El arte de escribir capitulo i

Page 1

1

LIBROS DIGITALES José Gómez Cerda EL ARTE DE ESCRIBIR

Capitulo I


2

EL ARTE DE ESCRIBIR

https://www.youtube.com/watch?v=zoiruH3388g

HISTORIA DE LAS LETRAS Durante mucho tiempo, el hombre sólo pudo comunicarse mediante sonidos. El hombre empezó a registrar la historia de lo que lo rodeaba haciendo dibujos en las paredes de las cavernas. Las pinturas de los objetos se convirtieron en símbolos o pictogramas. Esencialmente, el lenguaje se componía completamente de sustantivos (gente, lugares y cosas), los cuales lo hacían muy fácil de aprender. Pero como la sociedad se desarrolló y se hizo más compleja, se hicieron necesarios los símbolos para aquellas cosas que no podían ser vistas. Los pictogramas adquirieron significados adicionales. Por ejemplo, el dibujo de una vaca podía significar vaca o riqueza, ya que en el comercio se usaba el ganado como valor. Luego los pictogramas se transformaron en símbolos no representativos, se hizo necesario que la gente aprendiera sus nuevos significados. Muchas de las ideas requirieron sus propios símbolos, se dio el siguiente paso, se crearon los ideogramas. Éstos describen ideas y acciones. Aunque algunos ideogramas eran semi - representativos, se necesitaba más aprendizaje para entenderlos cuando estaban agrupados debido a que eran esencialmente simbólicos.


3 Este aprendizaje necesario hacía que las sociedades se dividieran en dos grupos: los que entendían el sistema escrito y los que no. Se desarrolló un creciente conjunto de símbolos, que se hacía cada vez más difícil de aprender. No había conexión entre el lenguaje hablado y el escrito, así que la gente tenía que aprender dos sistemas que no estaban relacionados. Los ideogramas ya no satisficieron las necesidades de las sociedades cada vez más complejas. Se necesitaba un sistema más flexible. Los ideogramas y los pictogramas evolucionaron en nuevas las letras y símbolos, que podían encadenarse formando palabras a las que aquellos que habían aprendido el sistema le daban significado, por ejemplo. Una c ligada con una o y una w se convirtió en el símbolo de un animal que servía como moneda y como alimento. El nuevo sistema de letras utilizaba componentes más pequeños que podían combinarse en muchas maneras pero se necesitaba aún más conocimiento para entenderlo porque no era completamente representativo. La separación entre los que sabían escribir y los que no, dejó de crecer. Alrededor del año 1800 a. C., los fenicios, una exitosa sociedad mercantil de la costa oriental del Mediterráneo, desarrollaron un sistema revolucionario que enlazaba los sonidos hablados con la escritura. Identificaron en su lengua veintidós sonidos claves, crearon veintidós símbolos correspondientes, cada uno de ellos representaba un sonido. Razonaron lógicamente los símbolos se unían en la forma en que estaban unidos los sonidos, podían comunicarse con un vocabulario de símbolos muy reducido, y que podían aprovechar la conexión natural entre la comunicación oral y escrita. Su inventó que relaciona los sonidos hablados y los escritos, hoy en día es llamada fonética. Los griegos adoptaron el sistema fenicio cerca del año 1000 a. C., modificándolo conforme a sus necesidades al añadirle vocales y darle nombre a las letras.


4 Los romanos tomaron el alfabeto griego y le hicieron cambios adicionales, agregaron la G y la Z, sumando 23 caracteres. Nuestro alfabeto moderno subsecuentemente adquirió tres letras adicionales, la J, la U, y la W. Al escribir rápidamente con punzones en tablillas de cera (que eran fáciles de borrar y volver a alisar), los escribas romanos empezaron a unir las letras. Siguiendo los impulsos naturales de la mano, introdujeron una inclinación a las letras, tanto en los ascendentes como en los descendentes (la parte de las minúsculas que se extienden fuera de su "caja correspondiente". Después de la caída de Roma, en Occidente la habilidad de escribir se practicó casi exclusivamente en los monasterios. Con excepción de manuscritos iluminados, no se produjeron trabajos hasta mediados del siglo XV, cuando se inventaron los tipos móviles.

Historia del arte de escribir. A los soportes manuscritos tradicionales, de los cuales tenemos conocimientos, el papiro, cuyo uso desaparece a lo largo de la alta Edad Media, el pergamino, a partir del siglo XIII, y el papel, se añaden la piedra, la pintura mural, el metal, la madera, el textil, el vidrio y cualquier otra materia que, esculpida, pintada o moldeada, pueda recibir un texto. A principio de la Edad Media, en una sociedad mayoritariamente iletrada, estos textos a menudo monumentales (epitafios, inscripciones de consagración, identificación de personajes...) se colocan en lugares que permiten al mayor número posible de personas verlos; aun no sabiendo leer, el público podía hacerse explicar el significado de ellos por un clérigo o un letrado. Los textos revisten un carácter simbólico que expresa el poder de los que controlan el arte de escribir.


5 Casi monopolio de los clérigos a principios de la Edad Media, penetra primero tímidamente los estratos más altos de la sociedad laica (soberanos, condes y aristócratas en la época carolingia) y, a continuación, se difunde al mismo tiempo que se multiplican los contratos rurales se estructuran en lo que se convertirá en las universidades en el siglo XIII.

La evolución morfológica de la escritura ha acompañado todas estas transformaciones. En la alta Edad Media, el paisaje gráfico estaba parcelado, con escrituras muy torcidas, y el uso, para la realización de los libros, de formas gráficas muy diversas, más o menos derivadas de la uncial de la Antigüedad. La reforma de la escritura iniciada por Carlomagno a finales del siglo VIII desemboca en la aparición de la carolina, minúscula liberada de las ligaduras características de las casillas cursivas y cuyo éxito incontestable fue reforzado por la estructuración de un sistema de puntuación que, acompañando la separación de las palabras, incrementa la legibilidad del texto.

La unificación gráfica carolingia sobrevivió al proyecto político de la que provenía. La carolina dio lugar, a largo plazo, a nuestros caracteres de imprenta, incluso si, en algunas zonas como la Italia


6 lombarda, se habían continuado a desarrollar formas propias, relacionadas con la conciencia muy clara de la identidad llevada por el sistema gráfico.

Las escrituras cursivas

A partir de los siglos XI Y XII, las nuevas maneras de pensar y escribir implican diversas evoluciones; reaparecen las escrituras cursivas, que traicionan una familiaridad mayor con el texto, y, a principios del siglo XIII, las curvas de los caracteres empiezan a quebrarse, revelando más netamente la estructura de la palabra para detrimento de la identidad propia de la letra. Éste movimiento es contemporáneo al desarrollo de la reflexión escolástica y la arquitectura gótica, que revelan, como la escritura del mismo nombre, las grandes articulaciones de un discurso a la vez intelectual y monumental, compartido por los más grandes sabios de la época. Los caracteres góticos, que comportan mayúsculas y minúsculas, se utilizan tanto en los manuscritos como en las inscripciones (piedras sepulcrales, tapices murales o piezas


7 de orfebrería murales), la difusión de esta nueva cultura gráfica, que se diversifica a su vez con la proliferación, a partir del siglo XIV, de formas mixtas (la «bastarda» de la corte en Francia), más o menos barrocas o caligrafiadas. El dinamismo del arte de escribir responde, en este final de Edad Media, a una demanda social creciente que está lejos de ser independiente de la aparición, en el siglo XV, de la imprenta. La sed de cultura que marca los principios de la corriente del humanismo viene así a reforzar el uso tradicional de los escritos en los campos jurídico, administrativo o religioso: los príncipes y grandes laicos, las órdenes mendigantes, las universidades reúnen así bibliotecas cada vez más importantes. La copia manuscrita tradicional, por su ritmo y su coste, ya no podía convenir al incremento exponencial de la demanda. A partir de principios del siglo XV circulan impresiones xilográficas, con imágenes pero igualmente textos; al mismo tiempo, a favor de progresos técnicos diversos, se pone a punto el sistema de imprenta tipográfica, por caracteres móviles.

LA IMPRENTA DE GUTEMBERG


8

El hecho de que Gutenberg, para el primer libro realizado de esta manera en Occidente – la Biblia –, eligiera vitela e imitara a la vez la escritura y la paginación de un manuscrito ilustra cómo su descubrimiento representaba una bisagra entre la Edad Media y el Renacimiento. Desde el momento en que el hombre escribe y expresa sus pensamientos en forma comprensible a los demás, se cumple el fin del lenguaje «transmitir lo pensado a lo escrito». El uso del lenguaje es un fenómeno complejo en el cual si fácil no es hablar, tampoco lo es escribir con corrección.

VIDA, PALABRA Y PENSAMIENTO. La vida, la palabra y el pensamiento son inseparables; pensar y saber es querer decir y poder decir, porque lo que el hombre siente y piensa lo incorpora al mundo de las palabras. El juicio, pieza nuclear del pensamiento lógico, sólo existe en el cerebro del hombre por su traducción en frase. Todos se han encontrado alguna vez con el problema de descifrar algo escrito por quien ignora lo más elemental del arte de escribir, y se puede decir que no es por lo que escribe sino por el cómo lo escribe. El pensamiento más sencillo resulta ininteligible en ciertas ocasiones. El estilo de la escritura añade precisión, elegancia, claridad y armonía al texto que se expone. Toda persona necesita expresar sus pensamientos de forma escrita con corrección y elegancia. Es preciso emborronar muchas cuartillas, tachar y corregir constantemente, la habilidad se adquiere a fuerza de tropezar con las dificultades. Algunos dicen que escribir es un don del cielo, aunque es verdad que algo de este arte no se aprende; mucho depende del empeño y el trabajo.


9 Pensemos, por un momento, en las palabras del estilista francés L Veuillot «A fuerza de trabajo se puede llegar a ser un escritor puro, claro, correcto e incluso elegante». El arte de escribir es el producto de un arduo esfuerzo. El estudio de los manuscritos y de cada una de sus ediciones revela las numerosas correcciones que experimentan las obras antes de ir, definitivamente, a la imprenta. Escribir es luchar con las palabras y las frases, corrigiéndolas una y otra vez. Este arte lleva consigo la virtud de la paciencia. Cada uno podrá crear un estilo propio para expresar sus ideas y pensamientos. Aprender a utilizar nuestra lengua nos obliga a estudiar sus infinitos recursos para huir de la monotonía y pobreza de vocabulario. La gramática, si bien es el primer libro que toma en las manos quien se propone estudiar la lengua, llegará sin dudas a convertirse en un compañero inseparable de aquel que nunca pierde de vista el ánimo de perfeccionarse en ella. Todo escritor debe procurar ver en sí mismo la revelación a perpetuidad de su persona y obra. Quien escribe sólo con palabras es como el que construye exclusivamente con ladrillos; si se desea decorar y embellecer el edificio se han de utilizar también las esculturas y las tallas. En los escritos deberán no sólo estar presentes frases hechas, sino pensamientos e ideas que contribuyan a engrandecer nuestras aseveraciones y nuestra autoridad en la escritura. Un académico no está excepto de estas exigencias porque el arte de escribir también está presente en los trabajos científicos. La ciencia precisa de conocimientos rigurosos, objetivos y receptivos a la crítica. Los aportes científicos requieren de precisión al presentar los resultados, ellos deben de estar distantes de lo fugaz y lo impreciso.


10 Sin libros y revistas, sin artículos, ponencias o informes de investigación, la ciencia moderna resultaría inconcebible. Es, por lo tanto, imprescindible para cualquier científico, investigador, profesional o estudiante, el dominio del lenguaje escrito y de sus diferentes formas en el ámbito de la comunicación científica. En el lenguaje científico las frases deberán ser exactas y claras, porque las largas fatigan el espíritu, distraen la atención y terminan por apartar la visión del objetivo principal. El dominio de la expresión escrita y la formación académica sólida es difícil; aunque muchas personas poseen una considerable experiencia acumulada, al respecto Charles Darwin, confesaba al final de su vida «todavía tengo la misma dificultad que antes para expresarme clara y concisamente.» Si el genio es hijo en gran parte de la paciencia, si los grandes del mundo literario deben, asimismo, su grandeza a la capacidad de trabajo; fácil será comprender que el reto para el académico y el profesional radica en la creación de su estilo propio de escritura, sobre todo si se considera que en el arte de escribir está la perpetuidad de su trabajo a las futuras generaciones.


11

LIBROS DIGITALES José Gómez Cerda EL ARTE DE ESCRIBIR

ESTO ES UN FRAGMENTO DEL LIBRO DIGITAL

EL ARTE DE ESCRIBIR. José Gómez Cerda Informaciones: jose.gomezc@claro.net.do 1.809.8768913


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.