El aprendizaje del niño mediante la clase Por: Celia Eunices Galarza López Educadora
Cuando decidimos ser maestro de niños debemos estar consientes que podemos convertirnos en una influencia negativa o positiva. Todo lo que nos rodea se convierte en parte de la experiencia que lo conduce a la buena apreciación de las cosas y por tanto aprender de estas. Tenemos que poner mucha importancia a la planificación de nuestra clase e interés para lograr que estos internalicen lo que deseamos. Enseñamos con toda nuestra personalidad. Nuestros gestos, movimientos, colores, vestimenta, sonidos etc.que utilizamos afectan la rapidez del aprendizaje. Recuerdo siempre mi maestra de segundo grado que me ensenó a escribir bien bonito las letras. Se vestía y se arreglaba tan bonito que me entusiasmaba a ir a la clase. Aprendí a escribir las letras de alfabeto muy bonitas ya que ella las plasmaba en la pizarra como si fuera una obra de arte en ocasiones con mucho piquete y yo deseaba hacerlas como ella. Aún en mi adultez me preguntan quién me había enseñado a escribir tan bonito a lo que respondía: MRS.RODRIGUEZ. Recuerdo a otra que gritaba tanto… y me abría los ojos tan grandes que me miraba en el espejo a ver si yo tenía aquellos ojotes que me causaban tanta impresión. Pienso que si nosotros tratamos de acondicionarnos al nivel del niño para no provocar reacciones negativas con éste podría aprender más fácil. Si los objetivos de la clase son que éste aprenda a sentir buen gusto por los alimentos y llevas de merienda leche y gritas: “que mala es esta leche” no podrás luego invitarlos a saborearla y que aprenda sobre sus nutrientes. El estilo tradicional de que debe ser el alumno el receptivo al maestro en todo, con los cambios de experiencias generacionales ha variado por lo que nuestras clases deben ser creativas, variadas y entusiasta. No olvido a una maestra detrás de un escritorio leyendo una hora y yo escribiendo que hasta me salió un callo en el dedo. Como maestros nos convertimos en el amigo, servidor, consejero, papá, mamá, hermano, pastor, del mismo. Compartimos sus experiencias y lo ayudamos a moldear su personalidad, sus ideas de la vida y su conocimiento bíblico para amar a Dios con todo su corazón. Un niño no quería ir a la clase a lo que le pregunte muy preocupada el por qué. Me respondió que se hablaba mucho del diablo en la misma y que le tenía miedo al salón. La maestra no se daba cuenta cuánto estaba afectando sus niños con sus testimonios del diablo. Debemos estar muy conscientes que cuando Dios coloca los niños en nuestras manos es con el propósito de que lo ayudes a transformar su vida en una llena de alegría y santificación con Dios por todo lo creado. Uno de los recursos excelentes puede ser convertir la clase de estos en una de adoración y educación o sea que el alumno entienda que atreves de su clase y del conocimiento está adorando a Dios. Ambos se entrelazan en este proceso. El lograr que este mediante el conocimiento provisto desarrolle destrezas para el manejo de la vida en forma adecuada es un éxito para su maestro el cual le provocara gran satisfacción. Debemos hacer el esfuerzo por descubrir en nuestros alumnos aquellas cosas interiores que a simple vista no vemos. Estos en ocasiones rechazan ir a participar de la clase por hay cosas que no lo atraen. Sería positiva la inclusión de los nuevos medios tecnológicos en la educación cristiana. Tratar de que su ambiente no sea tan distinto al de una familia funcional.es una integración de trabajo donde el maestro debe integrar los padres y envolverlos en la participación. Es muy importante la selección del maestro de niños
el cual debe ser adiestrado o tener la preparación académica si es posible ya que de este depende que este crezca amando la iglesia. El internet y las clkas3s online en donde la familia se envuelva son muy adecuados para un buen aprendizaje. Debemos filtrar el recurso de los niños y ser asertivos en el perfil de este para que se convierta en una herramienta útil en el proceso educativo. Recuerden que estamos tratando de provocar una transformación integral en el desarrollo de nuestra niñez para que cuando crezca no olviden los estatutos divinos.