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El récord del mundo que no prosperó
100 años de una pasión
Tal y como se sigue recordando de generación a generación, el 14 de octubre de 1956 la pista de ceniza de la Ciudad Universitaria de Madrid pareció quedarse pequeña: según el diario ABC, 40.000 personas se agolparon hasta por los alrededores del recinto para contemplar un festival único en el que Miguel de la Quadra-Salcedo y un puñado de revolucionarios hicieron una exhibición del conocido como estilo español de lanzamiento de jabalina.
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“En las minas de hierro del valle vizcaíno de Somorrostro, los mineros golpeaban la piedra con una palanca metálica o barra de hierro para extraer el mineral. Los deportes vascos siempre tienen su origen en actividades rurales que se convierten en actividades deportivas mediante la competencia entre distintas personas, y así los palankaris comenzaron a apostar a ver quién lanzaba la barra vasca más lejos. Al maestro Félix Erausquin se le ocurrió aplicar el giro rotatorio que utilizaban los palankaris a la jabalina, y él fue quien nos enseñó al resto”, relataba el propio Quadra-Salcedo en una de sus últimas entrevistas concedidas a Atletismo Español en diciembre de 2015 sobre el origen de esta técnica.
Semanas antes de aquella demostración en Madrid, de la Quadra-Salcedo había sorprendido al mundo entero al utilizar por primera vez el estilo español en París el 23 de septiembre con un lanzamiento de 66,25 metros. Rápidamente se unieron a la fiesta otros lanzadores españoles como José Luis Celaya o Juan Antonio Iguarán, siempre guiados por el veterano Erausquin, que llegó a 74,32 el 7 de octubre en Montjuïc y hasta los 83,40 el 12 de octubre en Zalla (Vizcaya), a tan solo 26 centímetros del record del mundo del polaco Janusz Sidlo. Y como colofón a la locura que se despertó al ver a los españoles revolucionando el atletismo mundial mientras unían tradición y modernidad, la gran fiesta en la Ciudad Universitaria de Madrid concluyó con un mejor lanzamiento de de la Quadra-Salcedo de 74,82 metros que hacía soñar con todo en la cercana cita olímpica de Melbourne.
Pero, en medio de la euforia, la prensa del 24 de octubre recogió la prohibición de dar la espalda al lanzamiento de la jabalina que formuló la Federación Internacional de Atletismo a través de su Secretario General Donald Pain y que se conoció como la reforma Pain, poniendo punto final al estilo español y dejando como oficiosas todas las marcas ya logradas, así como los posteriores lanzamientos de Manuel Clavero y Quadra-Salcedo el 28 de octubre en Barcelona que hubiesen sido récords del mundo (89,66 y 83,80 metros respectivamente).
Erausquin todavía volvió a reinventar la técnica con una adaptación del estilo sin dar vueltas para no dar la espalda al punto de lanzamiento en ningún momento y con el que De la Quadra-Salcedo llegó hasta los 82,80 metros el 21 de noviembre en Madrid. Pero la intención de la Federación Internacional de prohibir las nuevas técnicas era firme alegando motivos de seguridad y España no recurrió los sucesivos cambios de reglamento, pese a que el propio Quadra-Salcedo siempre lo consideró “injusto por su aplicación retroactiva y porque no se hubiese permitido la modificación tal y como sí que se hizo con el salto de Fosbury en 1968”.
Finalmente, a finales de noviembre España no viajó a los Juegos Olímpicos de Melbourne como protesta por la invasión de los tanques rusos en Hungría, y Quadra-Salcedo, igual que otros grandes deportistas como el gimnasta Joaquín Blume, el medallista de plata en Helsinki 1952 en tiro con pistola Ángel de León o el nadador Enrique Granados, tuvieron que conformarse con unas becas en el extranjero y con soñar con la cita de Roma 1960.
Dentro del imaginario popular, aquel estilo español quedó como una reivindicación más de la identidad del país y, más allá de los relatos que siempre acompañaron a Quadra-Salcedo, el lanzador navarro llegó hasta los 89 metros en diversas exhibiciones en Puerto Rico, mientras que el maestro Erausquin llegó hasta 94,50 metros en una exhibición en Vitoria el 7 de abril de 1957.
Con vocación de revolucionario y aventurero, tras los Juegos Olímpicos de Roma 1960 y los Juegos Iberoamericanos de Santiago de Chile de aquel mismo año Miguel de la Quadra-Salcedo se subió en un barco ballenero rumbo a la Isla de Pascua antes de perderse en el Amazonas para siempre. Y en aquel territorio propicio para mitos y leyendas, todavía muchos cuentan que vieron a un hombre con un gran bigote lanzar más lejos de lo que nadie hubiese imaginado, con ese estilo tan suyo con el que tanto impresionó a las tribus de los lugares más recónditos del planeta o con el que dejaba al público con la boca abierta en sus personalísimos y maravillosos programas de televisión.
XV Campeonato de España Juvenil de Atletismo . Madrid . Pista de atletismo de la Ciudad Universitaria . Domingo, 14 de octubre de 1956 .
Demostración oficial del estilo español de lanzamiento de jabalina: 1. Miguel de la Quadra-Salcedo 74,82 (57,20 – 74,82 – x – x – 68,83 – 72,73) - 2. Félix Erausquin 71,25 (x – 46,24 – 64,86 – 71,25 – x – 64,12) - 3. Juan Antonio Iguarán 68,86 (x – x – 67,90 – 68,86 – x – x) - 4. José Luis Celaya 43,30 (x – 43,30 – 35,80 – x – x – x).