A Luisa le gusta mucho el sol. Le gusta su calor que da vida a la naturaleza y su luz que ilumina todo. Luisa sabe que el sol es como un guardián que nos cuida día con día.
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Sueña que va a visitarlo y que juega con él, a veces cantan y otras se acompañan recorriendo el campo y las flores.
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Al final del dĂa, se despiden para ir a dormir. Mientras Luisa va a su cama, el sol duerme tras las montaĂąas.
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El problema es que Luisa le tiene miedo a la oscuridad y cuando el sol se va, quiere que los focos se queden encendidos toda la noche, sin descansar.
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Su papĂĄ le dijo que los focos son como soles chiquitos, porque dan luz, pero si se dejan prendidos mucho tiempo, lastiman a las plantitas y a los animales. Por eso, los focos tambiĂŠn se deben ir a dormir.
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Luisa ve ahora las noches llenas de soles chiquitos repartidos por toda la ciudad que, poco a poco, se van a dormir… y se apagarán. Ella ya no le teme a la oscuridad, y además, sabe que está ahorrando electricidad y cuidando la naturaleza.
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Colorea con Watto...
Di a tus papás tres consejos de ahorro de energía eléctrica.
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