5 minute read

Editorial

A un respiro ó aún respiro

Estamos ya el tercer mes del 2021, a un año de que se reportó el primer caso de coronavirus, todo parecía tan ajeno, y desde entonces corrió como pólvora las noticias falsas y especulaciones, desde la no existencia del Covid 19, hasta el aseverar que ese bicho no le haría nada a la raza de broce. A 12 meses nos damos cuenta que el coronavirus está entre nosotros, pero el mundo, como nunca antes, está sobre expuesto a al información, que en muchos casos, plagada de errores, falsedades e inexactitudes, donde las redes sociales ocupan un lugar relevante.

Todos conocemos a alguien que perdió la batalla y le costó la vida, lamentablemente para muchos, un familiar. Ahora sabemos que el Covid no distingue entre raza, edad, posición social, fe o sexo, y que las principales víctimas son los más vulnerables. Y en medio de todo esto, cuando se inicia la vacunación con las personas de la tercera edad, aún existen algunos que están convencidos de que las vacunas nos serán nocivas, con fundamento a temores surgidos de teorías conspiratorias.

Y cabe preguntar si estamos como sociedad a un respiro de salir de la epidemia, o por nuestra imprudencia y en lo individual, expresamos con angustia: “aún respiro”.

Más triste es ver a cristianos promoviendo la no vacunación y quienes ponen su fe en remedios que no sustentan fundamento científico, quienes olvidan lo que el Señor manda en Su Palabra en caso de epidemias (como la lepra), las leyes sanitarias contempladas desde el Antiguo Testamento y la prudencia que Él nos manda. Ignoran aún lo que la historia nos enseña de como Dios libró a su pueblo de pestes, al respetar dichos mandatos.

¿Usted, a cuál grupo pertenece?

Por Gilberto Rocha

CURALOTODO

Por Elizabeth Guzmán

Productos milagro

abundan en tiempo0 de crisis

Las plataformas de redes sociales están llenas de consejos que prometen curar casi todo, sin pruebas científicas que lo respalden, este bombardeo constante de información puede provocar efectos en nuestra salud mental. Con todo, en México florece una lucrativa industria de productos y servicios fraudulentos que las autoridades sanitarias etiquetan de manera un tanto equívoca como productos “milagro”.

Pastillas para curar el Alzheimer, el cáncer y la diabetes mellitus; máquinas vibradoras que permiten “ejercitar el cuerpo y tonificar los músculos sin esfuerzo”; geles con componentes que reducen la grasa abdominal y ayudan a bajar de peso en pocos días, hasta cremas que hacen rejuvenecer la piel al instante.

Las autoridades sanitarias reconocen que los productos milagro pueden clasificarse en tres: suplementos dietéticos, medicamentos y remedios herbolarios no identificados, en cuyo caso no es obligatorio por ley someterlos a las rigurosas pruebas de calidad, eficacia y seguridad que deben pasar los fármacos de patente, comentó, Rocío Alatorre Winter, comisionada de Evidencia y Manejo de Riesgo de la COFEPRIS.

En la actualidad, en tiempo de pandemia, proliferan las recomendaciones de uso de substancias químicas o herbolarias que supuestamente curan el Covid 19 o crean

En tiempo de pandemia, proliferan las recomendaciones de uso de substancias químicas o herbolarias que supuestamente curan el Covid 19 o crean inmunidad, afirmaciones sin sustento científico real. (OMS)

inmunidad, afirmaciones sin sustento científico real y en muchos de los casos, con alerta sanitaria por autoridades del ramo. Debemos recordar que la Organización Mundial de Salud señala que aún no existe remedio para dicho mal.

Según la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) de la Secretaría de Salud (SS), los productos o servicios milagro, de los que identifica más de 250 en México, sus fabricantes suelen registrarlos como artículos cosméticos o suplementos alimenticios cuando en realidad son otra cosa.

En el extremo contrario, los productos milagro, por carecer de autorización o tener una inapropiada, pueden resultar nocivos para la salud de quien los usa. La publicidad con que se anuncian, llena de afirmaciones imposibles de comprobar, “induce al error, oculta contraindicaciones y exagera características o propiedades”, según dijo Miguel Ángel Toscano Velasco, ex titular de la COFEPRIS.

En la Antigüedad y sobre todo en la Edad Media, se suponía la existencia de sustancias que podrían curar todas las enfermedades. Hoy esta creencia mística se transformó en estrategia de mercado para promover productos milagro.

En la perspectiva de la medicina científica, que se basa en evidencias, cada paciente requiere tratamientos específicos diseñados según sus antecedentes clínicos, constitución física, edad y predisposición genética.

En la Antigüedad y sobre todo en la Edad Media, se suponía la existencia de sustancias que podrían curar todas las enfermedades. Hoy esta creencia mística se transformó en estrategia de mercado para promover productos milagro. Aquí algunos de los artilugios más usados para embaucar al consumidor, según la PROFECO y la COFEPRIS.

•Testimonios apócrifos de personas famosas o usuarios beneficiados. •Utilización confusa del término “aliviar” como sinónimo de “curar”. •Recomendaciones de asociaciones, colegios u organizaciones sin autoridad científica comprobada. •Promesa de efectos extraordinarios en poco tiempo. •Información insuficiente, leyendas o permisos ilegibles.

Por ejemplo, el Reglamento de Insumos para la Salud dedica un apartado a normar los remedios herbolarios. El problema es que cuando las autoridades localizan a un fabricante de productos milagro y deciden aplicarle las sanciones correspondientes, algunos de estos embaucadores se amparan, o le cambian de nombre a su producto, o bien alteran las pautas publicitarias . El proyecto actualmente se debate con representantes de otros sectores (industrial, comercial, académico, medios) y una vez consensuado, se presentará ante la Comisión Federal de Mejora Regulatoria. Mientras tanto, y en vista de que este conflicto entre intereses comerciales y salud pública proseguirá, los especialistas en el tema aconsejan al consumidor procurarse información científica y desconfiar de cualquier remedio que se ofrezca como un “curalotodo”.

Miguel Ángel Toscano Velasco, ex titular de COFEPRIS.

Cuando las autoridades localizan a un fabricante de productos milagro, algunos se amparan, o le cambian de nombre a su producto

Problemas en aplicación de sanciones.

Los médicos, por su parte, deben favorecer el uso de tratamientos probados y eliminar aquellos que son peligrosos, recomendó Rodolfo Rodríguez Carranza, del Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina de la UNAM, durante el simposio “Los retos de la salud en México”

Fuente: .COFEPRIS, UNAM, BBC News

This article is from: