Octubre 2019
107
Fotografía por Alejandro Plata E- ISSN: 2665-556X VOL 1 N° 107 OCTUBRE, 2019 BOGOTÁ- COLOMBIA
Revista Alternativa Multicultural La Moviola. E-ISSN: 2665-556X
Número 107 – Octubre
2019
INSTITUCIÓN UNIVERSITARIA POLITECNICO GRANCOLOMBIANO Director general – Rector Politécnico Grancolombiano Dr. Leonardo Gil Quiñones Vicerector Politécnico Grancolombiano Dr. Jurgen Chiari Escovar Facultad de Sociedad,Cultura y Creatividad Decano Carlos Augusto García López Escuela de Artes Visuales y Digitales Director Harvey Murcia Quiñones Revista Alternativa Multicultural La Moviola Director Andrés Romero Baltodano Equipo Cine Club La Moviola María Paula Lis Villamizar Karol Vargas Perla Bayona Rojas Fotografía Andrés Romero Baltodano Montaje Digital Juana Manuela González Obando Colaboradores Habituales: Natalia Behaine, Giovanna Faccini , Gabriela Santa Arciniegas, Catalina Sanabria Caballero , Jorge Eduardo Martínez García, Marley Cruz , Ana Estefanía Rodríguez , María Paula Amaya, Juana Manuela González Obando, Diego Alejandro Plata Corresponsales: Marley Cruz (San Petersburgo) , María Margarita Milagros (Brasil) ,Isa Molina ( Brasil ) , Paula Laverde (Ecuador) , Natalia Behaine (Ginebra) E-mail: elmoviolo@gmail.com Revista Alternativa Multicultural La Moviola: Issuu.com/cineclublamoviola / http:www.lamoviolacineclub.blogspot.com
En las páginas siguientes el lector encontrará:
Artista Plástico invitado: Alejandro Plata Donde viven los monstruos: Una mirada analítica al álbum y a su versión cinematográfica Magda Zulena Trujillo Rodríguez1
El Ascenso al Cielo: Roma Laura Vivas
Ecos de Milak (revisitando el blanco y negro) Andrés Romero Baltodano
El otro Parr (ni siquiera está embotellado) Andrés Romero Baltodano
Juana Gaitán o las hojas que se leen desde cualquier planeta. Andrés Romero Baltodano El Cine del Pueblo Luis Alfonso Otálora Bonilla
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Docentes Licenciatura en educación para la primera infancia Politécnico Grancolombiano.
Para la Revista Alternativa Multicultural La Moviola es muy placentero contar en su edición 107 con el fotógrafo colombiano en formación, Alejandro Plata, quien busca con su cámara dentro de la cotidianidad las luces y las sombras que permiten encontrar en cualquier rincón una fotografía.
La forma en que Alejandro ha desarrollado su ruta fotográfica, tiene que ver con aquella capacidad de quienes son verdaderamente fotógrafos y “ven” donde se da la posibilidad de crear una fotografía, que es un momento efímero en el que se capturan imágenes, que de lo contrario se perderían en la inmensidad de la memoria.
Alejandro está comenzando su camino como fotógrafo y ha venido también colaborando con nuestra publicación, con artículos de su autoría mientras sigue su proceso de formación como alumno de la carrera de Medios Audiovisuales de nuestra universidad.
Este es el texto que el mismo elaboró para su presentación a los lectores de la Revista Alternativa Multicultural La Moviola.
“Curiosamente, mientras escribo esta reseña biográfica, de fondo, un estruendo estrepitoso entre mis oídos rompe la calma y el silencio de la noche. “La vida es como es” se repite una y otra vez en la voz de Mónica Moreno, vocalista de la banda Punk IRA, de Medellín. Dicha frase que resuena día a día en mi cabeza se convierte en musa de mi trabajo fotográfico, aquel que busca explorar de manera fragmentada mediante distintas técnicas y temáticas esta absurda realidad.
Cuando seleccioné las fotografías que estarían presentes en esta edición de La Revista Alternativa Multicultural Moviola, me daba cuenta de que cada imagen representaba un periodo cognoscitivo particular. Cada temática, además de ser abordada en un año diferente, expresaba el conjunto de ideas
que me formaban como ser. Así que esta reseña biográfica, era solo el pie de foto de una antología que simbolizaba un autorretrato distorsionado, que hacía apología al concepto principal del pensamiento de Zigmunt Bauman: lo líquido, el constante cambio, el proceso de modificación de la sustancia; en este caso, en un yo que solamente se ha de reconocer en lo que produce de forma tangible, pues todas las fotografías presentes aquí, impresas y organizadas en bitácoras que se rayan día a día son un constante descubrimiento de lo que soy.
Desde que inicié en el campo de la fotografía, tuve como objetivo usar cualquier campo de aplicación de esta, para potenciar aquel objetivo dramático que quería comunicar. Normalmente, usaba la representación figurativa para relacionar al sujeto en los espacios que frecuentaba; era una especie de fotografía documental que manifestaba mi atención en ciertas singularidades de las calles que habitaba.
En la actualidad, he centrado mi atención en el lenguaje fotográfico para buscar alternativas comunicativas que me permitan descubrir nuevas formas de representar. Así que empecé a trabajar con escáner, fotograma y cámara analógica, aprovechando conceptos que podrían llevarse a niveles muchos más interesantes que los expuestos en mis primeras etapas como fotógrafo (tiempo, luz, ruido, enfoque, formato, entre otros) para empezar nuevos proyectos, en mayor grado, conceptuales, que, de una u otra manera, son autobiográficos en un nivel muy connotativo.
Y ahora suena, “Nunca triunfe” de Pestes, grupo punk de Medellín que compuso la banda sonora de Rodrigo D: No futuro (1991) de Víctor Gaviria, digamos que se aliaron energías podridas de este mundo para dar a una conclusión como “autor” dentro de un contexto musical. Nunca me ha interesado crear fotografías con fines lucrativos, o, en otras palabras, que satisfagan a otros. Creo que, aunque, como autor he naufragado de manera absurda en la creación de imágenes, y he estancado proyectos por una necesidad de perfección que se convierte en un juicio propio que desacredita
mi trabajo, he encontrado nuevas formas de expresiĂłn que seguirĂĄn proyectando aquel inconsciente que ponemos todos los que trabajamos con las aplicaciones narrativas, aquel otro yo que impregna nuestros trabajos con un nivel connotativo de biografĂa.
Autorretrato. FotografĂa por Alejandro Plata
FotografĂa por Alejandro Plata
Donde viven los monstruos: Una mirada analítica al álbum y a su versión cinematográfica
Figura 1. Maurice Sendak, autor de Donde viven los monstruos Fuente: Britannica imagequest
Por Magda Zulena Trujillo Rodríguez2 Especial para la Moviola “Donde viven los monstruos es el único libro infantil, de verdad, que he escrito. Es atemorizador, divertido y absurdo”. Maurice Sendak
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Docente Licenciatura en educación para la primera infancia Politécnico Grancolombiano.
Donde viven los monstruos (1963) es un libro álbum para niños escrito e ilustrado por el autor estadunidense Maurice Sendak. La obra no es solo la primera de estas características realizada por el autor, si no la primera conocida en el marco de este tipo de libros. Por tanto, esta es un referente importante dentro de la literatura para niños, ampliamente difundida y conocida en varias partes del mundo. En el 2008, el director de cine estadunidense Spike Jonze realiza la película Donde viven los monstruos, adaptando el libro de Sendak; esta película utiliza un formato de imágenes reales, donde algunos personajes son de “carne y hueso” y, en el caso de los monstruos, personajes disfrazados. Como es sabido los trasvases de obras literarias al formato cinematográficos convierten a ambos en textos en productos diferentes, dado las particularidades de cada lenguaje, libros álbum (imágenes fijas) y cine (imágenes en movimiento), las técnicas y los recursos usados; sumado a la visión particular que le imprime esa persona que adapta el texto original a guion. No obstante, en el caso de Donde viven los monstruos, vale la pena revisar los puntos en común entre las obras en términos de propuesta visual, de construcción de la historia y de mensajes proyectados. En este caso no hay que olvidar que Jonze acude a Sendak para rodar la película, como lo muestra el documental que realiza el mismo director. En este marco, en el presente realizo un análisis visual del libro álbum, partiendo de los elementos formales que constituyen las imágenes; seguido, me centro en identificar cómo la relación entre imágenes y texto se enlazan para crear sentidos; posteriormente, establezco algunos elementos de comparación entre el libro álbum y su adaptación al cine, para terminar, aludiendo a otro libro importante en la obra de Sendak como es La cocina de la noche (1970).
Análisis de elementos formales de las imágenes
El punto de partida del presente texto es la consideración de que las imágenes tienen unos elementos visuales con los que construyen unos mensajes.
Cuando se habla de mensajes, se está poniendo de manifiesto que la imagen es un sistema de comunicación que tiene unos interlocutores, es decir, hay alguien que la produce y otro quien la ve e interpreta. Dondis (1992) menciona que los elementos básicos para comunicar visualmente son el punto, la línea, el contorno, la dirección, el tono, el color, la textura, la proporción, la dimensión y el movimiento. En el caso de Donde viven los monstruos analizo los elementos del color, el tono, la textura y la composición, porque considero que son estos los que más aportan a los procesos de significación de la obra. Para comenzar, quisiera referirme al elemento del color por ser el que más impacta en la construcción del libro, teniendo en cuenta el contexto de producción de la obra: Estados Unidos en los años sesenta, y el rótulo de “ilustración europea” que recibía Sendak de la crítica de su época. Me refiero a estos dos elementos, porque si detenemos la mirada en los dibujos animados e historietas que nacen a principio de siglo XX como Mickey Mouse (1930) de Walt Disney y el auge del cómic de súper héroes después de la segunda guerra mundial, observamos una predominancia de colores primarios (amarillo, azul y rojo) y saturados que, como Dondis (1992, p. 68) dice en su explicación sobre el elemento del color, están más cargado de expresión y emoción. Sin duda la Figura 1 está proyecta dinamismo y aventura. Ahora bien, teniendo en cuenta este contexto, el elemento del color en la obra de Sendak es disruptivo, en tanto, predominan los colores tierra: amarillo, ocre, naranja semiclaro y cafés, con un nivel de saturación mesurado y la incursión de pasajes grises y azules. La paleta de colores que utiliza Sendak en Donde viven los monstruos evoca tranquilidad a pesar del movimiento y la euforia que maneja el personaje principal, cuyos rasgos de personalidad son la rebeldía y la acción permanente. Tal vez la opción de Sendak, en este sentido, este mediada por la necesidad de mostrar ese pasaje interior (imaginación, fantasía) por donde se pierde Max y se encuentra con sus monstruos interiores.
Figura 2. La liga de la justicia Fuente: Britannica imagequest
El tono definido por Dondis (1992) como “las intensidades de oscuridad o claridad del objeto visto” (p. 61), se proyecta en la obra a través del tramado. El tramado que realiza Sendak en algunas páginas (como en el caso de la Figura 4) es decisivo para establecer las relaciones entre luz y oscuridad. En este sentido, en las ilustraciones, la trama se despliega en el espacio para que sobresalga el personaje y la acción central. En otras ilustraciones, el tramado se realiza sobre los personajes para darle realce al espacio-tiempo que, en este caso, es el bosque en horas de la noche. La trama en la obra de Sendak también configura el elemento de textura. En ese sentido, la trama crea cierta ilusión óptica sobre la ilustración, una especie de relieve suave, en tanto la textura se asemeja al vello, al pelambre. Este elemento, que cuesta definir cuándo es utilizado por el autor sobre Max y los monstruos, genera una relación cercana entre niño y bestia, pues ambos, en el disfraz y sus cuerpos, se asemejan en sus vellosidades. En el caso en que el tramado se despliega por el espacio la sensación es de vastedad, es casi como si el cuerpo de Max se fundiera en unas paredes de tela rugosa.
Ahora bien, para hablar sobre el elemento de la composición es importante resaltar lo que dice Dondis sobre este: “Los resultados de las decisiones compositivas marcan el propósito y el significado de la declaración visual y tienen fuertes implicaciones sobre lo que recibe el espectador” (1992, p. 33). En tal punto, para hablar de la composición en Donde viven los monstruos hay que partir del hecho de que la obra se construye en contraste, en tanto las imágenes se mueven entre la asimetría y la inestabilidad. Al observar la portada y la contraportada del libro como un conjunto, es decir como una sola ilustración, nos encontramos ante una imagen construida desde el desequilibrio de sus elementos, en tanto el foco de atención, el monstruo, no se encuentra en el centro, si no en el lado izquierdo, dando un mayor protagonismo al espacio que al personaje. De esta forma, sabemos de entrada cómo es el lugar donde habitan estos personajes.
Figura 3. Portada Donde viven los monstruos Fuente: Getty images
Otro aspecto relacionado con la composición, cuyo carácter es de contraste, es la relacionada con el peso visual. Si se tiene en cuenta cada ilustración como un plano que ha de ser equilibrado visualmente, en el libro de Sendak lo que mantiene la tensión visual en el lector son las relaciones de desequilibrio, es decir, que en cada plancha los elementos no se corresponden simétricamente.
Así, en las primeras páginas Max cubre uno de los laterales de la ilustración dejando vacío el otro lateral. Luego, el espacio que cubre Max, a pesar de seguir cubriendo sólo un lateral, es cada vez más pequeño, lo que privilegia, mediante este contraste, el espacio de su habitación más que a él mismo. En adelante, se verá a Max ocupando uno de los laterales de manera mínima, mientras que el resto de la hoja cuenta con muchos elementos de peso visual, cosa que evidencia una relación del protagonista con los objetos que llenan la página.
Relación imágenes- texto y otros elementos configuración del libro álbum
Una vez estudiados algunos elementos visuales que configuran los significados de la obra, es importante prestar atención a cómo se relacionan las imágenes y el texto en el álbum. Considero que esta relación es importante, porque define aspectos como el montaje y el ritmo en la obra de Sendak. Para Van Der Linden (2013) “el meollo del buen funcionamiento de un álbum radica en la interacción texto e imagen”. Atendiendo a esta premisa, Donde viven los monstruos utiliza de forma estratégica esta relación para establecer un ritmo y un despliegue de la secuencialidad que connota toda la euforia que vive Max en el espacio de libertad en donde viven los monstruos. Para hacer la anterior afirmación más compresiva, es necesario mirar cómo evoluciona el álbum en términos de marcos y en la compartimentación que existe, en un primer momento, entre texto e imagen en la doble página. Así, en las primeras páginas del libro la relación entre texto e imagen se establece a través de la compartimentación de cada uno en la doble página, de tal forma que al lado izquierdo está el texto y la imagen al lado derecho. Estas primeras páginas también se caracterizan porque las imágenes están enmarcadas y ocupan solo una parte de toda la página. Recordemos que los marcos delimitan la mirada del espectador, lo pone a ver un tramo de toda la acción y le indica que, efectivamente, se está mirando a la escena desde fuera.
Cuando se avanza la narración, si bien imagen y texto siguen compartimentadas y la lustración sigue enmarcada, esta ocupa casi toda la página. En este punto Max ha sido castigado y enviado a su habitación; allí, crece un bosque imaginario que no solo se despliega para el personaje, si no para el lector.
En la página siguiente se puede notar cómo la compartimentación de páginas se acaba, porque la ilustración se extiende de tal forma que el espacio donde está el texto queda reducido. En esta parte de la obra donde Max viaje a lugar dónde viven los monstruos, la ilustración pierde su marco, convirtiéndose en sangrada; esto genera la sensación de que el espectador ya es participe de la aventura que ha emprendido el personaje. Una vez Max llega al lugar donde habitan los monstruos, la relación de compartimentación se acaba, para establecer una secuencia en la que la imagen ocupa la parte central de la doble página y el texto acompaña en la parte inferior. Esta relación entre elementos, que permanece en varias imágenes, es indicativa de que la imagen en este espacio es más importante y que lo sucedido allí vale la pena de ser observado.
Figura 4. Max juega con los monstruos (obra musical) Fuente: Getty images
En páginas más adelante, cuando Max es nombrado rey de los monstruos y el juego comienza, las ilustraciones de estos eventos ocupan la doble página y el texto es desplazado por completo. En las páginas siguientes, algunas imágenes permanecen sangradas y sin palabras. Finalmente, cuando el niño empieza su regreso a casa, las ilustraciones y los textos empiezan a compartimentarse nuevamente. El tamaño de las ilustraciones en estas últimas páginas empieza a disminuir, hasta que la última página del libro es solo una breve frase. Esta relación entre ilustraciones y texto en Donde viven los monstruos construye la noción de tiempo, que puede ser entendido en dos sentidos: primero, como el transcurrir progresivo de las hechos de la narración que, inicialmente, puede pensarse como lineal, en tanto, hay una definición clara del inicio, nudo y desenlace; pero que si concentra en la forma de distribuir las imágenes y texto, se proyecta como circular, ya que la historia central comienza en el cuarto de Max, da un giro por el mundo de los monstruos y cierra de nuevo en el cuarto del personaje.
Un segundo modo de entender el tiempo se da desde la dualidad realidad/ ensoñación, así las imágenes enmarcadas representan la realidad de Max, y las imágenes que se organizan a doble página en sangrado es el tiempo del encuentro con el mundo de los monstruos que habita en la imaginación de Max.
Muy unido al tiempo se encuentra la noción de ritmo, la cual se construye en Donde viven los monstruos gracias a esa forma particular en que Sendak organiza las lustraciones y texto en el soporte. Las ilustraciones van pasando de la compartimentación hasta ocupar la doble página, del marco al sangrado, de tal modo, que hay una especie de éxtasis en las páginas en las que Max juega con los monstruos: no hay ni una sola palabra, solo se pueden observar las ilustraciones.
Esto hasta que el personaje se harta de jugar y quiere volver a casa, es ahí donde la compartimentación entre texto e ilustración vuelve, así como un tiempo para recuperarse de las emociones antes vividas. Este ritmo se puede graficar como una curva que asciende, tiene un momento de culmen y, finalmente, decrece hasta quedar solo una frase en la doble página.
Otro elemento de configuración dentro del libro álbum que aún no he tomado en cuenta es el de los ambientes. Diaz- Silva y Bellorín explican que los ambientes cumplen varias funciones como “situar la narración en un tiempoespacio; imprimen “tono a la narración” [...]; ayudan al desarrollo de la trama: anticipan, transmiten emociones; caracterizan a los personajes; transmiten información del contexto (cultural, histórico, natural)”. Al partir de estas características del ambiente, lo primero que se podría decir al respecto sobre el libro álbum de Sendak es que este recrea un ambiente que se mueve entre lo real y lo fantástico.
El ambiente real en la obra se da en el espacio de la casa del personaje, el cual, como se ha mencionado anteriormente, se construye a partir de imágenes enmarcadas o claramente definidas en la parte derecha de la doble página del libro. En este espacio se puede observar cómo es el hogar del personaje, su habitación y una referencia temporal que alude a un hogar en una época no muy antigua pero tampoco marcada por el influjo de la tecnología, en ese sentido, se podría decir que el ambiente representa el tiempo en que fue producida la obra, es decir, los años sesenta.
El ambiente fantástico que recrea la obra se da en el lugar donde habitan los monstruos. Este espacio que construye Max en su imaginación es una isla en donde crece a su vez un bosque; en ese sentido, es un espacio impreciso, lleno de lógicas absurdas e imaginarias. Los monstruos son creaturas que combinan aspectos de animales, bestias y humanos, algunos poseen garras, colmillos y otros simplemente pies grandes.
Por cómo se desarrolla historia, los monstruos no son figuras de terror, sino seres nobles, crédulos, amables y juguetones, en cierto modo, estos monstruos son una representación de la infancia que, a pesar del carácter disímil de Max, lo aceptan tal como es.
Una mirada al cine
Como anuncié al inicio de este texto, una vez caracterizado el libro álbum, vale la pena volver la mirada a la película Don de vive los monstruos de Spike Jonze, teniendo en cuenta esos elementos que el director recupera de la propuesta visual y narrativa del libro álbum.
En esa medida, se parte del hecho que como lenguajes distintos (a pesar de guardar el carácter de arte secuencial), el álbum y la película son dos obras únicas en su formato de producción. La línea argumental de la película mantiene una relación con el libro, en tanto, toma un poco del conflicto entre madre-hijo que detona el viaje de Max, los personajes y el mundo realimaginario por donde transita el personaje principal.
No obstante, la película suma elementos que expande el inicio y el conflicto de la historia; de esta forma, hay todo un contexto de la vida de Max, lo que permite ver todas las dimensiones de su carácter. Adicional, se agregan personajes y se llenan de sicología los ya existentes.
El encuentro con los monstruos también se expande en la película, dejando ver el conflicto de intereses entre estos personajes. También es relevante mencionar que el viaje que hace Max por este mundo, el conocer a cada monstruo, le permite un reconocimiento de sí mismo y de su mundo familiar, al punto que, a pesar de la diversión, desea volver a casa con su madre para reconciliarse.
Este aspecto no es tan explícito en el libro, pues los huecos que deja Sendak da para pensar, de forma implícita, que la relación tensa entre madre e hijo se alivia cuando esta deja servida la cena caliente en la habitación del niño. Otro elemento que diferencia al libro de la película es el efecto de verosimilitud que crea esta última, primero, para justificar la existencia de los monstruos y la llegada de Max a donde estos habitan, pues el lugar no nace en su cuarto, sino que el niño se pierde en la ciudad y llega por azar a una ribera. Este efecto de verosimilitud también se puede observar en la apariencia de Max, quien al final de la película se muestra sucio y sudoroso, en sí, se da cuenta de todo por lo que ha pasado, a diferencia del libro donde el niño regresa a su cuarto tal cual como se fue.
Para hablar de los elementos visuales que toma Jonze del libro de Sendak, vale la pena mencionar algunas tomas en las que se conservan los colores ocres, desaturados, que permiten crear un ambiente denso. Igualmente, en las escenas del bosque se conserva la textura visual, lograda a través del pelaje de los monstruos, las betas de los árboles, el piso lleno de hojas y ramas seca. Igualmente, en algunas secuencias de cámara fija se mantiene el peso visual que construye Sendak en el libro, en el cual, el niño queda subordinado con relación a los monstruos, es decir, el fotograma es llenado por los monstruos mientras Max ocupa una parte mínima.
Figura 5. El actor infantil Max Records en el lanzamiento de la película Donde Viven Los Monstruos (2009) Fuente: Getty images
Al igual que el libro, en la película hay un manejo del tiempo en dos sentidos: por una parte, la historia transcurre de forma cíclica, porque el niño sale una noche de su casa, recorre varios días el espacio de los monstruos, y regresa la misma noche en que partió; por otra parte, también está el tiempo de la realidad y el de la ensoñación, marcado en la película por el paso de lo urbano a lo silvestre. Unido a esta descripción temporal se halla la división de ambientes. Así, los monstruos habitan un espacio indefinido donde converge lo peninsular, el bosque y el desierto. Los personajes en este ambiente guardan similitud con los creados por Sendak: son figuras de gran tamaño que tienen rasgos de animal, bestia y humano, se puede decir que casi son la representación en carne y hueso de los que este ilustra en el libro. En conclusión, hay elementos visuales que Jonze adopta de la propuesta estética de Sendak; no obstante, las exigencias del formato audiovisual llevan al director a poner un sello personal a la película que de una u otra manera lo distancia del libro.
Otros puntos de comparación: La cocina de la noche
En este apartado me ocuparé de poner en un breve diálogo la obra Donde viven los monstruos con La cocina de la noche escrita e ilustrada por el mismo Sendak. Considero pertinente el diálogo entre obras del mismo autor, porque esto me permite establecer en qué radica la riqueza visual con la que construyó Sendak sus libros.
La cocina de la noche es un libro álbum escrito e ilustrado por Sendak en 1970, tan solo unos años después de Donde viven los monstruos . Esta obra también alude a un mundo fantástico, donde un pequeño vuela hacia una cocina que prepara pan muy tarde en la noche. Allí el niño tiene la oportunidad de sumergirse en un mundo lleno de aventura y situaciones irreales. A diferencia de Donde viven los monstruos, La cocina de la noche construye su secuencia narrativa en viñetas muy similar a la del comic. Los colores que utiliza Sendak son fríos, en tanto, hacen alusión a la noche, aunque incluye el amarillo, rojo y el azul (propios del comic) sin llegar a la saturación. Otro elemento importante del color es que en algunas partes se aplica de forma plana y en otras con un poco de textura.
Figura 6. Bocetos La cocina de la noche Fuente: Getty Images
El estilo por el que opta Sendak en este libro deriva de la influencia de la tira cómica Little Nemo de Winsor MacCay, que a su vez se inspira en la estética del Art Nouveau. En la siguiente Figura se observa que el cartel realizado por Henri Privat Livemon, la tira cómica de MacCay y la obra de Sendak tienen en común el trazo grueso que permite resaltar el contorno de la imagen y el empleo de una tipografía semejante. De igual forma, en los tres predominan los colores planos y fondos cargados de varios elementos visuales.
Figura 7. Ilustraciones de Privat Livemon y McCay Fuente: Getty Images y Britannica imagequest
Ahora bien, La cocina de la noche y Donde viven los monstruos tienen en común varios aspectos; el primero de ellos, es que ambas obras son construidas con un ritmo visual semejante, en el que los marcos se amplían en la página en la medida que avanza la emoción y la aventura que vive Miguel en la cocina. De esta forma, en las primeras páginas se observa un niño en la habitación en una viñeta que ocupa la mitad de la página; luego el niño sale volando de su cuarto hasta llegar a la cocina, aquí el marco se amplía completamente hasta utilizar la página como segmento temporal; hay una páginas dentro de la cocina que está dispuesta en forma de sangría, la cual representa un punto importante de la aventura de Miguel; finalmente, todo vuelve a la normalidad, Miguel vuela a su habitación mientras el marco se achica hasta quedar en la
viñeta inicial. Un segundo aspecto que tienen en común las obras es que, a través de la relación entre texto e imagen, hay un desarrollo temporal que se da de forma circular: todo comienza con un niño en su habitación, que se transporta a un mundo irreal y que termina nuevamente en el lugar donde todo comenzó. De igual forma, hay un tiempo que se mueve entre la realidad y la ensoñación; el primero, que se muestra a través de viñetas que ocupan solo una parte del texto y el segundo que se extiende hasta llegar en un punto a la máxima emoción, al sangrado sin palabras. Como tercer aspecto en común entre las obras Sendak está el hecho de que hay una división de ambientes: el real y el fantástico. En el plano de lo real se mueve el personaje principal en su habitación, mientras en el plano de lo fantástico está una cocina de la noche, cuyos personajes ya no son monstruos, sino cocineros, hombres de gran tamaño y alegres, que hacen posible la diversión del niño. Como se puede evidenciar, ambas obras tienen varios puntos en común que pueden configurar el estilo del autor; no obstante, cada una parte de la utilización de unos recursos visuales que enriquecen la narrativa de forma particular.
Referencias Dondis, D. A. (1992). La sintaxis de la imagen: introducción al alfabeto visual. Barcelona: Editorial Gustavo Gili. Jonze, S. (2009). Donde viven los monstruos [película]. Jonze, S. (2009). Donde viven los monstruos [documental]. Sendak, M. (1996). Donde viven los monstruos. Nueva York: Harper Trophy. Sendak, M. (2014). La cocina de la noche. Pontevedra: Kalandra. Silva-Díaz, C., & Bellorín, B. (s.f.). Narrar con texto e imagen. Claves para la lectura de un libro álbum. Presentación Power Point. Barcelona: Máster: internacional en Libro y Literatura Infantil Y Juvenil. Van der Linden, S. (2013). Album [s.f.]. Barcelona: Ékare.
FotografĂa por Alejandro Plata
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El Ascenso al Cielo: Roma
Alfonso Cuarón Fotografía por Vivien Killilea/ Getty Images
Por Laura Vivas Especial para la Moviola
Roma es el octavo largometraje como director del mexicano Alfonso Cuarón, ganador del León de Oro en el Festival de Venecia del 2018, filme en el cual participa además como escritor, editor y director de fotografía, la película resulta ser entre líneas un diario personal de su vida. En la privilegiada colonia Roma una casa alberga a Cleo a quien seguimos en su diligente paso para servir el hogar de Sofía y Antonio con sus cuatro hijos y abuela, Cleo junto Adela además de servir en la casa del matrimonio
en crisis salen a cine donde la protagonista conoce a Fermín quien practica artes marciales y cambiará el transcurso de su vida, todo inscrito en México de principios de los años setenta filmado en gran formato digital a blanco y negro.
El filme se concentra en dejar a los personajes interactuar con su entorno, permite discurrir el tiempo verdadero en que sucede las acciones, la poca cantidad de primeros planos y una preponderante elección de composiciones abiertas acompañado del gran formato de la Arri 65 a sugerencia de quien iba a ser el director de fotografía, Emmanuel Lubezki, es la columna vertebral narrativa de la película, una forma de explicar que los personajes existen gracias al contexto en el que están inscritos, ilustrando que desde lo particular posiblemente estemos viendo un retrato más amplio.
Los planos abiertos también funcionan como un símil a los sentimientos de los personajes, una pantalla de cine muestra un avión en inevitable picada mientras Cleo le cuenta a Fermín sobre su “encargo” esta la manera que propone el director para adentrarse en la mente del personaje, contrario a los zooms in dramáticos, Alfonso Cuarón como director de fotografía decide utilizar el recurso del travelling horizontal para seguir al personaje en pantalla, como un pez contra la corriente, Cleo corre por las calles de la capital o se lanza a un mar sin saber nadar. Esta conexión con el entorno permite darle un peso al relato, posibilita entender las circunstancias en que se escriben los personajes y la magnitud del suceso se representa como un evento colectivo compartido que quema la memoria como una forma de honrar el pasado, como sucede en la secuencia de la Matanza del Jueves De Corpus.
El entorno que inscribe a los personajes definen sus destinos, Cleo y Sofía comparten un modo distinto de ser madres mientras Cleo despierta, alimenta, besa, cuida y acuesta a dormir a los niños con dulzura y canciones que hablan de ángeles en Mixteco, las imágenes del filme nos develan el verdadero sentimiento sobre su embarazo, piedras sobre la incubadora después del temblor del setenta, o un recipiente de barro que contiene Pulque y se rompe antes de que pueda probarlo, en la sala de partos se
enfrenta a que sus deseos se hagan realidad, su personalidad se resquebraja al igual que Sofía mientras su esposo deja toda la responsabilidad de la casa en sus manos, entendemos que han compartido los mismos sentimientos, en esa desesperación de hacerse cargo solas de un destino que era compartido junto a un otro, Cleo y Sofía son ahora el pilar del hogar abandonado por el padre, la protagonista es abrazada por toda la familia, como la llama ardiente que ahora los mantiene vivos, pero qué tal vez también logra asfixiarla.
Roma es una representación cuidada que busca celebrar y honrar el tiempo y el espacio donde los personajes resultan reales, gracias al énfasis de Alfonso Cuarón a mantener el guión en secreto en set para crear un caos orquestado. No pierde oportunidad alguna para crear metáforas visuales, como el constante paso de aviones en el filme, o las canciones que acompañan a Cleo incidentalmente como Te He Prometido de Leo Dan o No tengo Dinero de Juan Gabriel, con la presencia de la cultura mexicana, en símbolos y escenarios como El Teatro Metropólitan o el Centro Médico Nacional. Por medio de la ficción logra entrecruzar eventos históricos decisivos en la trama.
Roma es posible por el trabajo de Alfonso Cuarón como director en Y tu Mamá También (2001), Hijos de los Hombres (2006) y Gravity (2013) lo que él define como “el músculo narrativo” ha permitido que Roma discurra con naturalidad entre la construcción del entorno y la relación con los personajes complementado por los efectos especiales con los cuales ha encontrado cierta comodidad por medio de su trabajo previo, posibilitando concentrarse en construir una narración coherente que apunta a repensar el concepto de familia, una oda a Cleo que asciende a los cielos en una escalera de metal.
Laura Vivas Instagram:@elcinependeunhilo
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Ecos de Milak (revisitando el blanco y negro)
Aspecto de la exposición de Milak en el Claustro de san Agustín Bogotá. Fotografía por Andrés Romero Baltodano
Por Andrés Romero Baltodano Director Revista Alternativa Multicultural La Moviola
La Universidad Nacional de Colombia resolvió “resucitar” el espacio del Claustro de San Agustín desde que mostró, la exposición Testigo de Jesús Abad Colorado, más interesante desde lo etnográfico y documental que desde lo fotográfico, pero documento imprescindible de nuestros baños de sangre y tierra.
El espacio del Claustro, que nos trae recuerdos de la opresiva colonia, es generoso para montar exposiciones de largo aliento y es el caso de una bella, delicada y profunda exposición del artista bosnio Radenko Milak quien a partir del título del libro de Paul Virilio “Universidad del Desastre” (2007), vuelve como en un “remake” fotográfico con técnica de espejo, a volver sobre los pasos del Blody Sunday , Martin Luther King,Bruegel, Sadam Hussein,el “Portenazo”,Rose valland, el Blitz alemán, llenando de tinta sus herramientas y posando sobre el papel su corazón blindado ante tanto horror. La exposición permite entrar en estas realidades, con una traducción plástica desde el remake que, al convertir fotografías de fotoperiodistas en tintas, va tejiendo dentro del espectador un bello puente lleno de recuerdos y pesadumbres. Hermosa exposición (de las que si vale la pena traer) complementada con la exposición “Endless Movie”, un acercamiento al cine en secuencias de directores como Grigori Tchoukhrai, de Sica, Bergman, Godard, Khutsiev, Yoshida, Parajanov que se detiene como un motociclista congelado frente a fotogramas específicos de las secuencias, logrando un sentimiento de extrañamiento del dispositivo cinético ,pero entrando a proponer estos fotogramas como paradas obligatorias de un microuniverso, donde se cruzan las verdades y mentiras como fuegos artificiales abriendo heridas y rompiendo huesos. Complementando las dos expos vemos los dos cortometrajes de animación de Radenko Milak “The Other Side of The Moon” y “ Shadown to Catch Prey” ,que nos recuerdan los trazos del maravilloso animador William Kentridge y permiten que dentro del blanco y negro, se descubran otros colores y viajes al sinfín de los desgarres. Milak: es un deber (para todo interior-noche) verlo.
FotografĂa por Alejandro Plata
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El otro Parr (ni siquiera está embotellado) Por Andrés Romero Baltodano Director Revista Alternativa Multicultural La Moviola Hay experiencias tenebrosas en el arte visible que a veces nos suceden a los que continuamente estamos yendo a los museos y galerías de la ciudad y una de ellas es la visita inane a la exposición del “famosísimo” fotógrafo Martin Parr titulada Souvenir, en el MAMU del Banco de la República. Todos sabemos que, para llegar en el caso de las artes plásticas a ser exhibido, se pasa por una serie de hechos “afortunados” o “desafortunados”, que permiten que una exposición llegue a los ojos del público. Si las personas en general supieran la cantidad de trámites, que tiene un artista para exhibir su arte se asombrarían y es por esto por lo que cuando uno llega a un museo o a una galería, espera que esos trámites sean para bien de la sensibilidad y del arte y no que la exposición sea de una calidad tan baja, que cause en uno una pesadumbre y un sentimiento de lastima. La exposición del “fotógrafo” Martin Parr (que estuvo en la sala del MAMU en Bogotá) es por decir lo menos un fiasco fotográfico de elemental calidad, de aquel tipo de fotografía que se ve mucho en festivales contemporáneos, donde fotografiar de la manera mas burda un plato de galletas o unos restos de comida, es alabado por “curadores” que se dicen Avant-Garde o que quieren seguir esta moda de un tipo de fotografía que ni siquiera llega a “casera” o amateur, dado su alejamiento de la estética de las búsquedas fotográficas que han tenido Berenice Abbott, Claude Cahun, Fernell Franco, Misha Gordin ,Michael Ackerman y tantos otros.
Souvenir de Parr disfrazada de “sentido del humor” de la “vida británica” , es un insulto a la estética, un adefesio de marca mayor que viene respaldado por Magnum y otros curadores, que ven en una foto sin argumentos, de pésima calidad fotográfica lo novedoso y elevan a categoría de maestros a este tipo de fotografos.
Lamentable que un Museo como el MAMU del Banco de la República , que en general (no todas las veces) invierte en traer muestras interesantes y que le aporten tanto al público, como al mundo fotográfico, este exhibiendo esta precaria muestra fotográfica, que así mil teóricos intenten con eufemismos filosóficos y nombres de movimientos avalar estos desastres, la fotografía en el mundo tiene maestros verdaderos (y muchos) que a lo largo de la historia han dejado huella con sus magníficos trabajos.
FotografĂa por Alejandro Plata
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Juana Gaitán o las hojas que se leen desde cualquier planeta
Fotografía por Edgar Rodríguez S.
Por Andrés Romero Baltodano Las voces que escuchamos, las voces que se nos cuelan por entre la realidad hacen que volvamos el rostro y nos detengamos sobre ellas. La radio que sigue en un mundo hiperbolizado continúa siendo un mercurio o chasqui de tantas cosas y entre ellas las emisoras que proceden de estamentos universitarios, entidades públicas y que se preocupan por generar contenidos y no repetir cuñas interminables de galletas o carros de colores. Los medios en general que están al borde “del camino” como la canción de Fito Paez, nos descubren voces como la de la artista colombiana Juana Gaitan que amablemente nos envíó su biografía y nos contestó esta
entrevista, para que los lectores de La Moviola se acerquen a otras voces, otros ámbitos. Juana Gaitan: Guitarrista, cantante y compositora Colombiana lincenciada del Conservatori Superior de música del Liceu (Barcelona) en la especialidad de guitarra jazz. A lo largo de su carrera musical ha colaborado en vivo y grabado con diferentes artistas como Elkin Robinson, Anita Zengeza, Papa Orbe Ortíz, Elephant Step, Cecilia Debergh, Alejandra Restrepo, ha abierto conciertos de las bandas Colombianas Systema Solar y Sidestepper, ha participado en festivales musicales como el Formentera Jazz Festival, Mar de Músicas (Cartagena), BAM Festival - La Mercè (Barcelona), Barcelona Reggae Festival, Festival Grec (Barcelona), entre otros, y ha liderado los proyectos musicales Zouké Root, Alacanto y Juana Gaitán Cuarteto. En el 2017 lanza su primer álbum titulado 'Filo de montaña' junto a su quinteto Alacanto, en el cual compuso e hizo los arreglos musicales. Este trabajo fue producido por Juan Rodríguez Berbín y fue masterizado por Carlos Freitas (Classic Master). A comienzos del 2019 lanza su segundo trabajo discográfico como solista titulado 'Nueva Flor'. En este proyecto la acompañan los músicos Bernardo Parrilla, Juan Manzano y Jairo Rodríguez. Fue mezclado y masterizado por Daniel Zarate (Mix Factory).
Páginas: YouTube: https://www.youtube.com/channel/UCjsFGGTGAOsCVHSd0dzyDsg Spotify: https://open.spotify.com/artist/5Vbqj3SFg14osoCL34Pd3C?si=t7xs17uWQ LSCoHsuxLeMkg Facebook: https://www.facebook.com/juanagaitanmusica Instagram: https://www.instagram.com/juanagava/
Andrés Romero Baltodano: ¿Bordeando tu infancia dónde están las notas, las líricas que hacen que descubras dentro ti la música? Juana Gaitán: La primera historia musical de mi infancia (que no recuerdo) me la contó mi madre hace pocos días. Me encontró cuando tenía 1 año de edad sentada en el suelo de la cocina con todas las ollas y las cucharas de palo afuera de los cajones. Me dice que armaba una bulla tremenda y que me gustaba “crear música” de esta manera constantemente. A los 3 años me escapé de mis padres en la plaza de Villa de Leyva. Crucé toda la plaza sola persiguiendo la música que sonaba dentro de una chiva. Ellos se dieron cuenta de que me había ido cuando estaba intentando subirme por la parte trasera del bus. Más adelante vino el canto. Me encantaba aprenderme canciones infantiles de memoria o inventar canciones mientras hacía las cosas aburridas que debía hacer; recoger los juguetes o ir a dormir temprano. La guitarra también estuvo muy presente en mi vida desde siempre, pues era el instrumento que teníamos en casa. Mi madre se lo había regalado a mi padre antes de que yo naciera así que fue fácil cogerle cariño desde el principio. A los 5 años pedí clases de guitarra y a los 6 toqué por primera vez frente a un público. Nunca se me va a olvidar esa noche, yo era la primera de la lista y la menor que iba a presentarse. Toqué Estrellita.
Fotografía por Andrés Romero Baltodano
AR: ¿Hay influencia de poetas puntuales en tu obra? (¿cuáles y porqué específicamente esos?) JG: Mario Benedetti y Miguel Hernández. Hay muchos más, pero voy a decir solamente estos dos nombres ahora mismo, pues son los que más me han maravillado, los que han tocado las fibras más profundas de mi ser. Leyéndolos hasta se ha parado el tiempo. Me he sentido enamorada y sumamente triste, he reído y he llorado con muchos de sus versos. Han influenciado no solo mis canciones o mi manera de escribir, también mi manera de ver el mundo. Leo poesía con mucha frecuencia sobre todo por las noches y suelo jugar a abrir los libros en cualquier página, como si fuera un oráculo, a ver qué poema es el indicado por el azar en ese preciso momento.
Fotografía por Edgar Rodríguez S.
AR: ¿En tu camino de construcción música cabe la música sinfónica? ¿Autores? JG: Cabe. Claro que sí. Estar frente a una orquesta sinfónica o a una filarmónica es sin duda una de las cosas más bellas que he podido experimentar. No hace mucho trabajé para el festival de música clásica de Bogotá y tuve la suerte de presenciar ensayos y conciertos de varias orquestas internacionales y nacionales. La filarmónica de Konstanz (Alemania) dirigida por Ari Rasilainen fue mi favorita, aunque la orquesta del festival de Dresden (Alemania) dirigida por Johannes Klumpp, tocando el
requiem de Brahms, me dejó impactada por varios días.
Hombre tocando la guitarra barroca por J.C. Weigel Imagen tomada de Britannica Image Quest
AR: ¿El barroco en la música es un camino qué puertas te abrió? JG: He tocado algunas piezas para guitarra, pero solo eso. No he profundizado más. Mi último maestro de guitarra me hacía imaginar los escenarios propios de la época, para que las interpretaciones fueran más verosímiles. Era un ejercicio que disfrutaba mucho. AR: ¿El cine tiene que ver con el constructo de tu obra? ¿Hay directoras o directores en tu pasado o en tu presente? JG: Más que hablar de directores o directoras, podría hablar de algunas
películas que se han quedado grabadas en mi memoria, sobre todo por su banda sonora, pues es lo que más me atrae cuando veo cine. Empezaría por Timbuktu dirigida por Abderrahmane Sissako, la música es absolutamente maravillosa y es de Amine Bouhafa. Me gustó también Birdman (Alejandro González Iñárritu) y la música del increíble baterista Antonio Sánchez, Babel del mismo director y la hermosa música de Gustavo Santaolalla. Isla de perros (Wes Anderson) y la música de Alexandre Desplat y Roma de Alfonso Cuarón no tanto por su música, sino por su fotografía y su historia. Es un relato de vida de personas sencillas y verdaderas. AR: ¿Para encontrar nuevos abismos prefieres de compañero a Neruda o a Silvia Plath? JG: Neruda. Él ha estado presente en varias etapas de mi vida y su poesía siempre ha sido una gran compañera. A Silvia la conozco poco.
Fotografía por Andrés Romero Baltodano
AR: De la fotografía que han visto tus ojos, ¿reconoces algunos fotógrafos, ¿cuáles están sentados en tu memoria? JG: Hay un fotógrafo llamado Jimmy Nelson que hizo un proyecto de fotografía hermosísimo llamado ‘Before they pass away’ que me sorprendió mucho. Realizó un viaje retratando a cientos de personas pertenecientes a varios pueblos indígenas de todo el mundo. AR: ¿Tus letras son fotografías o películas? JG: Es una pregunta difícil. Algunas podrían ser fotografías y otras películas. Cada canción es un mundo distinto. AR: ¿Tus letras buscan lo lírico, lo surreal o lo brevemente metafórico? JG: Sobre todo lo metafórico. Mis letras son en su mayoría, paisajísticas.
Detalle de la Casa Mila diseñada por Antoni Gaudí Imagen tomada de Britannica Image Quest
AR: ¿Barcelona podría existir sin Gaudí? JG: Podría. Gaudí la embellece, la caracteriza y es uno de sus símbolos más importantes. Aun así, Barcelona es y será siempre una ciudad hecha de muchos retazos, al igual que cualquier gran ciudad. A París le tocó seguir siendo París sin Notredame. AR: ¿Gaudí en algún momento te empujó a canciones tuyas o de otros? JG: No sé si de otros. Probablemente sí. Yo no tengo ninguna canción inspirada en sus obras, pero sí me he maravillado inmensamente con ellas. AR: ¿Qué diferencia encuentras entre músicos catalanes y los denominados españoles? JG: El idioma, lo primero. Cada vez hay más música en Catalán, lo cual me parece fantástico pues es una lengua que quiero mucho. Lo segundo es que entre más al sur se vaya, inevitablemente más influencia del flamenco encontrarás. Esta se escucha en las melodías, en la armonía, en el ritmo… Aunque el “deje” flamenco también se siente en el norte, en el sur siempre estará mucho más presente, pues es originario de esta región.
Fotografía por Edgar Rodríguez S.
AR: ¿Si hay un movimiento independentista en Barcelona para ti qué es la independencia? JG: Este es un tema muy sensible y complejo. La independencia tiene muchas caras distintas y hay varias posturas políticas diferentes, todas vestidas con el mismo nombre. Es un tema que ha causado mucha división y peleas entre familias, algo que me parece muy absurdo. Hay un tipo de independencia que lucha para que se reconozca la diferencia cultural que existe del resto del país y por el reconocimiento global de su lengua. Hay otra orilla que lucha solo por sus intereses económicos.
Siempre se ha entendido a España como un ‘paquete completo’ y es un país muy diverso, cosa que pasa en cualquier país. Es muy difícil para mí opinar sobre esto, pues mi visión siempre será la de una extranjera. AR: ¿Crees que un artista puede ser isla, archipiélago o continente? JG: En todo caso, sería todo menos isla. Un artista está en constante evolución y para eso necesita estar en contacto con lo desconocido, con la diversidad, con otros artistas.
Imagen tomada de Britannica Image Quest
AR: ¿Dentro del recorrido de tus letras qué camino podrías señalarnos que has recorrido? JG: Son recuerdos, nostalgias, amores, desamores. Siempre escribo canciones sobre las cosas que me suceden, al igual que le pasa a mucha gente que también compone. Como dije antes, me gustan las metáforas y tengo varias letras paisajísticas. Relatan varios viajes que he hecho, el haber estado 10 años lejos de casa,
mis despedidas y reencuentros, mis anhelos, mis gatos y mi manera de ver el mundo. AR: ¿Es algo para ti Luis Eduardo Aute? JG: Pedro Guerra, Javier Ruibal y Luis Pastor han significado mucho para mí. Hasta el momento no he sido seguidora de Aute. AR: ¿Es algo para ti Lluís Llach? JG: No especialmente. Serrat sí que ha estado muy presente, siempre. AR: ¿Es algo para ti Ellis Regina? JG: Es sin duda alguna una gran referencia vocal. Para mí lo fue hace unos años. Ahora mismo escucho más a su hija; Maria Rita.
Robot humanoide de Lego Imagen tomada de Britannica Image Quest
AR: ¿Aunque eres muy joven el ser humano se refleja en tus letras o es un robot autónomo? JG: La palabra robot me da escalofríos. Hago todo lo que está a mi alcance para que mi ser se refleje en mi música. Espero haberlo logrado. AR: ¿Cómo veías esta Colombia herida desde Barcelona? JG: Curiosamente, aprendí más sobre Colombia estando fuera que cuando he vivido aquí. La añoranza de la tierra amada hizo que me pusiera a investigar sobre sus músicas tradicionales, sobre su historia y sobre su presente. Creo fervientemente que hay que alejarse de los sitios que conocemos para conocernos mejor a nosotros mismos y para poder valorar con más ímpetu a esos viejos sitios donde conocimos el mundo por primera vez. Colombia siempre ha estado herida y es una herida que cargamos todos los que aquí nacimos. Desde Barcelona la añoré mucho y deseé mucho volver para darle un poco de la persona en la que allí me convertí.
Fotograma de la película Z de Costa Gavras (1969) Imagen tomada de Britannica Image Quest
AR: Crees que un artista debe ser instrumento y ser actuante como político (no ideológico partidista). JG: Ser artista ya es un acto político de por sí y en mi opinión es la manera más sensata de hacer política. El artista está en una constante lucha consigo mismo por ser mejor, no lucha para afuera ni lucha contra otros. AR: ¿Qué opinas de la corriente de la música que “ornamenta” a los cantantes como modelos para instalarlos en el mercado? JG: Es algo muy peligroso pues varios parecen cortados con la misma tijera. No hay espacio para la innovación, para la originalidad ni para la sinceridad. Creo que es una corriente muy alejada de la busqueda profunda que supone el ser músico. AR: ¿La perversa sexualización de ritmos primitivos como el reguetón, crees que perjudica la música en general? JG: El ritmo no es perverso. El ritmo es solo un ritmo y nada más. Lo grotesco, perverso e infinitamente triste son sus letras, sus mensajes, su manera de ser tan elemental. No creo que perjudique a la música en general sino a las personas que lo escuchan, lo cantan y lo bailan de manera inconsciente.
Fotografía por Andrés Romero Baltodano
AR: Describe brevemente tus trabajos y sus razones conceptuales: JG: Mi primer trabajo se llama Filo de montaña y está inspirado en dos poemas que le escribí al pueblo de Barichara. Está compuesto y arreglado para formato de quinteto (guitarra eléctrica y voz, contrabajo, batería, saxofón tenor y trompeta). Son ritmos latinomaericanos influenciados por armonías jazzísticas y espacios para la improvisación. El disco está hecho para escucharse de arriba abajo, sin cortes, pues añadimos unos poemas recitados que sirven como puentes entre las canciones. Mi segundo trabajo se llama Nueva flor y es mucho más ‘acústico’. El formato es de cuarteto (guitarra y voz, contrabajo, saxofón y flauta, percusión) y está inspirado en mis recientes dos años de vida. La música está pensada desde la guitarra de cuerdas de nylon. Los ritmos suenan aún más latinoamericanos pues en la percusión usamos un bombo legüero, bombo andino, cajón peruano y semillas.
AR: ¿Que está pasando con la obra de Juana en estas primeras dos décadas del siglo XXI? JG: Está surgiendo, rodando, dándose a conocer. Aún queda mucho camino por delante y mucho trabajo por hacer. La intención principal es que se escuche. Ese es el objetivo y yo seguiré trabajando para seguir lográndolo. AR: ¿Hacia dónde va tu obra? JG: Otra pregunta difícil. La obra de cualquier persona que crea está ligada a sus vivencias, experiencias y mundos imaginarios. Quiero seguir en el camino de la canción de autora. Amo escribir y componer canciones, aunque no sé de qué hablarán las siguientes. Lo que venga musicalmente depende de lo que me toque seguir viviendo.
Contra monumento de Doris Salcedo Fotografía por Andrés Romero Baltodano
Para los lectores de la Moviola, Juana nos ha enviado algunas de sus letras que publicamos a continuación:
Fotografía por Andrés Romero Baltodano
Nueva flor:
https://open.spotify.com/album/5RWXQazhgaJa3kULKaN48O?si=k8ebIXF WQcqeTuP1g488XQ https://www.youtube.com/watch?v=WV2jjbPP4Po Cuenta la historia que un día cualquiera de pronto la fantasía se instauró Anochecía en un lugar corriente y él primero a ella miró le habló irrumpiendo en su concentración
y a su silencio atento ella le respondió sonriente Quién se iba a imaginar que aquel mirar traería una historia de alma vieja Es así, cómo empezó a tejerse un amor Es así, cómo empezó a brotar una flor Una nueva flor brotó ligera y sin aviso entre dos almas, dos tierras una nueva flor, apareció muy decidida de raíz fuerte escondida
Barcelona, 2018
Fotografía por Simón Romero Peña
Desde ti:
https://open.spotify.com/album/0ubmERPN2ZlqLgbaYyFe22?si=liLvnHSS Q5q5wteRix4HTA https://www.youtube.com/watch?v=Be_fcEKkYzI Pasa que desde ti la vida me sorprende no encuentro nada comparable a lo que das el mundo recorrido es una tontería si pienso en tu mirada atenta y cristalina No existe ningún verde como el de tus ojos ni árboles más firmes que tus abrazos ningún pétalo parecido a tus labios ni caricias como las de tus manos Pasa que desde que estás me reencontré con las nubes en ellas veo figuras de nuestro amor en las luces los pájaros cantan diferente entonan poemas al verte prefieren no alzar su vuelo se aquietan para mirarte
Barcelona, 2018
Fotografía por Andrés Romero Baltodano
Amables días grises:
https://open.spotify.com/album/76ujOPwu2xuX4xOHh2masX?si=nTqpJUE 2Qyytu0dhUm9ePA https://www.youtube.com/watch?v=LcwnTTIcXGo Amables parecen los días grises las lluvias y horas de silencio después de tantos demonios conocer todo se torna más sencillo y llevadero
Recuerdo cómo se sentía la vida con miedo mis ojos no miraban aunque abiertos el habla seca repetía mil discursos y la escucha hospedaba los abusos Al final la vida siempre gana la alegría inunda si se llama aparece gente en el camino que te guía cuando te has perdido ahora doy certeza de los ciclos de la perfección de todo lo que pasa la confianza es dueña de mi mente eso es lo más valioso y pertinente
Barcelona, 2017
Fotografía por Andrés Romero Baltodano
Filo de montaña:
https://open.spotify.com/track/4W3U22TcYMKgn53OlTNrrg?si=ydRHArv4 SYibDZ4lmzzKUQ https://www.youtube.com/watch?v=o-0-RZYSb6M
La noche me amenaza en frente como filo de horizonte caderas curvas por arriba destellos de estrellas como luces caderas curvas por arriba destellos de estrellas como luces
Quién será el que mira mi casa estrella desde lejos quién será el que mira desde lejos mi casa estrella
Acaso el firmamento se bajó en el ocaso, y se quedó cual firme espejo? Ya ni sé, si es tierra opaca ya olvidé como fue en el día esa curva desafiante, lejana negra y tibia
Barichara, 2013
Fotografía por Andrés Romero Baltodano
Décima: https://open.spotify.com/album/3BGojjb3RT8ZQ2a0jVGKqV?si=ophRDXizR K-KsC9q3FtqUw https://www.youtube.com/watch?v=m1mkUK2drIA Cuánto baile en tu mirar parecen hierbas del llano esas que brindan su grano frutos de un buen arar de aquel que sabe cantar a la fértil tierra suave hecha cuna donde cabe la vida en su esplendor no hay prisa sí hay fervor
del mirar que todo sabe Cuánta magia trae tu andar como caricias del viento aves salen al encuentro para observarte bailar soplas vida al celebrar y contagias dulcemente a los dioses a la gente unes todo en igualdad hasta a la eternidad la convences ágilmente
Barcelona, 2017
Fotografía por Andrés Romero Baltodano
Mis gatos negros:
https://open.spotify.com/track/3wamWUz8cs7kCPGvtmcANd?si=AYA9qB AsQ_eektWWub2i1A
https://www.youtube.com/watch?v=KxRV956uB3M
Su terciopelo negro de carbón encandilado que hace juego con sus ojos, verdes perlas destellantes dientes finos nacarados suave esponja la que pisa mis rincones, mis hogares. Silencios entre siestas, entre luces, entre tardes mis silencios y los suyos tan sencillos, tan amables mis silencios y los suyos, empatía, inexplicable. Soles míos, mis guardianes compañeros de los astros tejedores de mis aires protectores de las penas vienen siempre en oportuno a escucharme o a mirarme. Saberes incontables albergan en sus posturas relajadas, verdaderas, de felinos ancestrales
Barcelona, 2016
Fotografía por Andrés Romero Baltodano
Azares:
https://open.spotify.com/track/4Er0M83ghZhcn6dL8EnNhx?si=8U7Qjry0Q Za4DvAFpjlpvg
https://www.youtube.com/watch?v=lHq9VKZtq7I
El más grande desafío de la vida es vivir serenamente las sequías los desiertos tan extensos como mares los silencios clandestinos en el tiempo
la verdadera prueba del destino es mirar de frente a lo aprendido es amar regalando alas frondosas y sin miedo escarbar en lo escondido
Cuando la llama fiel de la mirada de tristeza se apaga, la escuda el alma la guarda y la mantiene protegida y le canta como a una pequeña niña
El más grande desafío de la vida es vivir serenamente las sequías permitiendo que la lluvia sea el llanto que deje brotar de dentro nuevos, frescos, verdes claros
Barcelona, 2016
FotografĂa por Alejandro Plata
FotografĂa por Alejandro Plata
EL CINE DEL PUEBLO
Exposición cine de barrio Museo de Bogotá Fotografía Andrés Romero Baltodano
“Algunos dicen que toda esta vaina comenzó con esa Filmación”. G. García Márquez
Por Luis Alfonso Otálora Bonilla Especial para La Moviola Se dice que con el paso de los años se recuerdan mucho más las cosas que quedaron más lejos en nuestra historia personal que las recientes. Tal vez sea cierto y también quizás se deba a que las cosas que vivimos en los años primeros, sobre todo en las épocas juveniles, están entrando sin obstáculos a una memoria que se estrena, y que con ellas pasa como con los árboles, cuyas rugosidades más profundas están cerca a la raíz porque son las primeras que se formaron.
Además, en esos tiempos no tenemos aún herramientas para entenderlas ni vida suficiente para compararlas. El cine, que ocupó un lugar sobresaliente en la vida de los pueblos y las ciudades, es una de esas cosas que entraron con gran fuerza a habitar esos primeros espacios de la memoria. En mi pueblo, Florencia, había por los tiempos de mi niñez lejana un solo teatro llamado, claro, Teatro Florencia. Seguramente era una pequeña sala que entonces parecía inmensa, con hileras de asientos rojos fijos de pared a pared y maltratados por el uso, y una pantalla grande al fondo en donde desfilaban las historias. Pero no fue allí donde vi las primeras proyecciones de películas. Siendo muy niño mi hermano mayor me llevó a la presentación de una cinta contando las aventuras selváticas de un Tarzán de carne y hueso, no como el que conocía en las tiras cómicas de El Tiempo en las cuales había hecho mis iniciales ejercicios de lectura. Este Tarzán era el actor Johnny Weissmüller, en la vida real un ganador de medallas olímpicas de natación, haciendo proezas acompañado por la inseparable Chita en una selva de mentiras y ríos que nos parecían muy grandes, cuando nosotros teníamos en las mismas goteras del pueblo verdaderas selvas de árboles colosales y ríos de caudales impensables para quien no los conoce, pero de pié, viendo la proyección en la pared de un colegio, disfrutamos el espectáculo. El Teatro Florencia tenía como entrada un pequeño vestíbulo en donde se exhibían los carteles con las imágenes de los actores de la película que se estaba presentando y de las que vendrían. No eran fotografías sino dibujos hechos a mano por dibujantes no muy diestros, me parece hoy, y en los cuales pudimos ver seguramente a una Sarita Montiel de labios rojos y mirada provocadora, a una virginal Vivien Leigh, y si no estaba, pensemos que sí a la gran Simone Signoret, y tantas otras que no llegaron a alcanzar ese Olimpo de diosas del celuloide, como también a los infaltables vaqueros de fieras miradas que se convertirían en nuestros héroes de sueño. Era como un ritual que los transeúntes se detuvieran para mirar estos carteles de vitrina.
Allí tuve uno de mis primeros miedos, uno que me duró mucho tiempo. Era muy chico aún y mi hermano mayor había conseguido su primera novia, una bonita muchacha que vivía en los finales del pueblo por esos lados, por los lados de la bella finca de Versalles donde habíamos nacido los dos últimos hijos de mis padres. Desde Versalles se podía ver la casita de la muchacha, y sucedía que cuando a ella la dejaban ir al cine con su novio, se paraba fuera de la casa y batía un trapo rojo, si no, entonces el trapo era blanco. Una vez que la tela batió su rojo por los aires, yo hice berrinche para que mis padres me dejaran ir con él, mi hermano, su novia y mi hermana, hasta que conseguí su permiso. La película resultó ser de uno de esos monstruos creado en un laboratorio. Pienso que no era el famoso Frankestein, cuya fama ha distorsionado el cuento, porque ese nombre es del creador no de la criatura. Ese monstruo se levantaba de pronto de una sala de operaciones envuelto totalmente en vendas, caminaba torpemente y empezaba a destruir el laboratorio y a acabar con cuanta persona se le acercaba, inclusive con su creador. A alguno lo reventó contra la pared. En verdad era muy feo todo y no adecuado para que un niño, como era yo, lo viera, pero en aquellos tiempos la censura no era tan rigurosa y tal vez fue suficiente un “yo respondo” de mi hermano. El miedo se apoderó de mí y la diversión se convirtió en una tortura. Cuando salimos, caminé literalmente pegado a mis hermanos. Desde ese día mi vida cambió, pasaba las noches sin dormir en medio de sueños agitados. En las noches en la ciudad hay mucha luz, pero en el campo los patios son de una densa negrura, y cuando es más clara la noche por la luz de la luna, las cosas y los animales que se mueven, parecen fantasmas, así que procuraba no asomarme al patio, pero como el baño estaba un poco retirado de la casa, ir allá era una verdadera tortura y me costaba mucho trabajo lograr que alguien me acompañara.
No volví a explorar por los alrededores ni a visitar mis árboles favoritos ni a mirar las hormigas subiendo por los troncos. Toda esta pesadilla la viví en silencio, no se la conté a mi madre por el temor de que me pensara como un cobarde ni a mis hermanos porque se burlarían de mí. Y mucho menos a mi padre por su seriedad y distancia. ¡Había perdido mi mundo! Pienso que esta película me impresionó tanto, porque yo tenía una imaginación muy activa, inventaba tantas historias que mi mamá y mis tías decían que no sabían de dónde sacaba yo tanta cosa. Esto, que me duró algún tiempo, lo viví solamente acompañado por mi perro Tifón. En este pequeño teatro antes de comenzar la película siempre colocaban como abrebocas una pequeña pieza musical que con el tiempo supe que se trataba de un fragmento de la Marcha triunfal de Aída, después habría de convertirla en una de mis piezas favoritas por la belleza de la composición de Verdi, pero, seguramente, también porque era una de esas piedras finas que engastamos en las joyas que son algunos de nuestros recuerdos. Sucedía que muchas veces los muchachos del pueblo llegaban en grupos y, mientras alguno distraía al portero haciéndole preguntas, los demás entraban a la carrera a la sala. Entonces se formaba la barahúnda y los asistentes gritaban: ¡cójanlos!, ¡sáquenlos!, ¡corran! Prendían las luces y hasta que se calmaba todo volvía a reiniciarse el espectáculo. Todo era risas y gritos. Yo nunca lo hice porque pensaba que la policía me cogería preso. También pasaba que casi siempre la cinta se rompía, entonces la pantalla se tornaba de un blanco manchado con rayas móviles y la sala se llenaba de silbidos y protestas, pero en verdad nadie estaba tan disgustado pues al ir allá se sabía que casi con seguridad eso ocurriría. En este recinto oscuro las señoras lloraron con los amores prohibidos, las niñas pudieron asir la mano del muchacho de su corazón enamorado y sentir los ardores que habían tratado de acallar en las visitas de familia, los jóvenes contarse sus aventuras atrevidas con todo tipo de mujeres mientras los demás espectadores los increpaban para que dejaran escuchar los diálogos, y los más niños emocionarse hasta el delirio con los vaqueros matando
indios en las planicies ficticias del suelo norteamericano.
Este cine de pueblo fue, me atrevo a decirlo, la primera forma como empezó a entrar el mundo, un mundo que luego llamarían globalizado, a las regiones apartadas de vidas sencillas y aconteceres pequeños. Más tarde, ya en la gran ciudad, aún conservé un poco de la exaltación de ir al cine. Fue de manera distinta y en las grandes salas. Constituyó una emoción enorme entrar, por ejemplo, al gran teatro Embajador, plagado de sillas ubicadas de forma circular y en niveles, y teniendo al frente una pantalla impensable por su tamaño en las experiencias pueblerinas, para esperar la aparición del león de la Metro o los picos de elevadas montañas heladas de la Paramount o los inmensos números y letras en sesgo de la 20th Century Fox. Pero las existencias de todas las cosas son en un perpetuo movimiento y esto también acabó. Vino la moda de los centros comerciales con sus pequeñas salas de cine, muy exclusivas sobre todo por los precios, y sin la fascinación encantada de antaño, y no volví. Hoy miro muchas películas de un cine que puedo seleccionar, en mi vivienda, sentado frente al televisor, pero aquí prevalece el interés por la obra sabiendo que he perdido para siempre la magia de ir al cine.
FotografĂa por Alejandro Plata
FotografĂa por Alejandro Plata