángulos, tienen en las manos cruzadas el reflejo de las velas. DORIO DE GADEX, CLARINITO y PÉREZ, arrimados a la pared, son tres fúnebres fantoches en hilera. Repentinamente, entrometiéndose en el duelo, cloquea una rajado repique, la campanilla de la escalera.
DORIO DE GADEX.– A las cuatro viene la funeraria. CLARINITO.– No puede ser esa hora. DORIO DE GADEX.– ¿Usted no tendrá reloj, Madama Collet? MADAMA COLLET.– ¡Que no me lo lleven todavía! ¡Que no me lo lleven! PÉREZ.– No puede ser la funeraria. DORIO DE GADEX.– ¡Ninguno tiene reloj! ¡No hay duda que somos unos potentados!
CLAUDINITA, con andar cansado, trompicando, ha salido para abrir la puerta. Se oye rumor de voces, y la tos de DON LATINO DE HISPALIS. La tos clásica del tabaco y del aguardiente.
DON LATINO.– ¡Ha muerto el Genio! ¡No llores, hija mía! ¡Ha muerto y no ha muerto!... ¡El Genio es inmortal!... ¡Consuélate, Claudinita, porque eres la hija del primer poeta español! ¡Que te sirva de consuelo saber que eres la hija de Víctor Hugo! ¡Una huérfana ilustre! ¡Déjame que te abrace! CLAUDINITA.– ¡Usted está borracho! DON LATINO.– Lo parezco. Sin duda lo parezco. ¡Es el dolor! CLAUDINITA.– ¡Si tumba el vaho de aguardiente! DON LATINO.– ¡Es el dolor! ¡Un efecto del dolor, estudiado científicamente por los alemanes!
LITERATURA: El Modernismo. DON LATINO tambaléase en la puerta, con el cartapacio de las revistas en bandolera y el perrillo sin rabo y sin orejas, entre las cañotas. Trae los espejuelos alzados sobre la frente y se limpia los ojos chispones con un pañuelo mugriento.
Actividades
1. Este fragmento es el comienzo de la “Escena decimatercia” de Luces de Bohemia. El protagonista de la obra, el poeta Max Estrella, ha muerto y su mujer y su hija velan su cadáver acompañadas de varios poetas modernistas. Llega al velatorio Latino de Hispalis, acompañante habitual del fallecido, Los nombres de todos estos personajes resultan llamativos: comenta qué te sugiere cada uno de ellos. 2. La presentación de los personajes y algunas de sus actitudes tienen un carácter marcadamente esperpéntico: ¿por qué? 3. Aún pueden observarse en este texto algunos otros rasgos propios de los esperpentos. Fíjate en ello y coméntalo. 4. Las acotaciones en Luces de bohemia son anormalmente extensas para lo que es usual en una obra de teatro, y el lenguaje que en ellas se emplea muestra una voluntad de estilo que supera con mucho la mera indicación escénica que se le supone a .na acotación teatral. Analiza las tres acotaciones del fragmento y señala sus rasgos más sobresalientes.