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Una lucha continental
Cómo uno de los acuerdos tomados en el Congreso Iberoamericano del mes de marzo, iniciamos el proceso de inscribirnos como Amigos del Consenso de Ginebra, el primer tratado internacional que explícitamente señala que el aborto NO es un derecho humano. Con esta afiliación nos comprometemos a promoverlo en los países que aún no lo han firmado.
El Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia, más allá de estos encuentros anuales, es ya una plataforma que aglutina a lideres y referentes cristianos (espirituales, sociales y políticos) en una acción conjunta y continuada en la zona. Por primera vez se efectúa de manera virtual debido a la pandemia. en donde participaron representantes de 23 países.
De hecho, en la primera jornada se informó que el Congreso tendrá personalidad jurídica en EEUU, donde contará con una oficina en Washington, que servirá para conectar y canalizar su actividad con las entidades afines del continente, con el fin de lograr una mayor eficacia e influencia, especialmente ante la ONU y la OEA.
Se trataron tres bloques: Una plataforma política continental; una visión panorámica de Iberoamérica por la Vida y la Familia; y la potencialización continental de las ONG evangélicas.
Una plataforma política continental
En esta área intervino David Schlerer, quién es miembro de la Cámara de Diputados de Argentina desde 2017 por el partido Propuesta Republicana, abordó cuál es el horizonte de la presencia política evangélica en América Latina.
En su intervención, aclaró que se refiere a “nacidos de nuevo”, no cristianos por cultura o tradición. Casi todos los países tienen esta presencia, los principales son EEUU, Brasil, Costa Rica, Colombia, y Honduras.
La lucha ante la ideología de género hace patente esta presencia por el debate generado. El gran desafío es la unidad de acción y una agenda común, más allá del partidismo político. Esto supone “por un lado formación de quienes entran en la vida política, y por otro, un carácter a la altura de la demanda de los tiempos que vivimos”.
También expresó la necesidad de crear alianzas con personas y redes evangélicas estratégicas de forma que no exista una desvinculación con el ciudadano (sea o no creyente). Esto último, dijo, debería corregir que el porcentaje de políticos de fe es mucho menor que el porcentaje de población cristiana no católica.
Otro gran desafío, refirió, es ampliar la agenda de los políticos evangélicos, como la dignidad humana, el derecho al trabajo, la igualdad de oportunidades, la educación; sin olvidar las metas pro vida y pro familia.
En este campo de participación política se entrevistó a Guillermo Amarillas, Viceministro de Medio Ambiente en Uruguay, quien afirmó que pese a que hay líderes de fe que ven inadecuado que un creyente entre en política, Dios llama a cristianos concretos a esa labor; pero “ni es maligna la política, ni se puede participar sin un llamamiento y preparación. “Es un campo misionero donde es una responsabilidad que exige estar formado”.
Coincide con Schlerer en que el creyente (especialmente si está en política) más allá de la vida y la familia, debe tener un posicionamiento sobre economía, empleo, seguridad ciudadana, narcotráfico. En su opinión “hay que escapar del choque izquierdaderecha y tomar una visión bíblica de las cuestiones, que en ocasiones coincidirán con unos u otros”.
La meta no es que los evangélicos lleguemos al poder, sino que podamos transformar para bien el Continente, resolviendo los problemas de los ciudadanos”.
Panorama de Iberoamérica por la Vida y la Familia
Tras un inmenso trabajo, se presentó el que es el primer análisis panorámico de la realidad en Iberoamérica en la lucha en la arena pública (espiritual, sociedal, y política) en favor de la Vida y la Familia. Este documento fue coordinado por Xesús Manuel Suárez (España) miembro de la Junta directiva, con un amplio equipo de expertos de los diferentes países.
“Es sorprendente que el gran avance de población evangélica no se traduce, como sería natural, en una mejora general de la calidad de vida humana en todos sus aspectos” dice Suárez. Esto se une a otra pregunta: “¿Por qué en la casi totalidad de los países la presencia de parlamentarios creyentes es varias veces inferior al porcentaje de población evangélica?”
El documento analiza e intenta responder la realidad espiritual de Iberoamérica, los logros y deficiencias de la presencia evangélica en los diferentes países; así como las propuestas que a juicio de los autores son necesarias para lograrlo.
El documento presenta y detalla al final una serie de propuestas de acción a considerar: Construir unidad, concientizar al pueblo evangélico, preparar adecuadamente y promocionar a los creyentes, promover coordinación de iniciativas políticas, continuar con el trabajo en instancias internacionales y en las acciones de lobbying, incidir en la sociedad civil y apoyar todo con la oración.
La ideología de género ni es progresista ni defiende derechos, es reaccionaria y
totalitarista; por lo tanto, sus propuestas tienen que ser confrontadas justamente desde la bandera del progresismo, los derechos humanos y la libertad, no desde el puro conservadurismo. Nosotros, los evangélicos, somos históricamente la gente del progreso, de los derechos, de la libertad; no le entreguemos esa bandera a dicha ideología”
Potencialización continental de ONG evangélicas.
Un papel esencial del Congreso es visibilizar la enorme labor que realizan las ONG evangélicas, que muestran la falsedad de las acusaciones de el único interés de los cristianos es la lucha pro vida y a favor de la familia tradicional. En este sentido, Jorge Márquez (Uruguay) introdujo la necesidad de ampliar el concepto de Justicia y Desarrollo junto al lema de Vida y Familia. “Un aspecto esencial del Evangelio es el amor práctico al prójimo, especialmente al desprotegido y necesitado”.
Además, esta enorme labor en bien del conjunto de la sociedad, especialmente los más desfavorecidos, debe tener no sólo visibilidad y testimonio; sino que es también un motivo para ser influyentes en foros civiles como los que ofrece la OEA y la ONU. De este aspecto trató el pastor Gilberto Rocha de México,
Animó a sumarse al proyecto de hacer presencia en junio en Guatemala, en la 51ª Asamblea General de la Organización de Estados Americanos del 2021, “Debemos permear los objetivos y leyes de estas instituciones de forma que atiendan a la familia tradicional, en vez de intereses ajenos a la misma” dice Rocha. “En estos foros debemos ser también sal y luz”. La meta para 2021 es tener presencia oficial en la ONU.
Los trabajos concluyeron con una conferencia magistral, a cargo de Valerie Huber, impulsora de la Declaración del Consenso de Ginebra.
Finalmente, se avanzó la realización en abril del Primer Encuentro Cívico Social Evangélico Iberoamericano, para sumar esfuerzos al multiplicar resultados en todos los aspectos mencionados.
Consenso de Ginebra
Valerie Huber, directora de la Salud de la Mujer con el presidente Trump, fue impulsora de la Declaración de Consenso de Ginebra, firmada por 35 países el 22 de octubre de 2020 (34 tras retirar Biden el apoyo de EEUU). Esta declaración reafirma las normas establecidas desde hace mucho tiempo del derecho internacional sobre la familia, la protección de la vida y de la maternidad.,¡
“Apoyar el valor intrínseco de la familia no debe retrasarse, La protección de la vida, nacida y no nacida, así como la soberanía de las naciones para hacer sus propias leyes sobre el tema no pueden esperar”, concluyó.
Como último acuerdo, el Congreso Iberoamericano se comprometió a promover en la región el adherirse al Consenso de Ginebra, como una medida estratégica que permita detener la influencia de políticas internaciones en contra de la vida y la familia, sobre los gobiernos soberanos.
Adaptado de texto de Javier Bolaños, ED, marzo 2021