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La Ruta de la Seda Digital
Un nuevo enfoque para la cooperación con América Latina y el Caribe
Por LU SIHENG*
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EN la actualidad, la tercera revolución científica y tecnológica se encuentra en pleno apogeo, a la vez que la Industria 4.0 se ha convertido en el motor central detrás de la transformación industrial bajo el sistema económico moderno. Liderada por nuevos conceptos de desarrollo, impulsada por la innovación tecnológica y basada en redes de información, esta nueva ola dominada por la revolución digital no solo se ha vuelto una tendencia necesaria de cara a la transformación de los patrones de desarrollo económico, sino que también ha ampliado la connotación y extensión de la cooperación internacional de China en el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
En este contexto, la construcción y profundización de la Ruta de la Seda Digital ha dejado de manifiesto los intereses de China y América Latina y el Caribe (ALC) en el campo de la infraestructura de la información y las telecomunicaciones, toda vez que ha abierto nuevos espacios para que ambas partes logren aprovechar de lleno su gran potencial en pos de la cooperación en línea de la mano de las nuevas tendencias de la economía global.
Desarrollo para ambas partes
Sin duda, la construcción de la Ruta de la Seda Digital puede propulsar un alto grado de desarrollo para las dos partes, las cuales necesitan de una reforma estructural y nuevos motores de crecimiento urgentemente. En los últimos años, China se ha comprometido a corregir los actuales desequilibrios entre la oferta y la demanda internas, al igual que el desajuste de factores de producción, mediante la promoción y expansión de nuevos patrones económicos.
Al mismo tiempo, los países latinoamericanos y caribeños, altamente dependientes del sector primario, se han visto expuestos a la insuficiencia de la productividad, una estructura económica comercial frágil, la falta de innovación e investigación, y un intensificado proceso de desindustrialización tras el fin del “superciclo” de los productos primarios. Por ello, sus respectivos gobiernos han estado en una activa cruzada para buscar nuevos polos de desarrollo que permitan promover un crecimiento inclusivo y la optimización de la cadena de valor. Así, en vista de los efectos positivos de la economía digital para impulsar la eficiencia de la producción, reducir los costos de suministro, promover la actualización de la estructura de la demanda y mejorar la capacidad de in- novación, es imprescindible que China y ALC aprovechen esta oportunidad para promover el vínculo y la integración del sector industrial, con el fin de satisfacer las necesidades comunes.
Asimismo, como economías emergentes, China y ALC están en un proceso activo que busca establecer un nuevo orden político y económico internacional más justo y equitativo. El rápido desarrollo de la tecnología digital abrirá el camino para lograr este objetivo. Bajo el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta y el mecanismo de cooperación del BRICS, China ha puesto especial énfasis en la digitalización, la industrialización, la innovación y el desarrollo inclusivo. Además, mediante el establecimiento de nuevas asociaciones en el marco de la revolución industrial, se espera promover la modernización industrial y el empleo empresarial, agregando así un nuevo impulso a la economía china.
Los países de ALC han expresado su firme voluntad de fortalecer los intercambios económicos digitales y compartir los logros de la economía digital en el marco de los mecanismos de gobernanza multilateral iniciados por China en los últimos años. No cabe duda de que la ola de cambio mundial, encabezada por la economía digital, ayudará a ambas partes a aprovechar las oportunidades brindadas por la revolución industrial y a eliminar las brechas tecnológicas. Asimismo, servirá para impulsar el desarrollo y crear nuevos modelos en la construcción de este nuevo orden, a fin de lograr una participación activa y un mayor protagonismo en la arena internacional.
Desde el punto de vista de la implementación, las dos partes han probado ser altamente complementarias en la construcción de la Ruta de la Seda Digital. Como una gran economía digital, China ha puesto en práctica la estrategia de “salir al exterior” (Going Out) sustentada en sus ventajas comparativas y su desarrollo inclusivo, la cual busca abrir los mercados extranjeros a las economías emergentes y potenciar un nuevo modelo de fabricación inteligente, datos masivos, Internet plus e infraestructura. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha subrayado reiteradamente la importancia de fortalecer la econo- mía digital y la inteligencia artificial para estimular el dinamismo económico regional. Sin embargo, debido a la escasez crónica de fondos y talentos de muchos países latinoamericanos y caribeños, las inversiones hechas en pos del proceso digital han distado mucho de satisfacer las crecientes necesidades de desarrollo de la población. En razón de ello, se ha concedido una gran importancia a la construcción conjunta de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, con el fin de atraer una mayor inversión y sumar mercados adicionales a nivel local.
Las fuertes capacidades en términos de infraestructura de China y su deseo de invertir en la región, proporcionan condiciones favorables para aliviar el desequilibrio entre la oferta y la demanda en el ámbito de las telecomunicaciones en los países de ALC. A pesar de la presión ejercida por Estados Unidos, países como Brasil, México y Chile han reconocido el liderazgo que ha desempeñado la empresa Huawei en el campo de las tecnologías de las comunicaciones, dejando en claro su deseo de abrir sus puertas a la red 5G, lo que ayudará a promover la conectividad digital en ALC en gran medida.
Vigoroso comercio electrónico
Por otro lado, en medio de la promoción de la globalización digital, el comercio electrónico transfronterizo se ha convertido en el vínculo de China con el mundo. Gracias a su alta demanda de bienes extranjeros y como una de las regiones con el mayor número de usuarios de Internet, ALC ha hecho una evaluación positiva de las plataformas de comercio electrónico chinas y está cada vez más dispuesta a fortalecer la cooperación con ellas. En ese sentido, la integración del comercio electrónico transfronterizo entre China y ALC no solo servirá para mejorar las capacidades de internacionalización de las empresas de ambas partes –especialmente para ayudar a las pymes a integrarse mejor en la cadena de valor global–, sino que también ayudará a construir un mecanismo de coordinación y cooperación más profundo para promover la construcción de la infraestructura digital, los pagos inteligentes y el sistema logístico.
Dentro del nuevo modelo de desarrollo de la “circulación dual”, es necesario que China cultive nuevas ventajas para participar en la cooperación y la competencia internacionales. Como ya se ha dicho, ALC se ha convertido en uno de los mercados de comercio electrónico más dinámicos del mundo, por lo que, a través de la construcción de las plataformas digitales de comercio electrónico transfronterizo, China puede promover de manera más eficiente la exportación de artículos “hechos en China” y la importación de productos latinoamericanos y caribeños.
Gracias a las transformaciones socioeconómicas de China, los consumidores nacionales han ido profundizando y diversificando su demanda de productos extranjeros. Esto ha creado nuevas oportunidades para la ampliación de las plataformas de comercio electrónico transfronterizo como parte de la estrategia del “bringing in”. En este proceso, gracias a las plataformas de distribución impulsadas por la tecnología digital, la construcción y el desarrollo de canales de comercialización, y las garantías que ofrece el mercado logístico emergente más competitivo del mundo, los productos agrícolas y los alimentos frescos provenientes de ALC podrán gozar de un creciente mercado de consumo en China.
En términos de la estrategia de “salir al exterior”, el potencial de demanda de las economías emergentes de ALC es más atractivo para el capital chino que aquel de los mercados de comercio electrónico de Europa y Estados Unidos. Cabe señalar que los principales compradores de la región son los jóvenes, quienes no solo cuentan con el manejo necesario de las plataformas digitales de compra, sino que además mantienen una fuerte demanda de productos extranjeros durante todo el año.
Debido a la pandemia de COVID-19, el mercado minorista y el sector manufacturero de ALC sufrieron graves daños, y la capacidad de producción local se vio fuertemente afectada. Esta difícil situación, no obstante, proporcionó la oportunidad para que China profundizara su cooperación con ALC a través de las plataformas de comercio electrónico transfronterizo. Por una parte, los alimentos frescos latinoamericanos y caribeños de alta calidad, como cerezas, aguacates, car- ne de vacuno y alimentos acuáticos han sido algunos de los principales productos comercializados a través de dichos canales, ayudando no solo a satisfacer las necesidades de consumo de los chinos, sino también compensando las pérdidas económicas del sector de exportación latinoamericano y caribeño. Por otra parte, debido a las restricciones relacionadas con la distancia social y el cierre de tiendas físicas, un porcentaje importante de latinoamericanos y caribeños se ha volcado a las compras en línea, y las empresas chinas han podido captar nuevos grupos de consumidores. Así, se puede concluir que la pandemia ha cambiado las preferencias de consumo dentro de la población latinoamericana y caribeña, mientras que los electrodomésticos y los artículos para la protección de la salud, entre otros productos con ventajas comparativas en China, han sido favorecidos por una parte creciente de los consumidores chinos.