Especial Las hormigas saben a dónde van

Page 1

V i e r n e s 2 2 d e J u l i o d e 2 0 1 6 . A ñ o V.

Rayuela 369

[Francisco Álvarez Quiñones]

De hormigas,

mirmidones y metáforas sapientes en la obra de Arbey Rivera “Cuando el corazón pide volver” técnica mixta de hilos sobre papel encerado 2016


02

RAYUELA 369

Viernes 22 de Julio 2016

w w w. p en du lo de c h i a pas.com.mx

Agradezco al autor de este libro, y a todas y todos los organizadores de este evento, el haber pensado en mí para participar en su presentación, y al público, su amable concurrencia y su atención a las palabras que tomando como ejemplo a las hormigas, voy a decir: Instantáneamente, me pulularon recuerdos y metáforas en cuanto leí el título de este breve poemario del poeta y polímata artista Arbey Rivera:“Las hormigas saben a dónde van”. -¡Qué afortunado soy! –Me dije -por pensar que al menos sé quiénes son las hormigas, y sé diferenciarlas de las palabras!-. Lo decía yo porque leí que Tarzán, el hombre mono que luego se enteró que en verdad era Lord Greystoke, la primera vez que abrió los libros que halló en la casa del árbol de sus difuntos padres, pensó que las letras y palabras, eran muchedumbres de ordenadas hormigas, y que de alguna forma habían quedado atrapadas en lo que no sabía que eran miles de páginas!… Y como esa marabunta, aunque los poemas en verso y prosa que integran este libro son tan breves, llegaron simultáneamente a mi nagual y a mi alma, a mis sentidos, corazón y mente, muchedumbres también, pero de leyendas, mitos, sueños, experiencias reales, laberintos verbales, imágenes y metáforas que describen estancias constantemente bifurcadas del pensamiento: son las querencias de los seres humanos a las que siempre estamos dispuestos a viajar, porque la imaginación y los sueños son leyendas del origen de nuestra Vida, de nuestro trayecto pasajero, desde nuestro nacimiento hasta nuestra muerte, aunque en los sueños de cada una o cada uno, nuestra propia muerte no existe- ¿se han dado cuenta de eso? -Para mí que en los sueños de cada quien, la muerte propia tan sólo se presenta como una sombra formidable, y lo digo con el sentido original de tal palabra: formidable, como puede llegar a ser un feroz y decidido hormiga: terrorífica, espeluznante, atemorizante, como una peligrosa, rotunda y eterna oscuridad. Tal vez por ello

dice la sabiduría popular que quien se ausenta, o desaparece o sencillamente se encierra o se oculta para que no lo vean, se hace ojo de hormiga, como hacen algunos “políticos” cuando no les conviene que los vean. De muchas leyendas muy antiguas me acordé, tan sólo por el contundente título: de una hilera sin fin de aventuras y avatares que viví, en que estuvieron muy presentes la oscuridad y las valientes, sabias e intrépidas hormigas, como aliadas que nos dieron ejemplos de cómo hallar, con ayuda de relámpagos, nuestras verdaderas luces y el variopinto y colorido maíz, que es nuestro sustento. O de inmensas tribus ambulantes que de repente nos cayeran en una fiesta, como en una ocasión en San José el Vértice nos pasó, que nos cayeron como marabunta, insaciables e incontenibles, de tal manera, que hasta nuestras ocultas calaveras y osamentas pretendían devorar… Y todo lo que imaginé pululó como ellas, con sus diminutos, mas tupidos y muy leves pasos, en todo mi cuerpo y mente, en forma simultánea, como se cuenta que le deben surgir desde el Alma las oníricas acciones creativas a un dios artista como Kukulkán Quetzalcóatl: ejemplo, origen y demiurgo, como se sabe en todo este continente, de las transformaciones, evoluciones y metamorfosis de todo lo vivo, por obra de su palabra florida y creativa. Se pensaría que a un Dios Mago Creador como Tepeu Gukumatz, el relámpago padre de relámpagos de vida, le daría por comportarse como un ser Soberbio, pero no: El dios aliado llamado también Kukulkán, Balan Can, Balún Canán, y otros nombres similares, quien por amor hizo nacer y protege la verdadera humanidad, prefirió darnos lecciones de humildad, transformándose él mismo en la sagrada semilla, a la que debe enterrar y cuidar el ser humano, y en la me’ ba xinich: la más pequeña hormiga de todas, pero también y por multitudinarios motivos, la más fuerte, si se le juzga en forma relativa. Alguien puede pensar que las

leyendas que estoy tratando de evocar no tienen mucho que ver con el contenido poético de este breve libro: les puedo asegurar que al menos para mí, que conozco a su autor personalmente, ¡Cómo no tendrían que ver, si Arbey es campirano chiapaneco, come los mil y un alimentos que pueden prepararse con el verdadero maíz; es orgullosamente maya, y desde niño se alimenta de la poesía y colorido de las leyendas! Y para ejemplo, variospintos granos: Hallo, en cuanto empiezo a leer ya el poemario, estos versos: 1 /”Las hormigas reclutadas/ abrieron la pared para salvar/ una semilla. Nosotros la/ perdimos cuando al abrir los ojos,/ hallamos por primera vez el color de la miseria.” Si ustedes, el autor y el tiempo me lo permiten, me atreveré a decir que este brevísimo poema está inspirado, consciente más que intuitivamente, en esa continental leyenda, la de la creación del maíz, concebida por el metafórico sueño popular de nuestra cultura prehispánica, pues somos varones y mujeres florecidos, y frutos de tan sagrada hierba, el teozintle, y por ello, como él actuamos, sentimos y pensamos: “Alguien”, con poder más que suficiente, “reclutó” a esas hormigas, heroicas salvadoras de la semilla que hasta ahora es nuestro indispensable sustento. Algo se transtornó en el transcurso de tal onírico paraíso, cuando perdimos dolorosamente nuestra capacidad de soñar y hacer realidad nuestros mejores sueños, pues “al abrir los ojos”, nos hallamos con la cruel y fatídica “miseria”, producto de la corrupta soberbia humana, que para un tolteca pupilo de Ketzalcóatl, sencillamente es abominable, como para el Popol Vuj son las siete manifestaciones del egoísmo. Si la menciono aquí con tanto énfasis, es porque esa leyenda de la Creación del Maíz, con el grupo “Lo’il Maxil” de teatro, la montamos y representamos incontables veces durante años,

DIREC TORIO

Noé Farrera Morales

Péndulo de Chiapas

DIRECTOR GENERAL

DISEÑO

Javier Ríos Jonapá Noé Juan Farrera Garzón DIRECTOR EDITORIAL PÉNDULO

PRODUCCIÓN E IMPRESIÓN

Javier Opón

Javier Opón, Chary Gumeta, Tania Ramos, René Morales, Yeraldín Ovando, César Trujillo, Fabián Rivera y Arbey Rivera

COORDINADOR/EDITOR

CONSEJO EDITORIAL

LEGALES Rayuela, suplemento de arte, literatura y sociedad del periódico Péndulo de Chiapas, No. 369 (Edición Especial) Año V, Viernes 22 de Julio de 2016. Impreso en 13 Poniente Norte Núm. 698, colonia Magueyito. Código Postal 29000, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México. Teléfono (961) 61 24529. Se prohíbe la reproducción total o parcial de los contenidos sin el consentimiento expreso de sus autores. La redacción no responde por originales no solicitados. Los contenidos, así como parte de los títulos y subtítulos son responsabilidad exclusiva de quien los firma y no representan necesariamente el punto de vista del periódico Péndulo de Chiapas.

Correspondencia: rayuelasuplementocultural@gmail.com


Viernes 22 de Julio 2016

w w w. pe ndul o de c hi ap as. co m . m x

RAYUELA 369

03

ante nutridos públicos mayas, mestizos y extranjeros, como ha hecho Arbey con sus poemas y sus obras plásticas, con el afán de que se conozcan o reconozcan nuestras más hondas raíces culturales y sus valores, por medio de poemas o de historias mitológicas que abarcan ese tiempo sin tiempo legendario, como el que acontecía “Cuando Nació el Maíz”: cereal producto del verdiazul relámpago señorial de la Creación, cual primordial, axial y arbóreo sueño creativo que emana rayos a las 4 direcciones: rojo, negro, amarillo, blanco, que son los básicos colores de la Semilla Sagrada, a la cual, según infiero, se refiere el tercer verso de tan minimal poema.Tal vez este breve exordio pueda aclarar el porqué Arbey les dio tan estelar papel, en este su poemario, a las humildes mas poderosas y sapientes hormigas, pues cuenta esa leyenda que Tepeu Gukumatz, Corazón del Cielo, les dio a las hormigas el encargo de anunciar a la humanidad la inminencia de su divina y omnisciente presencia, que será hecha evidente por el trueno y relámpago, transformada su dualidad en la anhelada y nutriente lluvia, y Arbey así lo sugiere, en el poema XVII: “Bajaré de la nube a levantar hormigas, una a una las semillas negras donde hizo la luz su corazón”, entretejiendo también, de tal manera, su multitudinaria presencia con la situación social actual en este país que se siente abandonado, en el siguiente poema en prosa, cuya tristeza y rebeldía surrealista nos evocan, con parecida inquietud, algunas pinturas de Salvador Dalí: “II. Soy un perseguidor de hormigas antes de que la lluvia caiga sobre esta casa baldía. Siembro ausencias en el cántaro que se cae a un pozo profundo y todo nace oscuro. Pongo una piedra transparente en la ceniza y no veo la llama para hacer una revolución en lo oscuro del cuarto.” Y como chamán hechicero, quiere provocar, con la iluminación de su alma, que esas palabras se conviertan en hormigas voraces para aclararlo todo: “Que sus afilados dientes le saquen sangre a la blancura.” Su preocupación por el desamor, la indiferencia y el conformismo humanos es tanta, que en su ser interno sufre amaneceres autosacrificiales : --“…doy vueltas en el eje negro del abismo. Tiro mi cabeza a los pies de otros que miran la ventana y no dan señales de lumbre.” –Y así, decapitado, detiene su lastimera danza, para dejar de sufrir y comenzarla sana y salva en otros aires: --“Me detendré un momento y sacaré mi pie del hormiguero”.-- Advierte al escribir, y La Palabra escrita le abre otra puerta a una dimensión vivífica, y de esa manera lo rescata: --“Oigo en silencio la última luz que resbala de unos ojos abiertos: música triste, mientras cierro esta muerte y la pospongo.” – Con ello, le ofrenda a laVida su facultad más preciada:la mirada que hurga e incide en la oscuridad, para ofrecernos el entendimiento de la luz: la comprensión acuática del Fuego. Enseguida, para darnos otra versión visual,


04

RAYUELA 369

w w w. p en du lo de c h i a pas.com.mx

ilustra la página que sigue a ese poema antorchante, con la imagen de una pintura suya:“El paso de la Luz a Través del Amor”, con la que reitera su fe en la emoción amorosa de la presciencia. Esa fe la reafirma en su obra y en este poemario en especial, con la constante alusión al relámpago, como alucinante generador de la existencia, y como única, mas efímera luz, en la total tiniebla desconocida… Aquí leyendas y experiencias reales confluyeron en mí, en la aventura que les estoy contando que me pasó al leerlo, pues vino a mí, como si la viera en verdad, una historia que me contó Celia, mi esposa, de cuando ella de chica acompañaba a su abuelo Alejo, de Altamirano a Tacupa, en Guerrero, atravesando a pie los campos boscosos o sembrados, y de pronto la plena oscuridad de un preludio de tormenta les impedía ver lo que restaba del camino: -“Cuando te pase esto, hija, no veas hacia el suelo donde estamos; mira siempre hacia adelante cuando caiga el rayo; luego corre y acuérdate muy bien de lo que viste, mientras daba su luz, para que no tropieces, y cuando ya no puedas recordar… ¡detente!, que ya vendrá otro relámpago que te aclare el camino.” – Así le enseñó a andar en la oscuridad el sabio arriero Alejo – no era precisamente un hormigo arriero, pero bien que sabía también a dónde iba, con su patachi o solo, andando hasta de noche por el campo, pues era agricultor de los geniales, andarín y ducho contador de preciosas y larguísimas, pero jamás aburridas historias, que le servían para impartir Educación de Vida a las decenas de niños y personas que siempre lo rodeaban, aún cuando muchas veces los asombraba “hablando en parábola”, como él decía cuando hablaba poéticamente, en esos momentos en que quería expresar lo místico que le pasaba en el Alma, como Arbey cuando escribe en este libro, con la brevedad de un espontáneo poema campirano:“No sé si la calandria que canta es el signo del día o de la noche.” El poeta telúrico en Arbey anhela permanecer reverberante, como la memoria del rayo de Alejo: …“ser el último vestigio”, de la palabra pronunciada que designa los restos de su cuerpo, tejidos al trueno y al relámpago en la postrer despedida, y desde ahí, como el demiurgo Ketzalkóatl, irse transformando, humilde y paulatinamente, en todo: imaginación de ciego, tiempo, materia y animal, en juego constante. La virtud de la poesía es que cada lector puede hallar en los versos evocaciones, simbolismos e interpretaciones diversas, sin perder su sentido coherente y su preciso destino, como hacen las hileras o columnas de hormigas mirmidones sapientes. Desde mi percepción, el poeta en Arbey logra recordarnos que la vida es de muchos modos nuestra demiurga mágica y constante, para bien o para mal, mas con tendencia a mejorar la calidad de vida humana, en armonía con la natural, como

Viernes 22 de Julio 2016

Ecos de luz en la ventana" Técnica mixta(acrílica, grabado y monotipia) de la serie "Distintos caminos". año: 2015. Arbey Rivera confiamos los humanos que puede lograr La Palabra: como los Mirmidones héroes de los poblados pequeños e indefensos, a los que Zeus ayuda, en la mitología europea, para vencer los males invasores por número y valentía, transformando legiones de hormigas en invencibles héroes, como “los muros saben”, dice el poeta, refiriéndose tal vez a esa casa de solidaridad humana con el Universo, que parecemos haber abandonado y olvidado, por la torpe visión de la modernidad malsana, con la que hemos enrevesado el paraíso: --“¿Quiénes pusieron jaulas en el aire?”-- Ante esas preguntas o ventanas rotas, Arbey nos reta a salirnos, a través de nuestra esencial Verdad, de los espejos, para buscar nuestra propia luz, con plena libertad. El poeta quiere ofrendarnos la esperanza en esa luz, al instarnos con sus palabras de libérrima intención, a descubrir y ejercer nuestra propia aurora: “No seré yo-- nos aclara humilde, mas convencido de su ejemplar poderío poético-- “quien derrumbe a la sombra que sueña con ser lumbre”. Y en otros versos, más adelante:“No habrá escalera para que vayas por mi sombra. // Dejaré el relámpago de un verso, dejaré el candil de un recuerdo para que alumbre este viaje olvidado en la tormenta.”-- Si este poemario se convirtiera en sinfonía, en el siguiente movimiento la reverberación del trueno se iría atenuando hasta un casi dolido silencio, ya que sólo quedarían rescoldos del poder del Amor y del relámpago: -- “Las cenizas deliberan el amor que aquí pasó alumbrando habitaciones en momentos oscuros: soy un niño de ceniza entre la bruma. No encuentro la ciudad del Fuego.”… Combinando imágenes pictóricas con imágenes verbales, nos induce a “Llevar la Casa en el Corazón”, y separa

ese momento para decir, como si fuera un peatón que disfruta el aprendizaje por ensayo y error propios: -- “Amo la Piedra/ que me hace tropezar/ y levantarme”,-- por el cual nos expresa, con afán anímico, algo de lo que con esa empatía fue aprendiendo: --“La roca es la voz dormida de un caracol errante en la planicie del tiempo”… // nadie entendió que la canción venía del silencio de una hormiga.// Nadie imagina que hay una flor adentro de la piedra.” El corazón del poeta está expuesto a las diversas miradas del lector, como un manjar a la merced de infinidad de hormigas, o los danzantes sobre cuerda floja están expuestos a los asombros de las miradas, pero también a las letales caídas. El poeta escritor sabe lo que por dentro le germina, e induce al poeta lector a descubrir un extraviado fuego y su semilla, pensando en los humildes xinixetik- mirmidones- hormigas, que a diferencia de los modernos y supuestamente científicos humanos, durante toda su revolución han comprobado que saben – desde que tienen vida y existencia lo han sabido- que el Universo es un Todo del Amor, eternamente cambiante. Humildemente les invito a conocer esas transformaciones a través del Arte con Poesía, que es otra forma genial y espiritual de vasto conocimiento. Muchísimas gracias por su paciente amor a estas hormigas. *Francisco Álvarez Quiñones – Sna Jtz’ibajom– Real Jovel,Viernes 8 de Julio del 2016.


Viernes 22 de Julio 2016

w w w. pe ndul o de c hi ap as. co m . m x

RAYUELA 369

“Trágico sueño azul- Homenaje a los migrantes” Pigmento y acrílico sobre madera. 2013. Serie “Distintos caminos” Arbey Rivera

05


Las hormigas no saben de extravío* 06

RAYUELA 369

w w w. p en du lo de c h i a pas.com.mx

“¿A qué hora del día nos duele más la vida? Decimos soledad por no decir ‘qué frío’, Decimos ‘voy contigo’ para quedarnos solos.” Tomado de Espejo humeante, del poeta Juan Bañuelos

“Nada explica que mi mano tenga vida propia e [insista en decorar con pesadillas los muros de esta casa.” Tomado de Janto de Chirstian Peña

Viernes 22 de Julio 2016


Viernes 22 de Julio 2016

[César Tr ujillo]

He leído Las hormigas saben a donde van, Premio Nacional de Poesía Ydalio Huerta Escalante 2015, del poeta Arbey Rivera, tres veces. La primera cuando concluyó el Festival Internacional Balún Canán en la ciudad de Comitán de Domínguez. Eran cerca de las diez de la noche: había abandonado la última reunión, la de despedida, porque mi hijo jugaría futbol por la mañana y quería estar con él, alentándolo desde las gradas. La corrida de los buses para Tuxtla se había retrasado. Traía el libro entre las manos, junto a mi diploma de participación en esa gran fiesta. Siguiendo el ritual de mis costumbres lo abrí a la mitad y lo olí. Era la página 36: por el lado izquierdo el poema XII que arrancaba diciendo: “Los muros saben que alguna vez aquí se reunieron las hormigas.” Por el lado derecho, una imagen pintada en el 2012 por Arbey titulada “Sanación del amor (detalle).” En menos de 20 minutos, mientras un joven jugaba nervioso con un encendedor entre las manos y miraba a cada rato un arreglo floral que reposaba en el suelo, leí los 30 poemas, la presentación del autor y el breve y exquisito prólogo que escribiera el poeta Luis Armenta Malpica a la edición del libro. Confieso que quedé maravillado porque, quizá, todos en el

w w w. pe ndul o de c hi ap as. co m . m x

fondo queremos esa suerte de hormiga: saber a dónde nos dirigen nuestros pasos. La segunda vez fue en Tonalá. Viajé por trabajo entre semana y en mi maleta apareció el libro. ¿Había olvidado sacarlo o éste había decidido quedarse ahí para recordarme que poco a poco el hombre anhela a dónde se dirige? No lo sé. Pero mientras esperaba en la antesala de la reunión que se retrasó una hora, en nombre de la burocracia que aplasta a nues-

tros tiempos, repetí la escena y jugué a hacer lecturas cortazarianas. Empecé del poema 30 hacia el inicio. Ahí descubrí la sólida estructura del libro, la no alteración de los versos pero sí el impacto de las metáforas del tiempo que se agolpaban de formas diferentes, siempre provocando el mismo asombro. Del inicio al fin, con la explicación de esas hormigas reclutadas que se asoman como el brillo de las pupilas cuando por primera vez el hombre ve la luz y descubre la realidad que será suya. Del final al inicio, con la misma carga de reclutas, en un eterno retorno, una simbiosis inequívoca que podría ser un despertar del letargo o incluso la propia muerte. Cito: Reclutamos hormigas, una a una hasta llenar el ataúd, una por una hasta tener la reina adentro. Mientras escuchas el sonido del muro, recuerdas hacer una revolución y miras, sigilosamente, el vacío luminoso del camino.

RAYUELA 369

07

voz alta para escuchar el eco de los pasos de ese ejército de hormigas que retumba la tierra. Mi abuelo decía, cuando las arrieras hacían largas filas cargando trozos de hojas, que eran como redobles de tambores africanos que afilan sus baquetas para la danza. Las hormigas saben a donde van es un crisol que brinca de la vida a la muerte, de la nostalgia a la felicidad, del sueño a la realidad, siempre ponderando las ambivalencias que guarda el mundo en el que vivimos: un mundo que nos recuerda que todo es un tornado de repeticiones. Si Juan Bañuelos se inclinaba por una poesía de visiones, porque sabía que lo real era lo que creaba la imaginación, Arbey Rivera le apuesta también a esa profesión de fe donde los muros y sus grietas, la ambigüedad del espejo, la dualidad de la noche, la contemplación de las sombras a la imagen del fuego -como en “El mito de la Caverna” de Platón-, la incertidumbre que sintiera el mismo Altazor, la búsqueda constante por encontrarse en el camino que han marcado los ancestros. Y mientras el hombre camina dando tumbos, buscándose, perdiéndose entre el miedo y el olvido, las hormigas avanzan seguras de su andar, seguras de que entre las grietas siempre habrá un señal que les indique el camino a casa. Las hormigas saben a donde van es un canto que parte de la sutileza que revela la madre naturaleza en el camino del hombre que se sabe cosmos y habla para que su eco le responda algunas de sus dudas, para que su voz, recorriendo los resquicios del mundo, lo renombre y le diga que el camino a seguir no es el anhelo de algo ingente, sino que aparece en un sendero donde la sombra sueña con ser lumbre y viceversa, en un andar de hormiga que se sabe ella y no claudica ni por las piedras que franquean su paso, ni por los pasos que les caen encima. ¡Gracias!

La tercera vez fue ahora que planeamos esta presentación junto a los poetas Fernando Trejo, Manuel Iris, Fausto Carámbura, Arbey Rivera y un servidor. Leí en

* Verso tomado del libro Las hormigas saben a donde van


08 

RAYUELA 369

w w w. p en du lo de c h i a pas.com.mx

Viernes 22 de Julio 2016


Viernes 22 de Julio 2016

w w w. pe ndul o de c hi ap as. co m . m x

RAYUELA 369

09 


10

RAYUELA 369

w w w. p en du lo de c h i a pas.com.mx

Algo más que

una novela

porno Nadine de Pablo Paniagua Jorge Rueda

Viernes 22 de Julio 2016


Viernes 22 de Julio 2016 Peores crímenes se ha permitido la humanidad y nosotros aquí estamos leyendo cómodamente, dice el autor de esta obra francamente pornográfica. Pablo Paniagua es un madrileño nacionalizado y afincado en Guanajuato que tiene en su haber, publicados de manera independiente, cuatro novelas y un libro de ensayos, y que ha apostado desde hace por lo menos siete años a la autogestión editorial, desde la producción hasta la distribución. Comenzó en la época del nacimiento de la blogósfera y ha llegado hasta el esquema de los libros electrónicos. Se inauguró en el ciberespacio con una blognovela —Exex (2007)— y le siguieron El mono cibernético (2009), La novela perdida de Borges (2010, la versión en papel de su blognovela Exex), Abraxas (2015), Nadine (Sediento Ediciones, 2014) y la pieza Palabras fractales (2013). Él mismo, como instigador de la literatura indie (lo que ello signifique) afirma que lo suyo es la búsqueda y que cada texto lo escribe con un afán de experimentación; es un escritor con un bagaje cultural rico, con las preocupaciones sociales (casi) por todos compartidas, de una singular gana por ser irreverente y un peculiar manejo de la narrativa, con especial interés en la novela negra y el género erótico. Nada mal como prolegómenos para invitar a la lectura de Nadine, algo más que una novela porno, que así como anticipa en el subtítulo tiene la misma idea de Pablo Paniagua, escandalizar, provocar con su texto, el

w w w. pe ndul o de c hi ap as. co m . m x

cual, asegura, preconiza la antinovela del futuro. Es una novela (¿antinovela?) escrita con el ánimo de desagradar, y en esa medida ni feministas ni mentes pacatas encontrarán solaz en ella, gustará a adolescentes novatos de apetitos lúbricos, a un público curtido y de garganta aventurera y a aquellos interesados en la experimentación metaliteraria. Nadine es una novela para gente interesada en la literatura o por lo menos con un interés especial en la experimentación, o para quienes no les moleste estar escuchando la voz no sólo del narrador —destacando las motivaciones de los personajes— sino la del escritor que susurra los resortes de la novela; un autor que recuerda que él tiene la sartén por el mango y que en la novela pasará, literalmente, lo que le salga de los huevos porque para eso la está creando y desarmando ante nuestros ojos. La frase “la veracidad me la sopla” aparece poco antes de terminar el texto, aunque es la idea que debe acompañarnos para no botar el libro por falta de una mediana verosimilitud, y ante la cadena de atrocidades que deshebra para nuestro (dis)gusto y a las que el mismo Pablo se encarga de darles carta de naturalidad al recordarnos que peores crímenes se ha permitido la humanidad y nosotros aquí estamos leyendo cómodamente. A su favor obran la vertiginosa y disparatada cadena de acontecimientos, y si uno ha gustado de animalidades como las que describieron Sade en sus pie-

RAYUELA 369

zas señeras, Apollinaire en Los once mil falos y Mandiargues en El inglés descrito en el castillo cerrado, desde luego que le permitirá al autor que vaya de un pene cercenado hasta sodomizaciones necrófilas. Es una novela (¿antinovela?) escrita con el ánimo de desagradar, y en esa medida ni feministas ni mentes pacatas encontrarán solaz en ella, gustará a adolescentes novatos de apetitos lúbricos, a un público curtido y de garganta aventurera y —ya lo dije— a aquellos interesados en la experimentación metaliteraria. No es simple la acometida de Paniagua: el “pensamiento no convencional, con ausencia de reglas: libertad total: anarquía literaria: (y el) libertinaje de ideas”, ya que busca encarnarlo no solamente en el juego intertextual de su antinovela sino en la consecución de acontecimientos, sus motivaciones y el género que eligió como escenario. Su texto definitivamente merecía el apodo de porno, no por menospreciarlo sino porque le otorga el carácter lúbrico y obsceno con que ha querido subrayar su libertinaje; haberlo nombrado erótico —que le reconocería aquel Mandiargues describiendo al inglés— le hubiera parecido mentiroso a sus lectores más selectivos. Nadine se deja llevar, como la dócil putita que pretende ser, por los caprichos con los que Paniagua retuerce su argumento y así, de camuflaje para la huida se adueña de su creador para confrontarlo con sus apetitos y terminar la pieza espléndidamente en una imagen imposible.

11


w w w. pe ndul o de c hi ap as. co m . m x


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.