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Portada · Contraportada Jonatan Rosas Ramírez Centro Cultural Carlos Fuentes Fondo de Cultura Económica Ecuador Av. 6 de Diciembre N24 – 04 y Wilson Quito, Ecuador (593-02) 2549817 / 2906653 Síguenos en: Twitter / Facebook / ISSUU Horarios: Lunes a Viernes: 10:00 – 20:00 Sábado: 10:00 – 18:00 Domingo: 10:00 – 14:00 Facilidades: Estacionamiento para bicicletas Cafetería Espacios verdes para descanso Compras y pedidos de librería: (593-02) 2549817 / 2906653 ext. 204 ventaslibreria@fce.com.ec
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Taller bรกsico de redacciรณn y lectura Abril 2017
A
continuación
presentamos
los
textos
trabajados por las personas que formaron parte del “Taller básico de redacción y escritura”, dictado por Jonatan Rosas en la Librería y Centro Cultura Carlos Fuentes. Recuerden que en la Librería del Fondo les esperamos siempre con los libros abiertos.
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Foto Lee Jeffries Texto Gissele Marcillo
Veo al lente de la cámara mientras fumo un porro. La mariguana ya no tiene su efecto en la gélida noche. El frío cala más hondo en mis ya desgastadas entrañas. Y el descarado frente a mi finge que quiere fotografiar mi mundo, sin hogar, sin refugio, sin calor. Todo esto marcado en mi rostro. Él trata de entender cómo es mi vida, yo diría que quiere saber qué es la vida en sí. Tal vez son mis ojos los que le dan la respuesta. Algo ilógico, pienso, porque ni ellos que ven por mi me la han dado.
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Foto Alicia Villavicencio Texto Alicia Villavicencio
Apenas amanece, ha llovido toda la noche y la niebla ha cubierto el monte. El agua hierve en el fogón y se calientan unos verdes para desayunar; entre risas de complicidad se prepara el café. Hace frío dentro de la casa de madera y el aroma inunda el lugar. En menos de una hora, nos damos cuenta que debemos salir, abrimos la ventana, la niebla sigue ahí y se siente una ligera llovizna, las dos son compañeras inseparables en las mañanas.
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Al cerrar la puerta de casa, escuchamos el murmullo del bosque, sabemos que hay vida, hay alegría. El día es largo y no queremos que la lluvia nos sorprenda en la tarde, me comentan que no es bueno recoger el café cuando llueve porque pierde su sabor, creo que es un mito urbano, no lo sé. Aún no son las siete de la mañana, soy feliz de sentir la brisa que nos
refresca del calor y la humedad, vamos caminando a un paso ligero. Luego de unos treinta minutos, llegamos, así los perros anuncian nuestra llegada a la finca “El Resplandor”. Don Jorge nos saluda alegremente y nos entrega las canastas para recoger su más preciado tesoro. Hoy va con nosotras, porque vamos a cosechar su café de especialidad, que es un microlote que se llama Geisha, si así dice que se llama este café. Cuando llegamos al cafetal nos recibe con sus brazos abiertos y en cada una de sus ramas se ha llenado de un color rojo intenso. Es la primera cosecha y aunque el lote es muy muy pequeño, Don Jorge está muy feliz y hace bromas, nos dice que su café - Geisha le ha dado más de lo que esperaba que es un amor correspondido. Al final de la tarde, todos de regreso a la casa vamos a seleccionar los granos más rojos, más brillantes para hacer el mejor café .
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Foto Flor Canche Texto Flor Canche
Pasan pocos minutos del medio dĂa. Las velas y veladoras han perdido su forma original. Huele a copal, a cera, a sudor. Norma decide que aĂşn es pronto para retirarse; toma un cerillo, lo enciende, hace reverencia al dios del aire, y ofrece su baile al sol y a la vida.
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Foto Museo del Alabado Texto Ariadna Vargas
4 puntos horizontales Hoy visité el museo del Alabado, entré. Sus pasillos, pisos de madera, urnas de vidrio de una pulcritud sobresaliente, todo el espacio te trasmite una fuerte sensación de armonía entre el pasado y el presente. La pieza que más me cautivó fue una escultura de la cultura Valdivia, este objeto de piedra, blanca, lisa y perfectamente cortada, parece hecha por una máquina o por algo sobrehumano. Cada cara, representa los 4 puntos cardinales, cada punto cardinal es un hombre y una mujer, es decir 2 hombres y 2 mujeres. La cosmovisión andina, muestra en esta pieza la igualdad entre hombres y mujeres, una relación horizontal. Recordé a Chéjov, y su cuento “Ariadna” escrito en 1895, en el que el autor menciona la desigualdad de crianza, dice firmemente que niños y niñas deberían ser educados con las mismas
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oportunidades. El personaje principal: “Ariadna” es una femme fatale
que
abusa a conciencia de Iván Ilích Shamójin, un hombre perdidamente enamorado de ella, Ariadna pasa por encima de él, hasta convertirlo en una sombra. Estas lecturas, tanto de la palabra, como de la escultura, me llevan a cuestionarme sobre la manera en que entretejemos las relaciones, aun 16
cuando las dos obras son de distintos tiempos y latitudes se entrecruzan en la misma búsqueda. Coincido con Chéjov en que hombres y mujeres deberían educarse en igualdad de oportunidades, esto en definitiva propondría una manera
distinta
de
relacionarnos
entre nosotres. La idealización de las relaciones “amorosas” que perpetúan los roles de género patriarcales, en las que una de las partes está por debajo de la otra, este paradigma no beneficia a ningune de les involucrades.
Desde
que
Chéjov
escribió
este
cuento han pasado muchísimos años y muchos más desde que se realizó la escultura Valdivia. La primera, evidencia que desde la crianza se construye la manera en que se relacionan hombres y mujeres, que fue como se crió a Ariadna inculcando en ella, parámetros como por ejemplo, que
debería contraer
matrimonio con un hombre de estatus social alto y poder económico, así pues todos los hombres que no cumplieran con este perfil estarían muy por debajo de ella. La segunda – la pieza Valdiviase lee como la igualdad entre hombres y mujeres. Me cuestiono, cómo es que estos dos luceros pueden pasar desapercibidos a nuestros ojos y seguimos repitiendo relaciones
verticales,
de poder. ¿Por qué
de
jerarquía,
no apostar por
relaciones horizontales? En las que se construya el respeto entre los involucrades, sean dos, tres, cuatro,
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cinco, porque no todes eligen la monogamia. El plantearse relaciones horizontales es un gran reto, es un ejercicio de contínua observación de une misme, es estar atente y abierte a autoexplorarse, de notar el momento en el que estamos a punto de caer en los roles que tendemos a repetir. Detenerse, respirar y evitarlos, y si caemos, reconocerlos para restaurarse. Considero que construir relaciones que se basan en mentiras, es una 18
ficción, y la ficción -al menos para míla prefiero en las novelas. Ser honestos con une misme, y por tanto con les demás, para
comunicando plantear
claramente
relaciones
según
nuestras convicciones y preferencias, monógamas, poliamorosas, abiertas, y más, con la conciliación de todes las partes involucrades. Este beneficio de franqueza, honestidad y hasta me atrevería a decir ético, no solo beneficiará las relaciones “amorosas”, sino todas las relaciones humanas en general.
Rescatar la sabiduría ancestral de igualdad en la que todes nos vemos a los ojos a la misma altura, con distintas visiones pero que convergen en un mismo espacio, entretejer nuestras afectividades con respeto, honestidad, utilizando el poder de la palabra para comunicar y acordar. *En el texto se usa la “e” como vocal “neutral”.
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Texto Mónica Vargas
“Con aroma a café” El color morado -tonalidad brillante de la tasa (confeccionada en fina porcelana de diseño)- motiva los sentidos de quien bebe esta rica bebida, que permite iniciar un buen día, con aroma a café. La presentación de un delicioso café está acompañado con innumerables colores y envases, que satisfacen el gusto de los paladares más exigentes, y que se deleitan saboreándolo. Ecuador tiene empresas especializadas dedicadas a su cultivo y, actualmente, el café orgánico es de gran demanda a nivel mundial.
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Foto Edu León Texto Ana Larco
De ella nace y brota la vida, que le quieren arrebatar. Por un instante, todo queda en el olvido, como si no hubiese ocurrido. Danzando está, en un ritual de sanación que la libera y le recuerda que no le quitarán su vida. Muchos vendrán y querrán aniquilar su fuerza, pero lo que no saben es que las huellas y la historia marcadas en las raíces de la tierra, no se borran.
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