Área: ICP Joven
Nombre de la actividad: Conversatorio “Jóvenes protagonistas: Descontento, Movilización y Oportunidades” Fecha: 9 de febrero de 2012
El pasado 9 de febrero, en las instalaciones del Instituto de Ciencia Política, se llevó a cabo el conversatorio “Jóvenes protagonistas: descontento, movilización y oportunidades”. Los invitados especiales fueron el profesor de la Universidad del Rosario y Director Académico del Observatorio de Política y Estrategia para América Latina (OPEAL) del Instituto de Ciencia Política Andrés Molano, y el profesor de la Maestría en Estudios políticos de la Universidad del Rosario y candidato a doctor en el London School of Economics, Oscar Palma. Tal como se encargó de explicarlo Andrés Molano a manera de introducción, el tema cobra importancia en un contexto en el que los medios parecen retratar el resurgimiento de movilizaciones juveniles en diversas partes del mundo: Londres, Wall Street, España (indignados), ciertos países del Norte de África, Chile o Colombia. Partiendo de ello, la discusión gira en torno a tres cuestionamientos fundamentales: cuáles son las motivaciones que en su momento llevaron a los jóvenes a movilizarse? Cuáles son las características, puntos en común, y diferencias de dichas movilizaciones? Y para terminar, cuáles son los límites y cuales
las opciones que pueden generar los jóvenes para lograr los objetivos que se proponen a través de las movilizaciones?
Oscar Palma comenzó abordando ciertos puntos que en su opinión, pueden considerarse causas de la movilización juvenil. Dentro de ello, se mencionó el fenómeno del “graduate with no future”, que se refiere a la existencia de cada vez más jóvenes profesionales y con posibilidades de acceso a la educación, en sociedades en las que el mercado no tiene la capacidad de absorber la demanda al mismo ritmo. A ello debe sumarse la crisis económica mundial, que hace evidente el problema de una insatisfactoria distribución de recursos y el fenómeno de la excesiva acumulación, que contribuyen a incrementar el descontento. Respecto a la segunda problemática, los dos invitados fueron enfáticos al decir que dichas movilizaciones no son iguales, que cada una guarda diferencias importantes y que tienen objetivos muy distintos, a pesar de que la mayoría se enmarca en una situación socio-económica desfavorable. Cabe destacar por ejemplo, la particularidad de las movilizaciones que se dieron dentro de lo que se conoció como la primavera árabe, pues éstas responden a realidades políticas mucho más complejas, en la que no solo los jóvenes fueron protagonistas y en las que su papel ha sido insuficiente; no puede asegurarse en ese caso que el activismo juvenil conduzca directamente a la transformación en regímenes democráticos. Para abordar la tercera pregunta, Andrés Molano se preguntó entonces si pueden los jóvenes por si solos lograr algo, pues en su opinión, la capacidad de los jóvenes para generar cambios se ha sobrestimado. Para ello introdujo el caso de los jóvenes colombianos y la más reciente movilización alrededor de la
reforma a la educación: si bien se logró el propósito principal, la movilización fue muy costosa y actualmente puede decirse que los jóvenes se quedaron solos en el debate. Adicionalmente Oscar Palma señaló que es muy difícil que la movilización juvenil logre grandes cambios dado que no se trata de una movilización monolítica; no es uniforme, existe dificultad para llegar a acuerdos y por ello, alcanzar una posición política unificada es muy difícil. Si bien el uso de “gadgets” o de nuevas tecnologías de la información fue una de las principales características de las más recientes movilizaciones juveniles, Oscar Palma no dejó de señalar que existen grandes limitantes relacionadas con este fenómeno: estas pueden contribuir a la reproducción de estereotipos, a una participación limitada y conformista que no incluye una acción política real y finalmente a dejar de lado el hecho de que “la vida y los hechos no se dan online”. Las redes sociales no son indispensables para que se dé un movimiento. Una de las grandes conclusiones del conversatorio es que los jóvenes no pueden lograr cambios por sí solos, que las movilizaciones no son la única manera de generar cambios y que es necesario evaluar otras formas tendientes a la integración de los intereses de grupo a la agenda política, como por ejemplo, la articulación de los jóvenes con otros actores sociales.