NARRACIONES.DE LA IMAGEN AL TEXTO.

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CUร NTAME SU HISTORIA DE LA IMAGEN AL RELATO

ALUMNOS 2ยบ ESO C


LOS AMANTES Hola, me llamo Joaquín y te voy a contar la historia de cómo hice mi cuadro “Los amantes”; un día, andando por las calles de Barcelona, vi a un chico recitando un poema a una chica que en un balcón estaba. El chico no era apuesto, y la chica era la más guapa que yo había visto por la ciudad. El chico terminó el poema y la chica le dijo: “Eres feo y no me mereces, soy demasiado guapa para ti” Y el chico, destrozado, comenzó a entristecerse. Al llegar a mi casa se me ocurrió la idea: hacer un cuadro en el que la diferencia entre feos y guapos pasase desapercibida. Y, así, pinté a dos personas con un saco en la cabeza besándose.

Joaquín Beneito


MUJER MIRANDO POR LA VENTANA Siempre me he preguntado qué sería de mi vida… donde acabaría, a que me dedicaría, de quién me iba enamorar…pero lo mejor es que todo venga por sorpresa, que no nos preocupemos del futuro. A mí todo esto de pensar esas cosas no me sirvió de mucho, resulta que mi vida no iba a ser como yo me la imaginaba. En el año 1911, Francisco Gómez, un compositor y director de orquestas y Helen Rose, una cantante de ópera, se dirigían hacia Portugal para hacer un concierto benéfico en el que estos dos participaban .En una cena después del concierto Helen y Francisco se enamoró y emprendieron una vida junta en un pequeño pueblo rural de Galicia. Pasados los años se casaron y más tarde , en el comienzo de la primavera de 1915 me tuvieron a mí , una niña con el pelo rubio como el de Helen , mi madre , y ojos color almendra de Francisco , padre . Decidieron llamarme Cecilia, ya que era la patrona de la música y los dos estaban relacionados con ella. Éramos una familia feliz, pero debido a las circunstancias del trabajo de mi padre nos veíamos sometidos a vivir viajando por todo el mundo en un barco llamado “Osa Mayor “ . Esta vida era impresionante, viajaba por todo el mundo, en un barco lujoso mientras que mi padre me enseñaba todo sobre la música y mi madre a cantar. Recuerdo todo sobre los sitios que he ido, y todo sobre ellos era emocionante. Cuando tenía 14 años mi padre ya se le había acabado aquel “tour” de conciertos por lo que tocaba regresar a España, a una nueva casa en Madrid, era céntrica y pequeña, pero muy acogedora.


Aquel mismo año, invitaron a mis padres a un concierto de un nuevo director de Inglaterra. A mí me dejaron sola en casa por lo que me fui muy pronto a dormir penando en que mis padres se lo pasasen bien. Al día siguiente mi vecina María, que era una mujer adorable, llamo a mi casa y me trajo un bizcocho con virutas de chocolate, y yo la invite a entrar porque tenía cara de preocupación. Nos tomamos juntas el bizcocho, que estaba delicioso y más tarde me dio una noticia terrible: cuando mis padres volvían del concierto un hombre disparó a mi madre en el pecho y a mi padre en el brazo. En ese momento me quede paralizada, no sabía qué hacer y María me dio un abrazo muy fuerte, pero aunque me gustasen mucho sus abrazos en esos momentos no me hacían nada, no me hacían sentirme mejor .María accedió a quedarse todo el día conmigo, día y noche, intentando consolarme pero aquel día lo único que hice fue recordar todos los momentos que me había divertido con ellos. Al día siguiente un simpático hombre con un bigote muy gracioso llamó a mi puerta. Yo estaba vestida con un camisón y no me quería levantar de la cama, pero después de varios minutos de espera fui a le, le invité a entrar y se sentó en el sofá, todavía recuerdo nuestra conversación de aquel día: -Buenos días Cecilia, en estos momentos te estarás preguntando quien soy y que hago yo aquí -Pues la verdad es que sí -Bueno, me llamo Enrique, soy un amigo de tu padre desde la infancia, el me pidió un gran favor antes de fallecer . Me pidió que si algún día pasase algo yo te cuidaría. De repente hubo un gran silencio en el salón y miré Enrique con tristeza. -¿De verdad que te dijo eso mi padre? -Te lo juro. Estarás muy bien te lo aseguro, adonde vamos ay una playa y mi casa es muy grande, tengo un hijo de tu edad y seguro que os lleváis bien, él te enseñara muchas cosas es muy listo. -¿Tú hijo va a ser mi profesor? - No, te enseñara muchas cosas pueden ser de matemáticas o pueden ser de pintar y tú le puedes enseñar muchas más cosas.


-Bueno, está bien… -No te arrepentirás te lo pasaras muy bien, esta tarde vendré a por ti. Cuando Enrique se fue me quede mucho tiempo mirando a la ventana, iba a dejar Madrid para irme con un hombre al que no conocía, pero bueno si lo había dicho mi padre lo cumpliré. Cogí una maleta bastante grande y me apresuré a echarme toda la ropa y el calzado, algunas partituras que escribí con mis padres y algunos recuerdos. A las cuatro y media de la tarde, Enrique llamó a mi casa y me ayudo a coger la maleta para meterlo en el maletero de su coche negro con enormes ruedas y mientras yo me quedé contemplando la casa y me empezaron a caer lágrimas, pero sabía que llorar ya no serviría de nada por lo que me di la vuelta y me subí en el asiento trasero del coche. El viaje era muy largo por lo que Enrique me fue contando algunas cosas sobre el lugar al que íbamos y más tarde apareció un cartel que decía: Bienvenido a Valencia, y nos fuimos adentrando en el centro de la ciudad. Había oído antes cosas sobre este lugar pero la verdad es que no me lo imaginaba tan bonito, tenía una playa inmensa, y en el centro había muchos parques, cafeterías y la gente parecía relacionarse bastante bien. Seguimos el recorrido en el coche hasta llegar a la costa. Enrique aparcó el coche enfrente de una casa muy bonita, con flores, balcones, bancos…y al instante me abrió la puerta diciéndome que ya habíamos llegado. Me bajé del coche y cogí mi maleta .Enrique buscó la llave entre sus bolsillos un buen rato hasta que por fin las encontró, cuando abrió la puerta de la casa me quedé asombrada. Era una casa enorme y acogedora, tenía unas escaleras que parecían las de los palacios y al fondo se veían un montón de habitaciones. Enrique me invitó a entrar al salón, él dijo que iba a ir a por algo de comer. Cuando entre vi a alguien mirando a la chimenea sentado en el sofá, con un papel y un lápiz dibujando las llamas del fuego. Me senté a su lado para observarlo mejor y decidí saludarle con un simple hola, en cambio en lo me contestó. Era un chico con el pelo moreno y bien peinado y con los ojos verdes, era bastante larguirucho y parecía normal aunque muy serio y tímido. Le volví a decir hola pero esta vez ya me contesto con frases cortas que nunca olvidaré


-Hola, me llamo Cecilia, ¿tú eres el hijo de Enrique? - Sí, supongo que tú eres la chica que viene a quedarse aquí. -Sí, soy yo, ¿tu cómo te llamas? -Me llamo Tomás. De repente,Enrique vino -Cecilia, estarás cansada, ¿quieres ver tu habitación? -Vale, Tomás ¿vienes? -Está bien De repente vi como con sus brazos se apoyaba en el sofá empujándose hacia una silla con ruedas, me quede mirando a Enrique y me lo explicó todo, Tomas no podía mover las piernas y no salía mucho de casa. En ese momento me deprimí mucho. Tomás venía al cuarto por una rampa difícil de subir y mientras Enrique, su padre, lo iba empujando. Cuando llegamos a mi habitación me quede asombrada, había una ventana enorme, con una cama de telas suaves, un escritorio, un armario con mucha ropa y en el centro un piano, me quedé sin palabras y Enrique y Tomás me dejaron sola en mi habitación. Me asomé por la ventana y se veía la playa, me quedé ahí un buen rato hasta que oí a Enrique diciendo que íbamos a cenar. Nos sentamos en una mesa alargada con mucha comida: sopa, ensalada, salmón, fruta y pastel de queso. El silencio abundaba en el comedor, hasta que Enrique me empezó a preguntar cosas como… ¿te gusta la cena?, ¿te gusta tocar el piano?, ¿estás a gusto en tu nueva casa?...amenos eso rompió el silencio. Nos fuimos pronto a la cama pero antes yo bajé a la cocina a por un vaso de agua, y entonces apareció Tomás y me dio las buenas noches y se marchó, no me dio tiempo ni a dárselas yo y entonces me subí a mi cuarto, aquella noche no dormí pensando en todo lo que me estaba pasando. A la mañana siguiente me desperté y vi en el escritorio una bandeja con un vaso de leche y galletas de vainilla. Me vestí, me tomé el desayuno y baje al salón. Enrique y Tomás me esperaban sentados.


-Cecilia, me tengo que ir a trabajar, ¿te importaría quedarte con Tomas? -Claro que no. -Está bien, hasta luego. Tomás y yo nos quedamos sentados en el sofá .Tomás estaba leyendo un libro sobre la historia medieval, en cambio yo me puse a mirar la playa por la ventana, tenía muchas ganas de ir . -¿Qué te parece si damos un paseo por la playa? -Prefiero quedarme leyendo, además es difícil moverse por la arena en silla de ruedas. -Venga no pasa nada, yo te ayudo. Al medio día estaremos aquí, y seguro que te lo pasas mejor que leyendo ese libro. Tomás me miro dudoso durante un momento. -Está bien, pero al medio día yo te enseñare cosas sobre este libro, tienes que aprender cosas y yo sería tu profesor. -Está bien… Cogí mi mochila y metí un poco de pan, agua y una manta por si tenía frío aunque el día era bastante soleado. En cambio vi que Tomás metía a su mochila un lápiz y un cuaderno con folios en blanco. Me apresuré a coger la silla de ruedas en la que Tomás estaba sentado y salimos de la casa. Llegamos a la playa y la verdad sí que era dirigir una silla de ruedas por arena por lo que decidí descansar un poco y saqué la manta y la coloqué a orillas del mar. Ayudé a Tomás a bajar de la silla pero rápidamente me dijo que él podía solo. Con mucho esfuerzo lo vi sentarse el solo , y me senté a su lado y cogió la libreta y el lápiz y comenzó a dibujar la costa. -Asique te gusta dibujar. -Y a ti tocar el piano. -Eres muy callado.


De repente no me contestó, solo sonaba el sonido de las olas hasta que… -No es fácil hablar con las personas que no son tu padre…Nunca he tenido un amigo y no sé de qué hablar si alguna vez los tengo. -Pero tú y yo somos amigos. Pasamos mucho tiempo en la playa sentados e estuvimos hablando y conociéndonos mejor, y por fin veía que sonreía y eso me gustaba mucho , ya que le veía un chico muy serio. Cuando llegamos a casa tuve una idea. Invite a Tomás a subir a mi habitación. -¿Qué hacemos aquí? -Veras, he tenido una idea, Tomás. Cómo tú me vas a enseñar cosas de historia, matemáticas, lengua… yo te voy a enseñar a tocar el piano . Voy a ayudarte a sentarte. Nos sentamos los dos juntos en el taburete. Lo primero que le enseñe fueron las notas, las escalas y poco a poco algunas canciones. En esos momentos me sentía muy a gusto, le veía divertirse, y me encantaba ver a las personas felices .Saqué una hoja de pentagramas sin escribir. -Vamos a escribir una canción juntos, te va a encantar. -Yo para estoy soy muy malo, dejémoslo. -No, veras, es muy fácil, la haremos juntos. -Está bien, pero si sale mal no quiero que te rías de mi… -Que no… yo también empecé así y ahora me encanta. Empezamos a componerla juntos. Pasamos toda la tarde al piano .Tomás avanzaba muy rápido y parecía gustarle. Desde esos días Tomás y yo nos llevábamos bastante bien .Él me enseñaba curiosidades de la vida yo le enseñaba lo que sabía de música.


Un día Tomás llamó a mi habitación, yo como de costumbre estaba mirando por mi ventana. -Cecilia, ven, te quiero enseñar una cosa. Tomás iba en su silla de ruedas y yo a su lado caminando. Me llevó a una puerta a la que nunca había entrado ni había tenido curiosidades de entrar. Abrí la puerta y observé la habitación; Las paredes eran grises, el suelo de madera, tenía varias ventanas con cortinas azules y como no se veía el mar, en lo que más me fije era en un viejo baúl .Él se acercó y abrió el baúl, había lienzos, pinceles, pinturas, papeles de dibujo… -Cómo tú me has enseñado lo que te gusta hacer, yo te voy a enseñar lo que a mí me gusta hacer. Solté una pequeña sonrisa, me gustaba ver que Tomás se lo pasaba bien pese a su minusvalía. -Pintaremos juntos un cuadro, dime, ¿qué te gustaría hacer? Me acerqué a la ventana a ver de nuevo el mar. -La verdad es que no lo sé. Algo que te guste y te inspire. Él se acercó a la ventana en su silla. -Lo que más me gusta en estos momentos es una chica de la que llevo enamorado hace unos meses, tiene el cabello rubio y a menudo la veo mirar por la ventana. -¡Pues ya está! Vamos a dibujar a esa chica. Tomás sacó un lienzo no muy grande, y me dio un lápiz, él me dijo que lo primero que había que hacer eran las cosas menos importantes, como el fondo. Dibujamos una ventana con cortinas azules y al fondo se veía el mar .Estuvimos toda la tarde charlando, y acabamos dibujando poca cosa. A la mañana siguiente, me dijo que todas las mañanas a las diez nos veríamos en la habitación. Yo llegué antes que él y mientras lo esperaba me puse a mirar de nuevo a la ventana, me encantaban esas vistas y me hacía sentir que mis padres seguían conmigo .Cuando Tomás llegó le noté algo raro; estaba muy pálido, tosía mucho y le


costaba mucho decir las palabras , por lo que ese día decidimos descansar y quedar la mañana siguiente . Aquel día, Tomás no apareció. Me quedé mirando un buen rato mirando por la ventana, hasta que por fin alguien subió. Era Enrique -Cecilia, tengo que contarte una cosa. Enrique parecía muy preocupado y triste, por lo que yo también me preocupe -Recuerdas que ayer Tomás se puso enfermo, pues resulta que su estado empeoró, los órganos le dejaron de funcionar, y cuando lo llevamos al hospital a la madrugada los médicos no pudieron hacer nada. En un momento se me pasaron todos los buenos momentos que había vivido, todo lo que me había enseñado y todo lo que disfruté con él. Enrique me dejó sola en la habitación. Mis lágrimas me corrían por las mejillas. Quise recordar algo de él y vi el baúl en una esquina, saqué todo lo que había en él, me encontré el cuadro que empezamos a pintar juntos. Estaba ya acabado y firmado con su firma. Me di cuenta que el fondo era el mismo que la habitación donde lo empezábamos y la chica mirando por la ventana tenía el cabello rubio y los pies pequeños y vestía un vestido blanco como el que tenía yo. Ahora me doy cuenta de que la chica de la que hablaba Tomás era yo, lo que no sabía era que yo hubiera podido enseñarle a disfrutar de la vida. Irene Ramírez


LOS FUSILAMIENTOS

En 1808 los franceses decidieron invadir España por lo que trajeron tropas francesas para invadir; primero fueron poco a poco secuestrando familias españolas y matándolas en parques plazas y más sitios públicos; los españoles pensaban que esto había sido obra de algún loco francés, por lo que dejaron pasar la situación, pero, al ver que todas las semanas aparecía en sitios peligrosos una familia muerta decidieron investigarlo, pero no descubrieron nada; semana a semana, aparecían nuevas familias muertas. Cuando fallecieron cien familias los franceses empezaron a robar en supermercados y pequeños comercios, por lo que se agotaron los alimentos y bebidas y eso causó una crisis tan dura que hizo que murieran más y que los españoles se empezaran a volver locos.Cada vez quedaban menos y los franceses iban bajando la guardia por lo que los españoles empezaron a salir de esa crisis tan dura, empezaron a tener más alimentos, fabricaron armas para defenderse de los franceses y túneles para esconderse.Los franceses se dieron cuenta y decidieron atacar ya con tropas formadas por cien soldados alineadas.Fueron a


Madrid donde otra tropa española esperaba para atacar .Las batallas fueron bastante largas ,hasta que los franceses mataron a todos menos a cinco que retuvieron como esclavos, los llevaron a un muro muy grande y los pusieron de rodillas mirando para arriba, dos soldados franceses los ejecutaron con una escopeta uno a uno para demostrar que habían ganado y que España ahora era suya; pero, en los túneles que hicieron, se encontraban unos veinte españoles que, al ver lo que pasó, se prepararon y un mes después de lo ocurrido decidieron atacar; salieron de los túneles silenciosamente, se hicieron pasar por franceses y empezaron a matar poco a poco para no causar sospechas; consiguieron coger al rey como prisionero e hicieron que el rey firmara un acuerdo para que España siguiera siendo de los españoles, por lo que los franceses tuvieron que marcharse y darles una cantidad de dinero por lo sucedido. Mario Pérez


AUTÓMATA Esta historia trata de una chica llamada María, de una edad de 24 años, nacida en Nueva York. Ella no ha tenido suerte en la vida; cuando era pequeña no tenía muchos amigos, todos los niños se reían de ella, pero no les hacía caso.Empezó a hacerse mayor y estudió derecho.En seguida, empezó a trabajar de abogada. De repente, le empezó a sonreir la vida; entró un chico en su despacho, le pidió ayuda debido a que su jefe no le pagaba.Ella, encantada, aceptó el caso.Le vio algo en especial que le enamoró, surgió el flechazo. Pasaron mucho tiempo juntos, el caso era muy complicado. María un día decidió invitarle a cenar, él respondió que sí. Ella ilusionada, se arregló para la cena, no sabía qué ponerse. Cuando ya estaba lista, salió de su casa y se dirigió al bar. Al llegar vio que él no estaba allí y se sentó a esperar. Pasaron las horas y no apareció. Paró al camarero y le pidió la cuenta; pagó y se fue decepcionada.

Ángel Hernández


LAS MENINAS Una tarde de domingo, Diego de Velázquez estaba con su familia en una habitación; él pintaba y otros cosían y hablaban junto a la chimenea. Esa tarde, como todos estaban juntos decidió pintar este cuadro para recordar aquel momento. Desde entonces se conoce también con el nombre de La familia de Felipe V. Pintó ese cuadro porque casi nunca coincidían como en aquella tarde. Se hizo de noche, todos cenaron y estuvieron juntos toda la noche, se fueron a dormir porque a la mañana siguiente casi todos trabajaban; al día siguiente, cuando volvieron a casa después de trabajar, se repitió la misma escena de la tarde anterior y que nosotros vemos reflejada en esta famosa pintura. Carlos Merlos Fernández


A ORILLAS DEL MAR

A orillas del mar se encontraban las hermanas Sorolla, completamente de blanco, pensando en el castigo que les pondría su padre si se enterase de que estaban en la playa, a su padre lo le gustaba que fueran allí, decía que era un lugar peligroso; ellas no lo entendían, solo veían a familias y niños divirtiéndose, asi que decidieron dar un paseo por la orilla y solo sentir el agua rozando sus pies, les vinieron miles de recuerdos a la cabeza, antes de que invadieran los alemanes aquella pequeña ciudad de Inglaterra; sus padres les llevaban los domingos a la playa, a su madre no le hacía mucha gracia porque llevaban puesta la ropa de la iglesia, pero ellas lo pasaban maravillosamente. Hacía años que no pisaban aquella playa y hacía años que no veían a sus amigas, se dedicaban a trabajar en la tienda de su madre; la mayor, Catherine, era alta, morena y tenía unos ojos marrones como el café que solía tomarse por las mañanas, era muy pálida por eso siempre llevaba una


sombrilla pequeña; Alice era alta, morena y con los ojos azules tan profundos como el mar y unas pequeñas pecas en la nariz.Las hermanas siempre habían sido obedientes pero decidieron que querían ver a sus amistades y recordar el mar, por eso pasaron todo el día en la playa y cuando el sol se estaba poniendo en el horizonte y el cielo tenía un color rojizo Alice dijo: -Hagámoslo -¿Hacer qué?- preguntó Catherine - Digámosle a nuestro padre que queremos volver todos los domingos a la playa como hacíamos de pequeñas. - Eres una insensata- dijo Catherine-no te das cuenta que nos castigará hasta el resto de nuestros días si se entera de que estamos aquí. -Mañana mismo le dirá que por qué no nos deja ir a la playa, es injusto que no nos deje venir. -Está bien, pero no me metas en esto. Las dos hermanas volvieron a casa; su madre las esperaba en el salón. -Sé dónde habéis estado; a vuestro padre no le va a hacer ninguna gracia pero no seré yo quien se lo diga, ahora mismo quiero que vayáis a los jardines y se lo digáis. -Sí madre- respondieron las dos. Su padre, como siempre, estaba fumando en los jardines; no tardaron en encontrarle, pues siempre estaba cerca del lago. - Padre-dijo Catherine- tenemos que confesarte algo<. Hemos estado en la playa, lo lamentamos pero deseábamos más que nada en este mundo ver el mar de nuevo.Padre, ¿por qué no nos dejas ir al mar? -Hija ¿cómo has osado a desobedecerme?Tú eres la mayor, deberías haber parado a tu hermana…No quiero que volváis a pisar la playa.No volveremos a hablar de esto hasta que estéis casadas y no hay nada más que hablar.


Psaron los años y las dos hermanas estaban casadas con nobles.Un día Alice recordó lo que les dijo su padre hacía ya casi diez años.Ella tenía tres hijos varones: James, el mayor, amaba la playa, su madre lo llevaba todos los fines de semana.Iban todos en familia a pasar el día.Catherine se había ido a otra ciudad de modo que Alice tuvo que mandarle una carta. Querida Catherine: Espero que todo con el conde vaya bien; te envío esta carta para recordarte que debemos hablar con nuestro padre, ya que dijo que nos explicaría por qué no quería que fuésemos a la playa hasta que estuviésemos casadas; ahora estamos felizmente casadas y me gustaría saber el porqué.Pasa a visitarme cuando vengas a la ciudad. Un cordial saludo de tu querida hermana Alice. Pasaron meses y Alice no recibió ni una carta de su hermana, comenzó a preocuparse por ella y decidió que toda la familia iría a visitarla el próximo fin de semana. Cuando llegaron vieron que la ciudad donde vivía Catherine se había teñido de negro: sus habitantes vestían completamente de luto y en lo alto del ayuntamiento ondeaba una bandera negra en señal de luto.Llegaron a casa de Catherine y al llamar salió uno de sus sirvientes. Alice le preguntó por ella y descubrió que , junto al conde, habían fallecido enla playa donde habían crecido. Inmediatamente emprendieron el viaje de vuelta a la ciudad a pedirle explicaciones a su padre,él le dijo: -Esa era la razón por la que no quería que fuéseis al mar.Cuando érais pequeñas una mafia alemana se fijó en vosotras, me hicieron una oferta por las dos, obviamente la rechacé y juraron venganza; dijeron que la venganza se realizaría en la misma playa que tanto amabais. Ya se han llevado a tu hermana.Por favor, no vayas más a la playa, no puedo perderte a ti también…- dijo su padre entre lágrimas. Alice aceptó y decidieron que la mejor opción era mudarse de ciudad.


Su familia vivió feliz en otra ciudad.Y no volvieron a hablar jamás de su hermana ya que a Alice le traía tristes recuerdos. Laura Jiménez


CAMINANTE SOBRE UN MAR DE NUBES Un día un niño que se llamaba Marcos estaba en su casa; Marcos era un niño alto, delgado y vestía casi siempre de forma elegante y , sobre todo, le encantaban las aventuras. Aquel día, él decidió dar una vuelta, fue al parque, que era el lugar donde normalmente iba. Él se trajo un libro que llevaba leyendo bastante tiempo y se sentó en un banco.Dos niños le preguntaron si quería jugar con ellos.Él contestó que no.La verdad, Marcos no era de tener muchos amigos, siempre estaba estudiando o leyendo un libro.Cuando Marcos decidió irse, eran las nueve de la noche, antes e levantarse del banco descubrió una llave de plata, la cogió y fue corriendo a su casa. Allí, él descubrió que en la llave ponía unas palabras diminutas.Marcos cogió su lupa y vio lo que ponía: “Esta es la llave de la puerta de un mar de nubes”, por lo que, conmocionado fue rápido a preguntárselo a su padre, que era muy aventurero también. Le mostró la llave y su padre le dijo que pertenecía a una leyenda sobre una cueva perdida, que estaba a las afueras de la ciudad. También le dijo que no tenía importancia. Él tenía el entusiasmo de querer descubrirlo y a la mañana siguiente cogió su bici y fue dirección a la cueva perdida.Después de dos horas en bicilcleta, al final llegó. Entró en la cueva y descubrió que era muy pequeña, entonces empezó a buscar por todos sitios, estuvo una hora y media buscando pero nada.Marcos, furioso, por no


encontrar nada, le dio una patada muy fuerte a la pared, de la que salió muchísimo polvo.De repente, vio una parte de puerta, se puso a quitar el polvo de toda la pared y, efectivamente, allí estaba la puerta de la cueva perdida.Él, emocionado, se puso rápidamente a buscar la llave en su bolso.Puso la llave en la cerradura y se abrió muy lentamente; vio que eran unas escaleras muy largas y empezó a subirlas; después de diez minutos subiéndolas descubrió una cosa que nunca había visto: un lugar superbonito, estaba muy alto y se veían las nubes por encima del mar; a lo largo se veía una colina maravillosa, oía el sonido del mar, lo que le proporcionaba entusiasmo y relajación.Sabía que él era el primer caminante sobre un mar de nubes, también sabía que no tenía que decir nada sobre esto.Entonces Marcos vivió con el secreto y decidió que luego se lo contaría a sus hijos. Jorge Parra López


EL PAISAJE DE ARCADIA En este último año no se ha vendido casi ningún cuadro de los míos. La empresa que me patrocina me ha dado el plazo de tres semanas para crear una nueva obra que impacte al público, pero no se me ocurre qué puedo hacer. He dibujado algunos bocetos de paisajes de mi pueblo,pero no creo que esos puedan llegar a impactar. Ahora mismo estoy andando por un bosque a las afueras del pueblo y decido tumbarme a la sombra de un árbol para echarme una siesta. Cuando me desperté gracias al sonido e las ardillas jugando, ya era por la tarde y cuando me levanté, vi la puesta de sol más hermosa del mundo y pensé que sería buena idea pintarla, así que cogí todas mis pinturas y un lienzo y empecé. Cuando pasaron las tres semanas del plazo, ya tenía el cuadro de la puesta de sol terminado.Se lo llevé a la empresa y me dijeron que fue un éxito entre el público. María Isabel Ruiz.


Érase una vez una persona que tenía una bola redonda de cristal. Podía ver el futuro con esa bola.¡La bola era mágica! Muchas personas ricas querían comprarla pero él decía que no la vendía por nada en este mundo. Entonces,él se fue haciendo famoso poco a poco , salió hasta en el telediario. La gente al verlo entonces fue a su casa para conocer su futuro. Él no cobraba a esa gente pero se paró a pensar y decidió que ya que iba mucha gente podría cobrar un poco; decidió que la visita costaría dos euros.Poco a poco, se fue haciendo rico y uno de los más famosos del mundo. Y todo empezó hace ya cinco años en Talavera de la Reina. Era un domingo por la tarde y toda la familia salió a pasear y de repente , el hijo exclamó: -¡Papá¡ -¡Dime hijo!- respondió el padre -¿Qué es eso? -¡Corre, cógelo! Y así fue como se lo llevaron a casa. Cuando lo vieron más de cerca, se quedaron más que sorprendidos.El padre lo estuvo observando todos los días hasta que vio una casa dentro de esa bola de cristal y de tan sorprendido que estaba , tiró la bola al suelo y, porque había varios trapos sucios en el suelo, no se rompió. Entonces la cogió y observó que ya no estaba la casa, la dejó guardada y se fue a la cama a dormir; entonces le contó todo lo que había pasado a su mujer. Ella pensó que estaba loco y no le creyó. Al día siguiente, el marido no fue a trabajar a su trabajo y miró en su oficina en internet lo de la bola para saber más información sobre ella. Y allí encontró que la bola de cristal solo funcionaba con un gran mago de verdad y él, al leer eso se quedó muy sorprendido. Y así es como empezó todo… Daniel collado


ALMUERZO EN EL RASCACIELOS Soy Tom Smith, nací en Gambia ( África) en el año 1900.Llegué a Estados Unidos en 1918 cuando solo tenía 18 años. Mi vida en Estados Unidos ha sido muy difícil, he pasado por muchos trabajos pero en ninguno he tenido un sueldo adecuado para vivir y no siempre me han tratado bien. A principios de 1932 encontré trabajo en la construcción del edificio RCA en el Rockefeller Center de Nueva York. Era un edificio de muchas plantas en el que faltaba poco para terminar. La mayoría de mis compañeros eran indios; me impresionó mucho lo que la gente arriesgaba por su trabajo pues no había ninguna medida de seguridad. Trabajábamos más de doce horas diarias, los siete días de la semana; el sueldo que nos pagaban era muy bajo y no nos permitía comprar todo lo que necesitábamos para vivir. El día 20 de septiembre de 1932 un famoso fotógrafo llamado Charles Ebbets, que trabajaba para un periódico de Nueva York, quiso denunciar las condiciones tan malas en las que estábamos trabajando.Nos hizo varias fotos mientras trabajábamos y en diferentes sitios. En una de ellas, nos hizo sentarnos en una viga a unos doscientos cincuenta metros de altura mientras estábamos almorzando.El 2 de octubre de 1932 apareció esta foto en el famoso periódico New York Herald Tribune:

La fotografía sirvió para dos cosas: Publicitar el nuevo edificio y para denunciar las pésimas condiciones laborales que se daban en aquella época

Fernando Lozano


CLASE DE BALLET Una bonita tarde de verano, las bailarinas de la academia de ballet se había reunido para ensayar un caile.Cuando llegaron todas, pasaron al vestuario y se cambiaron.Después de cambiarse, fueron a la sala y empezaron a calentar hasta que llegó el maestro.Cuando pasaron quince minutos y el maestro llegó, les explicó lo que iban a hacer, la música que utilizarían, el tipo de baile que iban a realizar,…Después de explicárselo, todas se pusieron en sus posiciones y empezaron a bailar. El baile no iba muy bien ya que ellas no iban al mismo ritmo ni al de la música. El maestro después de explicárselo varias veces,y que ellas siguieran sin hacerlo bien, se empezó a agobiar hasta el punto que suspendió la clase y decidió recuperarla el día siguiente. Las bailarinas se fueron al vestuario y se cambiaron para irse.Al día siguiente ellas fueron otra vez a la academia, cuando entraron a la sala, el maestro estaba un poco raro y ellas les preguntaronque qué le ocurría pero él les dijo que nada, que se pusieran a calentar y estirar que hoy iba a ser una clase dura.Después de calentar, se pusieron en sus posiciones.Antes de que se pusieran a bailar, el maestro llamó a una alumna y fueron al despacho.Cuando llegaron los dos entraron y el maestro le dio que se sentara. A los pocos minutos de estar hablando,él se acercó a ella y le dijo que se desnudara pero ella no quiso; tras unos forcejeos, sacó un cuchillo de su cajón y la mató. Nada más hacer esto, se fue corriendo a la academia.Las bailarinas, al ver que el maestro no regresaba, decidieron ir a su despacho, abrieron la puerta y se encontraron a la alumna en el suelo llena de sangre; llamaron corriendo a la policía y a la ambulancia. Ellos tardaron unos minutos en llegar y, mientras a otra alumna le dio un ataque de ansiedad. Cuando por fin llegaron los equipos de emergencia,unos se


quedaron atendiendo a la bailarina con el ataque de ansiedad , otros intentaron reanimar a la fallecida mientras que los policías se quedaron interrogando a las bailarinas .Después de eso se llevaron a la alumna al hospital para que se tranquilizase y darle los cuidados necesarios y a la alumna fallecida se la llevaron para hacerle la autopsia. Los policías y las alumnas fueron a casa del maestro pero él no se encontraba allí, los policías llamaron a sus compañeros para que fueran a buscar al agresor. A las pocas horas lo encontraron en un bosque escondido y se lo llevaron a la comisaría para interrogarle. Los policías dijeron a las bailarinas que no se preocupasen, que se fueran a sus casas para tranquilizarse. Al día siguiente, le dieron de alta a la bailarina del ataque de nervios y al agresor lo metieron a la cárcel. Pasados dos días fue el entierro de la otra bailarina y todas sus compañeras acudieron. Después de una semana, la academia de baile se volvió a abrir con un nuevo profesor que era muy simpático y amable.El nuevo maestro les explicó cómo le gustaba dar clase y les dijo que cuando no les saliese algo que no se pusieran nerviosas, que todo llevaba su tiempo y que, tarde o temprano, lo iban a acabar haciendo. Ellas, muy contentas, se pusieron en sus posiciones y empezaron a bailar algo que no habían hecho nunca pero que les gustaba mucho y les estaba saliendo muy bien. José Manuel Lozano


LA RENDICIÓN DE BREDA

En el año 1625 una familia que vivía en el campo estaba observando el paisaje. Los niños y una mujer llamada María miraban el hermoso cuadro que estaba pintando Diego Velázquez, era un precioso paisaje. Al acabar todos juntos fueron a su casa, satisfechos por el gran trabajo, el cuadro que Diego había pintado. Al llegar a su casa, Diego llamo a María para informarle de que le habían comunicado que tenía que estar en la plaza del pueblo con todos los ciudadanos mayores de edad, en el que elegían a diez hombres para ir a la guerra. A María no le gustaba nada ese tema, porque ella tenía malos recuerdos de su niñez, Diego le decía que ha él no le iban a destinar a la guerra, Diego y María no le comunicaron nada a los niños por no preocuparlos hasta no estar seguros. A la mañana siguiente tras una noche sin poder dormir llego la hora de hacer presencia a la citación, para saber al fin si era el uno de los elegidos, su mujer le deseo suerte y decidió acompañarlo, a los niños los dejaron en casa de la tía Claudia para que no sospecharan nada, los niños obedecieron sin rechistar ya que allí podían jugar con sus primos. Diego y María llegaron a la plaza donde había muchísima gente asustada, llorando y muy seria, Diego se tenía que registrar en el listado para saber de su asistencia, ellos se


colocaron separados, Diego junto a los hombres y María junto con las mujeres y familiares. Al poco tiempo un guardia civil muy serio mandó a callar a todos los ciudadanos porque iba a comunicar los elegidos, pero primero comunicó si había algún voluntario pero nadie respondió. Empezó a decir el listado y el último nombre fue el Diego Velázquez, el se quedo asombrado su mujer al verlo se puso a llorar no podían hacer nada y se fueron a casa a preparar todo lo necesario para marchar y comunicárselo a sus hijos… El día llego, María y sus hijos se despidieron de él, pronto nos veremos. Cuando los diez hombres llegaron al lugar se encontraron con dos grupos de hombres que les iban a entrenar y prepararlos para la guerra. Pasaron unos días y Diego se hizo varios amigos pero en especial con uno llamado Juan, ellos se contaban recuerdos Diego le contaba cuando iba con su familia a pasear y el pintaba cuadros de los maravillosos paisajes. El no dejo su afición a la pintura y mientras se preparaba para la guerra dejo plasmado una imagen que nunca olvidaría en un cuadro.Diego Velázquez y su amigo Juan gallego están muy nerviosos porque iban a combatir contra los holandeses. La guerra cada vez era más dura y donde veías morir a gente días tras día ellos cada vez se alegraban de pasar otro día con vida y volver pronto a su casa. Diego mando enviar el cuadro a su mujer por si no salía vivo de aquel lugar tan miserable. Un hombre muy corpulento disparo a Juan, por suerte fue en la pierna pero no dudo ni un instante en ayudar a su gran amigo y que no lo abandonaría entonces se refugiaron en unos arbustos hasta poder regresar. Juan tras una larga noche de dolor se despidió de Diego y le prometió que todo saldría bien y encontraría un botiquín de medicinas. Después de un duro día de lucha Diego consiguió entrar campamento Holandés para conseguir alguna medicina tras varios intentos logro entrar en una sala de curas donde pudo coger varias cosas. Juan pensaba lo peor por la tardanza de Diego, hasta que lo vio aparecer, se alegraron al verse y donde rieron un instante. Después de varios días Juan se incorpora a la guerra para que acabase cuanto antes ese sufrimiento. Mientras tanto María estaba en el campo con su rutina pero no dejaba de pensar en Diego en como estaría y en su regreso en esos instante tocaron la puerta y le entregaron un gran paquete, ella sin pensárselo lo abrió pensando en el, al abrirlo vio un gran cuadro pintado por su Velázquez, ella emocionada pero al mismo tiempo decepcionada, triste de no volver a estar con


Diego, no quería pensar en lo peor pero aun así era la realidad. Tras varios días después María decide salir al pueblo donde oye mucho alboroto, risas y dando gritos de que la guerra Holandesa había acabado. Pasaron los días y Diego no volvía hasta que un día… observando un sol radiante, a lo largo no sabía si era obsesión o era la vuelta de Diego Velázquez, pero si, era el diego había vuelto. Pasaron días, noches y no podía olvidar aquellas imágenes pero también recordaba a su gran grupo de amigos y a Juan al que no olvidara nunca de esos momentos inolvidables donde Diego observaba las miradas de sus hijos que reflejaban emociones. Laura Portillo Belmar


TARDE DE DOMINGO ENLA ISLA GRANDE JATTE

Una tarde de domingo, George Pierre Seurat se fue con sus dos hijos, su mujer y su perro a la isla francesa Grande Jatte.Fueron a disfrutar de la tarde pero una inesperada tormenta aguó la tarde a la familia y el resto de familias que había allí.De repente, una hora después, salió el sol y los hijos de George y el mismo, jugaron al fútbol, navegaron en barca y , más tarde, cenaron tranquilamente en casa. Entonces quiso plasmar aquel recuerdo inolvidable de ese día con su familia en un cuadro aunque pensó que sería más bonito ambientarlo en una época anterior; cuando George murió , un amigo suyo que vio el cuadro en su casa, decidió llevarlo al museo donde trabajaba para honrar su recuerdo.Así, hoy en día, es uno de los cuadros más famosos del mundo. Gerardo Ruíz Lozano


CHOP SUEY Todo comenzó esa tarde fría de otoño, cuando ella pasó por mi lado, no sabía por qué ni cómo pero le vi cierto parecido a mí.La vi en el paseo del parque y al día siguiente volví a ese parque en busca de esa chica.No la encontré, la buscaba pero nada, ella seguía sin aparecer, entonces me acerqué en banco en el que se encontraba un papel medio doblado, medio estrujado. Lo abrí y ponía: “Si quieres saber más de mí, mañana te esperaré en este mismo banco y después iremos a una cafetería de aquí cerca, tenemos que hablar…” Miles de preguntas rondaban mi cabeza, ¿qué me tendrá que decir?pensé.Llegué a casa, allí me esperaban mi pequeño pero peludo gato Bigotes y mi gran amigo Kai, que siempre me escuchaban.Les conté todo lo que había pasado y él me dijo que venían del futuro, del pasado, en fin, un sinfín de tonterías con las que me reí mucho. Aquello me ayudó a distanciarme de ese tema. Se acercaba la noche y yo seguía pensando en el encuentro mientras en la tele se oían las noticias. Cenamos un bocadillo de lomo con tomate y lechuga y volvimos al salón.Me senté en el sofá pero un maullido hizo asustarme, le pillé la cola con mis robustos pies. Después me acomodé y empecé a pensar en todo lo que vi sobre aquella señora, su ropa, sus ojos al cruzar su mirada felina con los míos,…Un montón de detalles que no me habían servido para nada.Pero me di cuenta de que aquella señora llevaba un sombrero distinto al mío.Esa noche se me hizo imposible dormir. Hasta que Bigotitos dio un maullido suave y adormecedor que me hizo estar segura. Fue ahí cuando empecé a dormir. A la mañana siguiente, me levanté y pensé qué iba a desayunar, busqué en la estantería y cogí unas galletas de chocolate y del frigorífico cogí la leche.Cuando me disponía a morder la primera galleta, me di cuenta de que en la nota no ponía ninguna hora; busqué la nota para comprobarlo. Así que, me acabé las galletas, y de un trago me bebí la leche, no había tiempo que perder. Me vestí y bajé rápidamente al banco para que no se me adelantase ninguna señora y se fuese, me di cuenta de que eran las ocho de la mañana y hacía un frío espeluznante, estuve escribiendo un pequeño cuento de un policía. También estuve dibujando. Todo esto lo hice para estar entretenida mientras llegaba la señora y para distraerme de ese frío, en torno a las once y cuarto apareció aquella mujer misteriosa. Y, al verme, se sentó en el banco. Sus primeras palabras fueron:” Vamos a la cafetería; hace un frío impresionante”


Nos levantamos y fuimos a la cafetería, las dos pedimos un café con leche y empezamos a charlar sobre el mal tiempo,no sabía cómo decirle que me dijese ya de una maldita vez esa cosa que me tenía de los nervios, hasta que, por fin, dijo: “Te preguntarás por qué te he citado aquí y qué es lo que quiero decirte,¿no es así?” Entonces me contó que era una amiga de hace muchos años, su mejor amiga. Y me dijo que si no sabía por qué llevábamos la misma ropa ese día. Le dije que no.Me explicó que nosotras dos éramos hermanas; me sorprendí; y le pregunté que por qué yo no recordaba aquello. Me dijo que porque a mí me habían borrado la memoria y tienes fallos de memoria. Se te olvidan las cosas; me quedé alucinando. Y saqué la nota del bolsillo de la chaqueta y me di cuenta de que sí ponía la hora. Y también me contó que amigo no se llamaba Kai, era Luis. Al final, volvimos a hacernos amigas y cuando yo volvía a olvidar algo, ella me lo recordaba. Javier Portillo Merino


HOPELESS

Jamás pensé que esto fuera a acabar así, nunca me imaginé mi vida así y me arrepiento de muchas cosas…Un día cambió mi vida por completo.Tenía veintiún años, vivía en un pequeño pueblo y tuve que marchar a las afueras a trabajar; me mudé a América del Sur a encontrar trabajo, y allí la crisis influía aún más. Me quedé sin dinero, y no pude volver a mi país, así que un día un señor me ofreció un trabajo, que tenía que ver con la mafia, yo no sabía qué hacer porque era un trabajo ilegal,pero necesitaba el dinero… Seis meses después, conseguí más dinero del que imaginé, hasta que un día me arrestaron; jamás pensé que podría acabar así; estos seis meses me confié y no pensé en las consecuencias, ganaba mucho dinero y no pensé en nada más. Ahora me arrepiento mucho de lo sucedido pero ya no hay vuelta atrás.Debería haber estudiado una carrera y conseguir un trabajo normal…y, ahora, aquí estoy, en la cárcel, hasta dentro de veinte años.Tendría que haber pensado más en las consecuencias y haberme conformado con lo suficiente, y haber dedicado más tiempo a la carrera que quería estudiar…Ese es el camino por el que debería haber comenzado…Pero, ahora, ya no tengo esperanza. Ana Raquel Parra López


CARNAVAL En el momento en el que el autor hizo este cuadro de carnaval, era la época real, estaban de Carnaval en la ciudad.Un día, a este autor tan famoso se le ocurrió hacer un cuadro sobre esa fiesta y le preguntó a su familia.A todos les pareció una buena idea. Él comenzó a pintar pero tardaría mucho porque quería que le saliese perfecto; pasaban las semanas y él seguía con el cuadro hasta que un día cuando estaba a punto de terminar vino un familiar suyo y empezaron a hablar. - Te está quedando muy bien el cuadro. -Gracias, la verdad es que me ha costado mucho hacerlo pero, por suerte, ya estoy a punto de acabarlo. -Pero yo le pondría un último detalle. -Dime, ¿qué más le harías? - Yo dibujaría más personas y le daría unos colores más bonitos. - La verdad es que no es mala idea.Lo haré.¡Gracias! -Bueno, adiós, te dejo acabar el cuadro. -Adios, espero que quede bien gracias a tu idea. Después de unas cuantas semanas y de trabajar mucho por fin había acabado el cuadro, le había quedado perfecto, y a toda su familia, le gustó, pero antes de publicarlo, volvió a hablar con ese familiar que le había aconsejado, su hermano. -Ya está terminado,¿te gusta como ha quedado el


cuadro? -Sí, me encanta. Cuando su hermano se iba a marchar le dijo: - No te vayas aún, el cuadro ha quedado así gracias a ti y por eso quería agradecértelo. -No tienes por qué ha sido un placer. Después fue a exponer su cuadro; toda la gente se quedó asombrada al ver el cuadro tan bonito que había hecho.El cuadro estuvo expuesto durante mucho tiempo y cuando parecía que iba a ser retirado la gente pidió que no lo hiciesen.Y así fue. Por último, cuando el autor era muy viejo, le hicieron una entrevista sobre ese famoso ya cuadro.Una de las preguntas fue: -¿Cómo consiguió hacer un cuadro tan bonito? Él recordó que su hermano le había ayudado y respondió: - He tenido la ayuda de una persona muy importante en mi vida. Y añadió emocionado: -De mi hermano. ÓSCAR BONILLO


BESO EN TIMES SQUARE Era el día 17 de septiembre de 1921, en una pequeña casa de Buckeye (Arizona).Toda la familia Tuman estaba despierta, menos el pequeño Zacc que tenía su primer día de clase. Llegó bastante tarde y pasó a unas cuantas clases antes de llegar a la correcta, no era una buena sensación el primer día de clase, que siempre que pasara a un aula los crueles niños le señalaran y se rieran de él.Ya, por fin, en la clase correcta se presentó y se sentó en la última mesa junto a la ventana. Tras de él había una fila de perchas que al cabo del tiempo se iba a ir llenando y a su derecha había una mesa vacía; era raro ya que las mesas estaban juntas para todos los alumnos. Cuando quedaban unos minutos para salir al recreo, sonaron cuatro suaves golpes en la puerta de entrada, con menos demedio segundo entre medias. La puerta se abrió lentamente y entró una niña de pelo castaño que llegaba por la mitad de la espalda, rizado y con unos reflejos en color oro. Unos expresivos ojos negros y un ennegrecido vestido que parecía haber sido pasado por generaciones de estampado asimétrico por las rodillas. El nombre le sentaba como anillo al dedo “Anne”.Tras su presentación, se sentó en la mesa vacía pero antes de que llegara a su sitio sonó el timbre. El largo pasillo que antes había recorrido Zacc, le llevó cuestión de segundos.El recreo era bastante grande: tenía una pista de fútbol que usaban los chicos de octavo, una pista de rayuela, unos columpios…En general, a excepción de un árbol que tenía una gran sombra, Zacc pensó que allí sería donde se tomaría su sándwich. Para él, era el mejor sitio donde estar ya que había una gran sombra, vistas al patio,pero no era el único que pensaba eso, Anne estaba al otro lado del árbol,, se giró al notar que detrás había alguien y Zacc también; Anne giró a la derecha y Zacc a la izquierda, fue un movimiento mutuo y sus narices se chocaron, echando sus cabezas atrás del dolor y giraron sus cabezas al otro lado y se volvieron a dar, se levantaron y Anne se puso delante suyo y se pidieron perdón. Los dos se lanzaron una mirada y sonó el timbre; a los dos el recreo se les pasó volando, aunque era muy breve. Entraron en clase y tocaba plástica y como no, hubo presentaciones, pero había que decir un sueño por cumplir de mayor y los niños eran unos cursis pero Anne no, a ellos les gustaba la aventura, algo que teníamos en común.Llegó de nuevo el recreo y Zacc se dio cuenta de que cada palabra que salía de la boca de Anne le


enamoraba. Al terminar las clases Zacc acompañó a Anne , aunque tuvo que dar más vueltas pero les daba igual. Llegaron, se miraron y sus labios empezaron a juntarse hasta que se abrió la puerta y apareció la madre de Anne, Kate, en un instante todo cambió, de estar a unos centímetros. A más de un metro.Zacc se presentó amablemente, le besó la mano y se fue. Al día siguiente, Zacc se levantó antes de lo normal, cogió su bici y se fue a por flores, cogió un ramo de girasoles, ya que el centro le recordaba los ojos negros de Anne.Se duchó, se peinó y fue a por anne.Abrió la puerta y Zacc puso su mejor sonrisa y salió Anne;iba como ayer pero para él llevase lo que llevase estaba guapa y se fueron al colegio.Y el proceso igual que el de ayer, clase, clase y recreo que era lo mejor para ellos.Zacc apoyó su espalda en el árbol y Anne delante de él. Hoy llevaba el pelo recogido en una trenza y Zacc usó los preciosos girasoles para enredar el tallo entre la trenza. Todos los niños le tenían mucha envidia.Y volvió a sonar el timbre…Sonó el timbre final y Zacc acompaño de nuevo a Anne a su casa y llegó el mismo momento del día anterior, sus labios empezaron a juntarse hasta tocarse y volvió a salir Kate pero, aunque solo fueron cinco minutos, a Zacc le gustó.Las estaciones pasaron…y las ohojas de los árboles cambiaron pero Anne y Zacc seguían allí hasta que llegó el día que Anne no quería que llegase. Fue el 26 de Mayo de 1931, Zacc, como de costumbre, fue a por sus girasoles y llegó al colegio, se sentó donde siempre y esperó a que viniese Anne, pero no vino sola, sus padres estaban con ella: -Mi padre tiene una visión en Nueva York y nos vamos con él. A Zacc se le cayó el ramo de la impresión. Pasaron las clases y en ninguno de los recreos Zacc fue al árbol, asi que Anne lo buscó en su casa y en una cueva donde él iba cuando se sintió mal y dijo Anne: -Siento mucho no habértelo dicho antes, pero no quería que sufrieses. -y ¿qué pensabas?¿Qué me iba a dar igual?Aún recuerdo el día que nos conocimos y de eso han pasado diez años. -Pero ¿qué querías?¿que me fuese así, sin más?He intentado que fuéramos felices el tiempo que nos quedaba juntos.Espero que vengas mañana a mi despedida.


Pero Zacc no fue. Años más tarde, Zacc se alistó en la marina, necesitaba desconectar de Buckeya ya que nunca había salido de allí; pero no sabía que tendría que luchar en Japón en la IIGuerra Mundial durante cuatro años. Y llegó el 14 de Agosto de 1945.Zacc fue Times Square por la victoria sobre Japón; cuando estaban cantando el himno vio a una mujer con el pelo rizado, con una trenza que llevaba girasoles enredados y se dio cuenta de que era Anne, asi que Zacc corrió a ella y la besó.

MARÍA PEDRAZA


EL MAYODORMO CANTANTE Era una noche fría y oscura, más de lo normal.Eran las doce menos diez. Un gran silencio inundaba toda la casa.Lo único que sonaba eran las agujas del reloj moviéndose continuamente.La casa estaba tranquila y todos en ella dormían, menos una persona. Doce campanadas sonaron, una detrás de la otra, y , al sonar la última, sun canto se oyó a lo lejos. Como habitualmente a medianoche, Jack, el mayordomo, cantaba una triste canción.La última frase sonó, y el silencio se volvió a apoderar de la enorme casa.La noche pasó lentamente y cuando comenzó a salir el sol, todos en la casa despertaron. Era una mañana cualquiera.Ian , el dueño de la casa, bajaba las escaleras para dirigirse a la cocina. Anne, la criada de la casa y la mujer de Jack, limpiaba y organizaba toda la casa. -Buenos días Jack, buenos días Anne, dijo amablemente Ian. -Buenos días señor Ian, dijeron a la vez Jack y Anne. Ian siguió hacia adelante en dirección a la cocina.Desayunó, dio una vuielta por el jardín y se dirigió hacia su pintura. Durante unos minutos encendió la televisión.Vio que en la ciudad había unos terribles asesinos que ya habían sido responsables de diecisiete muertes. Ahí fue donde empezó todo… Llegó la tarde e Ian seguía todavía encerrado en su estudio.Allí pasaba día y noche, con su única distracción, la pintura.Pasaron los días, Anne se dedicaba a limpiar hasta el último rincón de la casa, Jack servía a Ian en cada una de sus necesidades e Ian pintaba cuadros y más cuadros, apenas salía a la calle. Llegó el domingo, el cielo estaba totalmente negro, y las tremendas lluvias inundaban las largas calles de Brighton.Toda la casa estaba sospechosamente tranquila.Era un día demasiado extraño.La noche llegó, todo el mundo estaba en su habitación.Era muy tarde, Ian se envolvía entre sus sábanas intentando dormir.


Doce campanadas anunciaban la medianoche, pero estas sonaron espantosamente fuertes. Tras las campanadas, la casa se quedó en silencio.Nada se escuchó. Era demasiado extraño, esta noche el mayordomo no cantó como de costumbre.La noche pasaba y a las dos y media de la madrugada las agujas del reloj se pararon. De repente, se oyó un fuerte grito en la casa.Ian y Jack se despertaron, bajaron las escaleras y encontraron a la criada en el suelo, con un cuchillo, muerta. Se hizo de día, Jack e Ian acudían al cementerio. Aunque era un día soleado, había una gran tristeza en su corazón. La misa fue breve.Al terminar, Jack se dirigió a la casa, mientras que Ian se quedó dando un largo paseo. -¿Bonito día, verdad?-dijo una simpática mujer morena. -Bueno…-contestó Ian -Me llamo Elisabeth, ¿y usted?-dijo la mujer. -Soy Ian. -¿Quiere tomar algo?- preguntó Elisabeth. -De acuero, respondió Ian. Los dos dieron un largo paseo por el parque.El tiempo se pasó rápido, hasta que se hizo de noche.Cada uno volvió a su casa. Al día siguiente, Ian se volvió a encontrar con Elisabeth, pasaron todo el día juntos. Los meses pasaban e Ian y Elisabeth cada vez estaban más y más juntos… Aún el gran amor que Ian sentía por Elisabeth, también estaba muy dolido por la pérdida de Anne, ya que llevaba con él desde que era tanb solo un niño.Ian le contó a Elisabeth todo lo sucedido por la muerte de Anne y decidieron investigar quién había sido el asesino de este horrible crimen. Investigaron durante más de dos años, fueron a bibliotecas, a comisarías e incluso viajaron a otros países pero no encontraron ni una sola pista del asesinato.


Jack no lo estaba pasando nada bien desde la muerte de su mujer, ya no era el mismo de antes… Era un sábado, 12 de Mayo, Ian y elisabeth iban a acudir a una cena de gala muy importante; ya estaban preparados, Ian iba a salir a recoger a Elisabeth. -Te dejo al cargo de la casa-dijo Ian. -De acuerdo-asintió Jack. Ian se marchó. Fue el momento idóneo para Jack, no podía seguir viviendo sin Anne… Llegaron a la fiesta.<una agradable música sonaba y todos los asistentes estaban bailando.Elisabeth e Ian se pusieron a bailar, ella con su vestido rojo intenso y él con su elegante traje negro. No era un día muy bueno, el cielo estaba cubierto de nubes y llovía.La fiesta se celebró en la playa; aunque era un sitio poco apropiado donde bailar, ellos lo hicieron como si estuvieran en un salón de baile.Lo estaban pasando genial, pero de repente un teléfono sonó: -¿Dígame?-exclamó Ian. -Hola, buenas noches, tenemos una triste noticia, Jack Vetriano, su mayordomo, ha sido encontrado muerto en su casa, se trata de un suicidio. Ian no podía creer lo que estaban pasando.De inmediato se fue a casa.Al llegar, toda la casa estaba rodeada de policías, Ian corrió a su estudio.Al entrar, miró hacia la mesa y había un papel.Lo abrió, era la canción que solía cantar Jack todas las noches.Ian se lo metió en el bolsillo con intención de no sacarlo jamás. Se quedó en el estudio durante toda la noche. El día de después, ya no había policías ni gente, ni ninguna otra cosa.Todo estaba como de costumbre, menos por el hecho de que Jack y Anne, que habían estado con él desde que era un niño, ya no estaban.Ian np quería quedarse de brazos cruzados y se dirigió a su estudio de pintura. Una vez allí, cogió el lienzo más grande que encontró y comenzó a pintar.


Decidió hacer un cuadro en su memoria. En ese estudio pasaba día y noche, sin dormir ni comer.Hasta que lo acabó.El cuadro mostraba a Ian y a Elisabeth bailando bajo la lluvia en la playa, y , a su lado, a los difuntos espíritus de Jack y de Anne a su lado sosteniendo unos paraguas para que ellos no se mojasen. A cambio de todo ese trabajo que ellos habían hecho por Ian, él decidió hacerles un cuadro en su memoria.Al terminar este cuadro, Ian firmó como Jack Vetrianno, su mayordomo. Colgó el cuadro en todo el centro de la casa, para poder observarlo siempre y recordarlos. Ian cada noche recordaba la canción que Jack cantaba.Detrás del cuadro, colgó un papel con toda esta historia. Años después, cuando Ian ya había muerto, expusieron este cuadro en un museo y, hoy en día, vale más de un millón de euros. PATRICIA ORTEGA PARRA



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