“...El espejo refleja!
Un día eres joven, y al otro viejo.
Un día eres amado y al otro odiado.
Un día apreciado y al otro condenado.
El espejo no hace más que reflejar.
La función del espejo es solo reflejar lo que se te ponga adelante.
Pero cada vez que eso ocurre tú te sientes identificado.
Deja de identificarte con la cosas que aparecen frente a ti,
y podrás ver que nunca estuvistes enfermo, ni tuviste hambre,
ni naciste, ni nunca morirás.
Porque eres la auténtica fuente de la eternidad.
Eres eterno...”
OSHO
El libro de la Vida y de la Muerte