3 minute read

Busca el rostro de Dios...y cree

Por Elizabeth Guzmán

Quitemos los estorbos

Teníamos poco tiempo de casados, éramos padres primerizos y nos dimos cuenta que corrían los meses y la bebé no crecía, que presentaba un peso por debajo de lo normal, se veía muy débil, además que era notorio que presentaba problema con los intestinos. Los médicos no encontraban el origen del mal

agregó Alfredo Rocha que al correr de los meses también observaron que casi no hablaba. Junto con la preocupación por la pequeña Abigail, los problemas matrimoniales con su esposa Irma se acentuaba.

No obstante ya eran cristianos cuando se conocieron, de que hicieron su pacto ante Dios y que ya casados asistían a la iglesia, al vivir juntos inició un infierno de incomprensión, desamor, en donde se ofendía mutuamente con palabra y actitudes, que fue anidando resentimiento en el corazón de ambos.

Al ver el retraso en su desarrollo en Abigail, comenta Irma, la llevó al área de Educación Especial en el Centro Cristiano Calacoaya. Al comentarle a la encargada, al observar a la bebé, se le acercó y le dijo en voz baja “Dios te lo va a revelar a ti, debes de encontrar la solución en Él”. A partir de ese momento, ella determinó buscar la respuesta en Jesús.

Un día que estaba desesperada al ver enferma a mi niña y no encontrar respuesta médica, me encerré en el baño y clamé a Jesús pidiendo su ayuda, en ese momento Él me mostró que debía restaurar mi relación con Alfredo y llegó a mi mente un pensamiento constante, debes pedir perdón

expresó Irma al recordar el principio de la obra de Dios.

Si están en la espera de una solución de parte de Dios, revisen que hay de estorbo, a que le abrieron las puertas en su hogar o que están haciendo para generar que no llegue la respuesta

Entendieron que Dios utilizaba la situación con el fin de que ellos se acercaran a Él y se arrepintieran de sus malos caminos. Y una semana después de hacerlo, recibieron el diagnóstico médico acertado que por cinco años esperaron, le aplicaron el tratamiento que requería y Abigail entonces obtuvo el peso, tamaño y viveza de una niña de su edad. Jesús había hecho el milagro.

Ante esta experiencia mi como recomendación es que confíen en el Creador, subrayó Alfredo

el Señor nos brinda más de lo que pedimos y esperamos, se encuentra con sus manos abiertas para darnos bendición, pero muchas veces lo bloqueamos. Si están en esa circunstancia, pregúntense que es lo que sucede en su vida matrimonial que no agrada al Padre

Y recomendó para concluir

entremos a la presencia de Jesús, pero de corazón, no con el interés de que llegue la respuesta. Busquen primero el Reino de Dios y todo lo demás se

This article is from: