BOGOTÁ, UNA CIUDAD HAMBRIENTA DE NATURALEZA CLARA ELVIRA MEJÍA GONZÁLEZ
RESUMEN
Hace 10 años los parques de las ciudad de Bogotá le pertenecían al ciudadano. Desde entonces, las alcaldías han iniciado una serie de intervenciones que han alejado a la gente de sus parques y alienado su sentido de pertenencia, causando que no nos sintamos emocionalmente conectados con la ciudad. Le hemos dado la espalda y abandonado nuestra naturaleza. El objeto de esta ponencia es abrir un espacio de reflexión que motive a la acción para lograr restablecer el papel de los espacios verdes de la ciudad como el corazón que integra el compartir de las personas a través del medio ambiente. En este año 2019, han sucedido varios hechos sobre los parques, humedales y cerros que han despertado una conciencia colectiva y que han puesto en guardia a comunidades, abriendo el camino a nuevos lideres comunales que quieren encauzar el sentimiento de frustración e impotencia a uno de protección hacia el patrimonio ecológico de la ciudad.
podíamos hacer en pro de los parques y humedales de la ciudad. Aquí hay un esbozo del camino que seguimos y lo que proponemos para que por medio del derecho y deber consagrado en la Constitución Política de Colombia sobre la Participación Ciudadana, se logre una apropiación del espacio público por parte de las comunidades. Este momento no se puede desperdiciar. Es la oportunidad perfecta para que arquitectos y urbanistas retomemos la conciencia de lo que es crear ciudad; armar, formar, diseñar espacios para unas comunidades hambrientas de naturaleza, aire puro, verde y por ende relajación, tranquilidad, descanso y sobre todo pertenencia y amor a nuestra ciudad.
Partiendo de la experiencia del Parque Japón, los desaciertos del IDRD y de la Alcaldía en este proyecto, un grupo de ciudadanos, básicamente arquitectos y urbanistas, nos reunimos para ver que i
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PARQUE JAPON, BOGOTA
Parque del Japón, Bogotá Enero 17, 2019
La Arquitectura es el arte de mejorar la calidad de vida de la gente. El Urbanismo debe buscar cómo integrar la solución a los problemas y necesidades de la ciudad a través de la realización de los sueños de las personas que viven en ella, de manera que su vida pueda ser mejor. Así pues, nuestros aciertos y desaciertos como profesionales se pueden medir fácilmente en la relación entre la gente y su ciudad, mediante factores como el uso y la apropiación que un determinado grupo social hace de su espacio público. Siempre hemos dicho que Bogotá es de todos pero no es de nadie. Nos quejamos y suspiramos por tener un poco de ese civismo y cariño que tienen los paisas por su ciudad. Añoramos un poco de esa pertenencia que ellos tienen y que hace que sientan a Medellín
como algo propio, como ese pedacito de tierra que les ha costado construir, mantener y defender. Este año 2019 va a pasar a la historia de Bogotá como el momento en que los ciudadanos, sin importar niveles de educación, estratos, filiaciones políticas, se unieron con un solo fin: defender los parques, humedales y cerros de su ciudad. Todo empieza con el Parque Japón, donde los vecinos se han congregado para defender su trocito de naturaleza: un pequeño parque de 3.997,50 mts2 que en el 2017 el IDRD (Instituto Distrital de Recreación y Deporte) decide intervenir, haciendo una licitación para Estudios y Diseños. En ese momento solo se presentó un proponente, CREA Arquitectos SAS, que naturalmente gana el proyecto. En marzo de 2018, la firma ganadora y el IDRD se reúnen 3
con la comunidad para obtener respuestas específicas acerca de sus necesidades, problemas y deseos para el parque. Según la comunidad, lo único que necesitaba era un sencillo cambio de mobiliario, una nueva y mejor iluminación, mejores andenes, seguridad y sobre todo mantener los árboles y la capa de césped natural existente en el parque. Cabe anotar que la población vecina al parque en ese momento era adulta mayor en un gran porcentaje. En todo el proceso es importante recalcar que la comunidad estuvo presente siempre que se necesitó o requirió: en reuniones propositivas, de recorridos, de silvicultura, de movilidad. Sin embargo, el programa y el diseño presentado por CREA Arquitectos SAS estaban preconcebidos, prehechos. Esto se puede constatar en la reunión del 19 de junio de 2018 con la Secretaría de Ambiente, el Jardín Botánico, el IDRD, la comunidad y los contratistas durante la cual se decidió que árboles se quedaban o se iban. No obstante el plano definitivo presentado en la licitación para el Contrato de Obra, se había hecho un mes antes, el 25 de mayo de 2018. La licitación para la obra salió el 7 de septiembre de 2018 y fue adjudicada el 12 de diciembre. La comunidad interpuso varios derechos de petición en los que se pedía que se reconsideraran los diseños porque no estaban de acuerdo, pero estos fueron desconocidos por los responsables del proyecto. El 17 de enero de 2019 empieza la tala de los árboles y el 21 la obra. El 12 de febrero se entrega oficialmente el proyecto de Estudios y Diseños. La comunidad se pregunta: ¿Cómo se hizo la licitación para el proyecto de Obra sin haber finalizado los Estudios y Diseños? Un misterio. A lo largo de este año la unión de la comunidad se intensificó. Como nunca volvimos a ser barrio. Hemos interpuesto muchísimos Derechos de Petición, una Acción Popular, cartas al Procurador, Contralor, mesa de trabajo en la Veeduría. Varios miembros de la comunidad están están formados profesionalmente en campos relacionados estrechamente con el objeto del diseño tales como arquitectura, paisajismo, biología, ecología, derecho, periodismo, fotografía y otras disciplinas afines. 4
Algunos vecinos incluso nos inscribimos en el Comité de Participación Ciudadana creyendo que podíamos aportar con nuestro conocimiento al proceso del parque y hacer una veeduría desde el punto de vista de los residentes de la zona. En estas reuniones, lo único que logramos fue que nos dieron datos estadísticos de la obra. Pero en ningún momento se tuvieron en cuenta los estudios, sugerencias e ideas que presentó la comunidad. Nos dimos cuenta de que éramos vistos como objetos para el cumplimiento de un requisito contractual, por lo que exigimos respeto y nos levantamos de la mesa de participación y veeduría. Aún así, nos han vuelto a citar a nuevas reuniones del Comité, como si nada hubiera pasado. A raíz de todo esto decidimos tomar conciencia sobre los procesos que afectan nuestra ciudad. En la actual alcaldía se ha desconocido lo que realmente significa la Participación Ciudadana. Se considera que al simplemente informar, se está cumpliendo con lo que manda la Constitución Política de Colombia de 1991 y esto es una gran equivocación. La Constitución empieza declarando que Colombia es un Estado Social de Derecho y “en el artículo 270 faculta a la ciudadanía para que intervenga activamente en el control de la gestión pública al establecer: La ley organizará las formas y los sistemas de participación ciudadana que permitan vigilar la gestión pública que se cumpla en los diversos niveles administrativos y sus resultados”. (Ministerio de Educación, 2019) Así es que cuando se hacen proyectos que repercuten directamente en las comunidades involucradas, el gobierno, sea nacional, departamental o municipal, debe proveer todos los mecanismos para que esto se cumpla. Ahora bien, ¿Que es participación ciudadana? El Ministerio de Educación de Colombia lo define como el “derecho y el deber que tenemos todos los ciudadanos de hacer control social, el cual permite prevenir, racionalizar, proponer, acompañar, sancionar, vigilar y controlar la gestión pública, sus resultados y la prestación de los servicios públicos suministrados por el Estado y los particulares, garantizando la gestión al servicio de la comunidad”. (Ministerio de Educación, 2019) El 2 de enero nos convocaron a una reunión el 4 para informarnos acerca de la decisión de la Secretaría de Ambiente de talar 33 árboles. La comunicación oficial, no solo se refería a 5
Pintatón Parque del Japón - Febrero 21 de 2019
árboles ubicados en un parque en otra dirección que no concordaba con la del Parque Japón, sino que además adjuntaba un oficio supuestamente consensuado por la comunidad. Por esa razón decidimos unirnos como comunidad perjudicada. Abrimos una página de Facebook del Parque Japón Bogotá y la respuesta fue increíble. Comenzamos a recibir posts de líderes de otros parques de la ciudad que estaban siendo afectados y a quienes tampoco habían tenido en cuenta para los Estudios y Diseños de sus respectivos parques. El apoyo de unos y otros ha sido fundamental. Empezaron las primeras velatones por los árboles, una pintatón con graffiteros para hacer una protesta urbana con arte y no violencia y los
#FridaysForFuture de los jóvenes, sentados en el andén de la Carrera 11 alrededor de velas, donde discutieron no solo problemas ambientales sino nacionales. Los líderes de los Parques El Virrey e Iberia, por ejemplo, fueron los primeros en estar presentes desde el primer día. Nos enviaron información y estudios, pero sobretodo nos guiaron sobre los pasos que debíamos dar. No podemos olvidar el papel tan importante del concejal Roberto Hinestrosa quien nos ayudó a interponer la Acción Popular para la defensa de los árboles y el medio ambiente. Ante esta inesperada muestra de solidaridad, tomamos la decisión de no quedarnos cruzados de brazos. Los parques y humedales de 6
Bogotá están en peligro. Tenemos líderes y comunidades que están luchando por ellos. Y nos unimos. El 5 de julio tuvimos nuestra primera reunión. Nos conocimos. Supimos quienes éramos, que queríamos, cual era nuestra historia. Y somos muy variados. Somos historia con el Parque Nacional Enrique Olaya Herrera y Bosque San Carlos; somos defensa del deporte sano y las comunidades con Parque Normandía, La Esmeralda, Iberia, Japón; somos los parques que no quieren antenas en sus zonas verdes con Parque Chico Navarra y El Cedro Golf Club; somos defensa del agua y humedales con el Parque El Virrey, Humedal Tibabuyes, Parque Colsubsidio y Humedal El Salitre.
www.parquesyhumedales.wixsite.com/bogota Facebook @parquesyhumedales.bogota
Parque Bosque San Carlos Parque Cedro Golf Parque Chico Navarra - Fryderych Chopin Parque El Virrey Parque Iberia Parque Japón Parques La Esmeralda Parque Normandía Parque Nacional Enrique Olaya Herrera Humedal El Salitre Humedal Jaboque Humedal Tibabuyes 7
En este contexto es importante entender la dinámica de las zonas verdes de Bogotá, que se dividen en 2 sistemas principales: En primera medida las Reservas Naturales que comprenden cerros, cuencas de ríos, quebradas y humedales. La segunda son los parques en Bogotá a su vez, divididos en 5 categorías según su tamaño: Regional, solo el de La Florida (267 Ha); Metropolitanos (superior a 10 Ha); Zonales (entre 1 y 10 Ha). Estos 3 están a cargo del IDRD. Por otro lado, están los Vecinales (entre 1.000 mts2 y 10.000 mts2) y los de Bolsillo (menos de 1.000 mts2) que están a cargo de las Alcaldías Menores.
En el anexo sobre Estructura Ambiental y de Espacio Público para el nuevo POT (Plan de Ordenamiento Territorial), se decidió unir los dos sistemas en uno solo, haciendo una reclasificación de los parques, así: • “Parque metropolitano • Parque zonal • Parque vecinal • Parque de bolsillo • Parque de protección • Parque lineal hídrico Parque lineal de vía • Parque rural Con esto de presente, la norma se plantea de tres maneras: • Como perfil de naturalidad para parques de escala metropolitana, zonal, lineales y de protección, que es el marco para la definición de índices de diseño • Como índices de diseño para parques de escala vecinal y de bolsillo. • Como índices de diseño para parques rurales”. (Alcaldía Mayor de Bogota, 2019) Esta reclasificación puso al mismo nivel las reservas naturales y las áreas verdes consideradas como parques. Les está quitando el estatus de protección a nuestros cerros, cuencas de ríos, quebradas y humedales. Los espacios de protección en las cuencas se redujeron a su mínimo posible. Todo es ahora 8
espacio público urbano. Bogotá en este momento tiene un índice bajo en área de recreación y parques per capita y con esta resolución, pasa a uno favorable. Muy fácil: anexando a éste, las reservas ecológicas de la ciudad.
¿Cuál es el peligro de esta reclasificación? En septiembre del año pasado, el alcalde Peñalosa saca el Decreto 522 de 2018, en donde se permite la tercerización de todo tipo de espacio público urbano. Esto motivado en que la ciudad necesita buscar recursos. Ya lo había hecho el IDRD con el Proyecto 1145 – Sostenibilidad y mejoramiento de parques, espacios de vida en el 2016, renovado todos los años, en donde se proponía como “Estrategia económica: El espacio público administrado por el IDRD ofrece un potencial para el desarrollo de actividades recreativas, deportivas, culturales y comerciales, con motivación económica, por parte de terceros por lo que el aprovechamiento económico es una fuente de ingresos que financia la sostenibilidad del SDP, permitiendo además diferenciar, regular y organizar esta actividad en el espacio público”. (IDRD, 2018) ; observando que la disculpa es que la Secretaría de Planeación necesita recursos para sostenerse… Esto va a que todas estas canchas y escenarios deportivos sintéticos que se están haciendo, a la vuelta de 2 o 3 años, según los estudios de mantenimiento que hemos hecho, van a ser insostenibles económicamente. Van a tener que ser dados en concesión. En terrenos que la ciudadanía pagó y cedió a la ciudad. Por otro lado, estamos viendo un diseño de parques que va en contravía con lo que se pretende en la educación para el futuro. Como decía Seymour Papert, “Un mejor aprendizaje no saldrá de encontrar mejores formas de instruir para los maestros, sino en darle al que aprende mejores oportunidades para construir” (Papert, 1980 ). Se están llenando los parques de canchas específicas y estructuras de juego que lo dirigen y manipulan, quitando toda posibilidad de exploración, de innovación, de creatividad en los usuarios. 9
El parque es donde el niño, el joven o el adulto va a tener un rato de tranquilidad, donde se desconecta del trajín diario y se reconecta con la naturaleza. Es donde se pueden crear y vivir todas las películas que sueña. Es el lugar donde padre e hijo se convierten en aliados. Pero los parques se están llenando de canchas sintéticas de futbol, básquet, voleibol, patinódromos, pistas de bicicleta, etc., pero se han olvidado del tenis, tejo, malabarismos, quemados, yoga y otras disciplinas deportivas o lúdicas formales y no formales, que requieren de otros implementos o de elementos naturales, a pesar de la insistencia del IDRD de que las canchas sintéticas son universales y sirven para todo.
El deporte es muy importante. Básico en el desarrollo del ser humano. Pero no es único. Se les olvidó la esencia de lo que es un parque urbano. Esto lo definió Karl Brunner cuando hizo el primer Plan de Ordenamiento Territorial para nuestra ciudad en puntos tan diferentes como el Parkway, el Paseo Bolívar, la Avenida Caracas, las urbanizaciones del Bosque Izquierdo, El Retiro, Palermo, El Campín, San Luis, el barrio obrero Centenario, el Parque Nacional y el gran parque forestal en la Hacienda El Salitre: que era necesario “controlar el crecimiento de la ciudad mediante un plan que conservara, al menos por un tiempo, el “carácter rural”, del que aún disfrutaba Bogotá en los años treinta. Por esta razón juzgaba de 10
vital importancia la construcción de un sistema de parques y paseos que garantizara esta imagen” (Galeano Alegría, 2011). O Le Corbusier en su Plan Metropolitano que exponía que “La reserva natural se pone a beneficio del habitante por penetraciones inteligentes al corazón mismo de los barrios de habitación. Se establecen circuitos de peatones, de paseos, o de circulación diaria en zonas verdes, donde se ubican los mercados de barrio, las escuelas, los centros comerciales de barrio y las instalaciones deportivas” (Galeano Alegría, 2011). Hemos olvidado estas sabias enseñanzas de grandes maestros. La Cartilla de Lineamientos para el Diseño de Parques del IDRD y los Decretos de la Secretaria de Ambiente y Planeación han definido las proporciones en que deben diseñarse los parques de la ciudad. Si tomamos los parques vecinales y de bolsillo que son los que más cercanos a las comunidades, vemos que, si su vocación es pasiva, su área verde debe ser del 100%. Si es activa, solo se podrá manejar el 30% del área total en zonas deportivas al aire libre. El 70% restante, según el errado concepto de esta cartilla, se considera recreación pasiva, pero esta incluye la zona de juegos para niños, los senderos y plazoletas, que al estar arbolados son considerados automáticamente como zonas permeables y por tanto verde. Esta idea debería se revaluada, ya que, con esta definición, nuestros parques están siendo encementados en proporciones mayores a las permitidas.
¿Qué propone la comunidad? La comunidad sostiene que los parques no pueden ser modelaciones resultado de estudios que toman unos pocos de modelo y sacan conclusiones para los 4.000 o 5.000 parques de la ciudad. Pero resulta que cada uno de ellos es único. Cada comunidad lo sabe y se está dando cuenta. Lo vivimos en el Parque Japón. El IDRD se acercó con un programa que nos pareció lógico al principio. Pero resultó ser un diseño definido a priori, sin contar con la comunidad. Además, los estudios que presentaron eran relleno; por ejemplo, en el análisis social de la zona se
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Información del IDRD y Valla de la Comunidad - Febrero 2 de 2019 hablaba mas bien del sector de la construcción en Colombia. Tampoco se hizo un censo de la población vecina “porque el parque pertenece a toda la ciudad”. Pudimos haberle dado la espalda al asunto, pero nuestra respuesta fue unirnos. Fue un detonante. Nadie daba un peso por el Parque Japón. Es una manzana. Son 6 árboles. La prensa nos hizo visibles. El alcalde y el director del IDRD aumentaron esa visibilidad con la ironía de sus twitters. Conformamos un grupo de vecinos, nos reunimos y decidimos usar las redes sociales. Arrancamos con WhatsApp y Facebook y empezaron a contactarnos líderes de diferentes parques de la ciudad. Así comenzó una aventura. Una idea sobre como lograr que los parques de Bogotá fueran propios de las comunidades. Parques en donde los vecinos deciden que es lo que quieren, analicen los problemas y necesidades y busquen y propongan las soluciones. Y sobretodo, que 12
empiecen a soñar el parque con dibujos, videos, poesía, música. Ese parque que solo puede existir en ese sitio, que lo hace único por su localización y por la gente que lo rodea y que lo cuida, que va a marcar un hito en la ciudad porque va a ser un referente de las personas que lo habitan y lo crearon. Así, en un futuro ideal cuando el IDRD quiera intervenir un determinado parque, el proceso debería ser el siguiente: convocar a la comunidad para que se inscriba en un Comité de Participación Ciudadana, a partir del cual, se recogerán las ideas que se quieren para el parque. Luego, lanzar un concurso de arquitectura en una plataforma de economía colaborativa (que puede ser manejada por la SCA), lo cual permitiría que el acceso a arquitectos y diseñadores sea mas amplio, recibiendo muchas más propuestas. Escoger los diseños que reflejen mejor las ideas propuestas por la comunidad y a través de Comités de Participación Ciudadana, decidir cual es la mejor. Así el IDRD podrá construir el parque. Como consecuencia, la comunidad se sentirá reflejada y se apropiará del parque. Esta feliz situación se ha visto en un par de casos en Bogotá, en la anterior Alcaldía de Peñalosa. El primero en la Quebrada de La Vieja, donde el gobierno distrital se unió a la comunidad y entre todos decidieron recuperar y mantener la cuenca de la quebrada, dando como resultado un proyecto en el que la comunidad aporta recursos para mantener permanentemente el buen estado del parque. El otro caso, es el parque de la carrera 5 con calle 54, diseñado y construido enteramente por la comunidad. Gracias a la sinergia entre instituciones, arquitectos y comunidad, el resultado es un parque único con identidad y donde la comunidad se siente identificada. No podemos seguir destruyendo el patrimonio ecológico de Bogotá y haciendo marchas por la deforestación en la Amazonía. De poco sirve pelear por miles de árboles que no vemos, si no somos capaces de defender los que están enfrente de nuestras casas. Primero hay que cuidar mi casa. Si yo estoy orgulloso de ella, sigo con mi calle, mi parque, mi barrio, mi ciudad. Creo pertenencia. Me apropio de mi ciudad.
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BIBLIOGRAFIA
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