Oh Dios sáname Por: Mis. Celia E. Galarza López He escuchado a muchas personas que están muy afligidas por causa de su enfermedad. En algunos casos estos han recibidos consejos no apropiados en donde le aseguran ser sanos por una súper Fe que los deprime al acercarse a la muerte. Dios es nuestro sanador la palabra nos declara que esta es una prueba de su deidad y es ejecutado sin duda alguna. El ministro mediante su imposición de manos es un instrumento el cual fortaleza la esperanza en lo que dice la Biblia. El poder y la virtud de restaurar el cuerpo humano son de Dios pues él lo creo. Estamos conscientes que el pecado nos introdujo la muerte por tano como consecuencia sufrimos y vemos nuestros compañeros y familiares ser atacados por enfermedades mortales que nos hacen llorar.1cort.15:26.No es fácil cuando de repente el médico te dice que tienes una enfermedad incurable. Nuestras emociones y la de los que nos rodean son estremecidas pues vemos la muerte cerca. Dios ha prometido ser nuestro sanador pero es a él que le corresponde señalar los días de vida del hombre. Nunca debemos causar tristeza en el enfermo acusándole que su enfermedad se debe a sus pecados personales. Es injusto para la persona pues Dios es misericordioso para perdonar y sanar si así lo quiere. Sabemos que Job fue señalado por sus amigos de estar sufriendo por que había pecado. ¡Qué dolor tan grande debió sentir. La Biblia dice que era un hombre justo y temeroso de Dios! No estamos exentos de las enfermedades. Lo importante es que estemos sanos del alma y si a Dios le place sanarnos amen pues después de todo vivimos para prepararnos para gozar de la vida eterna. Pablo El valor apologético de los milagros luego de Jesús ascender a los cielos continuos con los apóstoles y así a la iglesia cristiana en donde fue dando testimonio a muchos atraves de los mismos. La misma rogaba al padre que se hicieran las
sanidades en nombre de Jesús Hechos 4:29.Vemos que la naturaleza divina es revelada atraves de las sanidades. Debemos tener fe de que no importa nuestras circunstancias corporales de enfermedad hay esperanza en la sanidad divina como promesa de Dios. Hoy anima a sus siervos a que le busquen con fe creyendo que hay un milagro para todos. Hoy más que nunca necesitamos la confirmación del don de sanidad en los ministerios evangelisticos para que la gente se convenza que Dios es el mismo ayer…. hoy y por todos los siglos. Cada líder de cada institución debe enfocar con pertinencia la doctrina de la sanidad divina.