De los lugares que se cantan Amanecí con los hechos. Recogí la sombra que los planetas le arrancan a sus soles y proclamé mi ser. Jesús Enrique Barrios Visión Cumplida, 121.
La poesía de José Miguel Méndez, lírica, voluptuosa, trovadoresca, parece estar ordenada hacia la declamación, más que para la lectura. Sus rupturas de ritmo, la disposición de sus silencios, el imperativo musical de las palabras, se conciben solo a partir de una voz que es en sí misma composición y resonancia. Esa voz, a veces de cronista, a veces de mujer, otras de transeúnte, otras de asceta, desplaza los límites de una escena casi costumbrista y levanta, si cabe la expresión, un paisaje urbano-originario: … y soy así, / mujer sin rey ni realeza / una casa, un continente que se agrega sin término/ un reloj de arena soy/sí/el desierto es la raíz del vocabulario/que cae sobre estas páginas. Su dicción brillante recuerda a la exuberancia modernista, aunque responda también a la aridez y la economía de la poesía contemporánea. Esa violencia elegante, ese erotismo asociado con el descubrimiento de la ciudad y de la propia voz, cuyos destellos de erudición pasean sobre una estructura aparentemente simple y próxima al desafío cotidiano, nos muestran una poética radical, de múltiples registros. La vocación enciclopédica, lo artesanal, incluso lo bucólico se acoplan en una mentalidad urbana con insólita riqueza y naturalidad: Se puede aprender a dialogar con el oro/soltar las persianas, decir: Barquisimeto, calle New York/lluvia inglesa, zapatero enamorado, /la novia propone destruir los arquetipos/ con miel. El olor del campo y la calle, del río y el smog, conviven en un horizonte poético no fácil de encasillar. En ese lenguaje, que es todo despliegue y libertad, coexisten la historia y el abandono, la ciudad añorada y la del derrumbe. Por eso su poesía es heredera de una atemporalidad situada, esa del diálogo entre la perpetuidad y la inmediatez. Hay que insistir aquí en que la lectura de José Miguel Méndez no es lineal, sino elíptica, ondulante, perfomática. Su decir “imaginante” está hecho de atmósferas y es cercano en sí mismo a la oralidad. Especie de poética ex auditu que sacude, condena y libera: el hombre llora y es un equilibrio/ como /el aire, dice el poeta, y nos muestra ese lugar memorial, casa o paisaje, que permanece porque se canta. Zakarías Zafra Fernández
Plaza la Mora Un parque, quiosco, frutería y un mapa de Venezuela del siglo XIX detrás de tu mirada resplandecen. Ligero cuando cierras el párpado y tocas la portada de la enciclopedia, ligero se siente el cuerpo cuando al hablar se equivoca, cuando detalles el trigo y ves que tiene una corona allí es el Reinado. Refúgiate cristaliza tu afán contemporáneo con vendimia de saberes, el transcurso de la vida detrás de ferviente paz corre hacia el quiosco y ahí adentro el señor abre su frutería, pasa el parque y ves a una mujer en el lago dispersando tulipanes a los peces. ¡Plaza la Mora al destino de la inteligencia! novela, agua bendita, historia, árboles frondosos sin iglesia aquí Dios está ciego de fantasía.
De Agilidad del pozo (2013)
Laragrafía Señora de los templos como tu afán de reina, llegaron los pretéritos a primaverizar tu vil acento de lira y de párvulo estirándose en tu historia, dama y fuego de la tarde. Solamente el párroco Borges en la Concepción guardó sus desvíos secretos a las mujeres de la ciudad señora de los templos, con el gran caballo de Benavente renació la flecha con tus cronistas que te fundaron allá en lo dulce. ¿Qué libros se quedaron en tus escombros de 1812? ¿Dónde lloró tu pueblo? Delicadeza de espiga refundada en el jardín. Juventudes, marfiles de Quíbor, carretas de El Tocuyo, dicen que alguien pintó tu esencia, la luna entrega de agua ¿Dónde se le da el párrafo siguiente de la neblina de Sanare? Por qué tanto secreto, en tus artesanas coqueterías te relumbra y hablo de ti, lugar habitada por guerreros, la espada y la Corona del Negro Miguel. Las abejas del Buría se cristalizaron con tu oro que es como la africana y la máscara de los laberintos. Ciudad siempre femenina y afeminado los cruces del Tamunangue Y el sabio viene atrás galopando ¡florenciana! ¡con el Salve! _Limones de Barquisimeto, surtida en el Mercado San Juan_ ascendencia de los escudos que se fraccionaron con tus rebeldes para hacerla divina, mientras las golondrinas al mar hacen el perfume de la hamaca cuando dormimos en tu biblioteca. Y la firme noche de las palabras y su secuencia dejaron el imposible rumor para determinarte. De Agilidad del pozo (2013)
Es serio el laberinto Vivía de ti, con una angustiosa sabiduría confundida vivía y el jardín de Barquisimeto prometía otra fantástica fidelidad con la plaza Altagracia vivía y vivía de agua dulce, de párvulo ardiendo en cada minuto con el viento, ayer guardé un humor nunca revelé el motivo, pero en el puente y la estatua aún vivía sin querer y el cielo era un escandaloso festín no logro soportar una falda con geometría en mí cuerpo quiero sueño, vivía distraída y si alguien sabe tener la razón aíslese de la poesía, la enciclopedia es para rendirse en la tierra si alguien defiende la razón. Vivía con tu rostro, con mi amargura temporal que soltaba una risa al picar melones y naranjas yo sola vivía, sentía la distancia, un dolor espontáneo. Si la ventana enciende a Europa y una cascada de África, aquí no existiría el secreto una luna, una salón de buenaventura, una peinadora en mi cuarto para colgar toda la historia si Barquisimeto muele la raíz femenina en las palmas si el ciclo de la vida es una pequeña acentuación al contemplar así pasan los días con incorrecta lluvia con la conciencia de la muerte y la rápida eternidad.
De Agilidad del pozo (2013)
Botiquín Tu imaginación es autismo en constante agresividad déjame explicarme: es ser imaginante, actuar imaginante. Lezama tiene en su parte derecha del cerebro un jardín y otro jardín que se multiplican y Cortázar tiene en su parte izquierda del cerebro un parque y otro parque cayéndose. Y el frutero de las naranjas tiene en su tienda un eucalipto fermentándose con el tiempo y la odisea. Y aquel humilde carpintero posee cerca del árbol la divinidad de una mesa que se sirve cristianamente. Infinitamente caballeros de la huella, hoy el zapatero tiene frío. Y siempre imagina, imagina en la calle, en la casa, zapatos de mi abuela que se colocaba en el Vals de San Francisco es ser imaginante. Imagina y cállate, imagina y bebe siervos cansados, casa, hoy, ayer frutería y los libros, pues no sé, acomódalo y deja la mesa como estaba.
De Escarpines en el agua (2014)
El ruido del espejo Soy mujer vestida; caracol y nueces en el abismo con un reiterado clamor del pasado mi cabellera se tuerce a sacrificio junto al atardecer equivocado que se extingue y mis manos que trazan mapas del siglo XXI alcanzan una región; una fotografía recordándose teniendo en mi silueta una falda de oriente y un silencio que apenas una lágrima duele. Mi cintura aislada de aventura, mis ojos Egipto o Quíbor no necesitan un caballero en este mapa tantas veces he tropezado en mi casa que algún misterio, una hierbabuena se hierve y el pasar de los años se acerca una nueva ciencia como las palabras, la etimología, el desorientar de la filología agarra fuerza enlazando una fantasía que pocos entienden y soy así, mujer sin rey ni realeza una casa, un continente que se agrega sin término un reloj de arena soy sí el desierto es la raíz del vocabulario que cae sobre estas páginas.
De Escarpines en el agua (2014)
La gramática evaporada de tu cuerpo He precisado cada coma de tu vino, por los cristales lógicos embriagados anda comentando la rueda o el molino de la sílaba en tu vientre. Nunca negaré la caída de tu adjetivo que se va lloviendo y permanece en el pozo un punto suspensivo y desnudas en el río tu cuerpo y el espacio del jardín en mayúscula se detiene tan sólo a descifrarte, amor en su iniciada vocal que va perdiendo el rumor en su mirada hay sueños, rimas y párrafos sobre tu cabello y se me hace difícil pintarla, volar… ¡La ciudad va saltando hasta perderse en todo tu cuerpo desnudo de código y de noche! Será así la voz dejando para mi hogar una letra agotada en la ventana donde te pienso y cada vez ella se cierra. El fanático silencio equivoca punto y seguido para el recuerdo. El texto sigue prolongándose ¡Por toda tu frente y tus manos! El punto final sería tu cuello que ubica el perfecto centro de la almohada. Hoy, amor, dormirás entre paréntesis y no sabrás, porque nunca coloqué tu nombre.
De Escarpines en el agua (2014)
Clara A la rosita de Coleman Hawkins Amplía el discursivo reino de la rosita faraonízate, deja el suave abrir de la selva presencia hoy más, pide ayer, y recuerda sobre el estanque. La causalidad del vino que acompaña la noche al encender tu disco, millones hacen el amor refranean la guerra de la luz, toda mi casa está hecha de agua. Se puede aprender a dialogar con el oro soltar las persianas, decir: Barquisimeto, calle New York lluvia inglesa, zapatero enamorado, la novia propone destruir los arquetipos con miel. Vienen los caballos estrellándose libres por el juego hay que cambiar las persianas por otras frescas una que se parezca a la naturaleza para que se acerquen los pájaros y así nadie tendrá tiempo para llorar ni siquiera en la conciencia se desprende una lágrima, una posición del lúcido ejercicio que tiene la mágica grosería de existir…
De Escarpines en el agua (2014)
Siglos Amiga, llueve la gran timidez del árbol la gracia brinca su destello permanente en toda la casa se logra perfumar el retrato. Una vez una hoja del araguaney logró desprenderse y en la lentitud de su caída mi corazón dijo: - Nos falta poco como la clarísima vejez y la ciencia juvenil del tenerte a cascada profundaamiga, no duermas sin jugar con tus pies mirando el techo con el siglo de importancia en los sueños porque sigue la vida y huele a oriente, a vida. Nuestra casa cruza amiga bajo la mirada de Dios que entiende el arrancar de la lágrima, el apretar con tensión nuestros labios que fundaron la Sagrada Familia y vino toda la espontánea lógica; la mañana con claveles los jardines opulentos de la entrega amiga, llueve la gracia y el amor es amiga cuando llueve.
De Escarpines en el agua (2014)
Imagografía A Lezama Lima Lezama Lima me confirió una tarea: investigar el cruce del cangrejo sobre el doblado papel de la isla y con su rostro de muerte arrodillada hizo notablemente la separación de la imagen comenzando a soplarse por sí misma campanarios y miradas, me insistía en que si alguna vez me pasara un lejano y angustioso mármol en la vidriera marina pues que alzara los brazos en vuelo del dragón y cayera tan suavemente como madre que duerme a su niño a la cuna, así con esa certeza elaborara la cuestión escrita sobre la hoja también me dijo Lezama (es un sueño que se ventila) porque quiero a Lezama en el agua y la contienda de los molinos desde la perfección onírica que se contrastan mis sueños y Orígenes Lezama se coloca un sombrero con café mitológico y alba caribeña y la miel del fragmento y brillante líquido se apoya a la vista tradicional y a la suerte - déjame dormir, presiona los mesones del olvido al cerrar el telón el escritor con la luz apagada baila desnudo.
De Escarpines en el agua (2014)
Levantamiento del ángel “…el hombre es un río turbio”. Friedrich Nietzsche. Así hablaba Zaratustra Si el hombre llora quiere decir que trata de beber este poemario que tienes en tus manos. Si sigue llorando, su apellido a veces depende de ti al caer la lágrima, queremos un vestido nuevo un zarcillo económico con sencillez… Aquella mujer abre el paraguas y salta por el charco de nuestra ciudad Si el hombre llora no quiere decir que pide caricia ni un rosal antiguo _por favor no le des una palabra de aliento_ El hombre que llora conoce todos los idiomas la mujer no necesita el diccionario ni acomodar la cama con gusto de almendra ni sonreír con gesto en el alba _aquí está prohibido pensar en imágenes_ el hombre llora y es un equilibrio como el aire.
De Escarpines en el agua (2014)
El próximo grito Estando dormidos no sabemos cuántas parejas gritan en la ventana un pájaro trae un puñal, un filo de molestia a todas las casas; ellos son testigos. San Antonio tira su traje galante al río Turbio él sabe y es consciente. Hay gritos en la puerta del ministerio, en el militante sin disciplina, en el hogar, en el pago de impuesto y también en las tierras secas aisladas y profundas de cardones… Existen gritos irreverentes, diplomáticos, gritos de perdón. Y no más, te atrae el paraíso del instante la plena separación con el grito diagramando en tu alma rosado y con fur de piña con rígida porción de melón te provoca otro grito y lo compones.
Quijotería ciega Las mujeres miran a los hombres e interpretan la naturaleza de sus movimientos, en cambio yo, víctima de la dinámica de sus pensamientos secretos, arrullan, muerden, invocan, rezan y no logramos ver a ninguna mujer pues en mis ojos descansan confundidas. No eres el tiempo ni eres el eclipse que deseaba mi juventud: Grecia, Carolina, Antonieta, Eva, Beatriz, ellas, agua, tormenta, lugar, recuerdo y lágrimas. Son parte de la historia cuando cada mujer tuvo el valor de mirarme y la travesura de coquetearme no las perdono, tampoco tienen importancia, la vida es un columpio rosado y un avión de papel y al pasar la página de la historia sigue vigente esa costumbre. Las mujeres miran a los hombres con la camisa semiabierta y lucen las estrellas… sacan el espejo preferido o accidental de la cartera y no se maquillan.
José Miguel Méndez Crespo (Barquisimeto, 1987) !
Profesor de Educación Especial mención Retardo Mental, egresado de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Es miembro y cofundador del Colectivo Literario “El Cuarto de los Duendes” y de la revista literatocultural La Lucerna. Participa como coordinador del Cenáculo de Investigación Cultural y Literaria UPEL-ESTE y es miembro y vocero principal de eventos y certámenes de la Red de Escritores y Escritoras Socialistas Capítulo Lara. Ha participado internacionalmente en el Festival de las Juventudes Artísticas “Romerías de Mayo”, en el centenario de José Lezama Lima Holguín, Cuba (2010). También ha sido miembro jurado de la III Bienal de literatura “Rafael Rodríguez Boquillón” (2012). En el año 2013 obtuvo el premio Municipal “469 ciudad de Barquisimeto” con el poemario Agilidad del pozo y fue merecedor del 2do lugar del Premio Nacional de Literatura “Rafael María Baralt” en la Universidad Nacional Experimental Rafael María Baralt, con el poemario Escarpines en el agua (2014). Ha publicado artículos de investigación literaria en diversos diarios de la ciudad de Barquisimeto y posee varios trabajos literarios: narrativa y poemarios inéditos.