4 minute read
En pie de lucha
Mi primer visita a la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos que se llevó a cabo en Cancún en el año del 2017, fue a partir de que me invitó un grupo pro-vida católico. Para mi fue totalmente nuevo y alarmante lo que se discutía ahí. Le decía al Señor:
La respuesta no se dejó esperar, el canciller mexicano propuso algo absurdo, legalizar el matrimonio entre personas y objetos de la naturaleza, en medio del intercambio de ideas se presentó un receso, en ese momento me sentí impulsado por el Espíritu Santo, me dirigí al diplomático y le señalé que las consecuencias negativas de su iniciativa la sufrirían sus hijos y nietos. No me contestó, pero al regresar del descanso expresó al pleno que México retiraba la propuesta. En ese momento sentía que Jesús me decía al oído, a esto te traje.
En la Asamblea General que convoca cada año la OEA se votan iniciativas que supuestamente son para el desarrollo social y económico de la región, pero desde años atrás este objetivo no se cumple, por el contrario, busca establecer como acuerdos internacionales, políticas que buscan imponer la ideología de género, que benefician directamente al gran negocio que representa el aborto, los métodos anticonceptivos, las operaciones de cambio de sexo y demás procedimientos que son adoptados por el sector salud de cada país como obligatorios, que generan ganancias de millones de dólares a unos cuántos, los cuales están detrás moviendo los hilos.
La lucha en este año también fue intensa, centrada principalmente en el reconocimiento de los hombres trans como mujeres, la autopercepción sobre la biología, el aborto en cualquier etapa dentro del vientre y las relaciones sexuales desde la primera infancia sin importar la edad o sexo de con quien se haga. Algo alarmante.
Durante el encuentro con la sociedad civil nuestros voceros denunciaron al pleno esta tendencia de la OEA, expusieron el sentir de la mayor parte de la población del continente, que está preocupada por la pobreza, la inseguridad y en contra del ataque al vínculo familiar presente en la actualidad.
Y en los días posteriores un ejército de hombres y mujeres valientes abordaron a cada canciller de los diversos países miembros para hacerles ver de los peligros que se generarían si se votara a favor de cada una de esas iniciativas. En algunos se tuvo resultados positivos, en otros no, tristemente como fue el caso de México.
Se realizaron también reuniones entre políticos y legisladores cristianos del continente con el fin de establecer estrategias a corto, mediano y largo plazo para que desde los congresos regionales se presente defensa a la vida, la familia, la fe y las libertades, con mayor efectividad.
Los cristianos peruanos también nos dieron ejemplo de compromiso y unidad al salir a las calles de forma masiva a manifestarse en contra de lo temas de la agenda que se seguía en la Asamblea General de la OEA.