G= 9.8 Pieza científica para espacio cerrado
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Christians Luna LIMA, PERÚ 2011
Recuerdo una pelota rodando pálida, entre un hueso azul de una luz que venía del cielo, desde ahí en un instante recobre la memoria.
1 - Atrapando la luz - cazador de luces diminutas. Hay un cuerpo luminoso que no tiene luz y divaga entre el cuerpo de un edificio en el centro histórico. Él necesita rescatar de la realidad la cantidad de luz necesaria para poder ingresar nuevamente a su cuerpo, el necesita recomponer su cuerpo luminoso. Camina descalzo, buscando entre escaleras que le conducen ha arriba, ese arriba de cualquier lugar, en un segundo, pisa la escalera que le conduce hacia la azotea. Otro instante se desplaza a la salida más próxima de una casa. Nuevamente el se ubica en alguna arquitectura de la casa que emana un poco de luz. Esa luz debería ingresar por una rendija diminuta, que dibujará en líneas diagonales estructuras de partes de su cuerpo, a veces he visto cuando se cierra una puerta caer una serie de líneas entre cortadas, a veces cuando tendía mi ropa en lo alto de mi casa, una luz se estrellaba con mis pantalones. Mi cama esa madera grande que me sostiene, dispuesta en mi habitación a la salida sur del sol, por ahí siempre se deja ver una forma circular del tamaño de la cabeza de un niño. 2 - Gente atrapada en la puerta.
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Siento muchos sonidos de pies humanos que suben y bajan las escaleras, cada vez que la puerta se abre, una madera gruesa te conduce a la cima, todos ellos hacen ruidos apresurados, parece que quieren atravesar esa luz radiante que se escapa como una ligera composición fractalica. Los he estado observando minuciosamente, primero solo caminan ordenadamente hacia arriba, pero pareciera que nadie logra atravesarlo. Luego otro día los veo subiendo apresurados, ellos se lastiman por atravesar la luz solar de una puerta cualquiera, ubicada en el techo de un edificio antiguo de la ciudad. Esta puerta como cualquier otra, posee una serie de cerraduras, dos líneas horizontales de metal contienen esta materia solemne. De día casi al amanecer una capa negra, tenebrosa, invade esta sensación de subí baja, cual parque de niños los murmullos son estrellados continuamente en cargadas frecuentes, en donde todo parece maravilloso, una vez más el día inicia.
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3 – Si pudiera atravesarlo Hay Alguien escribe señales en el suelo del techo, no sé porque, pero en el agujero negro de la puerta se distingue una luz similar al tamaño de un ojo de una persona adulta. Un hombre arrodillado escribe palabras como azul, azul, azul, azul, azul. Todos ellos repiten unánime mente la palabra azul. Los cuerpos saltaron de arriba hacia abajo en un sólido sonido, sentí su incomodidad, reposada en un espacio cuadrado, dos personas caminan sin ver, pasos chicos, pasos rápidos, el abismo es muy parecido a una cuadrado pequeño. Ahora todos se miran, quietos frente a un cubo imaginario, nadie quería atravesar la puerta, ellos querían convertirse en un cuerpo de luz, no en un color que se ubique en una parte de arriba. Asustados por ese imaginario, dieron vueltas, saltando obstáculos, atravesando cualquier cuerpo delgado, necesitaban relajar su humanidad y aparentar ante todos los cuerpos que venían de prisa, que no sentían miedo.
4 - Cazador
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Diste un brinco y el suelo se movió, tu piel se puso nerviosa, dijiste que no lo vuelvan a hacer, luego cuatro pies saltaron de nuevo, se elevaron como en cámara lenta y parecían que no descenderían, pero fue muy tarde porque pronto comenzaban a descender casi imitando nuestro sonido, remecieron el suelo del techo. Alguien subía de prisa por las angostas escaleras a inspeccionar, quien era el agitador de materia que obstruía el brillo de la luz; con un movimiento tormentoso todos quedaron en silencio. Una memoria del tamaño de una planta se ubica con luz tibia en la lateral derecha de un alambrado de púas. Hacia ese lado uno puede distinguir que cuelgan bolsas de luz solar, ellas están cubiertas con agua y dentro de ellas un cuadrado de 2cm x 2cm – se retiene la luz. Suspendidas entre esa lamina de plástico, ellas no huyen, en realidad no se dan cuenta cual realidad perseguir, si la que atraviesa su cuerpo, o si este cuerpo acuático que las conduce a un tiempo parecido a la realidad de la cual fueron secuestrados.
5 – Igual tu imagen Hoy decidí mirarte a los ojos, se que tu capacidad de refracción no me lo permitirá, corro a buscar el ángulo perfecto para ubicarme frente a ti, sé que no será fácil encontrarte, sé que es importante que te encuentre primero y que las líneas de tu piel no se multipliquen en brillos diminutos que la arena de cualquier playa se las lleve. Hoy como todos los días, despierto un día cualquiera, ya no estoy, pero esa sombra fonambulista camina por esa línea desconocida de cuerda. Tu saltas, una y otra vez, ¡Y sabes! si lo haces rápido podrías avanzar el tiempo a tu antojo y llegar a ese día, a esa hora, a ese año, a esa época; donde los colores de tu cuerpo se parecían a la mirada de un niño cuando entiende el color rojo, tal vez el amarillo, o quizás el azul. Pero la velocidad con la que deberás correr será sostenida por dos cuerpos humillados, arrastrados hasta el agujero negro de sus temores, ellos son identificados a lo lejos de cualquier distancia como una guía de barro, casi ininteligible, ellos son contenidos por su propio peso, no pueden respirar solo deben mantenerse equilibrados en su no dejar caer la soga al suelo. ¡Si alguien pasará! y distinguiera el descuido de esta impresión diurna, solo se sumergiría en un profundo sueño de olvido. . 6 - La realidad se da cuenta que existes
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El espacio está en blanco, tu abres tus ojos y te encuentras depositado en un cuarto solitariamente sin luz, luego te levantas das un giro de 180° grados y no ves a nadie, vuelves a girar y en una neblina celeste, unos cuerpos erguidos se posan frente a ti cual geometría triangular ancestral, tu volteas y tu imagen aparece de pie frente a ti. Luego algo te sorprende y decides arruinar esa imagen doble que se escapa de tu cuerpo. Ahora junto a ti una ruma de ladrillos, un error se ha vuelto a aparecer, con la impresión diaria que algo no está bien. Tu memoria se levanta, usa la materia y la lanza hacia tu imagen, ella se mueve y la esquiva, tu rostro cambia, y no lo controlas, vuelves a intentarlo, la imagen es astuta y te vuelve a esquivar. Pronto tu velocidad se impregnará de habilidad y tu cuerpo se desesperará y lanzara continuamente ladrillos hasta culminar la torre de materia que te acompaña, luego tu cuerpo se inclinará agotado por no poder recibir ningún golpe. Mientras recuperas el aire, tu oído selecciona uno de los sonidos que sobrevuelan la habitación, uno de ellos, son de un cuerpo que se aleja, ese eres tú… y estás perdiendo transparencia. 12.18p.m – 1/4/2011 .
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7 – Moverse es reírse Hay una luz esquiva que decide morir en el cruce peatonal de una gran avenida, ella como cualquier rostro genuino no logra entender la velocidad de los cuerpos, mira sobre el hombro de alguien que pasa, y ve una cantidad de materia moverse bajo la indicación de una luz verde, luego en otro momento del día, otro grupo de similar cantidad se detiene por la indicación de una luz roja. Ahora disminuyo la velocidad con la que cuento esta historia y confronto en la misma línea horizontal a estos dos grupos. Hay una intención en la formación con la que se mueven que me genera un desbalance, una quietud simbólica, la cual parece darse cuenta que es una competencia, dos momentos deberán intercambiar una distancia. Inicia el cambio de luces y ambos grupos caminan hacia el centro. Los del lado derecho parecen tener una sensación de vacío similar a un resfrío, los del lado izquierdo parecen tener un misterio similar a un dolor de estómago, cada uno tiene la misma velocidad, pero cuando se aproximan al centro de la intersección, sus materias se desvanecen y transforman en un cuerpo volátil. Luego una neblina invade de luz la intersección y los traslada a un lugar amplio y descampado, ahora todos están inmóviles contemplando los instantes perdidos, nadie puede moverse, o lo puede echar a estropear.
8 – Círculo negro
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A lo lejos se distingue aberturas en el océano, huecos, abismos, y un pozo humano donde van cayendo nuestros cuerpos. Hoy tu habitación me pertenece como el pozo negro por el cual me quieres llevar, se que existes pero prefiero morir y no rescatarte. Cada día no distingo entre el cerrojo de mi casa o ese círculo negro debajo de mi nariz. Se también que hoy cavarás tu hueco en un diámetro limpio de impurezas, donde la luz que siempre deseaste nunca llegará. Esas imperfecciones que tanto te molestaban, eran humanas, simples líneas que se escapan para subirse sobre tu espalda y sentir un poco de calor. Pero una y otra vez verás la misma imagen repetirse delante de ti, o quizás cuando volteas a verte, un desierto se desnude en su último aliento ante ti, ahora mira el pasar de un alma tibia bajo la luz de la tarde.
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9 – Naturaleza que te alejas Quisiera preguntarte cuanto has sonreído últimamente, y si has visto la porción de felicidad que me has quitado pasar sobre una ola. Miras el mar y ya no lo reconoces, y detrás de la cortina ficticia de tus ojos descubres como llegar a encontrar una planta en un desierto. Has caminado como cualquier otro humano sobre esta tierra, deberías subirte a ese barco de papel de ese niño que recuerdas y dirigirte al norte, siempre es lo mejor. Ahora ves cuerpos sumergidos bajo la tierra, como a su vez una planta solitaria. Corres apresuradamente para extraerla, alguien te sigue, y quiere hacer lo mismo, ambos lanzan su mano a la tierra, él primero extrae la planta, el segundo extrae un cuerpo. La imagen se ha detenido y el viento comienza a mover todos los lados de esta cuadricula imaginaria que los rodea. Ambos se miran y se paralizan, parece que algo ha cambiado y es irreversible volver a iniciar, un viento frío acaba de pasar despacio sobre mi rostro y siente que ha perdido una luz de su cuerpo. 3/4/11
10 – La fuerza de tu gravedad
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Mira a los lejos, ves esa elevación en la tierra con dos pies sobresaliendo, ese es un cuerpo ciudad, en él la realidad del pasado no avanza, se detiene hasta llegar al presente, para así poder desterrarlo, el sabe que no puede respirar, pero también sabe que el tiempo que controlamos es irreal, el desea esperar sumiso ante cualquier voz que pida ayuda, el por el contrario ha dicho que no la necesita. El agua ondula su piel y con ese pasar unos barcos azules de papel se mueven hacia el finito de un extremo, parece que no saben nadar, será por eso que las líneas verticales que se alinean, son una forma de señal moribunda que exhala un aire insano. Sigue generando estragos esa agua ondulada, ahora se aproxima al centro, en él yace una mándala del origen del tiempo, dentro de su ser una mariposa se encuentra cautiva, esperando ser liberada. Ese centro en el que deambulamos a veces desnudos, a veces con materia, es la interpretación de una gota de agua que cae de una botella sujetada al techo de una edificación de madera. Junto a él veo perseguir a un hombre de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba, él, como cualquier otro cuerpo persigue la gota como si seguirla producirá una sensación de esperanza o solo la sabiduría que la repetición de un cuerpo diminuto te conduce a otro tiempo, donde el continuum se mueve en sentido sinuoso y los cuerpos son un liquido brilloso que necesitan aire para sobrevivir.
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11 – Oasis azul A lo lejos te has vuelto a esconder, detrás de una sombra inmadura, como tantas veces me lo decían, pero hoy he de controlarte en tus versiones elásticas, donde tu cabello, tu raíz, tu impaciente sexualidad, me pertenece. ¡En guardia! lo escuchas; se que estas impaciente, se que necesitas una caricia dentro del sendero que reposa en tu alma. Sé que tu boca está seca, sé que me has traído a tu desierto favorito. Sé que aquí, tu piel es tu único fin para entablar un dialogo ante el futuro. Te duplico en este instante porque me parece más fácil lidiar con tu pasado y tu presente. Y sé que detrás de mí, la imagen amarilla nos observa, ahora cae sobre mi cuerpo ese líquido brilloso, mucho más intenso que de costumbre, emanado por esa imagen amarilla. Al parecer algo le incomoda, ella se reduce o por el contrario se infla, se infla. Ahora te ha sobrepasado, y su cuerpo lo desplaza de una manera ruidosa por aquellos vientres visitantes, ellos hacen tensión, y su presión de su piel está por extinguirse. Nadie quiere detenerlos, ellos quieren respirar el fuego amarillo de la sed insaciable del amanecer. Pero nada va a suceder, solo es un cambio de horario, un traslado de lugar, una presión en el papel para crear una abertura. Me vuelves a preguntar, que es lo que ves en ese blanco. Responde una de las dos mujeres; un agujero negro. La otra mujer pregunta; tú crees que vamos a pasar por ahí. Silencio en los 4 cuerpos; uno de ellos se ausenta, otro no sabe porque ha perdido la vista, otro se dio cuenta que perdió la sensación al tacto. Ahora regresaron al pasado.
12 – Gota de sal
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Ha caído una imagen liquida al suelo, por el cual paso todos los días, esa mancha ha sido determinante para que se formará un orificio en la altura obscena de un ser vivo. En aquel lugar una gotera podría ser la señal de un desaparecido. Por ejemplo, mira ese hombre lamiendo las insinuaciones de una gota sobre una madera, ahora fíjate en el otro hombre presumiendo su rigidez boca arriba. O quizás mira la posición de ese otro hombre, latigándose afuera de una ventana. Ellos, seres del mismo hombre; tratando, sobreviviendo, subsistiendo en el tiempo, con la pereza que este nos administra en algunos días de finales de verano. Caminan horas y horas por lugares rectos de apariencia sin identificación, solo un lugar en el espacio, o quizás un dibujo silencioso de un paisaje ya extinto. Christians Luna LIMA, PERÚ 2011
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13 – Dentro de una ola Lapidado por mí conciencia y bañado a diario por el origen del aire, mi voz se ha vuelto a recostar. Eres ese olor vital, que aun dura al final del día el cual algunos hombres matarían. Pero he de verte nuevamente como un turista dentro del agujero negro que persigues. Mucha gente corre, a veces no saben para qué, pero los he visto esta tarde correr en círculos sobre una masa humana, ellos quieren ingresar dentro de ese ser, quieren descubrir la posibilidad de viajar, pero hay un ánimo pasajero de morir que los invade. Cuentan algunos que los vieron sobre una luz diagonal, uno de ellos se extinguió, y el resto los siguió viendo correr. Cada vuelta que dan se convierte en una masa humana brillante que desaparece en la quietud de sí mismo.
14 – La distancia
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Sé que esos son tus pies, los que se esconden detrás de la pubertad, se que posees heridas similares a la realidad, se que el color canela te apasiona, pero tú has dejado sobre mis labios una rutina cualquiera que hoy se desmorona, como el rastro de una arruga de madera. Tu cuerpo es pequeño y tu naturaleza es resistente pero no he de pensar como puedas atravesar esa rudeza de concreto que tus antepasados han dejado. Te sugiero correr una y otras vez, lánzate con toda tu humanidad, quiebra tu cuerpo, pero no desistas. Levanta tu rostro, levanta esa gota de sudor y tómala como un tatuaje de conciencia que alguien dejo. Ahora es tuyo, vuelve a recobrar la fuerza, vuelve a correr, no te impacientes, dime quien no lo hace. Ten cuidado, esa madera es vieja no podrá resistirte por mucho tiempo, vez esa luz que se escapa en la parte superior, ahí tenemos que ir…, quédate inmóvil cuando llegues, quédate, el tiempo que puedas y déjanos ver entre una madera y un alambrado con púas, como has madurado. ¡Sostente! ya te mandamos ayuda. Christians Luna LIMA, PERÚ 2011
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15 – En la casa de alguien Veo que estas construyendo las paredes de la ilusión de un fantasma, veo también una precisión en la forma de cortar, casi con la exactitud de un cuerpo que no se equivoca. He visto tus ojos brillar como esa imagen brillante que me persigue a diario. Tú eres una imagen lavada en caligrafía, y sé que también eres una imagen con capacidad de soñar. Sé que te he visto en la casa de alguien disfrazada de luciérnaga, se que la poca luz que mi edificio tiene, se extinguirá. Te pido, te apresures ha construir todas las habitaciones de mi casa y que a su vez dejes entrar luz. No tengo idea del diseño, solo imagino escaleras subiendo, agachadas, gordas, extranjeras, visitando mis aposentos, como aquella luz que parte a diario cuando ve movimiento. Esa luz adormecida por verse, necesita caminar a otro tiempo alejado de la ciudad. Una casa es la búsqueda del tiempo por acomodarse a envejecer. De niño jugaba a esconderme, de joven me hacia el herido, de grande solo me alejaba hacia un desierto. Es por eso que los cuerpos siempre me traían baldes de arena a mi habitación y me hacían creer que era un cerro del infinito. Si llegaba a lo más alto podría viajar y conocer, pero solo era un instante que parecía una eternidad, porque al pretender llegar, todo el cerro se desmoronaba y yo en mi cuerpo de niño caía al suelo.
16 – Ausencias
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Puedes quedarte parado un momento, cierra los ojos, respira lentamente, comienza a caminar, tu elige por donde, tan solo camina. No dejes de respirar. Todo se ha detenido, las cosas que conoces pierden su velocidad, la gente pierde espontaneidad, pierden luz, alguien la absorbe y se distancia de ellos a una velocidad de atrás hacia adelante y viceversa. Ahora observa cada gesto, cada parte que conforma esta materia que contiene tantos cuerpos, mírala tan solo un momento, este lugar, es único y ahora tu puedes compartirlo, no se admiten preguntas, no presumas saber nada, no presumas tener la respuesta de algo, solo se consciente que tu cuerpo participa de un todo de una piel repetida distanciada de uno y otro cuerpo por escasos centímetros. Y que la inmensa masa amarilla que te persigue, te pide que la mires. Su mirada te incendiará, no pienses que te puede hacer daño, solo mírala como la primera mirada aun cuerpo en la tierra. Sobre la orilla de una playa una meza conformada por cuerpos desnudos te espera para compartir una taza de té, solo hay una. Porque pasar de un extremo a otro es un instante muy pequeño donde no mucha gente cabe. El tiempo es poder dejar las cosas que quieres para así poder recibir otras que están del otro lado de la imagen amarilla.
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17 – Neblina Dentro de un cuadrilátero cuatro cuerpos se distinguen, tienen los ojos cerrados, sus sensaciones solo son entendidas por estados mentales de alguna presencia cercana. Cada uno dispuesto en una arena de combate, tendrán que hallar la humanidad escasa en los cuerpos. Ellos necesitan lograr la victoria y así poder regresar de nuevo hacia la matriz. La salida de este cuadrilátero cotidiano consiste en no liquidar a tu oponente; la salida es permanecer quieto y que el otro venga hacia ti. El solo llegara a ti usando el sentido del oído, el sigue tu respiración agitada desde hace años. El sabe que le tienes miedo, el lleva años viajando en el tiempo ubicando la coordenada perfecta. Algo pasa en el lugar de combate, se ve arrastrándose sobre el suelo un humo blanco que destiñe a los cuerpos y empaña toda la habitación. Ahora hay un sentimiento flotando en el ambiente y es de desesperanza. Alguien se pregunta a donde nos llevan. Pronto aparecen todos tumbados en un bosque sin color, extraviados por alguien sin memoria. Ellos se levantan y no se reconocen, todos piensan que no son de la misma especie, todos huyen atravesando arboles con espinas y riachuelos consecutivos, no saben a dónde se dirigen, pero eso no les importa, su única consigna es alejarse. Ese lugar no parece ningún lugar.
18 – Inicio
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Christians Luna LIMA, PERÚ 2011
Puedes quedarte parado un momento, cierra los ojos, respira lentamente, comienza a caminar, tu elige por donde, tan solo camina. No dejes de respirar. Todo se ha detenido, las cosas que conoces pierden su velocidad, la gente pierde espontaneidad, pierden luz, alguien la absorbe y se distancia de ellos a una velocidad de atrás hacia adelante y viceversa. Ahora observa cada gesto, cada parte que conforma esta materia que contiene tantos cuerpos, mírala tan solo un momento, este lugar, es único y ahora tu puedes compartirlo, no se admiten preguntas, no presumas saber nada, no presumas tener la respuesta de algo, solo se consciente que tu cuerpo participa de un todo de una piel repetida distanciada de uno y otro cuerpo por escasos centímetros. Y que la inmensa masa amarilla que te persigue, te pide que la mires. Su mirada te incendiará, no pienses que te puede hacer daño, solo mírala como la primera mirada aun cuerpo en la tierra. Sobre la orilla de una playa una meza conformada por cuerpos desnudos te espera para compartir una taza de té, solo hay una. Porque pasar de un extremo a otro es un instante muy pequeño donde no mucha gente cabe. El tiempo es poder dejar las cosas que quieres para así poder recibir otras que están del otro lado de la imagen amarilla.