por Derrel DĂaz
E Reservados todos los derechos de uso de este ejemplar. Editorial EVEREST. S, A. Carretera León- La Coruña, km5 ISBN: 987-84-441-4748-2 Depósito legal: LE. 336-2014 Printed in Spain- Impreso en España EDITORIAL EVERGRÁFICAS, S, L. Carretera León- La Coruña, km5 www.everest.com
leonora o como su mamá la llama Leo, la niña genio, con tan solo 10 años, ha hecho muuuuuchos inventos, con todo lo que en su casa pueda encontrar. La consentida de la casa, ama a los animales, explorar e inventar, su amiga la imaginación le permite crear con lo que tenga a la mano, y siempre con mucha diversión. Llegada la noche siempre antes de dormir mira la luna y sonríe pensando algún día poder tocarla. Un día, Leo, vio en su mente una máquina volar. Pues al día siguiente este invento pudo realizar.
3
4
L
a máquina Voladora, siempre que una idea le llega a la pequeña Leo, mira hacia el cielo y sonríe como cuando come chocolate. Aquella maquina voladora la convirtió en una mariposa, creía que aunque fuera pequeña la mariposa era tan bella y fuerte, como ella. Paso mucho tiempo con su obra, muchas horas y un millón de ideas transformándose, mas ella nunca cansada estaba. La máquina voladora la podía llevar a cualquier lugar con solo pensar en ello, se elevaba e imitaba el vuelo de una mariposa muy veloz. Leo recordó que llegar a la luna quería, pensó en ella y en camino al destino pronto Leo llegaría. Cerró los ojos fuertemente, esperando el momento en que su sueño al fin se cumpliría.
5
6
L
a luna era exactamente como Elen la había imaginado, llena de muchos conejos que hablan, saltando sobre malvaviscos, comiendo fresas y bebiendo mucha leche, con árboles de manzanas de caramelo, con muchas montañas de chocolate y viviendo en pequeñas casitas de g alletas. La pequeña Elen amo aquel lugar, corrió a saltar sobre los malvaviscos, tomó el tobogán de chocolate y se dió un chapuzón sobre el rio de Leche, canto junto a los conejitos, comió muchas fresas quedó con la panza llena, Elevó su mirada le sonrió al sol y se despidió de la luna. Los conejitos con mirada alegre también adiós decían. Y así aquel viaje de fantasía felizmente terminaría, con alegre inocencia la pequeña Elen a su máquina voladora subía.
7
Regresó a casa, y aun ella no lo creía, miró a la luna y pensó confiada, otra vez, que pronto a su mente otra idea llegaría.
Eleonora era la niña más inteligente en su familia creía que existían muchos lugares hermosos por conocer, un día creó una máquina que la transportaba a cualquier parte con solo usar su mente visitaba lugares tan reales que solo ella podía ver. Todos aquellos paisajes la llenaban tanto de emoción, era la niña más feliz en aquellas tierras donde su imaginación era la mayor fuente de inspiración. Cuento Infantil, en honor a la Mujer.