Dirección
Lu Perona
Producción
Linda Díaz
Gráfica y arte Guión
Mati Magnano Leo Salas y Lu Perona
la buseta colectivo cine ceromilimetro Fotos de Lollo Perona
Es invierno. Un hombre que vive con su hijo en Quila Quina, una pequeña comunidad rural, transita su vida cotidiana. Un día camina muchos kilómetros por la montaña, bajo la nieve, para comprar algunas cosas que necesita en el pueblo más cercano. Para regresar a su casa se lleva el camión de la sodería, que encuentra prendido en una calle del pueblo. No es la primera vez que lo hace.
Ficción
24 min
FullHD
2014
SINOPSIS
NORA (60) sale de su casa, abrigada con un suéter de lana, pero con unos zapatos veraniegos y avejentados. Camina encorvada y con cuidado mientras pisa el barro y la nieve. Agarra algunos troncos de una pila de leña, y entra nuevamente a su casa. Un viejo auto azul pasa por un camino, montaña abajo. AGUSTÍN (30) maneja el auto viejo por el camino de montaña. Viaja con SEGUNDO (9), en silencio. El niño abre la guantera del auto y Agustín le dice que no toque nada, que se pueden perder las cosas si las mueve de lugar. Llegan a una planicie, donde estacionan, y Agustín baja una caja y bolsas del mercado. Segundo agarra algunas bolsas. Ya en su casa, Agustín pone algunos troncos en la cocina a leña y prepara unos fideos. El estante del cual toma la comida está prácticamente vacío. Toma algunos mates parado junto a la ventana, mirando hacia afuera. Segundo juega con el perro y un machete. Se escucha la radio de fondo, a bajo volumen. Los locutores comentan varias noticias del pueblo, que denotan que es pequeño, ya que todos se conocen. Hablan sobre el auto robado la semana anterior -algo totalmente inesperado en un pueblo tan tranquilo-, el cual apareció en Quila Quina con las llaves puestas. Agustín y Segundo comen los fideos sentados a la mesa, al lado de la ventana. Están en silencio. Agustín y Segundo caminan montaña arriba con dos bueyes enyugados, que llevan un catango de madera. Está lloviendo y en el camino hay manchones de nieve. Llegan a un plano donde hay un árbol cortado en grandes trozos. Agustín comienza a hachar. Segundo lo ayuda colocando los troncos sobre el catango. Regresan caminando con la leña, al atardecer. Agustín camina en dirección al pueblo, montaña arriba, bajo una suave nevada y el intenso viento invernal. Camina largo rato. Al llegar a la ruta, hace dedo a varios autos, incluyendo al camión repartidor de soda. Nadie lo lleva. En el pueblo, va a un zapatero y retira unas botas de invierno. No tiene suficiente dinero para pagar, pero acuerda con el zapatero que le hará un canje por leña. Luego va hasta una ferretería. Mientras espera que lo atiendan, algunas personas del pueblo que también están esperando, comentan que el segundo auto robado, la semana pasada, también fue encontrado en Quila Quina con las llaves puestas. Nadie comprende qué estará pasando. Hay diferentes versiones y opiniones al respecto. Agustín no habla, se limita a evitar las miradas de la gente. Agustín sale de la ferretería con una bolsa de la cual sobresale un rollo de alambre. Camina algunas cuadras. Ve al camión repartidor de soda, que se estaciona algunos metros delante suyo. El sodero se baja del camión, y entra a la casa de una señora mayor cargando un cajón de soda, dejando el vehículo prendido y la puerta abierta. Agustín, sin dudar, se apresura a subirse al camión, arranca con algo de dificultad y dobla en la primera esquina. Agustín maneja el camión por el sinuoso camino de tierra. Llega hasta un plano y pasa debajo de un cartel de madera que dice “Quila-Quina”. Estaciona el camión en la planicie, saca las cosas que compró y la bolsa de los zapatos. Camina un largo rato hasta llegar a su casa. Agustín camina por un sendero en la montaña, con la bolsa de los zapatos y otra bolsa más en la mano. Se acerca a la casa de Nora. Toca la puerta y Nora lo hace pasar. Él le da las cosas que compró para ella y le entrega sus zapatos. Saluda a Segundo y le pregunta si ya hizo la tarea. Le pregunta a Nora cómo se portó el niño. Nora dice que bien, y lo invita con unas torta fritas recién hechas y unos mates calentitos.
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