Vuelos I ISBN: 978-9942-28-250-7 Primera Edición: 2017 © 2017 Chacana Editorial www.chacanaeditorial.com Quito - Ecuador Dirección Editorial: Enver Álvarez Cuerpo Editorial: Turdus Literario Katerine Ortega, Fausto Ramos, Santiago Vásconez Portada y Diagramación: Santiago Vásconez
Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción total o parcial en cualquier medio sin autorización de Chacana Editorial. Impreso por Marca Digital Impreso en Quito, Ecuador
Contenido
Presentación
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Prólogo 3 Ejercicios de Taller - Cadáver Exquisito
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Poemario 13 Brayan Chaparro
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Paula Belén Álvarez R.
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Salenka Chinchin
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Verónica Guevara
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Horus Rojo
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Valeria Álvarez T.
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María Checa Aulestia
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Margarita Becerra
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Anthony Varela Carrión
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Margorie Baño
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María José Yépez
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Sisa Anahi Pérez Ruiz
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Vuelos
Presentación Las palabras son mundos, mundos con los que podemos crear otros mundos. El párrafo y la estrofa, son galaxias; y un libro, el universo entero.
Chacana Editorial nace con el sueño de convertirse en el puente que permita unir los mundos de artistas, poetas y narradores, de artesanos de historias y sentimientos, con un universo de lectores que encuentran en el verso o la anécdota, un aliento en el que apoyar y enriquecer su vida. Las letras, grafías y fonemas, son la materia prima del pensamiento. Cada palabra carga en sí una profunda historia y encierra un sin fin de significados. Es por esto que el ejercicio literario permite al autor conectarse con el pasado, iluminar el presente y construir el futuro. El poeta y el narrador logran, a su manera, topar lo más profundo de la sensibilidad humana y transformar la vida de quien se acerca a su obra. La creación literaria, ese manipular alquímico y arcano de las palabras, se constituye en uno de los ejercicios más valiosos que la editorial busca rescatar. Con ese afán, se han generado diversas propuestas de taller literario, en el que escritores de distintas realidades de vida hicieron sonar su voz y construyeron con sus palabras un universo completo de emociones y sentimientos. La presente obra es el resultado del ejercicio firme de creación desarrollado por los participantes del Taller de Poesía del Colectivo Turdus Literario. Semana a semana,
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las jornadas de taller brindaron a los participantes diversas herramientas y recursos para su quehacer poético. Los distintos ejercicios de creación se enfocaron en la exploración artística de la voz propia de cada autor y la consolidación de su obra. Chacana Editorial y Turdus Literario presentan Vuelos I antología poética, que recoge el caminar literario de doce artistas que han decidido abrir sus mundos para dar aliento y enriquecer la vida de sus lectores.
Santiago Vásconez Yerovi
Director General Chacana Editorial
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Prólogo Un poeta debe decir aquellas cosas que jamás se dirían sin él. Sánchez Vázquez
Taller Lúdico o el eterno juego de las palabras Jugar con las palabras, revertirlas, convertirlas, subvertirlas, es el momento en el que el poeta, ese homo ludens, hace y deshace el lenguaje y lo convierte en un acto de amor. En un taller, varios poetas se vuelven una cofradía de magos, de alquimistas del verbo. La creación literaria, la poiesis, se ha malentendido al creer que el poeta o escritor es una isla individual, solitaria y, desde aquel proceso, un náufrago donde él (y solo él) puede ser el creador y dueño de la verdad. Al enfrentar los textos y ejercicios literarios a un colectivo, nos percatamos de nuestra existencia como seres gregarios. Es la crítica de nuestros compañeros de taller la que nos permite encontrar nuevas visiones y enriquecer el juego poético, convirtiéndolo en el alma misma del taller. Ese es el pacto de los y las poetas: buscar la hermandad en la palabra, pero no por ello mostrarse menos implacables en la crítica. Este proceso en grupo no nos uniforma. No perdemos nuestra esencia, ni nuestro “yo” interno. Al contrario. El proceso nos alimenta de visiones y descubrimientos, nos
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permite encontrar en las palabras aquello que no parecía tan evidente en un inicio. Solo la lectura del otro puede mostrar los puntos que se deben mejorar y pulir en uno mismo. El taller pretende rescatar y afianzar las búsquedas propias. La escritura que en él se realiza no estandariza la producción literaria. Los talleristas siguen las propuestas del facilitador como una guía, haciendo de la escritura una permanente exploración de espacios lúdicos donde se respeta su voz propia. Los que hemos transitado varios años en talleres literarios sabemos que el trabajo lúdico del poeta, como un homo ludens, es un acto alterativo donde se deconstruye al otro y permite que las constataciones y vivencias sean una forma de aporte al proceso creativo de cada individuo del taller. Esto no quiere decir que se hagan escritores en serie. Al contrario, el taller es un lugar alquímico, donde se experimenta con la palabra y se busca el estilo propio de cada uno de los participantes. En tal sentido, todas las técnicas que se utilicen serán válidas, en la medida en que se las pueda entender como pretexto para reconocer un verdadero estilo y una voz poética o narrativa propias. Las palabras pueden ser un pájaro, un turdus, con alas para volar en el hipertexto interminable, que es el poema del mundo. Pero también pueden ser una piedra en el zapato. Debemos ser conscientes de que, como obreros de la palabra, levantar una obra requiere mucho trabajo. El taller nos da las técnicas, las herramientas y también las pautas para entender la necesidad de socializar las propuestas creativas. El homo poeticus es el fin último para trasgredir la cultura, para que los escritores puedan vivir con todos los
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Vuelos demonios, ninfas, fantasmas y ángeles que en ellos habitan; y para continuar en ese juego infinito que es la poesía. La mirada sensible nos da la justa medida de poesía que la cultura y la sociedad siempre han necesitado, necesitan y necesitarán. Nosotros, los poetas, hacemos de nuestra existencia una obra de arte auténtica, donde el acto de crear y provocar es el juego subversivo más tierno y brutal que marca las poiesis. Esta primera antología poética pretende ser el vuelo de provocativas miradas llenas de vientos, y un testimonio de las nuevas y florecientes letras ecuatorianas.
Enver Álvarez Endara
Facilitador del Taller de Poesía Colectivo Turdus Literario
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Ejercicios de Taller Cadรกver Exquisito
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En la noche, revolotean cuervos sin Dios socialistas empalados conversan con los niños judíos esperan a llegar al fin caminando al filo del abismo mientras calcinan ideas irrompibles recorro con pisadas dolientes las tentaciones de la carne la canción de los ángeles olvidados consume el platino en la cueva escondida de almas fugaces que en la oscuridad asesina con ideas milimétricas cada sustancia fugaz cada momento vivido nos bebemos la guerra sagrada salada en el cielo y huesos esparcidos en cenizas que dormitan en playas de sangre y arena caliente bajamos del buque mercante nos bebemos la botella de ron
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Rememoraba a menudo aquella tarde lluviosa en la Alameda aquel recuerdo taciturno que venía de vez en cuando a mi mente la niebla, la González Suarez, el cuerpo… descubierto con tus sombras, y el discurso descubierto, ensordecido, turbo y quieto creo que ser tristes es más fácil que ser feliz. Por qué uno ha de olvidar días felices pero ha de recordar con fuerza los males y su cuerpo mudo deshará los rezos y los gritos caerán fuertes contra el suelo y han de ser un eco en medio de la nada un murmullo que desaparece en un mundo tormentoso.
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Como tus labios desordenados de ceniza y de terciopelo tu piel palpitante y sudorosa que anuncia lo rojo del fruto prohibido como el årbol al atardecer que encuentra en el ocaso su rabia y en el principio‌ su destino. Olvidando la existencia en el camino e insemina la caricia a mariposa burbujeando el jadeo tembloroso entre los pårpados alados que reposan silentes, acuosos.
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Escribo para no morir cuando el alma grita, cuando el verso sangra ¡yo estoy aquí! Implorándote, amándote… Mentira… gritaré por mi alma Mi piel olvidará tu tacto… se perfeccionará en el olvido y renaceremos como oscuros dioses.
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Poemario
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Brayan Chaparro Atuntaqui - 1996 Sus versos mutilados son el reflejo de aquella personalidad creadora que derrocha momentos de inspiraciรณn, sin embargo, no llega a concretar el oscuro milagro de un poema. Se trata de un poeta en ciernes, muy comprometido con la muerte y sus misteriosos procederes.
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Brayan Chaparro
Miss Café La ciudad nunca estuvo tan congelada. El abandono ha granizado en mis sentidos. Las manos del viento empujan el aroma del café en mis pulmones y no es café lo que percibo sino su recuerdo aquel perfume de hojas parcas permanece intacto en mi memoria a pesar de la lluvia… …comienzo a delirar saboreando la esencia de su carne en la taza resquebrajada, me pierdo en su interior me consumo en vapores ardientes.
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28 mil puñaladas No la recuerdo. Aunque por las noches las dolencias de una cama vacía me conducen a evocar el candor de sus pliegues abrazando mis fragmentos, no conservo nada. Ni los infinitos collares de caricias dibujados en la geografía de la carne me permiten revivir su figura. Incluso he olvidado la forma de aquella niña-sonrisa que encerraba entre sus dientes. Y mi trayecto, encauzado contra las vías de la estúpida memoria ha rendido frutos. Ahora, no la recuerdo, ni vuelvo a sentir las 28.000 puñaladas que me clavó su partida.
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Brayan Chaparro
Entre las sombras La noche no viene, solo puedo llorar su ausencia; ya no cuento con el coraje para buscar un cielo diferente. Alguien me pregunta con gritos: “¿la noche se fue o se escondió en su propia oscuridad?”. ¡No lo sé! Aguardo paciente su regreso. Confió en que volverá pronto para el ritual de los eclipses, dejará caer su bendición oscura sobre nosotros y nos hará libres para amarnos entre las sombras.
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Fatum Quizá el tiempo y sus mecanismos solo giran para moler los cadáveres de animales que cargamos bajo la piel. Y nosotros pacientemente estamos a la espera de soles inviernos y madrugadas que jamás ocurrirán. Alguien nos ha mentido ¿Nos gusta la ilusión de ser algo más que cenizas? No podemos evitarlo, cada segundo, cada minúsculo movimiento del reloj cae sobre nuestra cabeza, cortándonos las sienes dejándonos inmóviles abatidos. No caminamos con el tiempo, somos sus engranes. 19
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Brayan Chaparro
Hombre común Ese hombre no puede mirar lejos de las madrigueras. Despierta semi-suspenso por el brujo destello del sol. Y el infierno florido que gravita sobre la pared le anuncia, incesantemente, su inexorable salida a ese orbe mutilado que no cede ante caprichos. Desecha la minúscula voluntad alojada en su cuerpo; comienza el rito: se embalsama en un traje de cadáver y camina hacía el panteón. La cetrina espada de la cordura divorcia su mente de las agoreras ficciones, lo transforma en un hombre común.
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Más cerca de Dios Subiré al cielo, le pondré gatillo a la luna y desde arriba fusilaré al mundo, suavemente, para que esto cambie de una vez. Raúl González Tuñón.
En el instante más rebelde de mi agonía construiré una escalera muy alta para apuñalar el cielo Le haré una gran cicatriz en las estrellas y beberé la sangre cristalina de su cuerpo en el cáliz de almas huérfanas. Furtivamente le arrebataré el revólver al destino y lo empuñaré en mis manos para asesinar a quemarropa cada milímetro de humanidad. Y mostrando mi sonrisa cínica bailaré sobre el cadáver del universo. Solo así estaré más cerca de Dios.
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Brayan Chaparro
Animalidad Camino por laberínticas prisiones y me sumo en la barbarie Miro mi propio cadáver en el espejo de tinieblas sintiéndome incompleto. Un niño desobediente engulle mis nervios perturbando esa intimidad desnuda distanciándome del lado humano. Disfruto el sonido crepitante de mis vísceras machacadas por la débil dentadura del niño-cristal. La sangre se encharca percibo el aroma a despojos.
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Vuelos No soy aquel joven de soles esplĂŠndidos y calles cotidianas. La muerte me envuelve con su amargura y despierta toda esa animalidad mientras escribo.
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Brayan Chaparro
Epitafio La vorágine del óbito ha consumado otra víctima y el mundo hoy es menos agradable. Ni las sílabas son heraldos que llegan con revelaciones compasivas. Incluso se ha desvanecido aquella quimera que nos permitía soñar. Ahora solo podemos dejar caer hileras de lágrimas en el jardín de los silencios. O llevar a cuestas la inseparable pesadumbre que nos ata al mundo. Y con ira maldecir las artimañas de Kronos que nos deja sin momentos para ser poetas.
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Plegaria Nocturna Noche llévate mi espíritu mis pensamientos y mis vicios consume todo de mí, no me permitas morir sin conocer tus entrañas… Noche desdibuja mi rostro mi corazón y mis huesos destruye mi cuerpo, no me permitas cruzar el umbral sin sufrimiento… Noche traza cicatrices en mi mente y aniquila mis sueños convierte en ruinas todo mi ser, no me permitas partir sin recuerdos. Noche no me abandones el amanecer está cerca y el sol no me dejará escapar, me mantendrá vivo a su voluntad.
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Brayan Chaparro
Sobre la poesía y otros alimentos ¿Qué pasará cuando nos quedemos sin pan para alimentarnos? ¿Qué pasará cuando la tierra ya no produzca trigo? ¿Qué pasará cuando la sequía se apodere de nuestro suelo? …desesperanza con la fuerza de un vendaval recorriéndonos el vientre, más no moriremos de hambre. ¿Qué pasará cuando el agua de los arroyos se haya secado? ¿Qué pasará cuando el murmullo de los ríos solo exista en los ecos de un recuerdo? ¿Qué pasará cuando la pena nos arrebate hasta las lágrimas?
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Vuelos …tristeza, con el sabor árido de un yermo recorriéndonos el aliento, más no moriremos de sed. ¿Qué pasará cuando el tiempo y sus engranes se desgasten? ¿Qué pasará cuando la oscuridad nos envuelva con su cinismo? ¿Qué pasará cuando el mundo quede reducido a polvo y cenizas? ...infinita soledad, envuelta con las vestiduras del miedo, recorriéndonos los huesos; más no padeceremos el desamparo. Poesía, alimento cáliz y refugio donde no ayunaremos de palabras sueños y alegría con nuestro espíritu henchido.
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Paula Belén Álvarez R. Quito - 2003 En su búsqueda artística, el arte es todo aquello que se hace con las manos. Considerada una soñadora, la niña poeta o le petit poete.
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Paula Belén Álvarez R.
Sombras Abro los ojos y escucho es tarde estoy cansado ¿Por qué? ¿Por qué Dios? otra vez aguantaré… Respiro hondo dejo que mi mente hable maldita ilusión de niña maldita seas pequeña. ¿Por qué? ¿Por qué no te vas? por qué me molestas? tu insomnio me ata tus palabras me matan. Ningún inocente quiere vivir así enjaulada, con tus palabras me envuelves quiero salir de ti 30
Vuelos Entre las cobijas tengo miedo sé que estas te siento puedes ganar de eso temo Me molestas sombra eres visible o invisible? aléjate de mí aléjate de todo Aunque te insulte no te iras y fallaré,
verdad?
miedo te tengo acaso es miedo a temerme? Quiero que te vayas Lo siento, me contradigo Aunque a veces sólo pido Que no te alejes de mí, amigo.
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Paula Belén Álvarez R.
Pichón Siento un pichón arrasa mi corazón, no quiere herir sólo quiere sobrevivir
Naturaleza Heladas las rosas de noviembre con su color me envuelven, sus hojas transparentes de ellas me siento dependiente
Comida es vida La vida no es solo una pesadilla mézclale con lo que se te vaya de canela esto no es agrio no es limón queda bien con un poco de salmón
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Una mañana más Cruda la mañana del ayer tal como la de hoy la del día a día Espesa la tiniebla de mi soledad cálido el frío me envuelve en sus noches heladas la luna cubre mi cabello haciendo que brille como perlas en el reflejo eterno del agua. Mis labios rosas suaves sin ninguna expresión, no duermo el agrio de mi boca no se ha ido todavía queda una noche…
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Paula Belén Álvarez R.
¿Vida? El orgullo de mis pensamientos la nube la oculta tras un sueño dos luceros a la orilla de mi reflejo no entiendo ¿es mi vida o un espejismo? Un extraño reflejo me toma, el atrapa sueños destruyó el hermoso deseo y despierto para enloquecer de nuevo
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Muerte Todo quedó callado la ciudad, el país, el mundo mis sentimientos ¿Qué están intentando? Todo está en repetirlo cálmate, cálmate… rápidamente las gotas caen no me contuve ¿Ahora que me queda? si el tiempo paró esa niña se paralizó murió, así como tú mi amor.
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Paula BelĂŠn Ă lvarez R.
Viaje a la nada Siguen las aves bailando en el cielo ardillas juegan en las ramas con el pensamiento navega por el mar la barca de mi sonrisa las palabras se enredan en mi cabello muriendo con la mente en blanco y sin anhelos jugando con mis sueĂąos
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Vuelos Corazones palpitan y envejecen en bolsas de polvo un cuerpo nuevo hecho para reposar de una cicatriz profunda sin enlazar la soga al cuello mordiendo con nostalgia los enredados hilos, silencio paralítico por el dolor. Empaquetando libretas con sentimientos sintiendo una burla que se desliza ¿Tiembla su mente? La declaración de ese calor le quemaba entre sombras todos atados a la tristeza de unos violines la tiniebla tapa sus pechos tiemblan sus dedos. Etiquetas libres en bolsas necias como aves un logro y un milagro en un día con lomas de papel y una fiera con el cuerpo agotado.
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Paula Belén Álvarez R.
Ahora no lo hagas Luz,
luz no salgas ahora que la oscuridad cubrió mi ser
Mente, mente de niño que mira por el oriente Caliente, caliente como la llama ardiente Corazón, corazón no te derritas por el sol Juego, juego no te detengas ahora que al fin me entretengo
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Salenka Chinchin Quito - 1998 Estudiante de literatura y filosofĂa en la Universidad San Francisco. Aspirante a poeta.
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Salenka Chinchin
Incluso si sonrío entre las piedras ¿Para qué tantos pantalones con bolsillos falsos si se han reunido agallas para recoger la tierra y su dolor? Me detengo a escuchar, no por valentía sino porque al abrir la puerta puede haber una tristeza adentro, metiéndose los dedos en la nariz y con mi voz. Ojalá me acepten que recogen plátanos de los cirros o quienes voluntariamente anuncian la ausencia de la carne por la radio. Están cansados y suenan como vestigios, como ecos de aplausos futuros. Animales devorados por el mañana y su cielo que suelen caminar con la ternura de la mano
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Vuelos Miro al hombre con una serpiente sobre el ojo y no lloro porque me han enseñado a soportar con los dientes las insinuaciones del destrozo, …sucede que poco a poco hasta los hábitos que dejaban reconocer los paraísos ajenos se van arrugando en estos espacios vencidos en la memoria. Hasta la lengua que solo aprendimos para quejarnos nos ha dejado en posición fetal junto a bejucos dibujados: pobres pájaros con su médula perdida pobre mueca dispersa entre los labios. No sé ustedes pero si me quedo en una esquina no me crean. Incluso si sonrío entre las piedras, o si al recogerme, planean en futuro dejarme como resto flotando entre la espuma. No me crean porque me he rendido
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Salenka Chinchin
Exilio y repatriación Se esfumaron las tasas con las que regábamos el jardín. Las orquídeas se encorvan por esta realidad tan dependiente a mi ceguera. Aplasto lentejas creyéndolas intrusos con alas y con frecuencia estoy tentada a responder a esas imágenes que hieren mis legos volubles I am still waiting for the column that lights the emergency exit Oh, if the skin were only made of soft cloth Exile and repatriation They would find together, a place on the table Cities claim new spaces To decide on lost dogs. Elders walk in the dark And without noticing it, they slide into the abyss
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Vuelos ¿Qué descripción subyace a mi certeza? ¡Las ramas subterráneas vacías bajo el mármol húmedo de la no-visión cuyo nombre nunca tendrá solo un significado, Whose name will not have a solitary meaning?
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Salenka Chinchin
Dejar de ser espejo Evocando a los muertos en sus calles y túneles siempre hay un poblador esperando a quien señala entre osamentas. La sucesión de colores y aromas de lluvia elegidos se reúnen entre susurros y lamentos dando forma a la carne que piensa. ¿Quién resucita al lápiz mordido o la sombra del insecto atropellado que se miran de soslayo en la trayectoria del deseo y se pierden en desechos de podredumbre y de olvido..? Evocando nimiedades renunciando a reliquias entre la sensación y la supervivencia.
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Vuelos Si lo encuentro puedo dibujar con mi estaca mientras le clavo un beso o reanudar los tratos con lo divino Quiero guardar en mí el lápiz y la sombra como guardo la práctica de sostener la cuchara y recuerdo los viernes no mirarte a los ojos. Temo quizá, dejar de ser espejo, o vivir en la prolongación evitando las pecas del desconocido.
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Salenka Chinchin
Visiones ¿No es propio del amanecer confundirte cuando parece que nada más puede morir? No veo luces parpadeantes sino una extinción intermitente extraviada en el techo de los impuntuales, en el capricho de las visiones. Si se toma tan enserio el juicio ¿Quién aboga por lo finito? Una desgracia se consuma en las manos de un niño y ellas embebidas en correlatos del pasado, relucen poros ubicuos que solo pueden llenarse con besos. En la espera de esos labios, soy una voz amalgamada entre teclas ilusorias contenida en este enorme vaso mutilado.
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Vuelos ¿Se entiende? Estas visiones solo parecen desnudar más el cristal y su eco, como si eso fuera posible a esta hora. Hay demasiado sobre la alfombra… Ahora veo una jaula en mis cajones y al niño nadando detrás de su madre. Estamos equivocados diría el violinista que me olvidó en el camino seguramente también olvidó el brillo de las visiones. Armónicas visiones, en el diluvio petrificado siempre llamando con su voz de llanto. Pero son quizá las únicas que llaman.
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Salenka Chinchin
Deconstrucción del mañana En esta red incompleta todo es plastilina gris, se ha manchado el orden con la tinta triste y la pluma de lo incierto. Ha perdido su importancia el telón y se entrometen los tentáculos ¿si son los únicos que se han hecho cargo de la ansiedad de los culpables? ¿Cómo culparlos? Me niego a recoger los pedazos a abrir una brecha entre la línea divisoria y rozar la viscosa intensión que me espera con los ojos cerrados Quiero mirar la esperanza caminando hallar a los habitantes previos, a la mujer que recordaba todo en el campo de la muerte lenta. Y en el centro de la tragedia desnuda repartiré brotes mientras con un acceso a la tierra a la que estuvo apenas sujeto lo que fue el mañana con su cielo
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VerĂłnica Guevara Ambato - 1977 Acogida en la hermosa ciudad de las flores y las frutas, las expresiones artĂsticas han oxigenado su vida. Desde muy temprana edad, el teatro le hizo un guiĂąo, un llamado al alma, que junto con la necesidad de escribir lo que siente, son ahora, su forma de estar en el mundo.
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Verónica Guevara
Óxido Esta soledad cuelga de una telaraña, en su seno, delata mi cuerpo incandescente de sabor a carbón y metal, con el recurrente deseo de mirarme en tus ojos. Esta soledad camina en puntillas inventa bailes silenciosos absorbidos por estos poros bebida efervescente color mineral oxidando mis emociones extrañándote con la piel tendida al sol para abrigar lo que queda.
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Ceniza Detrás del muro quebrado empuña sus ojos emboscados en la evocación de los días de moño, de zapatos de lazo. Ahora,
lejos de aquel día olfatea la lluvia de polvo y nace del ladrillo desgastado
De tanto apretar sus ojos ya no puede abrirlos no quiere abrirlos son bolas de fuego calcinando su cuero su poema, pisada y rastro, es ahora ceniza.
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Verónica Guevara
Clandestinos Y nos jugamos a clandestinos sin tiempo, sin angustia permitiéndonos detenernos Glorificados en nuestros cuerpos con sensaciones, marcando territorio mordemos los escrúpulos sacudimos los estigmas. Compartiéndonos en la infinidad a los compases del amor volvemos a ser humanos inmensamente HUMANOS
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Migración Te veo cuando llegas al horizonte convertido en hojarasca gotas aperladas caen gritando mi nombre Escucho tu eco de rocío desde este ventanal de tinta y deseo Quedo desolada con esperanza, enviándote mi última sonrisa acurrucada en las plumas de las migrantes aladas
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Verónica Guevara
Entre líneas Al filo del vacío me invento desintegro grito con atrevimiento mi primera sílaba formo mi primera palabra cae un pétalo de rosa disecada en medio de olvidadas hojas de un libro polvoriento donde se guarda en sus partículas la ausencia liberadora las fragancias del olvido
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Simulacro Hoy fui caníbal de mis refugios dejé estéril al polen de tus huellas asfixie el oxígeno de la ironía estrechando la testarudez de los moralistas en la misericordia de los canallas y perdí de vista la vigilia de mis andares he fingido la existencia.
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Verónica Guevara
Por el placer indescriptible de hacerme madre, gracias: DANY, TOMY, NICO, MARTIN
La espera Comprendo tu llanto han invadido la fertilidad de tus ilusiones purificándose con el agua de tu inocencia tus olores quedaron impregnados en las horas que aguardaban tu llegada tu respiración colmaba la felicidad, eras y eres la personificación de la esencia de mi alma la sinestesia de la vida mi vientre, tu antiguo abrigo te entrega a mi pecho extendiéndonos piel a piel dejas tus secretos en mi ombligo
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Desolación El miedo cabalga por la sangre la coagula. Sensaciones escalofriantes disparan a los sesos intentando parar el reloj de la angustia Los pálidos segundos cortan las soledades gélidas y dejan lágrimas secas Las sustancias químicas se alteran, y convierten en fantasmas que no quieren contar el sufrimiento En medio del silencio… la primera dosis las preguntas el inevitable temor desliza el miedo en un tobogán de vértigo.
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Verónica Guevara
A la distancia La humedad de los ventanales es el refugio tierno el empedrado, la carretera el asfalto mojado de cada tarde… …el interludio de tu ausencia la añoranza de tus besos, la arbitrariedad de las fantasías, son también mis refugios. y en ellos te espero mientras tus ojos se apropien de los míos...... otra vez....... para siempre
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Siembra Y ya no sueĂąo Vivo, persigo el beso del viento las voces de la lluvia, colgada en el ĂĄrbol del pecado me habito, sacudo mi polen, me siembro y multiplico
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Vuelos
Horus Rojo Quito - 1993 Soy Horus Rojo, que se dibuja como Ivone Flores, la Comunicadora Social de la Universidad Central que viaja por las letanías de la realidad junto a El Punto, colectivo de jóvenes que les une el placer por existir y por crear. Horus escribe porque las voces de los tiempos escupen por sus poros siendo imágenes.
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Horus Rojo
La burbuja Cierro la chorreante llave del bañasco. Tomo la resbalosa toalla y la ficciono como dedamantes en el clítoris. Sale la derecha y seca el fémur. Sale la izquierda y termina en la kefalé… ¿¡Apagón!? El úterojo se enciende y llena de colores las paredes cómicas de los esqueletos que anidan en las aguas del paso de los muertos… Se abre la puerta y… ¡Plop! Entras en el circundante, ricaburja de los placeres-agua…
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Vuelos Desnudante por los tobillos sin pelos en las vulvas, limpiamente, aguamente, líricamente, mentalizadas lámparas cálidas de las orquílucellantes animebas de los latidos de los poros… ¡Plop!
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Horus Rojo
Sombra-luna Soy sombraluna del bosque de las monjas que espera que sus hombros de piel puntiaguda sean tocados por el frĂodantezul desvanescente de los lentes dorados que viaja en los libros rizoma de Deleuze, que es mĂĄquina-escarabajo saliente de la piel de Burroughs, que se esconde en botellas de esencias de cuerdas-vainilla que se enredaron en los garabatos rojos de mis manos. Soy sombra-luna la cypsela atrapada en tus dedamantes.
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Versangrante Con las pupilas muertas los pedazos de frutas en el vasescondido detrás de la cama Así es el batido de frutas versangrantes Lleno de negritudes de las entrañas, de las neuronas amarradas en los cuellos de los jóvenes adolescentes de estos tiempos Tiemplo Tiento Tieso Tiempo-voces que se atan por los sentidos de los fourfingers de las teclas borradas de la máquina de escribir.
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Horus Rojo
El sueñoHUECO GarabatoO… Los lentes serán secuestrados con flechas y sus mujeres Media botella verde con agua Máquinespacio huella (Saltos) Paraguasorpresa… Y entonces vidriozul... (que se escapa a la máquina de pensamientos escarabajo) ...serás el secreto en las venas rojas y los huecos con ratones???
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Third color Las palabras experimentum en la pared, libros-mesa de lado izquierdo y derecho y una madre que aparece como fantasma de la cultura buscando fósforos para empezar su ritual de cocina para tres: Paso 1. Busque un personaje fálico que no siente más que años y culpas en la cabeza. Paso 2. Tome una niña tonta que se debata entre oscuridades, dulces y números… Paso 3. Deje que el fantasma se enfríe en la licuadora, pero no lo nombre. Con todos esos ingredientes El mundus se vacía en la cañería. ¡Así se prepara the third color!
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Horus Rojo
Sueño V Las palabras, mentiras de lo conocido. Seres, entes, no entes, de los lugares y los no lugares. Las palabras, las cercanías y vos. Vos… Vos… Voz… Que rico tenerte entre nombres visuales, entre hipertextualidades de frases, entre sentidos que caminan en los libros que ordenas. Voz… Voz… Vos…
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Vuelos Apareces junto a pensamientOs-IdEa En medio de Brea
y las tres eras de la imagen,
a un lado de Delueze y la repetición. (- igual que ayer -dices -dejavú -pensé) Junto a la forma del libro ordenada secuencialmente, epígrafe tras epígrafe. Das vueltas cerca de mí.
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Horus Rojo
Sueño IV Como pinocho diciendo sus verdades apareces cuando la nariz crece Pero… la lagartija que está en mi cara no me deja verte por completo…
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Sueño III Que me pierdo en la transición de tus lentes negros y dorados. Que apareces como Heriberto y sus mujeres, vienes escondido en las ilustraciones de los libros de grafitti y en las ventanas del piso 2. Que me pierdo en vos, en los colores friondanteverdes de las catumbas, de los cafés que no hacen sino ansiarme más con venirme en las fosforescentes líneas curvas que dibujas en tus manos. Que pierdo, que me vengo, que te busco en los cuerpos, en las transiciones, en las vísceras de los orgasmos con los grandes. Que la mente se pierde en la carrera, de tu bicycle, llegando a paso lento, a la cintura del cuerpo rojo y lunático. Ahora soy Isaloba, la que juega a las travesuras mojadas.
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Horus Rojo
Sueño II En esa oscurantizona, donde merodearon pesados días, contemplé las oscuras noches de cotidianidades sucias y secretas. Desde la portentana veía las historias de pasos lentos de los transeúntes, los angelotes clandestinos, los cuerpos deformes buscando curvas presentables, las juventudes contra producían, con sus latas de pintura roja y negra subidas en su bicycle. Todo transcurría en instantes, donde la realidad se doblegaba y cuando la neblinabrigadora desaparecía las lenguas chismosas que vigilaban desde otra portentana avisan al barrio las novedades. ¡Qué portentana! ¡Qué noches develadas! ¡Qué atrevimiento de mis ojos curiosos! ¿Aun quedarán los rastros en las paredes?
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Sueño I EN EL hueco … EN El armario de miedo con la abertura semivista con las sombras en L con tu cuerpo apareces ahí,
riéndote a escondidas,
duermo. Y entre el mismo sueño
saliendo solo cuando
arden escritores de libros mesa
ardoletras forman el círculo
del vomitorium
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Vuelos
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Vuelos
Valeria Ă lvarez T. Quito - 1996 Vivir la esencia al transitar el camino, con paciencia en cada paso de confianza y sinceridad. Escuchar la mĂşsica del corazĂłn en el silencio al ser parte del todo.
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Valeria Álvarez T.
Gota de papel Allá donde se forman las olas espejos resplandecen astronautas y buzos turquesas son… …despliegan las velas y hebras. Y entonces: ¿Cómo late el corazón? telar infinito de la vida protegida semilla árbol y gota en la cima allá
donde las nubes respiran
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Ala-mar Abiertos los ojos, melodías sucumben... en eternas estrellas luz de esperanza deja su huella. Marcas selladas al compás del arpegio, lianas aladas de almendro y cerezo se encuentran con llaves del silencio, respiro de nube, efluvio de sirio, olas se funden con párpados limpios. *Moléculas sabias escuchan mil sueños, estrellas aladas con párpados limpios; ¡a la par, ala-mar!
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Valeria Álvarez T.
Agua: ¿Por qué no devuelves la sonrisa al camino? lastimadas están las moléculas fieles es necesaria la lluvia para regresar, siluetas de sabios delfines rosados nos anuncian que pronto el agua y sus dientes volverán a escuchar los sueños hasta del río más sereno.
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Kindes Eras Color ocre, Eras color miel, Eras color ojos de quien lo ve‌ Esferas de espejo natural incrustadas en alas de libertad dan el tono a cada movimIento la vida del firmamento. Siembra de trazos, trayectorias y estelas... alMas felices, iridiscentes frentes. donde raĂces tejen y rAmas sostienen. *AllĂ las direcciones todas, unen eras y esferas en trayectorias del firmamento sobre la CIMA, sobre el aliento, sobre este sol espejo.
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Valeria Álvarez T.
Montaña Ruiseñor de la niebla, base del cielo, siente las hojas, acuna los cuentos, historias en piedra, memorias de Tierra.
Maíz Conexiones infinitas, morado, amarillo y sol... un grano, un rayo, es vida es voz.
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Vuelos
Raíz dorada Espigas y sigses, huiragchuros sílices, con caballos de mar, danzan matices.
Fuente La tortuga llegó a tiempo, al vórtice de la verdad.
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Valeria Álvarez T.
Vamos... Caminas junto a mí, dibujando las olas, con y sin h . . . en código morse (y otros más), y te pregunto ¿estás? Auroras boreales albergan el vacío que habitamos, un ave vuela en triángulos, aterriza sutilmente sobre un caballo que se mece; enternecidos se abrazan, y los huesos cantan. La luna es piedra octagonal que la memoria alimenta. Es blanca porque el sol está cerca, y al llegar la noche... de luces se inunda.
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Vuelos Por dentro está el fuego, juego para las leales mareas, si llueve, las nubes y el vapor quedan. Compás de reloj es el corazón... sonreímos conmovidos al vivir latidos, sentado en la orilla cuan jaguar de oro, tejes un collar tortuga para la espina dorsal, vectores que trazan la inmensidad para estar. Juntos de la mano cuidamos el amor que nace y estando libre: vuelve /se queda/ se mueve...
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Valeria Álvarez T.
Hojas para armar *Todos los días te levantas atento, todos los días le cantas al sol, escuchas todas las voces naturales del tiempo, cada momentum es sideral. con tu firme caminar. **Todos los días me pinto de blanco, todos los días encuentro un portal, sombras y luces llegan a mis cuerpos, el balance llega para calmar. Regreso y me veo, te veo en la montaña, regresamos… nos vemos en cada señal, enternecidos, eternizados. Mientras murales claman voces silentes, ciertos mensajes colosales, exhortan la vida con honestidad.
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Pasos Guardianes de sueĂąos, espejos de mar, de lluvia fractal. Que las auras dancen libres para juntos cantar. De hiedra, de tierra y todo elemento esencial. Somos, lo que somos, entre horizonte y umbral. abrazamos para eso recordar.
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María Checa Aulestia Quito - 1942 Durante mis años de docencia como profesora parvularia recibí la intensidad y la ternura de los niños, me perdí en pentagramas de travesura y entre besos de seda y abrazos enredados, transcurrieron los mejores años de mi vida. Sentir la vida, vibrando al ritmo del tiempo y del amar, permite diseñar momentos de pensamiento y romper el silencio con versos viajando con alas de imaginación hacia la inmensa creatividad.
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María Checa Aulestia
Iguazú Aguas despeñadas resbalan con la intrepidez vomitando en las entrañas de la tierra. Esencia de un milagro nitidez de un prisma brillando en la inmensidad que la geografía impone. Ráfagas de espuma asombroso torrente ruge entre brumas y toca peñascos rompiendo el aire con salvaje potencia.
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Vuelos IGUAZU: Zarpazo cristalino caricia brutal hiriendo la tierra milagro atrapado, estragos de grandeza, fuente inexhausta de un valle escondido. Espacio sin presencia presencia diluida arrebatado descenso de aguas vĂrgenes gimiendo en un mar sin playa. CreaciĂłn de la naturaleza que Dios beso‌
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María Checa Aulestia
Meditación
(Templos Budistas) El incienso se eleva entre espirales de humo aromas de misterio viajan por el aire vestidos de mito y reverencia. Dioses de rígida presencia moran los templos espacio tallado que proyecta eternidad. Sacerdotes se pierden entre reflejos de oro como símbolos de singular humanidad, trasportándose en abstracciones y mensajes en trance a la eternidad,
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Vuelos La meditación aplaca humanas sensaciones para llegar al vacío y descubrir el ser… en su entrañable espiritualidad.
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María Checa Aulestia
El ángel y la estrella Una luz incomparable viste el aire, el vacío y hasta a los planetas. Llegó con su brillo se quedó para despertar auroras de otros mundos. Es luz que brota entre los pliegues del vestido de un ángel que cuida una estrella solitaria. Ella viaja recorriendo en las noches la pradera del cielo en el día se quita su vestido iluminado anhela que el sol la bese y deje en su piel huellas de dorados tonos. El ángel en la noche se marchó, la estrella solitaria no sabe a donde ha ido su ángel, sin él, no sabe brillar... 92
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Cantares Pasión hundida en el corazón, anhelos caminantes ocaso de rostro admirable, amaneceres empapados en rocío llevan una estrella dormida pronta a despertar bajo la calma del sueño. Noches envueltas en luminosa seda, mientras el blanco cuerpo de algún silencio dulcemente se acuesta en la inmensidad.
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María Checa Aulestia
Intimidad Gracias por ese calor envuelto en la bufanda del tiempo, por el pañuelo doblado que guarda celoso huellas de piel rozando recuerdos. Por la voz humedecida en la ternura sonando en mis oídos por ser el eco de sensaciones que despiertan en cada amanecer por la devoción que desgarra ausencia y rompe en pedazos de realidad. Por evitar que el olvido arrase visiones gratas y los años se escapen con mayor prontitud. Por revivir anhelos no revelados y el vigor de emociones ávidas, por alcanzar la cima de la intimidad…
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Recuerdo El calor del recuerdo diluye mi sentimiento invadiendo espacios de intimidad. Mi fisiología se estremece sensaciones se tocan, en la esencia de mi ser. Alegorías desnudas procesión de anhelos irrumpen en el laberinto fragmentado de mi percepción. Aspiro y bebo racimos de satisfacciones en el umbral roto de mi aflicción. Adolorida penumbra Escarba rincones de luz. Mi alma se refugia en un frío lecho de quietud…
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María Checa Aulestia
Mírada líquida Mirada profunda que se derrama, humedece, penetra, acaricia. Cristales mis sueños, sensaciones hundidas, contornos de un todo. Me extravío en laberintos de intimidad, fugaz inspiración turbando mi ser.
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Picaflor Plumas salpicadas de azul viajando al compás de la brisa, espirales que rasgan el cielo. Anhelante pico penetrando en las delicias de la tierra en flor vestida de rocío. Surges de una fantasía alada en medio de hojas besadas por duendes de cristal, despiertan en la mañana, escuchan su voz oscuro que se deshace como el tiempo en el espacio.
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María Checa Aulestia
Sinfonía Música de hojas, poesía de lirios, pinceladas de hongos, murmullo del río, canto del níspero y danza de palmeras. Un drama entre pinos rosas sembradas en promesas que algún día morirán en el olvido…
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La casa Desnuda, vacía, sus dueños marcharon con ritmo ausente. Marcaron el paso tras mil aventuras olvidaron los vínculos del sentimiento. Perdieron la fuerza, la calidez y la eternidad del amor. Son casas de invierno y desamor, con el verano del olvido, habitaciones sin espíritu, las puertas cerradas a las provocaciones del alma…
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Margarita Becerra Loja - 1955 PublicĂł el libro de poesĂa Muceta y Capa (2016). Ex integrante de los Talleres de Literatura de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.
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Margarita Becerra
No me mires así Descarga el dolor que te agobia ¡Rompe en llanto! Que tus lágrimas rueden, rueden por tus mejillas que tu cuerpo estremecido saque el luto que envuelve tu alma. llora llora llora que estás afligido y no me mires así como si yo fuera culpable de tanto dolor. Estoy aquí frente a ti amarga figura espectro doliente ¡A ti te digo! amarga figura reflejada en el espejo. ¡No me mires así!
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Eterno Porque si decirte puedo que eres mi amor de carne eterna doliente… tan lejos estás y lloro y muero… mis lágrimas se riegan para que bajes y alumbres mi vida que sin ti yo muero hondo dolor en tu partida eres carne de mi carne hijo espérame en el cielo.
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Margarita Becerra
El matrimonio llega más tarde Recuerdo cuando tú y yo nos conocimos, ni siquiera sé por qué me gustabas. Nos enamoramos me besabas y decías: “El matrimonio llega más tarde…” Empecé a darle forma a mi vestido de novia blanco reluciente… bordado con perlas de nácar, el lazo blanco en la puerta, anunciante de nuestro amor. Ese “más tarde” ¡ese “más tarde”! seria ya… …Pasaba el tiempo ¡y seguía tu promesa de matrimonio! Ja ja ja que tonta creí en ti…
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Vuelos Era tu amante… y todavía imaginaba mi vestido de novia, …ya no tan blanco Hoy te conozco la mentira en tus labios ¡rompo mi vestido! y me alejo de ti…
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Margarita Becerra
Danza Elevar el cuerpo ave en vuelo, extraer néctar a la vida, y en el sueño cantar sin voz sin palabras; Tan sólo con la mirada Envuelvo espacio y tiempo Con mi cuerpo al viento Arrancar un suspiro de amor eterno, en mi aleteo de hada del tiempo.
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Quito ancestral De constelaciones eternas, guardas en tu vientre, razas doradas de antaño, milenarias culturas, que yacen enterradas entre lava, y cenizas de volcanes, otras en charcos de sangre, de la ignominia de los conquistadores vestigios hay…. Es como si no hubiesen muerto, aún su presencia quema, como si hasta las piedras, quisieran hablar, se siente en sus templos de sabiduría… De la diosa luna, del dios sol, en donde abrupta cae, sin control la constelación del jaguar. de belleza y poder singular, su coronilla y orejas en la Merced;
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Margarita Becerra su poderosa frente, en San Francisco, junto a la cruz; su brillante ojo, en la Compañía, se extiende el hocico hasta la Plaza de Santo Domingo, como la puerta sagrada de ingreso a la ciudad. El largo cuello que pasa desde San Agustín, y atraviesa la calle de las Siente Cruces, llegando hasta la Basílica, donde su corazón quema, siendo fuente de sanación; y el resto de su cuerpo, al norte se desplaza. Quito lindo, eres mítico, mestizo, como los monumentales templos religiosos, con piedras incas, máscaras de fortaleza, y mazorcas de maíz. Construido en los cimientos de los templos ancestrales.
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Anthony Varela Carrión Quito - 1995 Hijo de madre lojana y padre quiteño que inculcaron valores y principios en un ambiente familiar, y fueron el motor en su vida artística para desarrollar habilidades en el campo de la plástica y literatura.
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Anthony Varela Carrión
Opus 27 Debe exigirse un lugar donde se pueda descansar de uno mismo donde la memoria se desligue de las sienes y se desplomen gota a gota las evocaciones de la razón. Donde no te acuchillen la desidia de los sueños rotos ni los deseos vacíos ni las ilusiones perdidas. Donde no milite un crepúsculo de huesos blancos transitando al anverso de tus pies. Debe exigirse un lugar donde se pierda el espíritu donde las almas se oculten bajo el pensamiento mientras las vocales aminoren tus sentidos y el aullido del viento penetre tus venas hasta extasiar tus latidos de burbujas.
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Vuelos Un lugar donde te arrulle la impetuosa caricia del suicidio y te abarque un guiĂąo desolador. Debe exigirse un lugar donde se lapiden las palabras y las lunas de sol faculten los inviernos de verano. Donde llueva polvo de hoja seca y expire la soberanĂa del pensamiento con el ruido que trae la esencia de la letra. Debe exigirse un lugar donde se pueda descansar donde resucite el mellizo fuliginoso del poeta blanco empuĂąando las palabras para demolerlas contra la tierra.
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Anthony Varela Carrión
Fuiste el verso oscuro lastimero y silencioso de una metáfora de auroras asidas al pensamiento… el reflejo de soberbios bemoles compuestos con sinuosas remembranzas y extenuados por mis fétidas neuronas… la inquisición del insepulto poeta el abismo de células mórbidas que callaron mi voz avasallando mi quietud debilitando mis sentidos… la sonata de almas sin cuerpo agusanadas y carcomidas musa de oleos grises y letras decapitadas… eso fuiste…
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Déjame Déjame ir más allá de las letras donde no existan confines vislumbrados por el puño humano, dirigiendo alfabetos amurallados en sensaciones hechas símbolos. Déjame percibir el pálpito secreto de sus formas sinuosas en la eufonía de plasma donde emociones resucitan en seres inertes mientras redime el silencio. Déjame percibir el espíritu del ángel imperecedero y fustigado que se esconde en las raíces de los signos, más allá del paraíso del poeta. Donde las heridas se curan con veneno y las elegías se escriben con sangre y espina sobre hoja seca.
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Anthony Varela Carrión
Necrofiloantropofagia Me he condenado por el penetrante olor a carne que me seducía entre lamentos y heridas abiertas a cuchilladas. Dejé que vientos rojos abrasen mis pensamientos como una blanca letanía que evoca efímeros deseos, de piel y hueso de carme agusanada. Aroma de invierno y sal aire que profesa alegría entorno cálido e invisible que aflora al despuntar en la postrimería Guiándome tras sus huellas celestes y eternas en rito de éxtasis y oscuridad que navega entre mis células y altera mis latidos. 114
Vuelos
Los poetas Los poetas nacen del fuego, de mundos perdidos, con una condena blanca que debilita sus sentidos MĂĄs no del fulgor de la estrella con el atinado encanto de la ternura ni la taimada bĂşsqueda de lo perdido. Los poetas viven en las mentes trastornadas instituidas por remembranzas efervescentes raĂces fugaces de pensamientos encendidos con almas sin cuerpo. Seres que mueren en la esencia terrestre de las caricias intangibles y resucitan en vuelos de congoja y matices sacarinos.
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Anthony Varela Carrión
Quédate Mi ansiedad nace de tu mirada y sosiega mi alma… y no pienses arrebatármela ya caminaron sin fin los astros y tras ellos los pájaros negros tejieron quimeras de colores en mi propio plasma…
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Tú Me gustas, universal absoluta y toda por el siniestro compás de tu cintura… Me gustas, universal absoluta y toda por el incendio que emerge de tu figura… Me gustas, universal completa y toda masticando las migajas de amor que arrojas Me gustas, universal absoluta y toda por ese olor que nace para mí.
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Anthony Varela Carrión
Mort La luz derramada sobre la desértica hoja de papel en la que demonios arden condenados por el claroscuro del tiempo. Y la sublime alborada de nuestros cuerpos, gotas de sangre que se debilitan en el tiempo… Caras rayadas de blanco manuscritos empolvados, en desgastados minutos que abrazan la conciencia anhelando el rayo cantor del descenso arrullando la vida acurrucándose en la muerte.
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Margorie Baño Quito - 1987 Estudió en la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central del Ecuador. Ha participado en los Talleres Literarios de la Casa de la Cultura 20122014, en poesía. Piensa que la escritura es una vía de indagación para la construcción de la intimidad individual, que puede transmitir y expresar saberes capaces de cambiar la existencia.
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Margorie BaĂąo
Las manos de mi amante encuentran un camino bordado de cenizas entre mi pubis marcan las lĂneas de mi espalda entre silencios espectrales. Las manos de mi amante reposan en mi cuello danzan inquietantes con mi pelo y son la paz de una maĂąana que empieza.
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La vida es entrega, amaneceres de rabia el fango que te sepulta. Es darte cuenta que Dios se ha extraviado en el viaje y que te pertenecen cada uno de tus recuerdos.
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Margorie Baño
El domingo es un día innecesario Domingos en los que no frecuento iglesias y mi casa se vuelve silenciosa sutilmente me hablan de la muerte llegan con sus maletas los pensamientos oscurecidos deambula el dolor por mi ventana la soledad me toma de la cintura soltándome para verme caer al son de niños que corren por el patio. Domingos de habitaciones cerradas de visitas de nadie de voces en la cabeza y pese a todo, mis manos tienen suficiente fuerza para cambiarle de página al libro que leo.
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Vuelos
Enloquéceme acaricia el océano de las veces que perdí por amar siembra en mi espalda el caos cuando despierte a tu lado auséntate, acércate si te llama esa montaña ve hacia ella. Voy sedienta de vida bebiendo hace tiempo, sin pensar. Si te encuentro alguna vez me abrazaré a ti en el medio humo de la ciudad, de un mundo alienado y alienante.
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Margorie Baño
No palpitarán tus ojos vas empaquetando los libros los que te dejó como diciendo que volvería con el cuerpo acariciante ahora el café con azúcar descansa en el borde de otra caricia No palpitarán tus ojos decírselo será como si nada sólo le cubrirá el silencio parecido al primer beso. Sientes su circulación menguar ves su mirada deshecha, labios temblantes. Se lo dices y al final el dolor - como temblor- aparece el violín se escucha la muerte del amor. No palpitaron tus ojos, como lo habías pensado y ahora retornas al cuerpo de quien te ama.
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Vuelos
El bosque húmedo de su cuerpo donde me estremecen sus besos sin decirnos nada. Gemido, “te quieros” espero a que regreses sentada en el borde de la cama.
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Margorie BaĂąo
Insisto en dormir cubierta de tu manto escondiendo la nada tu desnudez me calma. Soy viajera en tu noche deambulo por tus libros me recuesto vienes a mĂ me ofreces la copa de incertidumbre y vino blanco.   Deseo encontrarte sentado en la entrada hĂşmedo por la lluvia fumando el cigarrillo de siempre
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Vuelos
Iré con las manos inquietas para secarte con mis versos beberás de mis labios el néctar sexual de mi delirio Allí te dormirás cobijado por la fruta errante de tu angustia de no saber a quién le perteneces mientras te tengo sólo por esta tarde.
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Margorie Baño
Converso con mis ansiedades echo sahumerio al palosanto donde mi vida se cuece lavo los pechos por si quedan heridas doy y soy complejidad de pensamiento, emoción y situación. Toco la guitarra en el filo de mi piel para cubrirla de acordes tenues y en esta oscuridad, la de adentro, delineo de violeta mi cintura. Para el color de los ojos del amante que vendrá tengo dos pinceles: el primero conformará su boca en el papel en blanco de mi poesía, el segundo aclarará la noche en que se acerque para que no sólo naufrague sino que encuentre soles en cada mañana de su propio reconocimiento. Y así le amaré, y así, me amaré.
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Besa, grita de locura y rebelión sé tú incluso en la muerte y escribe para no ser marcado por la incertidumbre. En mi almohada tranquila reposarás seré tu eternidad y tu retorno serás mi paz en tiempos de guerra hallarás mis lágrimas secándose en parasiempres.
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Vuelos
María José Yépez Quito - 1995 Estudiante de antropología empeñada en llenar su camino de interrogantes e incertidumbres alimentadas por su curiosidad voraz.
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María José Yépez
Acontecer Aconteces aquí, en el espacio entre la coma quisiera colgarte del poema como quien cuelga un espejo en la sombra. Poblar ese espacio infinitamente pequeño de abedules algas marinas polvo o sal. Poblar, al final poblarte matices azules de esos de domingo con perfumes amarillos de viento o cal.
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Vuelos
Brotar Sentirse incandescente morir en la palabra donde empieza ella sola sobrepasar a la imagen ser alondra colgada de su canto ser risa o roca quebrada en silencios‌
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MarĂa JosĂŠ YĂŠpez
La Plaga La plaga de la memoria habita el primer dolor no del tiempo, sino de la noche no la sed, ni el cuerpo no la fractura ni la falla sino el fuego del espejo en las huellas de mi sombra. No me vi contando caracoles desatando la neblina rompiendo invocaciones en un silencio cerrado.
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Palabra A veces quisiera ser una palabra para abrirme a los ojos extraños y desvanecerme en bocas cansadas Una palabra amanecida y voraz esa palabra de infinitos y de puntos alguna que tenga la herida por dentro Ser la palabra en la herida morir incandescente en la tinta del epitafio Evocarme crear presencia más allá de mi…
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María José Yépez Esa palabra de infieles silencios absolutos instintos y astros rumiando en la alfombra del desierto Quisiera explotar con los pájaros en las gargantas cuando paren al viento Ser esa pequeña miseria: La impronta en la piel del vacío.
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Vuelos
Petición Para lanzar palabras como trampas para decretar que soy el lenguaje del primer dolor estallando en pájaros al alba. Se necesita anudar palabra a palabra la equidistancia de mí hacia mí. Luego, soy trueno risa y río Soy el eco que llama a todos los ecos.
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María José Yépez
Se cumple Se cumple el aniversario de las voces gritando promesas de soles extintos espejos muertos y pieles herrumbradas… Se cumple la tarde crispada de bocas pequeñas que olvidan las flores y matan señales.
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Seguramente Seguramente seré quien mastique y te escupa te deje en miseria la que muerda vulnerable se ría en tu brújula vacía. Seré quien te pise la lencería cara y rompa con tu incurable metálico de mariposas sordas siga tu paracaídas de sagrados tormentos. La que de repente te sepa perdido de ver que la sonrisa te sobrepasa de mirarte extraviado de no encontrar tu vacío de alegres desgracias tu cajita de lápices para rayar tu averío
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MarĂa JosĂŠ YĂŠpez cuando la dicha te abofetee en la cara y reniegues de asirte a tu ebriedad conciliadora Luego un caso serio para el psicoanalista: pobre perro feliz perro pobre dichoso.
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Si yo fuera Si yo fuera un poema sería al principio una insinuación de signo sería tal vez un barco encerrado en palabras que poco a poco se extendiera en el verso. Si yo fuera un poema sería una metáfora de montaña un verso de brújula posiblemente uno de madrugada y tomaría todo un canto que hablara de hojas secas Si yo fuera un poema rimaría conmigo fragmentándome en la noche.
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María José Yépez
Vehemencia En un agujero tejo tu cara. De tu piel cae una palabra y cuenta lo que ya no soy…
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Vuelos
Sisa Anahi Pérez Ruiz Quito - 1999 Próxima bachiller, soñadora en curso y aprendiz de poeta. Busca las respuesta mientras recoge recuerdos con los ojos, tiene el alma en el aire y el cuerpo en la tierra. Cree que las palabras son magia liberada en papel. Asegura que quien las conoce y respira, camina sobre universos. Está convencida de que el arte es la única respuesta lógica a la salvación del ser humano.
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Sisa Anahi Pérez Ruiz
Empiezas con pequeñas gotas en cuestión de gestos se vuelve un diluvio imparable. llueves y solo yo lo presiento, truenas, tus relámpagos dan a mis pies gota tras gota traslucido caes, granizas con tanta intensidad que el charco en mi ombligo se vuelve hielo y mi piel, nieve blanca como montaña en el alba. Nieve… te nevo, me nievas, las plantas de los pies no quieren ser regadas.
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Vuelos Paredes empañadas del vapor que sale de tus orejas, tendré que aguardar a que escampes para lamerte los dedos o vestirme de paraguas para aguantar la tormenta en el borde de tu frío vientre. Además de tu nieve tu lluvia, me encuentro con que nieblas: nieblas verde, nieblas arduo. Las ramificaciones de tus manos se cansan de escurrir cada 3/4 lunes no, miércoles sí. Mi médula espinal siente tus cabellos un hilo de agua salda cae de tu boca ha escampado en tus adentros. Y para celebrar… estampas cromosomas en las líneas de mi mano, se han cansado de esperar que en vez de gotas lluevas versos. 145
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Sisa Anahi Pérez Ruiz
Entes de ficción Imagino que imagino tan solo una entelequia. Seres atados a un cuerpo buscando respuestas a preguntas mal formuladas que siempre han estado, conmigo. No puedo desprenderlas se enredan en mi piel, escupen mi nombre a gritos, aparecen tras máscaras sin ojos. Personas que en la oscuridad amarran, presta atención, ¿Percibes el murmullo agonizante? Me interrogan las miradas vacías que dejé atrás me clavan con introspección dudas bajo la nuca.
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Vuelos ¿Cómo voy yo a salvar la parte valiente de mí? Crecen cordilleras de todos los colores tras la niebla de mi mente buscan liberar la vida, luz natural, una esquina en la cual colgarme del clima hostil de la soledad. Renazco y me encuentro buscándome. Parcheo las heridas con actos. Me deslizo perdiendo el tiempo en sandeces me precipito y desincronizo de a poco. Sólo imagino que imagino entes de ficción evocados por alguien más.
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Sisa Anahi Pérez Ruiz
Invierno: Tus pecas escarchadas navegando saltan al fondo del abismo bárbaro con pisadas que despiertan al vértigo.
Te escondes de prisa camuflas con manía lo que piensas la alfombra que da al estante de atrás de los miedos.
Primavera: Percibes por los poros de las venas, suspiros ajenos que entre tierra y brisa se convierten en lodo bajo pies que no exigen raíces por temor a quedar plantados.
Las flores que nacen bailan alrededor de los tímpanos murmurando a gritos tus deseos.
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Vuelos
Verano:
Te conviertes en sombra en plena noche de agosto y en el interior de la nuca ojos claros te reclama a la luz del día aquellas palabrerías sobrevaloradas que no alcanzaste a tragar por no querer arrojar los huesos.
Otoño:
Te revuelcas en el pozo de hojas hostiles enmarcas el atardecer que cae dando cara al retoño pulverizado que grita tu nombre entre ecos fugaces.
Luego de orbicular entre cuatro hemisferios llegas a la espiral que no te deja seguir a la siguiente estación desdibujada donde te espera algún órgano palpitante que te hará empezar otra vez.
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I
Sisa Anahi Pérez Ruiz Caen al azar palabras en el asfalto oxidadas por el calor. Vuelan navajas sobre malvivientes que entre árboles de cemento mienten frente al espejo. Sus vidas culpables no les pertenecen. Ojos que al percatarse de su existencia escupen piedras, y al tocar el suelo se convierten en pericos pesados rechonchos y grasientos, enigmáticos por descubrir la soledad académica en cajas de cartón mojado. Cuerpos que no se apenan, al ser devorados por sucios altavoces, las palabras salen por sus narices y se convierten en babosas húmedas llenas de cicatrices ensangrentadas de claro-oscuro. Sólo quedan pedazos de lucro envueltos en miedo. Y en una esquina de este marchito mundo, me busco desequilibrada entre conexiones de mal abstracto y bien humillado.
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Vuelos
Duendes tercos, equilibristas con almas errantes ¿puedo unirme a ustedes? Trovadores de sueños, guerreros de colores ¿puedo abrir mis alas? Payasos frenéticos, hadas de sonrisas insignificantes ¿Puedo saber que sueñan? Gigantes enamorados bailarinas estrambóticas los acompañaré en todas las funciones. Espectros que alucinan les escribiré canciones por las noches, con las pestañas llenas de estrellas y el humo de un poeta invadiendo mis piernas.
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I
Sisa Anahi Pérez Ruiz
Caracolas de sal Sueños que se vuelven verdades tangibles huelen a heno y amarillas orbitan con su propia luz la travesía de un viajero. Ilusiones disueltas en líquido, mi mente se envuelve en planetas donde cada palabra se revela. Amen y en la oscuridad las pisadas tomarán el poder de los súbditos del viento, entre el oleaje de sabores el mar dará a todos lo que a nadie corresponde mientras el cielo azul crespo disfruta de pedazos acaramelados de estrellas.
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Vuelos Bajo una constelación polar, quimeras descalzas desmontan arenilla oxidada, mientras borran caparazones ofuscados de esdrújulas provocativas, lúcidas en el subconsciente pelean, contra corazones ventriculares vacíos de anhelo escarchado. Porque a lo lejos, los sueños se encuentran presentes en las vertientes del alma, iluminados de frente por caracolas de sal.
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Sisa Anahi Pérez Ruiz
Neurocalcinación Por infinidad de segundos miles de soles se cruzaron arrepentidos por las fronteras adormitadas de mis ojos, se dejaron arrastrar a los lagrimales que se reflejan en la laguna de una mente atormentada. El fuego colapsa por las barreras neuronales incinerando todo a su paso en aldeas de pensamientos que luchan por salir, gritando… gritando palabras en tono menor arañando sílabas átonas con heridas leves que no se curaron con el pasar de las graves letras. Calor latente que se asfixia a sí mismo desde las vísceras, se retuerce entre combustible y congelante.
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Vuelos Al final los golpes pasan, las quemaduras dejan cicatrices, allĂ, en el tejido que alguna vez conectĂł fonemas y los convirtiĂł en oraciones desentidas irreverentes aguerridas que pelean a filo de espada por salir completas del subconsciente.
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I
Sisa Anahi PĂŠrez Ruiz
Entre tus muslos de pasto verde se esconden las palabras arrugadas que necesito para completar mi poema. Por la ventana, las primeras luces me dejan distinguir en la sombra de tu barbilla unos cuantos fonemas. Te sigo leyendo, bajo a tu ombligo para encontrar contexto. Tus manos dormidas se posan en mis versos, esperando respuesta. Nos encontramos tragando palabras, levitando y borrando agudas que saben a miel sobre tu espalda. En la almohada, tu oreja-espiral deja caer aquel lunar entre las pĂĄginas de mi alma. Somos Ăntimos pĂĄjaros que anidan en las fronteras lineales y exploran sobre lugares complejos.
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Vuelos
Destellos de colores se embarcan En líneas de sabores… Líneas que en el ocaso varían: oblicuas diagonales espirales, tergiversan en la noche y traviesas se esconden. Puedo seguirlas pero no quiero, el cosmos se acumula dentro de mis costillas y no me deja. Dos cadenas de luz me jalan hacia delante en un vaivén, pasado y futuro se juntan en un presente confuso. Líneas oblicuas suben espirales descubren en lo alto animales bizarros tras el tapete de la poesía.
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I
Sisa Anahi Pérez Ruiz Diagonales paralelas que no se encuentran jamás intentan ignorar el soplido de leones galácticos. Líneas que no llegan a ningún lugar, solo forman círculos viciosos, desechos de puntos suspensivos. Estrellas que en milkyway se desvanecerán en el vértice de días cuadrados.
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Este libro se terminรณ de imprimir en Quito - Ecuador Enero - 2016
Brayan Chaparro Paula Belén Álvarez Salenka Chinchin Verónica Guevara Horus Rojo Valeria Álvarez T María Checa Margarita Becerra Anthony Varela Margorie Baño María José Yépez Sisa Anahi Pérez Ruiz