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sumario

Dirección editorial_

Carmen González Casal. cgcasal@gmail.com

Advertisement

Dirección médica_ Pedro Zaldivar Alonso.

Consejo editorial_

Miguel García Menéndez, Ángel García Prieto, Carmen González Casal, María Gutiérrez Díaz,

Jose María Valle Castro, Lucía Vior Martínez y Pedro Zaldivar Alonso.

Colaboran en este número_ Goretti Alonso, José Miguel Baeza, Raquel Baeza y su equipo, Juan Cadiñanos, Sara Carbó, Irene Castro, Sara Díaz, Iván

Domínguez, Beatriz Faedo, Paula Fernández, Sara

Fernández, María García, Miguel García, Ángel G. Prieto, Alejandro González, Ángela González, Andrea Gutiérrez, María Gutiérrez, Alba Lozano, Víctor Lucas,

Valentín Mateos, Cristina Pello, José María Richard, Fermín Rodríguez, Javier Zulueta.

Fotografía_

Marina Fernández Purón,

María Gutiérrez Fotos de archivo.

Portada_

Foto de Marina Fernández Purón

Diseño_

Marina Fernández Purón (652 88 21 87)

Edición y publicidad_

Rosal, 52-1º 33009 · Oviedo (636 147 983)

Depósito legal_ AS-1.318-2010

staf

La Revista del Centro Médico de Asturias

www.centromedicodeasturias.com

editorial

UNA RESPUESTA A LA ALTURA

El número de primavera de Medicina Asturiana no acudió a su cita trimestral con los lectores. El estado de alarma a causa de la pandemia producida por el Covid19 tiró por la borda las agendas de gobiernos, instituciones y gente de a pie de todo el mundo mundial. En cuestión de horas, un enemigo pequeño, diminuto, dio un giro de 360 grados a nuestro modo de afrontar el día a día, de trabajar, de divertirnos, de relacionarnos, de ver las cosas, de pensar. La respuesta del Centro Médico tampoco se hizo esperar lanzando en sus redes y a los cuatro vientos varios comunicado urgentes, anunciando ‹‹la puesta en marcha de una serie de medidas de prevención dada la situación epidemiológica actual para garantizar la seguridad en todo el recinto hospitalario››. Desde que comenzó la pandemia el Centro atendió a un total de cincuenta y cinco pacientes en la primera planta del Hospital, la planta preparada para el aislamiento. Nueve de esos pacientes fueron derivados del Servicio Público de Salud del Principado. El pasado 22 de mayo fue dada de alta la última paciente ingresada y derivada del SESPA. En todo momento el Centro Médico de Asturias procuró estar a la altura de estas duras circunstancia y en este número especial de la revista, se lo contamos. Parece que la situación se va poco a poco normalizando. Sin embargo, mientras este virus siga al acecho, y existan posibilidades de repunte, habrá que extremar el distanciamiento social, las medidas de de higiene, etcétera, con el fn de evitar al máximo las posibilidades de contagio. Por este motivo, la edición de Medicina Asturiana será online hasta tener la garantía de que el coronavirus esté erradicado. Desde estas líneas dos mensajes claros. Uno de gratitud a todo el personal de Centro que no ha escatimado esfuerzos para responder con generosidad ante esta circunstancia única e inesperada. El otro, animados por una esperanza activa, rendir desde estas páginas un sencillo homenaje a los que nos han dejado: desearles que descansen en paz y, de alguna manera, participar del duelo por el que están pasando sus familiares.

Centro Médico de Asturias

Especial Covid-19

A Fondo

Perfles

Medicina al día

Técnicas Innovadoras

IMOMA

Conviene saber

Enfermería

A los enfermos

Escuela de Salud

Desde el HDEA

Cuidados

Nos visitan

Actividad CM

Viajes únicos

Otra cara

Escaparate

Desde casa

1 6 12 16 18 20 22 24

26 27 28 30 31 32 34 36 38 40 41 42

2019 en cifras

Dr. Iván Domínguez, cirujano general

Diagnóstico molecular: una herramienta novedosa en el diagnóstico de las alergias

Resultados efcaces en el tratamiento de miocardiopatía hipertrófca obstructiva

El IMOMA se consolida como un referente internacional en los últimos avances en el campo de la genómica

• La vacuna de la migraña, una nueva

terapia. Por el Dr. Mateos

• ¿Cómo actuar ante el atragantamiento

del bebe?. Por Sara Carbó

Equipo de técnicos de resonancia magnética

Testimonios de atención y cuidados en Enfermería

El stress, una de las principales causas del bruxismo

Para vivir mejor, gestiona tu tiempo

Dr. Javier Zulueta, director del Departamento de Neumología de la Clínica Universidad de Navarra

I Jornada de Actualización Cardiovascular IV Memorial Eduardo Carbajo

Esztergom, Visegrád y Szentendre, ciudades del Danubio húngaro

Dr. José Miguel Baeza, poemas con corazón

Libros

Tarta de Nutella

ESPECIAL COVID-19

Reconvertidos para COVID-19

Por María Gutiérrez Díaz - Departamento de Comunicación, Centro Médico de Asturias

MÉDICOS

SON MÉDICOS QUE COMBINAN SUS ESPECIALIDADES CON LAS GUARDIAS PARA AYUDAR A MEDICINA INTERNA, INTENSIVISTAS Y NEUMOLOGÍA EN LA LUCHA CONTRA EL COVID-19 EN LA PRIMERA PLANTA DEL CENTRO MÉDICO DE ASTURIAS.

Nos citamos con ellos en la planta de aislamiento, junto a las puertas esclusas. Todos llevan pijama verde, bata y mascarilla. Son médicos. Hasta aquí, todo dentro de la normalidad. Pero no. Son los médicos reconvertidos para el COVID-19. Cirujanos, cardiólogos, neurocirujanos o pediatras dan apoyo al Servicio de Medicina Interna, Intensivistas y Neumólogos que atienden a los pacientes ingresados que son positivos en coronavirus o sospechosos. No han dejado su día a día como especialistas, sino que combinan sus consultas con las guardias de veinticuatro horas para ayudar a sus «colegas». Pasan planta por la mañana, por la tarde están de guardia para ingresos y por la noche para urgencias. El Hospital se transforma y el virus acapara toda la atención. Todo es COVID-19 y todos «vuelven a estudiar». Necesitan prepararse para lo desconocido, donde Medicina Interna toma las decisiones, «no siempre fáciles», y donde todo es «cambiante». Existen protocolos, así que cualquier duda diagnóstica o terapéutica siempre la consensúan con ellos. En sus uniformes llevan guardado el fonendo, algo que han recuperado y todos agradecen la ayuda de sus com

pañeros, a modo de «asistenteguardaespaldas» para recordarles cómo deben ponerse los equipos de protección individual (EPI). No se sienten solos, pero sí sienten miedo, incertidumbre, pero sobre todo sienten estar viviendo algo «irreal». Y en el fondo saben que el Centro ya nunca volverá a ser el mismo.

Aunque «no ha parado», la actividad asistencial hospitaEl doctor Torres reconoce que médica y psicológicalaria se ha adaptado «sobre la marcha» según iba evomente se ha preparado «estudiando y preguntando a lucionando la pandemia. El recinto hospitalario se translos que saben». Aunque la doctora Meana va un poco formó para poder ayudar en la crisis sanitaria, para dar más allá, porque «es muy difícil o imposible estar prepacobertura a todos los pacientes, para contener el virus. rado para esto, es una montaña rusa de sensaciones». Jesús González Fernández es médico, especialista en Es un ritmo de veinticuatro horas sin descanso, para los Cirugía General y Cirugía Bariátrica. Y desde el momento que están de diario y de guardia. «Es duro física y menen el que se pidió colaboración, tuvo claro cuál iba a ser talmente». Emplean más tiempo en ver a los pacientes, su papel. «Vocación proviene del verbo vocare,“llamar”, con el añadido de los equipos de protección que deben y siempre que me han buscado, me han encontrado». cambiar al salir de cada habitación. Recalca que «es tiempo de ayuAunque son médicos, «todo es dar, de arrimar el hombro, de re“Es tiempo de ayudar, de desconocido», tienen la sensacuperar el fonendo, de reinventararrimar el hombro. No se trata ción de estar viviendo algo «irreal» se, de echar una mano a quien te de hacerse el héroe, sino de y comparten el sentimiento de está pidiendo ayuda». Están califcados como «héroes sin capa», pero «no se trata de lograr que esto sea más efcaz y llevadero” tristeza «por momentos», al sentir el temor de algunos pacientes conscientes de la situación y «al hacerse el héroe, como a algunos les puede parecer, se no saber cómo pueden evolucionar en una enfermedad trata simplemente de colaborar de manera ordenada, tan nueva». coordinada y supervisada, de forma que, entre todos, El doctor Julio Casares Medrano, médico especialista logremos que esto sea más efcaz y llevadero». en Cardiología, está en consulta, así que hace una pauSu especialidad continúa, «sigo como cirujano», y, aunsa. Se ha presentado voluntario porque cree que «no que solamente están operando urgencias y pacientes podía hacer otra cosa» ante la necesidad «evidente» de oncológicos, «pronto reactivaremos la actividad asistensus compañeros de Medicina Interna. cial». Pero ha tenido su primera guardia y esta semana Vive una situación inédita, donde «las soluciones no tendrá la segunda. La primera vez que entró en la planpueden ser inmediatas». Coincide con sus compañeros ta tuvo «sensaciones encontradas». Se sintió orgulloso de profesión en que tienen que aprender cosas nuevas de poder colaborar, «pero tienes miedo, no por lo que «para dar la mejor respuesta posible», aunque siente te pueda pasar, que también, sino por adquirir la enque en ocasiones «llegamos tarde». fermedad y contagiarlo a tus personas más queridas». Reconoce, como todos, la labor de los internistas. ReReconoce que el ritmo «es muy duro» para los que paconvertirse para el COVID-19 ha sido «más fácil con san muchas horas en la planta de ellos» y con sus protocolos y pauaislamiento. “Estudiamos y preguntamos a tas concretas de actuación, «lo Durante el tiempo que charlamos los que saben, porque vamos que nos simplifcó enormemente con él, el personal no deja de atravesar las puertas esclusas. a trabajar” la tarea». Aunque afrontar esto «es senciEs una situación «única». «Es extraordinaria la labor que llo», porque no están haciendo otra cosa que su trabahacen enfermería, auxiliares, celadores y limpiadoras. El jo, la sensación al entrar por primera vez en la planta de trabajo de cada uno de ellos es fundamental para evitar aislamiento fue «rara». Y el sentimiento que se repite es contagios y salvar vidas». la tristeza, «por ser la máxima expresión de las medidas Junto al doctor González está Neurocirugía con los de distanciamiento y ausencia de todo tipo de contacto doctores José María Torres Campa-Santamarina y Leoque se nos exigen». nor Meana Carballo. Todos viven la situación con preocupación, porque Coinciden en la primera razón: «ayudar». Son nuevos en «condicionará un evidente cambio en nuestras vidas», pacientes con clínica respiratoria, pero «no en pacieny tienen sentimientos enfrentados como médicos. No tes críticos». Ambos «aprenden» de sus compañeros son héroes, solamente «atienden pacientes para buscar de Medicina Interna y crecen «como personas y como las mejores soluciones para ellos». Es su trabajo diario, médicos». aunque ahora la patología se llame COVID-19.

Planta COVID-19, a otro ritmo

ESTÁ AISLADA. EL TIEMPO SE HA DETENIDO DENTRO. FUERA, TAMBIÉN. ES LA PLANTA COVID-19, LA PLANTA QUE VA A OTRO RITMO.

Son seis internistas, pero tres de ellos están en edad de riesgo. Así que la planta de aislamiento para pacientes positivos o sospechosos en COVID-19 es para ellos. Comienzan por la mañana temprano y «el ritmo lo marcan los pacientes, como los inquilinos marcan el de una casa». Aunque ahora «todo es más lento». Todo ha cambiado. ras, pruebas y medicación. Toca vigilar y en equipo. En ello está Joaquín Bernardo Cofño, médico internista. Tiene claro el dicho «frente al qué sabes, qué se puede hacer». Pero aquí no. En este caso, «poco o nada se sabía de las implicaciones de este virus». Aunque sabían dónde estaban y qué querían conseguir. Tras reuniones, protocolos y más reuniones, dieron el paso. Aíslan la

Cada día se visten «de astronauta». Siempre la misma rutina. Siempre los mismos pasos. Comienzan las presentaciones con los pacientes ingresados. Todas las mañanas se presentan, porque al fnal no saben con quién están hablando. «Somos unos ojos detrás de un traje». Han adaptado su forma de trabajar, su forma de pensar y sabían que teníanque «aprovechar las semanas de ventaja con cabeza». Había que ponerse manos a la obra. Saben que hacen lo correcto y que el Hospital ha actuado de manera responsable en la pandemia. Sabían que llegaría, pero no sabían las proporciones. Todo es nuevo. Y todos están aprendiendo. Tocan cuprimera planta del Centro Médico. Comienzan a atender a pacientes COVID-19. Y llegan las horas de estudio, los miedos, los buenos y malos momentos. «Existe un trabajo sordo de estudio, refexión y protocolización que no se ve y que es tan importante como la asistencia clínica». No desconecta, «es imposible». Siempre está en búsqueda de respuestas y reconoce que «el cuerpo cambia de sitio, pero la mente no». No olvida la soledad de estos pacientes frente al virus, la enfermedad que este produce y el aislamiento social que les supone, así que «hay que aliviarles también eso». Agradece que haya vuelto el «confíe en mí...» entre mé

dico y paciente, pero «ni el médico tiene que decidir todo, ni puede ni debe pelearse con los absurdos que se plantean en internet o las redes sociales». Es necesario saber qué fuentes para obtener conocimiento. Resulta complejo indicar tratamientos «sin un nivel de pruebas previas sufcientes» y pedirle al paciente que «confíe cuando realmente no sabes qué va a pasar». Intentan que no sea imposible. Arrancan sonrisas y almacenan anécdotas. Van «disfrazados» y eso supone una fuente inagotable de «tropiezos y enganches». Le preguntamos por algún detalle que recuerde. Nos cuenta que nunca olvidará lo que le dijo un paciente COVID positivo cuando se fue de alta: «Como decía mi padre, hay médicos de enfermedades y médicos de enfermos; y me da que usted es un médico de enfermos». Por ello, lanza el mensaje para no perder de vista que «este virus ataca a la salud, no a la humanidad de las personas». Opinión que comparte la doctora Fidalgo Navarro. De nombre Alba y acento andaluz, vio que se ponía feo en países vecinos, así que

reconoce que decidieron adelantarse y ponerse a disposición del Hospital. «Somos internistas, era nuestra obligación profesional para con la salud y va más allá de dónde estés trabajando». No podían ignorar el problema. Como su compañero, nos cuenta que el tiempo que dedica al estudio al salir del Hospital«es muy importante». Con cada paciente aprenden y «a la vez». Artículos, seminarios, congresos online... Pierde la cuenta enumerando. Su vida ha cambiado también, siente miedo, pero no por ella,«porque los que hemos elegido esta profesión sabemos todo lo que supone y, aun así, la elegimos». Siente miedo por los suyos, aunque «sobreviven como los demás». Intenta entretener a su hijo pequeño en casa. Le salva un miniproyecto de huerto, «con eso estamos entretenidos,

“Sabíamos que llegaría, somos internistas y no podíamos ignorar el problema”

plantando y viendo cómo crece todo o cómo se lo comen los caracoles». Sabe que poco a poco recuperarán la normalidad. Al igual que la doctora Fidalgo, Susana Fernández Raga, que completa el equipo de Medicina Interna, confesa que «al principio era difícil de creer». No conocían los detalles, pero «la amenaza estaba ya a la puerta de casa». Aislar la planta «fue una gran decisión», y los tres facultativos coinciden en que les permitió trabajar de forma más segura, ya que «los resultados hablan por sí solos». No siente miedo, pero «sí respeto a la enfermedad», porque es una enfermedad «dura». Trabaja cada día para esforzarse en mantener una cercanía con los pacientes, complicado con los trajes de protección y su aislamiento. Los trajes producen calor y restringen el movimiento. Desarrollan funciones delicadas con dobles o triples guantes y las viseras o gafas que «difcultan en cierta medida la visión». Se ha adaptado «a un medio diferente». Es una nueva forma de trabajar. Pero debe aportar «seguridad» a los pacientes. Es lo que toca. Tampoco desconecta cuando se va de la planta de aislamiento e investiga a diario porque «hay mucho que aprender». Los tres reconocen que, antes de arrancar y pedir ayuda, sus «colegas» ya se habían prestado de motuproprio. Han demostrado que cuando «todo el mundo aporta su interés y esfuerzo se logran grandes cosas». Las esclusas de la planta se abren, una paciente se va de alta y se despide de «sus médicos». Toca seguir trabajando.

COVID-19, AISLADOS

SON ENFERMERAS, AUXILIARES Y CELADORES. SON PERSONAL DE UNA PLANTA DE HOSPITALIZACIÓN DE UN HOSPITAL. PERO CON UNA SALVEDAD, TRABAJAN EN LA PLANTA DE AISLAMIENTO DEDICADA A PACIENTES POSITIVOS EN COVID-19. OTRA REALIDAD.

Son las ocho de la mañana. Es cambio de turno. Las puertas esclusas se abren de nuevo tras otra noche en la planta de aislamiento. De un lado, solamente hay mascarillas. Del otro, la lucha contra el COVID-19. Es una «realidad» rara, es la nueva «rutina». Guantes, gorro y doble mascarilla. Todo listo. Toca entrar. Llegan los uniformes, la ropa de cama, batas, pijamas, toallas, etcétera. Lencería prepara la planta para la jornada de trabajo. Aun«aislados», son hospitalización. Enfermeras, auxiliares y celadores viven entre protocolos, medidas de protección y trajes de «astronauta». No hay distancia entre ellos. Únicamente hay COVID-19. Ya son las nueve de la mañana. Se escuchan los carros. Tocan desayunos. En el control de planta está Elena Alonso Rodríguez, vestiría de enfermera, color malva, pero ha cambiado su uniforme por el verde. Confesa que los peores momentos son ver los miedos y las inseguridades de su equipo y «mantenerme serena y en mi sitio cada día». Ella es la supervisora de la primera, ahora la planta de aislamiento. Su ritmo es muy diferente al de una hospitalización normal, «no se puede comparar». Pero sacan la carga gracias a la buena organización. Y admite que lo están haciendo bien. Ella no ha sentido miedo, pero sí mucho respeto hacia un virus desconocido. Cuando la crisis sanitaria fue evidente, creyó que no era real. Y cuando tomaron la decisión de «aislarnos», ya estaban bastante informados y mentalizados de la situación. Pero reconoce que «la realidad supera a la fcción». Dedican tiempo y esfuerzo, en equipo y multidisciplinar. Y, como todos, no desconecta. «Ha sido un mes de mucho trabajo, sobre todo a nivel organizativo, y es imposible no pensar en la planta cuando te vas».

Su día a día ha cambiado tanto que, por culpa de los trajes de «astronauta», la comunicación no verbal cobra vida, por encima de la verbal. Sonríe, porque «la sonrisa, aunque oculta tras la mascarilla, no debe desaparecer». De verde, como auxiliar de enfermería, ya vestía Ana Belén Menéndez González. Fue «repescada» para la planta. Antes estaba en el área de partos como auxiliar de obstetricia. Pensó que «todo era una pesadilla». Sintió miedo a lo desconocido y tomó la decisión de enviar

“La realidad ha superado la fcción”

a su hija con sus padres, sabiendo que «era lo peor que iba a llevar». Lleva innato la delicadeza de trabajar con recién nacidos y lo extrapola a la planta de aislamiento. Los pacientes y los protocolos lo exigen. «Hay que ser cuidadosos». Ahora ya sabe lo que es, sabe cómo afrontarlo, cómo trabajar con él y sabe cómo protegerse. Ahora se siente un poco más segura. Es difícil no obtener información, porque «si enciendes la televisión al llegar a casa solo se habla del coronavirus». Al término, nos confesa que hay momentos muy duros, sobre todo cuando ves que no puedes hacer nada por un paciente. Ellos también sienten miedo y están solos. «Debemos cambiarles el día cambiando la expresión de nuestra cara». Deben llegar a ellos a través de la voz y los gestos. «Tenemos que mostrarnos más cercanos, dejarlos que se expresen». Son palabras de Miguel Suárez Díaz, antes celador de quirófano, ahora celador para COVID-19. Todo para que «se sientan solos lo menos posible». Cada día entra en sus habitaciones. Saben que el personal sanitario es su única visita.

“Es necesario que los pacientes se sientan solos lo menos posible”

En sus ojos no se ve miedo, pero sí respeto, como sus compañeros. Nunca pensó que «lo que se avecinaba iba a ser tan grave», pero tenían los ejemplos de las problemáticas existentes en otros centros hospitalarios fuera de Asturias. Y tomaron ejemplo. Durante su jornada, están coordinados con un trabajo en cadena «mayor de lo habitual». Todo con un «extra»: el tiempo que «nos supone el cambio de indumentaria entre paciente y paciente». Todos sueñan con volver a la realidad,porque ahora la realidad sí que parece un mal sueño.

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