La salud emocional de la mujer a los 50 años… Por: Mis. Celia E. Galarza López
La sensación que sienten muchas mujeres cuando cumplen 50 años es de perdida de sus encantos de juventud. Piensan que el rostro tenso se volverá pronto en uno con las marcas de las arrugas. Sufre de aumento de peso y aparecen algunas enfermedades como diabetes, tiroides. Cardiovasculares, caída del cabello, dolor en los huesos, ostreosporosois entre otras. La piel se vuelve flácida y piensa que su esposo ya no la admira como antes por lo que en muchas ocasiones es una etapa de cambios y hasta separación por la incomprensión de las parejas de manejar la etapa por la que están pasando. Los cambios biológicos suelen causar efectos psicológicos incomprensibles como pensar que está embarazada, angustia sin motivos, depresión, ansiedad, agresividad, irritabilidad y otros. Su percepción de las cosas cambia y es por estos motivos que piensa que la sociedad es injusta con ellas. Esto puede variar en las mujeres. Puede que otros factores como el ambiente, la niñez etc. afecten o afloren en esta etapa. Los cambios hormonales se reflejan de diferentes maneras en las diferentes mujeres Muchos estudios indican que el aumento de cáncer puede manifestare por lo que es recomendable que se hagan los estudios médicos rutinarios. Se piensa que aquellas mujeres que sufrían de ciertos problemas emocionales podrían acentuarse estos como agresividad. depresión autoestima baja. La vida espiritual de estas podría ser afectada ya que se ausentan de la iglesia por los síntomas de cansancio, agotamiento entre otros. El mismo grupo social de la iglesia puede hacer comentarios como que está poniéndose vieja … que no llevan ningún interés personal, pero puede afectar su estado emocional. El pastor y su esposa pueden buscar información sobre esta etapa para detectar los cambios de estas feligresas y ofrecerle la ayuda mediante consejería, talleres y encuentros matrimonial. Las durabilidades de los efectos emocionales pueden ser diferentes. Es importante que el pastor ministre con sabiduría a las mujeres y establezca algún grupo de apoyo para puedan superar sus crisis. Los hermanos de la iglesia deben reconocer estos cambios emocionales en algunas de las mujeres en la iglesia y deben entenderlas como parte de su ambiente social para suavizar estos efectos. Pueden que se sientan rechazadas, arrinconadas por el liderato y hasta marginadas. Podemos ver estas situaciones como parte de la ayuda o apoyo que debemos ofrecer en la iglesia a la mujer. Recordemos que es el fin de la etapa reproductiva por lo que puede pensar que es el fin de su vida sexual afectándose la pareja emocionalmente. Esto puede unirse al sentido de perdida y soledad
ya que sus hijos han marchado del hogar y si se distancia la pareja será afectará emocionalmente. Muchas creen que su pareja le es infiel por lo que son afectadas por el celo excesivo causando conflictos y agresividad. Puede producir estados depresivos necesitando la ayuda profesional. Otros factores pueden empeorar dichas situaciones como le toque cuidar sus ancianos padres. Si sus hijos se casaron tendrán que ayudarlos a cuidar los niños. Provocaran con sus narrativas sobre sus hogares y sus crisis la parte del fracaso
que asumen. En ocasiones sus hijos están divorciados y tienen que traer los nietos al hogar para fomentar las relaciones paternales lo que les agobia más. No acepta el proceso de envejecer y cree se vuelve “invisible” para su esposo. La pérdida de
atracción sexual las hace sentirse enajenadas. Las mujeres atraviesan tantos cambios que necesitan mucho apoyo de los seres queridos que las rodean... Tomemos en
cuenta la discriminación por edad. En la sociedad actual, la edad de las personas es sobre todo un atributo cultural que discrimina en la vejez y favorecen la juventud
independientemente del valor y de las habilidades de cada persona. Podemos decir
que entierran las mujeres cuando tiene cierta edad y son etiquetadas como “viejas” a una edad más temprana que los hombres. Podemos ayudarlas fomentando el valor del respeto y de la experiencia que tanto nos enseno Jesús. En la convergencia de
generaciones el rol de la mujer con experiencia cristiana es muy importante como buenas mentoras de las mujeres jóvenes que tanto necesitan ser aconsejadas.
Algunas actividades que se pueden fomentar en la iglesia serian mantener amigas de apoyo, realizar nuevas actividades como manualidades, compartir el trabajo cuando nos enfermamos con las ancianas, rechazar la violencia doméstica en el caso de sufrirla mediante reuniones de apoyo, viajar, turistiar entre otras.
El rol de la iglesia para la comunidad de la mujer en los 50 es de vital importancia para desarrollar una generación envejeciente saludable.