EL CASTILLO DE MONTEMAYOR
CASTILLO DE LOS DUQUES DE FRÍAS
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ÍNDICE
1.- Introducción 2.- Situación de Montemayor 3.- Comentario histórico 4.- El castillo de Dos Hermanas 5.- El castillo ducal de Frías 6.- Comentario personal 7.- Bibliografía y webgrafía
Vista del castillo desde el Llanete de la Posá
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1.- Introducción
EL CASTILLO DUCAL DE FRÍAS EN MONTEMAYOR Se eleva desde 1340 en lo más alto del pueblo rodeado de frondosa arboleda. Constituye uno de los mejores ejemplos de arquitectura militar de la provincia de Córdoba. Tres grandes torres, conocidas como Torre Mocha, del Homenaje y la hermosa de las Palomas, configuran un recinto triangular centrado por su patio de armas con sus cuerpos de arquerías. La más elevada es la del Homenaje, en cuya culminación hay almenas y cuatro garitas, una en cada esquina. También a gran altura presenta pares de ventanas con arcos de herradura.
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2.- Situación de Montemayor Montemayor está emplazado en plena campiña cordobesa. Su situación sobre el monte de mayor elevación del entorno le da a esta villa su nombre propio, así como el sobrenombre de Mirador de la Campiña. Cuenta con un mirador con excelentes vistas situado al pie de su castillo. Está situado al suroeste de la provincia de Córdoba. Su término municipal limita al norte con los de Fernán-Núñez y de Córdoba, al este con los de Espejo y Montilla, al sur con los de Montilla y La Rambla y al oeste con La Rambla y Fernán-Núñez.
Sus coordenadas geográficas son 37º 39' N, 4º 42' O. Se encuentra situada a una altitud de 392 metros sobre el nivel del mar y a 27 kilómetros de Córdoba por la A-45.
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En el año 2010 contaba con 4.114 habitantes de los que eran varones 2056 y hembras 2058. Su extensión superficial es de 57,98 km², por lo que tiene una densidad de población de 70,96 hab/km². Su economía se basa en el sector primario, siendo sus principales producciones el cereal, el vino y el aceite.
Vista aérea de Montemayor
3.- Comentario histórico Los orígenes históricos del nombre Montemayor están perfectamente datados a partir del siglo XIV, pero hay constancia de asentamientos humanos organizados muchos siglos antes. De hecho, algunos autores defienden que la primera población organizada surge hacia el dos mil antes de Cristo con lo que se convertiría en una de las ciudades más antiguas de la Bética, y sin duda, de las primeras de la provincia cordobesa. Podemos afirmar que Ulia, antiguo nombre del sitio, no es de fundación romana, como se creyó durante largo tiempo, sino muy anterior si bien fue en época Imperial cuando alcanzó su máximo esplendor. De hecho el máximo exponente de los estudios que sobre el antiguo Montemayor se han realizado, Pablo Moyano, no tiene reparos en afirmar que Ulia es una fundación pre-ibérica. Sobre el origen del nombre de Ulia no hay nada claro si bien dos teorías pretenden aportar algo de luz sobre el tema: por un lado y basándose en estudios lingüísticos hay
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quien afirma que el nombre de Ulia significaba monte entre los turdetanos. Por otro, un papel aparecido en el archivo parroquial afirma que el nombre deriva de Ulio, nombre propio de Sículo primero o Sículo segundo, un antiquísimo rey que fundó la ciudad. De cualquier forma, la existencia de Montemayor se pierde en el tiempo. Sobre ello ha existido siempre una gran disputa. La campiña cordobesa contó en la antigüedad con muchas poblaciones iberas, asentadas sobre los cerros para facilitar así su defensa. No cabe duda de que en el lugar que hoy ocupa Montemayor hubo una gran ciudad ibérica. Eso lo confirma la abundancia de restos arqueológicos encontrados y que hoy están la mayoría en museos. Abunda en todos sus alrededores la cerámica ibérica. Se han encontrado en su subsuelo toros, leones, figuras humanas, vasijas, utensilios de todo tipo que hacen de esta villa una de las más valiosas reservas arqueológicas de la provincia.
León de Montemayor Pero cuando Montemayor cobra importancia histórica es durante la dominación romana. Sobre el viejo recinto ibérico, los romanos construyen una de las ciudades más importantes que se conocen en esta provincia. Su nombre era Ulía. La ciudad de Ulía fue famosa por su papel jugado en el año 45 antes del nacimiento de Cristo entre César y Pompeyo. Ulía fue la única población fiel a César y soportó un gran asedio, del que la liberó César poco antes de la batalla de Munda. Cneo Pompeyo sitia Ulia mientras que su hermano Sexto se establece en Corduba. Los ulienses sitiados se enteraron de la llegada de César a Hispania y mandaron mensajes de auxilio a lo que el romano respondió enviando tropas al mando de Lucius Vibius Paciecus y marchando, él mismo, hacia Corduba. Las tropas enviadas a auxiliar a Ulia serian unos dos mil cuatrocientos infantes e igual número de caballeros lo que nos da idea de la importancia estratégica de la ciudad. Tras la batalla de Munda y el definitivo triunfo de César las ciudades que le habían sido fieles se ven claramente favorecidas con diversas medidas: donación de tierra, exención de impuestos... Entre estas ciudades se hallaba Ulia que comienza ahora su etapa de máximo esplendor a lo largo de la dinastía Julio Claudia como lo demuestra la arqueología local; así junto al abundante material bélico que nos habla de una importante actividad Ana Carmona Alférez, 2º ESO Diciembre 2011-Enero 2012
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guerrera (balas de plomo, glandes...) aparecen monedas ulienses, inscripciones y restos escultóricos de la época que nos explican la importancia de la ciudad.
Venus de Montemayor (museo de Ulía) A raíz de la decadencia del Imperio Romano, Ulía pierde casi toda su importancia hasta tal punto que toda su campiña llega a ser coto de caza mayor y menor, como se sabe por Alfonso X el Sabio. Entre jaras y árboles silvestres quedaban ruinas de la antigua ciudad romana.
Sátiro de Montemayor (museo de Ulía)
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4.- El Castillo de Dos Hermanas.
Vista general de la fortaleza A 6,5 kilómetros al este de Montemayor, junto a la carretera de la estación que se dirige a Espejo, se hallan los restos de la fortaleza del poblado originario de Montemayor. El castillo de Dos Hermanas, de planta cuadrangular de unos 40 metros de lado, se levantó en época andalusí, entre los siglos IX y XI, en el solar de una fortificación romana anterior. Fue conquistada en torno a 1240 y entregada al capitán Fernán Núñez de Témez. Se alza sobre una pequeña elevación del terreno junto al arroyo Carchena. Desmantelado en gran medida a raíz del traslado de la población en el siglo XIV, sirvió de cortijo para la explotación de las tierras circundantes. Quedan restos del perímetro amurallado y de algunas torres, así como evidencias de poblamiento rural de época romana. Hoy, los restos de sus torres y muros sobre la loma añaden una nota de historia al sobrecogedor magnetismo paisajístico de la campiña abierta.
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La Casa de Montemayor tuvo origen en un personaje que ha estudiado muy bien Concepción Quintanilla en su tesis doctoral sobre la Casa Aguilar, el Adelantado Mayor de la Frontera Alfonso Fernández de Córdoba casado con una vecina de la ciudad Teresa Jiménez. Alfonso Fernández de Córdoba, cabeza y fundador de lo que luego serían las diversas ramas de familia –Señores de Aguilar y Priego, condes de Cabra, Alcaides de los Donceles y señores de Montemayor-, creó en su testamento fechado en 1325 un mayorazgo para su segundo hijo Martín Alfonso a quien dejó el castillo y heredamiento de Dos Hermanas y las Salinas “que se tienen con ello”. De este personaje proceden los señores de Montemayor. La crónica de Alfonso XI menciona con cierta frecuencia a Martín Alfonso de Córdoba que a partir de 1327 tomó posesión de los bienes que le dejara su padre: el castillo de Dos Hermanas con sus salinas, unas casas situadas junto al convento cordobés de San Agustín, etc. Martín Alfonso fue Alférez Mayor de Córdoba, cargo que le permitía estar al frente las huestes de esta ciudad. Acudió con las tropas reales a la toma de Olvera, Ayamonte y a la caída del castillo de Pruna, así como a las conquistas de Baena, y otras villas. Asimismo participó al lado de Alfonso XI en 1329 en la conquista de Teba y de los castillos de Cañete y Priego. Su acción más destacada fue sin embargo la defensa de Castro del Río, cuando en el año 1331, esta villa fue violentamente asediada por los musulmanes del reino de Granada. Pocos años antes de morir Martín Alfonso de Córdoba llevó a cabo la empresa más importante de su vida: la fundación de Montemayor. En efecto Alfonso XI en un privilegio fechado en Sevilla el 8 de marzo de 1340 le permite poblar un lugar cercano a Dos Hermanas, la antigua Ulía, que por su emplazamiento y topografía resultaba mucho más adecuado no sólo para la defensa frente al moro de Granada sino también para crear un señorío propio.
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Puerta de entrada al castillo De inmediato Martín Alonso trasladó allí a los pobladores del lugar de Dos Hermanas y comenzó a edificar un castillo sobre el cerro que lo dominaba. Así surgió Montemayor y, como afirma la profesora Quintanilla, “con esta fundación se había dado el gran paso en el proceso de individualización de este linaje”. Martín Alfonso de Córdoba fue pues el creador del señorío de Montemayor que legaría a sus descendientes que llegarían a identificarse tanto con esta villa que adoptarán su nombre como apellido desechando definitivamente el apellido de Córdoba.
La torre desde el interior
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La torre desde el exterior
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Pese a su despoblamiento, hoy día continúa levantada parte de su fortificación, a la que el abandono y el tiempo ha ido arruinando. Aunque se han realizado algunas campañas de limpieza, desbroce y ligera consolidación de los restos, no se ha llevado a cabo ninguna excavación del castillo de Dos Hermanas ni de su entorno inmediato, que pudiera ayudar a conocer la ubicación, alcance y tipología de la aldea. Del castillo permanecen en pie varios lienzos de muralla y una torre. El castillo debió construirse en varias etapas: una con material procedente de ruinas romanas (posiblemente de la cercana Soricaria), otra de época califal y, finalmente, durante la reconquista cristiana.
Entrada del recinto
5.- El castillo Ducal de Frías Al mismo tiempo que se llevaba a cabo la construcción y poblamiento de la nueva aldea, con el tiempo llegaría a ser villa, se edificaba la nueva fortaleza a los pocos meses de expedirse el privilegio, según el testimonio expresado por el mismo Martín I Alfonso en su primer testamento (4 de octubre de 1340), al referirse al “mi castillo de Montemayor que yo agora fago”. Su singular configuración, afortunadamente conservada en perfecto estado, nos muestra un poderoso y esbelto edifico militar, de planta triangular, con recinto amurallado y tres grandes torreones situados en los vértices (torre del Homenaje, la más alta, de las Palomas, torre almenada en lo más alto del cerro y Mocha, que se llama así por carecer de almenas). Sin duda, el castillo de Montemayor representa uno de los mejores ejemplos de los edificios militares y castrales de la Baja Edad Media andaluza y peninsular, enmarcado en la tradición y construcción de la arquitectura acompañada por la utilización de elementos constructivos propios de tradición mudéjar.
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De izquierda a derecha: Torre Mocha Torre de las Palomas y Torre del Homenaje Las distintas partes del castillo debieron ir superponiéndose con el tiempo o debieron agregarse por los titulares de esta Casa, que además de servir de hábitat de la guarnición, adecuaron este edificio como residencia temporal. Esas obras y añadidos hacen que resulte hoy difícil su diferenciación histórica y artística, al no disponerse de un análisis en profundidad. Probablemente los tres grandes torreones, el aljibe, los adarves y las murallas de su recinto fueron los elementos originarios de estas estructura castral, que tuvo a la vez función palaciega, como parece deducirse de su patio principal, de sus reducidas proporciones, a manera de claustro, con muy diversas arquerías y elementos de soporte.
Vista general del castillo
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La planta del castillo adopta, según M. Valverde y F. Toledo, una forma triangular que constituye una curiosa construcción militar de la época, cuyos tres torreones son los vértices del triángulo que, unidos mediante fuerte muro, establecen el patio de armas; su perímetro está ampliado por construcciones más modernas.
Plano de planta del Castillo de Montemayor Con el transcurrir de los años y una vez terminada la reconquista, la fortaleza pierde su carácter militar convirtiéndose en una verdadera mansión señorial, sede y centro de una gran explotación agrícola. Esto explica que le fueran añadiendo edificaciones posteriores o que se practicaran diferentes reformas. Este proceso comienza en el siglo XV y termina en los años sesenta del siglo pasado, cuando las reformas efectuadas por el último Duque de Frías le dan su aspecto actual. En el siglo XVIII y tras un devastador incendio, es cuando se convierte definitivamente en residencia señorial. En esta época se crean varias estancias en la Torre de las Palomas, otras dependencias en el patio de armas y, lo más importante, en este último se construye una especie de claustro conventual con arcos de medio Ana Carmona Alférez, 2º ESO Diciembre 2011-Enero 2012
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punto que enmascaran los arcos ojivales* medievales sostenidos por columnas romanas. En el siglo XX, en plena década de los sesenta, sufre su segunda reforma importante. Ya adaptado a residencia señorial, se readapta ahora a lo que es el confort de la vida moderna, construyéndose diversos baños y dependencias de servicio modernas. Algunas de estas construcciones modernas le han afeado exteriormente, sobre todo en la parte que da a la denominada Plaza del Mirador. No obstante, las diferentes reformas efectuadas han sido llevadas a cabo con buen criterio artístico y hoy por hoy están perfectamente integradas dentro del conjunto.
El castillo desde la Plaza del Mirador Por otro lado, esas adaptaciones al vivir moderno han propiciado el que el monumento en sí haya llegado en tan buen estado de conservación. La Torre del Homenaje es la más esbelta, con 20 metros de altura y 3 metros de espesor. Es de sillarejo* hasta la mitad y más burda hasta su terminación, En su cara norte destaca un adorno árabe del siglo XVIII curioso, con vástago central y hojas que caen a ambos planos biselados, recordando las puertas de San Esteban de la Mezquita de Córdoba. Conserva las garitas de las esquinas cubiertas por bóvedas de ladrillo. Mantiene el almenado de ladrillo. * arcos ojivales:
* sillarejo:
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Torre del Homenaje
Detalle
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La Torre de las Palomas o de armas es muy semejante a la anterior.
Torre de las Palomas
La Torre Mocha es de origen romano y se ha utilizado como mirador; en ella se pueden ver materiales de origen romano como ruedas de molino, etc., asĂ llamada por carecer de almenas.
Torre Mocha Ana Carmona AlfĂŠrez, 2Âş ESO Diciembre 2011-Enero 2012
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La entrada principal al castillo actualmente es por una puerta que no es la primitiva. Da acceso a un patinillo situado al pie de la Torre del Homenaje y encara a una portada adintelada. Se pasa a continuación a otro patinillo irregular limitado por una muralla.
Al fondo, entrada primitiva al castillo Se llega al patio principal y central de la fortaleza, pequeño y claustrado, con dos lados sobre pilares, y en uno y medio sobre columnas de ladrillo. Un aljibe recoge las aguas de lluvia en el centro del patio. La parte más antigua es un resto de arquería sobre robustos fustes romanos. Estos fustes llevaban unas inscripciones dedicadas a la diosa Venus que fueron borradas en el siglo XVI por orden de la Inquisición. Detrás de la arcada antigua existe un vestíbulo del que arranca la escalera principal. El interior de las torres posee calabozos en las plantas bajas y cuartos para los hombres de armas en las altas. El piso principal de la Torre del Homenaje es denominado de la sultana: se accede por una puerta adintelada que comunica con un salón octógono con bóveda de ladrillo en forma de media naranja.
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6- Comentario personal. Me ha gustado hacer el trabajo porque me he enterado de cosas de mi pueblo y de su historia que no imaginaba. La historia de mi pueblo y de su fortaleza me ha parecido muy interesante. Muchas veces tenemos cosas muy cercanas y muy importantes a las que no damos demasiada importancia porque las vemos todos los días. Conocer nuestra historia es importante para dar valor a lo que nos han dejado nuestros antepasados y así cuidarlo y conservarlo. He tenido que investigar mucho, leer, visitar direcciones web, pero me he divertido.
7.- Bibliografía y webgrafía. • Franco Silva, Alfonso.- “Montemayor. Origen y consolidación de un señorío cordobés en la Baja Edad Media”. En “Actas de las Primeras Jornadas de Historia de Montemayor”; edita: Ayuntamiento de Montemayor, 1997. • Molina Recio, Raúl.- “Aristocracia, economía y poder. Montemayor en el contexto de los señoríos andaluces de los Fernández de Córdoba (siglos XIV-XVIII)”. En “Aportaciones a la Historia de la Villa de Montemayor”; edita: Diputación de Córdoba, 2009. • Moyano Llamas, Pablo.- “Montemayor, retazos de historia”; edita: Ayuntamiento de Montemayor, 1994. • Ruíz Povedano, Jose María.- “Los Fernández de Córdoba y el estado señorial de Montemayor y Alcaudete”; edita: Servicio de publicaciones de la Fundación Unicaja, Málaga, 2010. • cordobapedia.wikanda.es/wiki/Montemayor • es.wikipedia.org/wiki/Montemayor • rutas.legadoandalusi.es/es/califato/etapas-califato/montemayor • www.montemayor.es/ciudad/historia • www.naturayeducacion.com/castillos/espana/andalucia/cordoba/montemayor/mo ntemayor/asp • www.panageas.es/fotos/montemayor_3175/castillo-de-montemayoraerea_215110.html
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