X Concurso de Microrrelatos IES El Carmen

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X Concurso de Microrrelatos IES El Carmen



Este año se cumplen diez ediciones de nuestro concurso de microrrelatos, y teníamos mucha ilusión por celebrarlo. A esta circunstancia se suman los extraños y duros momentos que nos ha tocado vivir en estos últimos tiempos, que nos incitan a disfrutar especialmente de las distintas cosas que somos capaces de hacer juntos.

Así que nos encantó recibir la propuesta de que nuestros compañeros del Departamento de Artes Plásticas pudieran trabajar con sus alumnos los textos previamente creados por los premiados en la tarea de escritura. El resultado, maravilloso y muy creativo, ha sido exhibido en una exposición dentro del instituto, y en estas páginas hemos seleccionado una muestra para ilustrar cada uno de los relatos. Lamentamos no poder darle cabida a tantas ilustraciones como se han generado, pero sí damos a todos las gracias y la enhorabuena por su trabajo.


Paula Martínez Martínez

Jesús Rodríguez Caravaca


1º y 2º ESO Primer premio Allí estaba yo Allí estaba yo, aburrida. Todos mis compañeros contaban sus increíbles historias del mundo exterior. Yo estaba ansiosa por salir, veía salir a mis viejos compañeros y también veía entrar a los nuevos. Estaba harta, nunca me iban a poder usar para nada, siempre me olvidaban. Desde el fondo, guardada, apenas veía la luz. Pero, es lo que tiene ser una moneda de diez céntimos, siempre estás escondida en una cartera sin poder salir.

Cristina Meseguer Díaz E1F


Rubén Soto López


Segundo premio Vida fantasmal Como de costumbre, me levanto a las 3:33 de la madrugada para asustar a adolescentes que están viendo películas de miedo. Luego me cuelo en casa de la gente para robarle el yogur con pasas. No me gustan, pero el olor me encanta, como la Coca-Cola, así que hago velas con ellos. Luego me pongo en las farolas para asustar gente; se ponen muy locos algunos. Mi sábana está sucia y rota, y siempre pienso que tengo que ir a comprar otra, pero se me olvida. Por la tarde me voy a jugar al parchís y al dominó al bar, y me paso las horas ahí. Para terminar, voy al pub de la esquina y, mientras tomo un té helado (que tardo diez minutos en tomar), disfruto de un buen jazz. Mi vida no es muy interesante, pero qué se le va a hacer cuando uno está muerto.

Amalia Arroyo Salmerón E2


María Fortes


Accésit Un fantasma sobre ruedas Llegué a casa. El silencio y la oscuridad lo invadían todo. Y de repente comienza a sonar un ruido ensordecedor. Como de cristales rotos y libros cayéndose al suelo. Unos golpes intensos. Un ruido constante, casi metálico. No sé si atreverme a cruzar la barrera entre el pasillo y las habitaciones. En este momento me gustaría estar en algún otro lugar. Le doy diez mil vueltas a mi cabeza, y finalmente tomo una decisión y avanzo de forma lenta y cautelosa. EL crujido del suelo me pone aún más irritada. Entonces abro la puerta y descubro una absurda aspiradora dando tumbos de esquina a esquina y llevándose por delante cualquier artilugio que la desordenada de mi hermana haya dejado tirado.

Clara Ortiz Rubio E2G


Águeda Cárceles


3º y 4º ESO Primer premio Noche de pesca Un sentimiento de asfixia. El joven intentó respirar, pero el agua a su alrededor lo impedía. Sus pulmones empezaban a arder, y los juncos ataban sus extremidades. Abrió los ojos como pudo, aguantando el daño que provocaba en sus globos oculares, e intentó librarse de esas enredaderas que limitaban sus movimientos. No recordaba cómo llegó a esa situación, pero tampoco es como si pudiera pensarlo. Cuando su vista empezó a nublarse y sus fuerzas desaparecían, notó una fuerza tirando de su dorso. Aire. Aire el cual dolió al entrar en su cuerpo y una luz cálida hizo al joven cerrar sus ojos con fuerza, el frío viento nocturno contra su piel lo hizo erizar. Después de unos diez segundos abrió los ojos y vio a un hombre de barbas blancas y largas, de túnicas simples y bastón de madera que tenía forma de gancho. Antes de que el muchacho pudiera hablar, el hombre pronunció unas palabras. —Suelo pescar de noche, pero nunca pesqué un niño. Vamos a llevarte al pueblo vecino.

María Peñaranda González E4C


Stephanie Mendoza Moreira


Segundo premio El paseo Me salieron al paso, atándome al destino que trazaron para mí sin contar conmigo. Caminábamos en silencio flanqueados por dos hileras de álamos que enmarcaban el sendero, lo sabía por el olor a lirios que me había acompañado con mis pasos en tantas ocasiones. La mirada robada en una lúgubre gallinita ciega, los brazos hacia el frente y diez dedos extendidos buscando a qué aferrarse. En el oído, el retumbar de mis latidos estrellándose contra las costillas; un chasquido, un trueno seco en la tormenta sin nubes y mi cuerpo en la fría tierra, en la verde hierba. La respiración entrecortada bebiendo a tragos el último sorbo del aire que se escapa.

Antonio Roca Baños E4E


Ana Jiménez


Accésit 24 de enero de 2022 Abro los ojos. Me encuentro en una cama. En mi cama. Noto las sábanas y mi ropa rozando mi piel desnuda. Los metros de la suave coraza que recubren mi alma. “Mi alma…”, medito. Vienen recuerdos y pensamientos a mi cabeza. ¿Qué hubiera pasado si aquel día no hubiera visto la luz blanca? ¿Si no hubiera salido y crecido? ¿Te habría conocido? ¿Algo habría cambiado si hubieran sido diez en vez de nueve los años que estuve contigo? ¿Habría aprendido más de ti? ¿Sería ahora la persona madura que soy? ¿Qué hubiera pasado si aquel día de cielo azul hubieran llegado a tiempo? ¿Seguirías aquí? Vuelvo a mi habitación. Me levanto y empiezo el día sabiendo que no te veré.

Jaime López Peñarrubia E3F


Claudia lópez Osete


Bachillerato Primer premio Cuestión de minutos Tan solo apareció sin avisar, con la pretensión e idea de llevárselo, levantarlo de la cama, quitarle el gorro, limarle los dientes, ponerle las gafas, cortar y limar las uñas una a una, asearlo de arriba abajo. Mientras, la pequeña estaba observando cómo en solo diez minutos, el cazador convirtió al lobo en la abuelita.

Verónica Mendes Jatta B1B


Juan García Ortíz


Segundo premio Homenaje No se equivocó la paloma, no se equivocaba Y por más que pasaran diez vidas volvería a elegir; la brisa del mar con la que creció, Su casa encendida donde puede que aún habite, La cuna del hambre, desde la que defendió la risa que soledades quitaba a su padre. Las vallas que saltó, las que quedaban por saltar, las alamedas del río, sus campos de Soria… Todo lo que amó, y por más que pasaran diez vidas te volvería a elegir, y si tú me eligieras, lo dejo todo. Porque la paloma no se equivocaba, no se equivocó.

Margarita Guerrero Martínez B1E


Laura Mayordomo Ríos


Accésit ¿Cómo que un diez? Has sacado un 10. Felicidades. ¿Un 10? ¿Había llegado, al fin, a mi objetivo? Creo que sí, pero ¿por qué sigo sintiendo este vacío? ¿No se supone que solo valgo para esto? Ahora que he alcanzado lo que quería, me doy cuenta de que he descuidado todo mi alrededor: mis amigos, mi familia, a mí misma ¿y todo para qué? Si al final nadie valora todo tu esfuerzo, todas tus lágrimas… a nadie le importa. Todo se olvida. Has sacado un 10. Que no se vuelva a repetir.

Lucía Rebollo Caballero B1B


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