13 tentaciones que enfrenta tu familia

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‘A usted le gustará el candor y la practicidad de este autor. No da golpes bajos y tampoco nos deja el estómago retorcido por la culpa. Sus observaciones, percepciones y sugerencias son a la vez profundas y provocativas.’ Charles Swindoll Tom Eisenman es pastor en California. Es autor de muchos artículos y del libro Tentaciones que enfrentan los hombres. Es orador en los congresos del movimiento Cumplidores de Promesas.

CON PREGUNTAS PAR A ESTUDIAR EN PARE JA Y EN GRUP OS DE MATRIMONIOS Relaciones Familia

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‘Este libro es una de las mejores obras que he leído acerca de la familia. Nos hará pensar y nos motivará a actuar. Es un libro práctico que provocará reacciones saludables en nosotros. Su lectura llenará de esperanza, al saber que no todo está perdido. Recomiendo fervientemente este libro extraordinario.’ Alberto Mottesi

13 TENTACIONES QUE ENFRENTA TU FAMILIA TOM EISENMAN

CÓMO EVITAR L A VIDA ACELERADA. CÓMO NO SER U N PA DRE AUSE N T E . CÓ MO MEJ OR A R L A COMUNICACIÓN. CÓMO PROMOVER LA INTIMIDAD FAMILIAR. CÓM O E N T E N DE R EL LI D ER A ZG O FAMILIAR. CÓMO VENCER LA ADICCIÓN A LA TELEVIS IÓ N. CÓM O DIS CIPL IN AR .

Cómo evitar la vida acelerada. Cómo no ser un padre ausente. Cómo mejorar la comunicación. Cómo promover la intimidad familiar. Cómo entender el liderazgo familiar. Cómo vencer la adicción a la televisión. Cómo disciplinar. ‘Este libro es una de las mejores obras que he leído acerca de la familia. Nos hará pensar y nos motivará a actuar. Es un libro práctico que provocará reacciones saludables en nosotros. Su lectura llenará de esperanza, al saber que no todo está perdido. Recomiendo fervientemente este libro extraordinario.’

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13 TENTACIONES QUE ENFRENTA TU FAMILIA Tom Eisenman Ediciones Certeza Argentina Buenos Aires 2000


Título en inglés: Temptations Family Face © 1996 Tom L. Eisenman. Traducido y publicado con permiso de InterVarsity Press, PO Box 1400, Downers Grove, il 60515, usa. 1ª edición en castellano © Ediciones Certeza Argentina, Buenos Aires, 2000. Queda hecho el depósito que marca la ley argentina 11.723. Prohibida la reproducción total o parcial sin la autorización de los editores. isbn 950-683-086-x isbn 13 978-950-683-086-1 Las citas bíblicas corresponden a la versión Reina-Valera, Revisión 1995. Traducción: Virginia P. de Lobo Edición: Adriana Powell Diagramación: Jorge Olivares Ilustración: José Traghetti Diseño de tapa: Miguel Collie Ediciones Certeza Argentina es la casa editorial de la Asociación Bíblica Universitaria Argentina (abua), un encuentro de estudiantes, profesionales y amigos de distintas iglesias evangélicas que confiesan a Jesucristo como Señor, y que se han comprometido a ejercer un testimonio vivo en las universidades del país. Informaciones en: Bernardo de Irigoyen 654, (c1072aan) Buenos Aires, Argentina. Contactos: Ministerio a universitarios y secundarios: (54 11) 4331-5421 abuanac@fibertel.com.ar | www.abua.com.ar Librerías: (54 11) 4331-5630, 4334-8278, 4345-5931. Distribuidora: (54 11) 4342-3835 / 8238 | www.distribuidoracerteza.com Ventas en la Argentina: pedidos@certezaargentina.com.ar Ventas al exterior: ventas@certezaargentina.com.ar Editorial: (54 11) 4331-6651 | certeza@certezaargentina.com.ar www.certezaargentina.com.ar Impreso en Colombia. Printed in Colombia.


Dedicamos este libro a Jana, Joshua, Jason y Gabriel, con todo nuestro respeto y amor, y a todas las familias como la nuestra que luchan cada dĂ­a para encontrar nuevas formas de conocerse y amarse mĂĄs profundamente.



Contenido 7

tentación 1

La vida acelerada

31

tentación 2

Ser un padre ausente

63

tentación 3

Creer que ser madre es poca cosa

81

tentación 4

No comunicarnos

95

tentación 5

Ignorar las diferencias entre hombres y mujeres

107

tentación 6

No hablar la verdad en amor


123

tentación 7

Descuidar la intimidad familiar

139

tentación 8

No entender el liderazgo familiar

157

tentación 9

No respetarnos

185

tentación 10

Ser adictos a la televisión

213

tentación 11

Olvidar el amor

235

tentación 12

Descuidar la disciplina

251

tentación 13

Abandonar a Dios en las crisis

271 Notas


tentación 1

La vida acelerada



El vértigo de la vida actual está arras­

trando y destruyendo a nuestras familias. Esta­mos girando sin con­trol. Estamos tapados por una ava­lan­cha de preo­ cu­pa­ciones. Ser querido y compartir amor son la esencia de lo que hace funcionar la vida familiar. Pero vivir en amor requiere tiempo y energía, bienes actualmente escasos. Lo que más necesitamos hoy es descubrir la experiencia signi­fi­cativa de comunidad que la Biblia describe como koinonia. Este rico término bíblico, tomado de la raíz griega koin, significa esencialmente ‘compartir’. Koinonia en la familia es compartir la vida en los niveles más íntimos. Es parti­ci­par en la vida de cada uno de los otros de una ma­ nera sana y enriquecedora, aprendiendo a apoyarnos y a cuidarnos unos a otros. También es aprender a confiar de tal manera que podamos sentirnos suficientemente seguros en la familia a fin de ser verdaderamente sinceros, honestos y auténticos unos con otros. La familia provee abundantes oportunidades para explo­ rar lo que significa amar. Jack y Judith Balswick describen de la siguiente manera lo que anhelamos para nuestras familias: En la intimidad de la comunidad familiar, ­tenemos un lugar donde podemos ‘estar ­desnudos y no avergonzarnos’ (Génesis 2.25), un lugar donde podemos ser quiénes somos, libres de los exigentes requerimientos del ­mundo externo. Es un lugar donde los miembros de la familia pueden relajarse y sentirse cómodos en una ­atmósfera de conten­ción y estímulo. Allí no


10 trece tentaciones que enfrenta tu familia necesitan esconderse, sino que pueden ser ­honestos y sinceros frente a los demás miembros de la familia.1 Construir nuestras familias sobre la base de este ideal lleva tiempo y energía en una dirección específica. Para ser familia no sólo de nombre, necesitamos más que nada una provi­ sión generosa de tiempo relacional de calidad. Si queremos experi­men­tar la vida familiar como fue pensada original­ mente, necesi­ta­mos encontrar un ritmo menos frenético y más disten­dido. Necesitamos pasar tiempo, relajados, para llegar a conocernos realmente unos a otros, compartir las luchas y los sueños de cada uno y sencillamente disfrutar de ser familia. El pasar tiempo juntos no garantiza una interacción fami­ liar de calidad. Hace falta adquirir habilidades para la vida familiar. Pero si no reservamos tiempo para las relaciones en nuestra familia, las oportunidades para dar y recibir amor serán sencillamente tragadas por la actividad frenética. Si damos nuestro mejor tiempo a las demás exigencias de la vida moderna, nuestras familias recibirán las sobras, sólo migajas de tiempo.

Cómo romper el círculo

Fue hace algunos años que tuve que enfrentar por primera vez el hecho de que me estaba dejando absorber por el vérti­ go y la motivación del trabajo pastoral. Era un hombre joven en ascenso en una iglesia grande y emocionan­te. Co­men­zaba a tener reconocimiento, a ser requerido. Donde­quiera que iba, mi intervención resultaba influyente. Mi aten­ción se estaba desviando sutilmente de las prioridades fami­liares a las crecientes demandas y recompensas del mi­nis­terio. El hecho de pasar largas horas trabajando, viajando o fuera de casa por las noches, estaba hiriendo a Judy y a los niños, pero yo no me daba cuenta. Finalmente volví a mis cabales, mientras preparaba una charla para padres de preescolares. Mi tema era la


la vida acelerada 11 i­ mportancia de pasar tiempo de calidad con nuestros niños. Al preparar­me, miré la agenda de mi ministerio en las últi­ mas cinco semanas. De las treinta y seis noches disponibles en ese lapso, había estado en casa solamente ocho. Había seis domingos en ese período de tiempo, y yo había estado en casa con mi familia solamente dos de ellos.

Lo primero que hice fue decirle al equipo de la iglesia que tenía una nueva meta en la vida: la irresponsabilidad planificada. Cuando hablé esa noche al numeroso grupo de jóvenes padres, comencé diciéndoles: ‘Estoy aquí esta noche por­ que necesito ayuda con un gran problema que tengo como padre. Les voy a describir mi problema.’ Puse mi agenda en el retro­­proyector y luego abrí la discusión. Dije: ‘Espero que puedan ayudarme a corregir las cosas, por mi bien y el de mi familia.’ Aquellos padres fueron de mucha ayuda para mí y entre ellos, al discutir los motivos que nos llevan a sobre­progra­mar la agenda y pasar demasiado tiempo lejos de la familia. Aprendí mucho acerca de mí mismo esa noche y salí decidido a cambiar en esa área. Esa experiencia me abrió los ojos a algunas motivaciones nada espirituales para mi ministerio. Aunque parecía estar prestando un servicio sacrificial, en realidad me motiv­aba una malsana necesidad de reconocimiento público. Re­ci­ bir afir­ma­ción a través del trabajo era una necesidad más impe­riosa de lo que debería haber sido. Una vez que miré de cerca el porqué de esas malas elecciones, Judy y yo pu­ dimos comen­zar a hacer los cambios necesarios para que yo llegara a ser el esposo y padre que realmente quería ser. Reconocer los motivos malsanos detrás de mi exceso de actividades me dio la voluntad para cambiar. Me di permiso para comenzar a decir ‘no’, es decir, para romper el patrón


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