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Conchi Paredes y otras pioneras de la época moderna
100 años de una pasión
Poco a poco el calendario femenino se ha ido igualando con el masculino. En otro apartado de este libro se habla de las pioneras de los primeros años, aquí vamos a hacerlo con las últimas pruebas oficiales del atletismo femenino.
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En 1969 se fundó el primer club de marcha atlética en España, denominado Club Marcha Mare Nostrum de Barcelona. Sus principales artífices fueron el marchador Albert Galín y su hermano Antonio, impulsores también del Gran Premio de Marcha Ciudad de L’Hospitalet. Dicho club contaba en sus filas con chicas que también entrenaban la disciplina de la marcha atlética. Por tanto en 1971 se incluyó como exhibición una prueba de 3.000 metros que es el punto de inflexión de la marcha femenina. Las pioneras fueron: Carmen Sierra, Celia Vallés, Pilar Montesinos, Rosana Cals, Alicia Ardanuy, María Rosa Casanovas, Silvia Vallés, Montserrat Ardanuy y María Esther Gilabert. Ellas fueron las primeras como también lo fue Teresa Palacios que consiguió el primer título de campeona de España en ruta y en pista.
En la década de los setenta empezaron a programarse las vallas intermedias para mujeres. La prueba no sería olímpica hasta 1984, aunque en 1973 Rosa Colorado y Josefina Salgado ya realizaban tiempos en torno a un minuto y cinco segundos. La primera campeona de España sería Valvanera Guridi en 1977. La vallesana Montse Pujol fue la primera en bajar del minuto con cronometraje eléctrico con 57.94 durante la Westathletic disputada en Sittard (Países Bajos) en 1978. Dicho registro en su momento fue mejor marca mundial junior y ese récord sub-20 español duró nada menos que hasta 2017. También en Sittard tuvo lugar el primer Campeonato Mundial de la especialidad (junto a los 3.000 metros, ya que ambas pruebas no fueron olímpicas). Allí compitieron Montse Pujol y la salmantina Rosa Colorado.
En 1940 hay constancia de que Eulalia Santos venció en triple salto en el campeonato universitario de Madrid, pero se desconoce la marca. Nuria Escrig saltó 10.47 en el estadio barcelonés de Serrahima en 1978 y Amaia Sarasua rozó los doce metros (11.96) en un festival celebrado en las históricas pistas de Berazubi en Tolosa en 1988. Al año siguiente, durante el Memorial Cagigal de pista cubierta Estrella Roldán llevó el récord de España de pista cubierta hasta los 12.90 metros. Pero la saltadora que revolucionó la especialidad fue la palentina Concepción Paredes. Conchi fue la primera en superar la barrera de los trece y los catorce metros, logró el título de campeona de España absoluta en dieciocho ocasiones y consiguió otros dieciocho récords de España (entre aire libre y pista cubierta), en treinta ocasiones vistió la camiseta del equipo español y fue la primera triplista en representar a España en los Juegos Olímpicos, en Mundiales, en Europeos (tanto indoor como outdoor), su mejor marca personal fue de 14.30 en 1994 y logró rebasar la barrera de los catorce metros en otras tantas ocasiones. Conchi luchó durante muchos contra una cruel enfermedad y falleció en 2019.
Las dos primeras veces que aparecen saltadoras de pértiga fueron en las pistas de Castellón. Primero se atrevió la marchadora Salomé Marcelino y luego lo hizo la especialista en combinadas Ana Portalés que llegó a saltar 2.60 en 1990. En 1993, Silvia Delgado igualó esa marca en Ludwigsburg (Alemania) y a partir de 1994 el récord experimentó una enorme progresión. Silvia saltó 3.25 en 1994 y 3.40 en 1995. Pero la aparición de Dana Cervantes al año siguiente hizo que en 1997 la plusmarca ya estuviera por encima de los cuatro metros. El 6 de julio en Valladolid saltaba 4.01 metros en su tercer intento. Dana fue la primera pertiguista de talla internacional, mejorando plusmarcas españolas más de un metro (de 3.41 a 4.46). Sus duelos con Mar Sánchez o Naroa Agirre fueron épicos. Su mejor virtud era su carácter competitivo dando lo mejor de sí misma. Rara vez hizo tres nulos en competición y siempre estaba en la marca que podía obtener acorde a su estado de forma.
En otro apartado de este libro se habla de Rosa Morató. Hay que hacer constar que la primera prueba celebrada en nuestro país se disputó en Sabadell. El 25 de octubre de 1998 tuvo lugar el campeonato local y Morató se impuso sin ningún problema con una marca de 10:57.6 a Montse Salmerón (12:26.5) y Marisa Casanueva (12:31.1). Posteriormente el récord pasaría a manos de Zulema Fuentes-Pila y Rosa se convertiría en el año 2004 en la primera en bajar de los diez minutos. También en la parte prehistórica de este libro se habla de las hermanas Molés y de Aurora Villa como las pioneras en la prueba de martillo. En 1988, la discóbola Sonia Godall comenzó a practicar la especialidad terminando la temporada con 43 metros justos. Godall seguiría mejorando sus marcas hasta 49.14 en 1994, tomando el relevo Susana Reguela que lanzó 55.96 durante el Campeonato de España de 1995. Posteriormente apareció Dolores Pedrares, que fue la primera en lanzar más de 60 metros, dejando la plusmarca hasta la aparición de Berta Castells con 61.46. Berta tiene un historial fabuloso que describimos con detalle en otro apartado de este libro… y sigue en activo.