Abre una nueva clínica de lactancia materna en atención terciaria
Por Christine BouthillierLa lactancia materna puede estar plagada de dificultades: producción insuficiente de leche, mal agarre, dolor, entre otras. Imagine si por encima tiene un problema de salud, un parto difícil o un bebé enfermo(a). Para responder a las necesidades específicas de las personas con estos problemas, a mediados de septiembre se puso en marcha una nueva clínica de lactancia en el Hospital Royal Victoria (RVH) del Centro Universitario de Salud McGill (MUHC).
Este proyecto piloto establece una de las pocas clínicas de lactancia materna de atención terciaria en Quebec. Está disponible para pacientes del MUHC, es decir, para pacientes de la Unidad de Postparto exclusivamente, que acuden al servicio ambulatorio para seguimiento del postparto; o bien, para las madres de pacientes del Hospital Infantil de Montreal (MCH).
“Por ejemplo, el servicio puede ofrecerse a una mujer que se ha sometido a una cirugia de busto, que ha tenido un embarazo múltiple o que tiene dificultades con la producción de leche. También ayudamos a madres de bebés prematuros o bebés que han perdido mucho peso”, explica Jennifer Pepin, coordinadora interina de la Misión de Salud Femenina del MUHC.
La clínica está convenientemente ubicada en el sexto piso del RVH, cerca de la Unidad de Postparto, así como de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) del MCH.
Experiencia al alcance de la mano
“Dos expertas en lactancia materna, la Dra. Laura N. Haiek y la Dra. Gillian Kumka, acuden todos los martes para reunirse con las madres y sus bebés, junto con especialistas acreditados en lactancia (su sigla en inglés es IBCLC), comenta Jennifer.
La Dra. Haiek es médico de familia y trabaja para el Ministerio de Salud y Servicios Sociales de Quebec; también es profesora adjunta del Departamento de Medicina de Familia de la Universidad McGill. Durante los últimos 14 años, ha dirigido la Clínica de Lactancia Materna del Grupo de Medicina Familiar Queen Elizabeth.
La Dra. Kumka lleva casi dos años trabajando en la Clínica de Lactancia Materna Queen Elizabeth y en la Clínica de Lactancia Materna Herzl-Goldfarb. Completó su formación en medicina de lactancia materna en el Hospital General Judío. Anteriormente trabajó como médico de urgencias en el MUHC durante 12 años, y ha sido líder de la Liga de la Leche durante los últimos ocho años.
Servicios complementarios
El MUHC ya ofrece clases prenatales de lactancia, por lo que la nueva clínica se centra sobre todo en el apoyo en el postparto. El personal profesional que trabaja allí también cuenta con formación adicional en el seguimiento de la lactancia varios meses después del parto, ya que este servicio suele ofrecerse en la comunidad y no en los hospitales de atención terciaria.
"Ayudamos a las mamás con las distintas posiciones para dar el pecho, la producción insuficiente de leche, el agarre adecuado, etc.", explica Melyssa De Simone, enfermera responsable de la clínica y asesora en lactancia. "Cuando dan a luz, las mujeres suelen estar sólo unos días en el hospital, así que no tienen mucho tiempo para aprender sobre lactancia".
Cada día se atiende a una docena de parejas madre-bebé. La mayoría proceden de las unidades de preparto y postparto del RVH, y una pequeña proporción de la UCIN del MCH. La UCIN también cuenta con sus propias asesoras que apoyan a las madres en su camino hacia la lactancia materna.
"Tenemos muchas historias de éxito. A menudo vemos a madres y sus bebés que necesitan nuestra ayuda y, dos meses después, la lactancia va perfectamente bien", dice Melyssa con una sonrisa.
"El personal me salvó la lactancia"
Lucía Justo dio a luz a su pequeña Sofía en el RVH en septiembre pasado. Fue un parto prolongado de 50 horas y la frecuencia cardiaca de su bebé aumentó de manera alarmante al momento de dar a luz. Sofía pasó sus dos primeras noches en la UCIN del MCH de medida preventiva, para asegurarse de que se encontraba bien.
Sofía tuvo que ser alimentada con biberón y fórmula durante este periodo. "Yo no sabía si tenía leche, no salía nada", dice Lucía.
La asesora de lactancia de la UCIN le enseñó a extraerse leche manualmente. De vuelta en casa, Lucía empezó a extraerse leche seis veces al día, hasta que comenzó a producir suficiente.
"Tenía la determinación de darle pecho", dice.
Pero sus senos pronto se sintieron muy adoloridos, así que consultó a una enfermera del CLSC, quien le habló de la clínica de lactancia del MUHC. Sofía tenía entonces unas tres semanas y tomaba muy poco el pecho, principalmente tomaba leche materna con biberón.
"La Dr. Kumka, la Dr. Haiek y las enfermeras Melyssa y Magda salvaron mi lactancia. Antes, la idea de dar pecho me generaba dolor. Hoy lo siento como un momento de unión con mi hija", dice Lucía.
Un cambio radical
La joven madre dice que "aprendió de todo" en la clínica, especialmente sobre el buen agarre.
"No sabía qué hacer. Había ido a clases prenatales, pero no es lo mismo que cuando una enfermera te enseña con tu bebé. Sentí literalmente la diferencia", explica Lucía. "La clínica es un espacio seguro y abierto donde puedes hacer todo tipo de preguntas. Hace falta todo un pueblo para criar a un niño(a), así que no tengas reparos en buscar ayuda".
Dice que el personal también la ayudó a evitar una mastitis, brindándole herramientas para aliviar la congestión que tenía con la sobreproducción de leche.
"Me dieron confianza. No debemos perder fe en nosotras mismas. Realmente tenemos lo que nuestros bebés necesitan", añade.
Después de casi dos meses en la clínica, Sofía ya no quiere ni biberón ni chupón. Se agarra perfectamente, sin dolor para su madre.
"Posiblemente no hubiera continuado dando pecho si no hubiera venido a la clínica. Es extraordinario", concluye.
Dos nuevas salas de lactancia en el MCH
Los padres disponen ahora de nuevos espacios tranquilos para alimentar a sus bebés en el Hospital Infantil de Montreal. Se han añadido dos salas de lactancia a las salas de espera de las plantas A2 y A3. No dejes de comunicárselo a las familias que puedan beneficiarse de ello.