¿QUÉ HAGO CON MIS PREOCUPACIONES? En estos días tan inesperados es normal sentirse PREOCUPADOS. Los niños también sienten a menudo preocupaciones. Estas nacen cuando deseamos que las cosas sean distintas a lo que son. Esa necesidad o deseo produce un rumiar de pensamientos que no podemos dejar de escuchar. Algunas preocupaciones no son importantes pero otras merecen ser atendidas y escuchadas. A veces simplemente nos quedamos atrapados en el miedo y no somos capaces de analizar qué nos preocupa realmente. Cuando sientas que una preocupación debe ser atendida puedes hacer una lista anotando qué pensamientos tienes y con qué frecuencia aparecen. Esta información puede ayudarte a comprender tus procesos mentales y tomar decisiones. Con los niños también funciona.
Ayúdale tú a hacer la lista y buscar soluciones juntos para esa preocupación.
La mayoría de nuestras preocupaciones simplemente son hábitos de nuestra mente inquieta y se pueden parar fácilmente. Pincha aquí para acceder a una web que puede ayudarte a soltar las preocupaciones y dejarlas ir como nubes en el cielo.
La web está acompañada de una música
ambiental perfecta para soltar y relajarse. La interacción comienza con una estrella en la que puedes escribir alguna de tus preocupaciones.
Por ejemplo, Cómo estarás tú?, Cuándo podremos volver a salir? Qué hago con mi inquietud?
El viaje.
Una vez que la envías, comienza su viaje espacial
alejándose poco a poco de nuestra perspectiva inicial. Mientras se va haciendo más y más pequeña, van apareciendo frases (en inglés) que te ayudarán a reflexionar sobre el tamaño tan insignificante que tenemos dentro de nuestro gran sistema solar.
Efectos. Tomar conciencia de nuestra impermanencia produce una liberación y desasosiego con efectos hipnóticos y curativos para los niños.
Recuerda que sentir preocupación es natural, nos pasa a todos. La emoción quizás no puedes cambiarla pero sí puedes decidir cómo relacionarte con ella.