Año 01 Edición Nº 01 Publicación mensual Lima, 05 de Julio 2019
Artistas peruanos El éxito del talento y la creatividad.
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Talleres de lettering Murales en Lima
Descubre y aprende de los mejores.
El arte que cambia el color de la ciudad.
El lettering es peruano
Las coloridas calles de Lima
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Reinventando las paredes de Lima
Elliot Urcuhuaranga es Elliot Tupac. Hijo de Fortunato Urcuhuaranga, uno de los precursores del cartel chicha, aquel que reconocemos en las calles, generalmente, anunciando un concierto de cumbia. Arte que, de la mano de Elliot, ha cruzado fronteras. En los últimos tres años ha expuesto, intervenido espacios y dado talleres en Europa y Latinoamérica, a través de la serigrafía, la caligrafía y el arte urbano.
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l destino de Elliot Túpac estaba escrito en una pared. Mucho antes de que aprendiera a leer o a escribir, el cuarto de los ocho hijos del matrimonio de Fortunato Urcuhuaranga y Alicia Cárdenas ya era un artista. Apenas tenía cuatro años y una tiza como herramienta. Un día, sin que nadie lo supiera, entró al taller de su padre en el que confeccionaba carteles chicha, y replicó una palabra muy familiar escrita en una de las paredes empastadas.
“A qué niño no le gusta dibujar. Todos dibujamos. El tema es que con el paso del tiempo perdemos eso. O hacen que lo perdamos” La dibujó cuantas veces pudo, con esmero, siempre tratando de que sea igual a la original. Al llegar a casa, Fortunato se encontró con una imagen sobrecogedora: el pequeño Elliot había creado un tapiz con su propio nombre. Sentado en su taller, ubicado en una quinta en el corazón de Barranco, treinta
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ENFOQUE
y cuatro años después de aquel episodio. En estas otras paredes su nombre sigue siendo el común denominador. Ya no a tiza, sino a tinta, como parte de los carteles chicha que lo han sacado del anonimato.
Adoptando el “Tupac” Sigue siendo Elliot, pero le sumó el Túpac como una reivindicación al nombre que no pudo quedar inscrito en su partida de nacimiento porque a una funcionaria no le pareció que un niño debiera llevar ese nombre. Y entonces a Fortunato Urcuhuaranga no se le ocurrió mejor idea que bautizarlo con el de su tercer hijo, fallecido a los pocos meses de vida. Existen nombres imborrables. Elliot es uno de ellos.
Como él mismo dice, casi todos los artistas y los estudiantes de diseño saben quién es Elliot Túpac. “Es posible que medio Barranco también”, bromea. El ser uno de los mayores representantes del lettering en el Perú, a partir de sus carteles, le ha valido para llevar su nombre más allá del taller familiar en Vitarte, de los afiches flúor de la Carretera Central y de las fiestas de Karicia y Los Shapis al pie del cerro El Pino. Si bien hay mucha gente que no lo reconoce en la calle, por lo menos alguna vez ha oído nombrarlo o ha visto su firma escrita en alguna pared de Lima.
El descubrimiento del éxito — ¿Quién es el autor de este cartel? — Elliot — respondió a secas su hermano Edinson. Este breve diálogo ocurrió a mediados del 2003. Como tantas veces, una nueva clienta llegó hasta el taller de Viusa (Visual Urcuhuaranga Sociedad Anónima). Pero esta no era una clienta cualquiera. Era Susana Torres, una artista de Chaclacayo que quedó impactada con esos afiches de colores intensos y letras redondeadas con el estilo barroco de los bordados huancas.
Creando tipografía, creando su propia identidad.
E
lliot Túpac no se cansa de delinear palabras, rodeado de tantas otras que cuelgan de sus paredes y aún quedan muchos por crear, siempre en la busqueda de innovar y romper los esquemas.
Un tímido Elliot, de metro cincuenta y cabello lacio prieto, asomó la cabeza sin saber que el momento que tanto había esperado al fin se había hecho realidad.
“Nadie sabe qué hubiera pasado si Susana no llegaba aquel día al taller. Pero algo que sí sé es que yo no hubiera esperado a Susana” Desde el tapiz con su nombre a los cuatro años, todo lo realizado por Elliot Urcuhuaranga había estado alineado con un solo propósito: convertirse en artista.
¿Qué es el lettering?
E
l lettering existe desde que se inventó la escritura, pero es ahora, cuando gracias a la creatividad y a los nuevos materiales, el lettering se ha convertido en una toda una disciplina creativa con infinidad de aplicaciones.
Todos siempre con algo en común: La misma tipografía, que dentro de poco poseerá identidad propia. El nombre ya lo tiene elegido. No podía ser otro: Tupac Script.
El dibujo del jacarandá y la plaza de Santa Clara en los Juegos Florales de su colegio Faustino Sarmiento, el perfeccionamiento de la serigrafía en el taller junto a su hermano Edinson durante la adolescencia, el intento frustrado de postular a la Escuela de Bellas Artes, la negativa a ser abogado, los cuatro años de estudios de Ciencias de la Comunicación, la decisión de hacer de los carteles chicha elementos artísticos pese a las burlas de sus compañeros universitarios. Absolutamente todo formaba parte de sus planes. Susana Torres se ocupó de completar la historia. Primero le encargó un afiche para el evento LGTB “Suéltate la trenza” y al poco tiempo lo incluyó en la dirección de arte de las películas Madeinusa y la Teta asustada de la premiada Claudia Llosa. Como consecuencia del buen trabajo, formó parte de las muestras “Del puñal al pincel” (2003) y “Neón-colonial” (2004). Y es así como el sueño de aquel niño se hizo realidad.
Cada parte de la letra está pensada y posteriormente construida, prácticamente como cualquier otro objeto. Aquí es donde se pone a prueba la agilidad y la creatividad. El autor suele ser el mismo que escribe, y suele utilizarse para textos cortos o logotipos, sí, todos esos carteles y frases que vemos a diario tan bonitos, hechos con acuarelas, destacadores o tizas están hechos con Lettering. El lettering ¡no tiene límites! Puede combinar colores, técnicas y formas. ENFOQUE
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