Guía para padres de niños con trastorno de déficit de atención e hiperactividad tdah

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GUÍA PARA PADRES DE NIÑOS CON TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD TDAH Manual de Normas, estructura y rutina en un hogar de una persona con TDAH

Elaborado por: Psic. Cl. Christian Arias Toscano

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ÍNDICE

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Presentación

La infancia es la época en la que los niños y niñas tienen que estar en la escuela y en los lugares de recreo, crecer fuertes y seguros de sí mismos y recibir el amor y el estímulo de sus familias y de una comunidad amplia de adultos. Es una época valiosa en la que los niños y las niñas deben vivir sin miedo, seguros frente a la violencia,

protegidos contra los

malos tratos

y la

explotación. Como tal, la infancia significa mucho más que el tiempo que transcurre entre el nacimiento y la edad adulta. Se refiere al estado y la condición de la vida de un niño, a la calidad de esos años. (UNICEF)

Es necesario partir de la idea clave, “la infancia es un momento crucial de la vida”, puesto que se empiezan a dar todas las configuraciones que orientarán y dirigirán la vida de esa persona, su conducta, su carácter y todos los elementos que componen su personalidad. Cuando un niño presenta una sintomatología, un trastorno, es el momento de ayudarlo, de acompañar a tratar esas dificultades que le están impidiendo avanzar. La época en la que vivimos nos obliga a informarnos y estar actualizados, para poder mantenernos al día de las cosas que ocurren y así poder ayudar mejor a los niños y jóvenes del siglo XXI. La presente guía ha sido desarrollada con el fin de brindar algunos elementos, a padres de familia, sobre el Trastorno de déficit de atención e hiperactividad TDAH, analizando algunos aspectos que atañen a este trastorno pudiendo tener una visión amplia de su característica y tratamiento.

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Conceptos Claves en el TDAH

Aspectos Generales La primera aproximación a una definición sobre este trastorno fue realizada por G. Still, en 1902, estudiando a 43 niños que manifestaban fuertes dificultades para sostener su atención en el contexto donde se encontraban y autorregularse. Por ello, se les atribuía un problema de control conductual, por su marcada impulsividad en sus acciones. Posteriormente,

en

1914,

A.

Tredgold sostuvo que el TDAH podría ser causado por una especie de difusión cerebral. Es decir, en esta perspectiva se consideraba que el TDAH podría tener su origen en el sistema neurológico, motivo por el cual se veía afectada el área comportamental, apareciendo explosividad e hipercinesia. Aunque el cuadro se conoce desde siempre a lo largo de la historia de la humanidad, las bases científicas del conocimiento de sus peculiaridades 4


clínicas se establecieron a principios del siglo XX. Antes de llegar a la denominación “síndrome atención

actual

de e

déficit

de de

hiperactividad”,

casi unánimemente aceptado, recibió

diversos

nombres

científicos tales como “daño cerebral

mínimo”

y

“disfunción cerebral mínima”. Es necesario definir dos conceptos claves de este trastorno, siguiendo al pie de la letra su nombre Trastorno de déficit de atención e hiperactividad, valdría revisar dos términos: atención e hiperactividad. En cuanto a la atención se podría decir que es: 1. Aplicación voluntaria de la actividad mental o de los sentidos a un

determinado estímulo u objeto mental o sensible. 2. Acto que muestra que se está atento al bienestar o seguridad de una

persona o muestra respeto, cortesía o afecto hacia alguien. En el caso de los niños con este trastorno, de lo que se trata es de un déficit. Por ende, no logran responder a estos estímulos, no logran enfocarse a lo que ocurre y se les muestra, no atienden. Por su parte, la hiperactividad ha sido definida como “Trastorno de la conducta

caracterizado

por una

actividad

constante,

comportamientos

cambiantes y dificultad de atención, que se observa en personas con cuadros de ansiedad y niños.” El TDAH ha sido considerado como un cuadro que predominaba ampliamente en los varones respecto a las mujeres, pero esta teoría va perdiendo fuerza a medida que pasa el tiempo y actualmente se estima que su prevalencia es muy similar en ambos sexos, si bien parece que en los varones 5


puede predominar la hiperactividad y en las mujeres el déficit de atención. Asimismo se consideraba tradicionalmente que este trastorno era exclusivo de la infancia y adolescencia.

1968, DSM-II lo incluyó como reacción hipercinética en la infancia. 1980, el DSMIII utilizó el término trastorno de déficit de atención 2001 DSM-IVTR trastorno por déficit de atención con hiperactividad. El término «disfunción cerebral mínima» fue acuñado por Strauss y Lehtinen en 1947, aplicado a aquellos niños con trastornos de conducta en los que no se apreciaba sufi ciente evidencia científi ca de patología cerebral (Barkley,

2006)6

. Lauferr y Denhoff (1957)7

realizaron la

primera

denominación de síndrome hipercinético. El TDAH es un trastorno de inicio en la infancia que comprende un patrón persistente de conductas de desatención, hiperactividad e impulsividad. Se considera que el trastorno está presente cuando estas conductas tienen mayor frecuencia e intensidad de lo que es habitual según la edad y el desarrollo de la persona, y tales manifestaciones interfieren de forma significativa

en

escolar

laboral,

o

el

rendimiento y

en

sus

actividades cotidianas.

Las potenciales

repercusiones sobre

el

desarrollo

personal y familiar del niño hacen que sea uno de los trastornos más investigados en los últimos años.

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Dada la gran cantidad de bibliografía que existe sobre el tema, es necesario que los profesionales que trabajan en el campo de la pediatría, la neurología, la psicología y la psiquiatría infanto-juvenil puedan disponer de una guía práctica sobre la evaluación y el tratamiento del TDAH que reúna la mejor evidencia científica y que les sea de utilidad para seleccionar la mejor opción en el diagnóstico y el tratamiento de dicho trastorno.

Diagnóstico Adecuado El diagnóstico del TDAH es exclusivamente clínico, y debe estar sustentado en la presencia de los síntomas característicos del trastorno, respaldado por una clara repercusión funcional en los ámbitos personal, familiar, académico y/o social, y tras haber excluido otros trastornos o problemas

que

puedan

estar

justificando

la

sintomatología observada.

Existen dos sistemas de clasificación internacional: -

Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V-TR).

-

Sistema de Clasificación Internacional de los Trastornos Mentales (CIE-10).

El diagnóstico debe hacerse basándose en la información obtenida a través de la entrevista clínica del niño o del adolescente, y de los padres. Debe valorarse la información obtenida del ámbito escolar, y la exploración física del niño. Han de evaluarse también los antecedentes familiares (dadas las influencias genéticas del trastorno) y el funcionamiento familiar. Debe obtenerse información acerca del embarazo, parto y período perinatal, del

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desarrollo psicomotor, antecedentes patológicos e historia de salud mental del niño (especialmente tratamientos psiquiátricos previos).

A continuación se detalla la clasificación del TDAH según el DSM-5:

1. Inatención Seis (o más) de los siguientes síntomas se han mantenido durante al menos 6 meses en un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente las actividades sociales y académicas/laborales: NOTA: Los síntomas no son sólo una manifestación del comportamiento de oposición, desafío, hostilidad o fracaso para comprender las tareas o instrucciones. Para adolescentes mayores y adultos (a partir de 17 años de edad), se requiere un mínimo de 5 síntomas.

a. Con frecuencia falla en prestar la debida atención a los detalles o por descuido se cometen errores en las tareas escolares, en el trabajo o durante otras actividades (por ejemplo, se pasan por alto o se pierden detalles, el trabajo no se lleva a cabo con precisión). b. Con frecuencia tiene dificultades para mantener la atención en tareas o actividades recreativas (por ejemplo, tiene dificultad para mantener la atención en clases, conversaciones o lectura prolongada). c. escuchar

Con

frecuencia

cuando

se

parece le

no

habla

directamente (por ejemplo, parece tener la mente en otras cosas, incluso en ausencia

de

cualquier

distracción

aparente).

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d. Con frecuencia no sigue las instrucciones y no termina las tareas escolares, lo3s quehaceres o los deberes laborales (por ejemplo, inicia tareas pero se distrae rápidamente y se evade con facilidad). e. Con frecuencia tiene dificultad para organizar tareas y actividades (por ejemplo, dificultad para gestionar tareas secuenciales; dificultad para poner los materiales y pertenencias en orden; descuido y desorganización en el trabajo; mala gestión del tiempo; no cumple los plazos). f. Con frecuencia evita, le disgusta o se muestra poco entusiasta en iniciar tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (por ejemplo tareas escolares o quehaceres domésticos; en adolescentes mayores y adultos, preparación de informes, completar formularios, revisar artículos largos). g. Con frecuencia pierde cosas necesarias para tareas o actividades (por ejemplo, materiales escolares, lápices, libros, instrumentos, billetero, llaves, papeles de trabajo, gafas, móvil). h. Con frecuencia se distrae con facilidad por estímulos externos (para adolescentes mayores y adultos, puede incluir pensamientos no relacionados). i. Con frecuencia olvida las actividades cotidianas (por ejemplo, hacer las tareas, hacer las diligencias; en adolescentes mayores y adultos, devolver las llamadas, pagar las facturas, acudir a las citas).

2. Hiperactividad e Impulsividad

Seis (o más) de los siguientes síntomas se han mantenido durante al menos 6 meses en un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente las actividades sociales y académicas/laborales:2

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NOTA: Los síntomas no son sólo una manifestación del comportamiento de oposición, desafío, hostilidad o fracaso para comprender las tareas o instrucciones. Para adolescentes mayores y adultos (a partir de 17 años de edad), se requiere un mínimo de 5 síntomas.

a. Con frecuencia juguetea o golpea con las manos o los pies o se retuerce en el asiento. b. Con frecuencia se levanta en situaciones en que se espera que permanezca sentado (por ejemplo, se levanta en clase, en la oficina o en otro lugar de trabajo, en situaciones que requieren mantenerse en su lugar. c. Con frecuencia corretea o trepa en situaciones en las que no resulta apropiado. (Nota: En adolescentes o adultos, puede limitarse a estar inquieto.). d. Con frecuencia es incapaz de jugar o de ocuparse tranquilamente en actividades recreativas. e. Con frecuencia está “ocupado”, actuando como si “lo impulsara un motor” (por ejemplo, es incapaz de estar o se siente incómodo estando quieto durante un tiempo prolongado, como en restaurantes, reuniones; los otros pueden pensar que está intranquilo o que le resulta difícil seguirlos). f. Con frecuencia habla excesivamente. g.

Con

frecuencia

responde

inesperadamente o antes de que se haya concluido una pregunta (por ejemplo, termina las frases de otros; no respeta el turno de conversación). h. Con frecuencia le es difícil esperar su turno (por ejemplo, mientras espera una cola).

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i. Con frecuencia interrumpe o se inmiscuye con otros (por ejemplo, se mete en las conversaciones, juegos o actividades; puede empezar a utilizar las cosas de otras personas sin esperar o recibir permiso; en adolescentes y adultos, puede inmiscuirse o adelantarse a lo que hacen los otros).

B- Algunos síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos estaban presentes antes de los 12 años.

C- Varios síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos están presentes en dos o más contextos (por ejemplo, en casa, en el colegio o el trabajo; con los amigos o familiares; en otras actividades).

D- Existen pruebas claras de que los síntomas interfieren con el funcionamiento social, académico o laboral, o reducen la calidad de los mismos.

E- Los síntomas no se producen exclusivamente durante el curso de la esquizofrenia o de otro trastorno psicótico y no se explican mejor por otro trastorno mental (por ejemplo, trastorno del estado de ánimo, trastorno de ansiedad, trastorno disociativo, trastorno de la personalidad, intoxicación o abstinencia de sustancias).

En función de los resultados se podrán clasificar las siguientes presentaciones: Presentación combinada: Si se cumplen el Criterio A1 (inatención) y el Criterio A2 (hiperactividad-impulsividad) durante los últimos 6 meses. Presentación predominante con falta de atención: Si se cumple el Criterio A1 pero no se cumple el criterio A2 (hiperactividad-impulsividad) durante los últimos 6 meses. Presentación predominante hiperactiva/impulsiva: Si se cumple el Criterio A2 (hiperactividad-impulsividad) y no se cumple el Criterio A1 (inatención) durante los últimos 6 meses.

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A continuación se detalla la clasificación del CIE - 10

La CIE es la Clasificación Internacional de Enfermedades (en inglés, ICD: International Statistical Classification of Diseases and Related Health Problems) realizada por la Organización Mundial de la Salud. Actualmente se trabaja con la décima revisión, que se publicó en 1992, pero ya se está trabajando en una nueva versión, la CIE-11.

La OMS publica actualizaciones de carácter menor cada año, y actualizaciones más importantes cada tres años. En esta clasificación las enfermedades son agrupadas por categorías y reciben cada una un código. Una de las peculiaridades de la CIE-10 es que se refiere al TDAH como Trastorno Hipercinético.

Déficit de atención

1. Frecuente

incapacidad

para

prestar atención a los detalles junto a errores por descuido en las labores escolares y en otras actividades. 2. Frecuente

incapacidad

para

mantener la atención en las tareas o en el juego. 3. A menudo aparenta no escuchar lo que se le dice. 4. Imposibilidad persistente para cumplimentar las tareas escolares asignadas u otras misiones. 12


5. Disminución de la capacidad para organizar tareas y actividades. 6. A menudo evita o se siente marcadamente incómodo ante tareas como los deberes escolares, que requieren un esfuerzo mental mantenido. 7. A menudo pierde objetos necesarios para unas tareas o actividades, como material escolar, libros, etc. 8. Fácilmente se distrae ante estímulos externos. 9. Con frecuencia es olvidadizo en el curso de las actividades diarias.

Hiperactividad

1. Con frecuencia muestra inquietud con movimientos de manos o pies, o removiéndose en su asiento. 2. Abandona el asiento en el aula o en otras situaciones en las que se espera que permanezca sentado. 3. A menudo corretea o trepa en exceso en situaciones inapropiadas. 4. Inadecuadamente ruidoso en el juego o tiene dificultades para entretenerse tranquilamente en actividades lúdicas. 5. Persistentemente exhibe un patrón de actividad excesiva que no es modificable sustancialmente por los requerimientos del entorno social.

Impulsividad

1. Con frecuencia hace exclamaciones o responde antes de que se le hagan las preguntas completas. 2. A menudo es incapaz de guardar turno en las colas o en otras situaciones en grupo. 13


3. A menudo interrumpe o se entromete en los asuntos de otros. 4. Con frecuencia habla en exceso sin contenerse ante las situaciones sociales. La CIE-10 establece que para realizar el diagnóstico de TDAH, el paciente cumpla: - 6 de los síntomas descritos en el apartado “Déficit de Atención” - 3 de los síntomas descritos en el apartado “Hiperactividad” - 1 de los síntomas descritos en el apartado “Impulsividad”

Estos síntomas deben además estar presentes antes de los 7 años y darse en dos o más aspectos de la vida del niño (escolar, familiar, social), y afectar negativamente a su calidad de vida. Tampoco se considerará el diagnóstico de Trastorno Hipercinético si cumple los criterios de: trastorno generalizado del desarrollo, episodio depresivo o trastorno de ansiedad.

Comorbilidades del TDAH

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Procedimientos para el diagnóstico Abordaje y Equipo Multidisciplinario

La evaluación del TDAH debe incluir: 1.

El abordaje inicial realizado por el médico experto por el que los

padres opten. Los médicos idóneos en este abordaje son: neurólogo, pediatra, psiquiatra infantil. 2.

Un examen médico completo para evaluar la salud general del

niño y descartas problemas de tipo visual, auditivo, anemias o la falta de componentes vitales para su salud. (En caso de detectarse deficiencias en alguna de estas áreas, será necesario involucrar a los profesionales de dicha especialidad: oftalmólogo-optometrista, nutricionista). 3.

Una evaluación psicológica profesional para tener una idea clara

de la condición emocional del niño, incluyendo pruebas de capacidad intelectual y de desarrollo cognitivo. (El profesional idóneo en esta área es el psicólogo clínico, de preferencia con un abordaje teórico cognitivo conductual o formado en neuropsicología). 4.

Posterior a esta evaluación psicológica, será necesario analizar la

posibilidad de que el niño cuente con un especio psicoterapéutico sostenido y que acuda a sesiones de manera periódica. Esto puede ser realizado con el psicólogo de confianza y credibilidad de los padres, quien puede ser el mismo psicólogo que realizó la evaluación inicial. 15


5.

Una evaluación familiar. (Trabajo en conjunto familia-psicólogo

clínico). 6.

Una evaluación escolar que incluya la historia académica y de

comportamiento del niño en el aula. (Trabajo en conjunto psicólogo clínico-maestros. En algunos casos suele ser necesaria la intervención de psicopedagoga o psicóloga educativa).

Dependiendo el caso, suele ser necesario el apoyo de medicación para acompañar el tratamiento del niño. Esto se lo trabajará en conjunto psicólogomédico, con la respectiva comunicación y acuerdo con los padres.

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Los

científicos

descubierto

que

han

determinados

medicamentos son buenos para tratar los síntomas del ADHD. Estos medicamentos

ayudan

a

las

personas con ADHD a concentrarse y centrar su atención de mejor manera.

Los medicamentos que

contienen metilfenidato prolongada

metilfenidato de

(como liberación

Concerta

u

OROS,

Ritalin LA, Focalin XR o Metadate CD) afectan a las señales químicas del sistema nervioso central. Las investigaciones indican que estos medicamentos pueden ayudar a las personas con ADHD, debido a que aumentan el nivel de los neurotransmisores en el cerebro denominados dopamina y norepinefrina. Los neurotransmisores son sustancias químicas que ayudan a transmitir mensajes entre las células nerviosas del cerebro. Además de presentarse en forma de comprimidos, el metilfenidato también está disponible como un parche, denominado Daytrana, que puede colocarse directamente sobre la piel para permitir que el medicamento se absorba. Los médicos a veces recetan otros tipos de medicamentos para ayudar a las personas con ADHD. Las anfetaminas (como Adderall o sales mixtas de anfetamina, Adderall XR o sales mixtas de anfetamina XR, Vyvanse, Dextrostat y Dexedrine) tratan el ADHD de manera similar a los medicamentos con metilfenidato. Otros tipos de medicamentos que se recetan para el ADHD funcionan de manera diferente. No se clasifican como medicamentos estimulantes como los mencionados anteriormente. Entre estos medicamentos se incluyen la atomoxetina (Strattera), guanfacina de liberación prolongada (Intuniv), clonidina de

liberación

prolongada

(Kapvay)

antidepresivos (como Wellbutrin). 17

y

determinados

medicamentos


Los médicos trabajan estrechamente con los pacientes que tienen ADHD para determinar el medicamento que mejor tratará a cada persona, en función de sus síntomas, circunstancias y si la persona tiene algún otro problema de salud. Es habitual que un médico pruebe un par de medicamentos antes de encontrar el más adecuado.

Estrategias de Apoyo en la Escuela Procurar propiciar un ambiente adecuado para el aprendizaje: Siéntale en primera fila: Al estar más cerca de la pizarra y del profesor se distraerá menos y le será más fácil mantener la atención. Evita apartarle o aislarle en un rincón de la clase porque puede afectar negativamente a su autoestima y puede favorecer conflictos con sus compañeros. Evita ponerle en evidencia: Procura no hacer diferencias entre estudiantes con TDAH y sin él, puesto que esto podría causar rechazo por parte de los compañeros. Por supuesto, evita siempre usar el sarcasmo o la crítica. Utiliza materiales audiovisuales: El empleo de medios diferentes (vídeo, proyector, audio…) facilita que los alumnos en general, y especialmente los que tienen TDAH presten más atención. Puedes combinarlo con trabajos en grupo para incentivar el compañerismo. Control de la agenda: Este control debes realizarlo a diario, para asegurarte de que han apuntado todas las tareas, y también que han metido en su mochila todos los materiales necesarios para realizarlas. En el caso de adolescentes, hay que realizar este control de una forma más sutil, para no dañar su autoestima. Comprueba el rendimiento: Debes estar pendiente del comportamiento de los alumnos para detectar posibles muestras de frustración. Proporciona más

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explicaciones a estos alumnos para que comprendan el contenido de la lección y sean capaces de realizar las tareas y resolver los problemas. Facilita que corrijan sus propios errores: Explica en cada tarea cómo identificar y corregir los errores, y proporciona un tiempo razonable para que puedan revisar su trabajo. Recuérdales elementos especialmente complicados o excepciones que deben tener en cuenta. No limites el tiempo de los exámenes: Los exámenes con tiempo limitado pueden perjudicar notablemente a los niños con TDAH, debido a la presión del examen

y

del

tiempo,

es

posible

que

no

lo

puedan

completar

satisfactoriamente. Puede ser de gran ayuda que permitas que los niños con TDAH dispongan de más tiempo o puedes facilitar para ellos otro formato de evaluación, a través del cual les resulte más sencillo demostrar su conocimiento. Ordenar el pupitre: Reserva 5 minutos al día para que los alumnos organicen sus pupitres y mochilas, para que tengan los materiales necesarios a mano, y sea más fácil pasar de una asignatura a otra, evitando distracciones.

Los alumnos con TDAH aprenden con más facilidad cuando la lección está cuidadosamente estructurada debido a la dificultad que tienen para organizar antes de actuar. En muchas ocasiones pueden no recibir las instrucciones completas aunque lo parezca, por lo que te recomendamos poner en práctica lo siguiente: Adelanta la organización: Prepara a los alumnos para las lecciones y actividades que se van a llevar a cabo, explicando el orden en el que se va a desarrollar cada elemento a lo largo del día.2 Revisa lecciones anteriores: Revisa los contenidos de la lección que se vieron por última vez, haciendo hincapié en los temas que más dificultades causaron y respondiendo de nuevo a algunas de las preguntas que surgieron durante esa clase. Proporciona materiales de apoyo: Esto es realmente útil para apoyarles a la hora de realizar deberes y también para que puedan profundizar en lo que se ha estudiado. 19


Simplifica las instrucciones: Cuanto más sencillas y cortas sean las instrucciones y las tareas que se le den a los niños con TDAH más probabilidades hay de que completen lo que se les ha pedido y hagan una gestión efectiva del tiempo.4 Avisar sobre las novedades: Si hay cualquier cambio en el horario de clases o alguna variación en la rutina debes

resaltarlo

varias

veces

y

asegurarte de que se han enterado. Horarios visibles: Habilitar en el aula un espacio para colocar el horario semanal y permitir que lo consulten siempre que sea necesario. Listado de errores frecuentes: Entrégale al alumno con TDAH un folio donde por asignatura anotéis los errores que suele cometer, para que a la hora de hacer deberes, por ejemplo, pueda revisarlos y no los cometa de nuevo. Listado de materiales para hacer los deberes: Esto le ayudará a organizarse y le facilitará el poder revisar que tiene las cosas necesarias para realizar todas las tareas. Cuadernos de colores: Organiza con el alumno con TDAH el material de cada asignatura a principio de curso. Establece un cuaderno para cada asignatura o una pegatina de color en cada cuaderno, que le ayude a organizarse mejor. Fechas de entrega y exámenes: Es muy útil reservar siempre un mismo espacio en la pizarra para anotar las fechas de entrega de tareas o de exámenes, dando tiempo para que ellos lo anoten también.

Estrategias de Apoyo en el Área Social Los programas de entrenamiento en habilidades sociales para niños tienen como objetivos principales, el de aumentar el comportamiento social apropiado y disminuir aquellas conductas sociales inapropiadas con su contexto, extrapolando los aprendizajes a diferentes situaciones reales de la

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vida del niño/a lo aprendido en clase y por tanto, mejorar la calidad de vida del niño/a. Esto se consigue a través del trabajo en los siguientes aspectos: 1) Conocer e identificar: - Las normas y comportamientos sociales adecuados y correctos a cada contexto. - Las diferentes esferas de la interacción social. - El proceso de socialización y sus partes. - Las diferentes técnicas de interacción social. 2) Descubrir: - Las relaciones de causalidad entre el comportamiento social y sus consecuencias en el entorno. - Las aptitudes y habilidades sociales propias y en los demás. 3) Desarrollar: - Entrenamiento asertivo: Conocer los derechos asertivos y respetarlos. - Funcionamiento empático: solidaridad social. - Manejo asertivo de los conflictos. 4) Entrenar: - Entrenamiento afectivo: mejora de la expresión emocional. - Asertividad - En el uso de las técnicas mediante prácticas de rol-playing. 5) Mejorar: - La expresividad (verbal y no verbal) y la comunicación social. - La comunicación en los diferentes entornos: social, escolar y familiar. Además se trabajaran las siguientes habilidades para su adquisición: •

Habilidades sociales básicas: Sonreír

y

reír,

presentaciones,

saludar, favores,

cortesía y amabilidad, dar las gracias, •

Hacer amigos: Reforzar a los otros,

iniciaciones

sociales, 21


unirse al juego con otros, ayudar a los demás, cooperar, compartir, pedir disculpas, responder a las bromas, negociar y convencer a los demás. •

Conversaciones: iniciar, mantener y terminar conversaciones, unirse a la conversación de los otros y establecer conversaciones en grupo, formular preguntas,

Expresar

sentimientos, emociones y

opiniones:

autoafirmaciones

positivas, expresar y recibir emociones y defender los propios derechos y opiniones. •

Optimizar la relación con los adultos: cortesía, refuerzo, conversar, realizar peticiones, pedir ayuda, aprender a negociar y solucionar problemas con adultos,

Estrategias de Apoyo en Casa Cuando contamos en la familia con un niño con TDAH, la convivencia puede tornarse aun más ardua, ya que las manifestaciones del trastorno pueden influir de manera muy negativa tanto en el afectado como en el núcleo familiar. Por ello es imprescindible que los padres aprendan acerca del trastorno y acerca de las formas adecuadas de gestionarlo, para poder ser capaces de crear

en

el

hogar

un

clima

favorable

donde

reinen

la

armonía,

la comunicación y la empatía, haciéndolo beneficioso para todos los miembros. Convivir con el TDAH puede resultar complicado. El TDAH y la forma en la que se manifiesta pueden tener un impacto negativo significativo en la vida del paciente y también en la de su familia. Es frecuente que se genere un mayor nivel de estrés en el ambiente familiar entre padres e hijos e incluso entre hermanos. Comprender mejor cómo afecta el TDAH y aprender a gestionar su impacto en el hogar, ayudarán a crear un ambiente de convivencia más sano, agradable y beneficioso para todos. El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo que influye en el desarrollo de la vida del niño, del adolescente y del posterior adulto. Por ello, es necesario aprender a convivir con el trastorno, a atenuar la sintomatología que presenta el niño para que no lo condicionen y presente consecuencias negativas derivadas de ella. Pero no 22


hay que curarse porque no es una enfermedad. Hay que superarlo y convivir con el trastorno de la mejor manera posible.

EL

TDAH es uno de los trastornos que más repercusión causa en las familias y a su vez, el funcionamiento que tengan las familias va a influir notablemente en la evolución y en el desarrollo de los afectados. Una de las causas por las que más aumenta este impacto es por la falta de información y formación de los padres, la falta de recursos adecuados para poner en juego con sus hijos, presentar dificultades en habilidades personales, no contar con a suficiente implicación escolar, etc. Por todo ello es necesario que los padres aprendan recursos para regular las emociones que van a experimentar (ira, frustración, ansiedad, desesperanza, rabia, miedo, cansancio, etc) porque inevitablemente, en el transcurso de la aceptación y posteriormente, de la intervención, vana aparecer, y deben estar preparados para ello.

Normas, Rutinas y Estructuras dentro del hogar de un niño con TDAH ¿Qué les pasa a los niños con TDAH? - No escuchan, no se fijan. - Se les olvida, no retienen, o pierden la información sobre lo que tiene que hacer. - No interiorizan las normas. - Saben hacer muchas cosas pero no son capaces de llevarlas a término. Hay 23


que estar encima de ellos para conseguirlo. - El ambiente, el contexto, la situación no les sirve para controlarse, no les llega la información sobre qué es lo adecuado, qué debe hacer o que se espera de él en ese momento. - Dicen lo primero que se les ocurre, hacen lo primero que piensan. - Todos los estímulos les entretienen, no saben poner un filtro para atender solo al pertinente y al adecuado a la situación. - No son capaces de atender mucho tiempo a una sola tarea que les suponga esfuerzo mental. - No aprenden por las consecuencias. - No anticipan lo que va a pasar. No evalúan las consecuencias de sus acciones. - Desconocen que pueden recordar el pasado para saber cómo actuar. - El castigo no les sirve para aprender a comportarse bien. - No tienen un tiempo de espera, un tiempo de reflexión antes de actuar. - Cuando más necesario es que estén quietos, más inquietud les entra. - No tienen conciencia del tiempo, ni regulan el mismo: o van muy rápido en tareas que se requiere ir despacio, o van muy despacio en tareas en las que se puede ir rápido. Si todo esto les ocurre en cualquier tipo de tareas: aseo, limpieza, orden, alimentación colaborar en casa y no digamos en hacer los deberes, las dificultades aumentan cuando aparecen las emociones tanto positivas como negativas. Entusiasmo, alegría, frustración cansancio, rabia, miedo… Las emociones les invaden y les desbordan complicando la situación, para el niño y los adultos que le intentan ayudar.

Los padres pueden y deben tener estrategias que ayuden y faciliten que su hijo aprenda a regularse y autocontrolarse. Para ello hay que centrarse en trabajar principalmente en torno a los siguientes puntos: •

Estructuración

del

ambiente:

hábitos,

rutinas,

organización,

planificación, horarios, órdenes, normas. •

Externalización de la información: carteles, fotos, dibujos, relojes,

contadores, señales acústicas. 24


Internalización de los procesos: guía externa de la conducta, pensar

en voz alta, repetirse la orden, modelado cognitivo , autoinstrucciones trabajar con la imaginación ( el pasado y el futuro) Aquí nos vamos a centrar en las técnicas de Internalización de los procesos. Mejore su Autoestima •

Descubra qué tiene de especial y dígaselo.

Utilice mensajes positivos. Sustituya el verbo “ser” por “estar”. Ej.: no le diga “eres un desordenado”. Dígale: “tu habitación está desordenada”.

Crea en él. Ofrézcale responsabilidades acorde a sus posibilidades y confíe en que será capaz. Si usted cree que puede hacerlo, su hijo se sentirá capaz de hacerlo.

Enseñe a su hijo a describir en qué es bueno.

Ayúdelo a aceptar sus propias limitaciones y acéptelo. Valore a su hijo como persona, no sólo por sus éxitos y habilidades. Ayúdele a entender que todos tenemos dificultades y deje que le ayude en las suyas.

Motive su Aprendizaje •

Concéntrese en el esfuerzo, no en las calificaciones. Si el niño mejora, felicítele. Aunque no haya llegado al nivel exigido, está en el camino.

Cree en su hijo un hábito de estudio. Debe tener un lugar y un horario estable. Regule sus tiempos de trabajo con los de descanso. No disminuya sus exigencias de estudio o trabajo, adáptelas a las necesidades del niño.

Estimule sus habilidades naturales. Las actividades extraescolares deben adecuarse a sus habilidades para potenciar su autoestima.

Mantenga un contacto estrecho con el profesor de su hijo y fomente una relación positiva. Son un equipo con el mismo objetivo. Muéstrese comprensivo y colaborador con los profesores.

Refuerzo Positivo:

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Felicite

al

niño

inmediatamente

cuando

tenga

una

conducta

adecuada. •

Ofrézcale

premios

ante

conductas positivas y evite los castigos continuos. •

Preste

una

atención

positiva. El niño debe notar que está interesado en ayudarle cuando lo necesite, que le va a escuchar y que no sólo está a su lado para enfadarse ante los problemas. •

Mantenga un contacto físico con él, siéntese cerca, póngale una mano en la espalda o el hombro, abrácelo, dele besos, hágale cosquillas, dele la enhorabuena con una palmada cariñosa o chocando las manos con las suyas…

Identifique cuáles son las recompensas y privilegios adecuados a su hijo. No dude en ofrecérselos en el momento (no lo base todo en regalos físicos de juguetes). Pacte con él en qué situaciones se le retirarán las recompensas y, en ese momento, no amenace, actúe. (Recuerde que este sistema funciona con lentitud; sea perseverante y constante en la aplicación de la técnica).

Condición positiva. Exija al niño que haga algo que no le gusta como condición indispensable para conseguir algo que le gusta. (Recuerde que viven en el presente: no ofrezca recompensas o castigos a largo plazo; no serán eficaces).

Disminuir Comportamientos Inadecuados •

Ante comportamientos inadecuados, no le preste atención. Retire al niño de aquello que pueda resultar peligroso para él o para los demás, sin entrar en una discusión y espere a que pare su comportamiento para dirigirse a él.

Use el “tiempo fuera”. Retírelo a una zona o rincón aburrido, donde no tenga cosas estimulantes. Imponga esta situación, no como castigo, sino 26


como un tiempo y una oportunidad para que se calme y pueda volver a incorporarse a la actividad. Use esta técnica después de una sola advertencia y únicamente para detener conductas violentas. Es fundamental que usted mantenga la calma en todo momento.

Tips de Manejo de Crisis 1. Evitar caer en gritos y violencia hacia su hijo. 2. Mantener el control de la situación buscando que su hijo llegue a

la calma. 3. No actuar en momento de ira. 4. No resolver violencia con violencia. 5. Una vez que su hijo logre calmarse establecer: corrección a su

conducta inadecuada, hablando con él, y un acuerdo en común padres e hijos.

Bibliografía

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