MARร A RIVIER,
ยกUna mujer para nuestro tiempo!
MARÍA RIVIER, mujer de ofrenda, a la escucha del
Espíritu Santo
Danos seĂąor, el espĂritude escucha y de ofrenda que le animaba.
PALABRA DE DIOS : Rm 12, 1-2
Os exhorto, pues, hermanos, por la misericordia de Dios, que ofrezcáis vuestros cuerpos como una víctima viva, santa, agradable a Dios: tal será vuestro culto espiritual. Y no os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma
que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto.
PALABRA DE DIOS PARA NOSOTRAS en nuestra Regla de Vida :
Queremos comulgar con la actitud fundamental del Hijo muy amado, Siervo perfecto, cuya vida entera fue adoración en espíritu y en verdad, adhesión de amor al querer del Padre, desde su venida al mundo hasta la muerte de cruz.
REFLEXIÓN :
Cuando os consagráis al Señor, … le dais cuanto sois : vuestra alma con sus potencias, vuestra mente con sus pensamientos, vuestro corazón con todos sus afectos y anhelos, vuestro cuerpo con sus sentidos … nada vuestro os pertenece en adelante ; ya no sois dueñas de nada y no podéis disponer de nada. … ¡ Cuánto agradable a Nuestro Señor las que hagan generosamente su sacrificio ! Se verán colmadas de sus gracias. (Escritos Espirituales pág. 80)
Alabemos al Señor ….
Padre santo, por el ardiente deseo de María Rivier de ofrecerse con Jesucristo para tu gloria y la salvación del mundo, te bendecimos. R :
Oremos al Señor … Padre santo, que nuestra vida consagrada, ofrecida con la de Jesucristo, te dé gloria y dé testimonio de tu presencia en nuestro mundo de hoy, te lo pedimos. R :
Padre Nuestro… Enséñanos a ser un evangelio abierto donde nuestro mundo hambriento de amor pueda leer a Jesucristo. Intercede por nosotras para que hagamos fecundo el legado que nos dejaste: amor ardiente a Jesucristo, fe en el poder de la oración, audacia apostólica y compasión ante toda angustia. Que por el testimonio de nuestra vida, demos a conocer y hagamos amar a Jesucristo con audacia y celo a todos aquellos a quienes somos enviadas. Amén
MARÍA RIVIER,
mujer de fe, mujer de oración, mujer de acción, Mujer Apóstol que proclamó el Evangelio arriesgando su vida en medio de la Revolución francesa, intercede por nosotras.