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Jóvenes Colegiados

Esta es una de las conclusiones a las que han llegado estos dos jóvenes colegiados,que han accedido a mantener un coloquio acerca de cómo desarrollan su trabajo,cuál es su visión del puesto que ocupan y cuál es la comparativa entre ambos Ingenieros Municipales de Ayuntamientos de diferente tamaño: Parla (120.000 habitantes),donde Elena Fernández Pérez,de 35 años,casada,titulada en Ingeniería Técnica Agrícola e Ingeniería de Caminos,es Ingeniera Municipal de Urbanismo desde finales de 2007;y Collado Villalba (60.000 habitantes),donde César Pérez de Villar Palomo,de 31 años,casado,titulado en Ciencias Ambientales e Ingeniería de Caminos,es Ingeniero Municipal de Obras,Infraestructuras y Servicios desde 2002.

Mientras que Elena Fernández comparte su trabajo con varios arquitectos y está más dedicada a los planes parciales y la obra civil,César Pérez dirige un departamento con tres técnicos,un ITOP,un biólogo y un ingeniero técnico agrícola,y su trabajo se enfoca hacia la obra civil y, sobre todo,al mantenimiento y la gestión de servicios.Son dos enfoques que se diferencian en lo sustancial,pero que,sin embargo,colman en ambos casos sus expectativas profesionales.Elena Fernández afirma que le gusta donde está y lo que hace, “me gusta estar a pie de obra,tengo muchos informes que hacer y me relaciono muchísimo con funcionarios de las distintas administraciones”.César Pérez,por su parte,añade que su quehacer profesional está relacionado con una concejalía que planifica,presupuesta,licita, adjudica y realiza obra de conservación, además de gestionar los servicios, “creo que este conjunto de actividades es lo que más se identifica con nuestra profesión”

¿Cómo valoráis vosotros que las competencias sobre el planeamiento urbanístico estén en manos de los arquitectos?

“Es verdad que el profesional que maneja el aprovechamiento urbanístico –responde César Pérez- es el arquitecto en base a la Ley del Suelo.Sin embargo,creo que las competencias se vienen compartiendo con los Ingenieros de Caminos desde hace unos 10 años,debido,básicamente,al exceso de obra nueva que se ha producido en ese periodo”.Para ambos,esta tendencia no tiene porqué cambiar si se retrae la obra nueva;y Elena Fernández añade que “el arquitecto ha asumido que el Ingeniero de Caminos debe tener las competencias en las que él no tiene el suficiente conocimiento y que se refieren a infraestructuras (agua,luz,gas,telefonía…),accesibilidad y movilidad.Antes lo asumían ellos,pero como esta materia es una fuente permanente de problemas,se han visto obligados a ceder estas competencias”.

De que se comparten las competencias sobre planeamiento urbanístico entre arquitectos e ingenieros,ambos jóvenes están convencidos,y ambos piensan también que,por un lado,esta dinámica no encuentra diferencias según el tamaño del municipio y,por otro,que a esta “entente cordial” se ha llegado por la lógica del trabajo y por la necesidad de que cada profesional asuma lo que sabe hacer. “Las nuevas generaciones –afirma César Péreztenemos más respeto hacia los conocimientos específicos,estoy convencido de que ahora existe mucho más respeto interprofesional que antes”.

A pesar de este indudable avance para el ingeniero municipal,a los proyectos de planeamiento urbanístico se les sigue denominando con el nombre del arquitecto.¿Qué opinión tenéis sobre esto?

Para el Ingeniero Municipal de Collado Villalba, “este hecho es lo que falta por conquistar”.El símil que utiliza César para explicarlo es la botella de agua que tiene delante y fija su dedo índice en el tapón: “hemos ganado el cuerpo y ahora hay que ganar la cabeza.Ocurre que el peso histórico lo tienen los arquitectos municipales,y a eso hay que sumarle la diferencia generacional,es decir,éstos tienen su puesto en los ayuntamientos desde hace 20 o 25 años y,sin embargo,los ingenieros tenemos una media de tiempo en nuestro puesto muy inferior,del orden de 4 o 5 años”.

La conquista,piensa César Pérez,llegará con el relevo generacional de los arquitectos porque,en ese momento,tendrán que pugnar con ingenieros de caminos más experimentados,reflexión que no ve tan clara Elena Fernández,porque,según su experiencia, “un arquitecto que lleva únicamente dos años en mi ayuntamiento,se siente tan fuerte como el que lleva 20.Creo que es más una cuestión corporativista”.Su hipótesis se dirige más bien a la compartimentación de los proyectos: “cuando se trate de aprovechamiento para vivienda, seguirá ejerciendo su poder el arquitecto,y cuando se trate de aprovechamiento para infraestructuras y servicios,ejercerá su poder el ingeniero de caminos”.

Ahora que sois jóvenes y no tenéis más allá de diez años de experiencia,¿en vuestro ánimo qué está:trabajar en pocos grandes proyectos o hacerlo en muchos pequeños?

Elena Fernández se muestra convencida de que “depende de si se quiere ser cabeza de ratón o cola de león.Aquí interviene lo que a uno le atrae.Pienso que hay edades para todo.El proyecto grande requiere mucho trabajo y sacrificio.Yo he trabajado ocho años en obra grande –ha participado con Ferrovial en el túnel de Santa María de la

Cabeza como Jefe de Prevención,Calidad y Servicios Afectados,en la obra de la plaza principal de Navalcarnero como Jefe de Obra,y en la estación de Metro de Aviación Española como Jefe de Asistencia Técnica- y en ese periodo de tiempo no tenía vida propia.Ahora sí la tengo,aunque es verdad que me apetecería un proyecto grande”

César Pérez,que ha sido consultor en Auriga Consultores,trabajando en proyectos de Canal Isabel II y otros de la Comunidad de Madrid,piensa que “todos tenemos la espinita de trabajar en grandes proyectos.Yo diría que,claramente,a los jóvenes nos apetecen los proyectos grandes,aunque,sin embargo,los ayuntamientos como el mío te proporcionan tocar muchos temas,hecho que te aporta un gran valor a tu currículum y experiencia profesional”.En referencia a las palabras de Elena Fernández,César Pérez dice que “nunca he trabajado en obra grande,pero te aseguro que no tengo vida propia en mi trabajo en el Ayuntamiento de Collado Villalba.Lo que me gusta es compartir vida profesional con profesionales de perfiles diferentes:técnicos y no técnicos,políticos, consultores,funcionarios de la Administración,gente que te enriquece”.

¿Cuál es vuestra relación con los responsables de la Administración Municipal donde desarrolláis vuestro trabajo?

En las respuestas a esta pregunta ambos se han puesto el traje de superhéroe porque, además de afirmar que están plenamente capacitados para afrontar las exigencias profesionales de su puesto,también se autoconsideran con plena capacidad de saber tratar adecuadamente,con lo que ello conlleva,al político,que exige calidad y cumplimiento de plazos y presupuestos; y al ciudadano,que demanda servicios municipales de calidad.No todas las profesiones son capaces de poner en el mercado de trabajo a profesionales con estas aptitudes,de ahí que la psicología del ingeniero de caminos da,generalmente por hecho,la independencia y capacidad de afrontar retos profesionales que requieran recursos técnicos y humanísticos casi ilimitados.

Para César Pérez, “el ingeniero de caminos es un profesional con espalda ancha que se hace cargo de la situación,por compleja que ésta sea,a la Administración le resuelve un montón de problemas y su aportación y valor añadido son muy enriquecedores para el municipio”.En referencia a la clase política,César Pérez se muestra claro y conciso al afirmar que “el ingeniero de caminos está capacitado para soportar las presiones políticas”.En este sentido,Elena Fernández piensa que “somos capaces de tratar con los vecinos y con los políticos,algo que no saben hacer otros profesionales.Asumimos la presión política como parte de nuestro trabajo,y sabemos darle respuesta con una planificación siempre adecuada”.

Desde luego,el colectivo de ingenieros de caminos puede estar tranquilo con las nuevas generaciones,dada la saludable autoestima,autoconfianza e independencia que muestran nuestros jóvenes colegiados.Sin duda,es una lección para otras profesiones que puedan sentirse con ataduras y complejos de difícil solución. Enhorabuena a todos ellos. ■

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