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1.3.5. Utilización del tiempo libre en la infancia y juventud

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Siguiendo nuevamente el artículo de M.ª Luisa Capdevila, apuntamos sus palabras para sintetizar la idea actual que comporta el tiempo libre educativo u ocio educativo:

«El ocio adquiere carácter educativo desde el momento en que se requiere formar a las personas para que consigan un mayor grado de libertad, autonomía, de satisfacción, de comprensión, de tolerancia y de solidaridad, por encima de lo útil y, con ello, contribuir a la mejora de la realidad personal y social. Como experiencia humana, en la vertiente educativa se considera un factor decisivo para lograr la igualdad de oportunidades, la reducción de diferencias y la integración socioeducativa.(…) Se considera, pues, como un proceso de aprendizaje orientado al fomento y desarrollo de valores, actitudes, conocimientos y habilidades que propicien el disfrute de un ocio enriquecedor, estimulando las potencialidades de cada sujeto. Se fundamenta en la voluntad de aprender para conseguir mayor bienestar físico y mental. Conlleva la elaboración de actividades, así como la preparación de profesionales especializados. Se inscribe claramente en el paradigma de la educación a lo largo de la vida, dado que su práctica evoluciona al tiempo que las necesidades, intereses y capacidades de cada sujeto (…) así hoy se pretende ocupar ese tiempo libre en actividades que nos ayuden a crecer como personas17».

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1.3.5. Utilización del tiempo libre en la infancia y juventud

En la sociedad actual los niños y jóvenes organizan su tiempo libre en función de su utilización en el ámbito colectivo o social, que por lo general se desarrolla en espacios públicos. Este ámbito incluirá el hecho de estar con los amigos, hacer deporte, ir al cine, bailar, asistir a espectáculos culturales o deportivos, salir al campo… Es aquí donde incluimos el tiempo libre educativo desarrollado desde las iniciativas de escuelas, organizaciones, centros, etc. Otro ámbito sería el referido a su tiempo de interacción con medios de comunicación y audiovisuales (televisión, escuchar música, videojuegos, ordenadores...), que se desarrolla en espacios más reducidos y concretos como el hogar familiar, los ciber…

Una parte muy importante del tiempo libre de los niños y adolescentes se da por lo tanto no de forma sustancial en la esfera de la escuela sino en todo aquello que queda fuera de ella.

17 CAPDEVILA, M.ª Luisa (2008), «Ocio y tiempo libre en los centros educativos», Bordón 60 (4),51-61.Pág. 54.

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Rosa Batlle recoge algunos datos18:

«A lo largo del año, el 15% del tiempo total de un niño o niña de Educación Primaria está dedicado al horario lectivo, mientras que el 35% de su tiempo total es tiempo libre».

El consumo anual de horas de televisión de un niño o niña entre 4 y 12 años es aproximadamente de 990 horas. En este mismo período de tiempo, sumando horas de clase y de estudio, se deduce que los alumnos dedican 960 horas a la escuela. O sea, que destinan al año 30 horas más a mirar la televisión que a la escuela.

1.3.6. Análisis del asociacionismo juvenil, voluntariado y tiempo libre: la relevancia de la educación en valores a través de los distintos modelos asociativos y la participación asociativa organizada

El asociacionismo es uno más de los modelos de educación de ocio y tiempo libre que encontramos en nuestra sociedad y se configura así como un elemento cultural diferencial y significativo del paisaje pedagógico del país.

El tiempo libre educativo se ha configurado como un factor de compensación de las desigualdades; así, las entidades de tiempo libre han afrontado, durante décadas, el reto de la educación no formal, convirtiéndose en un asociado poderoso de la escuela.

Siguiendo la guía práctica de la participación que ha publicado el INJUVE presentamos aquí una idea sintética del asociacionismo y sus principales funciones19 . Así, se presenta el asociacionismo como «una forma de participación, en sentido estricto, que implica la institucionalización y la organización formal y democrática de un colectivo que se asocia libremente para responder, de manera estable y mediante una acción colectiva, a una necesidad».

18 BATLLE, Rosa (2009), «La educación en el tiempo libre ‘Ciutats i polítiques educatives: reflexions sobre els futurs del’educació’». Fundació Catalana de l’Esplai. Disponible en http:// roserbatlle.files.wordpress.com/2009/02/la-educacion-en-el-tiempo-libre-dipu.pdf. Extrae los datos de las siguientes fuentes, cita: Fapac-FCE Eduquem més enllà d el’horari lectiu, 2002.; Quaderns del CAC : Llibre Blanc: L’educació en l’entorn audiovisual. Novembre 2003; Feixa, C. «Ser jove avui, ahir, demà», en Joves i valors. La clau pera la societat del futur. Fundació La Caixa, 2006.

19 «Guía práctica de la educación para la participación». Consejo de juventud de España. INJUVE. Fundación EDE. Disponible en http://www.injuve.es/sites/default/files/ guiaeducacionparalaparticipacion1.pdf. Pág. 9.

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Por lo tanto es:

Un compromiso mayor que el de los grupos que se constituyen para desarrollar un proyecto puntual.

Una estabilidad en el trabajo de la entidad.

Un sistema democrático de elección de representantes por sufragio, asamblea de socios/as, estatutos, derechos y deberes de los socios y socias.

Una definición clara y formalizada de los derechos y deberes, responsabilidades y tareas de los miembros.

También hay que tener en cuenta que existen diferencias en el asociacionismo y la concepción del voluntariado20: «El voluntariado, en la medida en que puede desarrollar su labor en el marco de diferentes figuras jurídicas y con grados de implicación diversos en la vida de la entidad, no es en sí ejemplo de asociacionismo».

Las entidades de educación no formal en la actualidad han ido asumiendo un conjunto de funciones muy valiosas para la cohesión social y el fomento de la ciudadanía, compartiendo con los centros educativos muchos puntos en común. La función educativa y social del asociacionismo no se ha valorado lo suficiente a lo largo de la historia hasta llegado el s. XX y los cambios que se manifestaron a nivel social y educativo. Se ha ido observado un renacer y una valoración del tejido asociativo; cada organización tiene una personalidad propia y va mucho más allá de la diferenciación por ideología y las actividades realizadas. Comparten entre ellas un mínimo de importantes funciones sociales y un enfoque pedagógico específico en la educación en la sociedad.

1.3.7. Análisis de los centros y empresas que trabajan en el ámbito del tiempo libre: tipologías, funciones y características, sectores de intervención y régimen jurídico

Para poder presentar una organización en cuanto a estos modelos podemos atender a los siguientes criterios para diferenciar y clasificar las siguientes actividades o iniciativas:

20 «Guía práctica de la educación para la participación». Consejo de juventud de España. INJUVE. Fundación EDE. Disponible en http://www.injuve.es/sites/default/files/ guiaeducacionparalaparticipacion1.pdf. Pág. 10.

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Tipología y estructura de la actividad Entidad

Implicación y grado participación: profesional/responsable; destinatarios (niños y jóvenes) Temporalidad

Entorno

Metodología

Origen

Pero hay que tener en cuenta que de todos los modelos que se presentan, pueden existir múltiples variables según el objetivo, finalidad y programa que presente la entidad que lo organiza, como hemos esclarecido anteriormente. Ejemplo: un campamento puede realizarse en una estación u otra del año, puede tener unos objetivos u otros (de idiomas, deportivos, lúdicos, naturaleza…) con su finalidad concreta y, por supuesto, cada entidad presentará un programa diferente.

Si sistematizamos estos modelos tan diferentes, pueden tener más semejanzas de las que primeramente podíamos imaginar.

Por un lado, hay que diferenciar una actividad esporádica que puede tener una intencionalidad educativa o la que tiene un planteamiento y un programa educativo previo trabajo del equipo responsable de la actividad. Por otro, también deberíamos tener en cuenta si la actividad tiene una intención previa educativa por parte del educador y el educando o no la tiene, o si, finalmente la tuvo en el desarrollo de la misma. Así podríamos diferenciar la educación formal de la informal. Con todo, en la actualidad esta división presenta bastante debate entre los especialistas en pedagogía y los profesionales del sector sociocultural, ya que el desarrollo personal del individuo conlleva en su interrelación con la realidad una acción educativa a lo largo de nuestro crecimiento y desarrollo. Por ello podríamos concluir que toda acción humana sería considerada educación y, en el sentido de la anterior clasificación, informal, así que nos centraremos en que los modelos propuestos conllevan todos una intencionalidad educativa a la hora de llevarse a cabo y programar la actividad de tiempo libre con niños o jóvenes.

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Hay algunos conceptos que llegados a este punto deberíamos conocer y distinguir, aunque en la actualidad formen parte del debate de muchos expertos.

edUCaCión reglada:

La formación reglada es un conjunto de enseñanzas que se encuentran dentro del sistema educativo, estando regulados y organizados desde la Administración educativa sus contenidos, competencias, profesorado, admisión de alumnos, conexión con otros estudios, etc., y con cuya superación se obtiene un título con plena validez académica o título oficial

edUCaCión no reglada:

Es toda la educación que se sitúa al margen del sistema educativo oficial, por lo que sus títulos no son oficiales (o lo que es lo mismo, no conducen a la obtención de un título oficial)*

*Este tipo de formación se caracteriza por:

Ofrecer mayor libertad para desarrollar planes educativos más variados, como ocurre con los cursos de especialización impartidos por universidades, academias y centros de estudios privados.

Englobar aquellas enseñanzas, aprendizajes, cursos, seminarios, etc. de diversas temáticas que se hacen para iniciarse, especializarse o bien como hobby o para ampliar conocimientos.

edUCaCión Formal:

Aprendizaje ofrecido normalmente por un centro de educación o formación, con carácter estructurado (según objetivos didácticos, duración o soporte) y que concluye con una certificación. El aprendizaje formal es intencional desde la perspectiva del alumno

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edUCaCión inFormal:

Aprendizaje que se obtiene en las actividades de la vida cotidiana relacionadas con el trabajo, la familia o el ocio. No está estructurado (en objetivos didácticos, duración ni soporte) y normalmente no conduce a una certificación. El aprendizaje informal puede ser intencional pero, en la mayoría de los casos, no lo es (es fortuito o aleatorio)

edUCaCión no Formal:

Aprendizaje que no es ofrecido por un centro de educación o formación y normalmente no conduce a una certificación. No obstante, tiene carácter estructurado (en objetivos didácticos, duración o soporte)

Estos conceptos surgen en un contexto muy concreto y se utilizan hoy día en un marco teórico y con unas connotaciones determinadas, que a veces se solapan a la hora de emplearse. Para precisar la terminología adecuada, se debe analizar en primer término el contexto del que se habla.

En cuanto a la metodología, distinguimos si es relacional o activa, atendiendo a si es una actividad que implica la actividad relacional con otros niños y si es activa en relación a la acción de la actividad. Debemos esclarecer en este punto que suelen darse los dos componentes; o mejor dicho: según la propuesta de actividad, podremos plantear que se lleven a cabo ambos modelos. Ejemplo: si realizamos un taller de expresión cultural que conlleva un aprendizaje individual de un niño de forma activa, también podemos diseñar una metodología que implique la interacción con el resto del grupo para que se conjuguen ambos modelos.

En cuanto al origen de estas iniciativas educativas de tiempo libre infantil y juvenil, tenemos que diferencias tres vías: la pública, la privada y la voluntaria.

La pública se correspondería con las iniciativas organizadas y propuestas por entidades públicas como Ayuntamientos, colegios, bibliotecas…

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La privada correspondería a iniciativas de empresas privadas o iniciativas particulares.

Y la voluntaria se corresponde con el asociacionismo desde un punto de vista educativo.

Atendiendo a esta clasificación se pueden presentar muchas diferencias entre los modelos público y privado y el asociacionista, especialmente por la figura del asalariado y del voluntario, por lo que es aquí donde se presenta un debate acerca de la calidad de la actividad, su grado de profesionalidad, la oferta educativa…

En cuanto a la duración, tan solo hay que puntualizar que, según el modelo propuesto, tendrá una clasificación u otra, al igual que el grado de implicación del profesional y el destinatario.

Presentados estos aspectos y criterios, intentaremos presentar una sistematización de algunos modelos actuales atendiendo a:

Temporalidad: permanente/temporal Personalidad jurídica: pública/privada/iniciativa social Entorno: social/natural/cotidiano

Metodología: relacional/activa

En la actualidad, en la educación en el tiempo libre nos podemos encontrar con los siguientes contextos o modelos de intervención:

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1.3.8. Análisis de la intervención tiempo libre infantil y juvenil pública en el ámbito del

Aunque muchos de los contextos expuestos en el apartado anterior pueden formar parte de una iniciativa de la administración pública, de alguna iniciativa social o política de juventud en particular, vemos que hay algunas intervenciones educativas que provienen de organismos o inactivas como:

CJE: el Consejo de Juventud de España es el resultado del esfuerzo de muchas personas implicadas en crear una plataforma interasociativa juvenil de participación y de representación amplia y plural, que actúa como interlocutora entre los poderes públicos y tiene una clara vocación de corresponsabilidad política. La actividad del Consejo de Juventud de España está centrado en la elaboración de campañas, estudios, guías, cursos, jornadas y seminarios, así como en otras actividades para cumplir con sus objetivos.

INJUVE: dentro de la Administración existe un organismo encargado de desenvolver la política de juventud de nuestro país. El Instituto de Juventud, adscrito al Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, colabora con distintos ministerios, con organismos de juventud de las diferentes Comunidades Autónomas, con la Federación Española de Municipios y Provincias y con las organizaciones juveniles. En el ámbito internacional, el INJUVE persigue propiciar el conocimiento entre los jóvenes españoles y de diferentes países y regiones del mundo, principalmente de Europa y América Latina. Sus servicios y ámbitos de trabajo más destacados son la información juvenil, carné joven, albergues, Europa, asociacionismo, solidaridad, estudios y bibliotecas, formación, empleo, vivienda y cultura.

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