CAMPOS FLORIDOS LA CONGREGACIÓN EVANGÉLICA SAN ANTONIO EN RETROSPECTIVA ____________________
WALDEMAR OSCAR VON HOF
No somos nosotros los que construimos la Iglesia, tampoco lo han sido nuestros antepasados, ni lo serán nuestros descendientes. Sino que es Aquel que dijo: He aquí yo estoy con ustedes Todos los días hasta el fin del mundo. Luisa Margarita Riffel 1
PRÓLOGO “Campos Floridos” llamaban, en la época colonial, a las tierras que limitaban con el Gualeyán al sur y el Gená al norte. Tierras muy fértiles que en sus partes bajas se cubrían de flores amarillas,2 recibiendo por ello el nombre de “Campos Floridos”. A estas tierras llegaron los colonos que venían migrando desde la lejana Rusia. Algunos llegaron desde el oeste, entrando por las primeras colonizaciones en Diamante y otros más tarde llegaron directamente por barco al puerto de Gualeguaychú. Estas tierras de los Zúñiga, heredadas desde el virreinato, fueron subdivididas y vendidas por la familia. Una parte, la que correspondía a las estancias San Antonio y Santa Bárbara, fue comprada por los hermanos Juan y Jacobo Spangenberg. Una parte de esta tierra, perteneciente a Jacobo Spangenberg fue la que adquirió la comitiva que venía desde Diamante para conformar las colonizaciones. Si hoy miramos el progreso logrado a partir del trabajo y de la fe que nuestros abuelos trajeron tan solo podemos admirarnos. El pastor Rene Krüger escribe en su aporte al libro Los alemanes del Volga de Popp y Dening que nuestros ancestros traían la cruz y el arado, símbolos de la fe y del trabajo, respectivamente. El pastor Ochendrowitsch escribe en ocasión de los ochenta años de las aldeas que los inmigrantes traían en su equipaje las herramientas, la Biblia, el cancionero y el libro de oración. Las herramientas (el arado) y los libros de fe (Biblia y cancioneros), dos elementos como símbolos del trabajo y de la fe que hicieron soportable, ayudaron a permanecer, persistir y perseverar en estos campos. Arar los campos, era lo primero que hacían los hombres, orar y cantar con los hijos era lo primero que hacían las mujeres. Tanto al bajar de los barcos, al llegar a la tierra prometida (a los Campos Floridos) y después durante su vida cada mañana. Vale la pena realizar una retrospectiva a nuestra Congregación. Escarbar, hurgar e investigar en nuestra historia y en nuestras raíces, para conocerlas y ponerlas en valor. Valga aquí la imagen del árbol, un árbol sin raíces no puede dar retoños y menos frutos. Nosotros, al igual que el árbol, necesitamos de nuestras raíces para que podamos soñar, pensar y creer que un retoño y los frutos dentro de nuestra Congregación pueden ser una realidad. Waldemar Oscar von Hof
Luisa Riffel, frase de conclusión de su trabajo de historia de la CESA en varios números de El Entrerriano. La cita bíblica corresponde al Evangelio de San Mateo Cap. 28 versículo 20. 2 En época primaveral son dos las plantas que producen mucha floración. Por una parte, una planta de margaritas pequeñas de un intenso color amarillo. Popularmente se conoce esta flor como “primavera”. El nombre científico es Senecio grisebachii. En esta época florece también intensamente el espinillo (Acacia caven), transformándose, con este árbol en flor, el campo en un manto de color amarillo. 1
PALABRAS DE LA PRESIDENTE DE LA CESA
Es sorprendente cómo una situación, con todo un panorama sombrío, da lugar a nuevas posibilidades. De un tiempo de encierro y cuarentena surge esta propuesta del pastor Waldemar Oscar von Hof de abrir la mirada hacia la historia para poder seguir mirando hacia adelante. Después de la celebración del centenario de la CESA en el año 2013, al haber revisado nuestra vida como Congregación quedó pendiente reunir todos los datos y juntarlos en un par de páginas. Considero que esta propuesta de una retrospectiva refleja muy bien este deseo. Celebro como Presidente de la Comisión Directiva y también como miembro de nuestra histórica CESA la realización de este proyecto. Nos encontramos en estas páginas con una mirada sobre el origen de la inmigración con un somero repaso de lo que fue el caminar de nuestros lejanos bisabuelos desde tierras alemanas hacia Rusia y luego desde aquellas estepas del Volga hacia nuestras praderas entrerrianas. Se realiza un exhaustivo repaso panorámico de la conformación y el desarrollo de toda la CESA para adentrarse y detenerse en cada una de las comunidades. De Basavilbaso, Concepción del Uruguay, El Potrero, Gualeguaychú, Irazusta, San Antonio, San Juan, Santa Celia, Urdinarrain y Villaguay se hace un repaso de la historia, luego la presentación del templo y un panorama de la situación actual de la comunidad. Un capítulo aparte merecen las comunidades que han ido surgiendo en lugares, estancias o poblaciones y luego por distintas circunstancias se fueron disolviendo o absorbidas por otra comunidad. La conclusión que nos brinda el Pastor es alentadora. Mirar hacia atrás es conocer nuestras raíces y este conocimiento nos puede fortalecer para mirar hacia el futuro. Es un trabajo que nos ayuda a conocernos a nosotros mismos para saber cómo seguir trabajando y poder mirar hacia adelante. Celebro y espero que en cada comunidad y en cada familia podamos tener un ejemplar de este libro para conocernos mejor. Celebro y espero que podamos seguir escribiendo páginas en él, con la misma esperanza que lo hicieron los que nos antecedieron. Celebro y espero que podamos contagiar con alegría en la fe que nos une como comunidad en Cristo, celebrando, caminando y sirviendo. Teniendo presentes las palabras del apóstol Pablo en su carta a los Gálatas: Ya no importa el ser judío o griego, esclavo o libre, hombre o mujer; porque unidos a Cristo Jesús, todos ustedes son uno solo. Y si son de Cristo, entonces son descendientes de Abraham y herederos de las promesas que Dios le hizo. Gálatas 3:28-29. Betina Ileana Wagner
AGRADECIMIENTOS Al ir juntando el material, ordenándolo y escribiendo la retrospectiva de nuestra Congregación, he tenido la colaboración, aportes y sugerencias de muchas personas. Siempre es un problema mencionar ya que se corre el riesgo de olvidar y/o no mencionar a algunos. Vaya esta página de agradecimiento a todos. Los aportes de los ministros que están activos en las parroquias de esta Congregación han sido de esencial importancia: la pastora Stella Maris Frizs de la parroquia Basavilbaso y el pastor Bernardo Spretz de la parroquia Urdinarrain. El pastor jubilado Prof. Dr. René Krüger siempre ha demostrado interés en la materia y esto no de una forma pasiva, sino que ha aportado ideas y materiales a pesar de su ocupada jubilación. Ha realizado asimismo un inconmensurable aporte al revisar, hacer sugerencias y corregir el borrador de esta propuesta. Como parte de la Comisión Directiva que ha demostrado su apoyo e interés quiero agradecer a cada uno de los miembros. A la presidente Betina Wagner que no solo sugirió la idea, sino que en todo momento mostró interés y leyó el borrador haciendo aportes esenciales. A su vice-presidente Mario Müller, a la tesorera Marisa Stauber, a la secretaria Viviana Korell que ha facilitado mucha información de la comunidad de Santa Celia. Al inspector Walter Stauber y a los vocales Nilda Weigandt, Ariel Otto, Sergio Euler y Norma Hermann, quien aportó datos en relación a La Cigarra. En cada comunidad he tenido referentes que me han ayudado a juntar el material y algunos se han tomado el tiempo de leer actas y material existente, siendo invaluable su colaboración. En Gualeguaychú los miembros de la comisión local Jorge Corfield, Victoria Welp de Otto, Mabel Müller, Graciela Bauer, Humberto Eckert, Estela Rein, Jacobo Huck y Marta Koch. En especial al tesorero de esta comisión, Leandro Hildt, y a Lucrecia Benavídez, que realizaron una historia que fue presentada en ocasión de los 75 años de la comunidad, que sirvió de base a la retrospectiva, con aportes fundamentales a este trabajo. De la comunidad de San Juan agradezco a Griselda Fuchs quién reviso los libros de actas, agregando datos importantes a esta propuesta. También realizó entrevistas y puso a disposición los informes a la comisión local de los años 2017 a 2019 que han sido de suma utilidad. A Jessica Sittner, catequista que hizo un repaso de las actividades. De la comunidad de San Antonio, a Sergio Euler y Berta Schefer (Betty) quienes junto a la comisión local han puesto toda su voluntad a disposición para conocer la trayectoria de la comunidad. De Concepción del Uruguay, a Araceli Schuvarz ha puesto todo su empeño para conseguir material que fuera digno de ser mencionado en la trayectoria de esta comunidad. A Julio Koch, de la Comunidad de El Potrero, le debo mucha información, pero también a cada uno de los miembros que se han tomado el tiempo de recordar y resaltar datos dignos de registrar. Alberto (Betto) Bauer y Julieta Otto han sido esenciales al momento de aportar, buscar e investigar datos en relación a la historia de la comunidad de Urdinarrain. Raquel Inés Michel ha aportado los datos con relación al Hogar de Adolescentes. Los datos aportados para Irazusta los obtuve de bibliografía y gracias a la colaboración de Roberto, Armando y Leandro Otto que me han recibido en el templo.
El autor
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