Salario real, composicion del consumo y balanza comercial Author(s): Rosalia Cortes and Adriana Marshall Source: Desarrollo Económico, Vol. 26, No. 101 (Apr. - Jun., 1986), pp. 71-88 Published by: Instituto de Desarrollo Económico y Social Stable URL: http://www.jstor.org/stable/3466795 Accessed: 11/03/2009 13:36 Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of JSTOR's Terms and Conditions of Use, available at http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp. JSTOR's Terms and Conditions of Use provides, in part, that unless you have obtained prior permission, you may not download an entire issue of a journal or multiple copies of articles, and you may use content in the JSTOR archive only for your personal, non-commercial use. Please contact the publisher regarding any further use of this work. Publisher contact information may be obtained at http://www.jstor.org/action/showPublisher?publisherCode=ides. Each copy of any part of a JSTOR transmission must contain the same copyright notice that appears on the screen or printed page of such transmission. JSTOR is a not-for-profit organization founded in 1995 to build trusted digital archives for scholarship. We work with the scholarly community to preserve their work and the materials they rely upon, and to build a common research platform that promotes the discovery and use of these resources. For more information about JSTOR, please contact support@jstor.org.
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Desarrollo Econ6mico, v. 26, N? 101 (abril-junio 1986)
SALARIOREAL, COMPOSICION DEL CONSUMO Y BALANZACOMERCIAL* ROSALIA CORTES**
Y ADRIANA
MARSHALL**
Introduccion El retroceso del salario real y la caida del producto bruto interno en afios recientes convierten en objetivos prioritarios de la politica econ6mica el crecimiento y la recuperacion del poder adquisitivo del salario. Sin embargo, desde algunos cfrculos se considera que, en la practica, ambos objetivos son incompatibles. Se esgrime, a veces abiertamente, a veces en forma velada, que elevar el nivel del salario real constituiria un obstaculo para la reactivacion economica, ya que existiria un nivel de salario real "de equilibrio", compatible con un excedente en la balanza comercial. El argumento es que si el salario real supera dicho nivel induciria un aumento en el consumo de bienes exportables y de bienes manufacturados que requieren insumos importados, con el consiguiente deterioro de la balanza comercial. Por lo tanto, seria conveniente "crecer primero" y distribuir "despues". La restriccion que impone al crecimiento economico el desequilibrio de la balanza comercial es un tema que ha sido objeto de numerosos estudios referidos a economias abiertas, tanto en paises centrales altamente industrializados como en paises perifericos. Con respecto a estos ultimos se plantea que, como dependen de la continua importacion de insumos para mantener el ritmo del proceso de acumulacion, su crecimiento economico depende en ultima instancia de la capacidad para importar, la que a su vez esta determinada por los ingresos generados por las exportaciones. Como consecuencia de la tendencia al deterioro de los terminos de intercambio en desmedro de los productos del sector primario, en los paises perifericos surgen recurrentemente deficit en su balanza comercial, situacion que se agudiza durante las fases expansivas del ciclo economico. En analisis referidos especfficamente a la Argentina, a las limitaciones de largo plazo que compartirfa con otras economias dependientes en cuanto a la colocacion de las exportaciones en el mercado internacional y al deterioro de los terminos de intercambio, se ha aniadido,y a menudo enfatizado, otro factor adverso: el efecto supuestamente perjudicial de los incrementos en los salarios reales. Como en la Argentina los bienes exportables consti* Una versi6n preliminar de este trabajo fue presentada en la XIX Reunion Anual de la Asociaci6n Argentina de Economia Politica y publicada en los correspondientes Anales (1984). ** Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Buenos Aires.
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tuyen tambien bienes salario, un aumento del salario real contraeria el quantum exportable y, por ende, las divisas disponibles para importar y eventualmente para contribuir al pago de la deuda externa. Al mismo tiempo, el incremento del salario real se traduciria en una mayor demanda de importaciones, un rasgo que la Argentina tiene en comuin con toda economia abierta. Puesto que el salario real no ha experimentado un crecimiento sostenido en el largo plazo, puede suponerse que la hipotesis expuesta se refiere fundamentalmente al impacto de las oscilaciones coyunturales del salario real. Esta vision que, por omision, responsabiliza solamente a los asalariados por las variaciones en el consumo, puede servir para justificar una politica de contencion del crecimiento de los salarios reales. Curiosamente, en forma implicita; se combina el analisis estructuralistaque destaco el "cuello de botella" originado en el sector externo con propuestas que pretenden restaurar el equilibrio externo a traves de la deflacion de la demanda de consumo via el salario real. El tema adquiere en la actualidad singular importancia no solo por sus implicaciones para la politica economica, sino porque ha circulado a traves de los medios periodisticos una version vulgarizada del argumento descripto, que relaciona mecanicamente incrementos salarialescon caidas en el volumen de exportaciones1. Este trabajo se propone revisar criticamente la aplicabilidad de las diversas hipotesis que componen el modelo descripto a la economia argentina a partir de la decada del '50. Esto no implica atribuir a ningun autor en particular la responsabilidad por utilizar un modelo que combine el conjunto de las hipotesis analizadas2. Para facilitar la exposicion, en lo que sigue se denomina modelo standard al conjunto articulado de estas hipotesis. El trabajo se organiza de la siguiente manera. En la primera seccion se cuestiona la validez de identificar consumo de los asalariadoscon consumo total, sosteniendo que es necesario introducir en el an/lisis la composicion del consumo, diferenciando el consumo de distintos sectores sociales. En las secciones siguientes se discute acerca del rol de los cambios en el salario 1 Ver, por ejemplo, Clarin Economico (Sintesis de la Semana), 20-11-83: "...un aumento del 3 % en el salario real contrae en igual proporcion el volumen de la exportaci6n e incrementa las importaciones. Naturalmente, que ello reduce el saldo del intercambio comercial con que se paga una parte de los intereses de la deuda". Igualmente, Clarin Econdmico, Sintesis de la Semana, 26-2-84: "...un aumento del 1 %oen el producto bruto exige un 1,4 % de mayores importaciones y todo incremento salarial reduce las exportaciones en analoga proporcion. De ahi la presente dificultad en compatibilizar la reactivacion econ6mica y el alza del salario con la obtenci6n de un superavit comercial que permita cancelar la mayor parte de los intereses de la deuda externa". -Enunciados de este tipo se basarian en que "... para exportaciones y salarios reales en los anios que van desde 1970 a 1981, se ha observado una correlacion lineal... con r2 = 0,83... La relacion negativa entre exportaciones y salario real puede, si se quiere, entenderse como la composicion de dos funciones: 1) una funcion positiva de las exportaciones con respecto al tipo de cambio real...; 2) una funci6n negativa del salario real con respecto al tipo de cambio real" (Canitrot 1983 a; p. 50). Como se desprende de estas consideraciones, la correlacion estadistica entre ambas variables no implica necesariamente que entre ellas exista una relaci6n de causalidad. 2 En el presente trabajo se analiza solamente el comportamiento del consumo, dejando a un lado los demas componentes de la demanda efectiva. Una o mas de las hip6tesis que se discuten mas abajo estan presentes en: Braun y Joy (1968); Canitrot (1975; 1983a y 1983b); Diaz Alejandro (1964).
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real en la determinacion de variaciones en el consumo de bienes exportables y en la demanda de importaciones a la luz de las distinciones introducidas en la primera seccion. Consumo privado versus consumo de asalariados En el marco del analisis del modelo standard, las variaciones del consumo son las que determinan los movimientos de la balanza comercial. Esto se deberfa a que, por una parte, el monto del consumo interno de bienes exportables (principalmente carne y cereales) fija la magnitud del saldo dedicado a las exportaciones, mientras que, por la otra, la demanda de bienes manufacturados indirectamente influira sobre el volumen de las importaciones (fundamentalmente, de bienes intermedios). En esta seccion no se cuestionan las relaciones entre el nivel de consumo y la balanza comercial, sino los supuestos del modelo standard acerca del comportamiento y los determinantes del consumo. Como se ha mencionado en la introducci6n, el modelo asume que las variaciones del nivel del salario real gobiernan los movimientos del consumo, y por lo tanto los de la balanza comercial. De este modo, no solamente se sobreestima el peso del consumo de los asalariados en el consumo global, sino que en algunos casos extremos hasta se llega a identificar consumo privado con consumo de los asalariados, atribuyendo a estos ultimos la responsabilidad del consumo privado total. Estos casos extremos no siempre se justifican por una excesiva estilizacion de las variables3, sino que a menudo reflejan supuestos sobre la distribucion del ingreso y del consumo cuya validez en el caso argentino es cuestionable. El presente trabajo plantea dos observaciones: que es necesario a) acotar el peso del consumo de los asalariadosy b) discriminar sectores dentro del conjunto de estos ultimos. En primer lugar, el consumo de los asalariados no debiera superar el valor de la nomina total de salarios, ya que de otra forma significaria adjudicarles un gasto mayor del que realmente estan en condiciones de efectuar. En otras palabras, el modelo standard subestima la incidencia real del consumo de los no asalariados. Incluso en las economias industrializadas, donde la participacion de los asalariados en la fuerza del trabajo y en el ingreso es mas sustancial4, seria erroneo ignorar el consumo de los no asalariados. Es aun menos adecuado hacerlo en una economia como la argentina, donde en un periodo de asalarizacion maxima la participacion de los asalariados en la poblacion 3 Ver por ejemplo Porto (1975), para quien solo consumen los asalariados, mientras los capitalistas s6lo ahorran. Porto lo plantea como una simplificaci6n necesaria para la presentaci6n del modelo. 4 Desde la Primera Guerra Mundial, en los paises industrializados la participacion de los asalariados en el ingreso fue en aumento. Entre 1950 y 1960 alcanzaba el 71,8 % en los Estados Unidos; el 76,8 % en el Reino Unido y el 70,8 % en Alemania (estos datos se refieren al sector industrial exclusivamente; King y Regan, 1976). El empleo crecio hasta 1975 al igual que los salarios, que tuvieron una abrupta caida a partir de 1976 (ver Baum, 1983).
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economicamente activa ocupada alcanzaba el 74,6 % (Encuesta Permanente de Hogares /EPH/, 1975), , mientras que su participacion en el ingreso ha fluctuado entre un 32 % y un 47 % durante el periodo 1950-19826. Suponiendo que los asalariados no ahorran7, su participacion en el consumo privado depende de las fluctuaciones en la masa salarial (determinada por el peso conjunto del empleo y el nivel de remuneraciones) y en el consumo privado total: vari6 alrededor del 60 % entre 1950 y 1955, entre 1956 y 1972 presento un minimo de 45 % y un maximo del 55 %, llegando al 60 % entre 1973 y 1975, para volver a descender desde 1976 en adelante (ver apendice, cuadro 1). En definitiva, a partir de 1956 (con excepcion de 1973-1975) podria asignarseleal conjunto de los asalariados,incluyendo aqui tambien a los asalariados de ingresos superiores, como ma ximo algo mas de la mitad del gasto total del consumo de las familias8. En segundo lugar, la diferenciacion entre sectores de asalariados con ocupaciones y niveles de ingresos muy diversos y, por consiguiente, pautas de consumo heterogeneas, es crucial cuando se trata de implementar un modelo que descansa precisamente sobre hipotesis acerca del comportamiento del consumo de los asalariados y de extraer conclusiones para la elaboracion de una politica salarial9. En este contexto, debe observarse que si, como caso ilustrativo, se considerase solamente a los obreros industriales, su participacion en el consumo privado no excedio el 10 % entre 1960 y 1970, habiendo alcanzado un maximo de 14 % en 1950 y un minimo de 8,4 % en 196310.
Para concluir, la evaluacion del rol del consumo en la determinacion de variaciones en la balanza comercial solo puede llevarse a cabo si se tiene en cuenta la composicion del consumo que se deriva de la distribucion del ingreso entre asalariados y no asalariados,y entre componentes del primer grupo. Para simplificar, de aqui en adelante nos referiremos a dos sectores
sociales: capitalistas y asalariados. Los "capitalistas" abarcan tanto a los capitalistas en sentido estricto como a los asalariados e independientes de ingresos superiores, grupos que comparten el rasgo de poseer capacidad de ahorro. Los "asalariados" (o indistintamente, "trabajadores") incluyen a 5 Datos para el Gran Buenos Aires. En 1975, el promedio para diez ciudades de la participaci6n de los asalariados en la PEA era 73,9 % (Di6guez y Gerchunoff, 1984). 6 Segun datos BCRA (1975), para 1950-1973; Orsatti (1983) para 1974-1982. Se excluven aportes patronales jubilatorios. 7 Supuesto realista segufnla estimacion en INPE (1974). 8 La medida de participacion en el consumo esta ligeramente distorsionada por no haberse sustraido los correspondientes impuestos indirectos netos de subsidios al consumo privado. Identico efecto produce el no haber podido estimar la presi6n tributaria diferencial de acuerdo con estratos sociales. Ademas, la participacion de los asalariados en el consumo privado esta, por un lado, subestimada al no haberse considerado el consumo de los ex asalariados financiado por aportes patronales (o, como despues de 1980, por recursos generales del Estado), y por el otro, esta sobreestimada al no haberse deducido el conjunto de las contribuciones de los asalariados al sistema de seguridad social. 9 Mientras que en la Argentina los diferenciales de salarios han tendido a acrecentarse, en los paises industrializados habria tenido lugar un proceso inverso, acercandose la remuneraci6n de los trabajadoresmanuales a la de los no manuales (ver King y Regan, 1976). 10 Sobre la base de datos ineditos del BCRA sobre ingreso medio anual y empleo de obreros de la industria manufacturera (1950-1970).
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los asalariados de ingresos inferiores, asi como trabajadoresindependientes de ingresos equivalentes, caracterizandose ambos por una propension al ahorro nula o negativa. La relevancia de esta especificacion se acentua durante el periodo 1976-1982, ya que como efecto de la politica economica adoptada, los niveles del consumo privado alcanzan cifras equiparables a periodos de casi pleno empleo (1979-81 versus 1974-75), mientras que los niveles del salario real (del conjunto de los asalariados) y del empleo (de los trabajadores industriales) estan muy por debajo de su promedio historico. FIDE (1983) sefiala, en este sentido, que durante 1976-80 se habria incrementado el nivel de consuTo de la poblacion no asalariada: "...mientras que el consumo privado aumento un 2,8 % en el lapso considerado, las remuneraciones promedio anuales de los asalariados ...muestran
una contraccion de casi el 35 %" (p. 37). Durante el mismo periodo se habria intensificado el proceso de diferenciacion al interior del sector asalariado, juntamente con un proceso de polarizacion en la distribucion del ingreso 1.
Salario real y demanda de exportables El modelo standard supone que el nivel del salario real incide sobre el volumen de las exportaciones, porque la oferta de productos agropecuarios es inelastica e incapaz de responder en el corto plazo a incrementos en la demanda: cuando aumenta el consumo interno disminuye el saldo exportable. Como la demanda externa es infinitamente elastica, no influye sobre la magnitud de las exportaciones. for lo tanto, esta ultima estaria determinada endogenamente por la interaccion entre capacidad productiva del sector agropecuario y nivel de consumo interno. Segun este modelo, entonces, el volumen de las exportaciones constituye la variable residual. El modelo descripto tambien plantea que los exportables son bienes salario, es decir, bienes consumidos predominantemente por asalariados, cuya demanda interna es rigida frente a cambios en los precios. En lo que sigue se discuten estas hipotesis. La oferta agropecuaria Con respecto al comportamiento del sector agropecuario, el modelo postula que es incapaz de responder en el corto plazo con un incremento en la oferta frente a aumentos en la demanda. Este supuesto general se inspir6 en el comportamiento de la oferta agropecuariaen periodos anteriores a la decada del sesenta (ver Diaz Alejandro, 1969), pero su aplicabilidad se ha restringido fuertemente a lo largo de los ultimos veinte afnos.Al.dife11 Ver FIDE (1983 a y b); Ministerio de Trabajo (1982). Para ilustrar el nivel de empleo y de remuneraciones de la categoria de "asalariados", a falta de otros datos se utilizan series correspondientes a obreros industriales.
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renciar entre los dos componentes del sector, ganaderia y agricultura,puede observarse que al estancamiento relativo en el largo plazo del sector ganadero (productor de carne vacuna) se contrapone el comportamiento dinamico de la agricultura. A fines de la decada del '60 el sector agricola retoma el ritmo de crecimiento que lo caracterizara antes de la crisis del '30. Desde entonces, la demanda internacional vuelve a jugar un importante papel, lo que fue relegado en la mayoria de los analisis del comportamiento del sector agropecuario argentino12. A partir del '60 el crecimiento de la produccion agricola fue impulsado por los principales cultivos de exportacion, cuya tasa de incremento supero a la del producto agricola total. Estos resultados pudieron ser alcanzados principalmente a traves de la introduccion de semillas mejoradas, que incrementaron el rendimiento por hectarea de los cultivos exportables'3. En cambio, el sector productor de ganado se mantuvo relativamente estancado. El analisis del modelo standard extiende las caracteristicas de la ganaderia al conjunto del sector agropecuario, cuando en realidad las condiciones estructurales de produccion de la agriculturale permitirian responder con un aumento en el volumen de produccion a incrementos en la demanda14. El crecimiento de la capacidad productiva agricola implica que, aunque los bienes agricolas constituyen bienes de consumo interno masivo (de consumo directo o como insumos en la produccion de otros alimentos), el conflicto potencial entre aumento de las exportaciones y aumento del consumo interno no tendria motivos para manifestarse. La reorientacion de la agricultura hacia productos que se dedican predominantemente a la exportacion, como la soja, es un factor adicional que contribuye a disminuir la vulnerabilidad de las exportaciones provenientes del sector agricola a fluctuaciones en el consumo interno. Por otra parte, a partir de mediados de la decada del setenta, la participacion de las exportaciones de carne vacuna en el total de los ingresos generados por exportaciones disminuyo aproximadamente la mitad de su participacion promedio en decadas inmediatamente anteriores, debido tanto al crecimiento de las exportaciones agricolas como al de exportaciones de bienes industriales no tradicionales, que experimentaron un vigoroso desarrolo desde 1967 (ver CEPAL, 1982). Por consiguiente, aun cuando la oferta de came vacuna sea rigida, el potencial conflicto entre consumo interno y demanda externa afecta cada vez menos al conjunto de los ingresos provenientes de la exportacion. A partir de mediados de la decada del '70 se intensifica el proceso que reduce la dependencia del nivel de las exportaciones con respecto a las fluctuaciones 12 Con excepci6n de Mallon y Sourrouille (1976); Reca (1980). 13 Ver CEPAL (1982), p. 15. 14 Pese a no poder responder con incrementos en el producto, el sector ganadero no deja de ser sensible a las variaciones en los precios, y asi lo demuestra la rapida respuesta del sector ante variaciones en el precio initernacionalyen el mercado interno. Ver Nores (1972), p. 34.
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en el consumo interno, debido por un lado a que pasan a primer plano las exportaciones del sector agricola y, por el otro, a la capacidad de la agricultura de expandir su produccion. De este modo, las exportaciones van perdiendo su caracter "residual". Como el conflicto entre consumo y exportaciones podria emerger principalmente en el caso de la carne vacuna, 6ste es el tema que se examina con mas detalle mas adelante. La demanda externa de exportaciones Desde el punto de vista de la necesidad mundial de alimentos, no cabria duda de que la demanda externa para los exportables argentinos seria infinitamente elastica. Esta nocion posiblemente tiene validez en un analisis en el largo plazo. Sin embargo, esta caracteristica no se manifiesta siempre en periodos mas cortos, por lo menos en el caso de la carne vacuna, que es el que mas interesa en este contexto. Aunque en el largo plazo las exportaciones de carnes argentinas puedan experimentar una continua expansion, ya que la Argentina es uno de los principales exportadores de este alimento, en la practica la perdida de mercados tradicionales, que tuvo lugar en varias ocasiones, no se ha compensado en forma inmediata. La conquista de nuevos mercados ha sido mucho mas lenta, produciendose desfasajes temporales de importancia, es decir periodos en que el mercado internacional para las carnes argentinas se redujo. La restriccion a las importaciones de carnes argentinas por parte de compradores tradicionales (paises de la Comunidad Economica Europea) en varias oportunidades (1967-68, 1974-75) se tradujo en una contraccion de las exportaciones al no existir en ese momento otros mercados abiertos a las carnes argentinas. El cierre de mercados externos a las carnes argentinas tiene tambien implicaciones con respecto al comportamiento del consumo interno, que se examinan mas adelante. ,Es la carne vacuna un bien salario? Los principales bienes exportables -carne y cereales- en efecto constituyen bienes salario en tanto integran en proporcion importante el consumo de los asalariados. En 1960, los obreros industriales de Buenos Aires dedicaban el 15,5 % de sus gastos totales a la compra de carne vacuna y el 7,2 % a pan y cereales. De su gasto total en alimentacion, las proporciones eran 25,3 % y 12,2 % para carnes y pan y cereales, respectivamente (datos en DNEC, 1968). En 1970, el 13,4 % del gasto global de obreros y empleados de la industria y el comercio del Gran Buenos Aires se destinaba a carne vacuna, y el 4,9 % a cereales y sus derivados (datos en INDEC, s.f.a)15. 15 No se consideran en esta estimaci6n los cereales que, constituyendo insumos para la producci6n de otros alimentos (ganado, aves), integrao indirectamente los bienes-salario.
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No obstante, los mismos bienes tambien son componente importante del consumo de los otros sectores sociales. Si bien la proporcion de su gasto total dedicada a adquirir carne y cereales es mucho mas reducida, ello se debe a que acceden a otros consumos que estan vedados a los sectores de menores ingresos. Las diferencias entre los sectores sociales en la participacion del gasto en dichos alimentos disminuyen notablemente si se calcula dicha participacion exclusivamente en relacion al gasto total en alimentos. Puede observarse, por ejemplo, que en 1969-70 el estrato de ingresos inferior asignaba el 27,8 % de su gasto total de alimentos y bebidas al consumo de carnes y aves, mientras que el estrato de ingresos superior, el 26,3 % (sobre la base de datos para el Gran Buenos Aires, en CEPAL, 1978). La Encuesta de Consumo de Alimentos realizada en 1965 en el a6rea metropolitana muestra que el consumo flsico per capita de carne no varia notablemente de un nivel socioeconomico a otro16, siendo algo superior para los niveles medios (CONADE, 1968)17; es decir, que la elasticidadingreso del consumo de carne es baja. De todos modos, en el contexto de la presente discusion, tanto como la propension a consumir carne y cereales interesa conocer la participacion de los diferentes sectores sociales en el consumo intemo total de dichos bienes, en particular del bien "conflictivo", la carne vacuna. En 1963, los cuatro sectores de menores ingresos participaban en un 25 % en la demanda interna total de carne y pescado; los cuatro estratos de ingresos superiores, en un 35 % (sobre la base de datos en CONADE, 1967, para 'areasurbanas). En 1969-70, el 50 % mias pobre de la poblacion del Gran Buenos Aires consumia el 33 % de la carne comercializada (datos en Pinto, 1976), mientras que el de mayores ingresos (el 20 % mas rico) mas que duplicaba el consumo del sector de ingresos mais bajos (el 20 % mas pobre) (Orsatti, 1983). En definitiva, aunque los exportables, especificamente la carne vacuna, constituyen bienes salario, son ante todo bienes de consumo interno masivo. Debido a ello, interesa establecer como se distribuye entre los distintos sectores sociales la responsabilidad del trade-off entre demanda interna y nivel de exportaciones. Este interrogante remite a una discusion acerca de la elasticidad ingreso y la elasticidad precio de la demanda interna de carne vacuna.
16 Los "niveles socioeconomicos" se definen en el trabajo mencionado sobre la base de una combinacion de "ocupaci6n", "ingresos" y "educaci6n". Ver CONADE (1968) para la composicion social de cada nivel. 17 Consumo fisico per cipita (en kg.) de carne vacuna por semana: Nivel socioecon6mico: 1 = 1,26 4 = 1,48 2 = 1,46 5 = 1,45 3 = 1,66 6 = 1,44 Fuente: CONADE (1968).
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La demanda interna de carne vacuna Las diversas estimaciones existentes coinciden en sefialar que tanto la elasticidad ingreso como la elasticidad precio del consumo de carne vacuna son relativamente bajas18. La informacion sobre consumo fisico per capita de carne, mencionada mas arriba, indica que este crece con el pasaje desde los niveles socioeconomicos inferiores al siguiente (CONADE, 1968), para luego descender. Estos datos sugieren que es probable que un aumento de los ingresos de los asalariados implique una expansion en el consumo interno de carne vacuna; este hecho -i.e. que la elasticidad ingreso del consumo de carne vacuna sea mas elevada para los asalariados- apoyaria la hipotesis del modelo descripto. Sin embargo puede argumentarse tambien que la elasticidad precio del consumo de carne vacuna, baja en promedio, es diferencial de acuerdo con estratos de ingreso 9. Mientrasque el consumo de los sectores de ingresos bajos seria flexible respecto de cambios en los precios, el comportamiento del consumo de carne de los sectores de altos ingresos seria rigido frente a una disminucion o a un alza en el precio de la carne. Este comportamiento diferencial del consumo de carne seg(unsectores de ingreso seria un elemento crucial a tener en cuenta para evaluar a quien responsabilizar por el "conflicto" entre demanda interna y externa. La incompatibilidad entre aumentos simultaneos en la demanda externa y en el consumo interno se manifestaria solamente durante periodos en los cuales los productores contraen la oferta de carne (fases de retencion), en que se reducen tanto el consumo interno como el volumen de exportaciones, aunque el primero en menor proporcion que las ultimas (ver Cuccia, 1983; INPE, 1973). Es entonces durante esta fase de contraccion de la oferta que la relativa rigidez de la demanda interna podria afectar negativamente el quantum exportable (suponiendo que la demanda externa es infinitamente elastica). Esta fase tambien se expresa en el alza de los precios internos. Pero, como se observa mas arriba, solo los sectores de ingresos bajos responderian a la elevacion de precios con una disminucion de su consumo. La baja sensibilidad promedio del consumo interno en fase de retencion y oferta escasa con altos precios se deberia predominantemente a la rigidez del consumo de estratos con ingresos mas elevados, los cuales, como se dijo, explican el 67 % del consumo interno de carne (GBA). 18 Ver INPE (1973), p. 33, donde figuran las estimaciones realizadas por diversos autores. Tambien consultar Reca y Gaba (1973) y Reca y Frugone (1977). En Reca y Gaba (1973) se senala la importancia de considerar la evolucion del precio de los bienes sustitutos al evaluar la elasticidad precio del consumo de carne vacuna. La elasticidad precio podria haber aumentado en la segunda mitad de la decada del setenta en un contexto de crisis. Ver Informe Ganadero (ano 2, N0 35, agosto, 1983), donde se encuentran datos sobre la notable disminuci6n del consumo de carne vacuna per capita en anios recientes (1982 y 1983) como consecuencia de un marcado incremento en el precio. 19 Si bien no existen datos totalmente confiables al respecto, la escasa informaci6n disponible sugiere que esta hip6tesis no es descabellada. Segfunla encuesta de alimentos de 1965, serian los integrantes de los niveles socioecon6micos mas bajos los que muestran una reducci6n de su consumo de carne, atribuyendo "subjetivamente" este hecho al factor encarecimiento. Los tres niveles socioecon6micos inferiores asignan mayor importancia a las variaciones de precios como determinantes de su consumo de carne que los tres niveles superiores (ver datos en CONADE, 1968).
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Por el contrario, durante las fases de liquidacion ganadera y amplia oferta, cuando crecen el consumo interno y las exportaciones (las (ultimas en mayor proporcion que el primero; Cuccia, 1983), la baja de precios internos asegura una mayor absorcion por parte del mercado interno. Por lo tanto, mas que el volumen de las exportaciones, seria "residual" el consumo de carne por parte de los sectores de bajos ingresos: nuevamente serian estos quienes "responden" al descenso de precios con una expansion de su consumo. Los sectores de ingresos elevados no serian sensibles (o lo serian mucho menos) a un descenso en los precios, puesto que siempre mantienen un elevado nivel de consumo fisico, cercano al "punto de saturacion". El comportamiento del consumo de carne vacuna de los sectores de menores ingresos apareceria como la variable "de ajuste": permite absorber el excedente de oferta que no puede colocarse en el mercado internacional, volca'ndoseasi al mercado interno. Como lo sugiere Cuccia (1983) la evolucion del ciclo ganadero en los paises importadores de carne influiria, a traves de las variaciones en el precio internacional, sobre el ciclo ganadero domestico. La liquidacion de existencias se ve favorecida por precios intemacionales en descenso y menores oportunidades de colocacion en el exterior; el volumen de oferta excedente no exportada se consume intemamente debido al descenso de los precios intemos.
Salario real, ciclo ganadero y exportaciones En funcion de las consideraciones precedentes, cabe examinar la influencia del nivel del salario real sobre el volumen de las exportaciones de carne. Durante la fase de contraccion de la oferta ganadera,cuando caen las exportaciones, el aumento del salario real habria determinado una disminucion aun mas marcada de aquellas. Concretamente, durante perlodos de retencion de existencias (CEPAL, 1982), existirian cuatro ocasiones (1954, 1958, 1964-65 y 1970-71) en que parece notarse el impacto mencionado. En los periodos de retencion, el aumento del salario real reforzarfa el efecto de la rigidez del consumo de los sectores de ingresos mas elevados. Cabe notar que en algunos casos el aumento (o la escasa disminucion) del consumo de carne se vio facilitado por medidas de fijacion de precios maximos (1964 y 1971) y de implementacion de retenciones a la exportacion (1965). Ambas medidas favorecen la ampliacion del consumo interno de carne y afectan el nivel del salario real. Es decir, existiria una relacion causal que operaria en el sentido inverso al que postula el modelo standard: es el control de los precios de la carne el que por una parte eleva el consumo y por la otra se expresa en un incremento del salario real, ya que el precio de la carne es uno de los principales componentes del indice del costo de vida. En cambio, en fases de liquidacion ganadera (durante las cuales no habria conflicto entre demanda externa e interna ya que aumenta la oferta)
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la influencia de variaciones en el nivel del salario seria mas limitada. De hecho, en fases de liquidacion, las exportaciones de carne vacuna desaceleraron su tasa de crecimiento no solamente cuando aumento el salario real como en 1956-58, sino tambien cuando disminuyo la demanda externa (1967-69
y 1974-75)20
y cuando el tipo de cambio fue desfavorable para
el sector exportador (1960-61 y 1980; datos en CEPAL, 1982, y CTI, 1980). Inversamente, las exportaciones aceleraron su ritmo de crecimiento no solamente como resultado de movimientos en el salario sino tambien como consecuencia de la apertura de nuevos mercados (1974-78; ver CEPAL, 1982, y Cuccia, 1983). Puede concluirse entonces que las variaciones en los salarios reales determinan solo parcialmente el nivel del consumo y el volumen de exportaciones de carne; su influencia se conjuga con el impacto de varios otros factores: las decisiones de los productores ganaderos en funcion del precio internacional de la came, del tipo de cambio y de los impuestos a las exportaciones2t; la demanda externa; el comportamiento del consumo de otros sectores sociales; y, finalmente, las politicas estatales con respecto a los precios de la carne. Salario real y demanda de importaciones El modelo que examinamos tambien plantea que cambios en el salario real determinan variaciones en el consumo de bienes manufacturados, traduciendose en fluctuaciones en el nivel de importaciones. Esto ocurre ya sea porque el aumento en la demanda interna induce nuevas inversiones y, por consiguiente, importaciones de bienes de capital e intermedios en momentos de casi pleno empleo, ya sea porque induce solo importaciones de bienes intermedios en periodos en que existe capacidad instalada ociosa. En la Argentina se ha comprobado que los cambios en el nivel de actividad industrial gobiernan el movimiento del volumen de las importaciones22. En los afios que se estudian en este trabajo, las fluctuaciones del volumen de importaciones estuvieron estrechamente ligadas con la actividad manufacturera: hasta 1977 las expansiones del producto industrial generaron incrementos de importaciones de bienes intermedios, mientras que con posterioridad a 1977, la enorme caida del producto del sector se reflej6 en la caida de ese grupo de importaciones, para favorecer las de bienes de consumo. Hasta entonces, la suma de bienes intermedios y capital constituyeron alrededor de un 95 % del total de importaciones, siendo su volumen 20 Cabe observar que la disminucion de las exportaciones en 1974 refleja tambien el aumento de la faena y las exportaciones clandestinas debido a los aumentos en los impuestos a las exportaciones y al control del precio domestico de la carne. En 1973-74 la faena clandestina llego al 22 % de la faena total (Cuccia, 1983, p. 24). 21 Estos tres factores son determinantes principales del precio domestico de la carne (ver Braun y Joy, 1968). 22 Ver CEPAL (1982) y Mallon y Sourrouille (1976).
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altamente elastico en el corto plazo respecto del producto de la manufactura (CEPAL, 1982). Aunque sin duda los cambios en el nivel del salario real acarreancambios en el volumen ffsico de importaciones, en particular de bienes intermedios, esto no se traduce en una correlacion estadisticamente significativa. A ello contribuiria el hecho de que la demanda inducida por el consumo de otros sectores sociales es tanto o mas importante que la de los trabajadores23.
Frecuentemente, aunque no siempre24, los periodos de expansion en la actividad economica coinciden con alzas en los salarios reales. Los asalariados destinan al consumo de bienes manufacturados el monto que les queda disponible de su ingreso una vez que han cubierto los gastos basicos. Por lo tanto, al aumentar sus ingresos, crece su gasto en bienes manufacturados, generando una mayor demanda de importaciones. No obstante, el gasto de los asalariados es insuficiente para explicar la totalidad de la demanda derivada de importaciones durante periodos expansivos. Para completar la explicacion es necesario introducir en el analisis la influencia del comportamiento del gasto de los capitalistas y de los asalariadosno manuales de mayores ingresos. Es sobre estos sectores sociales que recae mas de la mitad del consumo privado total. Cuando crece el nivel de actividad, aunque se incrementen los salarios reales e incluso la participacion de los asalariados en el ingreso, tambien aumentan los beneficios en terminos absolutos (la masa de beneficios) y, consiguientemente, los ingresos personales de los capitalistas. Como el gasto en bienes manufacturados constituiria una proporcion fija del ingreso de los capitalistas (Kalecki, 1970; Monza, 1976)25 y este varia directamente con el nivel de actividad, tambien su gasto en bienes manufacturados fluctuaria directamente con el nivel de actividad. Estas consideraciones se aplican especialmente al caso del consumo de bienes durables, que son los que poseen un mayor contenido de importaciones26. N6tese, en este contexto, que la mayor elasticidad ciclica de las importaciones de bienes intermedios corresponde precisamente a las maderas y los metales no ferrosos, ambos insumos para la produccion de bienes durables (muebles, electrodomesticos y automoviles; ver CEPAL, 1982), la que por otra parte es la actividad manufactureraque experimenta mayores oscilaciones ciclicas (Heymann, 1980, pp. 63/65). El destino de dichas importaciones son las industrias productoras de aquellos bienes que menos 23 El coeficiente de correlacion entre volumen fisico de importaciones de bienes intermedios y salario real (salario baisico de pe6n industrial) es muy bajo '(r2 = 0,19); (1958-1972; calculado en base a INDEC y CEPAL, 1982). El volumen de las importaciones esta determinado ademas por factores especulativos (ver CEPAL, 1982). 24 Por ejemplo, 1960-61 ilustra un periodo de expansi6n en la actividad economica con salarios reales estancados. 25 En el caso de la Argentina, este supuesto ademas se ve apoyado por los datos de las encuestas de presupuestos familiares, las que muestran que la proporcion del gasto en bienes durables crece al aumentar el nivel del ingreso (ver EPF 1969-70, INDEC, s.f.b.). 26 Datos sobre coeficientes de importaci6n por rama industrial se encuentran en CEPAL (1983 b) y Sourrouille (1976).
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consumen los asalariadosde menbres ingresos. En general, la incorporacion de los trabajadoresal mercado de bienes durables se restringe a un conjunto mas reducido de bienes que en el caso de los sectores de mayores ingresos. En 1963, en areas urbanas, los estratos de ingreso representativos de los obreros industriales, que abarcaban un 30 % de los hogares, participaban con el 23 % del gasto global en heladeras y lavarropas, 18 % del gasto en televisores, 20 % del gasto en calefones y cocinas y 14 % del gasto en radios y aspiradoras.Su presencia en la demanda de otros bienes durables, en particular automoviles, es insignificante (datos en Marshall,1981). En 1970, solamente el 1,4 % del gasto de los asalariadosde la industria y el comercio (GBA) se asignaba a la adquisicion de bienes durables. De acuerdo con la encuesta de presupuestos familiares de 1969-70 (GBA) el gasto en bienes durables de los sectores mas representativos de los obreros industriales no seria muy inferior al gasto promedio, excluyendo el rubro "automoviles", para el cual la diferencia es muy marcada, mas aun para los obreros de menores ingresos (Marshall, 1981). De acuerdo con la misma encuesta, el 50 % "mas pobre" de la poblacion del area participaba en un 5 % en el total del gasto en "automoviles", y en un 25 % en el del gasto en "artefactos electricos y mecanicos". Si se considera solamente el 20 %0mas pobre, no participa en el consumo de automoviles y participa solamente en un 5 % en el gasto total de "artefactos electricos y mecanicos". Ademas, solo se adjudicanun 6 % (el 50 % mas pobre) o un 1 % (el 20 % mas pobre) del consumo total de muebles (datos en Pinto, 1976). El mercado de bienes durables se habria expandido mas visiblemente durante la coyuntura de 1974-75. El periodo 1976-83 merece atencion especial, ya que la implementacion de politicas liberales con respecto al intercambio comercial con otros paises, asi como el mantenimiento de una moneda sobrevaluada, a partir de 1979 provocan un incremento hasta entonces inedito del volumen fisico global de importaciones. Al cambiar el tipo de politica se modifico el comportamiento de los determinantes del saldo de la balanza comercial: por un lado resulto poco rentable la exportacion, mientras que por el otro, fue conveniente la importacion de bienes de consumo final27. En este contexto, hay que recordar que a lo largo de todo el periodo se mantienen niveles de salario inferiores a los vigentes durante el primer quinquenio de la decada del setenta28, o sea que durante el periodo 1976-83, se habria disociado mas evidentemente la evolucion del volumen de importaciones de la del salario real. La coexistencia de salario real bajo con alto nivel de importaciones hace suponer, con bastante realismo, que dichas importaciones suntuarias fueron inducidas por un incremento de la masa de ganancia, la que tambien se expreso, en varios anos, en mayores importaciones de bienes de 27 La participacion de los bienes de consumo final en.el total de importaciones pasa de un 4,8 % en 1970, a 10,4 % en 1978, y 17,6 % en 1980 (datos en CEPAL, 1982, p. 187). 28 Esta afilrmacion es valida a pesar de los incrementos en el salario real que tuvieron lugar entre 1979-1980, los que no implican una recuperacion de los niveles pre 1976 (cuadro 1, salario de obreros, apendice) El incremento salarial de 1980 se verifico sobre todo para los asalariados no manuales (datos en CEPAL, 1983 c).
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capital (datos en CEPAL, 1982). A pesar de que dicho perfodo es atipico con respecto a los veinte afnos previos, constituye una buena ilustracion de la notable propension al consumo de lujo por parte de los sectores de mayores ingresos y, mas especificamente, al consumo de bienes importados29
Estas consideraciones no pretenden refutar la hipotesis de que aumentos en el salario real generan mayores importaciones. Intentan, en cambio, acotar la magnitud de dicha influencia, contraponiendola a aquella que se deriva de la demanda de los sectores de ingresos mas elevados, cuya propension al consumo de bienes con alto contenido de importaciones supera a la de los asalariados. Tienen ademas relevancia particular en la coyuntura que enfrenta actualmente la Argentina, cuando dado el acentuado deterioro del poder adquisitivo del salario es muy posible que los aumentos en el salario real se traduzcan en una primera etapa en una mejoria en el consumo de bienes y servicios basicos mas que en una mayor incorporacion al mercado de bienes con altos coeficientes de importacion. En sintesis El modelo standard otorga un papel preponderante al nivel del salario real en la determinacion de variaciones en la balanza comercial, basandose sobre el supuesto de que el consumo privado se explica fundamentalmente por el consumo de los asalariadosy que estos, ademas, conforman un grupo homogeneo. A lo largo de este trabajo se discutio dicho supuesto sefialando que cuando se introduce en el analisis la nocion de composicion del consumo que se deriva de la distribucion del ingreso, tanto entre capitalistas y asalariados como entre diferentes estratos del sector asalariado, se concluye que no es posible atribuir al salario de los trabajadoresel caracter de principal determinante del consumo que le asigna implicitamente el modelo standard. Este modelo, por una parte, minimiza el rol del consumo de los capitalistas, y por la otra, ignora el peso decisivo que tienen los asalariados de elevados ingresos en la determinacion de la propia masa salarial.Sin negar el papel que desempena el incremento del consumo de los trabajadoresen la determinacion del saldo exportable y en la demanda de importaciones, en las paiginasprecedentes se intento demostrar que el consumo de otros sectores sociales tiene una influencia aun mas significativa. Una politica que pretenda actuar sobre la balanza comercial a traves del control salarial, no solo penaliza los salarios de los sectores de bajos ingresos, sino que es inefectiva con respecto a sus objetivos, ya que no es capaz de modificar el volumen del consumo de los sectores de ingresos altos, que son al menos tan responsables como los trabajadoresen la determinacion del nivel del consumo global. 29 El abaratamiento relativo de los bienes de consumo final importados por cierto tambien se tradujo en un incremento de las importaciones de bienes salario manufacturados. Sin embargo, tanto en volumen como en valor el grueso de las importaciones de bienes de consumo se compone de bienes suntuarios (datos en Intercambio Comercial, INDEC, varios niumeros).
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APENDICE - CUADRO
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Participacion de los asalariados en el consumo privado, volumen de importaciones y de exportaciones seleccionadas Volumen exportaciones Carne (1) 1950 1951 1952 1953 1954 1955 1956 1957 1958 1959 1960 1961 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969 1970 1971 1972 1973
46,4 45,4 65,2 95,2 103,9 104,7 80,4 68,1 68,0 78,3 117,1 84,4 74,9 93,1 96,6 83,7 117,2 100,0 67,5 99,5 79,8
1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980
41,5 38,3 78,8 89,9 116,1 102,7 69,1
Cereales Oleaginosas (3) (2)
48,0 74,2 53,2 48,7 48,7 52,5 59,6 60,5 38,5 71,0 52,3 90,0 106,6 101,8 74,8 67,1 85,2 100,0 92,9 60,0 95,8 103,9 79,4 99,6 159,5 121,5 141,0 100,0
58,7 59,9 26,8 33,5 59,5 88,5 65,5 80,8 88,8 112,8 85,8 73,2 105,1 92,7 101,5 81,8 73,4 100,0 98,7 52,3 80,4 66,5 54,3 -98,0 213,1 328,5 407,4 408,7
Volumen importaciones (4)
Salario real (5 b) (5 a) 1970 = 1 1980 = 100
77,3 66,1 82,1 98,2 89,5 66,5 73,9 81,7 74,8 73,3 79,3 100,9 100,0 106,1 101,4 89,3
0,867 0,820 0,757 0,796 0,869 0,845 0,906 0,873 0,968 0,742 0,745 0,827 0,817 0,817 0,902 0,984 0,989 0,967 0,919 0,964 1,000 1,052 0,990 1,072
101,0 112,9 81,7 106,0 88,6 124,9 188,5
1,264 1,237 0,792 0,756 0,772 0,861 1,000
107 110 105 112 126 119 80 81 80 91 100
Consumo privado (6) Precios constantes
Salarios/ consumo privado (7) %
5.855 5.977 5.731 5.645 6.156 6.773 6.821 7.205 7.652 7.000 7.138 7.932 7.581 7.470 8.332 9.073 9.096 9.331 9.700 10.319 10.741 11.449 11.725 12.538 71.744 72.083 65.051 66.029 63.146 72.321 74.055
61,4 57,2 58,8 61,7 61,7 57,1 52,4 49,7 54,3 45,1 45,8 48,0 49,5 46,9 47,1 49,9 53,7 53,5 51,7 52,4 54,7 55,4 52,3 59,6 60,6 59,5 42,5 44,8 53,7 48,7 54,0
(1), (2) y (3): Indice trimestral de volumen fisico, 1970 = 100. Fuente: CEPAL, 1982, cuadro 6. (4): Indice trimestral de volumen fisico, 1970 = 100. Fuente: CEPAL, 1982, cuadro 12. (5 a): Remuneraciones reales de los asalariados: Indice de remuneraciones deflactado por indice de precios al consumidor, 1970 = 1. Fuente: Llach, J. J., y Sanchez, C. E. (1984). (5 b): Salario real medio de obreros industriales, CEPAL (1983 c). (6): Consumo privado a precios constantes, 1950-1973 en pesos de 1960, datos en BCRA (1975); 1974-1980 en pesos de 1970, datos en BCRA (1982). (7): Cociente entre la nomina de salarios y consumo privado, en precios corrientes. 19501973 calculado de BCRA (1975); 1974-1980 calculado de BCRA (1982) y Orsatti (1983).
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RESUMEN En este trabajo se revisan criticamente los supuestos del modelo "standard" sobre la economia argentina que otorga un papel prepondernte a cambios en el nivel del salario real en la determinacion de variaciones en la balanza comercial. Se muestra que, a diferencia del planteo del modelo "standard", la oferta de exportables agricolas no es ineldstica, en tanto que en el caso de la came el elemento residual no es el quantum de exportaciones sino el volumen del consumo
interno. Adema's, la demanda internacional para los bienes agropecuarios no es eldstica en el corto plazo. infinitamente Del analisis se concluye que el modelo "standard" ignora el consumo de los no asalariados, que representa por lo menos la mitad del consumo privado global, asi como las diferencias de comportamiento del consumo de exportables e importaciones por parte de asalariados y no asalariados.
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SUMMARY In this paper the assumptions of the standard model of the Argentine economy that emphasizes the role of real wage changes in explaining variations in the trade balance are discussed. Contrary to the standard model argument, the supply of agricultural exports is not inelastic while, in the case of beef, rather than the export quantum domestic consumption is the residual element. Moreover, foreign
demand for beef and cereals is not infinitely elastic in the short run. It is concluded that the standard model ignores non wage earners' consumption -which represents at least one half of total private consumption- and neglects differences in consumption behaviour between wage and non wage earners with respect to both exports and imports.