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Entre ríos
El rafting y canotaje son deportes prósperos con una alta demanda de turismo nacional e internacional. En San Gil, específicamente en el río Fonce, notaron esta oportunidad y decidieron implementar este negocio. Hoy por hoy, es uno de los grandes encantos de la zona que además ha estimulado la creación de más atractivos en los distintos ríos de la zona. En Colombia hay más de siete ríos de gran caudal y fuertes rápidos, con rutas acondicionadas para la práctica del rafting. Los más reconocidos y navegados de manera recreativa y de competencia son el río Fonce, en San Gil, y el río Chicamocha. De estos dos, este último es, sin duda alguna, el más espectacular de todos los que existen para la práctica del rafting o canotaje en Colombia, no solo por sus fuertes rápidos cargados de máxima adrenalina, sino por la magia y encanto del paisaje que ofrece el cañón del Chicamocha, el más grande de Colombia.
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El río Fonce con sus aguas turbulentas, en sus rápidos de categoría 3 y 4 dio a conocer a los colombianos por primera vez de la existencia del rafting, sintiendo el vértigo de estar a merced del río y siendo capaces de dominarlo con los remos y botes para ocho personas bajo la voz de un guía. Hoy en día, Colombia está entre los 70 países del mundo que realizan este tipo de aventura. San Gil cuenta con más de 50 instructores de turismo de aventura y realizar allí canotaje es una experiencia segura y llena de emociones. Tanto es la fuerza que ha tomado este deporte en el río, que los que llegan a el van decididos a vivir una aventura extrema y completa que les permita tanto disfrutar de uno de los paisajes más bellos de Colombia como de una experiencia cargada de adrenalina. De hecho, existen planes de aventura de uno, dos o tres días para navegar este gran río.
Por otro lado, hay otras opciones de disfrutar del río sin necesariamente participar en algún deporte extremo. Un plan más familiar y apto para todo tipo de personas es el renombrado “paseo de olla”. Muchos santandereanos suelen trasladarse a sectores como Pescadero en el Cañón del Chicamocha, balnearios de los municipios de Rionegro y El Playón, así como a lo largo del río Sogamoso, para disfrutar de esta experiencia. Carro, olla, huevo duro, gallina, chingue y pelota para el picadito de fútbol. Esta es la fórmula perfecta del paseo de olla. Otros prefieren empacar sus paseos en canastos con deliciosos menús de “piquete envuelto en hojas de plátano o de bijao. Con gallina, yuca, huevos duros, plátano, melcochas de postre y guarapo para remojarlo”. Sin duda alguna, un plan económico y lleno de tradición que se debe hacer, siempre y cuando se tengan las precauciones de no dejar basuras tiradas o niños solos en el río.