Y la sangre resbalaba por mis manos

Page 1

Y LA SANGRE RESBALABA POR MIS MANOS “… y la sangre resbalaba por mis manos, junto con un sentimiento de Calma, de quietud… ella ahora es sólo mía” ¡Ramón a comer! Dijo su esposa pasado el mediodía en la hacienda “La Merced”. Justo en medio de la comida, llego el capataz a la choza donde vivía Ramón a decirle que debía trabajar doble turno hoy porque así lo mandaba Don Bartolomeo, dueño de la hacienda. Y Ramón con tal de mantener su vida y la de su familia, evitando problemas se dispuso a trabajar una vez más. Se despidió de su esposa con un beso apasionado y se retiró. Mientras trabajaba bajo la obscura y fría noche, comenzó una leve lluvia, lo que hizo que Ramón decidiera regresar a su choza, pues veía la tormenta aproximarse. Llegado a su choza, antes de entrar, Ramón escuchó gemidos provenientes del interior, extrañado decidió ver a través de un pequeño de los tantos agujeros de sus paredes… Para su sorpresa, su amada esposa estaba siendo violada por Don Bartolomeo, en un sentimiento de furia e impotencia, Ramón prefirió apartarse del lugar mientras pasaba lo sucedido. Al llegar la madrugada, regreso a casa como si nada hubiera pasado y le preguntó a su esposa: ¿Cómo pasaste la noche con la lluvia?, y mientras la miraba noto que estaba nerviosa, mientras ella contestaba de forma tajante: “Bien”… Y esa respuesta dejo intrigado a Ramón. Durante los próximos días, Ramón estuvo planeando su venganza contra Bartolomeo, esperó nuevamente el doble turno porque era el momento donde nadie sabía dónde se encontraba él realmente. Pero esta vez, Ramón espero entre la hierba a Bartolomeo y cuando este estaba por entrar a la choza, lo acato con un garrote, pero Bartolomeo reacciona empezando a tener una pelea, logrando quitarle el garrote, teniendo una pelea a golpe limpio… Entre la bulla salió presurosa su esposa gritando espantada: ¡¿Ramón qué haces?! – ¡Matando a tu violador! – dijo Ramón… “¡Pero yo lo amo a él!”. EN medio del shock sólo escuchó un estruendo causando quemazón en su abdomen… Y Ramón, tendido moribundo en el suelo, Bartolomeo pensó: “me he desecho des fastidio, y la sangre resbalaba por mis manos, junto con un sentimiento de Calma, de quietud… ella ahora es sólo mía”.

José Vásquez y Alberto Ruiz Historia Del Arte Universidad Internaciones


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.