Mérida, contra las trabajadoras sexuales: Discriminación, violencia e impunidad Texto elaborado por el equipo Indignación para ser presentado en el Foro de Análisis del Fenómeno Social del Trabajo Sexual en Mérida, convocado por el Ayuntamiento de esta ciudad y el comité interinstitucional de dicho foro. Con el envío electrónico de esta ponencia el equipo Indignación otorga por supuesto permiso para que el presente texto sea difundido sin fines de lucro por los organismos participantes. *** Antes de la invitación a reflexionar sobre el trabajo sexual desde alguna de las siete perspectivas propuestas, el equipo Indignación recibió la información de compañeras trabajadoras sexuales que han sido detenidas y hostigadas por la policía municipal de Mérida y que afirman que este hostigamiento se ha incrementado de unos meses a la fecha. Es sobre esta violación a los derechos humanos, impune, que vamos a decir nuestra palabra, en este foro convocado precisamente por la institución señalada por las agraviadas como responsable de ejercer violencia contra las trabajadoras sexuales. Venir a este foro a recordar que toda persona tiene derecho a caminar libremente, a decidir cómo vestirse, a tener un trabajo, a mantener relaciones sexuales con quien así lo decida (mientras sean consentidas) exhibe un deterioro en materia de derechos humanos pues, de acuerdo con la información que nos han compartido las trabajadoras sexuales, se ha detenido a personas en la calle, por su forma de vestir, con la acusación de que se encuentran ejerciendo (¡!) la prostitución.1 ¿En la calle? 1
De la Agenda de la Red TDT. Obligaciones del Estado en materia de Derechos Humanos: Los tratados internacionales de derechos humanos establecen obligaciones específicas para los Estados que los ratifican. La obligación de respetar que implica la existencia de límites al ejercicio del poder estatal. El Estado no puede obstaculizar o impedir el disfrute de los derechos humanos y no puede fomentar que otros interfieran en el disfrute de los mismos. La obligación de protegerlos obliga a adoptar medidas que eviten que terceros (particulares o empresas), conculquen los derechos humanos; para esto el Estado debe prevenir, investigar y sancionar toda violación de los derechos humanos y procurar, además, el restablecimiento, si es posible, del derecho conculcado y, en su caso, la reparación adecuada de los daños producidos por la violación de los derechos humanos. (…) Y la obligación de garantizar el respeto de los DH por lo que está obligado a adoptar todas las medidas necesarias (tributarias, legislativas, de gasto público, de políticas públicas requeridas para satisfacer las necesidades básicas reconocidas como derechos Calle 17 A s/n entre 20 y 22, Tel. (52.999) 9.13.70.21
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Los policías aducen que son trabajadoras sexuales, aunque no las llaman así, y las detienen. Y empieza una cadena de violaciones a los derechos humanos y también de corrupción puesto que la detención es arbitraria, sin motivo y con discriminación. El trabajo sexual no es delito en Yucatán. La policía municipal de Mérida, entonces, las detiene por “faltas a la moral”, pero llega incluso a sugerir lenocinio como para mantener una amenaza contra ellas, de acuerdo con información que nos han compartido. Continúa entonces la cadena de violaciones a los derechos humanos contraviniendo una de las más elementales garantías y normas mínimas en materia de derechos humanos. En Mérida, toda persona que a juicio del policía esté vestida de manera “provocativa” está obligada a demostrar que no está ejerciendo la prostitución y que no está ligada a la delincuencia organizada en su modalidad de trata de personas con fines de explotación sexual. Organizaciones de derechos humanos en todo México y organizaciones por los derechos de las mujeres hemos denunciado las omisiones de los distintos poderes de los gobiernos, su negligencia para tipificar adecuadamente la trata de personas, para combatirla y erradicarla. No hay ni siquiera un mapa de riesgos para combatir la trata de personas. La impericia de las autoridades es obvia, cuando no el encubrimiento, la complicidad con bares y cantinas que incurren en explotación de la infancia, la ausencia de alertas tempranas ante la violencia de género. Bien sabemos que la detención de personas bajo el pretexto de que están ejerciendo la prostitución cuando están caminando en la calle o sentadas en un bar está muy lejos de combatir la trata de personas e implica, por lo menos, detención arbitraria y discriminación por parte de los agentes que las detienen.
humanos, de reglamentación, de suministro de infraestructura) y organizar todo el aparato gubernamental, todas las estructuras a través de las cuales se manifiesta el ejercicio del poder público, de manera que sean capaces de asegurar jurídicamente el libre y pleno ejercicio de los derechos humanos de las personas y colectivos que se encuentren bajo su jurisdicción.
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No hemos tenido conocimiento de sanciones para los agentes que incurren en esas graves violaciones a los derechos humanos. En cambio, hemos sabido de la tolerancia hacia los delitos cometidos por la autoridad tanto de las demás autoridades municipales como de la Comisión de Derechos Humanos del estado de Yucatán, instancia ante la cual han presentado su queja compañeras que fueron detenidas arbitrariamente. De acuerdo con los testimonios que nos han compartido, al ser detenidas por la policía de Mérida han sido extorsionadas u obligadas a firmar actas en las que se asientan falsedades. La actuación de la autoridad, las violaciones a los derechos humanos, agravian, vulneran y dejan en mayor riesgo a personas que enfrentarán graves dificultades para denunciar delitos cometidos contra ellas, si eso ocurre. La actuación de la autoridad, que parece tolerada por sus superiores mientras no sea sancionada, es ilegal, violatoria de derechos humanos y perpetúa la discriminación. Este foro ha sido convocado por quienes están violentando los derechos de las trabajadoras sexuales: la policía municipal de Mérida. Tememos que el Ayuntamiento de Mérida pretenda desatar una campaña que profundice la discriminación que ya enfrentan las trabajadoras sexuales o que, busque justificar la violencia que comete contra ellas. Sería deplorable. Es indispensable que cualquier discusión sobre el trabajo sexual se aborde con un enfoque basado en los derechos humanos Y un enfoque basado en los derechos humanos requiere considerar (y para el Estado garantizar) el Derecho a la autonomía económica, Derecho a la elección ocupacional, Derecho a la autodeterminación sexual, Derecho a la salud / salud sexual y reproductiva y el Derecho a la integridad2. La ambigüedad del actual bando de policía y gobierno del municipio de Mérida es propicio para todo tipo de abusos y para encubrir la arbitrariedad de las autoridades. ARTÍCULO 66. Para los efectos de este Bando se consideran faltas e infracciones, las acciones u omisiones que alteren el orden público o afecten la moral y 2
Grande Muyón, Mirtha. Trabajo sexual y Derechos Humanos Calle 17 A s/n entre 20 y 22, Tel. (52.999) 9.13.70.21
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buenas costumbres, realizadas en la vía pública, en lugares de uso común, acceso público o libre tránsito, siempre y cuando no constituyan un delito. Eso es todo lo que dice el texto. Peligrosa ambigüedad que encubre abusos. Por faltas a la moral y las buenas costumbres, si se detiene a las personas por vestir de manera provocativa… vamos a tener que exigir que se detenga la circulación de Al Chile, De Peso, la i y otras publicaciones que explotan la imagen de mujeres como objetos sexuales, reproducen la discriminación e incurren en violencia de género… y en mal gusto. Una nota de orientación del ONUSIDA sobre el VIH y el trabajo sexual recuerda que “Los derechos humanos son universales y, como tales, se aplican a todas las personas. Todo ser humano tiene derecho al nivel más alto posible de salud, a la privacidad, a la libertad y seguridad, la libertad de expresión y reunión, a la igualdad de género, a no sufrir violencia y detención arbitraria, a la libre elección de empleo y a condiciones equitativas y favorables de trabajo, a la no discriminación, y a la prohibición del trabajo forzoso, del trabajo infantil y la trata de personas. Destacamos que esa misma nota de orientación de Onusida, después de considerar que algunas personas eligen libremente dedicarse al trabajo sexual y que otras comienzan a hacerlo como consecuencia de condiciones como la pobreza, la desigualdad, las deudas, etcétera, afirma el derecho de todo profesional del sexo de dejar el trabajo sexual si así lo desea y de tener acceso significativo a las opciones de empleo no relacionado con el comercio sexual. No conocemos un programa del gobierno del estado o del municipio de Mérida en este sentido. Aun considerando el trabajo sexual como un producto del patriarcado —como el matrimonio, puesto que pretenden controlar el cuerpo y la sexualidad de las mujeres para intentar someternos al deseo o interés de los varones—, el equipo Indignación considera que penalizarlo, empeoraría las ya críticas condiciones de las trabajadoras sexuales y dificultaría aún más su acceso al disfrute de todos los derechos. Incluso en donde se ensaya la posibilidad de penalizar la compra de servicios sexuales al mismo tiempo que se garantizan alternativas laborales a quien los ofrece, un país con grandes avances en materia de igualdad social y económica, repetimos, incluso en ese ensayo, la propuesta no sanciona a quien ofrece sus servicios sexuales, precisamente por considerar que el trabajo Calle 17 A s/n entre 20 y 22, Tel. (52.999) 9.13.70.21
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sexual, aun sin coacción de otra naturaleza, es elegido en medio de un contexto patriarcal y de necesidades económicas. Ahora bien, Yucatán es uno de los estados con mayor desigualdad y pobreza del desigual México, en donde la pobreza tiene rostro femenino, en donde las mujeres no tenemos acceso a la propiedad de las viviendas ni a un adecuado salario, en donde no hay un programa eficaz para atender y erradicar la violencia contra las mujeres. El equipo Indignación ha documentado la casi imposibilidad de las mujeres de acceder a la justicia en casos de violencia de género. Hemos constatado la revictimización a la que se somete a quienes han denunciado casos estrujantes de explotación sexual. Niñas de menos de 10 años que son explotadas en el entorno familiar. Cuántas veces hemos tenido que exigir que se deje de revictimizar a las ahora mujeres, a quienes se exige cinco y hasta seis declaraciones de los hechos. Cuánta insensibilidad de juezas y ministerios públicos. Hemos constatado cómo jueces y magistrados justifican la violación sexual dentro del matrimonio, al desestimar los testimonios e incluso las pruebas sicológicas y de otra naturaleza ofrecidas por mujeres que denuncian este delito. ¡Cuánto más difícil será para una trabajadora sexual, o para una mujer “acusada” se ser trabajadora sexual, denunciar cualquier delito cometido en su contra! Es indispensable añadir, en el marco de esta discusión y de la denuncia que también queremos levantar en contra de la policía de Mérida, que toda persona tiene derecho al libre tránsito y a la presunción de inocencia. Vestir de una determinada forma no implica ejercer el trabajo sexual. Ejercer el trabajo sexual no implica ser parte de una red de explotación sexual y nadie está obligada a demostrarlo. Las autoridades están obligadas a respetar los derechos humanos de todas las personas. Las distintas autoridades tienen la obligación de elaborar una estrategia completa para investigar, denunciar y eliminar la trata de personas y esa estrategia de ninguna manera puede sostenerse en la criminalización, violencia y violaciones contra mujeres sea que ejerzan o no el trabajo sexual.
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Exigimos, sí, un enfoque basado en los derechos humanos y, puestas a elegir, elegimos mirar del lado de las trabajadoras sexuales, exigiendo pleno respeto a sus derechos humanos y sanción para quienes los vulneran. Desde nuestra perspectiva, cualquier reglamentación, ley, acuerdo, programa sobre el trabajo sexual tiene que considerar la experiencia de las trabajadoras sexuales y ser elaborado en conjunto con ellas y con ellos. Chablekal, Mérida, Yucatán. 22 de febrero de 2013 Equipo Indignación
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