-¿y si no fuera así?- dijo la niña -podría pasar una cosa / y es que a veces suele no llover
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De cauces perdidos y hambre sobre esta lluvia una cercana frontera en la piel casi cava Una voz que es espanto y suena a poesía Lluvia que me vas a matar Lluvia que la huida calla y arropa Sol que tiembla y enumera A veces / la verdad de a veces y a veces es que por años suele no llover y esta persistencia se llama coraje y sudor de tiempo y se llama quedarse solo con los brazos extendidos
(De: Las ruedas, 1999)
Altamira, V De una Caracas que se cae Sombra y misterio en el aire Sol oculto / Luna negra Se quedaba callada y retenida se abría en la tierra con silencio de aire viéndola y estaba toda casi para tomarla y llorar Calles desde esta altura edificio valle no hay ruido temblor en silencio una ciudad toda mía y despoblada tarde anticipada y desasosiego reto de temblor en el cielo Pienso y tal vez por agonía que esta sequía de ropaje gris se hunde y cambia en otro lugar que hay calor y movimiento en otro tiempo de mundo Caracas de gris y maletas retenidas sol oculto luna negra sobre este cielo Una búsqueda sin compañía un vuelo gritado sobre sus árboles luz callada que escapa de las nubes y mi caer ciego desde esta altura Palpitación del suelo grito de tierra esparcido en un valle (De: Las ruedas, 1999)
Desde el primer pescador que dejó esta orilla de hondura desde cada pesca con ansia de otra luz la primera red extendida con cansancio y el primer grito seco a las velas la voz del puerto callado ha cercado a los que buscan Se les ha presentado como luz de confianza en calma para quien aguarda en la otra orilla Les ha llamado como golpe de luz en las noches de impaciencia Se ha presentado con sonido de una voz que sólo habla en lo profundo Aquí hemos buscado tu luz ¿Y qué nos ha quedado más que fatiga en seco y velas dolidas por el viento que no habla? Aquí hemos bogado tras amaneceres a lo lejos ¿Qué hemos tenido más que ojos cansados y la voz herida de tanto gritar? Un sol cae cada tarde una pesca vuelve sin ganas después de cada noche en el mar un pescador regresa o no regresa con la vida a cuestas y es lo que creemos buscar tu luz De: Una barca, 2004.
Mudo frente al mudo Tu callar y su callar entonan un solo coloquio De cerca contemplas cada forma como un ni単o frente a los mares Toda figura se hace espejo y repite tus movimientos Eres el centro del mundo todos los caminos giran en ti Callado afuera el universo puedes ahora escuchar su voz Para lo eterno hace falta el silencio
De: Una barca, 2004.
Si yo me acerco hasta tu umbral –silencio resonante– con un mínimo rumor, nunca escucharía tus pasos. Aterra este quicio por donde he de pasar de noche hasta la noche total. He nacido para volver no con las manos cargadas del botín de mí mismo, sino hecho desierto. El fondo, esa nada que eres, brota resplandor, corre manantial prepara el pan. La paz es permanecer cuando el mundo te da la espalda. Tu mirada de espera nos alcanzará antes de la cima.
(De: Aquedah, 2013)
Aquí, en el fondo, por más que hiele el mar con sus secretos y de vez en cuando arrecie una lluvia de corales tan dura y armoniosa que hasta el compás de las olas enmudezca para escuchar el roce de su furia, yo la hago mi hogar. Por más que griten mis entrañas que esta hondura es inhóspita y el miedo ronde los escondites que abre el agua, yo reposo en su lecho. Por más que todo niegue la luz y diga abismo. por más que no me acoja el lecho tibio ni me sostenga el calor del pan y el vino fresco, yo me quedo donde su voz me dice que es amanecer y mis ojos se pliegan ante tanta aurora y tanto coral en armonía. Yo amo esta luz de arena que todo artista ansía pintar y su rasgadura que nos descorteza hasta la verdad. Yo me rindo a la pupila del que mira lo más hondo haciéndose ciego. Yo me quedo a mil muertes en mi naufragio de gracia, bajo el soplo sobre el mundo que nos enseña a navegar.
(De: La hoguera, 2014)
Atreverse a un nuevo paso en medio de la nada. Nada que nos sujete y nada para sujetar. Nada Que enuncie el fin de la incerteza. El paso se ha mantenido en el borde, tan preciso que llega donde el pánico se desata. La respiración suspendida, el viento espera. Cerrar los ojos en una ensoñación. Otro paso flota en el aire y avanza ola a ola hasta el puerto. La tensión de nuestras vidas al filo del abismo. Amar es caminar en el vértigo.
(De: La hoguera, 2014.)
Tierra sin vida se presenta como mi casa. Arrasada, su piel es la súplica de la esposa que amo. Hemos sembrado hasta el ocaso sin recibir la cosecha. Como aliento que sostiene el hilo de las hojas, así esta muerte nos enseña a morar en las raíces hasta renacer.
(De: Bajamar, 2014.)
Me ha tocado morir mil muertes para encontrarte. Me ha tocado galopar atónito estas horas que nos miran como niños en suspenso. Vuelve esa ansia y es gris en ráfagas entre peñascos y otro anhelo. ¿Por qué es más lo que digo que lo que llego a decir? Has vuelto a preguntarme y yo tan lejos que me voy haciendo isla. ¿Será que torna aquel tiempo entre preguntas tan dulce como compartir las lágrimas de quien no tiene nada que perder? Ahora mismo es el momento. Bajan las nubes. Escribo como quien convoca el vientre al que quisiera volver. Mas otra vez la sequía, esa espera punzante como un verso esperado en tiempo justo. Has vuelto y es fiesta, ya nos ven. En el rapto tantas cosas pasan llenando los resquicios, las sombras tan allá, la letra a medio escribir. La herida en el centro del pecho mana poesía. La vida un día nos iba a compensar el haberla conquistado entre preguntas. (De: Bajamar, 2014)
Arte poética (II)
No creas que soy poeta si te digo que trabajo un poema. Se acaricia la seda que impacienta al amante. No creas en los amantes que no se trabajan. Crisol ardiente mece una pieza única. No creas a quien te induce dejar de creer. No hablamos de un acto de voluntad, mas de asentimiento. El vértigo seduce como el derrame que entre empuje y jadeo ansiamos alcanzar.